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Abajo

Sonetos en manuscritos

Francisco de Quevedo






ArribaAbajoMss. 5.913, Biblioteca Nacional, f. 122v



Abajo    Religiosa piedad ofrezca llanto
funesto; que a su libre pensamiento
vinculó lengua y pluma; cuyo aliento
se admiraba de verle vivir tanto.

   Cisne fue, que causando nuevo espanto,  5
aun pensando vivir, clausuló el viento,
sin pensar que la muerte en cada acento
le amenazaba, justa, el primer canto.

   Con la sangre del pecho, que provoca
a que el sacro silencio se eternice,  10
escribe tu escarmiento, pasajero:

   Que quien el corazón tuvo en la boca,
tal boca siente en él, que sólo dice:
«En pena de que hablé, callando muero».




ArribaAbajoMss. 9.636, f. 140v y 7.360, f. 220v, B. N.




A las cenizas de un amante puestas en un reloj


ArribaAbajo   Ostentas, ¡oh felice!, en tus cenizas,
el afecto inmortal del alma interno;
que como es del amor el curso eterno,
los días a tus ansias eternizas.

   Muerto del tiempo, el orden tiranizas,  5
pues mides, derogando su gobierno,
las horas al dolor del pecho tierno,
los minutos al bien que inmortalizas.

   ¡Oh milagro! ¡Oh portento peregrino!,
que de lo natural los estatutos  10
rompes con eternar su movimiento.

   Tú mismo constituyes tu destino:
pues por días, por horas, por minutos,
eternizas tu propio sentimiento.




ArribaAbajoMss. 3.797, f. 100v



ArribaAbajo   Ojos, guardad al corazón secreto,
pues le guarda la lengua a sus pasiones;
ved que son vuestras lágrimas razones:
que el ciego amor, si es mucho, es más perfeto.

   Si miedo no tenéis, tened respeto,  5
y triunfe de atrevidas ocasiones
el sufrimiento, que arma corazones
en la milicia de este fuego inquieto.

   Contentaos con amar cosa tan bella,
pues os honra la propia cobardía  10
que la vista parlera os enmudece.

   Amad el imposible, el merecella;
débaos mi corazón tal cortesía:
que en penar por los dos bien la merece.




ArribaAbajo Mss. 4.117, f. 348v, B. N.



ArribaAbajo   Muda y tierna elocuencia derramada,
de la razón y pena recogida,
con tener más de vista que de oída,
ni aun de ajeno mirar sois escuchada.

   Alma en líquido fuego transformada,  5
que por más firme unión se da vertida,
y su prisión nos deja persuadida,
saliendo por los ojos desatada;

   lenguas de un pensamiento recatado,
ansias que van corriendo, y las poseo,  10
sangre de los suspiros más amigos:

   palabras sois postreras del cuidado,
congojosos extremos del deseo,
del alma parte, de mi amor testigos.




ArribaAbajoMss. 108, B. Menéndez Pelayo, f. 106v




Protestas del cornudo profeso


ArribaAbajo   «¿Es más cornudo el Rastro que mi abuelo,
o conoce Segovia más señores?
¿No es toda mi cabeza calzadores,
tinteros y linternas, barba y pelo?

   »¿Háseme conocido algún recelo  5
(aun burlando) jamás en mis amores?
Pues en lo que es mullir los pretensores,
mis hermanas dirán si duermo o velo.

   »Llamen a dos que entiendan de cornudo;
y si yo para serlo no valiere,  10
tasándolo más que él, llámenme honrado.»

   Dijo Fermín, hallándose desnudo,
y viendo que sin causa le prefiere
un cornudo novicio a un procesado.




ArribaAbajoMss. 108, B. M. P., f. 157a




Otro


ArribaAbajo   Cuernos hay para todos, sor Corbera;
no piense que ha de ser solo el cornudo.
Valdés lo pretendió, mas nunca pudo
restañarle los cuernos a Cabrera.

   No es sola su mujer la cotorrera:  5
putas le sobran a cualquier desnudo,
y la pieza del ciego y la del mudo
no iguala a la de ser catarribera.

   ¿Quiere alzarse a mayores con el cuerno?
Pues, mientras yo viviere, está engañado;  10
que por un privilegio del infierno

   soy proveedor de testas de ganado,
cornudo óptimo, máximo y eterno,
y soy la quintacuerna destilado.




ArribaAbajoMss. 108, B. M. P., f. 157b




Otro


ArribaAbajo   Casose la Linterna y el Tintero,
Jarama y Medellín fueron padrinos;
casolos en el Rastro Buenosvinos,
y al fin la boda fue entre carne y cuero.

   De sí propio mordió todo carnero;  5
quedaron espantados los vecinos
de ver tantos cabrones de los finos,
y al Pardo y a Buitrago en un sombrero.

   Las putas cotorreras y zurrapas,
alquitaras de pijas y carajos,  10
habiendo culeado los dos mapas,

   engarzadas en cuernos y en andrajos,
cansadas de quitar salud y capas,
llenaron esta bolsa de zancajos.




ArribaAbajoMss. 108, B. M. P., f. 158v




Otro


ArribaAbajo   Mientras que, tinto en mugre, sorbí brodio,
y devanando en pringue y telaraña,
en ansias navegué por toda España,
ni fui capaz de envidia ni de odio.

   Mas luego que tan puto monipodio  5
hizo de mí fortuna tan picaña
Pasquín tiene conmigo grande saña
y todo soy preguntas de Marfodio.

    ¡Oh santo bodegón! ¡Oh picardía!
¡Oh tragos; oh tajadas; oh gandaya;  10
oh barata y alegre putería!

   Tras los reyes y príncipes se vaya
quien da toda la vida por un día,
que yo me quiero andar de saya en saya.




ArribaAbajoMss. 108, B. M. P., f. 161




Otro


ArribaAbajo   Volver quiero a vivir a trochimoche,
y ninguno me apruebe ni me tache
el volver de privado a moharrache,
si no lo ha sido todo en una noche.

   Mesa y caricia, y secretillo y coche  5
trueco yo a quien me sufra y me emborrache,
y ruéganme con este cambalache
los que saben decir «aroga» y «zoche».

   Con la fortuna el ambicioso luche,
y a los malsines y a la envidia peche,  10
y para otro mayor ladrón ahúche;

   que yo, porque la vida me aproveche,
por si hay algún bellaco que me escuche,
tanto estaré contento cuanto arreche.




ArribaAbajoMss. 108, B. M. P., f. 161b




Otro


ArribaAbajo   Un tenedor con medias y zapatos;
descalzos y desnudos dos pebetes;
por patas, dos esquifes con juanetes;
por manos, diez cazones y dos gatos;

   en el mirar, trescientos garabatos;  5
la color, solimán fondo en hametes;
por cejas, dos bigotes con ribetes;
por ojos, dos furísimos Pilatos;

   por vientre, un barbadísimo letrado,
pues a hacer penitencia las ladillas  10
se vinieron a él como a desierto;

   culo, aun de florentines desechado,
toda tabas y tetas y ternillas:
ésta es la Isaura que a Lisardo a muerto.




ArribaAbajoMss. 108, B. M. P., f. 161v




Túmulo


ArribaAbajo   Por no comer la carne sodomita
de estos malditos miembros luteranos,
se morirán de hambre los gusanos,
que aborrecen vianda tan maldita.

   No hay que tratar de cruz y agua bendita:  5
eso se gaste en almas de cristianos.
Pasen sobre ella, brujos, los gitanos;
vengan coroza y trochos, risa y grita.

   Estos los güesos son de aquella vieja
que dio a los hombres en la bolsa guerra,  10
y paz a los cabrones en el rabo.

   Llámase, con perdón de toda oreja,
la madre Muñatones de la Sierra,
pintada a penca, combatida a nabo.




ArribaAbajoMss. 108, B. M. P., f. 162




Túmulo


ArribaAbajo   La mayor puta de las dos Castillas
yace en este sepulcro, y, bien mirado,
es justo que en capilla esté enterrado
cuerpo que fue sepulcro de capillas.

   Sus penitencias no sabré decilllas,  5
pues de correas sin número cantado
tan bien con el cordel se ha meneado,
que vino a los gusanos hecha astillas.

   Diéronla crecimientos de priores,
después de un pujamiento de donados  10
que en siglo vivieron de pern(a)iles.

   Aborreció seglares pecadores,
buscó instrumentos vivos y pintados,
porque tiene capillas como frailes.




ArribaAbajoMss. 108, B. M. P., f. 182v




Desengaño de las mujeres


ArribaAbajo   Puto es el hombre que de putas fía,
y puto el que sus gustos apetece;
puto es el estipendio que se ofrece
en pago de su puta compañía.

   Puto es el gusto, y puta la alegría  5
que el rato putaril nos encarece;
y yo diré que es puto a quien parece
que no sois puta vos, señora mía.

   Mas llámenme a mi puto enamorado,
si al cabo para puta no os dejare;  10
y como puto muera yo quemado,

   si de otras tales putas me pagare;
porque las putas graves son costosas,
y las putillas viles, afrentosas.




ArribaAbajoMss. 108, B. M. P., f. 182v




A uno que mudaba cada día por guardar su mujer


ArribaAbajo   Cuando tu madre te parió cornudo,
fue tu planeta un cuerno de la luna;
de maderas de cuernos fue tu cuna,
y el castillejo un cuerpo muy agudo.

   Gastaste en dijes cuernos a menudo;  5
la leche que mamaste era cabruna;
diote un cuerpo por armas la Fortuna
y un toro en el remate de tu escudo.

   Hecho un corral de cuernos te contemplo;
cuernos pisas con pies de cornería;  10
a la mañana un cuerno te saluda.

   Los cornudos en ti tienen un templo.
Pues, cornudo de ti, ¿adónde iría
siguiéndote una estrella tan cornuda?




ArribaAbajoMss. 108, B. M. P., f. 187




A la ballena y a Jonás, muy mal pintados, que se compraron caros y se vendieron baratos


ArribaAbajo   Si la ballena vomitó a Jonás,
a los dos juntos vomitó Cajés:
borrasca es de colores la que ves;
el dinero se pierde aquí no más.

   Si a Nínive por orden de Dios vas,  5
¿por qué viniste a dar en mí al través?
Tan mal pescado el que te almuerza es,
que de comido de el vomitarás.

   A Jonás la ballena le tragó;
y pues los cuatrocientos, por él di,  10
Jonás y la ballena trague yo.

   Y por sesenta y siete que perdí,
a los tres nos tragó quien la pagó,
y otra ballena se dolió de mí.




ArribaAbajo Mss. 108, B. M. P., f. 187v




Contra un juez


ArribaAbajo   Este letrado de resina y pez,
que en tiempo de Moisés fue Faraón,
no sólo siendo juez tuvo pasión,
mas siendo la Pasión, él fue su Juez.

   Oyó cuerno en el Prado y Aranjuez;  5
graduose después de carnerón;
como del fuego huye del lechón,
si a San Antón encuentra alguna vez.

   Es caballero de Avirón y Atán,
hijo de un vizcaíno de Belén  10
que, por lo perro, descendió de Can.

   De la carda me dicen que es también,
y el apellido de Cardón le dan
los que en la Cruz cardaron nuestro bien.




ArribaAbajoMss. 108, B. M. P., f. 188




Otro


ArribaAbajo   Estos son los obreros de rapiña,
que, viniendo a la viña los postreros,
trabajan menos, ganan más dineros
y aprisionan al dueño de la viña.

   Al padre de la viña se le aliña  5
gentil vendimia en estos jornaleros,
pues el vino le encierran en sus cueros,
podan el pago y roban la campiña.

   Ya que a la viña del Señor no vienen,
al Señor de la viña han agarrado,  10
menos puras las almas que las cubas.

   Y por el miedo que al Profeta tienen,
al revés de la viña del pecado,
siendo labrusca, se hacen unas uvas.




ArribaAbajoMss. 108, B. M. P., f. 188v




Otro


ArribaAbajo   Tentación, no limosna, ha parecido
ésta que en Satanás os ha enredado,
que, si no es tentarle de pecado,
nunca Jesús al monte le ha subido.

   Si porque todo el mundo os ha ofrecido,  5
queréis subir al monte levantado,
porque antes le adoréis os lo ha mandado,
y porque os despeñéis os ha traído.

   La primer tentación fácil os fuera,
pues piedras vuelven en pan vuestro molino,  10
haciendo harina a Stérope y a Bronte.

   De Jesús es subir por la escalera
al calvario, no al monte peregrino:
memento que (...) andáis a monte.




ArribaAbajoMss. 108, B. M. P., f. 189v




A la barba de los letrados


ArribaAbajo   ¡Qué amigo son de barba los Digestos,
hircoso licenciado! Mas sin duda
de barba de cabrón, intosa y ruda,
más se presumen brujas que no textos.

   La caspa es benemérita de puestos;  5
la suficiencia medra por lanuda;
alegue Peñaranda la barbuda
en ciencia que consiste en pelo y gestos.

   Son por fuerza ignorantes los rapados:
cortará la navaja decisiones  10
y deshará el barbero los letrados.

   Mas, pues nunca se hallan en capones
ni se admiten lampiños abogados,
las leyes son de casta de cojones.




ArribaAbajoMss. 108, B. M. P., f. 191




Al haber quitado los cuellos y las calzas atacadas, y ver esgrimir por entretenimiento


ArribaAbajo   Rey que desencarcelas los gaznates,
rey que sacas los muslos de tudescos,
rey que resucitaste los greguescos,
lisonja al Cid, merced a los combates;

   rey sin chinelas, rey sin acicates,  5
rey sin ahogo, rey de miembros frescos,
rey en campaña fuera de grutescos,
que postas corres, que favonios bates;

   miente quien se quejare por la gola,
pues son cabezas las que fueron coles,  10
y hombre mortal el bulto tabaola.

   No quieres ver en calzas de españoles
cuchilladas, por verlas con la sola:
humos quieres que tengan, no arreboles.




ArribaAbajoMss. 108, B. M. P., f. 191v




Otro


ArribaAbajo   Que tiene ojo de culo es evidente,
y manojo de llaves, tu sol rojo,
y que tiene por niña en aquel ojo
atezado mojón duro y caliente.

   Tendrá legañas necesariamente  5
la pestaña erizada como abrojo,
y guiñará, con lo amarillo y flojo,
todas las veces que a pujar se siente.

   ¿Tendrá mejor metal de voz su pedo
que el de la mal vestida mallorquina?  10
Ni lo quiero probar ni lo concedo.

   Su mierda es mierda, y su orina, orina;
sólo que ésta es verdad, y esa otra, enredo,
y estanme encareciendo la letrina.




ArribaAbajoMss. 108, B. M. P., f. 191b




Otro


ArribaAbajo   Quiero gozar, Gutiérrez; que no quiero
tener gusto mental tarde y mañana;
primor quiero atisbar, y no ventana,
y asistir al placer, y no al cochero.

   Hacérselo es mejor que no terrero;  5
más me agrada d[e] balde que de galana:
por una sierpe dejaré a Diana,
si el dármelo es a gotas sin dinero.

   No pido calidades ni linajes;
que no es mi pija libro del becerro,  10
ni muda el coño, por el don, visajes.

   Puta sin daca es gusto sin cencerro,
que al no pagar, los necios, los salvajes,
siendo paloma, le llamaron perro.




ArribaAbajoMss. 108, B. M. P., f. 216b




Otro


ArribaAbajo   La voz del ojo, que llamamos pedo
(ruiseñor de los putos) detenida,
da muerte a la salud más presumida,
y el propio Preste Juan le tiene miedo.

   Mas pronunciada con el labio acedo  5
y con pujo sonoro despedida,
con pullas y con risas da la vida,
y con puf y con asco, siendo quedo.

   Cágome en el blasón de los monarcas
que se precian, cercados de tudescos,  10
de dar la vida y dispensar las Parcas.

   Pues en el tribunal de sus greguescos,
con aflojar y comprimir las arcas,
cualquier culo lo hace con dos cuescos.




ArribaAbajoMss. 108, B. M. P., f. 216v




Otro


ArribaAbajo   Hijos que me heredáis: la calavera
pudre, y no bebe el muerto en el olvido;
del sepulcro no come y es comido:
tumba, no aparador, es quien lo espera.

   La que apenas ternísima ternera  5
la leche en roja sangre ha convertido,
no por ofrenda, por almuerzo os pido,
y el responso, después, de hambre, muera.

   Dadme aquí los olores cuando huelo;
y mientras algo soy, goce de todo:  10
venga el pellejo cuando sorbo y cuelo.

   A engullirme mis honras me acomodo,
que dar el vino al polvo no es consuelo,
y piensan que hacen bien, y hacen lodo.




ArribaAbajoMss. 108, B. M. P., f. 194v




A un hombre casado y pobre


ArribaAbajo   Esta es la información, éste el proceso
del hombre que ha de ser canonizado,
en quien, si advierte al mundo algún pecado,
admiró penitencia con exceso.

   Diez años en su suegra estuvo preso,  5
a doncella, y sin sueldo, condenado;
padeció so el poder de su cuñado;
tuvo un hijo no más, tonto y travieso.

   Nunca rico se vio con oro o cobre;
siempre vivió contento, aunque desnudo;  10
no hay descomodidad que no le sobre.

   Vivió entre un herrador y un tartamudo;
fue mártir, porque fue casado y pobre;
hizo un milagro, y fue no ser cornudo.




ArribaAbajoMss. B. N. 4.067, f. 51 y en más mss.




Pintando la vida de un señor mal ocupado


ArribaAbajo   «¡Bizarra estaba ayer doña María!»
«Mayordomo, ¿cobrose aquel dinero?»
«¡Bien alzaba las manos el overo!»
«¡Gran regalo es beber el agua fría!»

   «Bésoos las manos, duque. ¿Es ya de día?»  5
«Ordóñez, llamad luego al camarero.»
«¡Gentil bufón, a fe de caballero!»
«Del rey, ¿qué nuevas corren, don García?»

   «Para cochero. El coche está en palacio.»
«Al momento me busquen postillones.»  10
«Treinta escudos daréis por el topacio.»

   «Denle por lo que dijo seis doblones.»
«Bien anda el Castañuelo, aunque despacio.»
«No es bueno que no guste de bufones.»

Caballeros chanflones,
que pasan en su casa solamente
perdiendo a Dios el miedo y a la gente,
hablan así, por plazas y rincones.




ArribaAbajoMss. 3.700, B. N.



ArribaAbajo   Si pretender gozarte sin bolsón
los que versos y músicas te dan,
¿de qué ofendiendo a tu deidad están,
pues de esto todo no te gusta el son?

   Dalila puede ser con el Sansón,  5
y Angélica divina con Roldán,
y diles que, no dándote, estarán
sin tomar de tu gusto posesión.

   Quien no fuere de Marte matachín
te incline sólo a que le quieras bien,  10
rindiéndote del manto hasta el chapín.

   Serás con los valientes Tremecén,
con poetas y músicos, Pasquín:
que es niño Amor, y quiere que le den.




ArribaAbajoMss. 3.795, B. N., f. 258




A un hombre llamado Diego, que casaron con una mala mujer llamada Juana


ArribaAbajo   A las bodas que hicieron Diego y Juana
dio de su cuerno flores Amaltea,
tocaron la corneta del aldea
y una cuerna almorzaron valenciana.

   En cuerno meó el novio, aunque sin gana,  5
cuando la novia en otro cuerno mea,
y en la cornija de la chimenea
les cantó la corneja de mañana.

   El cura, que es Cornejo, escribió el nombre
con tintero de cuerno, y él le ha dado  10
un cornado, que es todo lo que pudo.

   Y es el bueno de Diego tan buen hombre,
que, con tantos agüeros, no ha notado
cómo le casan para ser cornudo.




ArribaAbajoMss. 3.915, f. 41, B. N.




Soneto dedicatorio


ArribaAbajo   A quien hace el Amor tantas mercedes,
que le calienta lo que tiempo hiela,
y no admitiendo canas en su escuela
quiere que en ella eternamente quedes;

   y como presa antigua de sus redes,  5
de verte galán verde se consuela,
y viendo que la edad tu casa asuela,
tus cuentas va poniendo en sus paredes,

   quiérote dedicar mis conclusiones.
Recíbelas, abuelo de Cupido,  10
debajo del amparo de tus martas;

   ansí te amen damas a millones,
y seas de las tuyas tan querido,
que con los mozos de las sobras partas.




ArribaAbajoMss. 3.794, f. 38, B. N.




De Quevedo a un clérigo


ArribaAbajo   Adoro, aunque te pese, Galileo,
el pan que muerden tus rabiosos dientes;
adoro al que, en mortaja de accidentes,
vivo en la muerte que le diste veo.

   Adoro a Cristo y sus preceptos creo,  5
aunque de enojo y cólera revientes;
espérenle, si quieren, tus parientes,
que yo en el sacramento le poseo.

   Mas ya que en muerte ignominiosa y fiera,
tus padres le abrieron el camino,  10
no le persigas en el pan siquiera;

   pues en tu boca, a lo que yo imagino,
no le tomaras nunca si él hubiera,
no quedándose en pan, sino en tocino.




ArribaAbajoMss. 20.355, f. 255, B. N.




A una vieja, del mismo


ArribaAbajo   En cuévanos, sin cejas y pestañas,
ojos de vendimiar tenéis, agüela;
cuero de Fregenal, muslos de suela;
piernas y coño son toros y cañas.

   Las nalgas son dos porras de espadañas;  5
afeitáis la caraza de chinela
con diaquilón y humo de la vela,
y luego dais la teta a las arañas.

   No es tiempo de guardar a niños, tía;
guardar lo mandamientos, noramala;  10
no os dé San Jorge una lanzada un día.

   Tumba os esté mejor que estrado y sala;
cecina sois en hábito de arpía,
y toda gala en vos es martingala.




ArribaAbajoMss. 3.795, f. 77v, B. N.




Soneto


ArribaAbajo   Yo te untaré mis obras con tocino,
porque no me las muerdas, Gongorilla,
perro de los ingenios de Castilla,
docto en puyas, cual mozo de camino.

   Apenas hombre, sacerdote indino,  5
que aprendiste sin christus la cartilla;
chocarrero de Córdoba y Sevilla,
y, en la Corte, bufón a lo divino.

   ¿Por qué censuras tú la lengua griega
siendo sólo rabí de la judía,  10
cosa que tu nariz aun no lo niega?

   No escribas versos más, por vida mía;
aunque aquesto de escribas se te pega,
por tener de sayón la rebeldía.




ArribaAbajoMss. 3.795, f. 337v, B. N.




Contra el mismo Góngora


ArribaAbajo   Dime, Esguevilla, ¿cómo fuiste osado
a subirte a las barbas del que ha sido
más escrito en España y más leído
y con más justo nombre celebrado?

   Si por que te cantó le has murmurado,  5
tan solamente que te acuerdes pido
de que toman tus aguas apellido
de las que hacen a un pueblo tan honrado.

   Guárdales, pues, respeto a versos tales,
que es muy necio en juzgar cosas tan varias  10
el que nunca salió de entre pañales.

   ¿Decir que son las coplas ordinarias,
si no tan llenas de agudeza, y tales,
que aun son a ojos de todos necesarias?




ArribaAbajoMss. 4.117, f. 285, B. N.




Quevedo contra Góngora


ArribaAbajo   Vuestros coplones, cordobés sonado,
sátira de mis prendas y despojos,
en diversos legajos y manojos,
mis servidores me lo han mostrado.

   Buenos deben de ser pues han pasado  5
por tantas manos y por tantos ojos,
aunque mucho me admira en mis enojos
de que cosa tan sucia hayan limpiado.

   No los tomé porque temí cortarme
por lo sucio, muy más que por lo agudo;  10
ni los quise leer por no ensuciarme.

   Y así, ya no me espanta el ver que pudo
entrar en mis mojones a inquietarme
un papel de limpieza tan desnudo.




ArribaAbajoMss. 108, B. M. P., f. 166




Contra Don Luis de Góngora y su poesía


ArribaAbajo   Este cíclope, no siciliano,
del microcosmo sí, orbe postrero;
esta antípoda faz, cuyo hemisfero
zona divide en término italiano;

   este círculo vivo en todo plano;  5
este que, siendo solamente cero,
le multiplica y parte por entero
todo buen abaquista veneciano;

   el minúsculo sí, más ciego bulto;
el resquicio barbado de melenas;  10
esta cima del vicio y del insulto;

   éste, en quien hoy los pedos son sirenas,
éste es el culo, en Góngora y en culto,
que un bujarrón le conociera apenas.




ArribaAbajoMss. 108, B. M. P., f. 166v




Otro contra el dicho


ArribaAbajo   Tantos años y tantos todo el día;
menos hombre, más Dios, Góngora hermano.
No altar, garito sí; poco cristiano,
mucho tahúr; no clérigo, sí arpía.

   Alzar, no a Dios, ¡extraña clerecía!,  5
misal apenas, naipe cotidiano;
sacar lengua y barato, viejo y vano,
son sus misas, no templo y sacristía.

   Los que huelen tu musa y sus emplastos
cuando en canas y arrugas te amortajas,  10
tal epitafio dan a tu locura:

   «Yace aquí el capellán del rey de bastos,
que en Córdoba nació, murió en Barajas
y en las Pintas le dieron sepultura.»




ArribaAbajoMss. 108, B. M. P., f. 170v



ArribaAbajo   ¿Socio otra vez? ¡Oh tú, que desbudelas
del toraz veternoso inanidades,
y en paragón de tus sideridades,
equilibras tus pullas paralelas!,

   por Atropos te abjuro que te duelas  5
de tus vertiginosas navidades,
que se gratulan neotericidades
(y) craticulan sentas bisabuelas.

   Merlincocaizando nos fatiscas
vorágines, triclinios, promptuarios,  10
trámites, vacilantes icareas.

   De lo ambágico y póntico troquiscas
fuliginosos vórtices y varios,
y, atento a que unificas, labrusqueas.




ArribaAbajoMss. 108, B. M. P., f. 171




Otro soneto contra Góngora


ArribaAbajo   Verendo padre, a lástima movido
de verte sin consejo zumbeando,
por Helicona, te requiero y mando
que te vuelvas a E(s)gueva arrepentido;

   que te aseguro que, a no haber salido  5
de lo que él va con su licuor lavando,
más dulce paresciera y más blando:
si bien tan viejo, no tan distraído.

   Vuélvete al dios Apolo, y sin con ira
despreciaré tus ruegos, por tus vicios  10
enfadado de tantas necedades,

   alza tu propia cara, calla y mira,
y en vez de hacerle nuevos sacrificios,
hazle otra Garza y otras Soledades.




ArribaAbajoMss. 108, B. M. P., f. 171v




Al mismo Góngora


ArribaAbajo   Sulquivagante, pretensor de Estolo,
pues que lo expuesto al Noto solificas
y obtusas speluncas comunicas,
despecho de las musas a ti solo,

   huye, no carpa, de tu Dafne Apolo  5
surculos slabros de teretes picas,
porque con tus perversos damnificas
los institutos de tu sacro Tolo.

   Has acabado aliundo su Parnaso;
adulteras la casta poesía,  10
ventilas blandos, niños inquïetas,

   parco, cerúleo, veterano vaso:
piáculos perpetra su porfía,
estuprando neotéricos poetas.




ArribaAbajoMss. 108, B. M. P., f. 172




Otro soneto al mismo Góngora


ArribaAbajo   Ten vergüenza purpúrate don Luis,
pues eres poco verme y mucho pus;
cede por el costado, que eres tus,
cito, no incienso; no lo hagamos lis.

   Construye jerigonza paraís,  5
que circuncirca es del Polo mus;
vete a dudar camino de Emaús,
pues te desprecia el palo y el mentís.

   Tu nariz se ha juntado con el os
y ya tu lengua pañizuelo es;  10
sonaba a lira, suena a moco y tos.

   Peor es tu cabeza que mi(s) p(i)es.
Yo, polo, no lo niego, por los dos;
tú, puto, no lo niegues, por los tres.




ArribaAbajoMss. 108, B. M. P., f. 172v




Contra el mismo


ArribaAbajo   ¿Qué captas, noturnal, en tus canciones,
Góngora bobo, con crepusculallas,
si cuando anhelas más garcibolallas
las reptilizas más y subterpones?

   Microcosmote Dios de inquiridiones,  5
y quieres te investiguen por medallas
como priscos, estigmas o antiguallas,
por desitinerar vates tirones.

   Tu forasteridad es tan eximia,
que te ha de detractar el que te rumia,  10
pues ructas viscerable cacoquimia,

   farmacofolorando como numia,
si estomacabundancia das tan nimia,
metamorfoseando el arcadumia.




ArribaMss. 108, B. M. P., f. 43




A Don Francisco Morovelli de Puebla


Arriba   Convirtiose este moro, gran Sevilla,
perseguidor de todos tus linajes,
pues por sólo empatar hábitos, gajes
pagaste a su estupenda tarabilla.

   Hoy te prefiere el resto de Castilla  5
quien hizo de tu honor tantos potajes,
aloque de Moisés y Bencerrajes,
esto por raza, eso otro por astilla.

   En Belli cabe moro y cabe hebreo;
en Puebla, sinagoga con mezquita;  10
presume de lección por galileo:

   testigo es Polión, lengua precita,
de cuando fue su abuelo, el idumeo,,
pastilla ardiendo por la ley escrita.





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