A Dios se queja la cautiva Elía: A Reynaldo en Sufet Sirasudolo África adusta, que del negro Egipto Al hijo de la mirra, al Verbo santo, Aquí yace Lucrecia menos casta Belardo, que a mi tierra hayáis venido, Bien sé yo, que Angelín incorruptible, Bramaba el mar, y trasladaba el viento Cándida Virgen, soberana Astrea, Con los deseos de Raquel servía Cuando me paro a contemplar mi estado Cuando pasó con Cristo fugitivo De la salutación que el ángel santo Deja el pincel, rosada y blanca Aurora, Deja, Pascual, las berzas y el repollo, Del árbol Angelín incorruptible, Desprecia el Saladino la venida El fuego inexorable, ya piadoso, El santo reino de Jebus adquiere El tierno niño, el nuevo Isaac cristiano En la margen del Tajo la divina En Ptolemayda, por ganar la espada Engendra al Hijo el Padre sempiterno, Envía la cabeza Tarudante Envuelto el cielo en confusión oscura, Este cordero humilde, o niño bello, Fértil Vega de Apolo cultivada, Fórmanse los dos campos, y consulta Hablaba el mundo en una lengua sola, Hizo el divino Salomón eterno Impide Mafadal el puerto santo Ínclita pesadumbre, que a las bellas La Esposa enferma, de su amor quejosa, La más blanca paloma, que en la fuente La sombra del difunto Norandino Letras del alma, espejo cristalino, Llora Isabela, Henrico la pretende, Lloved nubes al justo, aquel Eterno, Los Cristianos Latinos la sagrada Los que a tus plantas su hermosura aplican, Mata a Caribe Silva Lusitano Miró Dios soberano la pureza Muere la vida y vivo yo sin vida Muere la vida, y muero yo sin vida, Ni sé si vivo, ni sé si estoy muriendo, No hay oro con esmaltes diferentes, O viña de Engadi, no de Naboth, Padre que engendras ab eterno el Verbo, Para tomar la flecha se aperciben Pasa en alarde el campo Castellano, Pasa Ricardo, rey de Inglaterra, Pastor divino, Soberano, Eterno, Por uno y otro bárbaro soldado ¿Quién es aquel hermoso lince humano Ricardo toma puerto, aunque lo impide Robada Elisa del feroz Conrado Sale la Envidia del oscuro infierno, Salve divino faro, honor del suelo, Sepulta el Rey Inglés a Claridoro, Serrana celestial de esta montaña, Si cada vez que un hombre murmurase Siendo de amor Susana requerida, Sin fuego, sin paredes, sin tapiz Testigo he sido de esta dulce historia, Todos los atributos que tenía Tomó las brasas Porcia, casta esposa Vio la mujer que el blanco y rojo fruto Vivas memorias, máquinas difuntas,
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