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431

En efecto, Curtius nos recuerda la vinculación del discurso panegírico con el eclesiástico, evidente en las vidas de santos, tan abundantes en el Medioevo (op. cit., p. 228). Sobre la frivolidad de la alabanza el mismo autor cita como ejemplo la opinión de san Isidoro, quien «condenó el estilo panegírico como invención del frívolo y mentiroso pueblo griego» (ibid., p.226).

 

432

«Fray Servando Teresa de Mier da el título de "Apología" a la primera parte de sus Memorias, a las que se agrega el Manifiesto Apologético que viene a constituir la segunda versión de una "autobiografía formal" del apasionado escritor mexicano» (Edmundo O'Gorman, «Prólogo», en Fray Servando Teresa de Mier, Ideario político, p. X). Tanto las constantes persecuciones de que fue objeto como la extraordinaria vanidad y exhibicionismo de fray Servando, confluyen y potencian la utilización del género que mejor servía a los propósitos de exaltación de valores y posiciones propias, propaganda de un ideario liberador y denuncia del establishment político-ideológico de su tiempo. Su misma Historia de la Revolución de la Nueva España (1813), alegato en favor de la independencia americana, se ofrece como texto de exaltación y propaganda del ideario emancipador. Como el mismo autor indica en su «Prólogo»: «[...] mi historia es apologética, y la he escrito para impugnar a un hombre». Según indica O'Gorman, nosotros podemos traducir esa «historia apologética» por historia «política» ya que es esencialmente un manifiesto en favor de la causa independentista en la que fray Servando arremete contra la monarquía y la Inquisición españolas condicionado más por «el choque de intereses y partidos» que por el simple afán investigativo o historiográfico (E. O'Gorman, op. cit., p. XII). La apología aparece aquí nuevamente unida al proyecto criollo de constitución de identidades individuales y colectivas aunque en un estadio mucho más avanzado y explícito que el que encontramos en los textos barrocos. Sobre la conciencia criolla en fray Servando Teresa de Mier, véase René Jara, «The Inscription of Creole Conscious ness: fray Servando Teresa de Mier», en R. Jara y Nicholas Spadaccini, eds., 1442-1992: Re-Discovering Colonial Writing.

 

433

Acerca de los recursos retóricos en los textos epistolares de sor Juana véase Rosa Perelmuter-Pérez, «La estructura retórica de la Respuesta a sor Filotea», en Hispanic Review, núm. 51, pp. 147-158; vid. supra, «Orden dogmático...», pp. 65-86.

 

434

J. Murphy, op. cit., p. 202.

 

435

M. W. Ferguson, op. cit., pp. 68. Ferguson cita las consideraciones de Jacques Derrida en «La Pharmacie de Platón», donde este autor recuerda que Platón defiende al filósofo y su logos contra las amenazas de los sofistas, indicando que hay una diferencia cualitativa entre un discurso fundado en la verdad (el logos trascendental) y las imitaciones sofísticas que, según Derrida, Platón asociaría con la versión «bastarda» del discurso dada por la escritura. Por su lado Havelock, refiriéndose al ataque a los poetas en la República, señala el problema de poder que subyace en la polémica platónica, ya que mientras que la poesía significaba entre los griegos la oralidad (ejemplificada en la rapsodia homérica), la escritura implicaba una nueva forma de articulación con los universales y expresaba un intento por tomar control de la educación, de acuerdo con el nuevo estado de la cultura y el proceso de alfabetización (Ibid., pp. 7-8). Sobre las luchas por el poder interpretativo véase Jean Franco, Plotting Women: Gender and Representation in Mexico.

 

436

Cornejo Polar menciona el tópico del «retraso» cultural de América en su estudio sobre el Discurso en loor de la poesía, p. 99.

 

437

Refiriéndose al uso del término «apologético» en la obra de Espinosa Medrano dice A. Tamayo Vargas: «La palabra apologético según el diccionario de la Academia de la Lengua Española es lo "perteneciente o relativo a la apología". Y es ésta la que significa "discurso o escrito en justificación, defensa o alabanza de personas o cosas"; por lo que donde se escribió "apologético" tal vez debió ponerse "apología". Es de pensar que Espinosa Medrano sólo consideró una parte de lo que podría ser el elogio y defensa de Góngora y vino, así, más a su intención y a su estilo la expresión "apologético", "perteneciente a la apología" y el término, por otra parte, parecía definir en su fonía no sólo su posición de exaltación de Góngora sino de ataque "contra Manuel de Faría y Souza, caballero portugués". Fuerza en la parte fonética más que semántica de la palabra, que estaba además vinculada a la defensa "teológica", que eso sí es "apologética". Por otra parte responde a lenguaje de la época porque [...] León Pinelo subtituló El Paraíso en el Nuevo Mundo: "Comentario apologético"» (Augusto Tamayo Vargas, «Prólogo», en Juan Espinosa Medrano, Apologético, p. XXXIII).

 

438

Aureliano Tapia Méndez, ed., Carta de sor Juana Inés de la Cruz a su confesor. Autodefensa Personal, p. 15.

 

439

J. de Espinosa Medrano, op. cit., p. 17.

 

440

Idem.

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