Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
Indice


 

1

Este artículo es una versión muy ampliada -y sustancialmente revisada- de una charla presentada durante el Coloquio Hispánico de la Universidad del Sur de California (Los Ángeles) en mayo de 1987, y de una ponencia (exclusivamente acerca del español) presentada en la reunión anual de la Asociación Americana de Profesores de Español y Portugués (AATSP) en agosto del mismo año. Una versión preliminar se publicó en Letras de Deusto 20, 46, 1990. Agradezco a todos los que me han hecho -entonces y después- sugerencias para mejorar el texto definitivo. Las imperfecciones, por supuesto, son culpa mía exclusiva.

 

2

Esta afirmación resulta un tanto sorprendente a primera vista, dado que el DP se conoce en francés también, en construcciones como:

(i)

  • a. La tête lui tournait
    «La cabeza le daba vueltas»
  • b. Pierre s'est cassé une jambe
    «Pedro se rompió una pierna».

Sin embargo, la distribución del DP francés difiere bastante de la del DP español, en el sentido de que el DP francés parece estar circunscrito a los casos digamos «clásicos» de posesión inalienable, y además, su uso está condicionado por la posición sintáctica del objeto poseído y por el entorno gramatical inmediato (por ejemplo, creo que a (2a) no le corresponde en francés una variante con DP debido a la imposibilidad de combinar el clítico en dativo con un reflexivo en esta última lengua). Para los casos en que el DP francés no resulta necesariamente asociado con una posesión inalienable, o aquellos en

(ii)

  • a. Elle lui a démoli sa maison.
  • b. Elle lui a tué sa femme.
  • c. *Tu lui aimes bien ses enfants.
  • d. Tu as photographié sa bouche.
  • e. Tu lui as photographié la bouche.
  • f. Tu as photographié sa belle bouche.
  • g. *Tu lui as photographié sa belle bouche.
 

3

Cano Aguilar llega a afirmar, por ejemplo, que, entre las variantes (a) y (b) de (i):

(i)

  • a. Me rompió la mano
  • b. Le mataron el caballo.

al faltar en la segunda «el sentido de interés, por no existir un objeto indirecto, la posesión no se entiende como inalienable»; lo cual, hay que reconocerlo, resulta poco verosímil, por lo menos fuera de un contexto siluacional adecuado.

 

4

En Jaeggli 1986 se considera que el clítico expresa el rol semántico del Poseedor, y absorbe el caso del Sintama Nominal precedido de a, con el cual puede concurrir (cf. el ejemplo (1a)).

 

5

Uso el término «variable sintética» en su acepción sociolingüística, explicada en Silva Corvalán 1989: 97 y sigs., donde se comenta, no obstante, que en el ejemplo

(i)

  • a. Pedro vive en Madrid
  • b. En Madrid vive Pedro,

«aunque el significado referencial de la proposición Pedro vive en Madrid es el mismo en a y b, la variación en el orden de las palabras conlleva ciertas diferencias de significado relacionadas con el valor temático o remático de los elementos oracionales, por lo que a y b no podrían estar en variación libre y no responderían, por tanto, a una definición estricta de variable lingüistica» (pág. 98).

 

6

Esta jerarquía es la siguiente:

  • Humano > No-humano
  • Definido > Indefinido
  • Participante más comprometido > Participante menos comprometido
  • Primera persona > Segunda persona > Tercera persona.

y tiene como corolario la siguiente jerarquía de casos con respecto a la topicalidad:

  • Agente > Dativo > Acusativo

(apud Silva-Corvalán 1989, pág. 112).

 

7

La única lectura gramatical de esta oración es El perro daba vueltas a mi alrededor en el jardín, pero en este caso no se trataría de una relación de posesión entre yo y perro, por lo cual esta lectura no viene al caso.

 

8

Para la idea de que la aparición de los clíticos se relaciona directamente con el grado de topicalidad de los complementos a que dichos clíticos duplican, véase, por ejemplo, Silva-Corvalán 1989, donde se aplican, a casos concretos del español, las ideas ya mencionadas de Givón.

 

9

Dejo aparte los detalles técnicos acerca de los medios concretos de que dispone el español para topicalizar (o «dislocar a la izquierda») un constituyente oracional. Los interesados pueden consultar con provecho, entre los muchos estudios existentes sobre el tema, el artículo publicado por Silva-Corvalán en esta misma revista, en 1984.

 

10

Esta interpretación concuerda con la que da García 1975 de otras construcciones en que aparece el clítico en dativo.

Indice