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Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro

Presentación de la XXXI edición del Festival de Almagro

Yo soy clásica

Cartel del XXXI Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro. En el principio fue la mujer. Si naturaleza es palabra femenina, como lo son vida, acción, agua, tierra y por supuesto, lengua, tuvo que ser también femenina la energía original. Si la Biblia, compendio de cuentos escritos por hombres, se olvidó de hablarnos de la madre de Adán, todas las religiones adoraron la fertilidad y la maternidad como origen de la Historia, de las Historias. Si el Festival de Almagro es una catedral de la memoria y es la fiesta de la herencia de nuestra cultura, no puede olvidarse de las mujeres que nos parieron, culturalmente hablando, y que, en un mundo gobernado por los hombres, lucharon por aportar su específico equilibrio a la Historia. Si las reinas sólo pudieron sobrevivir en el poder tratando de comportarse como jefes tribales, y las que no lo hicieron perecieron, las escritoras, filósofas y actrices trataron de asomar su cabeza por las escasas grietas permitidas para dar fe de la vida femenina. Las espectadoras del teatro -y de la sociedad pese a protagonizar los hogares-, que no tenían acceso a la instrucción, bebían ávidas información, reflexión e historias en los teatros, lo que les permitía construir la España cotidiana desde sus atalayas familiares, y por lo tanto, sociales. Cuatrocientos años de teatro han forjado cuatrocientos años de mujeres, siempre más interesadas que el hombre por la educación sensible, que, llegando al siglo XXI, se ha traducido en una abrumadora mayoría de mujeres en los patios de butacas y ante los libros. Las actrices de la escena clásica, sobre todo en España, llevaban a las mujeres de las ciudades historias de mujeres liberadas y luchadoras que hicieron, siquiera por tres horas, soñar a las españolas con la libertad.

En 2008 el FESTIVAL DE ALMAGRO ofrece a las mujeres protagonizar sus historias, escribirlas, dirigirlas y recordar con agradecimiento a aquellas que lo han hecho estos últimos cuatrocientos años. Y si hay un ciclo dedicado al mito de Don Juan no es más que un desagravio a la mujer. Y habrá un Foro Almagro dedicado a las clásicas de la mano de nuestras clásicas actuales. Y un desfile de Moda inspirado en nuestras clásicas para vestir a las más contemporáneas. Y la mujer de Urbino que pintara el Tiziano nos dice «Yo soy clásica» desde su piel, el vestido más clásico e imperecedero jamás vestido. Y las mujeres de Almagro se asomarán a través de sus fotografías a esta galería de personajes, más o menos reales, más o menos de ficción, que han hecho de Almagro esa capital de la herencia clásica que nos hace cada año un poco más ricos en conocimiento. En el conocimiento de los hombres, pero también de las mujeres, reales o ficticias, que nos han hecho lo que hoy somos. Vamos a sacarlas del pasado para que nos ayuden a construir el futuro de todos.

Por una vez, y para que sirva de precedente, quiero generalizar en femenino, y por solidaridad responsable con la Mujer de teatro, me gustaría afirmar que yo también soy clásica.

Emilio Hernández
Director del Festival de Teatro Clásico de Almagro

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