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ArribaAbajo Oda a Rubén Darío

Alfredo Arteaga





- I -

Maestro, gloria al Verbo, a la Palabra
sutil, alma y radiosa
como la luz, pero que labra
en perenne granito
la vibración sagrada y armoniosa  5
de las almas al místico beso del Infinito.
El cincel, la paleta
son ilustres; la música es sublime,
mas sólo el Verbo del Poeta
que con la Idea pura nos redime  10
y hasta ella nos levanta;
el Verbo, alado peregrino
que el ritmo eterno de la augusta Idea
y el poder inmortal de la Vida nos canta;
sólo el Verbo es divino.  15
Gloria al Verbo que crea
belleza y que ilumina
la misteriosa ruta
donde el hombre camina;
al Verbo que derriba iniquidades;  20
que no matan el fuego, la cruz ni la cicuta;
al Verbo que derrime iniquidades1;
que provoca y deshace la tormenta;
al Verbo que cimenta
y alza, como montañas, las verdades.  25
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A menudo la plebe
lo profana, por cierto: cruel, cobarde, inculta,
blasfema sin pudor, y sin piedad insulta.
¿Mas será menos casta la fuente porque bebe
en sus aguas la bestia vil e impura?  30
¿Acaso perderá su virginal frescura
fecundadora?
¿Dejará de quebrarse el iris de la aurora
entre sus linfas,
o de tender, cual manto, la luna su reflejo?  35
No; su corriente misma borra todo
lo que la enturbia: sangre, espumas, lodo;
vuelven las ninfas
a mirarse en su espejo,
y contemplan sus cuerpos de alabastros  40
sobre un fondo de cielos y de astros.


- II -

Detrás de tus suntuosos e historiados cristales,
desdeñas los tumultos de las turbas triviales,
y cincelas joyeles o engarzas claras gemas
en tus magníficos poemas,  45
maravilloso artífice del Verbo.

O en raro equife surcas un río a cuyas ondas
no osan llegar el lúgubre búho ni el hosco cuervo.
Desde su orilla, bajo frescas frondas,
te saluda la dríada rosada,  50
y olvida que quizás, oculto en la enramada,
enamorado fauno con avidez la espíe.
En su diáfano alcázar la ondina te sonríe.
Y vas cantando, lírico argonauta...
Prestan las flores a tu verso aromas,  55
las águilas vigor y gracia las palomas,
melodía la alondra y las estrellas pauta.
Lo acompañan las brisas en sus suaves violines
y siguen su cadencia las selvas y jardines.
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Un blanco cisne, que armoniosamente  60
su cuello enarca,
lleva tu barca
hacia el oriente
con serena altivez. Es ensueño tu paje,
y Amor tu confidente...  65
Primavera, tu amada, va contigo de viaje.

De todo verbo exprimes la sustancia que encierra.
Cantas lo que Verlaine llama «vida oportuna»,
noble artista en idilios de la tierra
lo mismo que en asuntos de la luna...  70

Pero hoy que nuestra raza latina se estremece,
y en su cielo la rosa del rosicler florece,
y en sus campos se escucha
una diana llamando al progreso, a la lucha;
hoy que se yerguen glorias ancestrales  75
señalándonos nuevos ideales,
y que suena la hora de aprestar los bajeles
para el país soñado de futuros laureles:
hoy trocas por el épico olifante
tu mágica siringa eclógica y galante;  80
y animas a la América española, que avanza
gallarda en el tropel de las naciones,
con tus Cantos de Vida y de Esperanza
cuyo eco es un hosanna de nuestros corazones.

Bien lo dijiste: haces vibrar «toda la lira,  85
toda la flauta». Orfeo y Pan te enseñan,
éste el ritmo que encanta y aquél los que domeñan.
Pero ignoras la ira,
ese gesto brutal de débiles y tristes:
tú que puedes salvar el monte, subes;  90
mas no lo embistes...
Y buscas sol y estrellas más allá de las nubes.
Si hay rojo en tus cantares,
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serán rosas que adornan tus diversos altares,
espíritu pagano  95
y corazón cristiano;
o aurorales fulgores,
o el ocaso de oros y de llamas,
o las bocas purpúreas de amorosos deseos...
Siempre alegrías, triunfos; jamás odios, rencores.  100

Tu astro tiene del cóndor los largos aleteos
y la serenidad de los cisnes que amas.
Pero más bien, celeste mariposa,
que a todos los trofeos
de violencia prefiere  105
los zumos delicados del lirio y de la rosa,
tu rara inspiración, Darío, me sugiere...
(La mariposa al cóndor y a los cisnes supera
en esto: y es que pronto muere
la mariposa prisionera.  110
Sin libertad, así moriría tu estro.)

Te saludo, Maestro,
en el nombre del Verbo y de la Primavera.