Escena II
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Dichos, el
REY DON SANCHO.
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MONZÓN | Gran señor, | | pues que tanta dicha gozo | 40 | de vuestra Alteza los pies... | |
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REY | Alzad, conde de Monzón; | | no esperaba yo en León, | | pues que tan anciano es, | | veros hoy, y pronto os hallo | 45 | a acreditar vuestra ley. | |
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MONZÓN | Para servir a su rey | | nunca es viejo el buen vasallo. | | Que quien con gran diligencia | | dio su sangre en campos rasos, | 50 | puede andar algunos pasos | | a dar muestra de obediencia. | |
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REY | Bien conozco vuestra fe | | y vuestro esfuerzo, buen conde, | | y así ella sola os responde | 55 | que siempre os estimaré. | | Decid, vos, ¿qué respondieron | | los demás grandes, don Nuño, | | a las cartas de mi puño? | | ¿A esta hora, cuántos vinieron? | 60 |
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NUÑO | Ya los más, señor, llegaron. | | El de Astorga, el de Palencia, | | hicieron gran diligencia; | | puesto que rivalizaron | | el de Nájera, el de Arlanza, | 65 | el de Abelda, el de Viguera, | | y el de Osma, y el de Junquera, | | el del Bierzo, el de Berganza, | | el de Lugo, el de Viseo, | | el de Prusios y Zamora... | 70 | estos condes sin demora, | | dando espuelas al deseo | | de servir a vuestra Alteza, | | su gran lealtad acreditan | | y la audiencia solicitan. | 75 |
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REY | Gran gozo de su presteza | | recibo y podréis decirlos | | que en finando la oración, | | del palacio en el salón | | saldré luego a recibirlos. | 80 | Y mucho me maravilla | | que hoy ande tan perezoso | | quien estoy más deseoso | | de que llegue: el de Castilla. | | Ya Fernán González tarda. | 85 |
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MONZÓN | No es mucho; acaso en sus lazos | | le tienen los tiernos brazos | | de su esposa, que le guarda. | |
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REY | Mucho fuera anteponer | | a tan gran necesidad | 90 | el amor a la lealtad | | y la afición al deber. | | El mejor amigo mío | | siempre fue, Monzón, el conde; | | por él su lealtad responde: | 95 | mucho en su consejo fío. | | Y tanto quiero obligarlo | | que aunque me dio con amor | | su buen caballo y su azor, | | nunca yo quise aceptarlo. | 100 | Sobre tomarlo pagado, | | aun quise que cada día. | | Que en pagarlo tardaría | | fuese su precio doblado. | | ¿Hay más, Nuño? |
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NUÑO | Señor, ésta | 105 | del obispo de León | | don Velasco; en su misión, | | a vuestra Alteza contesta | | que el rey de Córdoba insiste | | en que el mártir no se ceda, | 110 | San Pelagio, que allí queda, | | cuyo cuerpo le pediste. | |
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REY | ¡Ocasión de gran tristeza! | 115 | Mas quejarme no está bien. | | Mal sentirme de él podría | | que con ser yo su enemigo, | | como cristiano, él conmigo | | usó de cortesanía, | 120 | cuando le pedí licencia | | de buscar en sus estados | | sus médicos afamados, | | y curarme la dolencia | | por la que don Sancho el Gordo | 125 | me apellidaron los míos, | | quitándome el reino impíos; | | y él a sus intrigas sordo, | | aunque moro, caballero, | | me dio en Córdoba hospedaje, | 130 | sin exigir vasallaje, | | donde con saber certero | | un médico me sanó | | con raras hierbas, y cuando | | cobré el trono peleando, | 135 | con su poder me ayudó. | | Acaso con más bondad | | ese cuerpo deseado | | que hoy le niega a mi enviado | | otorgue otra vez: entrad. | 140 | (A
MONZÓN.) |
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Escena VI
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DOÑA TERESA,
DON NUÑO.
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NUÑO | Gran señora, | | don Nuño tus plantas besa. | |
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TERESA | Levantaos. ¿Al oratorio | | mi hijo entró? |
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TERESA | Decid que aquí no entre nadie, | 225 | que a vos sólo hablar desea | | mi cuidado. |
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NUÑO | Así será | | como manda tu grandeza. | |
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TERESA | ¿Sabéis, don Nuño, que en
mis venas corre | | la ilustre sangre de don Sancho Abarca? | 230 | ¿Sabéis que en el palacio de sus reyes | | vi la luz, en Pamplona de Navarra? | | ¿Que su fausto dejé cuando mi lecho | | vine a partir con el que fue en Simancas | | vencedor, y que en ello don Ramiro | 235 | más de mi padre con la ilustre alianza | | ganó también que si vencido hubiera | | al fuerte Abderramén en cien batallas? | |
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NUÑO | No ignoro, gran señora, que este
enlace | | su corona, ya débil, afianzaba | 240 | mucho en León. |
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TERESA | Don Nuño, y a mi padre, | | a don Sancho, ¿sabéis quién le
matara? | |
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NUÑO | Sé que le dio la muerte en lid
sangrienta, | | con sólo un bote de su fuerte lanza, | | el conde Hernán González de Castilla, | 245 | el herido quedando, allá en Gollanda. | | ¿Quién pudiera ignorarlo? |
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TERESA | ¿Y sabéis, Nuño, | | que su sangre vertida sin venganza, | | viviendo su hija con oprobio y mengua, | | venganza al cielo, inexorable clama? | 250 |
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NUÑO | Sé que más justo el conde en la
pelea | | con el favor del cielo hubo ventaja. | |
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TERESA | No tanto os pregunté. Justo o no
justo, | | yo, conde, ha tiempo que debí vengarla. | | Sí; desde entonces, Nuño, ¡cuántas
veces | 255 | votos al cielo por su muerte alzara! | | Nunca, ni un día, ni una hora, un punto | | yo dejé con ardor de desearla. | | Su perdición juré; si juzga alguno | | que ya en mi pecho de vengarse el ansia | 260 | pudo extinguirse con el tiempo acaso, | | pudo nunca mirarse amortiguada, | | ¡Oh, cuál mi fiera condición ignora! | | Romper su corazón, ver sus entrañas | | allí en su sangre palpitando, rotas, | 265 | humeantes aún; y a su alabanza | | un término poner, esa, don Nuño, | | oídlo ya, si lo ignoráis, el ansia | | fue que yo tuve. Le aborrezco, le odio, | | y aun odio más que a él a doña
Sancha. | 270 | Sabedlo, en fin. Si su poder divide | | hoy en Castilla con mi propia hermana, | | sola la causa fui: y el rey García, | | nunca pensó mi hermano, el de Navarra, | | que así pudiera con oprobio suyo | 275 | dar a Fernán González doña Sancha | | su mano, si antes por mi voz no oyera | | que era tan sólo de matarle trama. | | Yo así la urdí, yo... |
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TERESA | Yo imaginé que solo, sin sus armas, | 280 | entre la alegre pompa de Himeneo, | | pues que intentar vencerle en las batallas | | inútil fue mil veces, fácil fuera | | vengar la muerte de don Sancho Abarca. | | Yo la boda tracé; ¿quién
pensaría | 285 | que el éxito engañase a mi esperanza? | | Cuando preso en Pamplona, entre cadenas, | | la víctima miré junto a las aras, | | viole mi hermana, y en su amor ardiendo | | traidora le salvó. ¡Cielos! ¡Qué
rabia! | 290 | ¡Oh, cuántas veces al amor maldije, | | y maldije con él a doña Sancha! | |
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NUÑO | ¿Y qué intentáis?
¿Acaso también ahora | | cuando a estas Cortes la nación le llama | | habéis pensado...? |
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TERESA | Asegurar el golpe | 295 | pienso, en esta ocasión, de mi venganza. | |
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TERESA | ¿Y recordarlas | | necesito a don Nuño? |
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NUÑO | Gran señora, | | las tiene aquí don Nuño bien grabadas. | 300 |
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TERESA | ¿Lo que puedo en la Corte yo
ensalzarle | | sabe? |
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TERESA | ¿Y el mal que, si faltara | | a lo que espero de él, hacerle puedo | | sabe también? |
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TERESA | Dame palabra. | | ¿Puedo contar con él? |
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NUÑO | Aquesa duda | 305 | de vuestra boca mi lealtad agravia. | |
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TERESA | Pues oye. Hoy mismo sin su gente debe | | llegar Fernán González a este
alcázar. | | ¿Tienes, Nuño, valor? |
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TERESA | Tengo, su perdición asegurada. | 310 | El rey mi hijo don Sancho ha de prenderle | | Pues yo le he de probar que arma asechanzas. | | Toma: entre grillos, humillado, ociosa | | para su gran valor su fuerte espada, | | yo te le entrego: si las honras quieres | 315 | conservar por mi influjo antes logradas, | | si otras mayores conseguir deseas, | | el corazón del pérfido traspasa. | |
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NUÑO | Guardad, reina, guardad vuestros honores | | para otra alma más vil y mercenaria. | 320 | ¡Corrido estoy, por Dios! Sí, los desprecio | | si he de comprarlos con mi propia infamia. | | ¿Quién fue el osado que os mintió que
Nuño | | pudiera nunca con cobarde traza, | | cual ratero ladrón, borrón tan grande | 325 | echar sobre su honor, tan torpe mancha? | | ¿Cuándo me visteis con puñal aleve, | | como asesino vil, en la emboscada | | su víctima acechar? ¿En qué combate | | visteis a Nuño huir? ¿Cuál en mi
cara | 330 | brilla señal de la traición infame? | | ¡Oh! Si pudo algún tiempo dar entrada | | a tan torpes indicios, ved mi pecho, | | tomad, señora, mi luciente espada. | | Si en tantas veces como el campo moro | 335 | bañó en sangre enemiga por la patria, | | no alcanzó a dar a su infelice dueño | | mayor blasón, ni más ilustre fama, | | dad otro empleo a su tajante filo, | | o bien mi pecho traspasad... ¿qué aguardas? | 340 | Aun dentro alienta en este pecho un noble | | corazón español. |
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TERESA | ¿Y aquesto aguanta | | quien tanto puede? Huid de mi presencia. | | Yo enfrenaré, don Nuño, vuestra audacia. | | ¿Sois vos el caballero? ¿Sois el firme? | 345 | ¿Sois vos aquel que la ocasión demanda | | de perecer por mí, y aquel que tanto | | su fe hasta el cielo y su lealtad levanta? | | ¡Ah! Mal que os pese morirá ese conde | | y vos con él. Huid. ¿Así se paga | 350 | quien tanto hizo por vos? Cuando mi padre | | os armó caballero allá en Navarra | | ante los grandes de su reino todos, | | yo misma, ¡necia! ¿No os ceñí la
espada? | | ¿Este el pago será de tanta deuda? | 355 | ¿Es esto gratitud? ¡Cuán mal vuestra
alma | | su bajo temple esconde! ¿Qué? ¿Aun
atado | | el gran Fernán González os espanta? | | ¿Tan grande es su poder? ¿Queréis
acaso | | que envuelto ya os le den en la mortaja | 360 | para matarle? Pues veréis mi brazo: | | a una débil mujer más alentada | | para el riesgo veréis: nada su esfuerzo | | le impone a mi valor. |
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NUÑO | Basta ya, basta. | | Mandadme luego que en su tienda busque | 365 | allí en el centro de su tropa armada | | al feroz Almanzor; que su cabeza | | sobre la punta de mi fuerte lanza | | yo ponga a vuestros pies; que la corona | | luego a León de Abderramén os traiga; | 370 | vereisme al punto más feroz que nunca | | romper su hueste, en su cerrada escuadra | | bañarme en polvo y en la sangre mora, | | nuevo Pelayo, y sobre rotas armas, | | y cotas y paveses penetrando, | 375 | débil amparo serle las murallas | | de Córdoba, y sembrando luto y muerte, | | hasta las anchas vegas de Granada | | la España recorrer; cetro y cabeza | | pronto veréis rodar a vuestras plantas | 380 | o yo en la empresa moriré. |
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TERESA | Don Nuño, | | pues si ese mismo sois y si os halaga | | tanto, Nuño, el poder, tomad el hierro: | | ¿Pensáis corresponder a mi esperanza? | | o temed... |
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NUÑO | ¿Yo? Jamás: antes del cielo | 385 | un rayo me confunda... Óyeme... aguarda. | | Deja a los viles la traición y el dolo. | | A los cobardes abandona esa arma. | | Tengo espada; valor Fernán González: | | yo cuerpo a cuerpo reñiré, y quien salga | 390 | del duro acero del contrario libre, | | ese libre será. Responde. ¿Callas? | |
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NUÑO | Y es invencible | | quien por las damas y el honor batalla. | |
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TERESA | Fuera yo loca y necia, ¿Vos vencerle? | 395 | ¿Sabéis, don Nuño, vos, de quién
se trata? | | Yo os dejo: ya os conozco, y os advierto | | solamente que el labio, si es que aun ama | | algún tanto la vida, cual la tumba | | calle: y mirad que si indiscreto hablara, | 400 | no ha de faltarme... pero, en fin, yo quiero | | fiarme aquí de vos. ¿Daisme palabra | | de sepultar lo que sabéis...? ¿Juraislo? | | Vamos. |
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NUÑO | (¡Cielos! Ni sé lo que me pasa.) | | Sí, juro. |
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TERESA | Sea en buen hora. ¿Conoceisme? | 405 |
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TERESA | Pues bien. Así descansa | | mi pecho; y si calláis, a mi cuidado | | queda el conde. Temblad si... |
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