Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.

Ángel GABILONDO, Por si acaso. Máximas y mínimas

Espasa, Barcelona, 2014, 209 págs.

Cada quien es una palabra por venir.


Nacer lleva toda una vida. Envejecer, también.


Aunque con frecuencia amanece, pocas veces se hace de día.


En ocasiones es más difícil llegar a un principio que a un final.


El secreto es no llegar.


Querer es constatar hasta qué punto alguien es otro.


La paciencia es un modo de anticiparse.


Un malestar profundo es aquel que no se deja reducir a sus causas.


Mentir es, más que decir lo contrario de lo que se piensa, vivir lo contrario de lo que se dice.


Cuando todo está resuelto, estamos en cierto modo acabados.


Sentir es una forma de tener que ver.


En caso de duda, no todo va mal.


A pesar de todo, es más fácil ser alguien que no ser nadie.


Todo pensamiento aislado tiene algo de extraviado.


Contigo digo mejor conmigo.


Un hijo es lo más otro que uno no tiene.


Generalizar es un modo poco sofisticado de equivocarse.


Lo mejor que uno tiene no se puede decir, pero se escucha.


Siempre que te veo me parece que de alguna u otra manera estás nadando.


Quien manda no siempre ordena.


Las palabras no son las cosas, pero indican por dónde buscarlas.


Todo y nada se encuentran en algún punto.