Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.


ArribaAbajoJuan de la Encina


Égloga

 

Representada en la noche postrera de carnal (que dicen de antruejo, o carnestolendas) adonde se introducen cuatro pastores llamados BENEITO y BRAS, PEDRUELO y LLORIENTE: y primero BENEITO entró en la sala, donde el DUQUE y DUQUESA estaban, y comenzó mucho a dolerse y acuitarse, porque se sonaba que el DUQUE su señor se había de partir a la guerra de Francia, y luego tras él entró el que llamaban BRAS, preguntándole la causa de su dolor, y después llamaron a PEDRUELO, el cual les dio nuevas de paz, y en fin vino LLORIENTE, que les ayudó a cantar.

 
BENEITO
¡Oh triste de mí, cuitado,
Lacerado!
Noramala acá nací:
¿Qué será, triste de mí,
desdichado? 5
Ya no hay hucia, mal pecado.
BRAS
¡Ha! Beneito del Collado.
¿Dónde vas?
BENEITO
Miefé, miefé, miefé, Bras,
de muerte voy debrocado. 10
BRAS
Debrocado ya y mortal.
BENEITO
E aun bien tal.
BRAS
En mal hora y en mal punto:
Dome a Dios que estás difunto.
BENEITO
¡Ay! zagal, 15
no sabes aun bien mi mal.
BRAS
Tu gesta bien da señal
de muy malo.
BENEITO
Ya más seco estoy que un palo,
que es mi mal más desigual. 20
BRAS
¿E de qué se te achacó?
BENEITO
No faltó:
de cuido, grima y cordojo.
BRAS
Asmo que debe ser ojo.
BENEITO
Miefé, no: 25
dese mal no peco yo.
BRAS
¿Desde cuándo te tomó
tu accidente?
BENEITO
Desde que primeramente
una nueva se sonó. 30
E tal nueva descutir
es morir.
Yo siempre llanteo y cramo
que se suena que nuestramo
se quiere a las Francias ir. 35
BRAS
Eso yo lo oí decir
por muy cierto,
antes mucho de mes muerto,
e que el marzo ha de partir.
BENEITO
Dime, Bras, ¿qué sentiremos 40
si lo vemos,
que se parte y que nos deja?
Cuando un poco que se aleja
ya creemos
que del todo nos perdemos. 45
BRAS
Miefé, Beneito, roguemos
por su vida,
que forzada es la partida,
por más que nos quillotremos.
BENEITO
¡Ah!, no praga a Dios contigo, 50
e aun conmigo,
Si has de salir verdadero.
BRAS
¿E tú dudas, compañero?
Yo me obrigo
ser verdad lo que te digo. 55
BENEITO
¡Ay de mí! Tan sin abrigo
mi ganado,
no quiere pacer bocado,
aunque lo lance en el trigo.
BRAS
¡Oh qué casta tan aguda 60
la res muda
sentir el mal de su dueño!
BENEITO
Mi ganado en verme el ceño
se demuda
como persona sesuda. 65
BRAS
Beneito, no pongo duda,
que bien siento
que sentirás gran tormento
en quillotranza tan cruda.
BENEITO
Tan cruda dices, y cuanto 70
yo me espanto
como no soy muerto ya.
En pensar que se nos va
ya no canto:
Mi cantar es todo llanto. 75
BRAS
Júrote a sant Pedro santo
que lo creo:
Tan deslumbrado te veo
que pones gran quebranto.
BENEITO
Quebranto malo nos vino 80
¡Ay!, mezquino.
BRAS
¡Oh cuán desalmado sos!
Roguemos por él a Dios
de contino,
porque lleve buen camino: 85
que dome a Dios que magino,
si él va allá,
que muy gran vitoria habrá,
que es muy diestro y de gran tino.
BENEITO
Eso yo te lo aseguro, 90
e aun te juro
donde fuere su pendón,
que no falte corazón
huerte y duro,
cual es fortaleza y muro. 95
BRAS
E aun con eso, no me curo
que se vaya
donde gran vitoria traya
por su gran esfuerzo puro.
E aun ahotas quel concierte 100
de tal suerte
la gente de su rebaño,
que en las Francias haga daño
donde acierte
no es menester otra muerte. 105
Digo hey,
tiene gran cariño al rey,
e el rey le quiere muy huerte.
E por él se nos destierra
a la guerra; 110
Allá volará su fama.
BENEITO
Acá quedará nuestrama
en esta tierra,
donde todo el bien se encierra.
BRAS
Asmo que en toda la sierra 115
hasta agora
nunca se vio tal señora.
BENEITO
Quien eso no cree yerra.
BRAS
Miefé yerra, y aun te digo
como amigo, 120
que de lo que mas me pesa,
de nuestrama la duquesa,
que me obrigo
que sienta gran desabrigo.
BENEITO
¡Ah! No pese a sant Rodrigo, 125
que con eso
ya no tengo solo un hueso
que tengo salud conmigo.
Todo, todo me desnuelo
con gran duelo, 130
trasijado de cordojos
hago laguna mis ojos
sin consuelo:
Llanteando me desvelo,
allastrado por el suelo 135
de pesar,
no me puedo levantar
a poder hacer un pelo,
BRAS
Calla, calla, dolorido,
pan perdido: 140
hucia en Dios que no se irá
Pedruelo nos lo dirá,
si es venido,
que hoy al mercado era ido.
BENEITO
Por amor de Dios te pido 145
anda, Bras,
llámale, corre, verás
cual habrá nuevas oído.
BRAS
Que me prace, juro a mí.
Guarda aquí. 150
¡Ah! Pedruelo, ¿estás acá?
PEDRUELO
Acá estoy: asmo que ha.
BRAS
¿Ques de ti?
Fuistete, que no te vi.
PEDRUELO
Pues bien tarde me partí 155
del ganado.
BRAS
¿Hoy ha sido buen mercado
PEDRUELO
Bueno, miefé, pues vendí.
BRAS
¿Qué llevabas de vender?
Ora ver. 160
PEDRUELO
Tres gallos y dos gallinas:
Traje puerros y sardinas
por comer
el domingo a mi prazer.
BRAS
Tal estaba 165
que no se me percordaba
la cuaresma que ha de ser.
BENEITO
Así te vea logrado;
pues que vienes del mercado,
tú me da 170
de las nuevas que hay allá.
PEDRUELO
Miefé, dicen que estará,
si a Dios praz,
ya Castilla y Francia en paz,
que ninguna guerra habrá. 175
BENEITO
¿No habrá guerra? Di, mozuelo,
di, Pedruelo.
PEDRUELO
No, que Dios anda en medio,
e él quiere enviar remedio
desde el cielo. 180
No tengas ningún rescelo,
toma, toma gran consuelo
que te prega.
BENEITO
Yo te mando una borrega
de las que andan al majuelo: 185
Pues me das nueva tan buena,
por estrena
te la mando, si no mientes.
PEDRUELO
Dícenlo todas las gentes:
Ya se suena, 190
toda la villa está llena.
BENEITO
Hasme dado buena cena:
Buenos ramos
habremos con nuestros amos
si Dios las paces ordena. 195
PEDRUELO
Yo lo doy por ordenado,
Dios loado.
BENEITO
Loado sea Jesú,
ruega, ruégaselo tú
con cuidado, 200
que eres zagal sin pecado.
Da cramor acelerado
con hemencia.
PEDRUELO
¡Oh señor! por la cremencia
danos tiempo paciguado. 205
BRAS
Todos, todos nos juntemos
y cramemos
al Señor muy reciamente.
BENEITO
Ves, allí viene Lloriente.
PEDRUELO
Comencemos. 210
BRAS
No comiences, esperemos:
Ven, Lloriente, cantaremos.
LLORIENTE
Que me praz.
BENEITO
Roguemos a Dios por paz.
LLORIENTE
Miefé, Beneito, roguemos. 215
 

(Villancico.)

 
    Roguemos a Dios por paz,
pues que de él solo se espera,
quél es la paz verdadera.
    El que vino desde el cielo
a ser la paz en la tierra, 220
él quiera ser desta guerra
nuestra paz en este suelo.
Él nos dé paz y consuelo,
pues que dél solo se espera,
quél es la paz verdadera. 225
    Mucha paz nos quiera dar
el que a los cielos da gloria,
él nos quiera dar vitoria
si es forzado guerrear;
mas si se puede excusar, 230
dénos paz muy placentera,
quél es la paz verdadera.
    Si guerras forzadas son,
él nos dé tanta ganancia,
que a la flor de lis de Francia 235
la venza nuestro león;
mas por justa petición
pidámosle paz entera,
quél es la paz verdadera.


Égloga

 

Representada en recuesta de unos amores, adonde se introduce una pastorcita llamada PASCUALA, que yendo cantando con su ganado entró en la sala adonde el DUQUE y DUQUESA estaban, y luego después de ella entró un pastor llamado MINGO, y comenzó a requerilla, y estando en su recuesta, llegó un escudero que también fue preso de sus amores. Recuestando y altercando el uno con el otro, se la sonsacó y se torno pastor por ella.

 
MINGO
Pascuala, Dios te mantenga.
PASCUALA
Norabuena vengas, Mingo.
¿Hoy que es día de domingo
no estás con tu esposa Menga?
MINGO
No hay quien allá me detenga 5
que el cariño que te tengo
me pone un quejo tan luengo
que me acosa que me venga.
PASCUALA
¡Eh! No praga a Dios contigo,
e aun con tu esposa Menguilla: 10
¿Cómo dejas tu esposilla
por venirte acá conmigo?
MINGO
Soncas, soncas, ¿no te digo
que eres zagala tan bella
que te quiero más que a ella? 15
Dios lo sabe ques testigo.
PASCUALA
Miefé, Mingo, no te creo
que de mí estés namorado:
pues eres ya desposado,
tu querer no lo deseo. 20
MINGO
¡Ay Pascuala! Que te veo
tan lozana y tan garrida,
que yo te juro a mi vida
que deslumbra si te oleco.
E porque eres tan hermosa 25
te quiero: mira, verás,
quiéreme, quiéreme más,
pues por ti dejo a mi esposa;
e torna, toma esta rosa
que para ti la cogí, 30
aunque no curas de mí,
ni por mí se te da cosa.
PASCUALA
¡Oh qué chapados olores!
Mingo, Dios te dé salud,
e goces la juventud 35
mas que todos los pastores.
MINGO
E tú dasme mill dolores:
Dame, dame una manija,
o siquiera esa sortija
que traya por tus amores. 40
PASCUALA
Tirte, tirte allá, Minguillo,
no te quillotres de vero,
hete viene un escudero,
vea que eres pastorcillo;
sacude tu caramillo, 45
e tu hondijo y tu cavado;
haz que aballas el ganado,
Silva, hurria, da gritillo.
ESCUDERO
Pastora, sálvete Dios.
PASTORA
Dios os dé, señor, buen día. 50
ESCUDERO
Guarde Dios tu galanía.
PASTORA
Escudero, así haga a vos.
ESCUDERO
Tienes más gala que dos
de las de mayor beldad.
PASTORA
Esos que sois de cibdad 55
perchufais huerte de nos.
ESCUDERO
Deso no tengas temor,
por mi vida, pastorcica,
que te hago presto rica
si quieres tener mi amor. 60
PASTORA
Esas trónicas, señor,
allá para las de villa.
ESCUDERO
Vente conmigo, carilla,
deja, deja ese pastor.
Déjale, que Dios te vala, 65
no te pene su penar,
que no te sabe tratar
según requiere tu gala.
MINGO
Estate queda, Pascuala,
no te engañe ese traidor 70
palaciego, burlador,
que ha burlado otra zagala.
ESCUDERO
Hideputa, avillanado,
grosero, lanudo, brusco.
MINGO
¡Ah! No praga Dios con vuseo, 75
porque venís muy pendado.
ESCUDERO
Cura allá de tu ganado,
calla, si quieres, matiego.
MINGO
Porque sois muy palaciego
presumís de corcovado: 80
¿Cuidáis que los aldeanos
no sabemos quebrajarnos?
No penséis de sobajarnos
esos que sois ciudadanos,
que también tenemos manos 85
y lengua para dar motes,
como aquesos hidalgotes
que presumís de lozanos.
Anda acá, Pascuala, vamos,
no paremos, que es ya tarde. 90
ESCUDERO
Por vida de quien... Aguarde
porque más nos entendamos.
PASCUALA
Espera, Mingo, veamos.
ESCUDERO
¡Oh bendita tal zagala!
Yo te doy mi fe, Pascuala, 95
que no nos desavengamos.
Pénasme por solo verte
y con tu vista me aquejas,
si tú te vas y me dejas
muy presto verás mi muerte: 100
No me trates de tal suerte,
pues que yo te quiero tanto.
MINGO
Júrote a sant Junco santo
que la quiero yo más huerte.
ESCUDERO
¿Qué aprovecha tu querer, 105
que no tienes que le dar?
Que la fe y el bien amar
en las obras se ha de ver.
MINGO
Yo te juro a mi poder
que le dé yo mil cosicas, 110
que aunque no sean muy rica,
serán de bell parecer.
ESCUDERO
Dime, pastor, por tu fe,
¿qué es lo que tú le darás,
o con qué la servirás? 115
MINGO
Con dos mill cosas que sé.
Yo, mi fe, la serviré
con tañer, cantar, bailar,
con saltar, correr, luchar,
y mill donas le daré. 120
Daréle buenos anillos,
cercillos, sartas de prata,
buen zueco, buena zapata,
e manguitos amarillos;
manto, saya, sobresaya 125
y alfardas con sus orillas,
almendrillas y manillas,
para que por mí las traya.
Y frutas de mill maneras
le daré desas montañas, 130
nueces, bellotas, castañas,
manzanas, priscos y peras;
dos mill yerbas comederas,
cornezuelos, botiginas,
pies de burro, zapatinas, 135
y gavanzas y acederas.
Y aun darele pajarillas,
codornices y zorzales,
gergueritos y pardales,
pegas, tordos, tortolillas. 140
¿Cómo no te maravillas?
ESCUDERO
Calla, calla, que es grosero
todo cuanto tú le das
yo le daré más y más,
porque mas que tú la quiero. 145
MINGO
Miefé, señor escudero,
ella diga quién le agrada,
y de aquel sea adamada,
aunque yo la amé primero.
ESCUDERO
Pláceme que sea así, 150
pues que quieres que así sea;
y luego, luego se vea
antes que vamos de aquí:
e tú mesmo se lo dí
porque después no te quejes; 155
mas cumple que me la dejes
si dice que quiere a mí.
MINGO
Así te mantenga Dios,
Pascuala, que tú nos digas,
e por la verdad te sigas, 160
a cual quieres más de nos.
PASCUALA
Miefé, de vosotros dos,
Escudero, mi señor,
si os queréis tornar pastor
mucho más os quiero a vos. 165
ESCUDERO
Soy contento y muy pagado
de ser pastor o vaquero:
pues me quieres y te quiero,
quiero cumplir tu mandado.
PASCUALA
Mi zurrón y mi cayado 170
tomad luego por estrena.
ESCUDERO
Venga, venga enhorabuena
y vamos luego al ganado.
Y tú, Mingo, no te espantes,
descordoja tu cordojo 175
aunque tengas gran enojo
ruégote que te levantes:
No te aquejes ni quebrantes,
pues que tan buen zagal eres,
seamos si tú quisieres, 180
amigos mejor que de antes.
MINGO
Mucho me pena esta llaga
cuando bien bien me percato
mas pues ya sois de este hato
buena pro, señor, os haga. 185
Ya muy poco espacio vaga:
quedad si queréis quedar,
que yo voy a repastar.
ESCUDERO
Vamos todos, Dios te praga.
 

(Villancico.)

 
    Repastemos el ganado: 190
hurriallá,
queda, queda, que se va.
    Ya no es tiempo de majada,
ni de estar en zancadillas:
salen las siete cabrillas, 195
la media noche es pasada,
Viénese la madrugada:
hurriallá,
queda, queda, que se va.
    Queda, queda acá el vezado, 200
helo va por aquel cerro:
arremete con el perro,
e arrójale tu cayado,
que anda tan desmandado:
hurriallá, 205
queda, queda, que se va.
    Del ganado derreniego,
e aun de quien guarda tal hato,
que siquiera solo un rato
no quiere estar en sosiego, 210
aunque pese ora a sant Pego
hurriallá,
queda, queda, que se va.




ArribaAbajoAnónimo

Égloga


PERSONAJES
 

 
TORINO.
BENITA.
GUILLARDO.
ILLANA.
QUIRAL.
 

TORINO.

 
TORINO
    ¡Oh grave dolor! ¡Oh mal sin medida!
¡Oh ansia rabiosa, mortal de sufrirse!
Ni puede callarse ni osa decirse
el daño que acaba del todo mi vida.
Mi pena no puede tenerse escondida, 5
la causa no sufre poder publicarse,
ni para decirse ni para callarse,
ni entrada se halla ni tiene salida.
Conténtate agora, amor engañoso,
pues todos tus fuegos con tanto furor 10
encienden y abrasan de un pobre pastor
sus tristes entrañas sin dalle reposo.
Bien te podrás llamar vitorioso
venciendo un vencido que quiso vencerse
de quien imposible le fue defenderse, 15
ni tú si la vieses serás poderoso.
¡Oh triste ganado que estás sin señor
a solas paciendo! Pues solo te dejo,
quejarte has de mí, también yo me quejo
del mal que sin culpa me hace el amor. 20
No plangas perder tan triste pastor,
de quien no esperabas ya buena pastura,
pues él ya no espera sino desventura;
déjale a solas pasar su dolor.
Agora reposo que solo me veo, 25
agora descanso enmedio mis males:
¡Oh lágrimas mías! ¡Oh ansias mortales!
¡Oh tristes sospiros con quien yo peleo!
La vida aborrezco, la muerte no veo,
que aun esa me niega su triste venir, 30
y trueca el matarme con darme el vivir,
por no complacer mi triste deseo.
 

(GUILLARDO, TORINO.)

 
GUILLARDO
¡Oh! Doilas a huego que juras tamañas,
como este pastor descubre que siente:
yo nunca vi en otro que estando doliente 35
díjese que se arden en él sus entrañas.
Yo creo que tiene heridas extrañas:
qué, ¿querrán del todo con yerbas matallo.
Quiero buscar quien venga a curallo,
si puedo hallarle por estas cabañas. 40
Quizá le ha mordido un perro dañado,
o cualque animal o lobo rabioso,
pues da tales vuelcos, ni tiene reposo,
y está de los ojos tan ciego y turbado.
No ve do los deja zurrón ni cayado, 45
vertida la yesca, quebrado el rabel.
¿O es el demoño que anda con él?
¿O cualque desastre que tiene el ganado?
¡Oh! Dolo a dios y como no siente:
mayor es que sueño aqueste su mal. 50
Allí me parece que viene Quiral,
que le es gran amigo, y aun cabo pariente.
Quiero llamalle, zagal es valiente.
Oyes, Quiral, allégate acá.
 

(QUIRAL, GUILLARDO, TORINO.)

 
QUIRAL
Miefé, Guillardo, yo ya me iba allá, 55
que bien ha buen rato que lo tengo en miente.
GUILLARDO
Pues yo te he llamado para hacerte ruego
que vengas a ver tu amigo Torino,
que aquí le he hallado tan fuera de tino,
que dice que se arde en llamas de fuego. 60
QUIRAL
Quizá habrá perdido o choto o borrego,
y está maldiciendo la res que le cría.
GUILLARDO
No es ese el mal, Quiral, que él decía:
mayor es el daño de que él está ciego.
¡Oh! Sálvete Dios.
TORINO
Vengáis norabuena.
65
QUIRAL
¿Qué sientes, Torino, que gimes, tan huerte?
TORINO
Siento, pastores, el mal de la muerte,
y ésta no llega por darme más pena:
pasión me combate, razón me condena,
dolor me fatiga, tristeza me aqueja, 70
querría sanar, querer no me deja,
los males son míos, la causa es ajena.
QUIRAL
¿De qué desesperas? ¿Has algo sembrado
que piensas perdello, o quizá no nazca?
¿O has miedo que falte lugar donde pazca 75
en estos egidos tu poco ganado?
TORINO
No es ese, pastor, mi grave cuidado;
mas verme penado de muerte herido,
de mano de quien me tiene aborrido,
y así desespero de ser remediado. 80
GUILLARDO
Ahotas que pienso que tu mal oteo,
y dudo que creo que es mal de amorío
dale al demoño tan gran desvarío,
que mata la vida su solo deseo.
TORINO
Mayor es el daño, Quiral, que poseo: 85
que en todos los males que sufro y consiento,
fallece esperanza y crece tormento,
y en todos los medios remedio no veo.
Guillardo, Guillardo, mi mal es que adoro
de amor a Benita, porque es mi señora: 90
mi vida la quiere, mi alma la adora,
y ella me trata peor que a un moro.
GUILLARDO
¡Oh! Dome a Dios, ¿y agora lo ignoro?
Eso que dices querencia se llama
cuando algún zagal voz dice que ama: 95
ya yo lo sabía, mía fe, de coro.
Pues hela aquí viene la que así te mata
con otra zagala que se anda tras ella;
levanta, Torino, y vamos a ella
por bajo estas matas, pues no se da cata; 100
y pues que te quejas que ansina te trata,
abúrrela un tiro con este mi dardo.
TORINO
¡Ay! No plegue a Dios, amigo Guillardo,
Que yo la merezca tocar su zapata.
 

(BENITA, ILLANA, TORINO, GUILIARDO, QUIRAL.)

 
BENITA
¿Qué estáis ahí hablando a solas, pastores, 105
que así embebecidos estáis razonando?
TORINO
Mis males, señora, estamos contando,
que vos los hacéis ser siempre mayores.
BENITA
Torino, Torino, tú no te enamores
en parte do nunca se sientan tus males; 110
que busques y sirvas tus pares iguales,
y allí verás tarde alcanzar favores.
TORINO
Mis ojos que han sido la puerta y escala
por do la hermosura hirió con sus tiros,
estos me han hecho, señora, serviros: 115
lo que no merezco mi pena lo iguala.
Si causa no tengo, razón no me vala,
pues que yo no quiero que mi mal merezca,
sino que queráis que yo le padezca,
que tal intención por cierto no es mala 120
y pues que virtud en todo os es guía,
valer, merecer y mucha nobleza,
no uséis conmigo de tanta crueza
porque es imposible mudar mi porfía.
Consejo no quiero, remedio querría 125
de vos, mi señora, de quien yo le espero,
en veros doler de verme que muero,
y es vuestra la culpa, la pena es la mía.
BENITA
A mí no me place tu mal por mi vida,
así como dices según se te antoja: 130
tu pena y servicio en todo me enoja,
pues déjate de ello y tenerme has servida.
A esto que digo razón me convida,
y mi honestidad que da inconvenientes;
que nunca yo mire el mal que tú sientes, 135
porque aunque mas sea mi estado lo olvida.
TORINO
Si tal fantasía me juzgan ser loca,
más loco sería quien tal me juzgase,
que si con mis ojos te viese y mirase
vería que es justo mi vida ser poca; 140
que no puede menos, señora, mi boca
hacer que no diga del mal la ocasión,
y aunque ella quisiese trocar la razón,
el fuego de dentro la causa provoca.
BENITA
Pues créeme, pastor, y haz lo que digo, 145
y quédate a Dios con tu compañía.
TORINO
Miefé, Benita, imposible sería,
que aunque aquí me dejas, voy contigo,
y tú aunque te vas, aquí estás conmigo,
que siempre en mis ojos tu figura está. 150
Benita está aquí, Torino está allá:
si esto no crees la obra es testigo.
 

(TORINO, QUIRAL, GUILLARDO.)

 
GUILLARDO
Escucha, Quiral, yo nunca tal vi:
Benita se es ida, Illana con ella,
él se está aquí, diz que va con ella, 155
la otra está allá, y diz que está aquí.
Dios me defienda y me libre de ti.
¿No eres Torino? Aquí te ha dejado.
TORINO
Mi cuerpo dejó, mi alma ha llevado,
que estando con ella no parte de mí. 160
QUIRAL
Que no morirás: ¿qué estás ahí diciendo?
Que amor aunque mate no acaba la vida,
y aunque su pena no tiene medida,
a aquel que más mata le deja viviendo.
TORINO
Yo eso que dices bien claro lo entiendo, 165
porque esa razón es muy verdadera,
más es que morir, contino que muera,
penando en la vida, mil muertes sufriendo.
QUIRAL
Mándeme Illana, pues que es tan hermosa,
que nunca la vea ni nunca la huya: 170
si quiere matarme, ¿mi vida no es suya?
Y si ella la mata será venturosa.
¿Pues no te parece que es bien poderosa
Benita, que puede mandarte que mueras?
Pues sirve, Torino, que nunca debieras 175
en toda tu vida hacer otra cosa.
 

(Villancico.)

 
    Nunca yo pensé que amor
con sus amores,
de amor matase pastores.
    Tras galanes palaciegos 180
yo pensé que siempre andaba,
y no pensé que mataba
los pastores ni matiegos:
mas do van tras sus borregos,
veo que con su dolor 185
les da dolores
con que los mata de amores.
    Con su nombre falso engaña
que parece que no es nada,
y de majada en majada, 190
y de cabaña en cabaña
va con su engañosa maña
prometiendo su favor,
y sus favores
matan después los pastores. 195


ArribaAbajoBartolomé de Torres Naharro


Comedia Himenea

PERSONAJES
 

 
HIMENEO.
BOREAS.
MARQUÉS.
ELISO.
FEBEA.
TURPEDIO.
DORESTA.
CANTORES.

Jornada I

 

HIMENEO, BOREAS, ELISO.

 
HIMENEO
Guarde Dios, señora mía,
vuestra graciosa presencia
mi sola felicidad;
aunque es sobrada osadía
sin tomar vuestra licencia 5
daros yo mi libertad.
Pero en mi primer miraros
tan ciego de amor me vi,
que cuando miré por mí
fue tarde para hablaros, 10
hasta agora
que de mí sois ya señora.
Habeisme muerto de amores
y dejaisme aquí en la plaza
donde publique mis yerros; 15
como aquellos cazadores
que desque matan la caza
la dejan para los perros.
Donde quiera que me halle
diré siempre que es mal hecho, 20
pues yo vos guardo en mi pecho,
vos me dejeis en la calle
bien me viene
que sin culpa muera y pene.
BOREAS
¿Aun agora comenzamos 25
y tantos duelos tenemos?
HIMENEO
¿Qué hablas allá, villano?
BOREAS
Digo, señor, que nos vamos,
que mañana tornaremos,
y quizá con mejor mano. 30
HIMENEO
Más vame por la vihuela,
quizá diré una canción
tan envuelta en mi pasión,
que todo el mundo se duela,
sino aquella 35
que dolor no cabe en ella.
BOREAS
No podrás, señor, tañer,
porque le falta la prima
y están las voces gastadas.
HIMENEO
No cures, hazla traer, 40
que el dolor que me lastima
las tiene bien concertadas.
BOREAS
Aunque te sepa enojar
haremos bien de nos ir.
HIMENEO
¿Y es tiempo de irá dormir? 45
BOREAS
Y aun hora de levantar.
HIMENEO
Calla, loco,
que en mis males sabes poco.
BOREAS
Sepas que estás en error,
si tan grosero me hallas 50
como tú me certificas;
pues de cierta sé, señor,
que con la pena que callas
es nada cuanto publicas.
Y si mueres por tal dama 55
tienes muy justa querella,
pues otros mueren sin vella
que te ahogan en su fama,
con decir
que es la vida bien morir. 60
ELISO
Dile de eso y medraremos.
HIMENEO
¿Qué hablas allá entre dientes,
almahacen de negligencia?
ELISO
Que presto lo llevaremos
con los otros inocentes 65
a la casa de Valencia.
HIMENEO
No medre quien te vistió.
¿Y a quién tienes de llevar?
Tú de mi debes hablar.
ELISO
Vos lo decís, que no yo. 70
HIMENEO
¡Oh borracho,
mal criado y sin empacho!
ELISO
Mas, señor, pues que así es,
tu señoría provea
que ninguno aquí te halle; 75
porque su hermano el marqués
de la señora Febea
visita mucho esta calle;
trae muy buenos criados,
y tú los tienes mejores. 80
Reniega de los amores,
no vamos descalabrados.
HIMENEO
Yo me quedo:
váyase quien les ha miedo.
ELISO
Si quieres, señor, probar 85
cuánto miedo les tenemos,
y saber cuánto nos tienen,
anda, vete a reposar;
nosotros nos quedaremos
a respondelles si vienen. 90
HIMENEO
Pues catad que estéis velando,
porque vernán más de dos.
ELISO
Vengan diez, cuerpo de Dios,
que no se irán alabando.
BOREAS
Ya viniesen, 95
con tal que no nos huyesen.
HIMENEO
Mientras no os enojaren
no los corráis por agora,
que sería inconveniente;
si no que si bravearen, 100
por amor de mi señora
los espantéis solamente.
ELISO
Ve con Dios, deja hacer,
que de todo les pornemos.
BOREAS
Habla paso, y acordemos 105
lo que más es menester.
HIMENEO
Digo, Eliso,
haz que estés sobre el aviso.
 

(BOREAS, ELISO.)

 
ELISO
Muy modorro sois, amigo,
porque yo me sé guardar 110
de los peligros mundanos.
BOREAS
A la fe que estás conmigo.
Hagamos por nos salvar
como dos buenos hermanos.
Huigamos de esta congoja 115
y apartémonos del mal;
que a la fe todo lo al
es andar de mula coja.
ELISO
Pues sabrás
que agora te quiero más. 120
BOREAS
Bien tengo que te decir,
de una cierta amiga mía
que se deshace por mí;
pero por no te mentir,
yo tengo en la fantasía 125
que no estamos bien aquí.
ELISO
Pues no temamos, por Dios,
aunque en tus cosas hablemos,
que si nada sentiremos
bien corremos todos dos.130
BOREAS
No sé nada,
mas si la calle es tomada...
ELISO
No temas, aunque eso sea,
que por las casas caídas
nos iremos con la luna 135
y sin que nadie nos vea
salvaremos nuestras vidas,
y sin deshonra ninguna.
BOREAS
Voto a Dios, que has dicho bien
y que alabo tu razón. 140
Pero mira aquel cantón
que parece no sé quién.
ELISO
Ven seguro,
que era la sombra del muro.
BOREAS
Mira bien a cada parte. 145
ELISO
Ya lo tengo bien mirado,
y es así como te digo.
BOREAS
Pues de mí puedo jurarte
que no me había quedado
gota de sangre conmigo. 150
ELISO
Pierde agora esos temores
si no has perdido el correr,
y hazme tanto placer
que me cuentes tus amores;
mientras vemos, 155
que partir no nos debemos.
BOREAS
Pues que, hermano, tu deseo,
mis cosas saber desea,
la verdad de ellas es ésta.
Cuando nuestro amo Himeneo 160
se enamoró de Febea,
yo de su sierva Doresta.
Y es tan hermosa doncella,
tanto gentil criatura,
que su ama en hermosura 165
puede bien vivir con ella;
mas es tal
que la juzgan sin igual.
ELISO
¿Hasla hablado algún día?
¿Cómo sabes que te quiere? 170
Guarda no pises abrojos.
BOREAS
Sin hablalla juraría
que por verme pena y muere,
si no me mienten los ojos,
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .175
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Yo confío
que es su querer cual el mío. 180
ELISO
¿Y no has leído aquel texto,
que maldito debe ser
hombre que en hombre se fía?
Pues si verdad es aquesto,
quien se fiase en mujer 185
muy más maldito sería.
A la fe para gozallas
y no perderse tras ellas,
oíllas y no creellas,
sacudillas y dejallas. 190
No lo digo
porque las soy enemigo.
BOREAS
Mucho tienes de grosero:
bien paresce, Eliso hermano,
que aun no te conosce amor; 195
que pensarías primero
que no está más en su mano
del verdadero amador.
Porque aquel que pena y muere,
si bien ama, y es así, 200
no puede hacer de sí
sino lo que amor quisiere,
desque dio
su libertad a quien vio.
Por ende no hables más 205
en juzgar vidas ajenas,
pues das a muchos molestia;
que si no quieres querrás,
y penarás si no penas,
y caerás de tu bestia. 210
Pornás en amor tu fe
y alabarás sus fatigas,
por mucho que agora digas
de esta agua no beberé:
que por damas 215
honramos vidas y famas.
ELISO
Boreas, hermano mío,
recia cosa es la razón
contra lenguas desarmadas,
y dicen que es desvarío 220
dar coces al aguijón
y a la carreta pernadas.
Acuerda si nos iremos,
que será bien que nos vamos,
y tambien que proveamos 225
en buscar qué almorzaremos.
BOREAS
Nunca he gana
de almorzar por la mañana.
 

(MARQUÉS, TURPEDIO.)

 
TURPEDIO
¿Quién va allá? ¿Jugáis de pies?
Tornad un poco, galanes, 230
y llevaréis que contar.
MARQUÉS
Turpedio.
TURPEDIO
Señor.
MARQUÉS
¿Quién es?
TURPEDIO
No sé cuantos rufianes
que andaban a capear.
MARQUÉS
Mas si los has conocido, 235
Guarda no fuese Himeneo.
TURPEDIO
Par Dios, señor, no lo creo,
porque no hubieran huido.
MARQUÉS
Antes, cierto,
huye de ser descubierto. 240
TURPEDIO
Puede ser, más aquí viene
cada noche y cada día
con músicas y alboradas.
MARQUÉS
Si esa presuncion él tiene
voto a la virgen María, 245
yo le ataje las pisadas.
TURPEDIO
Déjale, señor, hacer,
que es usanza del palacio,
y es un modo de solacio
festejar y dar placer, 250
y un deporte
sin el cual no hay buena corte.
MARQUÉS
Bien me place el festejar,
mas no en mi casa, par Dios,
la verdad hora hablando, 255
porque tras de este cantar
yo sé bien que más de dos
se quedan después llorando.
TURPEDIO
Bien siento do van tus flechas.
No temas aunque eso sea; 260
que la señora Febea
no es de esas que tú sospechas.
¡Qué doncella
para burlarse con ella!
MARQUÉS
Tocaremos a la puerta 265
por ver que hace siquiera;
no nos yamos sin hablalle.
TURPEDIO
No estará, señor, despierta:
seria cosa grosera
dar voces hora en la calle. 270
MARQUÉS
¿Pues dónde iremos agora?
TURPEDIO
Vamos por la sillería,
que presto será de día
y abrirá aquella señora,
y aun haremos 275
que nos dará que almorcemos.
MARQUÉS
No nos debemos partir,
que a esta hora suelen dar
las músicas y alboradas:
y si aquel ha de venir, 280
no puede mucho tardar;
oigamos sus badajadas.
TURPEDIO
Si que no vienen campanas
en las músicas que ordenan.
MARQUÉS
Vernán badajos, que suenan 285
maitines por las mañanas.
TURPEDIO
Sin mentir
por nos se puede decir.
Porque ha diez horas, señor,
que andamos por la cibdad 290
sonando como badajos,
y cogemos poco honor,
a decirte la verdad,
de aquestos vanos trabajos.
Bien es un poco por ende 295
pasear sobre la cena,
y es usanza justa y buena,
para mancebos se entiende:
Lo demás
va muy fuera de compas. 300
MARQUÉS
Pues yo te diré que sea.
Vámonos hora a dormir
lo que queda hasta el día:
quédese con Dios Febea,
mañana podré venir 305
a tentar su fantasía.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .310
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .