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11

En este sentido, para la poesía, cito un párrafo de MARGIT FRENK ALATORRE, Estudios sobre lírica antigua, Castalia, Madrid, 1978, p. 245: «El enorme éxito de la nueva poesía se debe en parte al genio y a la fama de Lope. Pero se debe también, sin duda, al arraigo de aquella poesía en la tradición folklórica medieval, a su carácter semi-popular. La letrilla, el romance y la seguidilla, las tres manifestaciones principales de esa escuela, eran recreaciones de formas antiguas, conocidas de todos. Tenían el doble atractivo de ser viejas y a la vez modernas, de combinar los moldes familiares con un espíritu original, de satisfacer conjuntamente la tendencia tradicionalista y el afán de renovación».Y, para la música, uno de Judith Etzion en su edición crítica El Cancionero de la Sablonara, Tamesis Books, London, 1996, pp. xlix-1: «En el contexto particular de los cancioneros españoles, el Cancionero de la Sablonara se sitúa como un "clásico", ya que representa una etapa madura de refinamiento y cristalización musical. Manifiesta, ante todo, la confluencia de los diversos idiomas musicales populares o popularizantes que surgieron a comienzos del siglo XVII... La textura polifónica subyacente en la mayoría de las obras del Cancionero es indicativa también de una tendencia de corte popular... Sin embargo, muchas obras asumen una alta calidad de refinamiento a través de un considerable enriquecimiento contrapuntístico, armónico y madrigalesco».

 

12

Véase CLAUDE V. PALISCA, «Salinas, Francisco de», en Diccionario de la música..., t. 9, pp. 598-602. Véase también PALOMA OTAOLA, El humanismo musical en Francisco Salinas, Newbook Ediciones, Pamplona, 1997.

 

13

Existe edición facsímil: FRANCISCO SALINAS, De Musica, ed. Macario Santiago Kastner, Bärenreiter Verlag, Kassel-Basel, 1958, y edición española: FRANCISCO SALINAS, Siete libros sobre la música, primera versión castellana por Ismael Fernández de la Cuesta, Editorial Alpuerto, Madrid, 1983.

 

14

ALÍN, op. cit., p. 144.

 

15

Dice Fernández de la Cuesta en Salinas, Siete libros..., p. 1 7: «Los aportes de Salinas al conocimiento del folklore español de la época ya los había señalado F. Pedrell. Desgraciadamente, los ejemplos que trae son, en su mayoría, incompletos. Así y todo, su valor documental es muy grande». Algunas de las melodías recogidas por Salinas han llegado prácticamente hasta nuestro días, como ha demostrado M. GARCÍA MATOS en su artículo «Pervivencia en la tradición actual de canciones populares recogidas en el siglo XVI por Salinas en su tratado De musica libri septem», Anuario Musical,18 (1963), pp. 67-84.

 

16

SALINAS, De Musica, p. 326. SALINAS, Siete libros..., p. 568.

 

17

FRENK, op. cit., pp. 177-178, y Suplemento, p. 17. FRENK (p. 178) señala un «paralelo románico» de esta pieza «con música parecida a la que trae Salinas» en una fuente francesa de alrededor del siglo XIII recogida por NICO H. J. VAN DEN BOOGAARD en Rondeaux et refrains du XIIè siècle au début de XIVè

 

18

SALINAS, Siete libros..., p. 32. Por su claridad copio este párrafo de JOSÉ TERUEL, «Contextos e implicaciones literarias en De musica libri septem de Francisco Salinas», Edad de Oro, 22 (2003), p. 89: «Como es bien sabido, el ritmo de la poesía latina depende de la cantidad silábica; mientras que en las lenguas romances este criterio deja de tener valor, al no existir la diferencia entre sílabas largas y breves. Salinas no intenta aplicar a la poesía romance el ritmo cuantitativo, sino a los sonidos musicales que forman parte de las melodías populares. Por esta razón, junto a los versos latinos coloca fragmentos de canciones castellanas, no porque sus formas métricas sean idénticas, sino porque las melodías de estas canciones populares corresponden al esquema rítmico de los versos latinos».

 

19

SALINAS, Siete libros..., pp. 561-572. «Braquicataléctico, se dice de un metro que tiene al final un silencio de la mitad de un pie» (ibid., p. 769). «Dipodio, grupo de dos pies» (ibid., p. 770).

 

20

Véase T. NAVARRO, Métrica española, Labor, Barcelona, 1991, p. 25.