Cantares de tres versos para La Soledad, como estos dos
populares:
De pena me estoy muriendo,
al ver que en el mundo vives
y ya para mí te has muerto.
¡Quién había
de decir
que principios tan alegres
tendrían tan triste fin!
3
Seguidillas gitanas, como éstas del pueblo:
Madrecita mía,
yo no sé por
dónde
al espejito donde me miraba
se le fue el azogue.
Penas tiene madre,
penas tengo yo:
las de mi madre son las que yo siento,
¡que las mías
no!
4
A
punto de terminarse la tirada del presente volumen recibimos estas
Traducciones e imitaciones que nos remite desde Buenos
Aires el Sr. D. Manuel Arguijo, amigo íntimo que fue del
autor.