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Arturo Mélida y Alinari (Madrid, 1849-1902) Arquitecto, escultor y pintor encuadrado en la corriente del romanticismo historicista del siglo XIX. Como arquitecto sus obras más importantes fueron el Jardín Botánico de la Universidad de Valencia o la Escuela de Arte de Toledo. Es autor de la escultura de Colón, colocada en la plaza madrileña del mismo nombre, y del sepulcro del navegante que existe en la catedral de Sevilla. Pintor también, realizó multitud de bocetos en acuarela para telones de espectáculos, composiciones para escenografías efímeras como cabalgatas y motivos decorativos para abanicos elaborados para la familia real. También intervino en decoración de interiores, como la biblioteca del Congreso de los Diputados, el despacho de la Subsecretaría del Ministerio de Hacienda, el Palacio Bauer de la calle San Bernardo de Madrid. En el terreno industrial diseñó objetos como lámparas y alfombras. Como ilustrador, son recordados sus trabajos en los Episodios Nacionales de Pérez Galdós y las Leyendas de Zorrilla.

 

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El premio apareció anunciado en La Vanguardia, el 14 de septiembre de 1881 (Ver apéndice 8).

 

23

González Herrán; 1983, p. 383, n.º 8.

 

24

Véase la carta de Palacio Valdés a Luis Domènech que publica Francisco Trinidad (2005).

 

25

En 1881, Menéndez Pelayo, por ejemplo, había cobrado 1000 pesetas por la traducción de los cuatro primeros dramas de Shakespeare para Arte y Letras.

 

26

Todos estos pormenores están en las cartas de Domènech que se conservan en el Epistolario de Menéndez Pelayo (Vol. 5; carta 278).

 

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«La biblioteca "Arte y Letras" ha publicado un nuevo tomo que demuestra evidentemente la inteligencia con que edita sus obras, no solo por la bondad intrínseca de las mismas, sino por la manera verdaderamente artística con que sabe presentarlas al público. El tomo que nos ocupa es el magnífico poema "Fausto" de Goethe, traducido con pulcritud al castellano por el notable escritor valenciano don Teodoro Llorente. Todo elogio que hiciéramos de esa preciosa obra, poética y filosófica a la vez, sería superfluo. En cuanto á su parte material, todo es notable, papel, impresión, preciosos grabados de A. Lieza, Mayer, R. Seitzz, A. Schmitz, encuadernación, etc. Felicitamos á su editor don Enrique Domenech y Montaner» (La Vanguardia, 16 de Febrero de 1883).

 

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En muchos trabajos se habla de Yxart como director literario de la colección, cosa que sin duda fue, a raíz de la llegada de Cortezo. Antes había sido también Director de la revista Arte y Letras, que apareció en Julio de 1882, es decir después de la ruptura de Celestí Verdaguer y los Domènech. De hecho el diseño de la primera página de la revista, una colgadura en la parte superior, en la que puede leerse el lema ya conocido de «Per angusta ad augusta» y una decoración vertical a modo de marco en el lateral izquierdo formada por una columna, un jarrón y una ninfa, son obra de Lluís Domènech, cuya firma consta a la izquierda de la composición. En la colgadura puede leerse también el nombre de la empresa, «E. Domenech y Cía. Barcelona». Según el biógrafo de Yxart, A. Musté [Tomo esta información del artículo de José Manuel González Herrán «Los libros barceloneses de José María de Pereda» (2006)»], fue a partir de octubre de 1882 cuando Yxart fue nombrado director de la revista y de la Biblioteca. Cargo, por lo tanto, que ocupó con Domènech, con Francisco Pérez, y con Cortezo, aunque éste liquidó rápidamente la revista, sin duda poco rentable, y la sustituyó por la Biblioteca Clásica Española. Yxart también ofició de director en esta nueva colección, siendo además el autor de la mayoría de las introducciones.

 

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Barcelona, 14 junio 1883.

Muy Sr. mío: contesto á su escrito 7 del que actúa.

Nada sabía de cuanto me expone V. referente a certamen de Arte y Letras pero enterado hoy por esta y Sus. E. Domenech y C. escribo a D. Miguel Sabater de esa para que recoja de V. y del Sr. Cañete todos los documentos y papeles que tengan referentes a este asunto para que me los remita.

Tengo el gusto de acompañarle circular que le impondrá del traspaso que me han hecho estos Sus. E. Domenech y C.ª de su casa editorial.

Aprovecho esta ocasión para ofrecerme de V. affmo. S. S. q. b. s. m.

 

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«El hijo de la parroquia». Es el título de la obra del famoso novelista inglés Carlos Dickens que, traducida por Enrique Leopoldo de Verneuil, vigésimo trabajo que acaba de dar a luz la Biblioteca «Arte y Letras» con el lujo acostumbrado. Forma un tomo de 536 páginas, precedido del retrato del autor y acompañado de varias láminas que no detalla pauta alguna. El justo crédito que Dickens había alcanzado permiten augurar gran acogida a la nueva traducción de su obra, digna, por otra parte, de figurar en toda biblioteca, así por su mérito intrínseco como por el lujo de la encuadernación con que el establecimiento tipográfico editorial de Pérez la ofrece ahora al público. (La Vanguardia 8 de noviembre de 1883).