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Numismática española

Fidel Fita Colomé (S. I.)





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Indicador manual de la Numismática española, por Álvaro Campaner y Fuertes, socio de mérito de la Real Sociedad Económica Mallorquina de Amigos del País, individuo correspondiente de la Real Academia de la Historia, del Instituto Arqueológico Imperial de Alemania, de la Sociedad Real de `Numismática de Bélgica y de otras corporaciones científicas nacionales y extranjeras. Madrid-Barcelona, 1891. En 8.º, pág. 576.

La materia del Indicador va dividida en dos partes principales: constituye la primera la Numismática española antigua desde sus albores hasta la visigoda inclusive, comprendiendo en su lugar la romana durante el período de tiempo que España fué provincia de aquel colosal Estado. Abarca la segunda parte la Numismática española de la Edad Media y la moderna, esto es, la que comienza con las monedas labradas en Espacia por los invasores islamitas y se forma después con las acuñadas por los diversos Estados peninsulares y sus posesiones é hijuelas independientes en Europa, las españolas propiamente dichas y sus coloniales modernas, las medallas proclamatorias y todas las demás que guardan alguna relación , aunque solo sea lejana y á título de curiosidad, con la historia nacional.

Cada una de estas dos partes se subdivide en secciones y estas en los capítulos ó párrafos que, con la numeración romana correspondiente, se precisan en las indicaciones preliminares respectivas.»



El preclaro autor, cuyas son estas líneas1, ha prestado un eminente servicio á la Numismática española, haciéndola popular en todo su conjunto, clara, distinta, exacta, metódica ó intensamente científica.

En la primera parte la sección primera2 comprende las monedas acuñadas en la península ibérica desde la colonización helénica hasta el reinado del emperador Calígula. Las obras de los Sres. Delgado, Pujol, Zóbel, Heiss y otros individuos de esta Academia, sólidamente estudiadas y comparadas, forman el meollo de esta sección, á la que por su parte el autor había coutribuído con apreciables Memorias sobre las monedas con caracteres púnicos de Ibiza. El Sr. Campaner en este su nuevo libro3 da un paso adelante; y en vista de haberse encontrado últimamente en aquella isla varias monedas de esta clase, confiesa «que necesariamente deben pertenecer á Ebusus las monedas anepígrafas y las fenicias del Cabiro», puesto que la base de su primitiva argumentación para negarlo ya no existe. Por lo que hace á las monedas ibéricas, toma acertadamente por norma4 «la serie completa, recientemente publicada por Pujol5 en el cuaderno IV del tomo XVI del BOLETÍN de la Real Academia de la Historia, teniendo además á la vista los extensos cuadros y las listas dadas por Zóbel, Heiss y Delgado en sus respectivas obras.»

Gloria perdurable será de nuestro malogrado compañero el Sr. Pujols y Camps, el haber asentado la vacilante clasificación de nuestro monetario ibérico en su fundamento natural y desnudo de toda preocupación sistemática. El orden alfabético de las leyendas constituye el primer glosario, seguro, del idioma ó idiomas ibéricos, que otras inscripciones del mismo tipo, así en piedra como en metal, con igual exactitud comprobadas, descifrarán y expondrán paulatinamente.

En la nota general al cuadro comparativo de las clasificaciones propuestas para las inscripciones ibérica, por Heiss, Delgado y   —625→   Zóbel, se complace no sin justa razón el Sr. Campaner6 en citar y seguir al Sr. Pujol; pero creo no habría estado de más el acopio de mayor número de claras y eruditas fuentes. Tales son, á mi ver, entre otras muchas, las páginas, que han escrito Hübner7 sobre los epígrafes ibero-numismáticos de Arse (Sagunto) y Cesse (Tarragona); Zóbel sobre los pueblos:

Epígrafe 1 (aregoratoks, numantinos),

Epígrafe 2 (vela, Beleia en el itinerario de Antonino),

Epígrafe 3 (lutakei, Luzaga?),

Epígrafe 4 (erga, Erga de Ptolemeo),

mencionados por el inapreciable bronce de Luzaga8; Rada y el que esto suscribe9 sobre las leyendas (Campaner, 93 y 85) Epígrafe 5 y Epígrafe 6 que redujimos á Ocula (Uclés) y Veluca (Calatañazor). La leyenda irreductible (Campaner, 126) Epígrafe 7, que dió á conocer Boudard, acaba de encontrar10 asiento probable en Oleca (monte Cildad), á cuyos pies, regada por el Pisuerga, está Mave, que acuñó indudablemente trientes visigóticos11, lo propio que su vecina Saldaña.

Lunares son estos y resultado de toda labor humana, cuando acomete empresas de tanta extensión y dificultad, como la presente del sabio numismático mallorquín. Aunque «no tiene la presunción de ser elemental y teórico para la enseñanza de la Numismática española y es solo un nuevo ensayo de guía practico para los aficionados»12, sería de desear para una nueva edición, que así como «tiene algo de mecánico y de expositor material de detalles» lo realcen definiciones y grabados esencialísimos, cuya ignorancia impide que no sea general el número   —626→   de los aficionados y no les permite bien apreciar la importancia histórica, ni retener con la fantasía la descripción de los monumentos. La paleografía, los mapas, los dibujos, el arte en una palabra, deben hacer menos árido, y aun agradable, un camino tan llano y recto como provechoso.

La sección segunda y la tercera de la parte primera discurren separadamente por el monetario romano, consular é imperial, hasta la expulsión de los bizantinos imperando Heraclio, y por el visigodo recrecido modernamente por el suevo. Las tablas de la sección romana y los apuntes sobre la porción sueva en Mérida, Lamego, Iminio (Coimbra), Rusticiana y Viseo han implicado para el autor menos trabajo que el extensivo á la Numismática visigoda, de cuya evolución y progresos bien puede decirse que ha sido y es promotor incansable y eficacísimo. En el apéndice á todo el libro dedica notable descripción y estudio al ya famoso hallazgo de los mil trientes visigodos en la Capilla cerca de Carmona, propiedad del ilustre general Chinchilla. Ciudades, como León (Leione), Sanabria (Sanabria), han hallado por medio de estas monedas nueva vida histórica durante la dominación visigoda del siglo VII. El Sr. Campaner confiesa lealmente sobre este punto los grandes y amistosos oficios que le prestó el señor Pujol, á cuyos apuntes, que pronto verán la luz pública, se remite.

La segunda parte, ó sea, Numismática de la Edad Media y de la Edad Moderna, cumple perfectamente su cometido. Algunos reparos se me ofrecen por lo tocante al principio de la acuñación de las monedas muslímicas en España. El Sr. Campaner, sin duda por error de imprenta, señala13 las indicciones 111.ª y 112.ª, en lugar de 11.ª y 12.ª, omitiendo las 10.ª y 15.ª; y rehuye conciliarlas con los años árabes.

Felizmente, para ilustrar esta cuestión, á la sólida obra que cita el Sr. Campaner14, debida al Sr. Codera15, podemos añadir las   —627→   de M. Lavoix16 y del Sr. Rada y Delgado17. Las monedas muslímicas, latinas y bilingües, acuñadas en África con sus leyendas, indicciones y tipos simbólicos, ya descifrados completamente, reflejan intensa claridad sobre las españolas. De estas las dos más antiguas que se conocen18 no expresan la indicción, pero sí los años musulmanes 91 (9 Noviembre, 709-28 Octubre, 710) y 93 (19 Octubre, 711-6 Octubre, 712); y por ventura empezaron á batirse en Algeciras ó en Tarifa ya desde el mes de Julio de 71019. Su profesión de fe religiosa dice: In nomine Domini. Non Deus nisi Deus solus; non Deus Deo similis. Emana directamente de la que Tárik, gobernador de Tánger, hizo á la sazón inscribir en las monedas de aquella ciudad20: Domine Deus, quis tibi similis? El texto Tingitano, más que coránico, es bíblico21:

Texto bíblico

Señor (Jehová), Dios de los ejércitos ¿quién semejante á Ti?

Con él se corrobora la certidumbre histórica, que ha puesto en duda Dozy22 sobre la patria de Tárik; mas no parece que haya dificultad en afirmar que fuese hebreo por su sangre y de la tribu berberisca de Nefza. Pasó el Estrecho durante el año musulmán 92 (29 Octubre, 710-18 Octubre, 711) ; y conforme iba ganando ciudades, después de la derrota de D. Rodrigo, entregaba á los judíos de ellas su administración y custodia. El Sr. Amador de los Ríos23 ha explicado bien la eficacia del microbio hebreo, hispano-africano, en la síncope fulminante del reino visigodo. Advertiré, sin embargo, que importa mucho hacer distinción de   —628→   judíos, y convenir en que los conversos, ó cristianos nuevos, serían aquellos á quienes fué confiada la administración de las ciudades. Cristiano nuevo, ú oriundo de padres hebreos, era San Julián24, historiador del rey Vamba y teólogo preclarísimo en todo el orbe. Muerto este santo arzobispo de Toledo (3 Marzo, 690), el concilio nacional toledano XVI (25 Abril, 693) abría las puertas de todos los cargos y honores del Estado á los conversos, que declaraba ingenuos y eximía del tributo de capitación, aplicando el mismo sistema político que tanto contribuyó á la propagación del Islam á la sazón, así en África como en Asia; pero el concilio XVII (6 Noviembre, 694) dió al traste con esta medida, so pretexto de una vasta conjuración de los conversos para derrocar la monarquía y perder el reino, y provocó la reacción que harto pesada hicieron sentir á España los hijos de Vitiza. La leyenda numismática que me ha sugerido estas reflexiones (In nomine Domini. Non Deus nisi Deus solus; non Deus Deo similis), aunque en el fondo es musulmana, podía ser aceptada, como suena, tanto por los judíos como por los cristianos visigodos no contaminarlos de la herejía de Arrio.

La fórmula, descaradamente alcoránica, ya se ostenta sin rebozo en las primeras monedas que marcan la indicción25: In nomine Domini. Non Deus, nisi Deus solus; non Deus alius. Son del año 93 (19 Octubre, 711-6 Octubre, 712), indicción X (1.º Septiembre, 711-31 Agosto, 712). La indicción, así marcada, aparece indicar el mando personal de Muza, que la inscribía en sus monedas de África. En España había desembarcado durante el mes de Junio de 712.

No pocas monedas26 enlazan clarísimamente el año 94 (7 Octubre, 712-25 Septiembre, 713) con la indicción XI (1.º Septiembre, 712-31 Agosto, 713). El Catálogo del Sr. Rada estampa el año XCIIII, y al margen hace la redacción 715-716, sin duda por   —629→   entender que el grabador se equivocó en la cuenta, y que debía poner XCVII (5 Septiembre, 715-24 Agosto, 716). No debía poner sino lo que puso, ni á ello se opone ya la respetable opinión del Sr. Codera27. Incorrección hay ciertamente en el dinar bilingüe28, porque se contradicen el año 98 de la leyenda árabe y el «ANXCV» de la latina. El error se puede corregir, bien como lo hace el Catálogo, supliendo la omisión «XCV(III)», ó bien reformando, como en otros casos acaece29, los caracteres y leyendo: «INDCXV». Efectivamente la indicción XV (1.º Septiembre, 716-31 Agosto, 717) ajústase al año 98 (25 Agosto, 716-13 Agosto, 717). No me atrevo á decidirme por este segundo método, en vista de que el primero tiene realmente aplicación en dos monedas (131 y 132) del Catálogo de Mr. Lavoix:

Año XLII[I] (19 Octubre, 711-6 Octubre, 712).

Indicc. XI (1.º Septiembre, 712-31 Agosto, 713).



Año XCIII[I] (7 Octubre, 712-25 Septiembre, 713).

Indicc. XII (1.« Septiembre, 713-31 Agosto, 714).



No es cierto, ni totalmente verdadero, el principio admitido por algunos autores para zanjar nuestra cuestión, esto es, «que la indicción comenzaba en Constantinopla el 1.º de Septiembre, y el 24 del mismo en el imperio de Occidente». Es verdadero, tratándose del imperio de Occidente, restaurado en persona de Carlomagno, pero no antes. La indicción oficial de todo el imperio bizantino, cuando estuvieron sometidas á él, nuestra provincia de Cartagena30, África ó Italia , arranca del 1.º de Septiembre de 312. La misma rigió, salvo rarísima excepción, en los dominios de los reyes visigodos, borgoñones y francos, como lo prueban las inscripciones, que Le Blant ha recogido é ilustrado copiosamente31.

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Otra serie, no menos ardua que la primera muslímica de España, es la de la plata acunada por los primeros Condes soberanos de Barcelona. Tres tipos de un conde Raimundus describe y estudia el Sr. Campaner32. La atribución, dice, «es difícil, atendida no solo la falta de fechas, absoluta durante muchísimo tiempo, sino la pluralidad de príncipes que usaron un mismo nombre y reinaron con frecuencia en un relativamente corto período. En tal caso, ¿cuáles son las monedas de cada uno de ellos, si las acuñaron? Mientras no existan documentos, ó diplomas coetáneos, y si necesario fuere ensayos químicos de metales, auxiliares de los datos consignados en las Reales provisiones, no hay otro recurso que acudir á conjeturas no siempre afortunadas, ó confesarse vencidos y abandonar la clasificación, ínterin aquellos importantes datos ú otros derivados del examen comparativo de muchas piezas, no resuelvan satisfactoriamente las dudas. Así acontece con las pocas que se conocen con el nombre Ramón Berenguer, más ó menos abreviado, y, en la mayoría, el de la ciudad de Barcelona».

Los diplomas existen. Por de pronto citaré el siguiente que copió del original en el archivo general de la Corona de Aragón:

22 Septiembre, 1066. Ramón Berenguer I arrienda la zeca de Barcelona para acuñar moneda de plata barcelonesa.-Escrituras originales de este Conde, núm. 361.



Hec est conveniencia quam faciunt berengarius adrouarii et bonifilius fredalli et david hebreo ad domnum raimundum harchinonensem comitem et domnam almodem comitissam. Vendunt namque predicti comes et comitissa ipsam monetam argenteam barchinonensem ad predictos berengarium et bonifilium et david de isla festa prima sancti michaelis usque ad quinque annos in predicta festa, sancti michaelis completos. Et predicti berengarii et bonifilii33 et david conveniunt ad dictos comitem et ad comitissam ut per ipsam monetam donent per unumquemque annum usque ad prefatum terminum kaficios V. de bono frumento;   —631→   et [si] quis eorum mortuus fuerit intra prescriptum terminum, ipsi qui super vicxerunt donent et atendant fideliter supradictam convenientiam ad supradictos comitem et comitissam; et prenominati comes et comitissa retinent in predicta moneta ut faciant monetare hi predicti berengarius et bonifilius et david omne illorum argentum quod abuerint opus ad illorum expensa iam dicti comes et comitissa.

Reimundus comes. ALMoDIS COMITIS[SA].

Facta conveuientia x kalendas octobris Anno VII. regnante regis philipi.

SigSigno 1num berengarii levite.

SigSigno 2num bonifilius fredalli.

SigSigno 3num Dauid hebreo, q(ui)

Texto 234

qui hanc convenientiam fieri iussimus et laudavimus, et pariter manibus nostris firmavimus.



La moneda que acuciaron los tres postores es la primera de la serie:

Cruz 1. Crucecilla episcopal dentro de un círculo. Reverso Cruz 2 Tres círculos dentro de gráfila. Dinero de plata fina.

Los tres círculos, á mi ver, no representan los tres arrendadores, sino las tres coronas condales de Barcelona, Vich y Gerona. Véase lo que escribí35 sobre las Cortes de los tres condados y obispados celebradas en 1064 que establecieron el código de los Usajes.

Madrid, 10 de Junio de 1892.





 
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