Escrita de Londres a París por un americano
a otro72
Es fuerza que te diga, caro Olmedo,
que del dulce solaz destitüido
de tu tierna amistad, vivir no puedo.
¡Mal haya ese París tan divertido,
y todas sus famosas fruslerías,
5
que a soledad me tienen reducido!
¡Mal rayo abrase, amén, sus
Tullerías,
y mala peste en sus teatros haga
sonar, en vez de amores, letanías!
Y, cual suele el palacio de una maga,
10
a la virtud de superior conjuro,
toda esa pompa en humo se deshaga.
Y tú, al abrir los ojos, no en oscuro
aposento, entre sábanas fragantes,
te encuentres, blando alumno de Epicuro;
15
—94→
Sino, cual paladín de los que errantes
de yermo en yermo, abandonando el nido
patrio, iban a caza de gigantes.
Te halles al raso, a tu sabor tendido,
rodeado de cardos y dejaras,
20
cantándote una rana a cada oído.
Y suspirando entonces por las caras
ondas del Guayas (Guayaquil un día,
antes que al héroe de Junín cantaras),
Digas: «¡Oh! venturosa patria
mía,
25
¿quién me trajo a vivir do todo es hecho
de antojos, de embeleco y de falsía?
A Londres de esta vez, me voy derecho,
donde, aunque no me aguarda el beso amante
de mi Virginia, ni el paterno techo,
30
Me aguarda una alma fiel, veraz, constante,
que al verme sentirá más alegría
de la que me descubra en el semblante.
Con él esperaré que llegue el
día
de dar la vuelta a mi nativo suelo,
35
y a los abrazos de la esposa mía;
Y mientras tanto bien me otorga el cielo,
¡oh Musas! ¡oh amistad! a mis pesares
en vuestros goces hallaré consuelo».
Ven, ven, ¡ingrato Olmedo!
¡Así los mares
40
favorables te allanen su ancha espalda,
cuando a tu bella patria retornares;
Y cuanta fresca rosa la esmeralda
matiza de sus campos florecidos,
Guayaquil entreteja a tu guirnalda;
45
Y a recibirte salgan los queridos
amigos con cantares de alegría,
por cien bocas y ciento repetidos!
—95→
Ven, y de nuestra dulce poesía
al apacible y delicioso culto,
50
vuelva ya tu inspirada fantasía.
Otro se goce en el feroz tumulto
de la batalla y la sangrienta gloria,
a la llorosa humanidad insulto;
Otro encomiende a la tenaz memoria
55
de antiguos y modernos la doctrina,
de absurdos y verdades pepitoria;
mientras otro que ciego se imagina
en sólidos objetos ocupado,
y también a su modo desatina,
60
intereses calcule desvelado,
y por telas del Támesis o el indo,
cambie el metal de nuestro suelo amado.
Te manda el cielo que el laurel del Pindo
trasplantes a los climas de occidente,
65
do crece el ananás y el tamarindo;
do en nieves rebozada alza la frente
el jayán de los Andes, y la vía
abre ya a nuevos hados nueva gente.
¡Feliz, oh Musa, al que miraste pía
70
cuando a la nueva luz recién nacido
los tiernezuelos párpados abría!
No llega nunca al pecho embebecido
en la visión de la ideal belleza
de insensatas contiendas el rüido.
75
El Niño Amor la lira le adereza;
y díctanle cantares inocentes
virtud, humanidad, naturaleza.
—96→
Huye el loco tumulto de las gentes;
y a los dolores que codicia irrita,
80
prefiere el campo, y árboles, y fuentes.
O por mejor decir, un mundo habita
suyo, donde más bello el suelo y rico
la edad feliz del oro resucita;
donde no se conoce esteva o pico,
85
y vive mansa gente en leda holgura,
vistiendo aún el pastoral pellico;
ni halló jamás cabida la perjura
fe, la codicia o la ambición tirana,
que nacida al imperio se figura;
90
ni a la plebe deslumbra, insulsa y vana,
de la extranjera seda el atavío,
con que tal vez el crimen se engalana;
—97→
ni se obedece intruso poderío,
que, ora promulga leyes, y ora anula,
95
siendo la ley suprema su albedrío;
ni al patriotismo el interés simula,
que hoy a la libertad himnos entona,
y mañana al poder, sumiso, adula;
ni victorioso capitán pregona
100
lides que por la patria ha sustentado,
y en galardón le pide la corona.
¡Oh! ¡cuánto de este mundo
afortunado
el fango inmundo en que yacemos dista,
para destierro a la virtud criado!
105
Huyamos dél, huyamos do a la vista
no ponga horror y asombro tanta escena
que al bien nacido corazón contrista.
¿Ves cómo en nuestra patria
desenfrena
sus furias la ambición, y al cuello exento
110
forjando está otra vez servil cadena?
—98→
¿No gimes de mirar cuál lleva el
viento
tantos ardientes votos, sangre tanta,
cuatro lustros de horror y asolamiento,
Campos de destrucción que al orbe
espanta,
115
miseria y luto y orfandad llorosa,
que en vano al cielo su clamor levanta?
Como el niño inocente, que la hermosa
fábrica ve del iris, que a la esfera
sube, esmaltado de jacinto y rosa,
120
Y en su demanda va por la pradera,
y cuando cree llegar, y a la encantada
aparición poner la mano espera,
Huye el prestigio aéreo, y la burlada
vista le busca por el aire puro,
125
y su error reconoce avergonzada;
—99→
Así yo a nuestra patria me figuro
que, en pos del bien que imaginó, se lanza,
y cuando cree que aquel feliz futuro
de paz y gloria y libertad alcanza,
130
la ilusión se deshace en un momento,
y ve que es un delirio su esperanza;
fingido bien que ansioso el pensamiento
pensaba asir, y aéreo espectro apaña,
luz a los ojos y a las manos viento.
135
—100→
Huyamos, pues, a do las auras baña
de alma serenidad lumbre dichosa,
que, si ella engaña, dulcemente engaña;
y este triste velar por la sabrosa
ilusión permutemos, que se sueña
140
en los floridos antros de tu diosa.
dame la mano; y sobre la ardua peña
donde el sagrado alcázar se sublima,
podrán dejar mis pies alguna seña;
mas ¡ay! en vano mi flaqueza anima
145
tu vuelo audaz, que, al fatigado aliento,
pone pavor la levantada cima.
Sigue con generoso atrevimiento
a do te aguarda, en medio el alto coro
de las alegres Musas, digno asiento.
150
—101→
Ya para recibirte su canoro
concento se suspende, y la armonía
de las acordes nueve liras de oro.
Y llegas, y te sientas, y Talía,
que al áureo cinto arregazó la falda,
155
la copa te presenta de ambrosía.
Y ciñe tu cabeza con guirnalda
de siempre verde lauro que matiza
purpúrea flor, y azul, y roja, y gualda.
Y luego que las cuerdas armoniza,
160
el coro celestial en nuevo canto
celebra tu llegada, y solemniza.
«Alma eterna del mundo, numen santo,
tutela del Perú (cantan ahora,
y su onda Castalia enfrena en tanto),
165
«Envía sin cesar luz bienhechora,
que cesó de tu tierra la rüina,
y libre ves al pueblo que te adora.
«La libertad, amable peregrina,
su templo allí plantó; y allí su llama
170
hermosa arde otra vez, pura y divina.
«Y en todos sus oráculos proclama
que al Magdalena y al Rimac turbioso
ya sobre el Tíber y el Garona ama».
—102→
A encontrar vuela el himno melodioso,
175
la hueste de los vates inmortales,
el cielo, el agua, el viento, el bosque umbroso;
Y vestida de diáfanos cendales,
ocupa el aire en torno al Inca santo
bella visión de cándidos cristales
180
que con etérea voz repite el canto.
—103→
—95→
73-75. Otra redacción:
El pecho del poeta embebecido
* en la visión de la ideal
belleza,
jamás fue a torpe vicio impuro
nido
jamás de la maldad fue impuro nido
—96→
79-81. Este terceto se publicó en otra
redacción:
Oye el vano bullicio de esa gente
desventurada, a quien la paz irrita;
y se aduerme al susurro de la fuente;
como aparecía estropeada la rima del
terceto encadenado
(inocentes, gente, fuente), don Manuel
Cañete censuró tal imperfección
(Revista Hispano-Americana, Madrid, 1881).
Don Miguel Luis Amunátegui, en la
Introducción al tomo III, de las
Obras Completas, Santiago, 1883, p. XXIV,
dice que: «La acertada observación del Señor Cañete
respecto a la imperfección de rima que señala, me impulsó
a practicar una nueva y atenta rebusca en los borradores o jeroglíficos
de Bello, la cual ha sido felicísima, pues me ha proporcionado el
descubrimiento, no de una, sino de dos variantes que corrigen esta
imperfección». Da entonces, además de la forma que
adoptarnos, esta otra:
Huye el vano bullicio de esas gentes
desventurada, a quien la paza irrita;
y se aduerme al murmullo de las fuentes.
(COMISIÓN EDITORA. CARACAS).
84. Otra redacción:
la antigua edad del oro resucita
85-86. Otra redacción:
Donde no se conoce arada o pico,
y vive alegre gente en leda holgura
88. Otras redacciones:
Donde no se conoce la perjura
Ni jamás halló entrada la
perjura
92. Otra redacción:
de púrpura soberbia el atavío
[97]
100. Otra redacción:
Ni victorioso general pregona
104. Otras redacciones:
amigo el mundo en que vivimos dista,
el torpe todo en que vivimos dista,
el sucio lodo en que vivimos dista,
el odio infame en que vivimos dista,
107-108. Otras redacciones:
no ponga horror la abominable escena
no ponga horrible asombro tanta escena
que bien nacidos ánimos contrista
106-111. Otras redacciones:
Así quizá podremos nuestra
vista
apartar de la escena dolorosa
que en nuestra patria el corazón
contrista
Así quizá podremos de la
vista
un momento apartar la infausta escena
que en nuestra patria el corazón
contrista
—98→
Do la ambición malvada desenfrena
sus furias malhechoras, preparando
regir otra vez bárbara cadena
sus furias la ambición, al cuello
exento
forja de nuevo bárbara cadena
114. Comenzó a redactar:
cuatro lustros de estrago
115-117. Otra redacción:
Campos de destrucción que al mundo
espanta
miseria y duelo y orfandad llorosa
* que en vano al ciclo su clamor levanta?
118-120. Otras redacciones:
* Como el niño inocente que la
hermosa
cinta del iris ve esmaltar la esfera
con su vario matiz de oro y de rosa
con varios tintes de jacinto y rosa
124. Otra redacción:
La ilusoria apariencia a la burlada
Este verso tiene otros intentos de
redacción:
Se le disipa, y huye
La burla, y se disipa
Huye el arco celeste
125. Otras redacciones:
vista te busca en vano sin provecho
vista le busca por el cielo en vano
—99→
127-129.
Empezó a redactarlos en varios
intentos:
No de otra suerte
Así parece huir de nuestra mano
la libertad, en él
De tan Propia manera me figuro
Así el dichoso objeto me figuro
que nos huye y nos burla en el instante
que más el alcanzarle se creyó
seguro
135. Aparece a continuación un largo
fragmento sumamente enmendado y totalmente tachado, de difícil lectura.
Es fácil, por la rima encadenada de los tercetos, seguir el pensamiento
poético de Bello que va expresándose en dos redacciones
distintas. En la primera de ellas escribe:
La libertad en suma que hasta ahora
objeto fue de tanto sacrificio;
ilusión, que deslumbra y
enamora;
La libertad en suma que hasta ahora
objeto fue de tanto afán; el
cielo
negar parece al mundo que la implora;
y cuando verla vinculada al suelo
natal imaginamos, convertida
llora la patria su esperanza en duelo
Gima otra vez la América
oprimida
bajo el yugo real
De nuevo a la cadena aborrecida
se dobla el cuello
En redacción que parece posterior,
dice Bello:
Sí; la bella apariencia nos
engaña
de libertad, que asegurar pensamos,
y con fuga veloz se nos extraña.
Al yugo aborrecido sometamos
dormida la cerviz, y el fruto sea
de tanto sacrificio hornada de amos.
Abandonando mísera ralea
nacida a vergonzosa servidumbre,
llevamos de un tirano la librea
—100→
De la razón extíngase la
lumbre
y embravecido el pensamiento humano
(a)
haga otra vez la sujeción
costumbre
Tales los bienes son con que tu mano,
vencedor de Junín y de Ayacucho,
brinda al pueblo feliz americano.
Y en otra redacción de este terceto
escribe:
Tales los bienes son con que tu mano,
¡oh de libertadores jefe augusto!,
brinda al puc1,lo feliz americano.
136-138. Otra redacción:
Huyamos, pites, a donde el aire
baña
de tu mundo feliz la luz hermosa
*
que, sí ella engaña, dulcemente
engaña;
139. Otras redacciones:
Y a la realidad triste y medrosa
Y en este velar horrible la sabrosa
ilusión prefiramos
142. Otra redacción:
Que si me ayudas, en la altiva
peña
146. Otra redacción:
tu paso audaz; que en tú mortal
aliento
149-150. Otra redacción:
a do te espera en medio el alto coro
de las divinas musas digno asiento.
(a) Este endecasílabo tiene otra
redacción:
y el pensamiento embravecido y ciego
—101→
151-153. Otra redacción:
Ya al mirarte llegar cesa el canoro
concento de las voces, que
acompaña
el blando son de nueve liras de oro.
Miguel Luis Amunátegui (O. C. III, p.
xxv) da como lectura del verso 152.
concepto se suspende, y la armonía
Por el sentido dice que debería
leerse
concierto por
concepto, pero la lectura correcta es
concento. (COMISIÓN EDITORA.
CARACAS).
153. Habitualmente se ha publicado
sólo hasta este terceto, pero la parte final fue dada por Miguel Luis
Amunátegui, en la
Introducción, al tomo de
Poesías (O. C. III, p. xxv-xxvi). En
el texto, se imprimió inconcluso. El propio Amunátegui
desconocía en 1882 la parte final, pues reproduce el poema, trunco, en
la
Vida de Bello, p. 272-277 y lamenta la falta
de lo que se ha perdido---. (Comisión EDITORA. CARACAS).
—102→
175. Otra redacción:
A encontrar vuela el canto melodioso
179. Miguel Luis Amunátegui lee este
verso en la siguiente forma:
ocupa el aire en torno al foco santo
En la fotografía del manuscrito
original se lee muy claramente:
ocupa el aire en torno al Inca santo
Aparte de que ésta es la lectura
correcta, en ella se redondea el sentido poético de manera más
cabal, pues el Olimpo americano aparece aquí presidido por el Inca, tal
como establece Olmedo en el
Canto a Junín. (COMISIÓN
EDITORA. CARACAS).
181. Intentos de redacción:
que con voz celestial repite
que con alegre voz repite el canto.
Los jardines
Traducción de un fragmento de «Los
jardines» de Delille73
que es raro el juicio, aunque es común la audacia.
Ni en mezcla absurda un monstrüoso caos
de incompatibles elementos hagas.
El que en pequeño espacio lagos,
ríos,
325
bosques apiña, y valles y montañas
de la naturaleza la osadía
torpemente remeda, no repara
que nunca fue lo inverosímil, bello,
ni cabe inmenso cuadro en breve tabla.
330
¡Feliz la perspectiva que se muestra
sin confusión, entretenida y varia;
do ya cerca, ya lejos los objetos
llamando la atención, no la embarazan;
—112→
éste a la vista se presenta ufano,
335
y aquel allí modesto se recata!
Hechizados los ojos, de uno en otro
con deliciosa incertidumbre vagan;
excede a los anuncios el efecto,
y aun lo que no se espera, no se extraña.
340
¡Movimiento, ante todo! Distraída
se desliza la vista sin la magia
de móviles objetos, y se niega
la fantasía a desplegar las alas.
Testigo tú, pintura peregrina,
345
testigo tú otra vez. ¡Oh! ¡cuál
derramas
sobre la torpe inanimada tela
calor y vida y movimiento: el agua
que se desliza por el valle alegre
con sesgo giro, el aquilón que asalta
350
el bosque, y su frondosa frente surca;
el humo que ligero se levanta
en blanca espira sobre humildes techos;
y las hirvientes ondas que las playas
azotan; y pastores, y rebaños
355
y regocijo y músicas y danzas!
Roba, pues, al pincel sus ilusiones;
—113→
sacuda acá y allá flexibles ramas
la móvil arboleda y con süave
susurro verdes copas doble el aura
360
no dejes, no, que despiadada tale
la curva hoz sus inocentes galas.
¿No ves con qué primor naturaleza
esos olmos dibuja y esas hayas,
y del tronco a los ramos, de los ramos
365
a las trémulas hojas delicadas
van el porte graduando y la blandura,
las ondeantes formas y la gracia?
¿Y sufrirás que la crüel tijera...?
Corred, salvajes ninfas, y tamaña
370
injuria defended; mas ¡ay! la verde
cima el acero inexorable ultraja.
—114→
Cayó la pompa hermosa y cubre el suelo.
¡Qué triste soledad! Ni raudo brama
entre la densa ramazón el Austro,
375
ni brilla inquieta el aura regalada
o plácida suspira en el follaje
y poco a poco adormecida calla.
—115→
Del hierro que la troncha, la arboleda
muestra al espectador la yerta calma.
380
Déjala pues en blando bamboneo.
Todo se mueva: al arroyuelo manda
que esquivo huya, y salte, y se despeñe;
mandarás que la flor de hierba pastan
rebaños numerosos, y triscando
385
pueblará esa colina solitaria.
Pendiente allá de la distante roca
recortando el zarzal, miro la cabra.
Acá de los balantes corderillos
lleva el eco la voz por las cañadas,
390
o echado rumia el tardo buey; o ardiente,
impetüoso, de la bella estampa
—116→
soberbio y de los bríos heredados,
suelto alazán por la jugosa grama
de los nativos pastos lozanea.
395
¡Cómo su libre porte y noble traza
me agrada ver, ora se lance al frío
raudal y estremeciéndose en la clara
corriente se hunda, y con el pecho hermoso
corte las ondas, que las riza blanca
400
espuma en torno; o cuando corre alegre
por la llanura espaciosa y marca
—117→
con el casco sonoro el suelo, o cuando
alta la frente, la nariz hinchada,
centelleantes los ojos y la luenga
405
crin flotando sin orden, humo exhala,
bufa animoso, y vuela, ataviado
de orgullo y de deseo a sus amadas!
¡Ya no le veo, y van tras él los ojos!
Así el prado, el vergel, la selva opaca,
410
el otero, la grey, la fuerza pura,
dan al paisaje movimiento y alma.
¿Quieres que aún más la
vista se enamore?
La libertad y el movimiento a una
la halaguen; y esos límites odiosos
415
que un paraíso en triste cárcel mudan
y ceñudos me dicen,
retrocede
no hay más que ver, o borra o
disimula,
que do fallece la esperanza, luego
la indiferencia su lugar ocupa.
420
Allende esa barrera, que envidiosa
me cierra el paso, el alma se figura
que objetos más amables la convidan;
y lo que me encantó, ya me importuna.
Nuestros abuelos, del helado norte
425
fiera progenie, belicosa y ruda,
sus rústicos hogares transformaron
—118→
en almenados campos, donde oculta,
entre el común pavor, cada familia
presa vivió, para vivir segura.
430
Mas la enojosa valla, que enemigos
no teme ya, y al ciudadano asusta,
¿qué sirve ahora? En vez de ingratos muros,
baluartes quiero de jazmín y murta,
o el erizado seto se alce en torno,
435
do, no sin miedo de las corvas puntas,
ya el travieso rapaz la negra mora
vaya a coger, y ya la rosa inculta.
Mas aun así la libertad se ofende;
todo lo que la enoja, me repugna;
440
tristes cercas, ¡adiós! el vuelo alcemos
a más gallardo estilo, y de más puras,
más hechiceras formas; lo que un día
el jardín debió al campo, restituya
hoy al campo el jardín, y en alianza
445
nueva se den la mano arte y natura.
Desde aquel monte, que de mil objetos
domina alrededor mezcla confusa,
mostrándole la vasta perspectiva,
—119→
Naturaleza al Genio dice: escucha;
450
¿ves la magnificencia que la tierra
a tus ojos presenta? Toda es tuya.
La descuidada pompa de mis obras
te pide que la alivies y la pulas.
Dice; con prestas alas parte el Genio...
455
atalaya, escudriña, y de la bruta
materia en que durmieran escondidas
saca la gracia a luz y la hermosura.
Ora toma el cincel, ora la brocha;
cuál objeto rebaja, y cuál abulta;
460
los tintes ora aviva y ora apaga;
contrasta y armoniza; orna y desnuda.
No compone de nuevo, mas retoca;
lo que antes fue bosquejo, es ya pintura.
Él viste al erïal, y al arroyuelo
465
extravïado señaló la ruta.
Alégrase la selva y su sombrío
ceño la parda roca desarruga.
—120→
Manda; y por todas partes van senderos
—121→
los que se reconocen y se buscan
470
los complacidos miembros, y aparece
—122→
de un bello Todo la soberbia suma.
—123→
¿Pero tan vastas obras te acobardan?
Vuelve la vista a nuestros viejos parques,
mira su vano lujo, su costosa
475
frivolidad, las verjas, los canales;
mentida en espaldares la escultura;
y mal-hallada el agua en los estanques.
A menos costo, que el prolijo esmero,
de ese estragado gusto un breve instante
480
los ojos, entretiene en grande escala
se puede presentar bello paisaje.
Tal es el noble estilo, ante quien debes,
falsa magnificencia, anonadarte.
Huye, y la Francia, transformada sea
485
de un vasto Edén la encantadora imagen.
Deciros quiero el arte que a la vista
sabe avisar, o sorprenderla sabe,
y bajo dos estilos aparece
en el imperio del jardín rivales.
490
Muéstrase el uno, en ordenada planta
—124→
y forma regular, soberbio y grande.
Arreos da a la tierra que ella ignora,
al bosque leyes, y a las ondas cárcel,
y altivo rey, de siervos rodeado,
495
junta a lo majestuoso lo elegante.
Risueño el otro, al par que suelto y libre
cuanto ambiciona menos, más atrae.
No a la naturaleza peregrinos
afeites da, mas con sencillo traje
500
gusta vestirla; a sus caprichos bellos
la deja enamorado abandonarse;
y realza el desorden la hermosura,
y entre el descuido se rebosa el arte.
Grandioso el uno y halagüeño el otro
505
de sus derechos cada cual se ufana.
Entre Kent y Le-notre no decido.
—125→
Si aquél un dulce asilo al sabio, amante
de la feliz moderación, prepara;
decora estotro alcázares reales.
510
Nacen los reyes de la pompa esclavos;
el brillo del poder los acompaña,
derrame en torno el arte su prestigio,
y haga de la opulencia el lujo alarde.
Si al arte se concede que violente
515
a la naturaleza y la avasalle,
triunfe con gloria; usurpador, obtenga
a fuerza de grandeza el homenaje.
¡Lejos, pues, campesinas fruslerías,
que sois insulsamente regulares!
520
—126→
insípidos jardines, cuyo dueño,
que en su mezquino gusto se complace,
me alaba sus peinados arbolillos,
y de sus cuadros el bordado esmalte,
sus esquilados saloncillos verdes,
525
su eterna simetría, en que dos partes
cada calle otra calle y cada objeto
mirando está su igual y semejante;
sus sendas a cordel, su hilito de agua
que si murmura en la estrechez del cauce,
530
sus [urnas] y pirámides y globos,
martirio a mutilados vegetales,
y sus encaramados pastorcillos
hechos a torno en bojes y arrayanes.
Más que ese lujo frívolo me agrada
535
de un sitio inculto la esquivez salvaje.
Facsímil de una página
de la parte inédita de Los jardines de
Delille, poema traducido por Bello.
—120→
—111→
320. En este verso termina el texto dado a
la imprenta por Bello, y reproducido en todas las ediciones posteriores. Damos,
a partir de aquí, la continuación inédita de la
traducción de Bello, leída directamente del manuscrito, de
difícil lectura. Señalamos, en nota, las variantes de
redacción y los intentos de versos. (COMISIÓN EDITORA,
CARACAS).
326. En la primera redacción aparece,
sin tachar, la palabra
somete, en lugar de
apiña.
—112→
335-336. Primera redacción:
uno a la vista se Presenta ufano,
y el otro allí modesto se recata!
El primero de estos versos es de lectura
insegura.
341-344. Primeras redacciones, cuya lectura
es difícil por las tachaduras:
Mas, ante todo, movimiento. En vano
prodigue la belleza, si le falta
el movimiento y en tus campos reina
triste silencio; sin la dulce magia
tu movimiento, se (ileg.).
reina el silencio sin la dulce magia
A partir del verso tercero se incluyó
la siguiente redacción, que aparece en el original sin tachar:
animación, en tus helados campos
346. Primera redacción,
inconclusa:
aun sobre el rudo inani[mado]
349. Primera redacción:
que se desliza por el verde prado
351-353. Primera redacción:
el bosque umbrío y las hojosas
copas
doblega; el humo leve que levanta
su blanca espira sobre humildes
techos;
—113→
358-368. Diversos intentos de
redacción:
* sacuda acá y allá flexibles
ramas
el céfiro apacible, y en la copa
Meza acá y allá floridas
ramas
el céfiro apacible, y en la cima
Meza acá y allá floridas
ramas
Favonio, y susurrando en la alta cima
Y plácida susurra en la alta cima
de agigantados árboles el aura:
de entretejidos árboles el aura
* sacuda acá y allá flexibles
ramas
la vistosa arboleda y con süave
la agitada arboleda y con süave
Respeta su verdura, y no consientas
a la desapiadada hoz talaría
Respeta su ondeante lozanía
No a la naturaleza ultraje el hierro.
Mira con qué primor naturaleza
esos robles dibuja y esas hayas,
* y del tronco a los ramos, de los ramos
a las temblantes hojas delicadas
por grados va aumentando la blandura
370-380. A continuación se dan varios
intentos de redacción de estos versos, algunos de los cuales
están repetidos y muchos inconclusos. No es posible precisar el orden de
las diferentes redacciones:
Ninfas, (ileg.)
venid; y da y
Corred, ninfas del bosque: no
tamaña
injuria defended; mas ¡ay! que el hierro
—114→
injuria defended; mas ¡ay! la
hermosa
pompa el acero sin piedad
pompa el acero inexorable ultraja
No oigo ya murmurar el raudo viento
ya sobre los murmullos de tu frente
No oigo ya de tu frente el raudo viento
en su lozana frente ni con blanda
Sobre su frente el aquilón no
o[igo]
Sobre su frente el aquilón no se
oye
en su frente el aquilón cual
solía
el aquilón cual solía, no
brama,
¿es ido, que en su frente
murmuraba?
Ya no oigo al
¡Qué triste soledad! los vientos
callan:
Cayó la cima hermosa y cubre el
suelo
¡Qué triste soledad! el viento
calla
No en la lozana
y no, cual antes, brama airado, y bulle
frente murmura el aquilón y bulle
(ileg.)
oigo ya que el Abrego murmura (a),
anunciador de tempestades brama,
o entre las hojas Céfiro suspira
y poco a poco se adormece y calla
Frío, (ileg.)
arboleda, al hierro
queja espirar el céfiro en las hojas
(b)
enmudeció, que ha poco murmuraba
(c)
en su lozana frente; ni en sus ramos
(a) En este verso tacha
murmura y lo sustituye por
tonante
(b) En lugar de
espirar, escribe
bullir.
(c) En el margen aparece:
calló.
—115→
siento bullir el Céfiro, que en
blando
el céfiro lascivo
frente oigo ya que el Abrego tonante (d)
maleza oigo que
murmura, mi que el aura regalada
traviesa bulle o plácida suspira
(e)
y poco a poco adormecida calla
en la lozana ramazón el humo (f)
ni bulle inquieta el aura regalada
o plácida suspira entre las hojas
Junta disputa la arboleda, al hierro
que la mutila incita
384. Primera redacción:
mandarás que afeiten la flor de
grama
391-409. Primeros intentos de
redacción, que damos en dos fragmentos, con sus notas respectivas:
y sobre sus rodillas descansando
rumia el testudo buey mientras
o echado rumia el tardo buey; en tanto
que el caballo gentil sobre la grama (g)
de los jugosos pastos lozanea (h)
y erguido el cuello, la nariz hinchada
los ojos centelleantes, de los
bríos
nativos fiero y de la bella estampa
(d) Segunda redacción:
verdura se oye el Abrego tonante
(e) En segunda redacción tachó
suspira y escribió
se queja.
(f) En lugar de
lozana, hay tres correcciones:
densa,
espesa, y la otra es ilegible.
(g) En primera redacción
decía:
fogoso caballo.
(h) En primera redacción decía:
valles en lugar de
pastos.
—116→
y rápido la tierra con liviana
huella pulsando va, de los nativos
bríos ufano y de la bella estampa.
¡Cuánto me agrada ver su altivo
porte
ya la corriente busque acostumbrada
y rompa estremeciéndose las andas.
Otra redacción de este fragmento:
que bravo, inquieto, de la bella estampa
(a)
soberbio y de los bríos heredados
libre alazán por la nativa grama
de los jugosos pastos lozanea.
¡Cuánto su noble porte y libre
traza (b)
me agrada ver, ora cuando al crecido (c)
río se arroja
* ¡Cómo su libre porte y noble
traza
me agrada ver, o impávido en las
frías
ondas estremeciéndose zambulle
* raudal y estremeciéndose en la
clara
corriente se lanza, y con el pecho altivo
corta las ondas, que de espuma blanca
espuma en torno; a cuan, lo corre, y
marca
lucha con el raudal que de la planta
ligera herido espumajoso hierve
ora cuando lozano corre y salta
ora lozaneando corre y salta
pulsa con casco resonante, o cuando
(a) En segunda redacción tacha
bravo y escribe
ardiente.
(b) Segunda redacción:
¡Cuánto su altivo porte y libre
traza
Tercera redacción:
¡Cuánto su porte altivo y libre
traza
Cuarta redacción:
¡Cómo su libre continente y
fiera
(c) Segunda redacción:
me agrada ver, ora en las ondas
frías
A partir de este verso pueden leerse sueltas
estas palabras:
arrostre; corriente fría
—117→
o con casco sonante hiere el suelo:
erguido el cuello, la nariz hinchada
* centelleantes los ojos y la luenga
* crin flotando sin orden, humo exhala,
* bufa animoso, y vuela, atavïado
de amor y de altivez a sus amadas!
¡Ya no le miro, y van tras él los
ojos!
410-412. Primera redacción:
Así terreno, aspecto, selva opaca,
(a)
felices (ileg.)
sonorosas ondas
vegas floridas, greyes, aguas puras
dan a la tierra movimiento y alma. (b)
419. Primera redacción:
que como fallezca la esperanza, luego
(a)Comenzó a redactar
este fragmento así:
Así dan a la tierra.
(b) Segunda
redacción:
dan a las obras movimiento y alma.
Tercera redacción:
dan alegría y movimiento y
alma.
—118→
428-429.Primera redacción:
en cerrados castillos, donde oculta
entre el común temor, cada familia
434-438. Primera redacción:
donde baluarte de jazmín y murta,
y defendido seto en torno se alcen (a)
do, receloso de las corvas puntas,
ya el travieso rapaz a coger vaya
la negra mora, y ya la rosa inculta.
439-440.Otra redacción:
Mas aun así la libertad se enoja;
todo lo que la ofende, me repugna;
444-446.Varios intentos de
redacción:
llamó el jardín al campo,
restituya
pidió el jardín al campo,
restituya
debió el jardín al campo,
restituya
hoy el campo al jardín, sus
atractivos,
y formen nueva liga arte y natura. (b)
448. Primera redacción:
contempla alrededor mezcla confusa,
(a) Segunda redacción:
o el espinoso seto te alce en torno
(b) Segunda redacción:
y formen nueva alianza arte y natura.
—119→
450. Primera redacción:
Dice Naturaleza al Genio: escucha;
Segunda:
Naturaleza dice al Genio: escucha;
Tercera:
Naturaleza al Genio dijo un día;
451. Antes de este verso hay los siguientes
intentos de redacción
Contempla esa
mira esos prados, bosques, rocas,
fuentes:
451-452. Primera redacción:
¿Ves la magnificencia de que el
suelo
hace alarde a tus ojos? Toda es tuya.
457.Primera redacción:
masa en que informes duermen y escondidas
459. Primera redacción:
Ya maneja el cincel, y ya la brocha;
464. Siguen dos versos tachados:
Ya de la roca la tiznada cima
menos severa, el ceño desarruga.
467-468. Primera redacción:
aquí aprovecha el lago, allí la
fuente.
pierde su triste horror la selva oscura;
y de la roca la tiznada cima,
menos oscura, el ceño desarruga.
Segunda redacción:
alégrase la selva y el severo
alégrase la selva y su tiznada
frente la áspera roca desarruga
En el último verso tacha la palabra
áspera y la sustituye por
triste.
—120→
469-472.Primera redacción:
Manda; y senderos por todas partes van
los que los miembros esparcidos juntan,
que de su nueva unión se
maravillan
los complacidos miembros, y componen
de un nuevo todo la soberbia suma.
El penúltimo verso tiene la siguiente
enmienda:
los complacidos miembros, que ya for7yan
447-472. Estos versos son el resultado de
una prolija elaboración poética. Toda esta parte está
dividida en dos fragmentos, cada uno con copiosas enmiendas, que representan la
primera y la segunda redacción.
A continuación se transcriben ambas
redacciones por separado.
Primer fragmento:
Mira aquella colina, a cuya falda (a)
bosques, llanuras, prados, rocas, grutas,
en poco grata confusión parecen.
Naturaleza dice al Arte: escucha;
¿ves de tantos paisajes la riqueza,
(b)
que a tu vista se ofrece? Toda es tuya.
De mis trabajos la silvestre pompa
el tosco lujo implora aquí tu
ayuda.
Dice; y el Arte las ligeras alas (c)
descoge, y vuela, y sin parar la bruta
masa explorando en que mil formas duermen,
(d)
del monte al valle, y de la selva oscura
a la pradera alegre, el vario cuadro (e)
asienta los colores; parte, junta,
aquí la luz derrama, allá la
sombra.
Un objeto disfraza, otro desnuda.
al descubierto llano, saca nuevos
tesoros de beldad, separa, junta, (g)
aviva aquí y allá amortigua el
brillo
(a) Segunda redacción de este verso y
de los tres siguientes:
Mira aquella colina a cuya falda
bosques, dehesas, fuentes, rocas, grutas,
en poco grata confusión parecen.
Tercera redacción:
Desde aquel alto monte a cuya falda
se miran apiñados en confusa
discordia objetos mil, Naturaleza
dice al talento creador; escucha:
(b) Segunda redacción de este verso y
del siguiente:
¿Ves de paisajes varios la riqueza
que a tu vista se ofrece? Toda es tuya.
Tercera redacción
De esas colinas. bosques, prados, rocas
¿ves la magnificencia? Toda es
tuya.
(c) En segunda
redacción tacha
Arte y escribe
Genio, en su lugar.
(d) Modificó estos dos versos:
descoge. y vuela, y de la selva oscura
al verde llano, y de la cumbre al valle
(e) Segunda
redacción de este verso y del siguiente:
al verde prado corre el vario cuadro
aviva los colores; parte, junta,
(f) Comenzó a redactar este verso
así
a la pradera
(g) Segunda redacción de este verso y
del siguiente:
tesoros de beldad, esparce y junta,
activa aquí y allá oscurece el
brillo
—121→
parte veloz al descubierto llano, (h)
aviva y amortigua, esparce y junta,
lo denso aclara, y lo esparcido junta,
aquí la luz derrama, allí la
sombra. (i)
Un objeto disfraza, otro desnuda
aviva y amortigua, orna y desnuda.* No compone de nuevo, mas retoca;(¡)de la naturaleza la pinturay retoca y acaba la pintura. (k)
* Lo que antes fue bosquejo, es ya
pintura.
De aquel peñasco la tiznada cima
menos ahora el sobrecejo arruga.
Perdió su triste horror la selva
umbría.
El erial viste; y al arroyüelo (l)
extraviado señaló la ruta.
Todo lo ve; lo explora; de la ruda (ll)
masa en que informes yacen y escondidas
saca a luz mil bellezas; parte, junta,
y desecha y escoge y armoniza,
ilumina y sombrea, orna y desnuda.
Segundo fragmento:
Desde aquel alto monte, que de objetos
(a)
varios ve alrededor mezcla confusa,
en noble, aunque salvaje, Perspectiva;
(h) Segunda
redacción de este verso y del siguiente:
parte veloz al esparcido llano,
escoge, esparce. aleja y aproxima
Tercera redacción:
parte veloz al llano, junta, esparce
aviva y amortigua, y harmoniza
Cuarta redacción:
parte veloz al ancho verde llano
escoge, esparce, aleja y aproxima
(i) Segunda redacción de este verso y
de los dos siguientes, refundidos:
ora amortigua, y ora aviva el tinte,
ilumina y sombrea. orna y desnuda.
(j) En este verso tacha
retoca y lo sustituye por
corrige, palabra ésta que tacha para
volver a escribir
retoca.
(k) Segunda
redacción de este verso y del siguiente:
y retoca y bosqueja la pintura.
Lo que antes era esbozo, ya es pintura
(l) Segunda redacción:
Da al inculto erïal fresca verdura
Tercera redacción
el inculto erïal fresca verdura
brota bajo sus pies; y al arroyuelo
(ll) Segunda
redacción:
todo lo ve; las gracias que en la ruda
(a) Segunda
redacción de este verso y del siguiente:
Desde aquel alto monte que en salvaje
escena ve alrededor, mezcla confusa,
Tercera redacción:
Desde aquel alto monte, que domina
de objetos, a sus pies, mezcla confusa,
—122→
Naturaleza dice al Genio: escucho; (b)
de esas colinas, prados, bosques, aguas,
(c)
¿ves la magnificencia? Toda es
tuya;
la descuidada pompa y de mis obras (d)
el tosco lujo implora aquí tu
ayuda.
Dijo; y el Genio las ligeras alas (e)
descoge; y vuela; y de la selva oscura
al valle alegre, y de la cumbre al llano
todo lo ve, lo explora, y de la ruda
masa, en que informes duermen escondidas,
* saca la gracia a luz y la hermosura.
Ora el cincel maneja, ora la brocha; (f)
cuál objeto disminuye; cuál
abulta;
* los tintes ora aviva, y ora apaga;
* contrasta y armoniza; orna y desnuda.
* No compone de nuevo, mas retoca; (g)
* lo que antes fue bosquejo, es ya
pintura.
Ya de la roca la tiznada cima
menos severa el ceño desarruga.
Perdió su triste horror la selva.
(h)
Aquí aprovecha el bosque, allá
la fuente.
Perdió su triste horror el bosque
umbrío
él vistió al erial y al
arroyuelo
extraviado señaló la ruta.
Manda, y senderos mil por todas partes
con que los miembros esparcidos junta;
se alargan, (ileg.).
(b) Segunda redacción:
Dice Naturaleza al Genio: escucha;
(c) Segunda redacción de este verso y del
siguiente:
de esas colinas, bosques, prados, aguas,
ves la magnificencia? Toda es tuya.
Tercera redacción:
¿De esas colinas, prados, bosques,
flores,
ves la varia riqueza? Toda es tuya.
(d) Segunda redacción de este verso y
del siguiente:
La descuidada pompa de mis obras
y el tosco lujo imploran hoy tu ayuda.
Tercera redacción:
El descuidado lujo de mis obras
es menester que alivies y que pulas
(e)Segunda redacción:
Dice; y con prestas alas parte el Genio
Tercera redacción:
Dice; aprontando las veloces alas
(f) Segunda redacción de este verso y
del siguiente:
Ora torna el cincel, ora la brocha,
aquello disminuye; esto abulta
Tercera redacción:
ya maneja el cincel, y ya la brocha;
cuál objeto rebaja, y cuál
abulta;
(g) A partir de este
verso aparecen tachados los siguientes intentos de redacción,
inconclusos:
de aquí
ya de la roca
(h) Segunda redacción de este verso y
del siguiente:
Perdió a tu voz la selva
enmarañada.
Aquí la fuente, y allá aprovecha
el lago.
El resto de este fragmento presenta enmiendas
totalmente ilegibles.
—123→
473. Primera redacción:
¿Pero tan grandes obras te
acobardan?
481. Este verso lo comenzó a redactar
así:
produce de placer
pudo darme placer
482. Primera redacción:
se puede producir bello paisaje.
485-486. Otros intentos de
redacción:
Huye, y la Francia entera hermoseada
de un inmenso jardín muestre la
imagen.
Huye, y la Francia toda hermoseada
del primitivo Edén muestre la
imagen.
Huye, y la Francia entera se hermosea
Huye, y sin ti la Francia toda sea
de un vasto Edén la encantadora
[imagen]
Huye, y toda de un vasto Paraíso
la Francia mostrará la bella [imagen]
487-494. Primeras redacciones:
Decir quisiera el arte, que a la vista
sabe advertir, y sorprenderla sabe.
—124→
Mas, tiempo ha que ambiciosos el imperio
(a)
que ambiciosos disputan dos rivales;
dos géneros opuestos.
Uno se muestra en ordenada traza (b)
y forma regular, pomposo y grande.
*
Arreos da a la tierra que ella ignora (c)
y peregrino fasto
487. Primeras redacciones:
El arte enseñaré que en los
estilos
Del arte enseñaré los dos
estilos
491-492. Primera redacción:
Uno apetece el orden y se muestra
en planta regular, soberbia y grande.
497. Primeras redacciones:
Risueño el otro, y blando y
apacible
Risueño el otro irregular y libre
501. Primeras redacciones:
la viste sólo; a sus caprichos
bellos
sus gracias orna; a sus caprichos bellos
(a) Corrección a
esta primera redacción:
Mas el imperio del jardín ya ha
tiempo
(b) Otra redacción:
Uno aparece en ordenada traza
(c) Otras redacciones:
Arreos da a la tierra y lujo
extraño
Arreos da a la tierra; extraña
pompa
—125→
508-510. Primeras redacciones:
Aquél bajo la sombra de un boscaje
a la feliz moderación hospeda,
hospeda alcázares reales.
Si aquél bajo la sombra de un
boscaje
asilo da al amor y a la inocencia;
y éste decora alcázares
reales.
Si bajo um[brí]os álamos y sauces
asilo el uno a la inocencia ofrece
asilo el uno a la virtud ofrece
que si prepara el uno al sabio, amante
que si el uno prepara al sabio, amante
Aquél dibuja para el sabio amante,
de la moderación, sus bellas
obras,
El uno sus vergeles y boscajes (a)
dibuja para
511. Sigue, tachado, el siguiente verso
inconcluso:
Quiero que al trono el esp
515. Primera redacción:
Pero si al arte es dado que violente
519. En este verso aparece tachada e
inconclusa la palabra
bagatelas, que iba a ser usada en lugar de
fruslerías.
(a) A este verso, Bello
antepone un
Si y tacha el siguiente verso inconcluso,
para dejar esta redacción:
Si el uno sus vergeles y hoscajes
a la feliz moderación ofrece:
decora el otro alcázares reales.
—126→
521-523. Primera redacción:
lejos de mí, jardines cuyo
dueño
que en su mezquino lujo se complace,
me alaba esos peinados arbolillos,
526. Lectura insegura.
535. Primera redacción:
Más que ese lujo mísero me
agrada
536. En este verso se trunca el manuscrito
de Bello. Aparece el comienzo del siguiente: