Paisaje de
Ávila, óleo del pintor venezolano Manuel
Cabré.
—73→
—75→
El himno de Colombia
Canción militar
Dedicada a S. E. El presidente libertador
Simón Bolívar70
1
Otra vez con cadenas y muerte
amenaza el tirano español.
Colombianos, volad a las armas,
repeled, repeled la opresión.
Suene ya la trompeta guerrera,
5
y responda tronando el cañón;
de la Patria seguid la divisa,
que os señala el camino de honor.
CORO
Suena ya la trompeta guerrera
y responde tronando el cañón;
10
ya la patria arboló su divisa,
que nos muestra el camino de honor.
—76→
2
¿Qué Patriota de nobles ideas
apetece la torpe inacción?
¿quién aprecia el reposo entre grillos?
15
Ciudadano, morir es mejor.
Libertad, haz que dulce resuene
de Colombia a los hijos tu voz;
que jamás uno solo se afrente,
prefiriendo la vida al honor.
20
CORO
Libertad, ¡oh cuán dulce que suena
de Colombia a los hijos tu voz!
No será que uno solo se afrente
prefiriendo la vida al honor.
3
De la Patria es la luz que miramos,
25
de la Patria la vida es un don.
Verteremos por ella la sangre,
por un bárbaro déspota no.
Libertad es la vida del alma;
servidumbre hace vil al varón.
30
Defender a un tirano es oprobio;
perecer por la Patria es honor.
CORO
Libertad es la vida del alma;
servidumbre hace vil al varón.
Defender a un tirano es oprobio,
35
perecer por la Patria es honor.
4
Defended este suelo sagrado,
que crecer vuestra infancia miró;
—77→
en que yacen cenizas heroicas,
en que reina una libre nación.
40
Recordad tantas prendas queridas,
de la esposa el abrazo de amor,
de los hijos el beso inocente,
de los Padres la herencia de honor.
CORO
Defendamos la patria querida
45
que nos guarda las prendas de amor;
defendamos los caros hogares;
conservemos la herencia de honor.
5
Recordad los patriotas ilustres
que cobarde crueldad inmoló.
50
¿No escucháis que apellidan venganza?...
Embestid a esa turba feroz.
Recordad del Araure los campos,
que el valor colombiano ilustró;
a Junín, Boyacá y Ayacucho,
55
monumentos eternos de honor.
CORO
Recordemos de Araure los campos
que el valor colombiano ilustró;
a Junín, Boyacá y Ayacucho,
monumentos eternos de honor.
60
6
¿Veis llegar las legiones venales,
que conduce a la lid la ambición?
Contra pechos de libres patriotas
impotente será su furor.
—78→
Atacad; una fe mercenaria
65
poco da que temer al valor.
Por victoria hallarán escarmiento,
por botín llevarán deshonor.
CORO
Avanzad, oh legiones venales,
que conduce a la lid la ambición;
70
por victoria hallaréis escarmiento
por botín llevaréis deshonor.
—79→
—75→
2. En el manuscrito original tachado
orgullo, y sustituido por
tirano.
3. En el manuscrito original tachado
corred, ysustituido por
volad.
4. Primera redacción:
repeled al odiado invasor.
—76→
38. En el manuscrito original tachado
mecer, y sustituido por
crecer.
—77→
40. En el manuscrito original tachado
fuerte, y sustituido por
libre.
—78→
65-72 Las dos estrofas finales tienen en el
manuscrito original variantes de redacción. En la forma siguiente:
*Por victoria hallarán
escarmiento;
por botín llevarán
confusión;
no dudéis, arrostradlas, que
nunca
vil salario hizo más que el
honor.
CORO
*Avanzad, oh legiones venales
por botín llevaréis
confusión
que jamás en el campo de Marte
vil salario hizo más que el
honor.
Atacad, que una fe mercenaria (a)
*Poco da que temer al valor.
*Por victoria hallarán
escarmiento,
*por botín llevarán
deshonor.
CORO
* Avanzad, oh legiones venales
*que conduce a la lid la
ambición;
y veréis que la baja codicia
poco da que temer al honor.
(a)Estas estrofas tienen, todavía una
primera redacción:
* Por victoria hallaran escarmiento,
por botín llevarán
confusión:
arrostradlas, que baja codicia
nunca dio que temer al honor.
CORO
* Avanzad, oh legiones venales.
que conduce a la lid la
ambición;
avanzad, una fe mercenaria
nunca dio que temer al honor.
La luz
Traducción de un fragmento de un poema de
Delille, intitulado
Los tres reinos de la naturaleza71
La ciudad por el campo dejé un
día
y recorriendo vagoroso el bello
distrito que a la vista se me ofrece
el prado cruzo y la montaña trepo;
—80→
llevé por la espesura de la selva
5
de mi libre vagar el rumbo incierto;
del arroyuelo el tortüoso giro
seguí; pasé el torrente; oí el estruendo
de la cascada; contemplé la tierra,
y osé curioso interrogar al cielo.
10
El sol se puso y envolvió la noche
la creación, mas por su triple imperio
discurre aún la mente vagorosa.
—81→
Descendió de los astros el silencio
derramando en mi ser sabrosa calma;
15
y de mil formas peregrinas veo
el mágico prodigio todavía
y aún no da tregua a la memoria el sueño.
Pareciome mirar al Genio augusto
de la naturaleza, entre severo
20
y apacible el semblante, en luminosa
ropa velados los divinos miembros.
De sus siete matices Iris bella
bordole el manto; Urania el rubio pelo
le coronó de estrellas; doce signos
25
el cinto, le divisan; arma el fuego
de Júpiter su diestra, y su mirada
meteoros de luz esparce al viento.
Bajo sus huellas brota el campo rosas;
ábrense a su mandado mil veneros
30
de cristalinas ondas; las fragantes
alas Favonio agita; o silba el Euro
acaudillando procelosas nubes,
se inflama el aire, y ronco estalla el trueno.
Puéblase el ancho suelo de vivientes
35
y el hondo mar; en derredor el Tiempo
con mano infatigable alza, derriba,
cría, destruye; sus despojos yertos
—82→
la tumba reanima; y da la Parca
eterna juventud al universo.
40
Cuanto le miro más, mayor parece:
«¡Mortal!, me dice al fin, si hasta aquí
fueron
las formas exteriores que este globo
muestra a la vista, a tu pincel sujeto
a empresa superior la fantasía
45
levanta ya; sus íntimos cimientos
cala, y de su escondida arquitectura
revela a los humanos los misterios;
los primitivos elementos canta,
su mutua lid, sus treguas y conciertos,
50
Mide con huella audaz la escala inmensa
—83→
que sube desde el polvo hasta el Eterno.
Haz que en sus vetas el metal se cuaje;
desarrolla la flor; somete al cetro
del hombre el bruto; eleva a Dios el hombre.
55
Yo a tu pintura infundiré mi aliento,
y durará cuanto yo dure». Dijo;
y a obedecerle voy; mas lejos, lejos
de mí, sistemas vanos, parto espurio
de la razón que demasiado tiempo
60
tuvisteis en cadenas afrentosas,
de sí mismo olvidado, el pensamiento.
Sobre apoyos aéreos erigido,
obra de presuntuosa fantasía
que desprecia el examen, un sistema
65
hasta los cielos la cabeza empina,
y de los hombres usurpando el culto
reina siglos tal vez; mas no bien brilla
la clara luz de un hecho inesperado,
la hueca mole en humo se disipa.
70
Los vórtices pasaron de Cartesio;
pasaron las esferas cristalinas
de Ptolomeo; y con flamantes alas
en torno al sol la grave tierra gira.
De sus frágiles basas derrocados
75
así también vendrán abajo un día
—84→
tantos sueños famosos; como aquella
estatua del monarca de la Asiria,
que de oro, plata y bronce fabricada
se sustentaba en flacos pies de arcilla;
80
y desprendida de una cumbre apenas
el tosco barro hirió menuda guija,
se estremece el coloso, y desplomado
cubre en torno la tierra de rüinas.
Sigamos pues de la experiencia sola
85
el seguro fanal; ella me dicta,
yo escribo; a sus oráculos atento,
celebro ya la luz; a la luz rinda
su homenaje primero el canto mío,
a la sutil esencia peregrina
90
que los cuerpos fomenta, alumbra, cala;
que el verde tallo de la planta anima,
su pureza vital conserva al aire,
llena el espacio inmenso en que caminan
los mundos, y en su rápida carrera
95
a la mirada del Eterno imita;
fuente de la beldad, pincel del mundo,
de la naturaleza espejo y vida.
—85→
A la celeste bóveda mi vuelo
dirige tú, Delambre, que combinas
100
gusto y saber, y la elegancia amable
con el severo cálculo maridas.
Y pues Newton de su potente mano
a la tuya pasó no menos digna
las riendas de los Orbes luminosos;
105
tiende a tu admirador la diestra amiga;
subir me da sobre tu carro alado,
y la hueste de esferas infinita,
que en raudo curso surcan golfos de oro,
o equilibradas penden de sí mismas,
110
veré contigo, y su dïurna vuelta,
y su anuo giro, y de qué ley regidas,
ora se buscan con amantes ansias,
ora el consorcio apetecido esquivan.
No te conduce allá la gloria sólo
115
de interpretar ocultas maravillas,
ni en la región te engolfas de la duda,
en que sistemas con sistemas lidian;
mas del Gran Ser la soberana idea,
y el pacto eterno exploras que armoniza
120
ese de luz imperio portentoso
donde al orden común todo conspira;
—86→
donde el cometa mismo, que la roja
melena desgreñando, pone grima,
guarda en su vasta fuga el señalado
125
rumbo, y el patrio hogar jamás olvida.
Pura es allí de la beldad la fuente,
cuyo ideal modelo te cautiva;
mas ¡ah! que en esos rutilantes orbes
do el ángel de la luz con ojos mira
130
de piedad este cieno que habitamos,
do te ofrece un abismo cada línea,
cada astro un punto, y cada punto un mundo,
no es posible, Delambre, que te siga.
En pos de objetos, que a Virgilio mismo
135
dieron pavor, no vuelo ya. Campiñas
y prados y boscajes me enamoran;
ellas, como al mantuano, me convidan;
a gozar voy su asilo venturoso;
y mientras tú con alas atrevidas
140
corres tu reino etéreo, y pides cuenta
de su prestado resplandor a Cintia,
o del soberbio carro del Tonante
contemplas la lumbrosa comitiva,
te veré yo desde mi fuente amada
145
en los astros dejar tu fama escrita,
y menos animoso, a cantar sólo
la bella luz acordaré mi lira.
A cada ser su colorida ropa
viste la luz; si toda le penetra,
150
oscuro luto; si refleja toda,
pura le cubre y cándida librea.
—87→
Rompe también a veces y divide
su trama de oro en separadas hebras,
y reflejada en parte, en parte al seno
155
osando descender de la materia,
visos le da y matices diferentes.
Mas otras veces rápida atraviesa
el interior tejido; y lo más duro,
variamente doblada, trasparenta.
160
Ora a la superficie en que resurte,
con ángulos iguales busca y deja;
ora a diverso medio trasmitida,
según es denso, así los rayos quiebra.
Antes que de Newton el alto ingenio
165
de la luz los prodigios descubriera,
mostrose siempre en haces concentrada.
Él descogió la espléndida madeja
y de la magia de su prisma armado
del iris desplegó la cinta etérea.
170
Mas a las maravillas de tu prisma
precedió, inglés profundo, la ampolluela
de jabón, con que el niño sin saberlo
desenvolviendo los colores, juega.
Lo que inocente pasatiempo al niño,
175
fue a ti lección; así naturaleza
fía al atento estudio sus arcanos,
o un acaso felice los revela,
De los siete colores la familia,
si toda se reúne, el brillo engendra
180
de la radiante luz; y si con varia
asociación sus varios tintes mezcla,
ya del metal el esplendor produce,
ya el oro de la mies que el viento ondea,
ya los matices que a la flor adornan,
185
ya los celajes que la nube ostenta,
y de los campos el verdor alegre,
y el velo azul de la celeste esfera;
su púrpura el racimo, y su vistosa
cuna de nácar le debió la perla.
190
—88→
¿Y quién los dones de la luz no sabe?
Triste la planta y lánguida sin ella
niega a la flor colores, niega al fruto
dulce sabor, y adonde alcanza a verla,
allá los ojos y los tiernos ramos
195
descolorida tiende y macilenta.
¿Ves de enfermiza palidez cubrirse
la endibia en honda estancia prisionera?
¿Ves en la zona do a torrentes de oro
derrama el sol su luz, cuál hermosea
200
florida pompa el oloroso bosque?
Empapadas allí de blanda esencia
bate las alas céfiro lascivo,
dorada pluma el avecilla peina,
abril florece sin cultura eterno,
205
y toda es vida y júbilo la selva;
mientras del norte la región sombría
de funeral horror yace cubierta.
¿Pero qué digo? allá en el norte helado
es do mejor sus maravillas muestra
210
la bella luz; brillantes meteoros
el largo imperio de la noche alegran,
y la atezada oscuridad en llamas
rompe de celestial magnificencia,
con quien el alba misma no compite
215
en el clima feliz que la despierta.
Ora la lumbre boreal el aire
cautiva tiene en tenebrosa niebla,
ora le da salida y la derrama
en fúlgidas vislumbres; ora vuela
220
en rayos dividida, ora se tiende
en ancha zona; aquí relampaguea
bruñida plata; allá con el zafiro
el amatiste y el topacio alternan
y del rubí la ensangrentada llama;
225
ya un alterado piélago semeja
que de furiosa ráfaga al embate
montes lanza de fuego a las estrellas;
—89→
ya estandartes tremola luminosos;
bóvedas alza; en carros de oro rueda;
230
columnas finge; o risco sobre risco,
fábrica de gigantes, aglomera;
y hace el horror de la estación sombría
de maravillas variada escena.
Creyolas la ignorancia largo tiempo
235
ígneas exhalaciones que en la densa
nieve del septentrión reverberadas,
a las naciones presagiaban guerra,
iras, tumulto, y vacilar hacían
del tirano en la frente la diadema.
240
Otros el polo helado imaginaron
ver envuelto en el limbo de la inmensa
atmósfera solar, cuyos reflejos
denso el aire o sutil rechaza, alberga,
difunde en modos varios o acumula,
245
y su luz tiñe, y formas mil le presta.
Refieren los poetas (de natura
elegantes intérpretes) que Jove
a dos bellas hermanas hizo reinas,
una del rico oriente, otra del norte.
250
La Boreal Aurora cierto día
(añaden) viendo que su hermana el goce
de la divinidad obtiene sola
y el incienso le usurpa de los hombres,
—90→
al Sol su padre va a quejarse, y mientras
255
que de sus ojos tierno llanto corre:
«¡Oh eterno rey del día! ¡oh padre!,
exclama,
¿hasta cuándo será que me deshonren
los que hija de la tierra me apellidan
y parto vil de frígidos vapores?
260
¿Hasta cuándo querrás que oprobio tanto
infame tu linaje? El manto rompe
de púrpura que visto, y de mis galas
la inútil pompa en luto se trasforme,
arranca de mis sienes la corona,
265
si por hija ¡ay de mí! me desconoces.
¡Oh cuánto es más feliz la hermana
mía!
La hospeda el cielo, y la bendice el orbe,
conságranle sus cánticos tus musas,
y en blando coro la saluda el bosque.
270
¿Y a qué beldad honores tales debe?
¿Por qué la adora el mundo, y de mi nombre
se acuerda apenas? ¿Vale tanto acaso
el falso lustre de caducas flores
que a un leve soplo el ábrego deshoja?
275
Siempre descoloridos arreboles
la ven nacer, y de abalorios vanos
las trenzas orna que a tu luz descoge.
Mas yo de oro y de púrpura y diamantes
recamo el cielo; yo a la parda noche
280
hago dejar sus lúgubres capuces
y alas de luz vestir; por mí depone
su sobrecejo la arrugada bruma;
por mí Naturaleza, en medio el torpe
letargo del invierno, abre los ojos
285
y tu brillante imperio reconoce.
Mi hermana, dicen, a servirte atenta
madruga cada día, y tus veloces
caballos unce, y a la tierra el velo
—91→
de la tiniebla fúnebre descorre.
290
Sí, sábelo el Olimpo, que dejando
la cama de Titón, va con el joven
Céfalo a solazarse, y no se cura
de que a la tarda luz el mundo invoque.
¿Por qué, pues, ha de ser la hermana mía
295
única en tu cariño y tus favores?
¿Por qué, si hija soy tuya, no me es dado
beber contigo el néctar de los dioses?»
«Cese tu duelo, cese, ¡oh sangre mía!
tus lágrimas enjuga (el Sol responde);
300
yo vengaré tu largo vituperio.
Un mortal he elegido que pregone
la alteza de tu cuna, y a su cargo
con noble empeño tu defensa tome.
El diga tu linaje; y las estrellas,
305
cual hija de su rey, de hoy más te adoren».
Dice; ella parte; el rey del cielo un rayo
de su frente inmortal desprende entonces
(de aquellos con que a espíritus felices
de estro divino inflama, y lleva a donde
310
los haces de tus obras confidentes,
naturaleza, y tus arcanos oyen);
el nombre en él grabó de su hija amada
y la estirpe y las gracias; y lanzóle
al ilustre Mairán; el dardo vuela,
315
hiérele; y ya inspirado los blasones
de la hiperbórea diosa canta el sabio.
La Aurora de los climas de Bootes,
como la del oriente, es ensalzada,
y adoradores tiene, imperio y corte.
320
—92→
Así cantaron las divinas musas.
Otros la vasta atmósfera suponen
de eléctricos principios agitada,
que en intestina lid hierven discordes,
y el cielo hinchiendo de tumulto y guerra
325
alzan sobre el atónito horizonte
lúcidos meteoros; mas, en medio
de encontradas hipótesis, esconde
su lumbre la verdad, y el juicio ignora
donde la planta mal segura apoye.
330
Andrés Bello
y la Zona Tórrida. Obra de Tito Salas, existente en la sede
central del Banco de Venezuela en Caracas.
—88→
—79→
1-4. Los versos con que comenzaba la
redacción de este poema, sufrieron múltiples enmiendas. A
continuación se transcriben en el orden en que éstas fueron
hechas.
Primera redacción:
Del campo, huésped solitario un
día
Del campo, un día, solitario
huésped,
Aparece, inmediatamente después, un
verso inconcluso:
A la campiña tras
Segunda redacción:
Huésped del campo solitario un
día
gozoso erré Por mil paisajes
bellos;
corrí los prados, y trepé los
montes;
la verde alfombra bollé de los
oteros;
El penúltimo verso tiene una
recorrección:
corrí los prados, y trepé a las
cumbres
—80→
Tercera redacción:
De la ciudad al campo trasladado,
gozoso recorrí mil sitios bellos;
piso de las colinas la verdura
Cuarta redacción:
*La ciudad por el campo dejé un
día
y sobre el vario y bello
distrito que a mi vista se ofrecía
corriendo alegre, ya la alfombra verde
de los oteros huello,
ya trepo al monte
El antepenúltimo verso tiene la
siguiente corrección:
corriendo alegre, ya la verde alfombra
5. Primera redacción:
llevé por el silencio de la selva
10. Primera redacción:
y osé también interrogar al
cielo
11-13. Estos versos tienen varios intentos
de redacción, tachados. Transcribimos en el orden en que están
hechas las diferentes correcciones.
Primera redacción:
Baja la parda sombra; y en la mente
duran las maravillas del imperio
triple del aire, el suelo y las espumas.
Segunda redacción:
Baja la parda noche; y de las ondas
y del suelo y del aire el triple imperio
muestra aún sus prodigios a mi
mente.
Tercera redacción:
Bajó la parda noche; y de las
aguas,
y del aire y la tierra el triple imperio
recorre aún la mente vagorosa.
Cuarta redacción:
Bajó la parda noche; y vagorosa
recorre aún la mente el triple
imperio
de la tierra y las ondas y los aires.
Aparecen varios intentos de redacción
inconclusos, que transcribimos del mismo modo como aparecen en el
manuscrito:
Ya de la noche el vela oscuro envuelve
del triple, aire y agua tierra y agua el
triple
imperio, tierra, aire
la tierra, el agua, el aire; ya el
El primero de estos cuatro intentos de verso
tiene correcciones ilegibles.
—81→
14. Comenzó la primera
redacción:
Bajó de las estrellas
15-16. Otra redacción, no tachada en
el original, como sigue:
difunden la fatiga y el silencio
en mi lánguido ser sabrosa calma;
Entre ambos versos aparecen tachadas las
palabras:
la apetecida
El último de estos des versos tiene
un
los tachado después de
en.
17. O. C. III y
Amunátegui, Vida Bello, dan
prestigio, por
prodigio, por mala lectura del manuscrito.
17-19. Primera redacción:
la mágica visión, y aún
no hace tregua
al dulce afán de la memoria el
sueño.
Pareciome mirar al Genio entonces
28-31. Primera redacción:
meteoros de luz derrama al viento.
Bajo sus huellas brota el césped
rosas.
Ábrense a su mandado los veneros
de las líquidas fuentes; las
fragantes
34. Primera redacción:
se abraza el éter vasto, y brama el
trueno
—82→
39-40. Primera redacción:
las tumbas reaniman, y la Parca
eterna juventud da al universo
42. O. C. III, y
Amunátegui, Vida Bello, dan
erróneamente:
«¡Mirad! me dice al fin. Si hasta aquí
tierno
44. O. C. III da supera, y
Amunátegui, Vida Bello, lee: someto.
Ambas lecturas son erróneas. En este verso,
Amunátegui, Vida Bello, leyó
también mal:
tu vista, por la vista.
42-46. Primera redacción:
óigole al fin: «¡Mortal! si
hasta aquí fueron
las visibles bellezas de este globo
(me dice el dios) de tu pincel empleo;
asaz las vanas formas celebraste
que son de los sentidos embeleso.
Atrévete hoy a más: penetra
osado
En el primer verso tacha
fueron y escribe
dieron, que también tacha.
Segunda redacción:
*«¡Mortal!, me dice al fin, si
hasta aquí fueron
las exteriores formas de este globo
que son de los sentidos embeleso
(me dice el dios), a tu Pincel asunto;
osa más hoy; sus íntimos
cimientos
Tercera redacción:
*
«¡Mortal!, me dice al fin, si
hasta aquí fueron
las exteriores formas de este globo
asunto a tu pincel; mayor empeño
te aguarda ya; sus íntimos
cimientos
El tercer verso está corregido
así:
asunto a tu pincel; sus embelesos
y asunto a tu Pincel mayor empresa
Hay algunas correcciones ilegibles.
47. Primera redacción:
cala, y de su divina arquitectura
Sobre la palabra
divina hay una corrección
ilegible.
51. Comienza con un verso inconcluso,
tachado:
Huella con
Luego hay varias modificaciones a base de
alternar
mide y sube.
—83→
52-54. Primera redacción:
que del átomo sube hasta el
Eterno.
Haz que el metal se cuaje; haz que sus
gotas
te desvuelva la flor; somete al cetro
O. C. III y
Amunátegui, Vida Bello, dan carro. por
cetro, erróneamente.
59-61. Primera redacción:
sistemas vanos, aborrecible prole
de la razón; asaz visteis sujeto
el mundo, y en cadenas afrentosas,
61. O. C. III y
Amunátegui, Vida Bello, dan
pusisteis, por
tuvisteis, erróneamente.
63. Primera redacción:
Sobre aéreos apoyos erigido,
65-67. Primera redacción:
que desdeña el examen, un sistema
vetusto al cielo su cabeza empina (?)
y usurpa de los hombres el incienso
72. Primera redacción:
huyeron las esferas cristalinas
Antes de éste, aparece un verso
inconcluso:
desapareció las
—84→
77-84. Primera redacción:
tantos sueños famosos; cual la
estatua
del monarca soberbio de la Asiria,
* que fabricada de oro, plata y bronce
se sustentaba en flacos pies de arcilla;
desprendida del monte toca apenas
el tosco barro una menuda guija,
tiembla el alto coloso, y desplomado
deja cubierto el suelo de rüinas.
El cuarto, quinto y sexto verso de esta
primera redacción tienen, tachadas, las siguientes enmiendas:
se sustentaba en endebles pies de
arcilla;
desprendida del monte hiere apenas
el tosco barro, una menuda guija,
el tosco barro la hirió menuda
guija,
91. Aparece tachada la palabra
forma, antes de
fomenta.
95. En la primera redacción escribe
mundos, palabra que tacha para escribir
orbes, que vuelve a tachar para escribir
mundos.
96. Primera redacción:
a la mirada de aquel ser imita;
O. C. III y
Amunátegui, Vida Bello, incluyen a
continuación dos versos que están claramente tachados en el
original manuscrito:
a cuya voz rasgó su primer rayo
el hondo seno de la noche antigua:
El primero de estos versos tachados
decía
lanzó, en donde aparece
rasgó.
—85→
99. Primera redacción:
¡Oh Delambre! a la bóveda
celeste
109. Primera redacción:
que en raudo curso hienden golfos de oro,
113-114. Primera redacción:
ora se ven amantes acercarse,
ora el consorcio deseado esquivan.
O. C. III y
Amunátegui, Vida Bello, dan
amante ansia, erróneamente, en la
redacción definitiva del primero de estos dos versos.
116. Primera redacción:
de (ileg.)
misteriosas maravillas
119-120.Otras redacciones:
Primera:
mas de los mundos la grandeza exploras
o los eternos pactos que harmonizan
Segunda:
mas en las obras del Eterno exploras
los inmutables pactos que harmonizan
Tercera:
mas la grandeza exploras del Eterno
y las eternas leyes
Cuarta:
*
mas del Gran Ser la soberana idea,
y las leyes exploras
y los pactos exploras
O. C. III y
Amunátegui, Vida Bello, leen en el
verso
120 parto, por
pacto, erróneamente.
—86→
124. Primera redacción:
melena destrenzando, pone grima
134. Primera redacción:
no me es dado, Delambre, que te siga.
141. Escribe
corres, en primera redacción; tacha y
escribe
mides, para tacharlo
y volver a escribir corres.
150-152. Primera redacción:
da la luz cuando toda te penetra,
de triste luto cúbrele a la vista;
pero cuando recorre toda (ileg.)
refleja (?)
de la faz de los cuerpos, los envuelve
en apacible cándida librea.
El primer verso tiene dos correcciones no
tachadas, al margen:
veste y
presta.
El segundo verso
tiene al margen la siguiente
corrección:
en negro luto
—87→
156. En primera redacción
había escrito
penetrar en lugar de
descender.
166. Primera redacción:
de la luz los arcanos descubriera,
176. Primera redacción:
te fue lección; así naturaleza
—88→
196. Primera redacción:
descolorida vuelve y macilenta
198. O. C. III antepone un artículo
la a
honda indebido y ocioso.
201. Comenzó este verso con un
la, tachado.
216 A partir de aquí aparece la
primera redacción tachada, de los versos 235-240.
—89→
229-232. Primera redacción:
ya columnas erige, o de peñascos
sobre peñascos informe mole
encrespa
columnas finge; o risco sobre risco,
cual obra de gigantes, aglomera;
pabellones tremola luminosos;
240. O. C. III y
Amunátegui, Vida Bello, dan
al, en lugar de
del, tal como aparece en el manuscrito.
241. Primera redacción inconclusa:
Otros la helada zona en
242-243. Primera redacción:
ver en el limbo envuelto de la inmensa
atmósfera solar, cuya sustancia
250. Primera redacción:
una del ledo oriente, otra del norte.
—90→
256-257. Primera redacción:
de sus dos ojos tierno llanto corre:
«¡Oh eterno rey del día!
(exclama) ¡oh padre!
264. Primera redacción:
la rica (?)
pompa en luto se trasforme,
275. Primera redacción:
que a un breve soplo el ábrego
deshoja?
289. Primera redacción:
caballos unce al carro, y las
cortinas
—91→
292. O. C. III y
Amunátegui, Vida Bello, leen
Tritón, erróneamente.
303-304: Primera redacción:
la alteza de tu cuna, a los mortales,
su defensa a cargo suyo tome
la alteza de tu cuna, y tu defensa
305-306. Primera redacción:
El diga tu linaje; yo a los astros
cual hija de su rey, haré te
adoren».
317. Primera redacción:
de la hiperbórea diosa enuncia el
sabio.
—92→
322. A partir de este verso aparece tachada
la siguiente redacción:
empero otros el fuego reconocen
de eléctrica materia en los
aspectos
de la luz boreal, y con mejores
otros empero de la rauda y móvil
otros (ileg.)
desprender suponen
y (ileg.)
eléctricos principios
326. Comenzó este verso con una
redacción inconclusa:
alzan present
Andrés Bello
y la Zona Tórrida. Obra de Tito Salas, existente en la sede
central del Banco de Venezuela en Caracas.