1
Vid. MARIANO DE PACO, Introducción al Teatro de VICENTE MEDINA, (Murcia, 1987, p. 12), y bibliografía allí aducida.
2
MIGUEL ÁNGEL ASTURIAS habló de esta cuestión con referencia a motivos que le interesaban en otro campo: «El aporte de la novela a la sociología» (Novela y novelistas. Reunión de Málaga de 1972. Málaga, 1973, págs. 139-151).
3
Lo vio exactamente JUSTO GARCÍA MORALES en «Vicente Medina y el otro 98» (Primera Semana de Estudios Murcianos, I, Murcia, 1961). Recuérdense los elogios continuos y reiterados de Azorín y trabajos como los de ÁNGEL VALBUENA PRAT, «Vicente Medina y la generación del 98», (Murgetana, n.º 20, 1963) y MARÍA JIMÉNEZ PRECIOSO, «Vicente Medina y Miguel de Unamuno a través del paisaje», (Murgetana, n.º 53, 1978). Cuando el 13 de febrero de 1932, Vicente Medina habla en el Ateneo de Madrid, hace inventario de su vida; «Sí, mi obra son jirones del tiempo: juventud, amores, soldado, nuestro desastre del 98, culto de la vida popular y del terruño».
4
Vid. FRANCISCO JAVIER DÍEZ DE REVENGA, Introducción, biografía y crítica a Aires murcianos. Murcia, 1981, p. 13.
5
En la edición citada, De Paco señala la reincidencia en unos pocos motivos: pobreza, guerra y servicio militar (p. 25), unidos por un hilo sutil que conforma habitualmente el amor (p. 31).
6
DE PACO, op. cit., págs. 31-33.
7
De mí mismo, en La canción de la vida. Cartagena, 1902, págs. 10-11.
8
Sus obras empezaron a publicar en 1902 y fueron motivadas, según se ha dicho, por los Aires murcianos de Vicente Medina.
9
Vid. MANUEL ALVAR, «Los dialectalismos en la poesía del siglo XX», en Estudios y ensayos de literatura contemporánea. Madrid, 1971.
10
Véanse lo que ambos significaron para las gentes humildes de sus tierras. Cfr. JOSÉ MONTERO PADILLA, «La actitud de la crítica ante la obra de Gabriel y Galán», Revista de Literatura, VII, 1955, págs. 339-348; RAMÓN ESQUER TORRES, Obra inédita y olvidada de Gabriel y Galán. Madrid, 1965, p. 11.