![Arriba](/s3/BVMC_OBRAS/ff0/ac2/dc8/2b1/11d/fac/c70/021/85c/e60/64/mimes/../botup.gif) Jornada primera
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Salen VIOLANTE y CELIA.
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CELIA | Deja ese llanto, Violante, | | y mira que no es razón | | quitársele al corazón | | para dársele al semblante. | | No te convenza el dolor, | | y guarda en estos desvelos | | el sentir para los celos, | | pero
no para el amor. | | Mira que es acción errada | | poner
a riesgo tu vida; | | ¿Qué has de hacer aborrecida | | si
estás llorando adorada? | |
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VIOLANTE | Aunque tu celo procura | | atajarme esta pasión, | | tienen muy antigua unión | | la desdicha y la hermosura. | | Mas sólo porque no ignores | | lo que en mi dolor previenes, | | yo estoy deseando desdenes | | como otras damas favores. | | Nadie me ve, oh Celia bella, | | que en mi fuego no se apura, | | o ya lo haga mi hermosura | | o lo disponga mi estrella. | | De cuatro a un tiempo querida | | y de uno solo pagada, | | traigo la pasión turbada | |
y temerosa la vida. | | Difícil asalto emprenden | | al
muro del corazón; | | oye, y te diré quién
son | | los cuatro que me pretenden. | | El Rey mi favor desea | | con más cauteloso ardor, | | y a su batalla de amor | | es mi recato trinchea. | | Carlos, su hermano, el Infante, | | es a quien adoro yo, | | no sólo obligada, no, | | sino
rendida y amante, | | roca a la fuerza del hado, | | pues óyeme
lo que digo: | | Carlos tiene un grande amigo | | y el Rey tiene
mi gran privado. | | El privado, poco atento | | a las órdenes
del Rey, | | hace de su afecto ley | | y amor de su pensamiento, | | como inadvertido ignora | | que el Rey me adora y estima, | |
y el Rey su esperanza anima | | y el vasallo su amor llora; | | y sin ser comunicado | | entre los dos este amor, | | ni es el
vasallo traidor | | ni el Rey tampoco injuriado. | | Pues el Infante
en rigor, | | Carlos, que es mi amante digo, | | aun a su mayor
amigo | | no le ha contado su amor. | | Y el amigo, como ignora | | a quien adora el Infante | | firme, obligado y amante | | me pretende
y enamora. | | Y así, en competencia tal, | | aspirando
a mis favores, | | siendo a sus dueños traidores | | no
hay ninguno desleal. | |
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CELIA | Sola una cosa he dudado | | desa
llama o dese ardor, | | cuando siendo grande amor | | no ha sido
comunicado. | | ¡Oh como se encubre, digo, | | pues de tus razones
hallo, | | que el Rey le calla al vasallo | | cuando el infante
a su amigo! | | Mas cánsame tu desden; | | ¿ves? tus cuatro
enamorados, | | tienen a treinta criados, | | y a todos los quiero
bien. | |
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Sale BOFETÓN.
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BOFETÓN | Con el conde Federico | | se ha entrado el infante Carlos, | | muy confuso y divertido | | hasta este cuarto primero, | | y por cosas que le he dicho | | no le he podido atajar. | |
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VIOLANTE | Bofetón, no te he
entendido; | | que si a visitarme viene, | | siempre viene solo. |
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BOFETÓN | Digo, | | que se acoge acá, que llueve. | |
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VIOLANTE | Esperarle
aquí es preciso. | |
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Sale EL CONDE y CARLOS, triste.
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CONDE |
¿Adónde, Infante y señor, | | turbado, triste
y remiso, | | sin queja para el dolor | | y sin voz para el alivio | | te llevan tus propios pasos | | hecho estatua de ti mismo? | |
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CARLOS | Déjame, Conde, llorar, | | supuesto que eres mi
amigo, | | una pena que no es mía | | y un mal tan introducido | | que no quiere que la lengua | | o de piedad o de oficio | | le
comunique al consejo | | lo que recela advertido, | | que llegara
a ser menor | | si yo te lo comunico. | |
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CONDE | En la calle te he
encontrado; | | viéndote a solas contigo | | quise saber
lo que tienes; | | ¿Qué traes, qué te ha sucedido? | | Suelta la pena al consejo, | | la voz presta a mis oídos, | | no te aconsejes tu propio, | | porque errarás el destino | | si para el acierto buscas | | las pasiones por amigos. | |
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CARLOS |
Ya te dije, Conde, ahora, | | que los males que publico | | con
la lengua de mis ojos, | | con la voz de mis suspiros, | | ni son
venganzas ni ofensas, | | sino unos afectos vivos | | tan buenos
para callados, | | tan malos para decirlos, | | que para sentirlos
menos | | o los guardo o los reprimo. | | Que si al riesgo de la
voz | | valeroso lo suplico, | | vendré a ser como el que
está | | de acero mal defendido: | | le aqueja más
el remedio | | que la ejecución del filo. | | Y así,
pues que ya me dejas | | en esta casa, te pido, | | que el paso
de tu cuidado | | restaure el tiempo perdido. | | Al duque Conrado
busco | | para un negocio preciso, | | hablaré en su casa
ahora; | | y así, Conde, te suplico | | me dejes en ella,
y vete, | | que aunque es oficio de amigo | | porfiar en ocasiones, | | no es de amigos entendidos. | |
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CONDE | Digo, que yo te obedezco; | | (Ap. | Una cosa he presumido, | | que añade mayor materia | | al fuego de mis sentidos. | | ¿Si Carlos quiere a Violante | | a quien adoro y estimo, | | y sin decirme su amor | | confusamente
indeciso, | | arde errada mariposa | | en sus rayos encendidos? | | Pero esto no puede ser, | | pues cuando ¡ay afectos míos! | | la adorara, yo supiera | | su inclinación por su amigo. | | Pero ya Carlos la adore | | o ya los cielos benignos | | permitan
que no la quiera, | | a un tiempo me determino | | a atajar y reprimir | | este volcán en que vivo; | | porque yo le quiero tanto, | | que al riesgo de mil peligros | | antepondré mi lealtad; | | que él que adora inadvertido | | dama que su amigo quiere, | | es traidor y no es amigo.) | | (Vase.) |
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BOFETÓN | Ea, señor, ¿no te llegas? | | Violante
está aquí, y yo he visto | | que te está
acechando el alma | | por la vista, que es resquicio | | por donde
mira el amor | | rayo a rayo y viso a viso. | |
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CELIA | Llégate
a hablarle, por Dios, | | que bien mirado es delito | | que disimulen
las obras | | lo que los ojos han dicho. | | Y si engañas
al amor, | | repara bien que es preciso | | que castigue como Dios | | lo que calla como niño. | |
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BOFETÓN | Ea, llégate,
¿qué esperas? | | ¿No parece en lo remiso | | que quiere
pedir prestado | | a hombre poco conocido? | |
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CELIA | Habla al Infante,
¿qué aguardas? | | ¿Piensas que es ya tu marido? | | No
ensombreres el semblante | | ni encapotes el hocico. | |
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VIOLANTE | ¿Dueño
mío? | | En buen hora, Infante, vengas | | con tu vista
a dar alivio | | a este raudal de mis ojos, | | que desangrando
hilo a hilo | | por dos fuentes que eligió, | | riega el
sentimiento mío | | para que crezca el dolor | | como si
en el pecho mismo | | no estuviese el corazón, | | que es
un arroyo nativo | | que en el término del alma | | por
líneas y caminos | | tiene a las penas en flor | | y en
el fruto los suspiros. | |
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CARLOS | Guárdete el cielo, Violante. | |
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VIOLANTE | ¿Cómo tan necio y tan tibio, | | con sola una
voz pagáis | | un discurso que, repito, | | en las palabras
también, | | como en las obras remiso? | | ¿Qué es
esto? Señor Infante, | | ¿Qué se hizo aquel cariño? | | ¿Qué se hizo vuestra fineza? | | ¿Y vuestro amor, qué
se hizo? | | ¿Vos los ojos sin objeto? | | ¿Las razones sin aliño? | | ¿Sin voz la lengua en el labio | | y sin obras los sentidos? | | ¿Hablando a solas con vos, | | y a que os vea habéis
venido? | | Disculpaos, señor Infante, | | cumplid siquiera
conmigo, | | fingid de lo que soléis, | | pues no os cuesta
lo fingido; | | mirad, que os he dicho a solas | | que os adoro
y que os estimo, | | y que me echéis a perder | | un amor
tan bien nacido | | por no fingirme siquiera. | | Y así,
señor, os suplico, | | pues no pagáis lo que os
amo, | | que me igualéis lo que os digo. | |
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CARLOS | ¡Ay Duquesa
de mis ojos! | | ¡Oh, nunca te hubiera visto! | | ¡Oh, siempre
tu rostro hermoso | | se me hubiera resistido | | con sus rayos!
Aunque en ellos | | la luz viera en que respiro; | | bien así
como sucede | | a ese planeta divino | | que con lo mismo que ofende | | da luz a prados y a riscos. | | Yo no te puedo decir, | | señora,
los males míos; | | no adelantes la sentencia, | | porque
entiendo que, al decirlos | | no he de poder refrenarlos; | | ya
presumo que habrás visto | | foso de nieve cuajado | | el
que era corriente río, | | que porque le heló
el invierno | | densamente entumecido, | | de hueco espejo del
prado | | se trocó monte macizo; | | y siendo cielo en la
selva | | sustituye al cristalino, | | siendo trinchera de nieve, | | cristal de roca castizo, | | helada leche que el tiempo | | presenta
al prado florido, | | y si le derrite el sol | | empieza por el
abismo | | con lento paso a correr, | | hasta que del ejercicio | | polilla de plata limpia | | roe su propio vestido; | | y abriendo
puertas al mar, | | corre alado y vuela frío, | | atropellando
las flores | | y haciendo penachos rizos, | | lleva las peñas
a saco, | | porque el sol, su juez altivo, | | mandó al
tiempo, alcaide suyo, | | que le quitase los grillos; | | así
mis males corrían | | hechos caudalosos ríos | |
por el alma, que es el prado | | más espacioso y florido. | | Pero helándolas el riesgo, | | las trocó en nuevo
granizo, | | adonde el sol de tus ojos, | | mejor juez y más
activo, | | de su helada cárcel manda | | que se arrojen
derretidos | | a la lengua, que es el mar; | | mas temo, que si
los digo, | | como helados estuvieron, | | han de arrojarte tan
vivos | | que no han de querer parar; | | y así ahora los
destilo | | en palabras por los ojos, | | por ver si en esto consigo | | que se paren cuando vean | | que van por otro camino. | |
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VIOLANTE |
Hacer lenguas de los ojos | | más es propiedad que vicio, | | que de las voces del alma | | son intérpretes divinos. | | Pero no es razón, Infante, | | quitar a la voz su oficio | | para dársele a la vista; | | ni está mi ingenio
tan fino | | que siendo tus penas tantas | | y tus males tan prolijos, | | ha de entenderte por señas; | | no sabe la voz decirlos, | | con ser quien más los entiende | | de costumbre o de
ejercicio, | | ¿y quieres tú que los ojos | | me digan lo
que no han visto? | |
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VIOLANTE | Ya
te escucho.- | | Véte fuera. |
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CARLOS | Prosigo: | | Sigismundo, el rey, mi hermano, | | de Nápoles dueño
invicto, | | mucho más que de su imperio, | | monarca de
su albedrío, | | tuvo guerras en Sicilia | | con Eduardo,
su primo, | | sobre que intentó casar | | con el grande
rey Basilio | | de Polonia, a la primera | | hija suya, habiendo
sido | | concierto, que el Rey, mi hermano, | | fuese su esposo
debido; | | fue la guerra tan cruel | | y el daño tan excesivo, | | que el mar, espejo del cielo, | | dos veces en sangre tinto, | | pintó de carmín las naves | | y trocó
en coral los riscos. | | Los sicilianos salientes, | | o de precepto
o de oficio, | | con tal ánimo embistieron | | nuestras
fustas y navíos | | en la playa de Sicilia, | | que el plomo,
que fue el granizo | | que arrojó la saña al riesgo | | de sus balas resistido, | | lo más que hizo fue estorbar, | | pero no lo más que quiso. | | Peleaban sin temores | |
valerosamente altivos, | | que ha menester más valor | | quien sin valor ha reñido. | | Y viendo nuestros soldados, | | enemigos los amigos, | | valientes a los cobardes, | | soberbios
los abatidos, | | y con razón los culpados, | | con mérito
los indignos, | | que siempre tiene razón | | el que vence
a su enemigo. | | Por no perder el derecho | | apelaron al peligro, | | y sentenciando el valor, | | saltando en tierra atrevidos, | | firmaron con sus espadas, | | que es la pluma del castigo, | | en el papel de sus pechos, | | con tinta de coral tibio, | | habiendo
visto las causas | | el fallo de sus delitos. | | Talando campos
y montes | | obró el enojo tan vivo | | que las parvas que
a los cielos | | por puntales o por riscos | | rubia competencia
hicieron | | a aquellos montes altivos | | fueron despojos del
viento, | | en cenizas reducidos, | | y no acordando del oro | | el
soldado vengativo, | | hizo saco del rigor | | y de la venganza
asilo. | | Nadó en corales el monte, | | y creciendo en
alarido, | | subió a los cielos la queja, | | mas no llegó
a los oídos. | | Horror era cada bulto, | | tiniebla el
humo prolijo. | | Susto el amago, el mal vida, | | la mayor memoria
olvido: | | la luz desmayo, el bien pena, | | riesgo el valor,
la ira vicio. | | Y sólo era en tantos males | | la muerte
el menor peligro; | | pero Eduardo, su Rey, | | dio bordo por compasivo, | | que la lástima es temor | | con máscara de cariño. | | Tocó a recoger su gente, | | prometiendo a un tiempo
mismo | | otra vez a la Princesa | | a mi hermano vengativo. | | Levantó
el campo mi hermano, | | y para este asiento vino | | como por
embajador | | el Almirante, su tío. | | Hasta aquí
mi amor en calma, | | o como contento indigno | | en el mar de
tu hermosura | | hallo tus ojos tranquilos. | | Ahora va la tormenta, | | ya el Euro y el Noto a silbos | | a este leño racional | | le conducen al abismo. | | Pidiote el embajador | | por esposa;
es noble, es rico, | | no te merece, y soy yo | | quien te amo
y quien te estimo; | | yo, infelice, él venturoso, | | lo
demás ya te lo he dicho; | | pues no para aquí
el efecto | | de aquesos astros impíos. | | El Rey de Sicilia
pide | | (¡Oh si los cielos benignos | | a mi voz pusieran graves | | de la parca el fiel cuchillo!) | | que pues él tiene
dos hijas | | case el Rey con la Princesa, | | pero la Infanta
conmigo; | | llamome el Rey, yo le escucho, | | prometo lo que
te digo, | | con el semblante lo niego | | y con la voz lo confirmo; | | no me entendió el Rey mi hermano, | | o si me entendió
no quiso, | | diole al Almirante el sí, | | púsose
luego en camino, | | y es concierto que la Infanta | | dará
infeliz su principio, | | antes que el Rey se despose | | al himeneo
divino; | | primero me he de casar, | | que en secreto me lo ha
dicho; | | y tú con el Almirante, | | digno, pues te ha
merecido; | | hoy dicen que llegarán, | | hoy, nuestros
dos enemigos, | | ¡oh la galera al soltar | | al ligero viento
el lino, | | a ser despojo del mar | | choque en el primer bajío! | | Perderte, ¡qué grande mal! | | Me tiene tanto astraído, | | que neutralmente en sí propio, | | no bien muero ni
suspiro | | ¡ay de mi amor, si te pierdo! | | ¡Ay de ti, si me
has perdido! | | Que también lloro tu pena | | por duplicar
mis suspiros; | | pero ya para la muerte, | | cuando inconstante
agonizo | | en la causa del dolor, | | el mirarte es el indicio, | | el tormento, el adorarte; | | mi confesión, el peligro; | | el casarme, la sentencia; | | el admitirlo, el delito; | | la
voz del pueblo, el pregón; | | el Rey, quien manda el
castigo; | | la Infanta, quien lo ejecuta; | | la obligación,
el ministro; | | será el sí, la ejecución, | | y dar la mano, el cuchillo; | | mirarte en ajenos brazos, | |
¡qué dolor tan excesivo! | | Decir yo a otra dama amores, | | ¡qué indecente sacrificio! | | Morirme de imaginarle | | es de mi dolor capricho, | | porque la imaginación | |
es el estoque más fino. | | No llorarlo tú, ¡qué
ofensa! | | Erró amor los albedríos: | | discúlpaseme
el amor | | su error, siendo ciego y niño. | | Éste
es, hermoso portento, | | el cuidado que reprimo; | | éste
es, dulce prenda mía, | | por quien muero y quien suspiro. | | Ésta, gloria mía, el riesgo, | | que tiene mi
amor remiso, | | tu aliento es soplo a esta llama, | | por quien
muero y resucito; | | y estos son mis males todos, | | estos los
afectos míos; | | pocos para ser contados | | y muchos para
sentidos. | |
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VIOLANTE | De suerte, señor, de suerte, | | está
el dolor compasivo, | | de llorar lo que tú sientes, | | que al entregarle al oído, | | si le lloro como a tuyo | | le hago ofensa como a mío; | | pero antes que no a las
quejas | | sean los remedios arbitrios, | | y obre el discurso
en el daño, | | ya que no obra el albedrío. | | Tú
me quieres, yo te adoro; | | tú me pagas, yo lo admito; | | que amantes son industriosos | | cuando son amantes finos. | | Señor, busca tú el remedio, | | porque al riesgo
o al delito | | expuesta mi voluntad, | | ha de ser peñasco
fijo. | | Apenas el riesgo nace, | | cuando está el remedio
vivo. | | Y aun yo buscaré el remedio; | | mas cuando me
significo | | tan obediente a tu amor, | | tu precepto solicito; | | porque me debas siquiera | | la obediencia a mis retiros; | |
que es fineza obedecerte | | y es mandato el elegirlo; | | prosigue
y dame el remedio. | |
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CARLOS | Oye lo que determino: | | pues ha
de venir la Infanta | | por ese mar cristalino | | porque no admito
su fe | | a dar a mi amor martirio, | | si el Almirante con ella | | vendrá a casarse contigo, | | atajémosles los
pasos, | | y sea el remedio mismo, | | casarnos antes que venga, | | pues cuando el Rey al suplicio | | determine mi garganta, | |
primero habré conseguido | | en tus brazos amorosos | |
los afectos repetidos; | | si el Rey desto se ofendiere, | | venga
a la vida el castigo, | | como no mueran las almas, | | los cuerpos
hagan su oficio. | | Muera de haberte ganado | | y no de haberte
perdido, | | que de dos muertes forzosas | | la más venturosa
elijo. | |
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VIOLANTE | Dices bien, Carlos mi esposo, | | atropellar
el peligro, | | aunque sea con el riesgo, | | será consejo
advertido; | | mi padre Conrado el Duque | | que está con
el Rey te aviso | | cada noche hasta las doce, | | con secreto
te suplico | | que vengas aquesta noche, | | y traerás también
contigo | | quien nos despose en secreto. | | ¡Oh! el cielo compadecido | | me deje ver en tus brazos, | | donde mariposa en giros | | las
alas del corazón | | entregaré al sacrificio. | |
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|
VIOLANTE | Y yo tu consejo
admito, | | no te goce, no, la Infanta | | y obre el rigor vengativo. | |
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CARLOS | Ni te goce el Almirante, | | antes en mil precipicios | | los arroyos dese monte | | turben al prado Narciso. | |
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VIOLANTE | (Ap.) | Si él supiera que me quieren, | | Roberto, el
Rey y su amigo. | |
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CARLOS | El remedio antes del daño | |
desta manera consigo. | |
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VIOLANTE | Sin ti ¿qué vale la
vida? | |
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(Ruido dentro.)
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VIOLANTE |
Ruido siento en esta sala. | |
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VIOLANTE | Mira, señor, que he temido. | |
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CARLOS | La que
no tiene recelos | | no tiene el amor muy vivo. | |
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CARLOS | Los
brazos, | | que son la paga y testigos. | |
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|
VIOLANTE | ¡Oh quién
jamás se apartara! | | Pero adiós, esposo mío. | |
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(Ruido dentro.)
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CARLOS | Adiós, dueño restaurado, | | aun ántes de estar perdido. | |
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|
VIOLANTE | Sol, anégate
en el mar. | | (Vase.) |
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|
CARLOS | Noche,
tiende el manto frío. | | (Vase.) |
|
|
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Salen EL MARQUÉS, ROBERTO, EL CONDE, EL DUQUE, EL
REY y ACOMPAÑAMIENTO.
|
REY | ¿Llegó el aviso ya,
marqués Alberto? | |
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|
MARQUÉS | Ya las alas batió,
y entregó al puerto | | el velamen veloz la carabela | | que deja de ser ave cuando vuela | | por pasarse a elemento, | | siendo penacho al mar, donaire al viento. | | El patrón
ha avisado, que la Infanta | | viene con priesa tanta, | | que
ya estará en la orilla, | | si no es que el edificio
por la quilla, | | cuando esos mares toque, | | o se rompa, o se
sorba, o se desboque, | | siendo ejemplo infelice de sí
mismo, | | a sorber los cristales del abismo. | |
|
|
REY | Duque Conrado,
para daros fama, | | al árbol vuestro arrimaré
una rama, | | de cuyo heroico fruto | | renuevos verdes coja el
tiempo astuto. | | Casada está Violante, vuestra hija, | | que antes que amor le elija, | | yo le señalo dueño; | | sacáraos mi amistad de aqueste empeño, | | pues
hoy la caso, digo, | | con quien es de mi sangre, y es mi amigo. | |
|
|
DUQUE | Vuestra elección, señor, es mi obediencia, | | y sin apelación vuestra sentencia, | | puesto que capitán
y juez severo | | vibráis en una mano el docto acero, | | y la diestra razón medís constante, | | o el
cavado metal único cante, | | por cuanto Arabia la felice
llora; | | varía el mar, corre el viento y el sol dora. | |
|
|
MARQUÉS | (Ap.) | El Rey dijo, que el que ha de ser su
esposo | | es su amigo y su sangre, y es forzoso, | | según
de su razón he imaginado, | | que siendo yo su sangre
y su privado, | | hoy sea de su mano el elegido; | | no le he dicho
mi amor, ya le he entendido; | | el Rey único, en fin,
docto y perfeto, | | generoso señor, grave y discreto. | |
|
|
CONDE | (Ap.) | Al Rey a la Duquesa le he pedido, | | y aunque
nunca a mi amor ha respondido, | | hoy sin dar la respuesta
me responde; | | su amigo y sangre soy, bien corresponde | | lo
que dice dudoso, | | a mi amor y su afecto generoso. | |
|
|
DUQUE | (Ap.) | Su amigo a quien más quiere y sangre suya, | | aquí
es razón que arguya, | | que es su hermano el Infante
a quien señala, | | y que a su sangre mi nobleza iguala, | | el Infante a mi hija, amante adora, | | halo sabido el Rey
y quiere ahora | | mezclar su sangre con la real que gozo, | |
la alegría, el contento, el alborozo | | para llenar
mis esperanzas vanas, | | han de reverdecer mis blancas canas. | |
|
|
REY | (Ap.) | ¡Que yo case a Violante desta suerte, | | y que yo
sea el ministro de mi muerte! | | ¡Que me vea en sus afectos
abrasado, | | y me corrija la razón de Estado! | | ¡Que
sea mi valor mi propio miedo, | | y que prometa lo que dar no
puedo! | |
|
|
MARQUÉS | ¿Cuál es, señor, el dueño
venturoso | | que ha de ser de Violante el dulce esposo? | |
|
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CONDE |
¿Cuál es, señor, porque el amor lo cante, | |
el que ha de ser esposo de Violante? | |
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|
DUQUE | ¿Cuál mi
hijo ha de ser en vuestro estado, | | porque adelante el bien
a mi cuidado? | |
|
|
REY | El que ha de ser su dueño y es su
amante. | |
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|
REY | Es
de Sicilia el Almirante. | | ¿De qué os turbáis?
¿No es noble y generoso? | | ¿No es activo, prudente y valeroso? | |
|
|
MARQUÉS | Sí; mas siendo extranjero, | | los títulos
de Italia eran primero. | |
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CONDE |
Así
lo digo; | | pero un hombre que ha sido tu enemigo... | |
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REY | Quien
supo ser contrario buen soldado, | | amigo será en paz
más acertado. | |
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|
DUQUE | No sé yo si mi hija ha
de sentirlo. | |
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REY | Como vos lo mandéis, ha de admitirlo. | |
|
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REY | Otra vez digo, que ninguno intente | | contradecir
el gusto a mi grandeza, | | o le pondré a sus plantas
su cabeza; | | tal mi imaginación está turbada | | que castigo lo propio que me agrada. | |
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Sale BOFETÓN.
|
BOFETÓN | Ahora en aqueste punto | | de una galera se apean | | una dama tan gallarda | | que puede ser pioquintesa, | | y un
mancebo la acompaña | | de tan señaladas prendas, | | que es gordo de erre que erre | | y bermejo de anatema. | | Ella
tiene muy buen talle, | | un poquito virolenta, | | trigueña
lo que le sobra, | | y Blanca lo que le queda; | | todo lo que
es necesario | | para vivir trae con ella: | | pabellón
para el verano, | | y para el invierno esteras; | | sábanas
en las enaguas | | y para colchones felpa; | | para cubrir, guardainfante; | | y por si está de pendencia | | trae en la cabeza espada | | y en la cotilla defensa; | | para hacer caza mejor, | | redes
por valona y vueltas, | | jaula para pajaritos, | | para gallinas
pollera; | | para dar coz, ponleví, | | en el zapato una
prensa, | | los guantes para pedir, | | espejo es su cara mesma. | | En las bandas y listones, | | manillas, sortijas, trenzas, | | colonias, cintas y vidrios, | | trae bien cumplida una tienda. | | En efecto, ellos llegaron; | | lleguen muy enhorabuena, | | porque
a casar a tu reino | | han venido de sus tierras; | | cuando otros
por no casarse | | se van de sus tierras mesmas. | | Mas con su
pan se lo coman | | o meriéndenlo siquiera, | | que entre
dos malos casados | | las comidas son meriendas; | | dije ya, noble
auditorio, | | porque estaba de represa, | | Soy hablantem me quotidie, | | y tú escuchantem et caetera.
| | (Vase.) |
|
|
REY | Vos, Conrado, id al momento, | | y haced que Violante
venga | | sin decirla para qué; | | y vos, Conde, dad las
nuevas | | al Infante; pero no, | | decid que hablarle quisiera, | | y no digáis la venida | | de su esposa, porque tenga | | todas las glorias a un tiempo | | el que aguarda las finezas. | |
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CONDE | Tu precepto es mi obediencia. | |
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DUQUE | (Ap.) | ¡Que esto suceda a mis males! | |
|
|
CONDE | (Ap.) | ¡Que
esto a mi amor le suceda! | |
|
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MARQUÉS | (Ap. | ¡Que viniese
el Almirante! | | ¡Qué presto los males llegan! | | Tienen
alas las desdichas, | | son ruines, vienen apriesa.) | | Salgamos
a recibir, | | Marqués, la Infanta. |
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Salen LA INFANTA,
EL ALMIRANTE y ACOMPAÑAMIENTO.
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INFANTA | Su
Alteza | | escuche las prevenciones, | | y los brazos le prevenga | | a un deseo efetuado | | y a una debida obediencia. | |
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REY | Si yo
merezco los suyos | | los admita vuestra Alteza. | |
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ALMIRANTE | Sus
reales plantas permita | | a mi labio tu grandeza, | | porque tenga
buenos fines | | quien tiene principio en ellas. | |
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REY | Almirante,
levantaos, | | ya espero a Violante, bella | | Infanta, a mi hermano
espero, | | porque a un mismo tiempo tengan | | premio vos y yo
tormento, | | vos quien os sirva y os quiera. | |
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INFANTA | Señor,
cuando con mi padre | | tuvisteis injustas guerras, | | todas presumo
que fueron | | por mi hermana, la Princesa, | | vencisteis, hubo
fortuna, | | y yo obediente y resuelta | | con vuestro hermano
a casarme | | vengo a vuestra patria regia. | | Yo había
de ser vuestra esposa, | | rompiose la conveniencia, | | y lo que
en vos era amor | | se trocó después en tema. | | En fin, yo vengo a casarme, | | y en esta ocasión quisiera | | que lo que ha sido concierto | | hubiera sido fineza. | |
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REY | Si
el Rey vuestro padre entonces | | por amistad lo pidiera | | yo
me casara con vos; | | pero que al polaco exceda | | por materia
de gobierno | | y me niegue a la Princesa | | por elección,
eso no: | | negármela y ofrecerla, | | es atropellar a un
tiempo | | su palabra y mi grandeza. | | Ya este concierto esta
hecho, | | dejemos estas materias | | porque se irrita la sangre | | cuando se acuerda la ofensa. | |
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ALMIRANTE | Pues yo para interrumpir | | os quiero pedir licencia | | para desposarme hoy | | con Violante,
la Duquesa. | |
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REY | Yo os la concedo, Almirante, | | (Ap. | ¡Qué
esto mi dolor consienta!) | | y puesto que vuestra es, | | mandad
como en cosa vuestra. | |
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ALMIRANTE | Para ejemplo del valor | | la
edad de Nestórea veas. | |
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Salen EL DUQUE por una, puerta
y EL CONDE por otra, EL INFANTE y LA DUQUESA.
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CONDE | Aquí
está el Infante y yo. | |
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DUQUE | Violante, a sus plantas
llega. | |
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VIOLANTE | Déme
a besar vuestra Alteza... | |
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REY | Carlos, ¿de qué os suspendéis? | | Violante, ¿de qué suspensa? | |
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VIOLANTE | Ver que está en vuestra presencia | | de Sicilia el Almirante... | |
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CARLOS | Y con él la Infanta
bella... | |
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REY | Hoy ha de ser vuestra esposa, | | y de vos, Violante,
es fuerza | | hoy ser dueño el Almirante. | |
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VIOLANTE | (Ap.) | Si los males no me anegan, | | es porque se hielan todos | | en
los poros y en las venas. | |
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CARLOS | (Ap.) | Si no muero deste
agravio, | | es porque con diferencia | | si aquesta injuria me
hiere, | | aquel remedio me alienta. | |
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REY | Dadle la mano a la
Infanta, | | que pues esta noche espera | | en el tálamo
de amor | | del vuestro tantas finezas, | | ofrecerle vuestra mano | | sea señal o sea prenda; | | y vos también ya
podéis | | darle la mano, Duquesa, | |
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CARLOS | (Ap.) | ¡Cielos!
¿Qué he de hacer ahora? | | Pedirle la mano es fuerza | | ¡que esta injuria sufra amor! | | Pero como ciego yerra. | |
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VIOLANTE | (Ap.) | Vive mi pena inmortal, | | que si a dar la mano llega, | | que he de hacer lo mismo yo. | | Él le da la mano. |
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CARLOS | (Ap.) | Ella | | da la mano al Almirante. | |
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CARLOS | (Ap.) | ¡Oh
ingrata! ¡Oh fiera! | |
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CARLOS | (Ap.
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Yo me vengo.) | | Ésta, Infanta bella... |
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VIOLANTE | Ésta | | es mi mano. (Ap. ¡Hay tal dolor!) | |
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CARLOS | (Ap. | ¡Hay tal tormento!
¡Hay tal pena!) | | Es la que vuestra ha de ser; | | pero ahora,
Infanta, es fuerza, | | que no le pierda el respeto | | mi amor
a vuestra grandeza; | | y así, para la ocasión | | la guardo, que es indecencia | | adelantar los favores | | cuando
es propia una belleza. | |
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VIOLANTE | Pero a no darla me fuerzan | | obligaciones de noble; | | que pues Carlos se la niega | | a la
Infanta, y es su esposa, | | en tan amorosa guerra, | | si él
no la da, no la doy, | | yo la diera, si él la diera. | |
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INFANTA | Infante, vos sois discreto. | |
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ALMIRANTE | Vuecelencia
es muy discreta. | |
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REY | (Ap. | ¿No parece que mi hermano | | niega
lo mismo que aprueba, | | y la Duquesa también, | | lo propio
que admite niega? | | ¡Ay de mí! que con mi acero | | me
estoy haciendo la ofensa.) | | ¿Queréis mucho a vuestra
esposa, | | Infante? |
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CARLOS | Desta
manera: | | la esposa que más procura, | | como es más
vivo mi ardor, | | siendo Infanta del amor | | es reina de la hermosura. | | Entré, miré su luz pura, | | y aunque pudiera
inconstante | | variar en luz semejante, | | como la vi tan hermosa, | | a no haber de ser mi esposa, | | muriera de ser su amante. | | Celar me hizo y recelar | | cuando la llegué a querer, | | que quien no sabe temer | | no sabe lo que es amar. | | No hubo
causa en que dudar | | a su fe y a su entereza, | | que aunque
es tanta su pureza, | | no admiré en estos recelos | | que
trae consigo los celos, | | la que trajo la belleza. | | Hoy la
mano la he de dar, | | mi palabra he de cumplir, | | bien me puede
no admitir | | mas no la puedo olvidar; | | permanente ha de durar | | en el alma este blasón, | | que como hirió esta
pasión | | al corazón inmortal, | | ha de durar la
señal | | mientras viva el corazón. | |
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VIOLANTE | Yo
al que mi esposo ha de ser | | y un alma pienso entregarle, | | aunque no quisiera amarle, | | por fuerza le he de querer. | | La que es principal mujer | | a uno solo ha de estimar, | | ni
ha de olvidar ni variar, | | luego si yo soy quien soy, | | y ya
ha dos años le estoy | | para siempre le he de amar. | | Nace en el prado una flor | | olorosa, pura y bella, | | y aunque
otras resultan della, | | la primera es la mayor; | | seca el estío
su ardor, | | y aunque la marchita, advierte | | que aun muerta
fragancia vierte, | | pero esotras flores no; | | que la que tarde
nació | | llora primero su muerte. | | Flor es este amor
primero | | que otras flores resucita; | | flor, otro amor le marchita, | | y éste se conserva entero; | | primero nació,
y infiero | | que cuando la parca intente | | cortar su rama eminente, | | será su eclipse fatal, | | que este amor es natural | | y esotros son accidentes. | |
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INFANTA | (Ap.) | Aquí la alabanza es cierta, | | puesto
que a mí no me importa, | | que me quiera o no me quiera; | | mas
que el amor me ha inclinado, | | me anima el son de la guerra, | | no hay requiebro para mí, | | como el son de la trompeta | | que en el verdor de los años | | tocan a fuego las venas; | | para que yo me recoja | | dé licencia vuestra Alteza. | |
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ALMIRANTE | Y para que yo acompañe | | a mi esposa la Duquesa. | |
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VIOLANTE | Mi padre está aquí, Almirante, | | cuando
vuestra esposa sea, | | entonces recibiré | | por mayor
esas finezas. | |
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ALMIRANTE | Mi obediencia es vuestro gusto, | |
esta noche en esta pieza | | ha de ser el desposorio, | | y así
es bien que se prevengan | | las más limpias voluntades | | a la más decente ofrenda. | |
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CARLOS | A los cielos doy
palabra | | y después a vuestra Alteza | | de desposarme
esta noche. | |
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CARLOS | Con
mi Infanta bella. | | (Ap. | Si soy el Infante yo, | | no es Infanta
la Duquesa?) | |
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VIOLANTE | (Ap.) | Yo la doy de dar la mano | | al
instante que la ofrezca | | Carlos a su esposa amante. | |
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REY | (Ap.
| Paciencia, cielos, paciencia.) | | Venid, señora, a otro
cuarto. | |
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CONDE | (Ap.) | ¡Que esto escuche y que no muera! | |
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MARQUÉS | (Ap.) | ¡Que viva y sufra estos celos! | |
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INFANTA | (Ap.) | ¡Que aun no haya llegado
y ya | | me desposen tan apriesa! | |
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REY | (Ap.) | Pero ardides tiene
amor. | |
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MARQUÉS | (Ap.) | Amor sabe diligencias. | |
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CONDE | (Ap.) | No hay desdicha sin remedio. | |
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ALMIRANTE | (Ap.) | Fortuna
para tu rueda. | |
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INFANTA | Déme
mi valor prudencia. | | (Vase.) |
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VIOLANTE |
¿Qué dices desto, don Carlos? | |
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CARLOS | Que nuestros
males empiezan. | |
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VIOLANTE | ¿Qué tan presto hayan venido? | |
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CARLOS | ¿Cuándo la desdicha yerra? | |
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VIOLANTE | Casarnos, ¿de qué manera? | |
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VIOLANTE | ¿Pues en qué
tiempo, si es fuerza, | | que nos llamen al instante? | |
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CARLOS |
Antes que a llamarnos vengan. | |
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CARLOS | Y tu fe en mi diligencia. | |
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VIOLANTE | Aquí
la tardanza es riesgo. | |
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CARLOS | Sin riesgo amor no se acendra. | |
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CARLOS | Sea el castigo mi
cabeza. | |
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CARLOS | Amor
la mate | | y celos la hagan la guerra. | |
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VIOLANTE | ¿En fin, ponemos
dos vidas | | a un amor que nos gobierna? | |
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CARLOS | Morir de celos
es rabia; | | pero de amor fortaleza. | |
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VIOLANTE | Peligrar en los
remedios | | es de los astros violencia. | |
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CARLOS | Peor fuera no
haber remedio. | |
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CARLOS | Pues
a los riesgos, Violante. | |
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VIOLANTE | Pues Carlos, a sufrir penas. | |
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VIOLANTE | ¿Cuándo
en mí se vio flaqueza? | |
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CARLOS | Pues como yo sea tu
esposo... | |
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CARLOS | Vengan
tormentos y males. | |
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(Vanse cada uno por su puerta.)
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