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Ibérica por la libertad

Volumen 12, N.º 1, 15 de enero de 1964

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Aldo Moro en el Senado

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Aldo Moro en el Senado antes de obtener el voto de confianza. A la izquierda Pietro Nenni.
-Roma, 21 de diciembre, 1963

IBÉRICA es un boletín de información dedicado a los asuntos españoles y patrocinado por un grupo de americanos que creen que la lucha de España por la libertad es una parte de la lucha universal por la libertad, y que hay que combatir sin descanso en cada frente y contra cada forma que el totalitarismo presente.

IBÉRICA se consagra a la España del futuro, a la España liberal que será una amiga y una aliada de los Estados Unidos en el sentido espiritual y no sólo en sentido material.

IBÉRICA ofrece a todos los españoles que mantienen sus esperanzas en una España libre y democrática, la oportunidad de expresar sus opiniones al pueblo americano y a los países de Hispano-América. Para aquellos que no son españoles, pero que simpatizan con estas aspiraciones, quedan abiertas así mismo las páginas de IBÉRICA.

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  • JOHN A. MACKAY
  • VICTOR REUTHER

IBÉRICA is published monthly on the fifteenth of the month, except July-August when bimonthly, in English and Spanish editions, by the Ibérica Publishing Co., 112 East 19th St., New York 3, N. Y. All material contained in this publication is the property of the Iberica Publishing Co., and may be quoted, but not reproduced in entirety. Copyright 1963, by Ibérica Publishing Co.

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ArribaAbajoUna experiencia política italiana con algunas sugestiones para el porvenir español

José M.ª Semprún Gurrea


Desde hace unos tres años el tema casi único, en todo caso el dominante en la política italiana es el del «centro-izquierda». Digo tema no porque el centro-izquierda haya representado el objetivo contemplado, y procurado por la unanimidad o la inmensa mayoría de los dirigentes y partidos políticos del país, sino que le llamo tema y tema preponderante, candente, dominante, casi con obsesivo exclusivismo, en la política italiana de estos últimos años, porque siendo una idea, una propuesta avanzada y sostenida con ahínco por altas personalidades, de muy diversa significación ideológica, y por partidos, no menos diferentes, intensamente representativos, lo cual bastaba ya para conferir a la iniciativa un puesto de importancia primordial en el vasto campo de la vida pública, esa iniciativa fue, desde que se hizo presente, destinada, quizá por la alcurnia política de sus padrinos individuales y por el impulso que de cuantiosas fuerzas políticas recibía, a invadir el campo de la actualidad, pero también y por la misma calidad y la potencia de su origen, condenada a encender en ese campo hogueras de llameantes discusiones.

Lo cierto es que el «centro-sinistra», en funcionamiento a mediados de diciembre, representa el acontecimiento político-social de más envergadura y más empuje, de mayores posibilidades transformadoras y hasta creadoras de la vida política italiana desde principio de 1947, cuando el Gobierno, formado entonces por todos los partidos de la RESISTENCIA, incluso el Comunista, y presidido por el inolvidable y admirable De Gasperi, entró en crisis, principalmente por la fractura dicotómica del Socialismo; un hecho éste que, sin meternos para nada en las motivaciones y responsabilidades de los hombres que se pusieron a cada lado de la cortadura, ha suscitado posibles ventajas, pero también inconvenientes graves, de los que precisamente el «centro-izquierda» podría ir siendo alivio y hasta curación. Este período de 17 años va a cerrarse ahora y hasta podríamos decir que está ya cerrado desde que juraron sus cargos los Ministros democristianos, socialistas «nennianos», socialdemócratas «saragatianos» y republicanos del nuevo Gobierno «centro-sinistra», y desde que ese Gobierno se presentó al Parlamento. Período históricamente importante, pero históricamente concluido, por una solución de continuidad, un cierre, un «borrón y cuenta nueva» en tantas cosas importantes que para todas ellas podemos considerar esta conclusión como definitiva, sin posible reversibilidad; y esto, aunque el Gobierno y la situación de «centro-izquierda» no durasen más que unas semanas. Porque la larga, trabajosísima labor preparatoria que desde dos ensayos incompletos, y últimamente, desde las elecciones generales del 28 de abril, se ha venido desarrollando; los contactos, las tajantes rupturas, los entusiasmos y las resistencias que esta importante operación política ha ocasionado; y el profundo, fortísimo impacto con que el mero hecho de haberla concluido positivamente ha marcado la vida pública del país, son ya realidades innegables que, si no permiten profetizar hasta donde llegará esta situación, obligan a reconocer en su mera presencia algo muy nuevo y de mucho empeño que dejará elementos perdurables y ha destruido, además, los puentes y quemado las naves que podrían permitir el regreso al statu quo anterior a esta experiencia.

Situación actual

La cual, terminado nuestro preámbulo2, examinaremos despacio, pegándonos al terreno de los hechos, para indagar y desentrañar lo mejor posible su significación, que por sí sola valdría para cualquier teórico de la disciplina política una meditación desinteresada, y que para nosotros, los españoles, ocupados y preocupados por la búsqueda de un mañana democrático en España, ofrece, además, la posibilidad de formular ciertas conclusiones que partiendo de esta excepcional experiencia italiana y recogiendo las sugestiones que brotan de su abundante repertorio, pero ya fuera de la experiencia misma (en la que, como extranjeros, ninguno de nosotros hubiera podido entrar ni tomar parte activa, ni si quiera con juicios y opiniones capaces de influir en ella), nos sitúen en una visión general de las cosas que sin ser copia ni contradicción sistemática de lo que aquí ha pasado, ni elevarlo automáticamente a la categoría de absoluto principio rector de nuestra futura conducta política, sea, en cambio, un substancioso y fecundo depósito de convicciones, de avisos, de enseñanzas (de «ejemplos y escarmientos», les hubieran quizá llamado nuestros antepasados medievales), con los que, mutatis mutandis, y atemperándonos a las circunstancias de ese mañana y a nuestras peculiaridades ibéricas, logremos, mejor que otras veces, algunos fundamentales resultados y evitemos, con más acierto que otras veces, algunos graves deslices...

Diremos, ante todo, visto que los términos de centro, derecha e izquierda son convencionales y muy relativos, pudiendo aplicarse, como los compuestos que con ellos se forman (centro-izquierda, centro-derecha, etc.), a realidades que varían muchísimo de país a país, que en éste el centro-izquierda o «centro-sinistra» es y ha sido siempre, desde que se asomó como proyecto a los ámbitos de la política italiana, una formación política, expresada en un Gobierno y en una mayoría parlamentaria, constituida precisamente por estos CUATRO PARTIDOS: Democracia Cristiana (DC), Partido Socialista Italiano (PSI), Partido Socialista Democrático Italiano (PSDI) y Partido Republicano Italiano (PRI). Ésos, ni uno más, ni uno menos. Ésos, y no otros... Como complemento de información, he aquí algunas cifras: en la Cámara de Diputados, de 630 que representa el «plenum», esos CUATRO partidos reunirán una mayoría de 388, así distribuidos: 260 democristianos, 87 socialistas, 33 socialistas demócratas y 8 entre republicanos y algún que otro que, con ellos, forma el llamado «grupo mixto». De esa mayoría hay que substraer UN Diputado, el democristiano Presidente de la Cámara, que como es costumbre de civilidad parlamentaria, suele abstenerse de las votaciones. Y habrá también que substraer otros, según veremos en su lugar oportuno. Fuera del «centro-izquierda» y constituyendo, en principio, la oposición, quedan: 166 comunistas, 39 liberales, 27 «missini», es decir, neo-fascistas y 10 demo-italianos (léase: monárquicos).

*  *  *

Lo primero que en este examen escarba agudamente la curiosidad y el interés del observador, y también lo primero que se presta en la realidad observada a sugerir consideraciones que, ya desprendidas del caso concreto, podrían servirnos de guía preciosa cuando amanezca el día de la restauración demo-liberal en España3, es la estructura y la firme delimitación de este «centro-izquierda», tanto más cuanto que la una y la otra no sólo no son el fruto de circunstancias fortuitas, ni siquiera de una de esas combinaciones que, aún obedeciendo a designios serios, tienen carácter contingente; o representan expedientes formales para salir de un mal paso; o dependen, en fin, del empeño de incluirse o excluirse que un grupo hace prevalecer, imponiendo así una estructura que no satisface a los demás componentes de una alianza política; nada de eso. La formación política compuesta por los cuatro partidos antes nombrados, y los límites precisos de la misma, responden a la voluntad concorde y resuelta de los estados mayores de esos cuatro partidos y (salvando disconformidades minoritarias en alguno de ellos), a la voluntad de los partidos mismos. Esto es sumamente importante, y arroja una luz vivísima que debe iluminar el comportamiento de quienes, en los diversos sectores auténtica y firmemente democráticos de la España aherrojada o exilada, tienen y, sobre todo, habrán de tener autoridad e influencia políticamente decisivas. Volveremos sobre esto, insistiendo ahora en que esa voluntad común de estructura y de límites, que con rara persistencia ha madurado hasta dar lo que, cualesquiera que fuesen las sorpresas reservadas por la historia política, resulta ya un fruto de extraordinaria importancia, es una voluntad práctica, efectiva, no una simple enunciación conceptual, inaplicable e inaplicada. Ya lo evidenciaban las prefiguraciones o realizaciones incompletas del «centro-izquierda» que le precedieron y le prepararon.

En efecto, los dos ensayos o intentos de «centro-izquierda» que han tenido lugar en estos tres últimos años presentaron la misma fisonomía: gobiernos presididos por el democristiano Amintore Fanfani -hombre de ingenio vivísimo y gran empuje político-, y formados por democristianos, socialistas democráticos («saragatianos») y republicanos; mayoría, no sobrada, constituida por esos mismos tres grupos, reforzada, desde fuera, por los socialistas «nennianos», quienes (aparte de votar alguna vez con los grupos gubernamentales), el apoyo decisivo, más o menos explícitamente convenido, que les prestaban y con el que contribuían a sostener al Gobierno, era el de abstenerse sistemáticamente de votar contra éste, mermando así la oposición tanto que la problemática mayoría de los tres partidos gubernamentales descollaba segura frente a una oposición así diezmada. Esto era ya una inteligencia, una «intesa» entre los mismísimos CUATRO partidos cuya alianza desde el principio, representaba la versión, ne varietur, del «centro-sinistra» italiano. La forma de esa alianza no respondía en los dos primeros ensayos a lo que deseaban los promotores de la misma, pues, como acabamos de ver, los socialistas «nennianos», ya en abierta ruptura con el Comunismo (episodio de inmensa importancia, sobre el que volveremos), no se habían todavía decidido a formar parte del Gobierno, del que estaban ausentes desde la crisis de enero de 1947, ni estaban en la mayoría, a la que secundaban en esa forma negativa de abstención, antes señalada. Para cambiar de actitud y decidirse a entrar, como ahora lo han hecho, en el Gobierno y su mayoría, compartiendo los empeños y responsabilidades del poder en paridad con los otros tres partidos del «centro-izquierda», los socialistas «nennianos» habían de aguardar la celebración de su Congreso nacional, que se reunió en Roma el pasado octubre. De modo que, aun realizándose imperfectamente, el espíritu, el intento y una cierta efectividad del «centro-izquierda», como estrecha coalición de los mismos CUATRO partidos varias veces nombrados, estaban ya claros y vivos en esas dos precedentes situaciones políticas, presididas por Fanfani. Pero no sólo estaba claro en aquellas formaciones, todavía imperfectas, del «centro-izquierda» lo que éste quería ser, sino que además, vio menos claramente estaba ya en los hechos y en las declaraciones insospechables y autorizadas de quienes promovieron y dirigieron aquellos dos ensayos de centro-izquierda, lo que éste no quería ser, lo que excluía, lo que repudiaba, marcando así los límites infranqueables de su propia contextura: por la izquierda, el comunismo; por la derecha, los «missini» (Movimento Sociale Italiano, considerado neofascista), los monárquicos e incluso los liberales, a cuyo caso especial dedicaremos luego alguna palabra.

Oronzo Reale.
Amintore Fanfani.
Giuseppe Saragat. Pietro Nenni.

Lo incluido y lo excluido

Si estos antecedentes evidencian lo que, desde el primer momento, quiso ser y no ser, quiso incluir y excluir la formación centro-izquierdista, ahora que su alianza política no es sólo un proyecto, una negociación ni un ensayo significativo, pero incompleto, sino un hecho consumado y realizado plenamente, con los cuatro partidos en el Gobierno y en la Mayoría, y con el mismo perímetro divisorio que les separaba de todos los demás, vemos confirmado, no sólo por estos hechos, sino también por un texto de máxima autoridad, siendo el que en nombre y con la unánime aprobación previa del Gobierno leyó su Presidente, Profesor Aldo Moro ante el Parlamento que lo incluido y lo excluido, lo querido y lo rechazado por la nueva situación política es lo mismísimo de siempre, desde que empezó a proponerse y promoverse en Italia un «centro-sinistra». Dijo el Sr. Presidente Moro en su discurso de presentación: «El Gobierno que se presenta hoy al Parlamento para pedirle su confianza es el punto de llegada de un largo y difícil proceso de desarrollo que ha conducido a partidos a veces alejados por posiciones y experiencias políticas, a asumir juntos la responsabilidad de guiar la comunidad nacional». (...) «En el significado positivo de esta colaboración, en el valor de una plena responsabilidad compartida, que no tiene alternativa válida de gran aliento, está la razón del empeño común que hoy asumimos ante el Parlamento. Ciertamente sólo la imperiosa necesidad... de un contacto constructivo entre partidos democráticos y populares para la defensa y el desarrollo de la vida democrática en Italia podía conducir al acuerdo que ha dado lugar a este Gobierno ... (que) representa en las circunstancias actuales la forma más avanzada y segura de vida democrática en Italia».

Ya al final de su discurso el Presidente Moro, con el visible intento de puntualizar bien lo que, intencionadamente, incluye y excluye el «centro-sinistra», dijo: «Hay una mayoría bien definida y orgánica que comprende la DC, el PSI, el PSDI, el PRI, que se empeñan juntos, unitariamente, aun con la diversidad de sus puntos de partida, en este programa y en esta política de desarrollo democrático. Para este programa y esta política se ha buscado no una mayoría cualquiera sino una mayoría determinada. Una razón substancial y no de mera y contingente oportunidad, ha empujado a los cuatro partidos hacia una colaboración que responde a las exigencias de la situación, y que empeña a las fuerzas adaptadas a estos justos fines... Esta mayoría debe ser y aparecer razonablemente determinada y netamente definida. Se limita rigurosamente a los cuatro partidos en ella comprometidos, proclama su plena autonomía política y programática, persiguiendo sus propios objetivos políticos con fuerzas todas necesarias, pero suficientes para la coalición; de la cual quedan por tanto, fuera -naturalmente según las reglas del método democrático y la dialéctica parlamentaria-, las fuerzas de la derecha y también el Partido Liberal, por un lado; el Partido Comunista, por el otro. Las derechas por el contenido reaccionario e iliberal (sic) de su política. El Partido Liberal por su diversa visión de los objetivos y de los métodos de una política de desarrollo democrático y de elevación de grandes masas del pueblo. El Partido Comunista queda excluido por la divergencia de los programas y, sobre todo, por su posición en tan fuerte contraste (se entiende: con nosotros cuatro, todos partidarios de las libertades democráticas), a propósito de los grandes temas de la libertad en la sociedad y en el Estado». Aunque los adversarios políticos de Moro -hombre poseedor de una madureza política y dotado de una perseverancia, de una capacidad de espera increíbles en sus jóvenes cuarenta y tantos años-, no teniendo, quizá, cosa mejor con qué combatirle, ironizan sobre su estilo conceptuoso y ambiguo, cualquier lector podrá comprobar que los párrafos literalmente traducidos que acabo de transcribir, no pueden ser más claros para definir, confirmando hechos y declaraciones de los años precedentes, lo que quiere ser e incluir y lo que quiere afrontar y rigurosamente excluir el «centro-sinistra».

Tomemos buena nota

¡Tomemos de ello buena nota!... Si, como hemos dicho, este prominente experimento italiano, en su concretísima hechura, en su complexión individual, histórico-geográfica, no es exportable, ni habría de proyectarse, sin más ni más, a un futuro español que, histórica y geográficamente presentará tantas diferencias; si no representa tampoco ni el modelo que ha de copiarse al detalle, ni el espantajo que se esquiva con pavores seniles, sino una vivacísima realidad inspiradora, sugeridora de cuestiones precisas y de puntos de vista generales y duraderos, pienso que lo primero y más importante que debemos retener de ese experimento podría formularse así: TODOS Y ÚNICAMENTE, LOS CIUDADANOS, LOS GRUPOS, LOS PARTIDOS DECIDIDOS -decididos de veras- A DEFENDER CIERTOS GRANDES PRINCIPIOS Y CIERTAS INSTITUCIONES DE CARÁCTER DEMOCRÁTICO, JUSTICIERO, PACÍFICO -nacional e internacionalmente- PRINCIPIOS E INSTITUCIONES PROTECTORES DE TODAS LAS LIBERTADES ESPIRITUALES, CULTURALES, POLÍTICAS Y VITALES DEL HOMBRE, VIGENTES EN LOS PUEBLOS CIVILES Y CONSAGRADAS POR DECLARACIONES PONTIFICIAS (Encíclicas Mater et Magistra, Pacem in Terris), Y POR OTRAS DE MÁXIMA AUTORIDAD, COMO LAS QUE EL JESUITA CARDENAL BEA HA HECHO DENTRO Y FUERA DEL CONCILIO; TODOS ESOS HOMBRES Y GRUPOS DEBEN UNIRSE EN UNA LABOR DEMOCRÁTICA COMÚN, CUALESQUIERA QUE FUEREN SUS DIFERENCIAS EN OTROS ASPECTOS.

Quiere decirse que extraer esta conclusión para un mañana español, ¡ojalá próximo!, no implica copiar a la letra, que mata, la presente fórmula italiana en todos sus pormenores. Así, en ese mañana español bien instalado en la democracia, abierto y propicio a una fuerte promoción de realizaciones demoliberales y sociales, las fuerzas empeñadas en la empresa, rigurosamente excluidas las totalitarias y liberticidas, serán cuatro, o tres, o cinco o las que fueren y se denominarán como lo crean conveniente. Serán las que trazarán el programa que, para entonces, resulte oportuno. El caso aparte del Partido Liberal Italiano4, excluido del «centro-izquierda» por los motivos que vimos indicados en el discurso del Presidente Moro, y sobre los cuales no nos compete pronunciarnos, podría presentarse en España, y resolverse, de modo muy diferente, si un partido análogo se mostrase más sensible a las libertades morales y políticas y a la justicia social que a las franquías económicas.

Mirando algunos aspectos singulares de esta larga y laboriosa operación ¡qué impresionante ejemplo, sobre todo, para ciertas zonas berroqueñas del derechismo ibérico, han dado católicos, como Fanfani y Moro, que propugnaron y vieron votada por la gran mayoría democristiana en su Congreso del pasado otoño en Nápoles, la política de centro-izquierda, o sea de colaboración con Socialistas, llamándoles al área netamente democrática, con Socialdemócratas y Republicanos!... Qué magnífica constancia, qué indefectible lealtad a la causa de las libertades y métodos de la democracia ha mostrado Saragat con su aguerrido y compacto grupo socialdemócrata... Y el Secretario del PRI, Oronzo Reale, y el ex Ministro La Malfa, del mismo partido, y tantos otros republicanos, que libres de sectarismos, colaboraron con democristianos y socialdemócratas en los dos precedentes ensayos de «centro-izquierda» y han contribuido eficazmente a su plena realización. Last but not least: el caso de Nenni... Con sus 50 años de actividad política (comenzó jovencísimo en el campo republicano, pasando pronto al Socialismo), con su inmensa experiencia política y humana, su oposición al fascismo, su exilio, su participación en la guerra de España, su desdén por la demagogia maximalista y su profundo sentido humano, es hoy (sin perjuicio de polémicas lícitas en una democracia libre) una de las figuras más destacadas, más considerables y, por encima de todo, más respetables de la vida pública italiana. Con la gran mayoría de su Partido, después del XX Congreso Comunista, después de los sangrientos sucesos de Hungría, inicia el despegue del Comunismo, con el que, sin haber sido comunista nunca, se mantenía en contacto creyendo servir mejor así la causa de la unidad proletaria, y arrostrando las duras reacciones del Comunismo, y la amarga oposición interna de una fracción del PSI, acude, como Secretario del Partido al Congreso de Octubre, que le confirma en la Secretaría y que aprueba, con amplia mayoría, la política de centroizquierda que Nenni preconizaba: el Socialismo vuelve al poder, sin arriar sus banderas, pero articulándose en una formación, en que, como ha declarado quien la preside, las fuerzas coaligadas a pesar de su reconocida y mantenida diversidad, se unen estrecha y duraderamente en la común defensa de la Libertad, la Democracia y la justicia social. Así, el PSI, según ha dicho Nenni «sale del ghetto de aislamiento en que circunstancias históricas le habían confinado». Y esta actitud, como la de los Republicanos y Socialdemócratas, prestándose a colaborar lealmente con los dirigentes y las masas de la Democracia Cristiana, es también un ejemplo para ciertos retardatarios de la izquierda española... Para completar el cuadro habría que hablar de los partidos y del repertorio de sus problemas; pero esto requiere capítulo aparte.

JOSÉ M.ª DE SEMPRÚN GURREA

Roma, finales de 1963




ArribaAbajoCarta abierta a don Manuel Fraga Iribarne

Salvador de Madariaga


Señor Ministro,

El jueves 10 de octubre de 1963 se emitió por televisión en Londres, con la activa colaboración de Vd., un programa en el cual, amén de otros errores, se cometió el de afirmar que los españoles no han vivido nunca en régimen de libertad desde Felipe II. Todo el programa descansó sobre esa supuesta incapacidad de los españoles para gobernarse como seres racionales.

Aun sabedor de que el régimen que Vd. sirve se funda precisa y explícitamente sobre tan injurioso supuesto, me veo obligado a protestar ante el lamentable espectáculo de un Ministro español contribuyendo con su presencia y palabra a propalar por medio de una televisión extranjera tamaña calumnia contra España.

Protesto también contra el hecho de que se haga o deje Vd. presentar como un Ministro liberal precisamente cuando el diario Le Monde de París imprime la noticia siguiente:

LA CENSURA PROHÍBE TRES ARTÍCULOS DE LA NUEVA REVISTA DEL SEÑOR RUIZ JIMÉNEZ.

El jueves por la tarde [es decir, el mismo día en que Vd. se presentaba en la televisión de Londres como un Ministro liberal] la censura ha prohibido la publicación de tres artículos importantes destinados al primer número de la revista Cuaderno para el diálogo, fundada por el Profesor Joaquín Ruiz Jiménez.

El señor Ruiz Jiménez, ex ministro del general Franco, ex embajador cerca del Vaticano y ex presidente internacional de Pax Romana, es una de las figuras más destacadas del catolicismo «liberal» español.

Los artículos suprimidos por la censura son un editorial del señor Ruiz Jiménez sobre las huelgas recientes; un artículo del profesor Elías Díaz sobre la necesidad de una «apertura a derecha» frente a la radicalización hacia la extrema izquierda a la que, según él, llevan a la oposición española las circunstancias actuales; un ensayo del profesor Raúl Morodo titulado «El nuevo diálogo». Se han mutilado otros artículos, y se ha prohibido una reseña de un libro de Salvador de Madariaga cuyo nombre sólo es tabú para los censores españoles.



Añade Le Monde que se ha procesado por delito de propaganda ilegal a don Ángel de Lucas «que es el sétimo universitario internado en estos días en la cárcel de Carabanchel por esta acusación». Y el Ministro que suprime artículos y encarcela intelectuales pretende hacerse pasar fuera de España por un liberalizador.

Pero aún hay más. Cuando 101 españoles de conocida solvencia intelectual y moral se dirigen a Vd. para llamar su atención sobre rumores persistentes de torturas en Asturias, contesta Vd. afeándoles que se fíen de rumores siendo así que por cegar Vd. con la censura los canales normales de información no le queda a Juan Español otra red de comunicación que la de los rumores. Y cuando otros 187 españoles le piden a Vd. que haga información sobre los hechos, se niega Vd. con un pretexto ridículo: que se quiere hacer explotación política del caso.

Vamos a dar de barato (que me perdonen los 101 y los 187 esta mera suposición) que sea cierto. Y ¿qué? Porque 187 españoles quieran explotar para fines políticos en Madrid hechos que se suponen acaecidos en Asturias, ¿va Vd. a negarse a investigar si un número de mineros en Asturias ha sido o no objeto de torturas y malos tratos? ¿Qué tiene que ver la intención de los 187 que escriben con la experiencia vivida por los que son víctimas de la policía? ¿Y por qué ha de bastar que unos intelectuales quieran politiquear para que unos mineros tengan que aguantar su vergüenza, su humillación, su mutilación y su sufrimiento? ¿Qué sentido de la justicia es ese que se escuda tras una acusación (por otra parte falsa y gratuita) contra los denunciantes para amparar a los denunciados y volver la espalda a las víctimas? ¡Y a eso se llama liberalizar!

Pero ¿cómo va a liberalizar el Ministro de un dictador que se ha hartado de denunciar e injuriar y despreciar el liberalismo, y de presentarlo como la causa de los males de España? ¿Quién va a creer en el liberalismo de un ministro que su patrón puede despedir cuando le plazca? Entre la opinión y Franco, ¿cómo va Vd. a preferir la una que puede Vd. estrangular al otro que puede estrangularlo a Vd.?

En su reciente discurso de Sevilla a fines de noviembre dijo Vd., según el Times de Londres, que era menester tomar en consideración la opinión pública al adoptar decisiones que afectaban a la colectividad; y añadió que la opinión pública era cosa muy difícil de descubrir, por lo cual iba Vd. a fundar un instituto que aplicaría las técnicas científicas y sociológicas más adelantadas para inquirir el estado de la opinión en cosas de interés social.

De modo que Vd. se cree (o quiere hacer creer que se cree) que con técnicas modernas va Vd. a enterarse de lo que piensa el país, siendo así que por medio de la censura lo priva Vd. de la materia prima del pensamiento que es la información. Ya, ya sé que ostenta Vd. el título de Ministro de Información y Turismo; pero su principal cometido, y todo el mundo lo sabe, incluso Vd., es impedir que el país sepa lo que pasa. De modo que crear ese instituto es como si montase Vd. un espectroscopio para analizar la luz del día después de haber hecho lo necesario para que el laboratorio quedase a oscuras. Nada, señor Ministro, que ese instituto no es cosa seria, y con él no engañará Vd. a nadie. El Times, que da la noticia, comenta: «Es difícil ver cómo puede formarse bien una opinión pública donde no existe libertad de expresión ni de asociación. Desde la guerra civil, se ha sentenciado a muchos españoles a largas condenas de cárcel tan sólo por expresar oposición al régimen».

Aquí de mi carta, viene Vd. a Londres y da una conferencia en un centro de política internacional, cuya tesis general es que los españoles no han logrado regirse nunca en régimen de libertad; y para apoyar tan peregrino aserto, echa Vd. en todo momento la culpa a nuestro pueblo de que tenga que aguantar un régimen de excepción. Con la lógica peculiar que le distingue, explica Vd. a sus oyentes ingleses: Primero, que no se puede gobernar a los españoles con más libertad que la que les concede su amo de Vd.; y segundo, que se ocupa Vd. activamente en darles más libertad.

Le escribo estas razones para recordarle a Vd. la sentencia de Lincoln: «Se puede engañar a parte del pueblo todo el tiempo, o a todo el pueblo parte del tiempo; pero no a todo el pueblo todo el tiempo».

SALVADOR DE MADARIAGA




ArribaAbajoJosé Bergamín vuelve al exilio

Mariano Granados5


José Bergamín vuelve al exilio. Abandona la España de Franco para volver a América. Es una nueva víctima -recalcitrante- del franquismo. Bergamín es un gran escritor, intelectual auténtico, y como tal modesto y reposado. La revista que en Madrid dirigía -Cruz y Raya- iba detrás, pero inmediatamente, de la Revista de Occidente, fundada y dirigida por el maestro de todos y nunca bien llorado amigo José Ortega y Gasset. El sentido político y el sentimiento liberal le vienen a Bergamín de raza. Su padre, don Francisco, gran jurista, gloria del foro madrileño, fue un político ilustre, ministro varias veces, fiel a la monarquía liberal a la que abandonó no bien Alfonso XIII se acomodó en la dictadura del general Primo de Rivera.

Bergamín, católico

Bergamín es católico. Pero católico de verdad. También eso le viene de raza. En México, montó la Editorial Séneca, con la cooperación intelectual de otro ilustre católico, el canónigo Gallegos Rocafull, refugiado también y distinguido colaborador de Novedades hasta su muerte. Para Bergamín, lo mismo que para don Niceto Alcalá-Zamora, el primer presidente de la República, modelo de decoro y honradez, o para el presidente vasco Aguirre, o para los ministros Irujo, Maura, o Jiménez Fernández, católicos notorios; para el deán López Dóriga, los canónigos Rocafull, García Gallegos y Pildain (ex diputado constituyente, éste, y hoy obispo), los sacerdotes Basilio Álvarez, Romero Otazo, García Fernández y otros muchos, entre los cuales vale la pena mencionar a esos más de 300 que ayudaron a bien morir en la prisión de Carmona a su co-reo el presidente de las Constituyentes y filósofo ilustre don Julián Besteiro; para todos ellos la filiación republicana, llevada con orgullo hasta el destierro, nunca fue incompatible con el catolicismo de la gran tradición española.

El delito de Bergamín

¿Cuál ha sido el delito de José Bergamín? No resignarse a ser mero elemento inerte del paisaje. Ser fiel y auténtico a sí mismo. No falsear su probidad intelectual. Firmó, con otros 187 intelectuales, una misiva dirigida al ministro de Información Fraga Iribame. Denunciaban en ella inusitados atropellos de indefensos mineros asturianos y vejaciones perpetradas por la fuerza pública con sus esposas. No pudo Fraga negar los atropellos, pero sí la autorización del Colegio de Abogados de Madrid para que ilustres juristas imparciales practicaran una información. Lo que se hallaba en juego era el prestigio de la Guardia Civil, sostén fundamental del régimen. Para acallar a los intelectuales lo mejor era victimar a alguno, y ¿a quién mejor que a Bergamín, ex refugiado y paria, español de tercera, rojillo a quien bastaba señalar, soplando en el rescoldo de la guerra incivil, para que las llamadas fuerzas del orden público, movidas por espíritu de clase, lo eliminaran, definitivamente? Bergamín, percatado del peligro, se refugió, sin más tardar, en la embajada del Uruguay de donde al fin salió, sin documentación ni pasaporte, por habérselos denegado, con rumbo al Nuevo Continente.

Convivencia imposible

Lo que demuestra este incidente, entre otros muchos, es que, mientras Francisco Franco siga en el poder, la convivencia entre españoles no es posible. España sigue siendo -ya rebasó el cuarto de siglo- un país conquistado por su propio ejército. Franco la ha sometido a un auténtico régimen colonial. Vasconia y Cataluña no son regiones españolas, sino protectorados. El resto del país lo tienen todavía en feudo los gerifaltes de la tribu. Los españoles se dividen en dos castas, a saber vencedores y vencidos. La línea divisoria es, todavía, la trinchera. Si dos iberos, aunque sean hermanos, perdieron una pierna cada uno en distintos lugares del mismo campo de batalla, uno, el de acá, será un glorioso mutilada y el otro en cambio, el de la izquierda, un indecente cojo. Los vencedores, los del clan, son los únicos españoles de pleno derecho, es decir, por derecho de conquista. Los otros son o «tolerados», es decir, libres de molestias siempre que se resignen a ser mero elemento del paisaje, o «permitidos», esos que «van a dar una vuelta» o a «saludar a la familia» o, simplemente, a pasear el «haiga» luciendo el dinerito bien ganado en la «amargura» de la emigración; pero ajenos a cuanto no sea el buen chorizo o la olorosa manzanilla. Pepe Bergamín creyó con esperanza ilusionada que era o podría ser el español que siempre fue, un español igual que todos. Esta experiencia le habrá sacado de su error. El redestierro de Bergamín es, pues, para los refugiados que ni reniegan de su origen, es decir, de su patria, ni de su condición ibérica, ni las limitan, por supuesto, francamente ejemplar.

MARIANO GRANADOS




ArribaAbajo Carta a los padres conciliares

Hace dos meses una mayoría de sacerdotes vascos redactó e hizo llegar una carta a los Padres Conciliares. Dicha carta no fue dada a la publicidad. Por una «indiscreción» cometida en Roma la carta ha sido conocida, lo que explica el retraso en recibir una copia. El espacio nos falta para publicarla íntegra, pero insertamos a continuación lo más esencial de ella.

«Conocedores de que la próxima sesión del Concilio va a tratar el tema de las relaciones entre la Iglesia y el Estado, los abajo firmantes, sacerdotes de las diócesis de Álava, Navarra, Guipúzcoa y Vizcaya, que creen tener alguna experiencia sobre los resultados de una determinada solución en el Estado español, se dirigen a los Padres Conciliares para darles cuenta de dicha experiencia».

«A) Un gran abismo ha sido abierto durante los últimos 2 años, entre la Iglesia y el pueblo a nosotros confiado».

«Hasta los sectores más creyentes han recibido en su Fe el impacto de un hondo anticlericalismo. La Autoridad eclesiástica ya no le inspira el mismo respeto ni merece la misma consideración de antes».

«B) Si en parte, este abismo se ha reducido algo en los últimos años, es debido al marcado signo positivo de los hechos que se enumeran a continuación:»

«I- El informe escrito, fecha 30 de mayo de 1960, elevada por el clero con la firma de 339 sacerdotes a sus respectivos obispos».

«II- La publicación de Mater et Magistra».

«III- La orientación del Concilio».

«IV- La publicación de Pacem in Terris».

«V- La decisión y entereza del Papa Juan XXIII en la aplicación de los principios cristianos».

«VI- La elección del Sumo Pontífice Pablo VI que ha llenado de grandes esperanzas al mundo».

«VII- La línea más eclesial y evangélica con que el clero contacta con la gente y que se empieza a seguir en casi todas las diócesis de España».

«VIII- Finalmente, en nuestra tierra, el reciente nombramiento de un Obispo Vasco, para una de sus diócesis, confirmando la decisión de la Santa Sede de seguir la línea marcada».

«La causa principal, aunque no única, del abismo abierto entre la Iglesia y el pueblo, es el hecho de estar la Iglesia, en España, exclusivamente ligada al Estado, por lo que se hace responsable a la Iglesia de la actuación del régimen».

«Esta unión, a nuestro juicio, coarta la libertad de la jerarquía, que guarda un bien significativo silencio ante la evidente y sistemática violación de la ley natural».

«He aquí unas cuantas realidades del Estado español:»

«- Sólo se permite el partido oficial y único, al servicio del Estado».

«- Toda oposición se considera ilegal y es aniquilada».

«- El sindicato, único establecido y controlado por el Estado, para su servicio, no es libre ni representa a las clases trabajadoras».

«- La huelga es declarada ilegal, como principio de gobierno: si se produce es reprimida con dureza».

«- Los derechos de la persona humana, teóricamente reconocidos por la constitución (el Fuero), no tienen vigencia ni garantía alguna en la vida ciudadana».

«- No existe Ley de Prensa, a pesar de que ha sido reiteradamente prometida».

«- Se mantiene una rígida censura; es monopolio estatal la información».

«- No son reconocidos ni respetados debidamente los grupos étnicos y minorías nacionales».

«- El atropello de los derechos del hombre en un régimen no cristiano, en nada empaña el nombre y prestigio de la Iglesia. Pero cuando sucede en un régimen oficialmente católico que cuenta con el decidido apoyo de la mayor parte de la jerarquía, la Iglesia pierde prestigio, el pueblo fiel se aleja y el mundo padece de escándalo».

«Esta unión de tan lamentables consecuencias, tiene su apoyo en el Concordato firmado entre la Santa Sede y el Estado español, fecha 27 de agosto de 1953».

«La Historia demuestra que uno de los medios que los Estados han empleado con más frecuencia para interferirse en la Iglesia, sojuzgarla a sus pretensiones y fines, ha sido el control sobre los Ministros sagrados. El derecho de presentación ha conducido en estos 27 años al hecho de que la mayoría de los Obispos de España tengan que ser adictos políticamente al régimen. Por eso no gozan de la libertad de espíritu indispensable para enfrentarse con los abusos de un Estado totalitario o aparentemente católico. Fuera de las esporádicas actitudes de algunos Obispos, acogidas siempre con gratitud por el pueblo, en la opinión general del mismo, el episcopado español es un instrumento dócil en manos del Estado».

«Padres conciliares: he aquí nuestra experiencia sobre la situación que de hecho existe en España; la sometemos a vuestra consideración».

«Y ya que próximamente habréis de tratar en el Concilio sobre las relaciones entre la Iglesia y el Estado, os pedimos con la mayor solicitud que establezcáis para la IGLESIA DEL MUNDO ENTERO la libertad de elección de prelados, suprimiendo toda presentación de Obispos por el poder civil, causa fundamental de libertad de la jerarquía española...».






ArribaAbajoSin permiso de la censura

Información de nuestro corresponsal en España


La guardia de las ruinas

Termina el año y el espíritu está propicio a los balances. La tarea no es siempre ociosa y mucho menos cuando desde El Pardo nos harán el que ya es tristemente habitual. En estas Navidades más bien silenciosas y sin demasiado jolgorio, muchos españoles se preguntan también adónde vamos, qué resultará de esta extraña danza de proyectos sucesorios, de intrigas politiqueras (que han hecho buenas la de los tiempos anteriores a 1923), de propaganda de planes mientras suben los precios, de dislates de un ministro de «Información» incapaz de contener la marejada, etc.

Pues bien; cualquier observador que quiera calar un poco en la realidad española se dará cuenta inmediatamente de que el régimen instaurado en 1939 por el general Franco y sus cómplices está hoy en ruinas. Atención; ello no quiere decir que el régimen esté en trance de desaparecer de la noche a la mañana. De ninguna manera. Ocurre que el edificio que crearon se ha venido desmoronando poco a poco, pero el aparato de poder subsiste; en torno a las ruinas, dentro de ellas, montan todavía la guardia quienes pretenden durar ahí a toda costa, aunque -como se dice corrientemente- «se hunda el firmamento». Quieren durar, no sólo por una serie de ventajas y privilegios materiales, sino por el complejo de culpabilidad que padece una reducida minoría de españoles (esos precisamente) que enloquecen a la idea de que todo el mundo tenga los mismos derechos y obligaciones, de que se pueda hablar y actuar con entera libertad. Ese aparato de poder protege todavía mucha arbitrariedad, oculta o aleja del control ciudadano manchas de sangre no todas secas, irregularidades sin cuento... Ya no se defiende el régimen que surgió en 1939 sino ese conglomerado de intereses encastillado tras los últimos paredones resquebrajados y ruinosos.

Vamos por partes. El régimen estaba basado en un partido único, llamado Falange y también Movimiento, formado por militantes de «vanguardia», en los que debía reposar todo el Estado. En 1963 el «Movimiento» es algo diluido en el que pretenden debe estar cada español, pero convive con un viejo aparato neofalangista que apenas lo dirige, porque entre los mismos falangistas las escisiones y desgarraduras son tremendas. El Director general de Información, Sr. Robles Piquer, pretendía hace unos días en Valencia que, desde 1945 lo que ha habido en España son «gobiernos de coalición». De hecho, y la reunión del Consejo Nacional lo probó, hay una serie de grupos políticos y de intereses que soportan mal la vida en común y afilan sus cuchillos para suprimirse mutuamente cuando llegue el día de la sucesión. El régimen, que cacarea no haber cambiado su línea, se ve forzado a virar en redondo sobre algunos de sus principios.

El año 1963 ha presenciado el hecho de que el Gobierno se vea obligado a sacar a la luz pública una parte de la lucha de la oposición. No porque haya querido, sino porque era lo menos malo para él: dar a conocer, interpretándolos a su manera, la «Carta de los 102», las declaraciones de Monseñor Escarré, parte de la represión habida en Asturias... Muy poco, es verdad, en relación a los hechos acaecidos y a las enormes oleadas de protestas; sin embargo, eso no había ocurrido nunca.

El régimen postulaba una extraña «unidad» de España, al estilo de Calvo Sotelo; hoy tiene que justificarse diciendo que se publican tantas o cuantas obras en catalán, hace unos días ha tenido que permitir la manifestación en Barcelona de desagravio a los exploradores de Montserrat y, hasta en el acto de «desagravio a las banderas nacionales y requetés» de Tolosa, se ha visto obligado a que todos, de gobernador para abajo entonen el «Guernikako Arbola», gesto que hubiera costado la cárcel a cualquiera hace unos años.

El régimen pretendía haber aplastado los partidos políticos; éstos son clandestinos, pero cada día más fuertes. El Gobierno, por segunda vez, no se ha atrevido a que se vea la causa contra el Sr. Amat y otros socialistas, ha tenido que admitir una carta del Sr. Jiménez Fernández y 24 personas más, en que se transluce casi sin veladuras la postura de la Izquierda Demócrata Cristiana. Veinticinco años después de «suprimir los partidos», actúan a despecho de la represión, socialistas, demócrata-cristianos, anarquistas, republicanos, comunistas, nacionalistas vascos y catalanes e incluso nuevos grupos políticos (Acción Democrática Social, FLP, etc.) sin contar con los monárquicos y los falangistas de la oposición. El Sindicato Vertical del Estado está en plena crisis; ha quebrado ya en Asturias y en el País Vasco y está a punto de quebrar en otros lugares; UGT, CNT, Solidarios Vascos, la nueva Sindical Cristiana, Comisiones obreras y de oposición sindical... todo esto existe, además de las HOAC y las JOC que se comportan dentro del marco legal con una dignidad ejemplar.

El régimen del «Imperio Azul» cedió sin rechistar Marruecos, está acorralado en Ifni y comienza a ceder con una autonomía (mínima, es verdad, pero el mecanismo está ya en marcha) en Guinea y Fernando Poo. El régimen se decía campeón de la Iglesia y todo el espíritu del Concilio y la actual doctrina pontifical lo contradicen, gran parte del clero ha pasado a la oposición e incluso la alta jerarquía toma sus distancias.

El régimen se decía autárquico y pasa al extremo opuesto, cediendo sin limitación alguna a las inversiones extranjeras, tolerando que 600000 obreros españoles hayan marchado al extranjero a ganar el pan que falta en sus hogares del país.

El régimen se ha pretendido campeón del anticomunismo, pero ahora aumenta sus relaciones comerciales con Cuba, por simples ventajas materiales.

Irresponsabilidad y gestos de fuerza

Se ha llegado a una situación vergonzante en que se enmascara la esencia del régimen. Se dice que hay «Estado de Derecho», que las Cortes son un verdadero órgano legislativo, que hay elecciones (tan denostadas por la doctrina nacional-sindicalista), que se sostiene la descolonización.

Se dirá que en 1963 ha corrido la sangre de Grimau, Delgado, Granados y Moreno Barranco, que se ha torturado en Asturias y en el País Vasco, que El Español, la Televisión y la Radio mantienen un estilo de 1940. Todo ello es verdad; pero no es menos verdad, que se trata de gestos de fuerza, criminales en alguna ocasión, sin ningún respaldo político ni moral. Nadie quiere ser responsable de las ejecuciones ni de las torturas (¡qué diferencia de l940!); los hombres que ejercen funciones estatales, en su inmensa mayoría, tienen lo que se llama, usando un galicismo, «mala conciencia». Pero la guardia de las ruinas, los generales, un puñado de jefes de policía, otro de negociantes y los eternos señoritos que siempre se aferraron a «la defensa del orden» (el de tiempos de Chindasvinto, si es posible), montan esa guardia y, protegidos por ellos, unos personajes que tomaron gusto a la política sin control ciudadano y otros cuantos tecnócratas hacen planes del porvenir sin contar para nada con 29 de los 30 millones de españoles.

El mes de diciembre, con su apariencia tranquila, su diversión de la Lotería y sus reuniones de familia es, sin embargo, un exponente de esa situación.

Volvió a plantearse el caso del Abad de Montserrat. Los «ultras» insistieron y de nuevo se discutió en Consejo de Ministros. Se decidió dar carta blanca al Ministro de Información para organizar una campaña, pero no tomar ninguna medida de orden personal. Lo único que se hizo, la clausura de los locales del «Omnium» de Barcelona, se realizó, según dicen allí, con mayor corrección que la habitual en estos casos.

El Sr. Fraga, de nuevo encargado de una engorrosa tarea, dio «luz verde» al guardia civil Ángel Ruiz Ayúcar, director de El Español. Se publicó todo lo que estaba preparado contra el Abad, desde fines de noviembre. Como parecía muy flojito, se echó mano de fray Justo Pérez de Urbel, para que hiciese unas declaraciones. Fueron muy vulgares y las injurias personales contra el abad Escarré no dañaron más que a quien las profería. Por otra parte, Ruiz Ayúcar se dedica ahora a emprender una campaña contra Italia, con el propósito de convencer al lector de que en la península vecina son los comunistas, dirigidos naturalmente por Moscú, quienes «maniobran contra España» y crean «organismos antiespañoles». Utilizando fichas policíacas se ha escrito (en El Español) que un cineasta italiano, el Sr. Bruno, que vino a Barcelona por razones de su profesión, era un peligroso agente comunista. «Comunistas» son todos los italianos a partir de la democracia cristiana. El secreto de esta operación está en el disgusto que ha causado en los medios oficiales la formación del nuevo Gobierno italiano que, entre otras muchas cosas, cierra la puerta a toda esperanza de entrar en el Mercado Común, en la OTAN y de proseguir los contactos militares hispano-italianos de hace un año con vistas a un Pacto Mediterráneo.

Pero en España no se puede hacer ya la extraña «información» que tanto place al teniente coronel Ruiz Ayúcar. El Sr. Fraga ha tenido que «encajar» la severa carta de 25 personalidades católicas encabezada por el Sr. Jiménez Fernández, se conoce perfectamente el nuevo escrito de varios cientos de sacerdotes vascos dirigido a los padres conciliares (y presentado en Roma por un obispo vasco). La necesidad de una apertura en ese sentido la comprenden incluso medios próximos al régimen que se expresan a través de Ya: los dos editoriales del 26 de diciembre van consagrados, el primero al diálogo para la paz, que puede aplicarse a la vida interior del país («tanto en la esfera nacional como en la internacional -dice- el diálogo es la demostración de una paz activa. Donde el diálogo no existe la paz está amenazada de quiebra, si no ha desaparecido ya, barrida por el huracán bélico o muerta por la intransigencia banderiza»); el segundo, se queja de que los anteproyectos de ley se elaboran en las Cortes al margen de la opinión nacional.

¡Juego limpio, señores!

Desde el poder continúa la intransigencia, pero se hace sin jugar limpio. Por ejemplo, el Sr. Fraga publica en El Español una carta de quince intelectuales rusos protestando contra las torturas en Asturias y la instrucción judicial contra los intelectuales. Aparte de que no es argumento decirle a esos señores que recibieron premios en épocas de Stalin (si se usase la analogía, cuántos tendrían que meterse en España debajo de las piedras), el Ministro de Información se cuida muy bien de publicar una protesta semejante de más de cien intelectuales franceses, entre ellos católicos a machamartillo como Pierre Emmanuel Martin-Chauffier, Domenach, Montaron, Cayrol, Madaule, P. Henri Simon, Tresmontant, etc. Ni tampoco la protesta de los intelectuales británicos.

En fin, y para mayor prueba de que tras la hojarasca de los discursos, aquí se trata solamente de mantener los privilegios de una minoría, ahí está la nueva ley de arrendamientos urbanos. De golpe y porrazo todo el mundo ve aumentados los alquileres para no perjudicar a los pobrecitos caseros. Pero hay más; según el artículo 100 del proyecto de ley, «la renta y las cantidades asimiladas a ella... se adaptarán cada dos años a las variaciones del coste de la vida mediante decreto aprobado en Consejo de Ministros que aplicará de modo automático el índice fijado por la Dirección General de Estadística».

En cambio la escala móvil de rentas, pedida por los trabajadores desde 1955, jamás ha sido concedida; nunca aceptada tampoco para los funcionarios. Sólo los propietarios de las casas (que en la actualidad suelen ser empresas importantes) estarán a cubierto de los daños producidos por el alza del coste de la vida.

En los propios medios del sindicalismo vertical se ha manifestado el descontento por esta ley (también otorga completa libertad de precio de alquiler para las nuevas construcciones) que significa un mentís a todos los «rollos» oficiales sobre la Vivienda. También se quejan de que el aumento sea proporcionalmente igual para las viviendas lujosas que para las más humildes.

En los mismos círculos se critica ásperamente el Plan de Desarrollo votado ya por las Cortes en el día de ayer. Estiman que es un triunfo del «capitalismo» y de la «tecnocracia». En realidad (y ya tendremos ocasión de volver sobre este tema) el Plan es, en el fondo, una declaración de intenciones, pues López Rodó ha insistido en que sus preceptos no obligan a las empresas privadas. El art. 3. º del Plan dice: «Las presiones y objetivos consignados en el Plan no constituyen obligación para el sector privado, salvo cuando se aceptan libremente en función de los beneficios o incentivos otorgados por el Estado y demás entidades públicas». El plan tiene importancia en cuanto se refiere a inversiones públicas. Por otra parte, se basa en la afluencia de capitales extranjeros, muchos de los cuales han llegado, pero otros son todavía simples promesas. Personas que trabajan en los altos organismos económicos me han hablado de la absoluta falta de medios estadísticos y de información económica de que se dispone y, sobre todo, del gravísimo problema del comercio exterior. Puedo asegurar que ha sido ya presentado un informe confidencial al Gobierno sobre esto último; la balanza de comercio es todavía peor que la del año pasado (¡y el Plan prevé un aumento de 10% de exportaciones!); en el primer semestre hubo ya un déficit; de balanza de pagos de 25 millones de dólares; en los siete primeros meses del año, el déficit de balanza comercial fue de 524 millones de dólares, con un ritmo de aumento de 31% sobre el año precedente. A este ritmo, los técnicos calculan que se va a la catástrofe en el término de dos años, por la sencilla razón de que el ritmo de aumento de ingresos por el turismo tiene que ser decreciente, que los envíos de trabajadores emigrados tienen carácter anormal y las inversiones de capital extranjero tienen lógicamente que alcanzar un «techo». En estas condiciones se proclama a bombo y platillo la inminente puesta en marcha del Plan de Desarrollo. Sin duda, habrá aspectos de crecimiento económico, pero de ahí a la realización de un Plan media un abismo.

Una legislación para privilegiados

Otro ejemplo de la legislación para privilegiados que caracteriza al régimen es el Decreto de Ordenación Rural presentado por el Sr. Fraga como «una verdadera reforma en el campo». Tal Decreto no es sino una serie de disposiciones técnicas que continúan la legislación de concentración parcelaria de aplicación para las zonas de pequeña y media propiedad. Aquí sí que es el único dominio en que ha habido un cuarto de siglo de continuidad: ni una sola medida que pueda molestar a los latifundistas, a los grandes propietarios aristócratas y asimilados.

Otro botón de muestra: los bancos de negocios que se están creando como auténticas filiales de los grandes bancos están emitiendo todos sus títulos con exención de toda clase de impuestos. Es más; los señores que compren esas acciones no pagarán impuestos por los cupones ni derechos reales en caso de herencia. Ésta es la política «social», esto es lo que se trata de defender y perpetuar.

Posibles consecuencias de tácticas opuestas

Esa carencia de otros principios lleva a las mayores incongruencias. Una de ellas es el acuerdo comercial con Cuba, la fabricación de barcos para dicho país a cambio de azúcar, al mismo tiempo que la prensa lleva a cabo una sistemática campaña contra el régimen de ese país y que el ex presidente Batista acaba de publicar en Madrid mismo un libro de autopropaganda, Paradojismo. Naturalmente, no se puede estar pidiendo favores diariamente a Norteamérica, llamarla «nuestro gran aliado», y chocar con la política del titulado aliado. El Sr. William Tyler vino con el pretexto de hablar de la reunión de la OTAN, pero lo que planteó a fondo en sus reuniones con Castiella y Muñoz Grandes es el asunto de las relaciones hispano-cubanas (además de la utilización de la base de La Rota). El asunto parece que arrastra desde el mantenimiento de las líneas aéreas «Iberia», Madrid-La Habana, pero ahora se ha agravado por la decisión del Gobierno español de comprar 300000 toneladas de azúcar en los próximos tres años, que representan aproximadamente unos 80 millones de dólares. El caso es que el déficit de la producción azucarera española persiste, y aunque el Gobierno -cediendo como siempre a los intereses de los grandes propietarios- ha aumentado considerablemente el precio del azúcar, la cosecha de este año se calcula que será todavía inferior a la del pasado en un 30 por 100.

Es difícil prever como derivará este incidente, pero el método empleado hace pensar en aquellos tiempos en que la prensa española servía a la propaganda del Eje y el wolfram salía para Inglaterra. El régimen tiene ya su tradición de volver la espalda a sus «amigos» cuando se atraviesa un interés material en su camino. Naturalmente, el Gobierno norteamericano no tiene por qué extrañarse ni quejarse; de sobra sabe con quién trata, de ello está suficientemente advertido e informado. Si le parece bueno para sus intereses el trato amistoso que otorga a la dictadura de Franco, tiene luego que atenerse a las consecuencias.

Cálculos de familia y realidades tangibles

Y esta crónica se terminaría aquí si el deber informativo no nos obligase a hablar de un acontecimiento «familiar»: el nacimiento de Elena, María, Isabel, Dominica de Silos, hija de don Juan Carlos de Borbón y de Sofía de Grecia. Llegó Don Juan a Madrid, hecho anunciado solamente por ABC y, como habíamos anunciado, no pernoctó en la capital, sino en la finca del duque de Alburquerque. No se cree que haya entrevista con Franco, porque Don Juan no estaría dispuesto a ello, sino fuera con carácter político y dándole publicidad. Sin embargo, se cree saber, que don Juan Carlos se deja ganar por el ambiente de las proximidades de la Zarzuela y es menos intransigente que su padre, más «franquista» en una palabra. A ello pudiera no ser ajena la esperanza de subir al trono al cumplir los treinta años, dentro de la «legalidad» creada por este régimen y de los «principios del Movimiento». Esto no es seguro, pero no hay que perder de vista lo que pudiera ser la salida «sucesoria» preferible para quienes montan la guardia en las ruinas: un buen revoco de fachada y que todo siga igual.

La realidad, sin embargo, pudiera dar más de un disgusto a quienes acarician tales proyectos, que no son sino los componentes del «sindicato de vencedores de 1939» con un puñado de tecnócratas a su servicio; ésa es la guardia de las ruinas. Durante 1963 se ha oído, a despecho de tanto silencio impuesto, la voz de intelectuales, estudiantes, obreros, sacerdotes, e incluso funcionarios y propietarios, expresando su descontento. ¿No está procesado el conde de Montarco por el «delito» de proclamar que la agricultura española debiera imitar a la francesa? Y muy recientemente, en una encuesta realizada por el profesor Sigúan, de Barcelona, entre industriales, comerciantes, ingenieros, propietarios, etc., 63% opinaban que España tendría dificultades para desarrollar su economía fuera del Mercado Común, pero sin embargo se mostraban pesimistas sobre el porvenir de la industria española, tal y como está ahora, dentro del mismo; un 55% reconoció que las diferencias sociales son demasiado grandes y un 40% anunció el peligro de inflación; 39% se declararon escépticos sobre el Plan de desarrollo.

En pocas palabras: la mayoría de la sociedad española, al comenzar 1964, no está conforme con el balance que presenta el régimen. Cuando por medio de sus diferentes núcleos de expresión vaya mostrando vigorosamente esa disconformidad, se habrá entrado en la crisis del régimen. Si echamos la vista hacia atrás comprenderemos que los españoles demócratas y liberales (la inmensa mayoría) no tienen por qué albergar pesimismo al tomar las doce uvas de la noche de San Silvestre.

TELMO LORENZO

Madrid, 28 de diciembre de 1963

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Índice del volumen 11

Enero-diciembre 1963

    Temas político-sociales

  • ¿Cómo y adónde salir del atolladero? (José M.ª Semprún Gurrea) [N.º 1]
  • República o monarquía (Xavier Flores) [N.º 2]
  • El personaje olvidado (Gregorio López Cid) [N.º 3]
  • La transición española (Julián Gorkin) [N.º 3]
  • Articulación del país en la justicia (Carlos Alonso) [N.º 3]
  • Hacia una democracia ibérica (Anselmo Carretero Jiménez) [N.º 4]
  • Las «islas afortunadas» (Manuel de Irujo) [N.º 4]
  • La guerra continuada (Dionisio Ridruejo) [N.º 5]
  • La monarquía no es solución (Niceto Alcalá-Zamora y Castillo) [N.º 5]
  • Política y sentido común (Gregorio López Cid) [N.º 6]
  • Una nueva generación (José M.ª Espinosa) [N.º 6]
  • François Mauriac comenta el caso Grimau [N.º 6]
  • La revisión de los acuerdos hispano-americanos (Rogelio del Moral) [N.º 7-8]
  • La realidad española y el continuismo (Manuel Torres Campañá) [N.º 7-8]
  • España y las instituciones europeas (Alfredo Mendizábal) [N.º 9]
  • El catolicismo español y su futuro (Cipriano del Risco) [N.º 9]
  • Por una oposición realista (Dionisio Ridruejo) [N.º 10]
  • El régimen sigue en cuarentena [N.º 10]
  • Los intelectuales en el banquillo (Dionisio Ridruejo) [N.º 11]
  • La fuerza desconocida (Camilo Alpuente) [N.º 11]
  • Las represiones contra los mineros y los intelectuales (Ángel Bernal) [N.º 12]
  • Declaraciones del Abad de Montserrat (José Antonio Novais) [N.º 12]
    Editoriales

  • Inquietudes gubernamentales [N.º 1]
  • Washington o París [N.º 2]
  • Al descubierto [N.º 3]
  • ¿Sucesión o continuidad? [N.º 4]
  • Operación mal calculada [N.º 5]
  • Problema insoluble [N.º 6]
  • Juan XXIII y Pablo VI [N.º 7-8]
  • ¿Enigma español? [N.º 9]
  • Cuando la sevicia es la norma [N.º 10]
  • Logros de la democracia orgánica [N.º 11]
  • Un símbolo [N.º 12]
    Temas económicos

  • La explosión de una nova en el firmamento económico (El caso de España) -II- (Gonzalo de Villafranca) [N.º 1]
  • La explosión de una nova en el firmamento económico (El caso de España) -III- (Gonzalo de Villafranca) [N.º 2]
  • El dinero como medio (Ernesto Navarro) [N.º 5]
  • Evolución de las ideas sobre la reforma agraria (Manuel de Irujo) [N.º 6]
    Portugal

  • Portugal y las colonias (Resumen de noticias) [N.º 7-8]
  • Portugal y las colonias (Resumen de noticias) [N.º 9]
  • Carta abierta al Secretario de Estado Dean Rusk (Henrique Galvao) [N.º 12]
    Sin permiso de la censura

    (Crónicas de nuestro corresponsal en Madrid)


  • Estado de derecho y Mercado Común [N.º 1]
  • Negociaciones y maniobras [N.º 2]
  • La cuestión de fondo [N.º 3]
  • ¿Solución de recambio? [N.º 4]
  • Crimen de Estado [N.º 5]
  • Crisis de régimen [N.º 6]
  • El baratillo político [N.º 7-8]
  • Las voces del coro [N.º 9]
  • Campanas al vuelo [N.º 10]
  • Ofensiva a fondo [N.º 11]
  • «Estado de Derecho» y el Plan de Desarrollo [N.º 12]
    Documentos

  • Escrito al decano del Colegio de Abogados de Madrid [N.º 1]
  • Una carta de don Miguel Mauro [N.º 1]
  • El gobierno republicano ante el Mercado Común [N.º 2]
  • Los senadores americanos y las bases [N.º 3]
  • Párrafos más salientes de la nota soviética [N.º 6]
  • La «amnistía» franquista [N.º 7-8]
  • Declaraciones de un jefe de Falange [N.º 9]
  • El abad de Montserrat censurado [N.º 10]
  • Circular a los soldados [N.º 10]
  • Los intelectuales contra las represiones en Asturias [N.º 10]
  • Los mineros confirman [N.º 11]
  • La batalla de los intelectuales [N.º 11]
  • Contestación del Sr. Bergamín [N.º 11]
  • Nueva protesta de 187 intelectuales [N.º 11]
  • Los intelectuales del exterior [N.º 11]
    Temas culturales

  • «Mourir á Madrid» [N.º 3]
  • Encuesta sobre arte y libertad (Sergio Vilar) [N.º 4]
  • Revista de libros inspirados en la Guerra Civil (Braulio Solsona) [N.º 6]
  • España en Puerto Rico [N.º 9]
  • Balance de un año de «liberalización» (Juan Goytisolo) [N.º 10]





ArribaAbajoEditorial

Madrid no está lejos de Moscú


Las declaraciones del general Franco al periódico Le Figaro, aparecidas en su edición del 16 de diciembre, no han despertado sino escaso interés en España y fuera de ella apenas si les han dedicado unas líneas. Sin embargo, Franco ha puesto un interés excepcional en ellas y lo prueban dos hechos: uno, que las cuestiones que le interesaban fueron presentadas por escrito con antelación al día en que celebró la entrevista con el corresponsal en España del citado periódico y, naturalmente, esas preguntas fueron contestadas también por escrito; el segundo punto es que la entrevista ha sido solicitada por el Gobierno español y pagado con dinero español el anuncio de doce pulgadas y a dos columnas que de dicha entrevista publicó el diario Le Monde en su edición de ese día 16 -se dice que la entrevista misma ha sido pagada, lo que no podemos afirmar.

Las declaraciones, pues, están pesadas y medidas y no contienen sino lo que el general Franco, reflexivamente, ha querido que contengan, a saber: afirmar el sistema sucesorio con la amenaza de que puede no sucederle un príncipe de sangre real sino una simple regencia; y otra, contrarrestar la propaganda contra el régimen que ha significado y significa las declaraciones del Abad de Montserrat, la difusión del pleito entre los intelectuales y el ministro de Información y la carta de los sacerdotes vascos y navarros dirigida a los Padres Conciliares, así como las manifestaciones de los intelectuales católicos expresadas en una reciente carta dirigida al Sr. Fraga Iribarne por 30 intelectuales en la que critican severamente al régimen.

Es explicable que los españoles apenas hayan comentado la interviú del general Franco aunque ella contenga, como veremos, declaraciones de gran interés. Y es que la prensa española no ha reproducido, justamente ese mismo día 16, más que las preguntas que previamente se habían presentado por escrito por el corresponsal del periódico y las respuestas de Franco también preparadas previamente. Los periódicos españoles no han publicado los comentarios hechos por el corresponsal francés, ni unas palabras finales del general Franco en el momento de acompañar a la puerta al citado corresponsal. En ellas hizo alusión a uno de sus temas favoritos «los dos aspectos del comunismo -eficacia sobre el plan de grandes realizaciones científicas e industriales y diabólico de otra parte-. Y sobre esta afirmación inesperada se terminó nuestra conversación: la primera parte triunfará un día sobre la segunda, después de haber pagado un pesado tributo de muertos y de ruinas».

Es esta declaración la que explica la actitud internacional de Franco a partir de la renovación de los acuerdos con los Estados Unidos: el acercamiento a Rusia y los tratados comerciales con Cuba. El acercamiento a Rusia se ha venido persiguiendo desde hace algún tiempo con objeto de recuperar el oro depositado en aquel país por el Gobierno republicano español; se negocia ya el envío por Rusia de ciertos productos industriales como compensación, pero el Estado soviético impone como condición el reconocimiento diplomático, lo que no está lejano.

El corresponsal del New York Times en París, Sr. Sulzberger, en una crónica publicada por dicho periódico el 6 del corriente, decía: «El brindis más interesante de Año Nuevo, cuando el general De Gaulle recibió a los diplomáticos en el Elysée, fue el que privadamente hicieron el embajador soviético, Serguei Vinogradov y José M.ª de Areilza enviado del general Franco. Vinogradov levantó su copa y propuso: que en este año veamos establecidas las relaciones diplomáticas entre España y la Unión Soviética. Areilza levantó su copa y bebió».

Las relaciones diplomáticas entre ambos países se establecerán y con ellas esa ósmosis de concepciones y realizaciones sociales en la que España será la única en recibir influencias; Rusia no tiene nada que aprovechar de las estructuras sociales y políticas de España. Así, tranquilamente, después de haber sido el causante de más de un millón de muertos, pretendiendo que la República conducía España al comunismo, el general Franco, reconocido como «paladín del anticomunismo», conducirá España a los cauces comunistas, y si no lo consigue porque llegue su fin antes, podrá decir y no con presagios catastróficos sino con esperanzas: «Después de mí, el comunismo».




ArribaResumen de noticias

Barcos para Cuba

MADRID, 14 dic., Ibérica: -El ABC de ayer inserta un despacho transmitido desde Bilbao por la agencia Logos que dice:

«Cuba está interesada en la construcción de buques en las factorías españolas. Con este motivo visitaron las factorías de construcción naval de Bilbao y las de Pasajes, para marchar después a Galicia, don Juan de la Fe y don José Laria para conocer las posibilidades de que España les construya no solamente unidades pesqueras, sino buques mercantes de buen porte. Por otra parte se informa que don Magín Ferrer, director del Servicio Técnico de Constructoras navales españolas, acaba de mantener conversaciones en este sentido».

«El azúcar servirá de contrapeso económico según el modus vivendi que regula las relaciones comerciales de ambos países. España tenía que importar 150000 toneladas de azúcar cubano en 1963, otras 100000 en 1964 y otras tantas el año siguiente, con un total de cincuenta millones de dólares, con lo que los barcos pudieran ser elemento principal para equilibrar la balanza de pagos».



Del mismo periódico ABC

Bajo el título «Norteamérica, gravemente preocupada ante la posibilidad de que España construya barcos para Cuba», el periódico ABC del 26 de este mes inserta un telegrama desde Washington de la agencia Efe, del que reproducimos los párrafos siguientes:

«El Gobierno estudia un informe que ha recibido de su embajador en Madrid acerca de los proyectos de construcciones navales que, según se dice, podrían ser efectuadas en España por cuenta de Cuba. Según un portavoz del Departamento de Estado, que ha soslayado precisar sobre el contenido del informe, los Estados Unidos se sentirían gravemente preocupados si resulta exacto que los astilleros españoles aceptaran los encargos del Gobierno cubano».

«Hasta el presente no se ha realizado gestión alguna cerca de la embajada de España en Washington».

«El portavoz ha subrayado que, dado que la política de los Estados Unidos consiste en reforzar el aislamiento de Cuba, en la medida de lo posible, un contrato de esta naturaleza no podría más que contrarrestarla».



El New York Times del 21

En un despacho de su corresponsal en Washington, Mr. Tad Szulc, dice el citado periódico que el Departamento de Estado ha llamado la atención a España sobre sus crecientes relaciones económicas con Cuba.

«Según dicen los funcionarios -asegura el corresponsal- no hay todavía una advertencia formal para el gobierno del generalísimo Francisco Franco. Pero los Estados Unidos están ejerciendo una gran presión diplomática para que se desista de la creciente cooperación con Cuba. Como parte de esta presión, aseguran los funcionarios, se ha recordado a España la legislación que prohíbe la ayuda a los países que comercian con el régimen comunista de Cuba».

«Se sabe que los Estados Unidos estiman que el creciente comercio español-cubano y los medios de transportes facilitados a Cuba por España por sus líneas marítimas y la compañía Iberia, constituyen una brecha importante en la política de Washington de reforzar el aislamiento del régimen de Castro».

«El esfuerzo en mantener este aislamiento ha adquirido tal importancia para Norteamérica, que podría tener prioridad sobre las cordiales relaciones existentes con España. Lo mismo aquí en Washington, que en Madrid, se han formulado fuertes protestas diplomáticas desde que a principios de este año se inauguró un servicio bimensual regular a la Habana, este servicio en las últimas semanas ha sido incrementado en frecuencias».




Las bases en España

NEW YORK, 19 diciembre: -El New York Times de hoy inserta una crónica de su corresponsal en Madrid, Paul Hofmann, de la que reproducimos los párrafos siguientes:

«Se sabe -aunque no oficialmente- que el mando estratégico de los Estados Unidos va a cambiar sustancialmente sus bases de bombarderos y que la importancia militar estadounidense en España se concentrará en la gran base naval de Rota, en la bahía de Cádiz».

«Los Estados Unidos y España están en plena negociación sobre las condiciones de utilización de Rota para los submarinos Polaris y se cree que no se tardará en llegar a un acuerdo».

«La proyectada retirada gradual de las bases existentes en España comenzará, seguramente, por la que se halla próxima a Zaragoza y esto a, principios de año, igualmente se procederá a la evacuación de la base que está próxima a Madrid; a la de Sevilla le llegará el turno el año 1965».

«En las bases se ocupan unos 10000 militares americanos, 900 civiles y más de 3000 españoles. Esta retirada de bases ocasionará considerables reducciones en hombres y en gastos. Estos gastos se elevan a unos 50 millones de dólares al año».




Advertencia de Norteamérica

PARÍS, 23 dic., Ibérica: -Le Figaro de ayer inserta el siguiente cable de la agencia U. P. I. enviado desde Washington:

«El Departamento de Estado ha confirmado ayer tarde que ha advertido a España sobre el sostenimiento de sus relaciones comerciales con Cuba, que corren el riesgo de arrastrar una reducción de la ayuda americana al Gobierno español. Se precisa en Washington que esta medida está prevista por la legislación americana actual que autoriza al Congreso a disminuir la ayuda americana a los países que ayuden al gobierno de Fidel Castro».




Una interviú de Franco

MADRID, 17 dic., Ibérica: -Apenas si se hacen comentarios sobre la interviú de Franco concedida al corresponsal del periódico Le Figaro, Guilleme-Brûlon, y publicada por ese periódico el 16 de este mes. Se sabe que la interviú ha sido solicitada por el Gobierno español. Su finalidad básica parece que eran dos: afirmar el sistema sucesorio con la amenaza para «los pretendientes» de que puede no sucederle un príncipe de sangre real, sino una simple regencia; la segunda finalidad era contrarrestar la propaganda en contra del régimen que han significado tanto las declaraciones del Abad de Montserrat como la difusión que ha alcanzado el pleito entre los intelectuales y el ministro de Información.

Se comenta que la prensa española no ha reproducido el texto del comentario escrito por el corresponsal francés, ni tampoco algunas respuestas y palabras de Franco que, sin estar entrecomilladas, han sido publicadas en Le Figaro. Sin temor a equivocarnos podemos afirmar que la prensa española ha reproducido tan sólo las preguntas que previamente se habían presentado a Franco y las respuestas que previamente había redactado. El periodista francés fue más lejos (a pesar de su profranquismo) y reflejó otros matices de su conversación que los españoles no han podido conocer.


Del mensaje del general Franco

MADRID, 2 enero, Ibérica: -Con motivo del fin de año el general Franco ha dirigido a los españoles su acostumbrado mensaje, y aunque no hay gran novedad en él, damos a título informativo algunos párrafos:

«Vivimos en una era que por costumbre la seguimos llamando de guerra fría, pero en realidad es una era de guerra, política y los métodos que debemos oponer a nuestros adversarios no pueden ser los utilizados en tiempos de paz».

«Frente al peligro comunista el mundo occidental no ha opuesto más que una unidad amenazada por la supervivencia de viejas rivalidades y el cáncer de los partidos políticos».

«Nosotros españoles no debemos, por mimetismo, dejarnos influenciar por los que declinan».



Aunque reafirmó la amistad con los Estados Unidos, señaló que España llega a imponerse en el mundo «adquiriendo cada día un prestigio más grande y más sólido cuyas pruebas son los acuerdos económicos firmados recientemente en París y en Bonn».


España desvía avión de socorro

LONDRES, 26 dic., Ibérica: -El Scotsman de hoy inserta la siguiente información:

«A un transporte comando Britannia 404 de la Real Fuerza Aérea se le prohibió por el Gobierno español volar sobre España cuando se dirigía a rescatar supervivientes del barco Lakonia».

«El avión transportaba 18 juegos de balsas ligeras que fueron dejadas caer en el mar y ayudaron a salvar un total de 400 personas».

«Debido a la prohibición española, el avión tuvo que desviarse notablemente para no volar sobre España y Portugal, llegando por ese motivo al lugar del accidente nueve minutos más tarde que lo que había proyectado».

«El Britannia, que había salido de la R. F. A. en Aldergrove, norte de Irlanda, piloteado por el teniente P. Collins, estaba solamente a 120 millas de las costas españolas cuando recibió orden de cambiar de ruta».

«Uno de los miembros de la tripulación del Britannia declaró que la velocidad del vehículo aérea era altísima cuando la R. F. A. de Uxbridge dio la orden de cambiar de ruta. La razón dada para estos cambios era que conseguir el permiso para volar sobre España tomaba normalmente siete días».

«Es fácil comprender el estado de ánimo que predominaba en la base de la Real Fuerza Aérea en St. Mawgan cuando el aeroplano regresó a Inglaterra. Los oficiales de la R. F. A. opinaban que en viajes como éste, de socorro, las autoridades españolas debían cooperar un poco más».




La autonomía de la Guinea

MADRID, 18 dic., Ibérica: -Se celebró el referéndum en los territorios de Guinea española y Fernando Poo. Parece que el ejercicio del voto ha sido bastante libre, lo que contrasta con el régimen a que están sometidos los españoles de la metrópoli, pero es fácil de comprender. La «autonomía» bien limitada de estas colonias no pone en peligro el régimen franquista.

Se hizo propaganda por el NO, pero pobremente.

El Movimiento «Idea Popular de Guinea Española» propugnaba el NO, por tender este Movimiento a la integración, con el Cameron, pero en este Movimiento hay una disidencia que ha votado . 59280 electores se han pronunciado por el estatuto y 35537 contra en Río Muni. Por el contrario, en Fernando Poo ha resultado una mayoría contra el estatuto, es decir de NO. En todo caso, la autonomía no es más que administrativa; el Gobierno español está representado por un Comisario General del que dependen las fuerzas armadas y el orden público. Como puede apreciarse la autonomía no es más que palabras, pero les sirve para presentarse ante las Naciones Unidas como «descolonizadores».


¡Prohibido dormir en Madrid...!

MADRID, 28 dic., Ibérica: -El conde de Barcelona, pretendiente al trono de España, llegó ayer por la tarde a Madrid procedente de Portugal. Directamente fue al palacio de la Zarzuela, donde reside su hijo Juan Carlos. Hoy asistió al bautizo de su nieta Elena y ha salido esta misma tarde con rumbo a Portugal.

Don Juan de Borbón no ha tenido el permiso de Franco para pasar la noche en Madrid, por ello después de cenar en familia se dirigió a la finca «El Soto», propiedad del duque de Albuquerque, a 25 kilómetros de Madrid. El permiso de estancia concedido por Franco era de 24 horas. Pasó por Madrid sin pena ni gloria.


El consejo privado de Don Juan

MADRID, 18 dic., Ibérica: -Por iniciativa del Sr. García Valdecasas se ha intentado remozar el Consejo privado de Don Juan, con objeto de mitigar el mal efecto de la renuncia al monarquismo del Sr. Gil Robles y su partido. Se han hecho gestiones cerca de algunas personas que siguieron en algún tiempo al jefe de la CEDA, pero hasta ahora no han dado resultado. Lo único que se sabe es que el Sr. Ruiz Giménez, al que se le hicieron esas proposiciones, respondió con un NO rotundo.


Decreto singular

MADRID, 23 dic., Ibérica: -En la última reunión del Consejo de Ministros se aprobó un decreto llamado de «Ordenación Rural», al que la prensa orquestada por el Sr. Fraga, pretende hacer pasar como una reforma agraria.

En realidad se trata de «redistribuciones de la propiedad con los sobrantes de la concentración parcelaria»... «en zonas en que predomine la pequeña y media propiedad» -dice el mismo decreto-. De la gran propiedad, de los latifundios, ni hablar. Es muy elocuente que en el mismo número del periódico ABC, en el que se publicaba la referencia del Consejo, aparecía una nota editorial señalando que con la larga temporada de lluvias «los trabajadores eventuales del campo sufren las consecuencias de un paro forzoso en muchas zonas del país, sin encontrar donde ganar un jornal». Esos trabajadores suman más de un millón y medio. De ellos no se ocupa el decreto de Ordenación Rural.


El Ministro de Información contra el Abad de Montserrat

MADRID, 7 dic., Ibérica: -El semanario El Español, editado por el Ministerio de Información, ha reproducido en su edición de hoy las declaraciones hechas por el Abad de Montserrat al periódico Le Monde. A continuación dedica cuatro páginas a responder a esas declaraciones de «un religioso que ha olvidado los deberes de justicia, de caridad y de prudencia». Sin el menor escrúpulo señala esas declaraciones como «maniobra política de tipo personal» y siguiendo esa línea continúa: «Todos los esfuerzos de la oposición han sido dirigidos a destruir la paz de la que goza este país desde hace veinticinco años, como medio para volver al poder». Que nosotros sepamos el Abad Escarré, ni ningún miembro de esa orden, han sentido jamás las apetencias del poder.


Continúan las mutilaciones

MADRID, 10 dic., Ibérica: -El segundo número de Cuadernos para el Diálogo ha sido también mutilado, como lo fue el primero. La censura ha prohibido un artículo del profesor Aranguren, otro del profesor Elías Díaz sobre las obras del historiador exilado Tuñón de Lara y otro de Raúl Morodo sobre temas de Derecho Político. Pero lo más pintoresco del caso es que de otro artículo han sido suprimidas todas las citas que el autor hacía del profesor Tierno Galván y de sus obras.


Clausura del «Omnium cultural»

BARCELONA, dic., Ibérica: -Por orden del Gobierno Civil de Barcelona -léase «Gobierno»- y mandato judicial, la policía de Barcelona ha clausurado el local de Omnium Cultural. Es la más alta entidad cultural de Cataluña y agrupa las siguientes asociaciones: Institut D'Estudis Catalans, Agrupació Dramática de Catalunya, Secretariado de los Orfeones Catalanes, Obra del Ballet Popular de Catalunya y Secretariado de los Premios Literarios.

Cuenta el Omnium Cultural con más de 600 asociados y es la única entidad pública para el fomento de la cultura catalana, no clandestina y no amparada por la Iglesia.

La entidad, que tiene su domicilio en Moncada 70, sufrió un registro de tres horas llevándose la policía dossiers y correspondencia relacionada con el extranjero; levantaron un acta judicial, se cerró el local y se llevaron las llaves. El Gobernador «Civil» de Cataluña es el coronel Ibáñez Freyre y el Delegado en Barcelona del Ministerio de Información es Jaime Delgado, hombre de confianza del Sr. Fraga Iribarne.


Incidente en Tolosa

OPE, 24 dic.: -De la ermita de Izaskun, situada en las afueras de Tolosa, fueron sustraídas las banderas que los requetés colocaron a la terminación de la guerra civil, al mismo tiempo que aparecían inscripciones allí mismo y en diversos lugares de la villa. Este incidente dio lugar a una manifestación de «desagravio» tales como discursos -desfiles desde Tolosa a Izaskun- aparte de ceremonias religiosas en la parroquia de la ciudad y en la misma ermita.

Estos actos han sido acompañados de intervenciones encaminadas a sembrar el terror en el vecindario recordándose los días de la guerra civil y las represiones. En reuniones celebradas por los requetés pidieron se tomase venganza sobre ciertas personas de la villa. La guardia civil interrogó a muchas personas, más de cincuenta, algunas de mucha edad y a altas horas de la noche y practicó detenciones sobre jóvenes completamente ajenos a todos estos incidentes. Así el terror sigue en estas tierras.


Acto de vandalismo

MADRID, 24 dic., Ibérica: -Hace unos días en el local de los Exploradores de Montserrat -en Barcelona- unos desconocidos entraron a saco en el local, dejaron inscripciones en los muros sobre lo que esos vándalos estiman «unidad de patria y de lengua» y pusieron fuego a la biblioteca. Al día siguiente se reunieron en la calle Ancha, frente a la casa de los exploradores, más de quinientas personas para protestar contra el acto de vandalismo del que fue víctima el mencionado local. Se cree que ese acto ha sido dirigido contra las declaraciones del Abad de Montserrat hechas al periódico Le Monde. Los manifestantes entonaron cánticos y gritos de «Viva Cataluña, Viva la libertad». La manifestación se disolvió pacíficamente.


Fuerzas católicas pasan a la oposición

Varias personalidades de la intelectualidad católica, cuya mayoría se mueve en el ámbito de la Izquierda Demócrata-Cristiana, han dirigido al ministro de Información, Sr. Fraga Iribarne, una carta de la que reproducimos los siguientes párrafos:

«Los españoles que se dirigen a VE con el título de cristianos y el ferviente deseo de poder comportarse con la dignidad y la responsabilidad que sólo los hombres poseen en la vida social cuando efectivamente son ciudadanos, quieren exponerle unos hechos que nacen de la observación objetiva, sincera, pero también noblemente apasionada de todo cuanto puede suceder en la vida de relación y de convivencia entre los españoles».

«Respecto a las dificultades y exigencias de una política de liberalización de las instituciones y de las formas de gobierno en España, creíamos sinceramente en la necesidad y en la posibilidad de una transformación por la vía de una evolución realizada con ritmo rápido y especialmente, claro, sin duplicidades de ningún género. Han transcurrido bastantes meses y creemos percibir en lo esencial una situación de inmovilismo».

«Esto creemos que ha ocurrido con los conflictos laborales de este verano, como también estimamos apreciar que ha acontecido con la polémica entre el grupo de los 102 intelectuales y los poderes públicos. VE que amén de ser un experto hombre público, es un universitario, un cultivador de las ciencias sociales y políticas, de seguro que en su condición de catedrático se habrá preguntado por las razones de estos sucesos».

«Permítanos, Señor Ministro, pensar que nuestra información está muy alejada de lo que debiera ser en un Estado de derecho. En relación con las alteraciones laborales el hombre español sólo ha tenido a su disposición en España una información incoherente, con lapsus alarmantes, tergiversaciones, referencias vagas, y en modo alguno una exposición completa, razonada y crítica de los sucesos, que nos ha faltado. En ocasiones, y muy especialmente en política, las medidas claudicantes, precarias, las medias tintas, producen efectos más nocivos que la ausencia de cualquier reglamentación».

«Nosotros hemos creído percibir en su carta un estilo, unos procedimientos políticos que sinceramente hubiéramos querido ver borrados para siempre. En su carta está muy vivo el tono discriminatorio y partidista de otras épocas. VE antes de entrar en los hechos procede a encasillar el personaje. Recuerda de algún intelectual pasadas acciones que tuvieron lugar precisamente en plena guerra civil, determina con precisión casi policíaca los antecedentes de ciertos personajes que figuran como presuntas víctimas de malos tratos en algún caso -y es más triste por tratarse de mujeres- señala la condición delictiva y el trágico final del padre...».

«Tras su decisión ministerial ha habido un encadenamiento de hechos: la acción orquestada de la prensa, el tono y el silencio impuesto a la persona atacada. Ciertos personajes también han utilizado el triste suceso para proceder de nuevo a un juicio de intelectuales españoles. Todo esto nos alarma».

«Al intelectual español hay que juzgarlo como intelectual, ciertamente, pero también como parte implicada en el proceso social de España. Al no existir los cauces constitucionales propios de una sociedad ya avanzada en su proceso industrial y social, por los cuales pueda discurrir el diálogo político y exponerse discrepancias, el intelectual, incluso el sacerdote, se ven obligados a suplir esa laguna y asumirla, penosa tarea de hablar, de denunciar, de clamar para evitar que el silencio sea total».

«Ésta, es una carta que aspira a moverse en el terreno de los principios doctrinales, pero para derivar consecuencias prácticas e inmediatas. No hemos querido mostrarnos muchos en este momento, ni tampoco ser comparsas. El ser comparsa del que manda es para el intelectual, para el joven y para todo hombre ibérico, más depresivo que el ser consolador del que sufre persecución social, política e incluso económica».

«Con el mayor respeto le hemos escrito estas líneas, de las que sólo VE tendrá en su primer momento conocimiento, y más tarde, una vez conocida la actitud de VE en relación con ella, nos consideraremos autorizados a hacerla conocer a quienes en nuestra Patria y en el Occidente Cristiano, se consideran implicados en el planteamiento doctrinal que formulamos».



Firman esta carta: Manuel Jiménez Fernández, catedrático de la Universidad de Sevilla.

Aguilar Navarro, catedrático de la Universidad de Madrid. Jiménez de Parga, catedrático de la Universidad de Barcelona. Roda Ventura, decano del Colegio de Abogados de Barcelona. Pons Marques, decano del Colegio de Abogados de Mallorca. (Siguen veinticinco firmas más).

La carta fue entregada al Ministro el día 15 de noviembre. Transcurrido un mes de haber sido entregada, los firmantes de la misma han estimado llegar el momento de quitarle su aspecto privado.



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