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21

En el caso de Quevedo, comparto las afirmaciones de Lía Schwartz Lerner referidas a La hora de todos, pero extrapolables, creo, a buena parte de su producción: «El criterio de objetividad no gobierna la producción de un texto satírico quevedesco. Los sucesos históricos que aparecen mencionados están siempre sujetos al control ideológico de un autor singular que postula una única manera de percibir el mundo: la suya» (Sobre «La hora de todos»: discurso satírico de historia, en Co-Textes, 2, 1981, pp. 315).

 

22

Ver, por ejemplo, Manuel Segura Ortega, La filosofía jurídica y política de las «Empresas» de Saavedra Fajardo, Murcia, Academia Alfonso X el Sabio-Caja de Ahorros de Murcia, 1984; también, y con bibliografía actualizada, la edición de la correspondencia de Saavedra por Q. Aldea, cit., y, desde el punto de vista sociológico, J. A. Maravall, Moral de acomodación y carácter conflictivo de la libertad (Notas sobre Saavedra Fajardo), en Cuadernos Hispanoamericanos, 1971, pp. 257-258, 663-693.

 

23

Para esta cuestión, ver José María Jover, 1635. Historia de una polémica..., ob. cit., pp. 397-399, y Manuel Segura Ortega, La filosofía..., ob. cit., pp. 254-256.

 

24

«Guerra abierta por mar y por tierra», decía el Manifiesto de Luis XIII. Cito por la traducción de Jerónimo de Mascareñas, en Sucesos del año de 1635 en que Francia rompió la paz con España, ms. Biblioteca Nacional de Madrid 2366, f. 215 v. En una Relación de noticias del 1 al 5 de junio de 1637 se menciona la posibilidad de «suspensión de armas», pero «no es bien recibido todo lo que no es guerra viva con Francia». Ver La corte y la monarquía..., ob. cit., p. 146. En 1635 se pasa de una «guerra fría» a una «guerra total», como señala Stradling, Felipe IV..., ob. cit., p. 128.

 

25

Utilizo el término en el sentido de su pragmatismo. Es común en los estudiosos de las ideas políticas saavedrianas la afirmación de su anti-maquiavelismo y la declaración de posibilismo, tacitismo, etc. Ver, por ejemplo, E. Tierno Galván, El tacitismo en las doctrinas del Siglo de Oro español, en Anales de la Universidad de Murcia, 100, 1947-48, pp. 954-975; y A. Joucla Ruau, Le tacitisme de Saavedra Fajardo, París, Eds. Hispaniques, 1977.

 

26

Es posible, como afirma Jover, ob. cit., p. 408, que en este fragmento Saavedra dejara traslucir su convencimiento de que Randes era la «herida abierta» de la monarquía hispana.

 

27

John Elliott y José F. de la Peña, Memoriales y cartas del Conde Duque de Olivares. Política interior 1621-1645, Madrid, Alfaguara, 1978-81, II, p. 115.

 

28

Porque «quien advierte mis calamidades internas me llora como a vencida y esclava», p. 115 de la edición de Quintín Aldea, Don Diego Saavedra Fajardo y la Paz de Europa (dos documentos inéditos) en el tercer centenario de la Paz de los Pirineos (1659-1959), en Humanidades, XI, 22, 1959, pp. 103-124.