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ArribaAbajoActo o cantar segundo


Entra en escena el bando enemigo del Cid. Bodas de las hijas del Cid con los infantes de Carrión



64

El Cid se dirige hacia las costas levantinas


Narrador

Aquí se comienza la gesta          de mío Cid el de Vivar  1085
Tan ricos son los suyos          que no saben lo que han.
Poblado ha mío Cid          el puerto de Alucat;
Dejando a Zaragoza          y a las tierras de acá,
Y dejando a Huesca          y tierras de Montalbán,
Contra la mar salada,          empezó a guerrear.  1090
A oriente sale el sol          y tornose a esa parte.
Mío Cid ganó a Jérica          y Onda y Almenar;
Tierras de Burriana          todas conquistado las ha.


65

Toma de Murviedro



Ayudole el Criador,          el Señor que está en el cielo;
Él con todo esto          tomó a Murviedro;  1095
Ya veía mío Cid          que Dios le iba valiendo.
Dentro en Valencia,          no es poco el miedo.


66

Los moros de Valencia cercan a Murviedro. El Cid pide refuerzos y arenga a sus tropas



Pesa a los de Valencia,          sabed, no les place;
Acordaron en consejo          que le viniesen a cercar.
Trasnocharon de noche;          de mañana al clarear,  1100
Cerca de Murviedro,          tornan las tiendas a hincar.
Violo mío Cid,          tomose a maravillar:

Cid

¡Gracias a ti,          Padre espiritual!14
En sus tierras estamos          y hacérnosles todo mal;
Bebemos su vino          y comemos el su pan;
Si a cercarnos vienen,          con derecho lo hacen;  1105
A menos de lid,          esto no se acabará.
Vayan los mandados          por los que nos deben ayudar:
Los unos a Jérica          y los otros a Alucat;
Desde allí a Onda          y los otros a Almenar;
Los de Burriana          luego vengan acá;  1110
Empezaremos          esta lid campal;
Yo fío por Dios          que nuestro pro aumentarán.

Narrador

Al tercer día,          todos juntos están;
El que en buena hora nació          comenzó a hablar:

Cid

Oíd, mesnadas,          ¡así el Criador os salve!  1115
Después que nos partimos          de la limpia cristiandad,
No fue de nuestro agrado,          ni nos pudimos más;
Gracias a Dios,          lo nuestro fue adelante.
Los de Valencia          cercado nos han;
Si en estas tierras          quisiéremos durar,  1120
A estos firmemente          hay que escarmentar.


67

El Cid alienta a los suyos



Pase la noche          y venga la mañana,
Estadme aparejados          con caballos y armas;
Iremos a ver          aquella su almofalla;
Como hombres salidos          de tierra extraña,  1125
Allí se verá          el que merece la soldada.


68

Minaya propone el plan de batalla. Triunfo del Cid y conquista de Cebolla


Narrador

Oíd qué dijo          Minaya Álvar Fáñez:

Minaya

Campeador,          hagamos lo que a vos place.
Dadme cien caballeros          que no os pido más;
Vos con los otros          atacadlos delante.  1130
Atacadlos bien          que duda allí no habrá;
Yo con los cien          entraré por la otra parte;
Como fío por Dios,          el campo nuestro será.

Narrador

Como se lo ha dicho,          al Campeador mucho place.
Era ya de mañana          y piensan en armarse;  1135
Cada uno de ellos          bien sabe lo que hará.
Con los albores,          mío Cid a herirlos va:

Cid

¡En el nombre del Criador          y del apóstol santi Yague!
¡Heridlos, caballeros,          de amor y de grado y de gran voluntad,
Que yo soy Ruy Díaz,          mío Cid el de Vivar!  1140

Narrador

Tanta cuerda de tienda          allí veríais quebrar;
Arrancarse las estacas          y acostarse de todas partes los tendales.
Los moros son muchos          ya quieren recobrar.
De la otra parte,          entroles Álvar Fáñez;
Aunque les pesa,          tuvieron que ceder y escapar.  1145
Grande es el gozo          que va por ese lugar.
Dos reyes de moros          mataron en ese alcance;
Hasta Valencia,          persiguiéndolos van.
Grandes son las ganancias          que mío Cid hecho ha.
Tomaron a Cebolla          y cuanto hay adelante;  1150
A uña de caballo          los que pudieron escapar.
Robaban el campo          y piensan en tornar;
Entraban en Murviedro          con estas ganancias que traen grandes.
Las nuevas de mío Cid,          sabed, sonando van.
Miedo hay en Valencia          que no saben cómo obrar.  1155
Sonando van sus nuevas          a la otra parte del mar.


69

Incursiones contra las fortalezas al sur de Valencia



Alegre estaba el Cid          y todas sus compañas,
Que Dios le ayudara          y esta victoria alcanzara
Daban sus correrías          y hacían las trasnochadas;
Llegan a Cullera          y llegan a Játiva;  1160
Y aún más abajo,          a Denia la casa;
Cabe el mar,          tierra de moros firme la quebranta;
Ganaron Peña Cadiella,          las salidas y las entradas.


70

Alarma entre los moros de Valencia



Cuando el Cid Campeador          tuvo Peña Cadiella,
Mucho les pesa en Játiva          y dentro en Cullera;  1165
No se puede narrar          el dolor de Valencia.


71

Campaña de tres años por los alrededores de Valencia



En tierra de moros,          robando y ganando,
Y durmiendo los días          y las noches trasnochando,
En ganar aquellas villas,          mío Cid tardó tres años.


72

Asedio de Valencia. El Cid envía pregones por los reinos cristianos



A los de Valencia,          escarmentado los han;  1170
No osan salir fuera,          ni con él luchar;
Talábales las huertas          y les hacía gran mal;
En cada uno de estos años,          mío Cid les quitó el pan.
Mal se aquejan los de Valencia          que no saben cómo obrar;
De ninguna parte que sea,          no les venía el pan;  1175
Ni da consejo padre a hijo,          ni hijo a padre,
Ni amigo a amigo,          no se pueden consolar.
¡Mala cuita es, señores,          tener mengua de pan;
Hijos y mujeres          verlos morir de hambre!
Delante veían su duelo,          no se pueden ayudar;  1180
Al rey de Marruecos,          tuvieron que avisar;
Con el de los Montes Claros,          tenía guerra tan grande;
No les dio consejo,          ni los vino a ayudar.
Súpolo mío Cid,          de corazón le place;
Salió de Murviedro          una noche sin parar;  1185
Amaneció a mío Cid          en tierras de Monreal.
Por Aragón y Navarra,          pregón mandó echar;
A tierras de Castilla,          envió sus mensajes:
Quien quiera olvidar cuita          y riqueza ganar,
Viniese a mío Cid          que tiene ganas de cabalgar;  1190
Cercar quiere a Valencia          para a cristianos la dar.


73

Pregón de los heraldos del Cid


Cid

Quien quiera ir conmigo          a cercar a Valencia,
Todos vengan de grado,          ninguno a la fuerza;
Tres días le esperaré          en el canal de Celfa.


74

Muchos guerreros acuden en ayuda del Cid. Cerco y rendición de Valencia


Narrador

Esto dijo mío Cid,          el Campeador contado.  1195
Tornábase a Murviedro,          que él se la ha ganado.
Llegaron los pregones,          sabed, a todas partes.
Al sabor de la ganancia,          no lo quieren retardar;
Muchas gentes se le acogen          de la buena cristiandad.
Creciendo va en riqueza          mío Cid el de Vivar;  1200
Cuando vio las gentes juntadas,          se empezó a alegrar.
Mío Cid don Rodrigo          no lo quiso retardar;
Se marchó para Valencia          y sobre ella se va a echar.
Bien la cerca mío Cid,          que no había falsedad;
Védales salir          y védales entrar.  1205
Sonando van sus nuevas          todas a todas partes;
Más le vienen a mío Cid,          sabed, que no se van.
Metiola en plazo          por si les viniesen a ayudar;
Nueve meses cumplidos,          sabed, sobre ella yace;
Cuando vino el décimo,          se la tuvieron que dar.  1210
Grandes son los gozos          que van por ese lugar,
Cuando mío Cid ganó a Valencia          y entró en la ciudad.
Los que fueron de a pie          caballeros se hacen;
El oro y la plata,          ¿quién os lo podría contar?
Todos eran ricos          cuantos allí hay.  1215
Mío Cid don Rodrigo          la quinta mandó tomar;
En el haber monedado,          treinta mil marcos le caen;
Y los otros haberes,          ¿quién los podría contar?
Alegre estaba el Campeador          con todos los que ha.


75

El rey de Sevilla, que intenta recobrar Valencia, es derrotado por el Cid



Cuando su enseña caudal          estaba encima del alcázar,  1220
Ya holgaba mío Cid          con todas sus compañas.
A aquel rey de Sevilla          el mandado llegaba,
Que tomada es Valencia,          que no se la amparan.
Vínolos a atacar          con treinta mil de armas.
Cerca de la huerta,          tuvieron la batalla;  1225
Derrotolos mío Cid,          el de la luenga barba.
Hasta dentro de Játiva,          la persecución duraba;
Al pasar el Júcar,          veríais confusión tanta:
Moros contra corriente          forzados a beber agua;
Aquel rey de Sevilla          con tres golpes escapa.  1230
Tornado ha mío Cid          con toda esta ganancia
Buena fue la de Valencia,          cuando ganaron la plaza;
Mucho más fue provechosa,          sabed, esta victoria alcanzada:
A todos los menores          cayeron cien marcos de plata.
Las nuevas del caballero          ya veis dónde llegaban.  1235


76

El Cid promete no cortarse la barba. Riqueza de los suyos. Censo y medidas para evitar las deserciones



Gran alegría hay          entre todos esos cristianos
Con mío Cid Ruy Díaz          el Campeador contado.
Ya le crece la barba          y se le va alargando.
Dijo mío Cid          por la su boca hablando:

Cid

¡Por amor del rey Alfonso,          que de tierra me ha echado,  1240
Ni entraría en ella tijera          ni un pelo sería cortado!
Y que hablasen de esto          moros y cristianos.

Narrador

Mío Cid don Rodrigo          en Valencia está holgando;
Con él Minaya Álvar Fáñez          que no se le va de su brazo.
Los que salieron de tierra          de riqueza son colmados;  1245
A todos les dio en Valencia          casas y heredades con que son pagados;
El amor de mío Cid          ya lo iban probando;
Los que fueron con él          y los de después todos son pagados.
Advierte mío Cid que,          con los haberes que habían tomado,
Que, si se pudiesen ir,          lo harían de grado.  1250
Esto mandó mío Cid,          Minaya lo hubo aconsejado:
Que ningún hombre de los suyos,          que no se le despidiese o no le besase la mano,
Si le pudiesen prender          o fuese alcanzado,
Le tomasen el haber          y le pusiesen en un palo.
He aquí todo esto          puesto a buen recaudo.  1255
Con Minaya Álvar Fáñez          él se va aconsejando:

Cid

Si vos quisiereis, Minaya,          quiero saber recado
De los que están aquí          y conmigo ganaron algo:
Ponerlos he por escrito          y todos sean contados.
Que, si alguno se escondiere          o de menos fuere hallado,  1260
El haber me habrá de tornar          a estos mis vasallos15
Que guardan a Valencia          y andan rondando.16

Narrador

Allí dijo Minaya:

Minaya

Consejo es acertado.


77

El Cid pasa lista de los suyos y envía a Minaya con presentes al Rey, pidiendo que deje salir a la mujer y a las hijas del Cid


Narrador

Mandolos venir a la corte          y a todos ellos juntar.
Cuando les halló,          por lista los hizo nombrar:
Tres mil seiscientos tenía          mío Cid el de Vivar.  1265
Alégrasele el corazón          y tornose a alegrar:

Cid

¡Gracias a Dios, Minaya,          y a santa María Madre!
Con muchos menos salimos          de la casa de Vivar;
Ahora tenemos riqueza,          más tendremos adelante.
Si a vos pluguiere, Minaya,          y no os cayere en pesar,  1270
Enviaros quiero a Castilla,          donde tenemos heredades,
Al rey Alfonso,          mi señor natural;
De estas mis ganancias,          que hemos hecho acá,
Darle quiero cien caballos          y vos ídselos a llevar.
Después, por mí besadle la mano          y firme se lo rogad  1275
Por mi mujer y mis hijas,          que me las deje sacar.17
Enviaré por ellas          y vos sabed el mensaje:
La mujer de mío Cid          y sus hijas las infantes
De tal guisa irán por ellas          que con gran honra vendrán  1280
A esta tierras extrañas          que nos pudimos ganar.

Narrador

Entonces dijo Minaya:

Minaya

De buena voluntad.

Narrador

Después que esto han hablado,          se empiezan a preparar.
Cien hombres le dio mío Cid          a Minaya Álvar Fáñez,
Para servirle en la carrera,          a toda su voluntad.18
Y mandó mil marcos de plata          a San Pedro llevar,  1285
Y que los diese          a don Sancho el abad.


78

El obispo don Jerónimo llega a Valencia



Con estas nuevas,          todos se van alegrando.
De la parte de oriente,          vino un coronado:
El obispo don Jerónimo          por nombre es llamado;
Bien entendido es de letras          y muy acordado;  1290
A pie y a caballo,          era muy esforzado.
Las proezas de mío Cid          andábalas demandando,
Suspirando el obispo          que se viese con moros en el campo,
Que, si se hartase lidiando          e hiriendo con sus manos,
En los días del siglo,          no le llorasen cristianos.  1295
Cuando lo oyó mío Cid,          de esto se ha alegrado:

Cid

¡Oíd, Minaya Álvar Fáñez,          por aquel que está en alto!
Cuando Dios ayudar nos quiere,          nos bien se lo agradezcamos.
En tierras de Valencia,          hacer quiero obispado
Y dárselo          a este buen cristiano.  1300
Vos, cuando vayáis a Castilla,          llevaréis buenos mandados.


79

Don Jerónimo es nombrado obispo de Valencia


Narrador

Plugo a Álvar Fáñez          de lo que dijo don Rodrigo.
A este don Jerónimo          ya le eligen por obispo.
Diéronle en Valencia          do bien puede estar rico.
¡Dios, qué alegre estaba          todo cristianismo,  1305
Que en tierras de Valencia          había señor obispo!
Alegre fue Minaya          y despidiose y se vino.


80

Minaya acude a Carrión para entrevistarse con el Rey



Tierras de Valencia,          dejadas en paz,
Se fue para Castilla          Minaya Álvar Fáñez.
Os dejaré las posadas,          no las quiero contar.  1310
Demandó por Alfonso,          dónde lo podría hallar.
Fuera el Rey a Sahagún          poco tiempo ha;
Tornose a Carrión,          allí lo podría hallar.
Alegre fue por esto          Minaya Álvar Fáñez;
Con estos presentes,          se dirigió para allá.  1315


81

Encuentro con el Rey



De misa había salido          entonces el rey Alfonso.
¡He aquí Minaya Álvar Fáñez          do llega tan apuesto!
Hincó sus hinojos          ante todo el pueblo;
A los pies del rey Alfonso,          cayó con gran duelo;
Besábale las manos          y habló tan apuesto:  1320


82

Embajada de Minaya al Rey. Irritación de García Ordóñez. El Rey perdona al Cid y a su familia, y da autorización a los que quieran ir con el Cid. Los infantes de Carrión planean el matrimonio con las hijas del Cid


Minaya

¡Merced, señor Alfonso,          por amor del Criador!
Besábaos las manos          mío Cid lidiador,
Los pies y las manos,          como a tan buen señor,
Que le hayáis merced,          ¡así os valga el Criador!
Le echasteis de tierra,          no tiene el vuestro amor;  1325
Aunque en tierra ajena,          él bien lo suyo cumplió;
Ha ganado a Jérica          y a Onda por nombre;
Tomó a Almenar          y a Murviedro que es mejor;
Así hizo con Cebolla          y después con Castellón,
Y Peña Cadiella,          que es una peña fuerte;  1330
Con estas todas,          de Valencia es señor
Obispo hizo de su mano          el buen Campeador;
E hizo cinco lides campales          y todas las ganó
Grandes son las ganancias          que le dio el Criador.
He aquí las señales,          verdad os digo yo:  1335
Cien caballos          fuertes y corredores,
De sillas y de frenos,          todos guarnecidos son;
Bésaos las manos          y que los toméis vos;
Tiénese por vuestro vasallo          y a vos tiene por señor.

Narrador

Alzó la mano diestra,          el Rey se santiguó:  1340

Rey

De tan grandes ganancias,          como ha hecho el Campeador,
¡Así me valga san Isidro!,          pláceme de corazón,
Y pláceme de las nuevas          que hace el Campeador;
Recibo estos caballos          que me envía de don.

Narrador

Aunque plugo al Rey,          mucho pesó a García Ordóñez:  1345

García Ordóñez

¡Parece que en tierra de moros          no hay vivo hombre,
Cuando así hace a su guisa          el Cid Campeador!

Narrador

Dijo el Rey al conde:

Rey

Dejad esa razón,
Que en todas guisas          mejor me sirve que vos.

Narrador

Hablaba Minaya allí          a guisa de varón:  1350

Minaya

Merced os pide el Cid,          si os cayese en sabor,
Por su mujer doña Jimena          y sus hijas ambas a dos:
Saldrían del monasterio,          donde él las dejó,
E irían para Valencia          al buen Campeador.

Narrador

Entonces dijo el Rey:

Rey

Pláceme de corazón.
 1355
Yo les mandaré dar conducho          mientras que por mi tierra fueren;
De afrenta de mal          cuidarlas y de deshonor.
Cuando en cabo de mi tierra          estas dueñas fueren,
Catad cómo las sirváis          vos y el Campeador.
Oídme, mesnadas,          y toda la mi corte:  1360
No quiero que nada          pierda el Campeador;
A todas las mesnadas,          que a él dicen señor,
Porque los desheredé,          todo se lo suelto yo;
Sírvanles sus heredades          do fuere el Campeador;
Protéjoles los cuerpos          de mal y de sinrazón;  1365
Por tal hago esto          que sirvan a su señor.

Narrador

Minaya Álvar Fáñez          las manos le besó.
Sonriose el Rey,          tan bellido habló:

Rey

Los que quisieren ir          a servir al Campeador
De mí sean libres          y vayan con la gracia del Criador;  1370
Más ganaremos en esto          que en otro deshonor.

Narrador

Aquí entraron en habla          los infantes de Carrión:

Infantes

Mucho crecen las nuevas          de mío Cid el Campeador;
Bien casaríamos con sus hijas          por menester de pro.
No la osaríamos acometer          nos esta razón;  1375
Mío Cid es de Vivar          y nos de los condes de Carrión.

Narrador

No lo dicen a nadie          y cesó esta razón.
Minaya Álvar Fáñez          del buen Rey se despidió.

Rey

¿Ya os vais, Minaya?          ¡Id con la gracia del Criador!
Llevad un portero          creo que os será de pro.  1380
Si llevarais las dueñas,          sírvanlas a su sabor.
Hasta dentro en Medina,          denles cuanto menester les fuere;
Desde allí adelante,          cuide de ellas el Campeador.

Narrador

Despidiose Minaya          y vase de la corte.


83

Los infantes de Carrión mandan saludos al Cid. Minaya va a Cárdena a recoger a doña Jimena. Raquel y Vidas recuerdan la deuda del Cid. Despedida de Cárdena. Mensaje del Cid que envía escolta para las damas. Servicios del moro Abengalbón. Encuentro en Medina



Los infantes de Carrión          dando iban compaña a Minaya Álvar Fáñez:  1385

Infantes

En todo sois de pro,          en esto, así lo hagáis:
Saludadnos          a mío Cid el de Vivar;
Estamos en su pro          cuanto lo podemos estar;
El Cid, que bien nos quiera,          nada perderá.

Narrador

Repuso Minaya:

Minaya

Esto no me ha por qué pesar.
 1390

Narrador

Ido es Minaya,          tórnanse los infantes.
Partió para San Pedro,          donde las dueñas están;
Tan grande fue el gozo          cuando le vieron asomar.
Desmontado ha Minaya,          a San Pedro va a rogar.
Cuando acabó la oración,          a las dueñas se fue a tornar:  1395

Minaya

Humíllome doña Jimena,          ¡Dios os cuide de mal!;
¡Así haga a vuestras hijas          ambas a dos las infantes!
Salúdaos mío Cid          allá donde él está;
Sano lo dejé          y con riqueza tan grande.
El Rey, por su merced,          libres dejado me os ha  1400
Para llevaros a Valencia,          que tenemos por heredad
Si os viese el Cid,          sanas y sin mal,
Todo alegre estaría          que no tendría ningún pesar.

Narrador

Dijo doña Jimena:

Jimena

¡El Criador lo mande!

Narrador

Dio tres caballeros          Minaya Álvar Fáñez;  1405
Enviolos a mío Cid,          a Valencia do está:

Minaya

Decid al Campeador,          que Dios le cuide de mal,
Que su mujer y sus hijas          el Rey libres me las ha;
Mientras que fuéremos por sus tierras,          conducho nos mandó dar.
Dentro de quince días,          si Dios nos cuidare de mal,  1410
Estaremos yo y su mujer          y sus hijas que él ha,
Y todas las dueñas con ellas,          cuantas buenas ellas han.

Narrador

Idos son los caballeros          y de ello pensarán;
Permaneció en San Pedro          Minaya Álvar Fáñez.
Veríais caballeros          venir de todas partes;  1415
Irse quieren a Valencia          a mío Cid el de Vivar,
Que les tuviese pro          rogaban a Álvar Fáñez.
Diciendo esto Minaya:

Minaya

Esto haré de voluntad.

Narrador

A Minaya sesenta y cinco caballeros          crecido le han;
Y él se tenía veinte,          que trajera de allá;  1420
Para ir con estas dueñas          buena compaña se hace.
Los quinientos marcos          dio Minaya al abad;
De los otros quinientos,          deciros he qué hace:
Minaya a doña Jimena          y a sus hijas que ha,
Y a las otras dueñas,          que las sirven delante,  1425
El bueno de Minaya          pensolas en preparar
Con los mejores atavíos          que en Burgos pudo hallar,
Palafrenes y mulas,          que no parezcan mal.
Cuando estas dueñas          preparadas están,
El bueno de Minaya          pensar quiere en cabalgar  1430
He aquí Raquel y Vidas          a los pies le caen:

Raquel y Vidas

¡Merced, Minaya,          caballero tan cabal!
Arruinado nos ha el Cid,          sabed, si no nos vale;
Soltaríamos la ganancia          si nos diese el capital.

Minaya

Yo lo veré con el Cid,          si Dios me lleva allá;  1435
Por lo que habéis hecho,          buena recompensa habrá.

Narrador

Dijo Raquel y Vidas:

Raquel y Vidas

¡El Criador lo mande!
Si no, dejaremos Burgos          y lo iremos a buscar.

Narrador

Ido es para San Pedro          Minaya Álvar Fáñez;
Muchas gentes se le acogen,          pensó en cabalgar  1440
Gran duelo hay          al partir del abad:

Abad

¡Así os valga el Criador,          Minaya Álvar Fáñez!
Por mí al Campeador          las manos le basad;
Este monasterio          no lo quiera olvidar,
En todos los días del siglo          en llevarlo adelante;  1445
El Cid          siempre valdrá más.

Narrador

Repuso Minaya:

Minaya

Lo haré de voluntad.

Narrador

Ya se despiden          y piensan en cabalgar,
El portero con ellos          que los ha de acompañar;
Por la tierra del Rey,          mucho conducho les dan  1450
De San Pedro hasta Medina,          en cinco días van.
Helos en Medina,          las dueñas y Álvar Fáñez.
Os diré de los caballeros          que llevaron el mensaje:
Al tiempo que lo supo          mío Cid el de Vivar,
Plúgole de corazón          y tornose a alegrar;  1455
Por la su boca,          comenzó a hablar:

Cid

Quien buen mandadero envía          tal debe esperar.
Tú, Muño Gustioz,          y Pero Bermúdez delante,
Y Martín Antolínez,          un burgalés leal,
El obispo don Jerónimo,          coronado cabal,  1460
Cabalgad con ciento,          preparados por si hay que lidiar;
Por Santa María,          vos vayáis a pasar;
Vayáis a Molina,          que está más adelante;
Tiénela Abengalbón,          mi amigo es de paz;
Con otros cien caballeros,          bien os acompañará;  1465
Id para Medina,          cuanto pudiéreis andar;
A mi mujer y a mis hijas          con Minaya Álvar Fáñez,
Así como me dijeron,          allí los podréis hallar;
Con gran honra          traédmelas delante.
Yo estaré en Valencia,          que mucho costado me ha;  1470
Gran locura sería          si la desamparase;
Yo estaré en Valencia,          que la tengo por heredad.

Narrador

Esto era dicho,          piensan en cabalgar;
Y, tanto cuanto pueden,          no paran de andar.
Pasaron por Santa María          y a Bronchales vinieron a albergar;  1475
Y al otro día vinieron          a Molina a posar.
El moro Abengalbón,          cuando supo el mensaje,
Saliolos a recibir          con gran gozo que hace:

Abengalbón

¿Venís, los vasallos          de mi amigo natural?
¡A mí no me pesa,          sabed, mucho me place!  1480

Narrador

Habló Muño Gustioz,          no esperó a nadie:

Muño

Mío Cid os saludaba          y mandolo recabar:
Con cien caballeros          que pronto le acorráis;
Su mujer y sus hijas          en Medina están;
Que vayáis por ellas          y traédselas acá,  1485
Y hasta Valencia,          de ellas no os partáis.

Narrador

Dijo Abengalbón:

Abengalbón

Lo haré de voluntad.

Narrador

Esa noche          conducho les dio grande;
Por la mañana,          piensan en cabalgar;
Cien le pidieron,          mas él con doscientos va.  1490
Pasan las montañas,          que son fieras y grandes;
Pasaron Mata de Toranz,          de tal guisa que ningún miedo han;
Por el valle de Arbujuelo          piensan en bajar;
Y en Medina todo el recaudo está.
Envió dos caballeros Minaya Álvar Fáñez          que supiesen la verdad;  1495
Esto no lo retardan,          que de corazón lo han.
El uno quedó con ellos          y el otro tornó a Álvar Fáñez:

Caballero

Fuerzas del Campeador          nos vienen a buscar:
He aquí Pero Bermúdez y Muño Gustioz          que os quieren sin falsedad;
Y Martín Antolínez,          el burgalés natural;  1500
Y el obispo don Jerónimo,          coronado leal;
Y el alcaide Abengalbón,          con sus fuerzas que trae
Por amor de mío Cid,          por gran honra le dar;
Todos vienen juntos          ahora llegarán.

Narrador

Entonces dijo Minaya:

Minaya

Vamos a cabalgar.
 1505

Narrador

Eso fue aprisa hecho,          que no se quieren retardar
Bien salieron de allí ciento,          que no parecen mal,
En buenos caballos          con cascabeles y con petrales,
Y escudos a los cuellos          y con coberturas de cendales,
Y en las manos lanzas,          que pendones traen,  1510
Que supiesen los otros          de qué seso era Álvar Fáñez
O cómo saliera de Castilla          con estas dueñas que trae.
Los que iban explorando          y llegando delante
Luego toman las armas          y empiezan a solazarse;
Por cerca del Jalón,          tan grandes gozos van.  1515
Cuando llegan lo otros,          a Minaya Álvar Fáñez se van a humillar.
Cuando llegó Abengalbón          y ante la vista lo ha,
Sonriéndose con la boca,          íbalo a abrazar;
En el hombro lo saluda,          pues su costumbre es tal:

Abengalbón

¡Tan buen día con vos,          Minaya Álvar Fáñez!  1520
Traéis estas dueñas          por lo que valdremos más;
Mujer del Cid lidiador          y sus hijas naturales.
Os honraremos a todos          pues la su ventura es tal;
Aunque mal le queramos,          no se lo podremos causar;
En paz o en guerra,          de lo nuestro habrá;  1525
Mucho le tengo por torpe          quien no conoce la verdad.


84

Descanso en Medina. Viaje a Molina acompañados por Abengalbón. Llegan cerca de Valencia


Narrador

Sonriose con la boca Álvar Fáñez Minaya:

Minaya

¡Hola, Abengalbón,          amigo le sois sin falla!
Si Dios me llevare al Cid          y lo vea con el alma,
Por esto que habéis hecho,          vos no perderéis nada.  1530
Vayamos a reposar          que la cena está adobada.

Narrador

Dijo Abengalbón:

Abengalbón

Este obsequio me agrada;
Antes de este tercer día,          os la daré doblada.

Narrador

Entraron en Medina;          servíalos Minaya.
Todos fueron alegres          del servicio que tomaran;  1535
El portero del Rey          pagar lo mandaba.
Honrado es mío Cid,          en Valencia do estaba,
De tan gran conducho          como en Medina le sacaran;
El Rey lo pagó todo          y libre se va Minaya.
Pasada es la noche,          venida es la mañana;  1540
Oída es la misa          y luego cabalgaban.
Salieron de Molina          y el Jalón pasaban;
Arbujuelo arriba,          aprisa aguijaban;
El campo de Toranz,          luego le atravesaban;
Vinieron a Molina,          la que Abengalbón mandaba.  1545
El obispo don Jerónimo,          buen cristiano sin falla,
Las noches y los días,          las dueñas escoltaba;
Y buen caballo en diestro,          que va ante sus armas;
Él y Álvar Fáñez          en compañía marchaban.
Entrados son en Molina,          buena y rica casa;  1550
El moro Abengalbón          bien los servía sin falla;
De cuanto quisieron,          no tuvieron falla;
Aun las herraduras,          pagárselas mandaba.
A Minaya y a las dueñas,          ¡Dios, cómo las honraba!
Otro día de mañana,          luego cabalgaban;  1555
Hasta Valencia,          servíalos sin falla.
Lo suyo gastaba el moro,          que de ellos no tomaba nada.
Con estas alegrías          y nuevas tan honradas,
Cerca están de Valencia          a tres leguas contadas.
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