Escena I
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LA MAGA y ABENFARAX, aguzando un
puñal.
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ABENFARAX | Mejor después lo aguzaré
en su sangre. | |
(Mostrándole el cuchillo a su madre.)
| ¿No está bastante ya? Pronto en su pecho | | Ha de
hacerse la prueba. |
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LA MAGA | No,
hijo mío; | | Tú no le has de matar; su hermano
mismo | | Tiene que asesinarle. ¿No concibes | | Mi regocijo,
cuando Enrique muerto | | Por la espada de Pedro yo contemple,
| | Al un hermano hollar del otro el cuerpo? | |
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|
ABENFARAX | Sí,
madre, sí; pero su sangre entonces | | No verás
humeando en el acero | | De tu hijo; ni al dártelo en
tu mano; | | Oiré las carcajadas del espectro | | Que
vaga en la caverna. |
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LA MAGA | Cuando
Enrique | | A los pies de su hermano caiga yerto, | | En las
redoblará: yo le he ofrecido | | Un fratricidio horrible;
en el infierno | | Festejarán al recibir a Enrique,
| | Y aprestarán a Pedro otro festejo. | | ¡Jamás
sentí tan puro regocijo! | | Ni aunque volviera al fortunado
tiempo | | Cuando, en mi patria venturosa y joven, | | Libre
viví de los cristianos hierros, | | ¡Tanto gozo y placer
sentir pudiera! | | Es imposible, no; los amos nuestros | | Entre
sí se encarnizan. ¡Ah!, su sangre | | Al fin mi pecho
beberá sediento. | | Y venganza juré: para saciarla
| | Yo os evoqué, demonios del Infierno, | | Y vosotros
vinisteis, y mi dicha, | | Mi único gozo, mi mayor contento,
| | Fue cuando vi que, a mi furor sensibles, | | Un hijo como
tú me concedieron: | | Un hijo en que a mi vista se
retrata | | La propia forma y el semblante de ellos. | |
|
|
ABENFARAX | (Con alegría brutal.) | Tus furores, ¡oh madre!, son
mi halago; | | Son mi mayor placer, cuando te veo | | Correr
el bosque en la sombrosa noche, | | Con alaridos y horrorosos
gestos; | | Cuando te escucho hablando solitaria | | Y oigo de
los demonios el acento, | | Entonces yo con júbilo y
con risa | | Contemplo tu furor. |
|
|
LA MAGA | ¡Júbilo
horrendo | | Que refresca mi alma! Sí, tu risa | | Es
la luz del relámpago funesto, | | Precursora del rayo.
¡En tu miseria, | | Tú, al cabo, eres feliz! Tu horrible
aspecto | | Es terror de los hombres, tu cuchillo | | De su maldita
sangre está cubierto, | | Goteándola siempre;
tu alegría | | Es verlos a tus pies; hasta el tormento,
| | La furia misma de tu misma madre | | Es para mí un
placer. |
|
|
ABENFARAX | Yo
te prometo | | Darle el tuyo también; pronto a ofrecerte
| | Vendré de Enrique o de su hermano el cuerpo, | | Y,
sin ir a excavar las sepulturas | | Para traerte descarnados
huesos, | | Su vil cadáver palpitante acaso, | | Servirá
a tus encantos. |
|
|
LA MAGA | Y
otro luego | | Me servirá también: la del castillo,
| | La que allí gime en miserable encierro, | | También
perecerá. Blanca es cristiana, | | Y esposa fue del
delincuente Pedro. | | La Padilla, celosa, la detesta, | | Y
aguarda sólo mí fatal consejo | | Para matarla;
sí, Regó ya el día | | De hartar de sangre
mi sediento pecho. | |
|
|
ABENFARAX | Regocíjate, ¡oh, madre!
Yo te juro | | Traértela también. |
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LA MAGA |
Allá
entreveo | | Por el bosque una sombra; si es Enrique, | | Antes
que llegue, en la caverna entremos. | |
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|
ABENFARAX | Si me dejaras,
madre, asesinarle... | |
|
|
LA MAGA | No; su hermano lo hará.
| (Entran en la caverna.) |
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Escena III
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LA MAGA desde la caverna,
responde:
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| ¿Quién interrumpe con su grito ahora | | Mi trabajo infernal? Mujer, tu intento | | Me es conocido
ya; yo sé quién eres; | | Vienes, Padilla, a
consultar mi espectro. | | ¡No entres en la caverna! |
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|
LA PADILLA |
Si
mis males | | Te ha revelado el poderoso genio | | Que te protege,
¡oh Maga!, sé piadosa, | | Ten de mí compasión.
| (Se oye un ruido dentro de la caverna, seguido de una carcajada
horrible.) |
|
|
LA MAGA | (Dentro.) | Inútil
ruego. | | ¡Compasión! ¡Compasión! ¡Ah! Los cristianos
| | Imploran compasión... ¿Y cuándo ellos | | La
tuvieron jamás? Mas tú, María, | | Eres
también querida del infierno, | | Querida como yo; tú,
sí, mereces | | Llegar a ver cumplidos tus deseos. | | Ánimo y me verás. | (Sale de repente con una
antorcha en la mano, desgreñada y como de en medio
de las llamas.) | ¡Mujer!,
qué, ¿tiemblas? | | Acostúmbrate ya. ¿Ves este
incendio...? | | En él ha de acabarse tu hermosura.
| | Tus gustos, tu poder. ¡Ese es el fuego | | Que en el infierno
abrasará tu alma | | Toda una eternidad! ¡Qué!
¿Te amedrentas? | | Acostúmbrate ya; justo, muy justo,
| | Es que corone tu trabajo un premio | | Digno de tu maldad.
¿Cuándo gozará | | Placer el triste, si, después
de muerto, | | No pudiera reír del poderoso | | Y burlar
de su angustia? |
|
|
LA PADILLA | Esos
tormentos | | Te guarda el cielo a ti. ¡Calla! ¿No sabes | |
Que yo, si irritas mi furor, te puedo | | Hacer arrepentir?
¿No me conoces? | | ¿Sabes tú quién yo soy? |
|
|
LA MAGA | En
ti yo veo | | La manceba del rey. ¡Desventurada! | | Tu furia
es impotente; mi recreo | | Es verte así sufrir, verte
así humilde | | Ajar tu orgullo y tu esplendor soberbio
| | ¿Y qué puedes tú hacerme? Tu destino | | Está
en mi mano; en mi poder yo tengo | | Tu vida, todo; y el monarca
mismo, | | Que humilde pone ante tus pies su cetro | | Y que
te anima a amenazarme, sólo, | | Cuando tú fueras
muerta, con lamentos | | Te pudiera vengar; tú no conoces
| | Que, árbitra yo de poderosos genios, | | Trastornar
puedo a mi placer el mundo, | | Hacer dejar sus tumbas a los
muertos, | | Mover tormentas, a mi voz calmarlas, | | Hacer estremecerse
los infiernos | | Y mostrar sus abismos. ¡Miserable! | | Yo sí
que ahora aniquilarte puedo | | Sólo de una mirada;
si no fuera | | Que seres como tú son instrumentos | | Siempre de mi furor, aquí, ahora mismo, | | Se abrieran
a tus pies bocas de fuego | | Para sumir tu orgullo. |
|
|
LA PADILLA | (Con temor.) | ¡Ah!
Yo te pido | | Que me escuches no más. Ya que encubierto
| | No hay nada para ti, di: ¿mi destino | | Será siempre
feliz, o quizá adverso | | Ha de tornarse pronto? ¿El
rey acaso | | Olvidará mi amor? ¿Veré yo el reino
| | Gobernado por Blanca? |
|
|
|
(Aparece la luna por cima del monte
y refleja el río.)
|
LA MAGA | No,
tu estrella | | Radiante siempre brillará en el cielo,
| | Aunque ahora alumbre opaca y temerosa. | | Mas te es forzoso
exterminar primero | | La esposa de tu rey. Blanca es forzoso
| | Que muera al punto. El inconstante pecho | | De Pedro la
amará, si tú retardas | | La muerte de su esposa
que... | |
|
|
|
Se oye una voz cantando acompañada de un arpa,
acercándose por el río; todo van sucediendo
como dice LA MAGA.
|
LAVOZ | Lloraba
la hermosa Elvira | | En
su lóbrega prisión, | | Donde
tirano su esposo | | Por
otro amor la olvidó. | | ¡Ay,
Elvira! ¡Elvira! ¡Elvira! | | Sólo
te llora | | Tu
trovador. | |
|
|
LA MAGA | ¡Silencio!
| | ¿No oyes, Padilla, un armonioso canto | | Y el son de un
arpa resonar no lejos, | | Y de un barco el rumor...? | |
|
|
LA VOZ
| (Más cerca.) | Todo
sirve a recordarla | | La
libertad que perdió; | | Responden
sólo a sus quejas | | Los
ecos de su prisión. | | ¡Ay,
Elvira! ¡Elvira! ¡Elvira! | | Sólo
te llora | | Tu
trovador. | |
|
|
LA MAGA | En
el castillo | | La silenciosa reja han entreabierto; | | He allí
Blanca y Leonor: aquí a esta sombra | | Ocultémonos,
pues. | |
|
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Pasan LA MAGA y LA PADILLA a la derecha
del teatro, cerca del castillo de BLANCA, entre los árboles,
sin abandonar el foro. La reina y LEONOR, aparecen en una
ventana del castillo.
|
LAVOZ | (Ya junto al foro.) | Todos
olvidan la hermosa | | Que
un tiempo reina brilló, | | Sólo
la llora el que siempre | | Sin
esperanza la amó. | | ¡Ay,
Elvira! ¡Elvira! ¡Elvira! | | Sólo
te llora | | Tu
trovador. | |
|
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Escena V
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Dichos y ENRIQUE, que embozado en su capa, salta en tierra.
|
LA MAGA | (A LA PADILLA.) | ¿No
le conoces? | | Ve allí el bastardo que se lanza al
riesgo | | Sin conocer el lazo. |
|
|
|
LA MAGA | ¿Por qué tiemblas,
mujer? Tu triunfo es cierto; | | Él viene a perecer.
|
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|
(ENRIQUE pasa al pie del castillo y reconoce a BLANCA.)
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ENRIQUE | ¡Blanca!
| | ¡Cuánto es sabroso al corazón tu acento!
| | Cobra esperanza ya; mañana el día | | Es de
tu libertad; cien caballeros | | Hoy por la cruz juraron de
su espada | | Salvarte o perecer: mi hermano mesmo | | Nos presta
la ocasión. ¡Ah! No lo dudes, | | Mañana el cielo
auxiliará su esfuerzo. | |
|
|
BLANCA | ¿Y tú, dónde
estarás? ¡Ah! Teme, Enrique, | | Y no al peligro te
despeñes ciego. | | ¿Por qué mañana, di?
|
|
|
ENRIQUE | Nunca,
o mañana. | | Ninguno es el peligro; el triunfo es nuestro.
| | Y va a abrirse tu cárcel; mis amigos | | La súplica
que hiciste al rey supieron, | | Y su intento también.
Cuando tú salgas | | Mañana de su corte y piensen
ellos | | Volverte a tu prisión, Castro animoso, | | Espada
en mano, romperá tus hierros, | | Sorprendiendo tu guardia:
yo, entretanto, | | Cerca te aguardaré; todo dispuesto
| | Allí estará para auxiliar tu fuga, | | Y verte
libre y en tu patrio suelo. | |
|
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LA PADILLA | Muerta primero
la verás. | (Siempre al paño.) |
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LA MAGA |
¡Ah!
¡Libre...! | | La habrás de libertar después
de muerto. | | (Suelta una carcajada.) |
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|
BLANCA | ¿No has entendido
hablar? |
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|
ENRIQUE | No
temas, Blanca: | | Nadie puede escucharnos. |
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BLANCA | ¡Ah!
Yo tiemblo. | | ¿No has sentido una voz? |
|
|
ENRIQUE | No,
nada temas. | | (Registra a un lado y a otro y vuelve.) | Era
sólo ilusión; reina el silencio. | | El ruido
melancólico del agua, | | O el rumor en los árboles
del viento, | | Te ha engañado tal vez; mañana
el día | | Con nueva luz alumbrará sereno | | Y
calmará tu sobresalto, Blanca, | | Nada exijo de ti;
¿nada merezco? | | ¡Ah! Tú jamás te acordarás
de Enrique: | | Tus lágrimas, tu amor, tu pensamiento,
| | Sólo posee el tirano que te oprime, | | ¿No tendrás
una lágrima, un recuerdo | | Al menos para mí?
|
|
|
BLANCA | ¿Por
qué mis penas | | Gozas en amargar? ¡Ah! Tu tormento
| | Agrava, más que todo, mi desdicha. | | Yo le idolatro,
Enrique, a mi despecho. | | Ten lástima de mí:
calma tu gente | | Y reprime su ardor; retarda al menos | | Tu
aventurada empresa; si, mañana | | Tal vez el rey se
doblara a los ruegos | | De su esposa infeliz; tal vez entonces
| | Dichosa y libre me veré, sin riesgo, | | Sin que peligres
tú. |
|
|
ENRIQUE | Piensas
en vano | | Que han de ablandar tus lágrimas el pecho
| | De un monstruo de crueldad. ¿Cuándo el balido | |
Del corderillo mísero al hambriento | | Lobo compadeció?
Llegó ya el día | | De alzar la frente, de blandir
el hierro, | | De lanzarse a la lid: mañana mismo | |
Es forzoso empezar. |
|
|
BLANCA | ¡Oh!
Quiera el cielo | | tu vida proteger. |
|
|
LEONOR | La
ronda ahora | | Hace mi padre del castillo, y siento | | Sus
pasos acercarse. |
|
|
BLANCA | Adiós,
Enrique, | | Ten compasión de mí. |
|
|
ENRIQUE | Blanca,
a lo menos | | Guárdame tu amistad; piensa que Enrique
| | Es infeliz por adorarte ciego. | |
|
|
|
(BLANCA y LEONOR cierran
la ventana y se retiran.)
|
Escena VI
|
|
ENRIQUE se retira por
la espalda del castillo, haciendo de modo que cruce a colocarse
detrás de la caverna. LA MAGA y LA PADILLA
vuelven a donde estaban antes de ocultarse.
|
|
LA MAGA | Su
muerte ahora | | Es fuerza apresurar. |
|
|
LA PADILLA | ¿Y
quién su brazo | | Prestará a mi furor? |
|
|
LA MAGA |
Tienes
el hierro, | | Y el veneno a elegir: si el rey acaso | | No consiente
que muera, yo te ofrezco | | Asesino y puñal. |
|
|
|
(ENRIQUE
aparece a poca distancia de ellas, y recatándose.)
|
ENRIQUE | (Aparte.) | Aquí
el encanto | | De estas selvas está, la voz que a Blanca
| | Ahora sobresaltó. |
|
|
LA PADILLA | Y
el vil bastardo | | Que intenta darla libertad mañana,
| | ¿Piensa que vencerá? |
|
|
LA MAGA | ¿Vencer?,
sus pasos | | Sin él saberlo a perecer le guían.
| | Antes que nuevo sol tienda sus rayos | | Habrá expirado;
la postrera noche | | Es esta de su vida. |
|
|
LA PADILLA | (Con sarcasmo.) | ¡Temerario!
| | El mismo causará la justa muerte | | De su adorada
Blanca: el insensato | | De nuevo ya mi enemistad provoca:
| | ¡Triste de aquel que, en medio del océano | | Desprecie
su furor, viéndole en calma! | | Él se abrirá
para tragarle airado. | |
|
|
ENRIQUE | (Aparte.) | Nombran a Blanca:
mis intentos saben; | | Los suyos yo descubriré: atendamos.
| |
|
|
LA MAGA | (Con alegría infernal.) | Esa orgullosa
cólera me alegra. | | Me ensancha el alma. ¡Réprobos
cristianos! | | Corred a la matanza; en vuestra sangre | | Hundid
los brazos, reteñid los labios; | | Hartaos de matar;
nunca descanse | | Vuestro horrible puñal; exterminaos.
| | ¡Oh!, quién me diera contemplar muriendo | | Vuestra
maldita raza, vuestras manos | | Rasgando vuestros pechos,
vuestros hijos | | El seno de sus madres destrozando; | | Y ver
vuestras entrañas palpitantes | | De hambrientos perros
regalado pasto, | | Y el hondo abismo del infierno abierto,
| | Sus gargantas de fuego, jadeando, | | Los demonios abrir,
entre humo y llamas, | | Ciudades sepultar, reinos cristianos.
| | (Asiendo fuertemente del brazo a LA PADILLA.) | Mujer que
anhelas sangre, un hijo mío | | vuestra sed calmará.
Sangre en el cráneo | | De Blanca beberás. |
|
|
LA PADILLA |
¡Ah!
Tus furores | | Me estremecen. ¡Gran Dios! |
|
|
LA MAGA | ¿Dios?
Es en vano | | Que le llames aquí, sólo a ese
nombre | | Pudiera el cielo responder tronando, | | Si te escuchara
Dios, Mujer responde: | | ¿Quieres que muera Blanca? Ya ni
un paso | | Puedes retroceder; un hondo abismo | | Se abre detrás
de ti, vano es el llanto, | | Vano es rogar, arrepentirse inútil;
| | Fuerza es seguir por el camino usado. | | ¿Quieres que muera
Blanca? |
|
|
LA PADILLA | Sí;
es forzoso, | | Es forzoso que Blanca o yo muramos. | |
|
|
ENRIQUE | (Se presenta delante de ellas con la espada desnuda y armado.) | Nunca; vosotras, infernales furias, | | Sí que vais
a morir. Temblad; mi brazo | | Blande la espada con que el
cielo mismo | | Va a castigar vuestro delito infando. | |
|
|
LA MAGA | (Sonriéndose.) | ¿Vienes tú a castigarnos?
|
|
|
LA PADILLA | Caballero...
| | ¿Y osas cobarde levantar tu mano | | Contra mujeres débiles?
|
|
|
ENRIQUE |
¿Mujeres? | | Con rostro de mujeres,
sanguinarios | | Corazones de tigres son los vuestros: | | Corazones
de hiena, cuyo pasto | | Es sangre de inocentes. |
|
|
LA MAGA |
Sí;
y el tuyo | | Inocente es también, infame hermano | |
Del rey infame del cristiano pueblo. | | ¡Ah, ya caíste
en el tendido lazo! | | Cerca está de sonar tu última
hora; | | La muerte ya con silencioso amago | | Te estrecha en
derredor, ¡Genios terribles! | | ¡Espíritus del tártaro,
alegraos! | | Vuestra víctima es esta: aquí ella
misma | | Codiciosa su fin viene buscando. | | ¡Angeles de la
muerte, y tú, hijo mío, | | Ministros de mi furia,
aquí mostraos! | |
|
|
ENRIQUE | Tus gritos no me espantan,
¡miserable! | | Llama en tu auxilio los agentes vanos | | De
tu necio furor, llámalos, grita; | | No salvarán
tu vida tus encantos. | |
|
|
|
(Se arroja a ella, y LA MAGA
de un salto, deshaciéndose de él, se pone a
la boca de la caverna.)
|
LA MAGA | Impotente es tu cólera,
¡Demonios! | | ¿No piden sangre vuestros secos labios? | | Aquí
está vuestra víctima. Hijo mío, | | ¿No
tiembla tu cuchillo entre tus manos? | | ¡Qué! ¿No te
dice el corazón que hay sangre? | | ¡Ministros de mi
furia! ¡Aquí mostraos! | |
|
|
Escena VII
|
|
Dichos y ABENFARAX,con serenidad estúpida. ENRIQUE retrocede, como asombrado.
|
ABENFARAX | (Sobre las breñas.) | ¿Hay, madre, ya que
asesinar a alguno? | |
|
|
|
ABENFARAX | Su
mismo hermano, | | ¿No le había de matar? |
|
|
ENRIQUE | Hombre
o demonio. | | Sólo un ser como tú puede ser
parto | | De esta furia infernal. Baja, que el cielo | | Redobla
ya el esfuerzo de mi brazo, | | Que se alza a castigarte. |
|
|
ABENFARAX | (Mofándose brutalmente y bajando muy despacio.) | Ya
hace tiempo | | Que te persigo yo. ¿Te causo espanto? | | Nada
ternas de mí; yo intento sólo | | Retorcer mi
puñal, cuando a enclavarlo | | llegue en tu corazón.
|
|
|
ENRIQUE | ¡Vil
asesino! | | Vosotros, si matáis, matáis temblando,
| | No frente a frente. Un solo caballero | | Mil como tú
desprecia; tú, malvado, | | Vas a morir; yo libraré
a la tierra | | De tu madre y de ti, monstruo inhumano. | |
|
|
|
(Se
va hacia él y LA PADILLA se interpone.)
|
LA PADILLA | (A LA MAGA.) | Detén tu hijo. |
|
|
LA MAGA | (A
LA PADILLA.) | ¡Y
qué! ¿No es tu enemigo? | |
|
|
LA PADILLA | Es mi enemigo,
sí; pero es hermano | | También del rey, y su
valor merece | | Otra espada más digna, otro contrario.
| | Detén, Maga, tu hijo. |
|
|
ABENFARAX | Yo
ya es fuerza | | Que beba sangre. Para ti he aguzado | | Esta
noche el puñal. |
|
|
ENRIQUE | ¡Muere,
asesino! | | (Arrojándose a él y luchando los
dos.) |
|
|
|
(EL REY y GARCÍA, embozados, salen por el
lado del castillo.)
|
EL REY | (Aparte a GARCÍA.)
| Las voces son en la caverna; en alto | | Una espada relumbra;
apresuremos | | Nuestros pasos allí: pronto, corramos.
| |
|
|
LA MAGA | (Animando a su hijo.) | ¡Lánzate a él,
devórale, hijo mío! | |
|
|
LA PADILLA | (Aparte.) | Dos hombres llegan con veloces pasos. | | ¡Triste de mí
si me conocen! ¡Cielos! | | ¡Verme reunida a seres tan malvados...!
| | (Ocúltase entre los árboles.) |
|
|
GARCÍA |
(Al REY.) | Son Enrique y Farax. | |
|
|
EL REY | (En voz alta
a los que pelean.) | ¡Tened, cobardes! | | (Suspenden el combate
y miran al REY.) |
|
|
ENRIQUE | ¿Y quién cobarde me apellida?
¿Acaso | | Otro asesino vil? ¡Eh! Caballeros, | | Quien quiera
que seáis, podéis marcharos. | |
|
|
EL REY | O
acometerte y arrancarte el alma. | | Y darte así de
tu traición el pago. | |
|
|
ENRIQUE | ¡Traición! ¡Traición!
Y bien, acometedme | | juntos todos, venid: solo os aguardo.
| |
|
|
|
EL REY | (Deteniéndole
bruscamente.) | ¡Tente,
asesino! | | Yo juro a Dios que el que adelante un paso | | Cae
tendido a mis pies. |
|
|
LA MAGA | Ven,
hijo mío; | | Ellos se matarán. |
|
|
EL REY | (Siempre sin descubrirse.) | ¡Traidor
villano! | | Yo vengo a hundir mi espada en tus entrañas
| | ¿Tú me buscabas?, ya me has encontrado: | | Yo salgo
a recibirte. |
|
|
ENRIQUE | No
imagines | | Que el duelo yo retarde; mas si acaso | | Iguala
tu linaje a tu osadía, | | Sepa tu nombre el que aborreces
tanto, | | El que tu reto acepta. |
|
|
EL REY | ¡Miserable!
| | No pregunto yo nunca a mi contrario | | Su nombre en la batalla;
empero, sabe | | Que no me nombran, como a ti, el bastardo,
| | Ni me llaman traidor; que espada en mano | | Decido siempre
diferencias mías, | | Y nunca con traición. |
|
|
ENRIQUE | ¡Traición!
¿Y cuándo | | La he cometido yo? Sólo ese nombre
| | Diera a mis hechos el indigno esclavo | | Que el lodo inmundo
encenagado vive, | | Gozoso en su baldón. Vil cortesano,
| | Si el rey mi hermano a batallar te envía | | Contra
el que osaste apellidar bastardo, | | Tiembla no sea que mi
espada vengue | | En ti mi injuria, y que escarmiente al bajo
| | Cobarde adulador, que a ser se ofrece | | Ministro vil del
mísero tirano, | | A cuya vista tiembla. |
|
|
EL REY |
¿Y
qué, tu sólo | | No le habías de temblar?
Más humillado | | Has de verte a sus pies que los que,
altivo, | | Osas ahora apellidar esclavos. | | ¡Defiéndete!
| (Quítase el embozo y se presenta armado.) |
|
|
ENRIQUE | (Retrocediendo.) | ¡Es
el rey! |
|
|
|
(LA PADILLA sale de donde estaba.)
|
LA PADILLA |
¿El
rey? ¡Oh, cielos! | | ¿Piensas, Enrique, asesinar tu hermano?
| |
|
|
EL REY | Huye de aquí, mujer; mírame, Enrique.
| | ¿Me conoces? Defiéndete. |
|
|
LA PADILLA | ¡Insensato!
| | Si así tu vida en despreciar te empeñas,
| | He aquí mi corazón; tu acero insano | | Clava
bárbaro en él. |
|
|
ENRIQUE | (Envainando la espada,
con extrañeza.) | ¿Tú
me buscabas? | |
|
|
EL REY | ¿No te mostró mi cólera
tu hermano? | | Yo te buscaba, sí; yo te aborrezco.
| | Vengo para satisfacer nuestros agravios. | | Sé tus
ofertas, tu traición, tu infamia; | | Todo, Enrique,
lo sé; piensas en vano | | Tus tramas ocultar: fuerza
es ahora | | La máscara arrojar, lanzarte al campo,
| | Exponerte a morir. ¡Pérfido! Sabes | | Que estoy al
fin de tus maldades harto. | |
|
|
ENRIQUE | ¡Tú me llamas
traidor! Ese es el nombre | | Con que siempre los déspotas
tacharon | | Al que brioso, independiente y libre, | | Osa arrostrar
sus bárbaros mandatos. | | ¿Con qué derecho a
tu capricho piensas | | Los hombres todos sujetar esclavos?
| |
|
|
EL REY | Mi esfuerzo y mi valor me dan seguro, | | Y en
mi propio derecho me afianzo, | | Y al vil traidor que mi enemigo
sea | | Para hacerle morir basta mi brazo. | |
|
|
ENRIQUE | (Con despecho.) | Eres mi hermano al fin. |
|
|
EL REY | ¡Bajo
cobarde! | | ¿Me das ahora el nombre de tu hermano | | Por dar
disculpa de tu miedo indigno? | | ¿No era tu hermano yo cuando
has osado | | Alzarte contra mí, juntar secuaces, | |
Salvar a Blanca, arrebatarme el mando | | Y aun la vida? ¡Pérfido!
Ahora | | Hiéreme si te atreves, yo te aguardo, | | Diversa
sangre por tus venas corre | | Que la que hierve en mí.
¿Quién? ¿Tú, mi hermano? | | Vergüenza eterna
para mí sería | | Dar tan honroso título
a un bastardo. | |
|
|
ENRIQUE | Quien nos ha dado el ser fue un mismo
padre, | | Que hizo un hombre de mí; de ti, un tirano.
| |
|
|
EL REY | La que te dio a ti a luz fue una ramera | | Y
de ella hubiste lo cobarde y bajo | | De tu alma ruin. |
|
|
ENRIQUE |
¿Y
quién más causa | | Ha dado a la venganza? Mis
agravios, | | Tus injusticias, tu altivez, tu furia, | | Harto
disculpan mi traición si acaso | | Llamarse así
mis hechos merecieran... | |
|
|
EL REY | Si te resienten mis
ofensas tanto, | | Yo ante ti mismo las mantengo todas, | | Para
unir el baldón a los agravios. | | Satisfácete
ya, la espada sea | | Único juez y mediador de entrambos.
| |
|
|
LA PADILLA | (Al REY.) | ¿Y siempre tú te arrojarás
al riesgo | | De morir o matar? ¿Nada mi llanto | | Puede alcanzar
de ti? |
|
|
EL REY | ¿Qué?
¿Tú proteges | | También a mi enemigo? |
|
|
ENRIQUE |
Yo
retado | | Yo al duelo respondí siempre; mi espada | | Pronta y mi brazo está para aceptarlo. | | Testigo
Dios y el universo entero | | Que si mi mano contra ti levanto,
| | Es pesaroso y a despecho mío, | | Es porque tú
me fuerzas. | (Pone mano al puño de su espada.) |
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EL REY |
Cuanto
hago | | Y quise hasta aquí hacer está bien hecho
| | Por haberlo hecho yo, que nunca he dado | | De mis gustos
razón: Sí, yo insulto, | | Yo te fuerzo a lidiar,
yo, porque ansío | | Verte a mis pies y sin razón
alguna, | | Sólo por ser mi voluntad lo hago. | |
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ENRIQUE | (Con pesadumbre.) | ¿Y habré yo al fin de desnudar
la espada | | Contra un hermano, yo? |
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EL REY | Tú,
al fin, bastardo | | Y cobarde a la vez, la luz del día
| | Te halle lejos de aquí. Lleva tus pasos | | Donde
tu nombre yo jamás escuche, | | Y olvide así
tu nacimiento aciago | | Y que existes también; yo te
desprecio, | | Te juzgo indigno de probar mi brazo, | | Y te
ordeno partir. ¡Ah!, si mañana | | Tus intentos seguir
piensas acaso, | | Y aún te ocultas aquí, por
cielo y tierra | | Juro hacerte morir en un cadalso | | Para
infamia mayor; huye, y si osas | | Con los tuyos volver, llámame
al campo. | |
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(Le vuelve la espalda. ENRIQUE le mira con desdén
y se retira despacio a emboscarse por la derecha.)
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GARCÍA |
¿Y así dejáis vuestro enemigo libre, | | Para
que junte su ominoso bando | | Y vuelva contra vos? |
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LA MAGA | (Aparte a su hijo.) | Síguele,
y muera. | |
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ABENFARAX | (Aparte a LA MAGA.) | Yo te lo juro:
morirá a mis manos. | |
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(Vase por donde se fue ENRIQUE.)
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EL REY | Cobarde ahora se mostró a mis ojos; | |
Yo le desprecio ya; lleno de espanto | | Temblará siempre
al recordar mi nombre | | Y nunca más parecerá
en el campo | | A arrostrar mi furor. Darle la vida | | Es aun
mayor castigo que matarlo. | |
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(Va a retirarse, y LA MAGA
se presenta delante de él como inspirada de repente.)
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LA MAGA | El denso velo que el destino cubre | | Miro rasgarse
ya. Rey de cristianos, | | Oye mi voz, y a mi tremendo acento
| | Ronco responda el tártaro tonando. | | Próximo
está tu fin; ya tu enemigo | | Con alta pompa y esplendente
fausto | | Va muy pronto a brillar; óyeme y tiembla:
| | ¡La vida, sí, te arrancará tu hermano! | |
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(EL REY
titubea un momento como sorprendido; la mira después
con desprecio, y hace ademán de irse, y cae el telón.)
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