Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
 

1

Sobre ella, cf. L. Th. Pappas, «El poeta joven en Málaga (1870-1882)», en Breve biografía de Salvador Rueda, Charleston, A publication of the Citadel, 1970, pp. 8-10.

 

2

Noventa estrofas. Con una carta de Don Gaspar Núñez de Arce, Madrid, M. Murillo-F. Fe, 1883, p. [7].

 

3

Quizá por no haber podido consultar directamente el libro, José M.ª de Cossío se equivoca al escribir: «Noventa estrofas (1883), tercetos que prologa don Gaspar Núñez de Arce»; Cincuenta años de poesía española (1850-1900), II, Madrid, Espasa-Calpe, 1960, p. 1331. Sólo «Arcanos», composición que abre el libro, utiliza, en efecto, esa estrofa.

 

4

Así se deduce de la carta-prólogo de Núñez de Arce, en que, con fecha 10.IX.1880, escribe: «He leído con mucho gusto su canto Arcanos, que ha tenido usted la bondad de dedicarme» (p. 7).

 

5

«Uno de los apelativos más frecuentes para designar a D. Gaspar Núñez de Arce -escribe Josefina Romo Arregui- es el de cantor de la duda. Pero esta palabra, que parece entrañar en su significado una posición ante lo religioso, y en este sentido ha sido tomada generalmente, después de estudiar su epístola a D. Antonio Hurtado, que lleva por título La duda [publicada en Gritos del combate, Madrid, T. Fortanet, 1875], podríamos traducirla mejor por desconfianza en todo» (Vida, poesía y estilo de D. Gaspar Núñez de Arce, Madrid, CSIC, 1946, p. 89).

 

6

En Renglones cortos, Madrid-Málaga, Bailly-Bailliere-Tip. El Mediodía, 18802, p. 56, aparece un soneto con el engañoso título de «Dudas»; en realidad, se trata de mostrar un camino para llegar a la más confortable certeza. Sólo en «Horas amargas», una «Íntima» que recuerda el «Canto a Teresa» de Espronceda, aparece el tema de la duda como si fuera un sentimiento propio, pero también aquí comprobamos que se trata de una imitación libresca, típica del poeta que empieza.

 

7

S. Rueda: Et ritmo. Crítica contemporánea, Madrid, Tip. Hijos de M. G. Hernández, Bibl. Rueda, IV, 1894, p. 139.

 

8

«Ha dicho un crítico, de vista de lince, que en la poesía castellana hace falta una revolución rítmica. Estoy conforme con eso» (En tropel, Madrid, Tip. de Manuel G. Hernández, 18932, p. 184). Es el «nuevo acento» que notará Luis Cernuda en páginas inolvidables («El Modernismo y la Generación de 1898», en Estudios sobre poesía española contemporánea, Madrid, Guadarrama, 1969, p. 62).

 

9

«No inventó Rueda este tipo de versificación, pues ya lo utilizaron los románticos, sobre todo, y con gran maestría, Gertrudis Gómez de Avellaneda, pero él lo desenterró y divulgó» («Salvador Rueda o el ritmo», CLC, 7(1943), p. 21). [Para las siglas, sigo las que propone J. Simón Díaz, Manual de bibliografía de la literatura española, Madrid, Gredos, 19803, pp. 1141-1154].

 

10

T. Navarro Tomás, Métrica española, New York, Las Americas Publishing Company, 1966, p. 423.