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«Normalmente» quiere decir que, en estos casos, el rumano suele contemplar al objeto poseído en una relación de solidaridad con su poseedor (solidaridad in praesentia o in absentia de este último). Los casos en que la posesión cobra relieve «autónomo» en el discurso, autorizando, por consiguiente, el uso del determinante posesivo, son casos «marcados», que se discutirán a continuación. Aún así, cabe subrayar que, si bien en determinados contextos es posible usar, en vez de (19b'-e'), (i b'-e'), (i a') no puede nunca representar una alternativa «marcada» de (19 a'), porque en este último caso el objeto poseído es indisociable, en la visión del mundo de los rumanohablantes, de su «poseedor»:

(i)

  • a'. *A trădat patria sa.
    «Ha traicionado su país».
  • b'. Īi cunosc pe prietenii tăi.
    «Los conozco a tus amigos»
  • c'. A primit scrisoarea mea.
    «Ha recibido mi carta»
  • d'. Domnul López a fost profesorul meu.
    «El Sr. López ha sido mi profesor»
  • e'. Ion a sărutat-o pe nevastă-sa
    «Juan la ha besado a su mujer»
 

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Para el significado del DP en rumano, véase Academia R.P.R. 1963: I, págs. 142-3 y II, pág. 134. Para una comparación semántico-pragmática entre el DP en rumano y en francés, ver Cristea 1977, págs. 239 y sigs., y también, para un enfoque sintáctico generativista, Dobrovic-Sorin 1987. Esta última autora aduce argumentos convincentes en contra de una posible interpretación del clítico en dativo como Dativo del Beneficiario en rumano (a diferencia del francés -y, diría yo, también del rumano- donde la interpretación benefactiva sí es posible en ciertos casos). Para el análisis del DP en rumano, ver también el Apéndice a este artículo.

 

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Un informante anónimo de la revista me llama la atención sobre los casos de no paralelismo entre el rumano y el español en situaciones como:

(i)

  • a. Me tomé un café

versus

  • b. *Mi-am băut o cafea

(ii)

  • a. Ce-ti face tata?
  • b. *¿Qué te hace el papá?

Le agradezco la observación, pero quiero hacer constar que (i) no representa, a mi modo de ver, una instancia de DP (puesto que el clítico puede no ser correferencial con el poseedor, cf. Me tomé tu café de un solo trago) -razón por la cual no considero este tipo de ejemplos (por lo demás, interesantísimos, desde luego) en el presente trabajo; y que (ii) es similar a (20b) y otros ejemplos que sí comento en el trabajo.

 

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Nótese, sin embargo, que el paralelismo entre (a) y (b) en (i):

(i)

  • a. Mi-am găsit pantofii ascunşi în dulap
  • b. Me he encontrado los zapatos escondidos en el armario

puede no ser más que aparente, dado que la lectura del clítico en (i b) es ambigua entre DP o «dativo de interés», mientras que en (i a) sólo cabe una lectura con DP. Cf.'

(ii)

  • a. *Mi-am gásit pantofii loanci ascunşi ín dulap uersus
  • b. Me he encontrado los zapatos de Juana escondidos en el armario.
 

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Observen que (28a) es, de hecho, ambigua, en el sentido de que puede significar o bien: «Me levanté la cabeza solo / sin ayuda de nadie que lo pudiese haber hecho por mí», o bien: «Levanté la cabeza», simplemente. Por lo tanto, cuando digo que el significado no varía necesariamente al pasar de (28a) a (28b) estoy pensando en la sinonimia funcional entre (28b) y la segunda acepción de (28a), que acabo de comentar.

 

16

Cf. Tus penas, me las sé yo de sobra, donde el clítico no es correferencial con el poseedor, señalando, por lo tamo, la implicación no de esle poseedor, sino del sujeto hablante, en la situación discursiva.

 

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No tiene razón en absoluto Mallinson 1986 al afirmar (pág. 179) que Am ars mîna mea («He quemado mi mano») es una manera -aunque no la más frecuente- de decir en rumano «I have burnt my hand». En cambio, tiene razón uno de sus informantes, al interpretar en este caso mina mea como el molde de arcilla preparado por un escultor, y no como parte de un organismo vivo.

 

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Es que la posición de sujeto, al coincidir, por lo general con la de tópico del discurso, favorece la adquisición de un grado mayor de topicalidad por parte del constituyente que la ocupe. Es por eso por lo qué (ii b) parece más aceptable en rumano que (i b), en un contexto en que, tanto en (i) como en (ii), la respectiva parte del cuerpo es tópico del discurso:

(i)

  • a. Mi-am răcorit faţa încinsă de soare
    «Me refresqué la cara calentada por el sol»
  • b. *Am răcorit faţa mea încinsă de soare
    «Refresqué mi cara calentada por el sol»

(ii)

  • a. Îmi ardea fruntea încinsă de soare
    «Me ardía la frente calentada por el sol»
  • b. ?Fruntea mea încinsă de soare ardea
    «Mi frente calentada por el sol ardía».
 

19

Vale la pena mencionar que el rumano, a diferencia del español, dispone de dos construciones gramaticales más, que se usan -aunque, la segunda, con mucha menor frecuencia que el DP- en los casos de posesión inalienable «pura», por así decirlo.

Una de estas construcciones es el llamado «acusativo de relación» (cf. Academia R.P.R. 1963, págs. 214-215), en el cual el objeto poseído inalienablemente se expresa en forma de un complemento preposicional (que la gramática rumana tradicional considera que está en el caso acusativo), mientras que el poseedor -convertido en objeto directo del verbo- es correferencial con un clítico en acusativo, esta vez. Cf.

(i)

  • a. M-am spălat pe dinţi
    «Me he lavado sobre (?) los dientes»
    por: Me lavé los dientes
  • b. M-am tăiat la deget
    «Me he cortado en el dedo»
    por: Me corté el dedo
  • c. S-a întristat la faţă
    «Se ha entristecido en la cara»
    por: Se le puso triste la cara.

Es otra manera, aún más patente, de codificar lingüísticamente el hecho de que, en la visión del mundo de los hablantes del rumano, el poseedor es, por regla general, una entidad implicada indisolublemente en la acción verbal ejercida sobre la posesión.

La segunda construcción, que está cayendo en desuso en la lengua contemporánea, pero que ha tenido mucha vigencia en fases anteriores del desarrollo de la lengua rumana (especialmente culta y literaria), es el llamado «atributo pronominal en dativo». Esta construcción se usa(ba) en los casos en que es (era) necesario hacer de la posesión el tópico principal del discurso, sin dejar, por ello, de señalar la implicación del poseedor en el contexto discursivo: consiste en usar un pronombre en dativo correferencial con el poseedor, pero cliticizándolo al nombre que expresa la posesión, no al verbo. Cf.

(i)

  • a. Las' să mă uit în ochii-ţi ucizător de dulci (M. Eminescu)
    «Deja que mire en los ojos-te mortífero de dulces»
    por: Déjame mirar tus ojos de una dulzura asesina
  • b. Fruntea-i palidă ardea
    «La frente-le pálida ardia»
    por: Su frente pálida ardía.

Hoy en día, en la lengua coloquial sobre todo, uno diría, en vez de (i b), (i b'), lo que demuestra el status preferencial que ha venido adquiriendo el DP en este tipo de situaciones discursivas:

(i)

  • b'. Fruntea palidă îi árdea.
 

20

Como señalan las autoras mencionadas, el adjetivo posesivo representa, en rumano, el «choix non marqué pour un p(ossessum) sujet», mientras que el dativo representa un «choix non marqué pour un possessum COD (= complemento de objeto directo n.n.)». Esto es una consecuencia natural de las relaciones temáticas y remáticas que establecen entre sí, en el nivel oracional y en el discursivo, el poseedor y el objeto poseído, en función, también, de la posición sintáctica que ocupen (véase, por ejemplo, la nota 17, arriba, donde se comenta brevemente el papel de la posición de sujeto en la asignación de la carga temática (o topical) de los constituyentes oracionales).

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