A veces me emociona A veces me pregunto Anda de un sitio a otro Como esas joyas que una vez guardamos Cómo hubiese querido Cuando se han balbuceado De nada valen hoy De repente las horas Debemos admitir que los humanos Déjame la migaja cotidiana ¿Dónde se encuentra el hombre que han llamado Elijo el amarillo En un viejo baúl yo había olvidado Entre tanto trajín, he hallado un sitio Entretanto, sigamos trabajando, Este antiquísimo ritual doméstico Fecunda y generosa, Guardo en algún rincón aquel aroma Había pensado en una rosa roja Hay días como hoy Hay tanto que decir He intentado mil veces escribir He vivido mis horas Indiscutiblemente, los humanos Jamás de lo que escriben estas manos Jamás quise una letra sólo para mí. Los héroes y las cosas Me pasaría las horas contemplando; Me viene de muy lejos este amor Mejor no me preguntes Nadie me ha consultado mis deseos. Ninguna novedad. Todo está en orden. No sé si habrá al final un vencedor. Perdona que no acuda a nuestra cita ¿Podré entonces al fin Pongámosle cerrojo a la ambición: Pronto madurarán las mandarinas Puedo vivir mis días Qué importa que haya días como hoy, Qué importa que no valga ni un mendrugo Quiero mirar tus manos ¿Sabré también al fin dónde se ocultan Según los pescadores, pican más Si apenas sé de mí, Si llegas hoy, recuerda Si necesariamente debo marcharme ya, Si preguntan por mí, Si pudiese arrancarme de una vez Si vive; si murió, nadie lo sabe. Sí. Pude haber tenido algún cincel Supongo que son cosas de la edad Tanta magnificencia me intimida. Tanto estéril afán, tanto ajetreo. «Trajinando afanosas, las hormigas Viene la Crin del Sur a nuestra cita Y basta ya por hoy. Y sin embargo sigo,
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