«Lejos de
los temores maximalistas, la ficción interactiva no plantea
la desaparición del autor, ni del narrador, sino más
bien la apertura de algunas de sus funciones a un lector con avidez
de participar en el proceso narrativo de un modo más activo,
sin que ello le eleve a la categoría de autor, ni se
convierta a las máquinas y a sus programas en nuevos
narradores.
La pluralidad de
voces narrativas en hiperficción, la reconfiguración
de las tradicionales funciones de enunciación narrativa y un
mayor grado de compromiso del lector en la constitución del
universo de ficción, son algunos de los elementos que
caracterizan al género y exigen revisar las convenciones
vigentes. Bolter [...] lo ha expresado con claridad meridiana:
"Necesitamos comprender cómo esta multiplicidad de voces,
cómo estos cambios abruptos, pueden contribuir tanto a
ampliar la tradición de la narrativa como a
desarrollarla".
La
redefinición de las categorías narratológicas
que hasta ahora fueron útiles, el paulatino establecimiento
de pactos de lectura más sólidos, y una mayor
familiaridad de los lectores con los entornos interactivos,
acabarán convirtiendo lo que hoy resulta extravagante, en un
instrumento común para compartir y preservar las historias
que nos importan. Al decir de John Pavlik: "La hiperficción
bien puede llegar a convertirse en parte del modo en que se
transfieren los valores culturales y las costumbres de
generación en generación. Así como muchas
culturas orales no dependieron de la palabra escrita, la
próxima generación de nuestra sociedad puede acabar
dependiendo de modo creciente en la hiperficción basada en
ordenadores como un importante instrumento para compartir y
transferir símbolos y significados culturales".
Como un jardinero
que conoce los laberintos del jardín, la figura del narrador
aparece en los entornos de ficción interactiva
básicamente asociado a los sistemas de ayuda a la
navegación, permitiendo así que la arquitectura
poliédrica de estas nuevas narraciones no diluya el sentido
ni la emoción de las narraciones de siempre».
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