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Lo mejor del tesoro

Zarzuela fantástica en tres actos y en verso


Juan Valera



PERSONAJES
 

 
ZEYN.
MANTARA.
MOBAREC.
BARABAR.
BUDÍ.
SITA.
CASYAPA.
Cortesanos, damas, esclavos, músicos, bailarinas,
penitentes, faquires, devadasis.




  -131-  
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Acto I

 
Magnífico salón del palacio de ZEYN en la gran ciudad de Bactra.

   
El Príncipe, rodeado de jóvenes y alegres cortesanos y de hermosas damas, aparece presidiendo una espléndida cena. A su lado se sienta en la mesa la Reina MANTARA, cuya actitud y ademanes han de manifestar desde luego su pasión por ZEYN, el cual se muestra frío con ella a pesar de sus coqueterías.

 

Escena I

 
ZEYN, MANTARA, MOBAREC, cortesanos, comparsas de cortesanos, damas, esclavos que sirven a la mesa, músicos y bailarinas.

 
 
Música.

 
CORO
Prodiga su tesoro,
como los rayos de oro
el sol desde el Oriente,
  -132-  
espléndido Zeyn.
Su trono refulgente 5
brilla con ricas galas;
los genios con sus alas
le forman baldaquín.
Al enemigo espanta;
le vence en guerra santa, 10
y cautiva y aterra
a la caterva infiel;
a par que en dulce guerra
inunda su hermosura
de plácida ternura 15
el pecho más cruel.
UNOS
¡Atención!
OTROS
¡Escuchad!
TODOS
La reina Mantara
prepárase a brindar.
UNOS
¡Atención!... ¡Atención! 20
OTROS
¡Escuchad!... ¡Escuchad!
-133-
 
(Brindis.)

 
MANTARA
Yo brindo a que sea
fecunda tu gloria.
Mi alma desea
tu triunfo mayor. 25
Tan sólo el vencido
completa victoria
lograr ha podido
en lides de amor.
CORO
Dichoso el vencido 30
que triunfa en amor.
ZEYN
Permitan los cielos
¡oh linda vïuda!
Que alivie tus duelos
gallardo doncel; 35
abeja industriosa
al cáliz acuda
y libe la rosa
sacando la miel.
-134-
CORO
Abeja industriosa, etc. 40
MANTARA
¡A brindar por Zeyn!
ZEYN
¡Por Mantara a brindar!
CORO
Porque dichas sin fin
ella logre alcanzar.
Con loca alegría 45
prosiga el festín.
 
(Baile.)

 
CORO
Prodiga su tesoro,
como los rayos de oro, etc.
 
(Hablado.)

 
ZEYN
Cesad ya: que me molesta
oír mi propia alabanza. 50
  -135-  
¿Quién de esa letra, decidme
fue inventor? ¿Quién la acompaña
con tan dulce melodía
y tan docta consonancia?
MANTARA
Yo, señor.
ZEYN
¿Tú? No sabía
55
que una habilidad tan rara
poseyeses.
MANTARA
Más que el arte
el entusiasmo en mi alma
de música y poesía
hizo que el raudal brotara. 60
ZEYN
Por poderoso que sea
el entusiasmo no basta;
¿Dónde el arte has aprendido
que crea belleza tanta?
MANTARA
Mi origen, señor, no ignoras 65
ni el lustre de mi prosapia;
con el rey de Cachemira
me casé en edad temprana,
  -136-  
muerto el rey heredé el trono,
y mi soberbia las armas 70
me hizo tomar contra ti,
hasta que en rudas batallas
yugo a mi cuello pusiste
con el rigor de la espada;
mas tu noble proceder 75
cautivó luego mi alma.
La gratitud y el afecto,
como ya te he dicho, bastan
a explicar de esos cantares
que celebraste la causa. 80
MOBAREC
Señor, aunque yo no soy
como la hermosa Mantara,
ni viudo, ni rey, ni tuve
jamás la fiera arrogancia
de declararte la guerra, 85
ni me vencieron tus armas,
te debo muchos favores
y siento hervir en el alma
gratitud e inspiración.
Deja que ensalce tu fama 90
a mi vez en unos versos,
y que tu prenda más alta
celebre y dé testimonio
de tu riqueza extremada.
-137-
MANTARA
Este bufón va a decir 95
alguna botaratada.
ZEYN

 (A MOBAREC, que está temeroso aún y sin acabar de hablar, aunque ha tomado un vaso en la mano.) 

¿Qué es eso? ¿Qué te detiene?
¡Di lo que quieras; despacha!
MOBAREC
De Zeyn la virtud soberana
que es la heroica paciencia, yo pienso, 100
con que aguanta el pestífero incienso
de la vana lisonja falaz;
y en sus ricos tesoros, sin duda,
quedará tanta perla y moneda
como vino veréis ahora queda 105
de mi vaso en el fondo capaz.
 
(MOBAREC apura una gran copa hasta el fondo y suelta una carcajada.)

 
 
(Música.)

 
UNOS
¿Qué dice el mentecato?
OTROS
Dislates suyos son.
-138-
UNOS
Se burla sin recato.
TODOS
Repórtese el bufón. 110
MOBAREC
Palabras verdaderas
salieron de mi boca,
y vuestra saña loca
desprecia mi razón.
CORO
Del príncipe y de todos 115
se burla sin recato.
¡Silencio el mentecato!
¡Repórtese el bufón!
 
(Durante el alboroto desaparecen las mujeres.)

 
 
(Hablado.)

 
ZEYN
Basta ya de esta disputa:
ya basta, que estoy cansado. 120
Idos y dejadme en paz.

 (A MOBAREC y a los cortesanos 1.º y 2.º) 

Vosotros sólo quedaos.
 
(Vanse todos menos MOBAREC, ZEYN y los cortesanos 1.º y 2.º)

 

  -139-  

Escena II

 
ZEYN, MOBAREC y cortesanos 1.º y 2.º

 
ZEYN
Nadie ignora que mi padre
era un portentoso sabio,
que llegó a tener influjo, 125
familiaridad y trato,
con los ocultos poderes
que bajo el velo diáfano
viven del mar proceloso;
con los espíritus vagos, 130
sutiles e imperceptibles,
que en los elementos varios
moran, y la vida crean
organizando sus átomos,
y con las inteligencias 135
que mueven cielos y astros.
Así tuvo mil noticias
Mi padre de los pasados
sucesos, y alcanzó mucho
de los venideros casos. 140
De la tierra columbraba
los tesoros subterráneos,
y de duendes y de gnomos
los recónditos palacios.
Penetraba al mismo tiempo 145
  -140-  
en el corazón humano,
y el pensamiento más hondo
escudriñaba en los ánimos.
En suma, mi padre era
un pozo de ciencia, un mago, 150
y no exigía tributos
de sus felices vasallos,
pues los genios le traían
oro y plata por encanto.
Descollaba entre los genios 155
uno como soberano
llamado Zacubulú,
al cual era tan simpático
mi padre, que en cuanto ansiaba
le complacía en el acto. 160
El día en que yo nací,
el horoscopio formaron.
Supieron que yo sería
generoso y denodado,
mas que tendría un defecto 165
que me llevaría al cabo
a una espantosa ruina;
el ser muy despilfarrado.
Cuantos tesoros mi padre
había reunido cauto 170
yo había de disipar
en deportes y en regalos.
Ya se cumplió el horoscopio.
-141-
CORTESANO 1.º
¡Luego Mobarec ha hablado
Verdad!
ZEYN
Verdad como un templo.
175
CORTESANO 2.º
¿Estás pobre?
MOBAREC
Sin un cuarto.
ZEYN
Aún tengo cetro y corona.
Mas ¡ay! que un deber más alto,
mas ¡ay! que un gran juramento,
que al empezar mi reinado, 180
hice, me obligan por siempre...
CORTESANO 1.º
¿A qué?
MOBAREC
¡Juramentos vanos!
ZEYN
No lo son, sino muy firmes
y pertinentes y válidos;
y por ellos a ser rey 185
de balde estoy obligado.
-142-
CORTESANO 1.º
¿Y el esplendor de tu trono?
CORTESANO 2.º
¿Y de la corte el boato?
ZEYN
Todo ha desaparecido:
con todo mi despilfarro 190
dio fin.
MOBAREC
Vas a ser entonces
medio rey, medio ermitaño.
ZEYN
Por fortuna no es posible
que llegue nunca ese caso.
MOBAREC
¿Cómo, señor, te burlabas? 195
CORTESANO 1.º
¿Es tu tesoro inexhausto?
CORTESANO 2.º
Sin duda Zacubulú
nuevos tesoros te ha dado.
-143-
ZEYN
Nada de eso: mas sabed
que de la vida estoy harto. 200

 (Con gran solemnidad y misterio.) 

Mi deseo de vivir
con mi riqueza ha acabado.
No pienso más que en morirme.
MOBAREC
Sólo a corazones bajos
da la inopia de la muerte 205
el pensamiento nefando.
Y aun así, si se murieran
todos los que están tronados,
un cementerio sería
el mundo de cabo a rabo. 210
ZEYN
No es solamente la inopia
la causa de mi quebranto,
ni el móvil que a darme muerte
tal vez impulse mi brazo.
MOBAREC
¿Qué otra razón puede haber? 215
ZEYN
Todo voy a revelarlo.
El cansancio de la vida,
que el corazón me devora,
  -144-  
dio proviene de que ahora
miro mi hacienda perdida: 220
razón más noble y subida
me induce y mueve a tener
por aborrecible el ser
con que vivo en este mundo:
es un anhelo infecundo 225
y un fantástico querer,
aun cuando yo poseyera
la ciencia de Salomón,
y a mi pródiga ambición
tributo en oro rindiera 230
tíbar, y dueño yo fuera
de las perlas de Abejín,
con el ámbar de Darín
y de Pancaya el perfume,
el afán que me consume 235
no llegara a tener fin.
Es objeto de mi amor
un bello ser que percibo,
cual recuerdo fugitivo
de otra existencia mejor. 240
Me ciega su resplandor
y su beldad me enamora,
y aunque no sé dónde mora,
sé que existe en realidad:
no es vano sueño, es verdad 245
lo que el corazón adora.
  -145-  
Pues nunca hubiera logrado
producir mi fantasía
la soberana poesía
de que está mi amor dotado. 250
Tal vez, en alas llevado
de un genio, yo pude ver
a una divina mujer
cuyo recuerdo en mí vive:
recordada se concibe; 255
soñada no puede ser,
su beldad y perfección
me aseguran su existencia:
no forjó la inteligencia
lo que adora el corazón. 260
Mas si ella no es ilusión,
ilusorio es mi deseo:
inasequible la creo:
bajo sol más luminoso,
en un mundo más dichoso, 265
lejos vive y no la veo.
Por esto quiero morir;
quiero volar do está ella;
en una remota estrella
debe sin duda vivir. 270
MOBAREC
No te aventures a ir,
señor, porque yo imagino
  -146-  
que fuera gran desatino
emprender esa jornada,
y luego no encontrar nada 275
al terminar el camino.
ZEYN
Será desatino extraño;
pero a desechar no acierto
ni el cansancio de la vida
ni el amoroso deseo. 280

 (Dirigiéndose a los dos cortesanos.) 

Idos y dejadme solo
con mis tristes pensamientos.
De mis amigos mejores
la sociedad me da tedio.
 
(Los cortesanos 1.º y 2.º hacen una profunda reverencia, y cuando van ya a salir, ZEYN les dice:)

 
ZEYN
¡Ah! Notad que lo que oísteis 285
esta noche es un secreto
que a vuestra amistad confío
por desahogo y consuelo.
¡Cuenta con que se divulgue!
CORTESANO 1.º
Selladas con siete sellos 290
quedan todas tus palabras
  -147-  
en lo profundo del pecho.
En inexpugnable alcázar
mi prudencia las ha puesto,
do las custodia con llaves 295
y cerrojos el respeto.
CORTESANO 2.º
Un abismo en mi memoria
a tus palabras he abierto,
y del temor que me inspiras
las sepulté bajo el peso. 300
 
(Vanse los dos cortesanos.)

 


Escena III

 
ZEYN y MOBAREC.

 
 
(Música.)

 
ZEYN

 (Romanza.) 

De sueños que el alma extasían
quizá la divina creación
tan sólo en el centro del alma
objeto adecuado logró.
En vano la busca mi oído 305
del aire en el soplo fugaz,
si blando el arroyo murmura,
  -148-  
si gimen las olas del mar.
En vano mis ojos la espían
en trémulos rayos de luz, 310
del bosque en la verde espesura,
del cielo en la bóveda azul.
En balde mi mente la lleva
al astro que apenas se ve,
del mar infinito del éter 315
perdido en el seno tal vez.
En balde memorias evoco
de tiempo pasado feliz,
o en áureas edades la finjo,
en siglos que están por venir. 320
 
(Hablado.)

 
MOBAREC
Ya que solos estamos,
Tu pensamiento, ¡oh príncipe! declara.
Dime si lo soñamos,
o si es real esa pasión tan rara,
que así te lleva a despreciar la vida, 325
buscando a tu fantástica querida
de la muerte en el seno.
ZEYN
A suicidarme estoy determinado,
¿qué medio juzgas tú más acertado:
puñal, cuerda o veneno? 330
-149-
MOBAREC
Vulgar e indecoroso,
el medio de la cuerda me parece,
y el del puñal bastante doloroso.
Lo que menor dificultad ofrece
es un filtro, que blando sueño infunda, 335
desde el cual, por un tránsito suave
la existencia se hunda
en la morada vaga e infinita,
do todo ser antes de ser habita,
donde después de ser todo ser cabe. 340
En tal morada, creo
que uno mismo serás con tu deseo;
con todo lo que admiras;
con la bella mujer por quien suspiras.
Allí está confundido 345
lo que será, lo que es y lo que ha sido.
Mas, yo, señor, prefiero
ser Mobarec y ver la luz del día
a descender a esa mansión sombría.
Si alguna vez me muero 350
será contra mi gusto.
No te mates, señor, vive en la tierra
valeroso y robusto,
y ese pesar del corazón destierra.
Considera, además, que, si te matas, 355
la Reina-madre ha de llorarte mucho.
-150-
ZEYN
¡Con el cariño que la tengo lucho!
MOBAREC
De un imposible amor tan sólo tratas,
y ¿así olvidas los fáciles amores
que te brinda un jardín de bellas flores? 360
Te persiguen viuditas y doncellas,
de montaraz y arisco te zahieren;
todas, todas te quieren,
y sobre todas la sin par Mantara;
consuélate y olvídate con ellas 365
de tu beldad inasequible y rara.
ZEYN
Esos amores fáciles desdeño.
Harto sé que Mantara tiene empeño
en rendir mi albedrío,
pero de las coquetas no me fío. 370
Es vana y ambiciosa,
y anhela ser mi esposa
con el afán de compartir mi trono.
MOBAREC
Decir puedo en su abono,
que si anhela el poder, también te ama. 375
ZEYN
Ambición y no amor eso se llama.
No quiero amor mezclado, sino puro,
-151-
MOBAREC
Pues, señor, yo te auguro
que ese amor no hallarás en esta vida.
ZEYN
De que ya debo darla por perdida, 380
tú corroboras mi opinión, amigo.
Voy a ver a mi madre. Ven conmigo.
A despedirme voy, cual si pensara
en hacer un larguísimo viaje.
MOBAREC

 (Aparte.) 

O el príncipe está loco, 385
o el príncipe es un bárbaro salvaje.
ZEYN
¿Qué dices?
MOBAREC
Nada digo: a Dios invoco
y le ruego te quite la locura.
ZEYN
Mi mal, ¡oh Mobarec! no tiene cura.
-152-
 
Mutación.

 
 
Jardín lleno de árboles y flores. La luz de la luna ilumina la escena. Una fuente y asientos. Sale por un lado MANTARA BARABAR después.

 
 
(En el mismo momento del mutis de ZEYN y MOBAREC debe principiar la orquesta el preludio de la romanza siguiente:)

 
 
(Música.)

 
 
(Romanza.)

 
MANTARA
      Las mariposas 390
       aman las flores:
       todas las cosas
       tienen amores.
El sol a la tierra ama
y en ella infunde su llama; 395
en el mar la luna brilla
porque el mar es su amador.
    Tan sólo la tortolilla
    Está viuda y sin amor.
       Enamorada 400
       siempre te miro:
       loca, extasiada
       por ti suspiro.
  -153-  
Como el alba a su lucero,
como el imán al acero, 405
te busca el alma sencilla
y no halla en ti su amador.
    Porque soy la tortolilla
    que está viuda y sin amor.

 (Hablado.) 

En la soledad amena 410
de esta sombría enramada,
amorosa y desdeñada,
voy a desahogar mi pena.
Al negro alquimista espero
que de remediar presume 415
este mal que me consume,
alcanzando lo que quiero.
Amo a Zeyn, mas también
siento que agita mi pecho,
si no el encono, el despecho 420
que me causa su desdén.
Que es necio o no tiene ojos
a veces se me figura,
cuando al mirar mi hermosura
no siente amor, sino enojos. 425
Morir, Mantara debieras
y no ser reina en el nombre,
  -154-  
o enamorar a este hombre
para ser reina de veras.
Mas conseguirlo por arte 430
mágica no me ilusiona.
 
(Mientras va diciendo MANTARA los anteriores últimos versos, entra el negro BARABAR, vestido de mago oriental, de un modo fantástico y simbólico. Llega junto a MANTARA, oye sus últimas palabras, y dice:)

 
BARABAR
Él amará tu persona;
no debe el medio importarte.
MANTARA
¿Qué es esto? ¿Estabas aquí?
BARABAR
En este momento llego. 435
Ya, vencido de tu ruego,
cuanto deseas cumplí.
Citando, al contemplar el cielo,
miré el instante propicio,
y a Venus en conjunción 440
con los astros de tu signo,
estando yo por mi ciencia
de lo que importa provisto,
en alquitara de oro,
do ya había hirviente vino, 445
eché zumo de mil hierbas,
dos sapos y un basilisco,
  -155-  
y con diez onzas de sangre
que extraje de un hombre vivo,
picado como jigote 450
puse el corazón de un mico.
En tan tremendo potaje
hice conjuros y hechizos,
de un infernal sacramento
cumpliendo blasfemos ritos. 455
La quinta esencia que al cabo
logré sacar de aquel mixto,
destilando en la alquitara
su más volátil espíritu,
encerrada en este pomo 460
en tus manos deposito.
Es un precioso elixir
de tan raro poderío,
que sólo con pocas gotas
que viertas en cualquier líquido, 465
infundirás al que beba
un amoroso delirio.
Así de Zeyn al punto
podrás vencer el desvío.
MANTARA
Ardientemente deseo 470
que se rinda amante y fino
a mis plantas, mas quisiera
que obrase el dulce prodigio,
  -156-  
no este bodrio abominable,
no este diabólico filtro, 475
sino la luz de mis ojos,
mi talle y mi rostro lindo.
BARABAR
Si Zeyn fuese, señora,
como los demás nacidos,
enamorado estaría 480
de tu celeste atractivo;
quien te mira y no te adora
tiene el corazón de risco.
Mas Zeyn, a lo que entiendo,
entreveo y averiguo, 485
ya inspeccionando los astros,
ya consultando los libros,
vive de Zacubulú
bajo el influjo maligno,
y este genio le ha criado 490
desamorado y arisco.
MANTARA
¿Y quién es Zacubulú?
BARABAR
Es el genio favorito
de su padre: es el monarca
de los genios del abismo. 495
-157-
MANTARA
¿Y el desamor de Zeyn
sabes tú con qué designio
Zacubulú le dispone?
BARABAR
Lo ignoro; mas sé de fijo
que ha de vencer a su encanto 500
el encanto de mi filtro,
cuyo poder es supremo
al de tu beldad unido.
MANTARA
Bien está; contra un encanto
otro encanto me permito; 505
contra magia de desdenes
magia del amor aplico:
mi orgullo está satisfecho
y mi corazón tranquilo.
Guarda en premio de tu obra 510
el diamante de este anillo.
 
(Se le da.)

 
BARABAR
Gracias y que goce el mundo
tu presencia largos siglos.
 
(Vase BARABAR.)

 

  -158-  

Escena V

 
Coro de mujeres de la servidumbre de la Reina BUDÍ. Al son de laúdes y otros instrumentos que ellas mismas tocan, y precedidas de algunos eunucos negros ricamente vestidos y armados, entran cantando las mujeres en dos filas, y se colocan a ambos lados del foro. La Reina BUDÍ entra la última y se reclina en un sitial que está en medio del teatro. A ambos lados del sitial permanecerán de pie dos jóvenes esclavas con abanicos de plumas. MANTARA no ha de abandonar la escena. Música caprichosa. Flautines, panderetas, platillos, arpas, etc.

 
 
Música.

 
CORO
       Consuele tu pena
       la noche serena 515
      ¡Oh reina Budí!
       La fuente que suena
       el aura y el ave
       A sueño suave
       convidan aquí. 520
 
(Las dos esclavas, que estarán a ambos lados del sitial, recitarán al son de la música lánguida y con cierta cadencia y énfasis las estrofas siguientes:)

 
ESCLAVA 1.ª
Bordado de estrellas y hermosos luceros
espléndida luce su manto la noche;
por claros senderos
dirige la luna su fúlgido coche.
  -159-  
Derrama en las flores su luz argentina, 525
en lagos riela y en fuente sonora;
la alondra que trina
anuncia que viene rayando la aurora.
CORO
       Consuele tu pena
       la noche serena, etc. 530
ESCLAVA 2.ª
Los silfos se mecen en hilos de oro
que luna y estrellas esparcen doquier:
fragante tesoro
en cáliz de flores anhelan beber.
Nocturno reposo, silencio profundo 535
tus párpados quieren ¡oh reina! cerrar:
penetra en el mundo
dichoso do el sueño te va a trasportar.
CORO
       Consuele tu perla
       la noche serena, etc. 540
 
(Hablado.)

 
BUDÍ
No es fácil que halle consuelo
mi negra melancolía.
-160-
MANTARA

 (Adelantándose.) 

¿Cómo has dejado tu estancia?
¿Qué enfermedad, qué desdicha
    te desvela?
BUDÍ
No he podido
545
dormir un punto tranquila.
Harta de mi doloroso
insomnio, puse la vista,
desde un balcón de mi estancia,
en la esfera cristalina. 550
Lo apacible de la noche,
el susurrar de las tibias
auras y el blando murmullo
de las fuentes, me convidan
entonces a descender 555
a esta enramada florida.
A mis esclavas despierto,
con ellas bajo, y el día
aguardo aquí desvelada.
MANTARA
Muy pronto su luz divina 560
teñirá en púrpura el cielo.
Siento que el pesar te aflija.
Bien quisiera remediarlo
  -161-  
aun a costa de mi vida.
Pero aquí viene tu hijo. 565


Escena VI

 
Dichos, ZEYN y MOBAREC.

 
ZEYN
Hablarte a solas quería,
madre y señora. La reina
Mantara, que es tan amiga
nuestra, y el fiel Mobarec
oír podrán lo que te diga. 570
Pueden oírlo también
tus dos siervas favoritas.
Di a los demás que despejen.
BUDÍ
Despejad.

 (Vanse los de la servidumbre.) 

Apercibida
me tienes para escuchar 575
cuanto referirme ansías.


Escena VII

 
ZEYN, BUDÍ, MANTARA, MOBAREC y esclavas 1.ª y 2.ª

 
ZEYN
Ya sabes, madre amada,
la causa principal de mi tormento.
  -162-  
Mi prodigalidad desatinada
disipó en un momento 580
de mi padre el magnífico tesoro,
y sin embargo necesito oro.
Me aflige la miseria
y me duele la inopia;
pero padezco enfermedad más seria 585
y de reyes y príncipes más propia.
El perturbar la paz de mis Estados
no ha de ser obra mía.
Vivan en paz mis súbditos amados
en esta dilatada monarquía, 590
aunque conozco que la paz, la calma,
embota la razón y seca el alma.
Para mí quiero guerra,
y cansado de idílicas dulzuras,
pienso marcharme a recorrer la tierra 595
en busca de aventuras.
La bendición te pido,
pues a partir estoy tan decidido,
que no bien luzca el sol en el Oriente,
de la corte saldré con gran secreto, 600
sólo de Mobarec acompañado.
Tú, señora, te quedas de regente.
Aquí tienes mi anillo y el decreto
por mi firma real autorizado.
 
(Le da el anillo y un pergamino.)

 
-163-
BUDÍ
Aunque mucho me aflijo, 605
tu plan no me sorprende, augusto hijo.
Tu padre, columbrando lo futuro,
me lo anunció, años hace, por seguro;
y me mandó te diera,
cuando su vaticinio se cumpliera, 610
y tú en efecto de cumplirle acabas,
lo que van a traer estas esclavas.
 
(BUDÍ, que ha permanecido sentada en el sitial, habla al oído a las dos esclavas que tiene al lado, las cuales salen al son de una música solemne y se van por el fondo. Momentos de pausa. La música sigue sonando mientras vuelven las esclavas, y los versos que se recitan, todo el tiempo que la música dura, van al compás de ella.)

 
MANTARA
Sin duda tu padre querido
tus nobles impulsos previó,
y yelmo de acero bruñido, 615
y espada con puño de oro,
y escudo brillante y sonoro,
oh príncipe ilustre, guardó.
MOBAREC
Previendo tu padre discreto
tu anhelo feroz de gastar, 620
cabalístico, extraño amuleto,
que en perlas convierta el rocío
  -164-  
y en oro las chinas del río,
sin duda te va a regalar.
BUDÍ
Tu padre un tratado profundo 625
de higiene del alma escribió,
que al desprecio del pícaro mundo
y al retiro pacífico inclina:
para ti, como gran medicina,
el tratado tal vez destinó. 630
 
(Aparecen de nuevo todas las esclavas. Las esclavas 1.ª y 2.ª vienen con pausa con un precioso cofre, que traen por las asas entre las dos.)

 
 
(Música.)

 
CORO
       ¿Qué guarda en su seno
      el cofre escondido?
       ¿Qué alfanje buido,
      qué yelmo será?
       Quizás esté lleno 635
       de hermosos joyeles.
       Quizá cuanto anheles
       el cofre tendrá.
BUDÍ
La llave te entrego:

 (Da la llave a ZEYN.)  

abrirle tú debes. 640
-165-
MOBAREC
Que un chasco te lleves
me temo, señor.
 
(ZEYN va a abrir el cofre y vacila y se turba.)

 
MANTARA
Ten calma y sosiego.
ZEYN
Del padre me asusta
la imagen adusta; 645
me falta valor.
TODOS
¿Qué guarda en su seno, etc.
 
(ZEYN abre por último el cofre y saca de él un azadón.)

 
MOBAREC
¡Regalo curioso!
BUDÍ
¡Simbólica alhaja!
ZEYN
Mi padre me ultraja. 650
MANTARA
Te da un azadón.
-166-
TODOS
Vivir afanoso
Y rudas faenas
aumentan las penas
con nueva aflicción. 655
BUDÍ
¿Ningún documento
el cofre guardaba?
 
(Mete la mano en el cofre y saca un pergamino enrollado.)

 
ZEYN
En el fondo estaba.
Tenías razón.
Mi padre su intento 660
sin duda nos fía.
BUDÍ,
MANTARA y
MOBAREC
Saberlo querría.
ZEYN
Prestad atención.

 (Lee.) 

¡Hijo! En virtud de mi saber fatídico,
he previsto que a poco de mi muerte
por tu carácter y tu adversa suerte 665
en triste situación te vas a ver.
No será la carencia de metálico
lo que mayor pesar canse a tu alma,
  -167-  
sino un afán que robará tu calma
y te emponzoñará todo placer. 670
De tu padre velando está el espíritu
por tu bien desde el cielo cristalino,
y a abrirte va fantástico camino,
por donde ha de llevarte el corazón
o a conseguir un porvenir magnífico 675
o a innoble muerte y criminal desdoro:
cava, Zeyn, al pie del sicomoro
grande con ese rústico azadón.
BUDÍ
Oscuro está el escrito.
ZEYN
No está sino muy claro.
Lo que mandó mi padre voy al punto a cumplir. 680
Aquí del sicomoro la verde pompa luce:
cavemos y veamos qué oculta el porvenir.
 
(ZEYN se pone a cavar. Los golpes del azadón han de sonar como si diesen contra una piedra. Pocos instantes después de estar ZEYN cavando, empezarán a brotar chispas luminosas a cada golpe. Las chispas irán aumentándose hasta que formen hermosos penachos de luz que corren con rapidez. Mientras cava ZEYN, cantan en coro los presentes.)

 
TODOS
Tus brazos robustos la azada impulsaron:
un golpe tremendo hirió el pedernal;
  -168-  
sus duras entrañas abiertas lanzaron 685
de vivas centellas fulgente raudal.
 
(Al terminar el canto se oye un trueno subterráneo y se abre la tierra donde cava ZEYN, saliendo por la abertura un resplandor que deslumbra.)

 
ZEYN
Buen fin tuvo mi faena.
¡Qué prodigio! Madre, mira
esta escalera que gira
en elegante espiral. 690
Sin duda al centro profundo
de riquísimas mansiones
conducen sus escalones
De pórfido y de cristal.
Seguidme, y a ver lleguemos 695
este palacio encantado.
TODOS
¡Oh príncipe afortunado!
¡Oh palacio sin igual!
 
(Todos bajan por escotillón, dejando la escena vacía.)

 
 
(Cambio rápido de decoración. Gran sala llena de inmensos tesoros: perlas y diamantes en vasos de cristal: monedas de oro a montones, armas riquísimas, etc. En el fondo del foro habrá nueve hornacinas: cuatro a cada lado y una mayor en el centro. Las hornacinas de los lados tendrán ídolos indios etc. extrañas cataduras, todos de oro, ornados de pedrería: el gran nicho del centro estará vacío y por bajo una inscripción en caracteres peregrinos, que se leerá su tiempo. Salen ZEYN, MANTARA, BUDÍ, MOBAREC y esclavas cantando.)

 
-169-
TODOS
El Dios de la riqueza
aquí sin duda mora, 700
y próvido atesora
cuanto hay que desear.
¡Qué lujo! ¡Qué belleza!
La luz en los diamantes
refleja, y mil cambiantes 705
produce sin cesar.
¡Qué fuente, qué venero,          con golpe soberano,
movido por tu mano          ha abierto el azadón!,
de joyas y dinero,          que amontonó la ciencia;
de todo la opulencia          te ha dado posesión. 710
 
(Hablado.)

 
ZEYN
En efecto, mi buen padre
noblemente me regala;
perlas, diamantes y oro
aquí tengo en abundancia.
MANTARA
Con esto, señor, bien puedes, 715
si es que el reposo te enfada,
levantar inmenso ejército
y conquistar toda el Asia.
-170-
MOBAREC
Mejor es vivir en paz,
entre músicas y danzas, 720
títeres y simulacros,
y hermosear a tu patria
con monumentos soberbios,
y alimentar una cáfila
de poetas, que en sus himnos 725
hagan eterna tu fama.
BUDÍ
Crear puedes una academia
de gente estudiosa y sabia,
que el origen de las cosas
y el fin a que son creadas, 730
y el cómo, el por qué y el cuándo
diluciden con su charla.
ZEYN
Todo eso y más he de hacer.
Esos tesoros me bastan
para festines, palacios 735
y hombres de letras y armas.
Mas inquieto el corazón
me dice que algo me falta.
MANTARA
¡Los ídolos son aquestos
de las deidades preclaras, 740
  -171-  
que adoramos en la tierra
que el Indo y el Ganges bañan!
MOBAREC
¿Qué Dios de más campanillas,
De más fuste e importancia,
tendrá este nicho en reserva 745
para su imagen sagrada?
 
(Señalando el nicho del medio.)

 
MANTARA
Puede ser para Vischnú,
para Siva o para Brahma.
ZEYN
¿Qué me importa? Lo que importa
es que una imagen me falta, 750
y el tesoro está incompleto.
MANTARA
Tal vez aquellas palabras,
que en caracteres de oro
bajo el nicho están grabadas,
expliquen todo el enigma. 755
MOBAREC
Léelas, señor.
-172-
ZEYN
Leámoslas.

 (Acercándose a la inscripción y leyendo.)  

«El ídolo que falta tiene más valor que todos los otros juntos. Si quieres poseerle debes atravesar muchos países, montañas y ríos, pasar por horribles desiertos, y llegar, por último, a la península de Bacú. En la orilla izquierda del istmo, en soledad selvática, hallarás modo de penetrar hasta el alcázar submarino del rey de los genios, quien te dirá qué has de hacer para conseguir el ídolo que falta.»

MANTARA
Ruda empresa te proponen.
BUDÍ
¡Empresa disparatada!
MOBAREC
Quédate sin ese ídolo:
ya con los otros te basta. 760
¿Qué más hay que desear?
BUDÍ
Estate quieto en tu casa.
ESCLAVA 1.ª
Haz de tus fieles vasallos
La dicha.
-173-
ESCLAVA 2.ª
¡Zeyn, no te vayas!
ZEYN
Fuera yo ruin y cobarde 765
Si el compromiso rehusara;
hoy mismo quiero partir.
MANTARA
Grandes peligros te aguardan;
pero la gloria infinita
será, si el ídolo alcanzas. 770
Aunque soy débil mujer,
acompañarte me agrada.
Resisto bien las fatigas
y sé manejar las armas.
Flecha que silbando arroja 775
mi arco de búfalo y plata,
en lo más alto del aire
hiere de muerte las águilas.
Al potro indómito, al fiero
Onagro mi diestra amansa: 780
del elefante y del grifo
no temo oprimir la espalda.
Llévame, señor; permite
que mi amistad acendrada
tome parte en tus trabajos 785
y presencie tus hazañas.
-174-
ZEYN
Alto honor, reina, sería
el que tú me acompañaras;
pero no debo exponerte.
Durante mi ausencia larga 790
consolarás a mi madre.
BUDÍ
¿Quién entonces te acompaña?
ZEYN
Mobarec vendrá conmigo.
Mobarec, pronto prepara
los dos mejores caballos. 795
Apenas se muestre el alba
en los balcones de Oriente,
empezará nuestra marcha.
MANTARA

 (Aparte.) 

Yo he de seguirte, Zeyn,
por donde quiera que vayas. 800
Te buscaré aunque te hundas
de la tierra en las entrañas.
 
(Música.)

 
BUDÍ
       ¿Estás decidido?
       No escuchas mi ruego?
-175-
ZEYN
       Ni paz ni sosiego. 805
       Si quedo tendré.
MOBAREC
       Estoy elegido.
       Venzamos el susto.
ZEYN
       Viajar es mi gusto;
       mil tierras veré. 810
MANTARA
       ¡Se va y no me lleva!
       ¡Ingrato adorado!
BUDÍ
       Tú vas, hijo amado,
       la vida a exponer.
TODOS
       Magnífica prueba 815
       darás de tu gloria.
       Tu nombre en la historia
       eterno ha de ser.



  -176-     -177-  
ArribaAbajo

Acto II

 
Espacio despejado en medio de una selva virgen, sombría y espesísima. BARABAR y MANTARA detrás de mucha maleza, plantas parásitas y gigantescas y tupidas enredaderas, por donde vienen abriendo camino con las anchas y cortantes espadas.

 

Escena I

 
Música.

 
MANTARA y
BARABAR

 (A dúo.) 

Han de abrir las espadas camino
hasta el centro del bosque llegar;
el misterio que oculta en su centro
nuestros ojos al cabo verán.
Asombrados despiertan los ecos 5
que tal vez no escucharon jamás
ni los golpes del hierro ni el paso
ni la voz de persona mortal.
Ya los pájaros huyen al vernos;
ya silbando las sierpes se van. 10
¿Qué hallaremos al fin en el bosque?
¿En su centro escondido qué habrá?
 
(Rompiendo los ramos y enredaderas parásitas más cercanas al proscenio MANTARA y BARABAR aparecen del todo. MANTARA vestida   -178-   muy bizarramente con traje guerrero y varonil. BARABAR siempre con traje de mago, pero menos rozagante y talar y más propio de camino que en el primer acto.)

 
 
(Hablado.)

 
BARABAR
Aquí formando un claro,
ya rota la espesura,
¡Cuánto cambia de aspecto 15
esta selva profunda!
Lo menos veinte horas
de fatigosa lucha
con jaras, con espinos
y montes de verdura, 20
gastamos en abrirnos
camino.
MANTARA
Pero triunfa
al cabo mi constancia.
Llegamos ya, sin duda,
donde vive Casyapa 25
en penitencia dura.
BARABAR
Pues ni choza ni albergue
ni hombre o mujer columbran
mis ojos, aunque tengo
la vista muy aguda. 30
-179-
MANTARA
Aun estará distante:
quizás en una gruta
vivirá el penitente,
porque ya sendas muchas
se ven, y la presencia 35
del ser humano anuncian
flores que da el cultivo,
mil árboles de fruta
plantados en buen orden,
y la huella fecunda 40
con que el arado corvo
la faz del suelo surca.
BARABAR
Es cierto, y sin embargo
ni hombres veo ni yuntas.
¿No habrá quien compasivo 45
a nosotros acuda
con comida caliente
y morada segura?
Van ya para dos años
que me llevas en busca 50
de Zeyn, sin que logres
saber dónde se oculta.
Buscarle en las ciudades
en nada me perturba:
  -180-  
mas buscarle en las selvas 55
me cansa y atribula.
MANTARA
Ten paciencia y aguarda.
BARABAR
Ya veo que una turba
de penitentes llega.
MANTARA
Pasmados nos circundan. 60
 
(Los penitentes salen de improviso por ambos lados. Miran con asombro y rodean a los viajeros. MOBAREC saldrá también vestido de penitente.)

 


Escena II

 
Dichos, MOBAREC y PENITENTES.

 
 
(Cantado.)

 
PENITENTES
¡Profanos! ¿Por qué senda
Legasteis a la sacra soledad?
¡Profanos! ¡La tremenda
maldición de Casyapa recelad!
MANTARA
¡Penitentes varones! 65
¡No mostréis contra mí tanto furor!
  -181-  
Quiero mis devociones
hacer entre vosotros con fervor;
piadosa peregrina
al inmortal Casyapa quiero ver. 70
Por su santa doctrina
Quiero la paz del alma merecer.
BARABAR
Yo, que sigo a mi dueño,
Responsable no soy de estar aquí.
No forme, pues, empeño 75
El buen Casyapa en maldecirme a mí.
PENITENTES
¡Profanos! ¿Por qué senda
llegasteis a la sacra soledad?
¡Profanos! ¡La tremenda
maldición de Casyapa recelad! 80
 
(Hablado.)

 
MOBAREC
¡Hermanos! Estos viajeros
me parecen gente buena.
Sin duda se extraviaron
en la espesísima selva,
y abriendo con sus espadas 85
camino por entre breñas,
  -182-  
han llegado hasta nosotros
sin intenciones aviesas.
Yo los conozco hace tiempo,
y hablar a solas quisiera 90
con ellos.
UN PENITENTE
Si los conoces
habla lo que te convenga;
pero cuida no se escapen
sin cumplir la penitencia
Por quebrantar la clausura. 95
BARABAR
¿Y qué penitencia es esa?
PENITENTE
Para esta dama, que es blanca,
alimentarse con hierbas
un mes: para ti, que tienes
crespo el pelo y la piel negra, 100
igual ayuno y por postres
de azotes quince docenas.
BARABAR
Eso no es equitativo.
Eso es barbarie proterva!
-183-
PENITENTE
¿Cómo así? Por dama y blanca 105
la ley es dulce con ella;
mas contigo, que eres negro,
no puede haber indulgencia.
Casyapa además es fino
con las señoras, y a esta 110
tal vez la excuse de ayuno
y del pecado la absuelva:
pero tus azotes dudo
que se queden en promesa.
BARABAR
Pues me fugo.
PENITENTE
No te irás;
115
¡asidle, tomadle a cuestas!
 
(Agarran a BARABAR varios penitentes, y se le quieren llevar.)

 
MANTARA

 (Espada en mano y tratando de impedirlo.) 

Negro o blanco, a mi criado
no ha de hacer nadie violencia.
Idos en paz y dejadle.
De Casyapa a la presencia 120
iré pronto y ya veremos
  -184-  
cómo las cosas se arreglan
sin que él lleve los azotes
y sin que yo sufra dieta.
 
(Se van los penitentes por un lado y por otro se esconde BARABAR.)

 


Escena III

 
MOBAREC y MANTARA.

 
MANTARA

 (A MOBAREC.) 

¿Qué tienes tú que decirme? 125
MOBAREC
¿No me conoces, oh reina?
¿Tan mudado estoy? ¿Tan flaco
me tiene la penitencia?
 
(MOBAREC se baja el capuchón y MANTARA le reconoce.)

 
MANTARA
¡Oh dicha! ¿Eres tú? ¿Y tu amo?
MOBAREC
Aquí vive.
MANTARA
Verle anhela
130
mi corazón. Llévame
donde está.
-185-
MOBAREC
Señora, espera.
Ahora está Zeyn encerrado
en impenetrable celda
con Casyapa y no es posible 135
ir a decirle que venga.
Tratando está de un asunto
que es de gravedad inmensa.
De él depende que consiga
o no la estatua novena. 140
MANTARA
¿Cómo es eso?
MOBAREC
Escucha el caso.
MANTARA
Habla, que te escucho atenta.
 
(MANTARA y MOBAREC se sientan en un peñasco.)

 
MOBAREC
No he de pecar de prolijo;
permite que no refiera
de mis peregrinaciones 145
la extraña y larga novela.
Bástete saber que fuimos,
para empezar nuestra empresa,
  -186-  
a ver a Zacubulú,
que en los genios de la tierra 150
como absoluto monarca
hace mucho tiempo reina.
En el submarino alcázar
Zeyn entró sin resistencia,
dejándome detenido 155
por los guardias a la puerta.
Supe después por Zeyn
que en aquella conferencia
le impuso Zacubulú
la más difícil tarea. 160
Buscar debía Zeyn
por el mundo a una doncella,
inocente sin ser tonta,
y cándida sin ser necia;
cuyo corazón el germen 165
del amor, cuya cabeza
del más supremo deleite
y de lo bello la idea
tuviese, sin que jamás
su mente empañado hubiera 170
un pensamiento enemigo
de la virginal pureza.
A fin de no equivocarse,
Zacubulú dio, cual piedra
de toque y cual fiel contraste 175
para estimar inocencias,
  -187-  
un espejito a Zeyn,
en el cual, si a verse llega
la mujer que peca en obras
o que en pensamientos peca, 180
la bruñida superficie
se cubre de manchas negras;
porque el espejo tan sólo,
inmaculada refleja
la imagen de una mujer, 185
si es inmaculada ella.
Con este espejo hemos ido
por ciudades, por aldeas,
por montañas y por valles,
por campiñas y por selvas, 190
y hemos visto lindas mozas,
ya pastoras, ya princesas;
pero todas han salido
malamente de la prueba,
embadurnando el espejo 195
con hollín de chimeneas.
MANTARA
Ni pudo ser de otro modo.
¿Quién comprende y no desea?
¿Quién de amor y de hermosura
sabe y gozarlos no anhela? 200
Mujer inocente y lista
no cabe en naturaleza.
-188-
MOBAREC
Ha cabido, sin embargo.
MANTARA
¿Te burlas?
MOBAREC
Hablo de veras.
Ya Zeyn desesperaba 205
de hallar cándida y discreta
a la vez mujer alguna,
cuando le dieron la nueva
de que el ilustre Casyapa
dechado de penitencia, 210
cuya santidad al seno
del mismo Brahma le eleva,
tiene una hija admirable
por su talento y belleza.
De Sita, que así se llama, 215
dice la fama parlera
que, educada por su padre
entre venerables dueñas,
sin amar sabe de amores,
une el candor a la ciencia, 220
y el concepto de lo hermoso,
que hasta su mente penetra,
ni el bajo apetito aguza
ni los sentidos subleva.
  -189-  
A pescar hemos venido 225
tan rara y preciosa perla,
a este asilo penitente
que se esconde entre malezas.
Ya Zeyn habló con Sita,
ya puso delante de ella 230
el espejo pavoroso
cuya faz pulida y tersa,
resplandeciendo más clara,
su noble imagen ostenta.
Consiguióse el primer triunfo; 235
pero lo más arduo queda.
MANTARA
¿Qué es lo más arduo?
MOBAREC
Del padre
impetrada la licencia,
llevar a Sita, do el Genio
como a su esposa la espera. 240
Zeyn ha de llevarla solo,
sin amparo ni defensa
de dueñas y de escuderos,
y ha de hacer luego la entrega
sin el menor menoscabo 245
en su virtud y entereza.
-190-
MANTARA
Eso es atroz. ¿Quién ha visto
que el lobo guarde la oveja
y el milano la paloma?
MOBAREC
Pues ello ha de ser, so pena 250
de no conseguir jamás
lo que el tesoro completa,
y de padecer del Genio
una venganza tremenda.
MANTARA
Y Zeyn, ¿dónde está ahora? 255
MOBAREC
¿No te he dicho que en la celda?
MANTARA
¿Podré verle?
MOBAREC
En breve tiempo
es probable que aquí venga.
 
(Se oyen voces confusas entre bastidores, al parecer muy lejos.)

 
BARABAR

 (Desde dentro.) 

¡Socorro!
-191-
VOCES
¡Calla, profano!
BARABAR
¡Socorro, que me desuellan! 260
MANTARA
¿Qué es esto? ¡Viven los cielos!
MOBAREC
       A Barabar...
MANTARA
¡Qué insolencia!
MOBAREC
Ya le azotan.
MANTARA
Pues muy cara
de los azotes la cuenta
les va a salir.
 
(Saca la espada y echa a correr del lado de las voces.)

 
BARABAR
¡Compasión!
265
MOBAREC

 (Corriendo detrás de MANTARA.) 

¡Señora! Calma, prudencia...

 (Asiendo a MANTARA y tratando de detenerla.) 

  -192-  
¡Deja que se cumpla el rito!
Tal vez al negro convenga...
MANTARA
¡Suéltame!
MOBAREC
Ve lo que haces.
 
(Pugna MOBAREC por detener a MANTARA; pero ella forcejea y se desprende al fin, dejando entre sus manos un cordón del cual va pendiente el objeto que en los versos se expresará.)

 
MANTARA
¡Traidor!
MOBAREC
¿Yo?
MANTARA
No me detengas.
270
MOBAREC
Corriendo va desalada...
Imposible detenerla.
Pero de un cordón pendiente,
¿qué es esto que aquí me deja?

 (Examinándolo.)  

¡Diantre! Es un frasco muy lindo. 275

 (Volviendo a mirar por donde se fue MANTARA.)  

Ya nuestra heroína llega
donde están los penitentes,
  -193-  
que cogieron por sorpresa
al negro, cuyas espaldas
están poniendo más negras. 280
Ya huyendo van de su furia
tan determinada al verla.
A Barabar dejan libre.
Mantara a toda carrera
los sigue.

 (Destapa el frasco y huele.)  

¡Exquisito aroma!
285

 (Vuelve a mirar.)  

Ya ha desistido la reina
de seguir a los que huyen,
y hacia aquí vuelve contenta,
y despacio.

 (Huele de nuevo el frasco.)  

¡Qué fragancia
vino generoso encierra! 290
Entre aquestos abstinentes
y sobrios anacoretas
hace ya doce semanas
que mis labios no le prueban.
¿Por qué no he de echar un trago? 295

 (Bebe.)  

¡Qué bien sabe! Jugo, esencia
de mil celestiales flores
  -194-  
parece el sabroso néctar.
¡Otro traguito!...

 (Vuelve a beber.)  

¡Ay qué rico!
 
(Entra MANTARA con BARABAR, quien muy mohíno y contrito se queda en un rincón.)

 
MANTARA
¿Qué hiciste? ¡Fortuna adversa! 300
Un elixir has bebido
que al tormento te condena
de amarme sin ser amado.
MOBAREC
¿Qué dices? Hermosa reina,
no es el mágico licor, 305
son tus inauditas prendas
las que me tienen transido
de amor. ¿Por qué me desdeñas?
¡Yo te adoro!
MANTARA
Yo a Zeyn
he dado ya mi existencia. 310
MOBAREC
Pero Zeyn no te quiere.
-195-
MANTARA
Déjalo que no me quiera.
Me querrá.
MOBAREC
No te querrá.
Yo haré que el vino no beba.
En mil pedazos tu frasco 315
romperé contra las peñas.
 
(MOBAREC tira el frasco con fuerza.)

 
MANTARA
¡Qué hiciste! Malvado!
El frasco has quebrado.
La tierra ha tragado
el rico elixir. 320
MOBAREC
Así le rompiera
antes que bebiera,
sin que enamorado
me vieses gemir.
MANTARA
Amores no quiero. 325
¡Tu muerte prefiero!
 
(Saca la espada y va a matarle.)

 
-196-
MOBAREC
¡Suspende el acero!
MANTARA
¡Te voy a matar!
MOBAREC
Me matan tus ojos
con rayo de enojos. 330
De amores me muero!
¡Morir es amar!
MANTARA
¡Es mucha tu grosería!
¡Necio! ¿Tan sólo consiste
en el filtro que bebiste 335
el que te prendes de mí?
MOBAREC
No: te adora el alma mía
por tu beldad y tu gracia.
El filtro dio sólo audacia
para decírtelo aquí. 340
MANTARA
Ya que le has bebido          Ya que la has tenido,
Por rudo y grosero          Te voy a matar.
-197-
MOBAREC
Me matan tus ojos          Con rayo de enojos.
En sangre tu acero          No debes manchar.


Escena IV

 
Dichos y ZEYN

 
 
Hablado.

 
ZEYN
¿Qué haces, reina Mantara? 345
¿Por qué matar a Mobarec pretendes?
MANTARA
Su amor este bellaco me declara.
ZEYN
Si por eso te ofendes
mal haces, que no es falta de respeto
adorar de rodillas a un sujeto 350
por excelso que sea.
¿Qué mujer, siendo joven y no fea,
librarse puede de inspirar pasiones?
¿Y qué galán, con ella y sin testigo,
en palabras no muestra y en acciones 355
lo que mayor castigo
no merece que duros sofiones?
  -198-  
Gozando Mobarec de mi privanza
no es además tan mísera persona
que concebir no pueda la esperanza 360
de enamorar a quien ciñó corona.
MANTARA
¡Cielos, lanzad sobre mi frente un rayo!
Así paga el cruel mi rendimiento.
Tal vez piensa que basta a mi contento
recibir por marido a su lacayo. 365
Pero disimular ora conviene.
Mobarec, no te amo;
tu amor, no obstante, a agradecer me inclino;
ya mi perdón tu desvergüenza tiene;
que intercede por ti tu augusto amo, 370
y complacerle en todo es mi destino.

 (Al paño.)  

Nada a Zeyn del elixir declares,
cuyo misterio reveló mi labio
movido por la ira.
MOBAREC
Callaré: mas alivia mis pesares. 375
De tu pasión por él venga el agravio,
amando al fin a quien por ti suspira.
ZEYN

 (A MANTARA.) 

Ora, bella Mantara, al contemplarte
mi gratitud no acierto a ponderarte.
  -199-  
Ha sido gran proeza 380
atravesar del bosque la maleza,
llena de tigres, monos y serpientes,
y llegar donde están los penitentes.
Ya que hasta aquí has llegado,
vas a ver la gran fiesta de la diosa 385
Nari, que hoy se celebra en aquel prado,

 (Señalando al lado derecho fuera de la escena.)  

Con procesión y danza estrepitosa
de faquires y lindas devadasis.
También verás a la divina Sita,
pronta a dejar el paternal oasis 390
para acudir al Genio que la invita
señora a ser del subterráneo mundo.
MANTARA
Con respeto profundo
las santas ceremonias ver espero.
MOBAREC
Ya se escuchan las flautas y el pandero: 395
ya llegan los santísimos varones
bailando y entonando sus canciones.
 
(MOBAREC, ZEYN y MANTARA se van por el lado derecho del proscenio. Mutación de escena. -Lugar más ancho en una gran pradera. Vuelven a entrar MOBAREC, ZEYN y MANTARA, por el lado izquierdo. Entran después por el opuesto muchos faquires; unos cantan, otros bailan con extrañas contorsiones, otros tocan panderos, flautas, caracoles, bocinas y retorcidas trompas, otros encantan y fascinan serpientes enormes que se enroscan al cuerpo, y otros fingen herirse con puñales y alfanjes.)

 
-200-
 
(Música.)

 
CORO DE
FAQUIRES
       Beso amoroso
       Nara te dio
       y el universo 400
       luego nació.
       ¡Oh, Nari bella!
       Virgen de amor,
       tú eres la madre
       de la creación. 405
 
(Entra un coro de vírgenes devadasis con amplias, largas y cándidas estolas. Traen muchas flores en tirsos, corimbos, canastillos y guirnaldas.)

 
DEVADASIS
       Dieron tus labios
       al campo olor
       y luz tus ojos
       dieron al sol.
       ¡Oh, Nari, oh Diosa! 410
       Virgen de amor,
       tú eres la madre
       de la creación.
 
(Aparecen en larga fila los penitentes. En pos vienen más devadasis con dos aras portátiles. En la una va ardiendo el fuego sagrado: en la otra mana agua como de una fuente y cae en una taza.)

 
PENITENTES
Nari es frescura,          Luz y calor.
De Nari el fuego          Y el agua son. 415
  -201-  
¡Oh, Nari bella,          Virgen de amor,
Tú eres la madre          De la creación!
 
(Entra por último nuevo coro de devadasis con palmas y ramos de laurel y de mirto. Algunas traen antorchas, otras, turíbulos, con los cuales echan humo de incienso a la diosa Nari, cuya estatua llevan en andas. La bella SITA se mostrará en la procesión al frente de la estatua de la diosa. SITA estará vestida de blanco con suna sencillez patriarcal. La falda, abierta por los lados para que deje libre y descubierta la pierna, y el cuerpo mismo más defendido por la inocencia del alma que por la vestidura. Casi es inútil advertir que la actriz que represente a SITA ha de aparecer lo más bonita, joven y candorosa que ella pueda y sepa.)

 
SITA
Una emoción dulcísima
incítame a querer
la pompa y la hermosura 420
que miro por doquier.
Amo la aurora fúlgida,
la delicada flor,
de estrellas, sol y luna
el vivo resplandor. 425
Mas tú, Nari, creaste
cuanta hermosura vi:
los suspiros del alma
deben posarse en ti.
CORO y
SITA
¡Oh, Nari! ¡Oh, Diosa! 430
Virgen de amor,
  -202-  
tú eres la madre
de la creación
 
(Mientras cantan SITA y el coro, las devadasis ofrecerán las flores y los ramos y palmas a la imagen, harán genuflexiones y reverencias, agitarán los turíbulos y echarán incienso. Podrán introducirse, a par de estas devadasis de largas ropas, cuya danza será reposada y solemne, algunas bayaderas con trajes cortos que bailen con animación más profana. Durante el baile habrán llegado también varios brahmines con túnicas amplias y rozagantes. Entre ellos, como jefe, el sabio CASYAPA, de luenga y blanca barba y con vara de marfil en la mano. Cesa la música.)

 
CASYAPA
Sabed ¡oh, muy amados!
Que acerca del destino de mi Sita 435
los oráculos tengo consultados;
y la diosa me excita
a que Zeyn la lleve a la morada
donde, por sus virtudes celestiales,
a ser está llamada 440
emperatriz de genios inmortales.
Y aunque el joven Zeyn, que se la lleva,
con ella está sujeto
a una terrible prueba,
yo, que saldrán airosos me prometo. 445
Por el favor divino todo es llano,
y a fin de que se alcance
este favor divino,
daré a Zeyn, con arte sobrehumano,
  -203-  
la virtud que le libre de un percance 450
mientras vaya con Sita de camino.
 
(Vuelven la música y el baile. Una de las principales devadas llega al ara en que está el agua; llena un vaso en la fuente, y va luego a ZEYN; hace tres círculos y otras tantas genuflexiones en torno de él, llevando el vaso levantado y vertiendo agua sobre su cabeza. Canta.)

 
DEVADASI 1.ª
Que en virtud del agua clara
lave Nari y limpie Nara
de todo anhelo violento
tu vehemente corazón. 455
CORO
Que le llene el sentimiento
de una pura devoción.
 
(Otra devadasi principal va al ara donde está el fuego sagrado; enciende en él una antorcha; hace las tres genuflexiones y círculos en torno de ZEYN, y pasándole en seguida el fuego cerca de los labios, como si se los quemase, canta:)

 
DEVADASI 2.ª
Que purifique tu boca
este fuego que la toca
para que nunca profiera 460
amante declaración.
CORO
Que mejor la muerte quiera
que tan gran profanación.
 
(CASYAPA se acerca a ZEYN. Hace los círculos y genuflexiones con gran prosopopeya. Moja el extremo de la varita que lleva en la diestra   -204-   en un tarro de pomada que lleva en la siniestra, unta a ZEYN los párpados y canta.)

 
Que este sacro linimento
impida que en tu mirada 465
destelle la llamarada
de una terrena pasión.
CORO
Muestre sólo el sentimiento
de la pura devoción.
 
(Se adelanta SITA por último. Hace también sus tres círculos y genuflexiones, y ciñendo a la cintura de ZEYN un misterioso cíngulo, canta:)

 
SITA
Que pureza columbina, 470
y toda virtud celeste,
ceñido al talle, te preste
el bendito cinturón.
ZEYN
La ceremonia divina
da fuerza a mi corazón. 475
La inocencia y la hermosura
que en tu seno veo lucir,
sólo amistosa ternura
deben al alma infundir.
CORO
El rito augusto 480
ya se cumplió,
  -205-  
y al noble príncipe
santificó.
 
(Termina la ceremonia.)

 
 
(Hablado.)

 
ZEYN
Con tan altas virtudes pertrechado,
ya me siento mayor. 485
Fácil juzgo la empresa que he empezado.
MANTARA
¡Admiro tu valor!
ZEYN

 (A MOBAREC.) 

Tú a Bactra irás con la simpar Mantara;
yo a Sita llevaré,
según lo exige el Genio y lo declara, 490
solos ambos y a pie.
Toma, Sita, el espejo que tu pura
cándida imagen copia:
Mírate en él y cuida su hermosura
que es de tu alma propia. 495
 
(Da a SITA el espejo.)

 
SITA
Para seguirte estoy apercibida.
Señor, en ti confío.
  -206-  
Al destino sométese mi vida;
al cielo mi albedrío.
CASYAPA
Mis bendiciones recibid ahora. 500
 
(Extiende las manos sobre ambos peregrinos.)

 
ZEYN
Gracias, santo varón.
MANTARA

 (Acercándose.) 

¡Oh, Casyapa!
CASYAPA
¿Qué quiere esta señora?
MANTARA
También tu bendición.
 
(Se la da imponiendo sus manos.)

 
MANTARA
Con Mobarec y Barabar me voy. 505
Adiós, noble Zeyn.
Arduo es tu empeño, y temerosa estoy
De que tenga mal fin.
 
(Sita y ZEYN se van por un lado, y MOBAREC, MANTARA y BARABAR por otro.)

 
-207-
 
(Música.)

 
CORO
¡Oh, Nari! ¡Oh, diosa!
Virgen de amor, 510
tú eres la madre
de la creación.



  -208-     -209-  
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Acto III

 
Bosque amenísimo. Es la hora del medio día; pero apenas penetran los rayos del sol por entre la frondosa enramada. Cantan los pájaros, suenan fuentes, cascadas y arroyuelos. Se oye música suave y amorosa. SITA duerme sobre un lecho de césped florido. ZEYN vela contemplándola. Se oyen voces de seres invisibles.

 

Escena I

 
ZEYN, SITA y voces de seres invisibles.

 
CORO
Céfiro y flores
hablan de amores.
El agua suena
y dice: amad
en esta amena 5
esquividad.
VOZ

 (A la derecha.) 

Los pájaros cantan con dulce gorjeo;
perfuma el ambiente la flor;
la bóveda espesa de fresca verdura
mitiga la lumbre del sol. 10
-210-
VOZ

  (A la izquierda.) 

Murmura la fuente durmiendo la niña:
¿qué sabe la niña de amor,
si hiere a mansalva su púdico seno,
si toca en el alma su voz?
VOZ

 (A la derecha.) 

Ya brota en el alma la célica llama, 15
esencia ignorada de Dios;
y el Dios, cual la aurora despierta las aves,
despierta sencilla pasión.
VOZ

  (A la izquierda.) 

¡Ah, Sita! Tú duermes y forjas ahora
soñada, divina ilusión: 20
despierta, despierta, que el mundo te ofrece
delicias, ventura mayor.
ZEYN
Invisibles cantores,
bien conocéis vosotros mi deseo.
Sita me inspira amores. 25
Imposible ya creo
cumplir lo prometido.
Mi corazón la ama.
Si ella siente por mí la misma llama,
el lance está perdido: 30
  -211-  
más prefiero perder y ser amado
a ganar desdeñado.
Cuán linda estás en tu tranquilo sueño,
¡dulce bien, luz de amor, hermoso dueño!
       La beldad que soñé 35
       al cabo miro en ti.
       Tú eres la que yo amé
       con ciego frenesí.
       Antes de verte
       yo te adoraba: 40
       por ti en la muerte
       sólo pensaba,
       ora que te veo,
       Sita celestial,
       de amante deseo 45
       objeto real,
       despierta, despierta:
       mi tierna pasión
       hoy llama a la puerta
       de tu corazón. 50
 
(Hablado.)

 
SITA

 (Despertando.) 

¿Me llamabas, amigo?
-212-
ZEYN
No, Sita.
SITA
Pues soñé que me llamabas.
ZEYN
En el repuesto abrigo
de esta verde floresta
reposo al cuerpo fatigado dabas 55
en las ardientes horas de la siesta;
y yo en silencio tu dormir veía,
que las aguas y el viento susurrando
y las aves cantando
arrullaban con mansa melodía. 60
SITA

 (Con tristeza.) 

El despertar me roba de la mente
multitud de quimeras.
ZEYN
¿Tan mala es la realidad presente
que tu soñar prefieras?
SITA
¡Ah! no, Zeyn. Ya sabes que me agrada 65
peregrinar, vivir bajo tu amparo:
  -213-  
mas pronto del preclaro
Zacubulú veremos la morada...
ZEYN
Y tú reina de genios inmortales
serás, y yo, infelice, 70
he de dejar de verte...

 (Pausa.) 

Pues vengan sobre mí todos los males.
La promesa que hice
no he de cumplir aunque me den la muerte.
SITA
¿Qué está diciendo? ¡Cielos! 75
ZEYN
Digo que yo me imaginé más fuerte,
de corazón más frío;
el amor y los celos
los tiranos son ya del pecho mío.
SITA
Tal vez un numen que tu mal desea, 80
para hacerte caer en el pecado,
el sentimiento te infundió y la idea
que tu labio ha expresado;
flaqueza fugitiva
que vencerá tu voluntad altiva. 85
-214-
ZEYN
No fugitivo, sino eterno fuego
mi corazón devora;
no hay más numen que turbe mi sosiego
que la beldad de Sita encantadora.
SITA
Considera que al Genio soberano 90
que en tu lealtad confía
faltando estás, ¿No temes de su mano
una venganza impía?
ZEYN
Yo sólo temo ya que me desdeñes
y que no diga un sí tu fresca boca. 95
SITA
Desvelado no sueñes
con la esperanza loca
de ser rival y vencedor del numen.
ZEYN
Ya lo entiendo. A un mortal tú le prefieres.
¡Ay de los que presumen 100
capaz el corazón de las mujeres
de amar como nosotros las amamos!
-215-
SITA
Engañaste, Zeyn. De nuestra vida
la esencia es el amor, y por él damos
todo el bien a que el mundo nos convida 105
o que fuera del mundo imaginamos.
ZEYN
Pues entonces será que no te inspiro
ese amor... ¿No es verdad?
SITA
Fingir no puedo
ya, ni disimular... por ti suspiro...
Te amo; mas por ti mismo tengo miedo. 110
ZEYN
Ya ni a los dioses en audacia cedo.
Vencidos tus desdenes,
confesando tu boca purpurina
el amor que me tienes,
mi humana condición haces divina. 115
 
(Música.)

 
ZEYN
Deja que admire extático
tu cándida hermosura.
  -216-  
Jamás mayor ventura
los dioses pueden dar.
SITA
Irresistible, enérgico, 120
brotó en el pecho mío
amor que en vano ansío
y lucho por callar.
LOS DOS
Pronuncie el labio trémulo
de nuevo el sí anhelado, 125
y luego al Genio airado
sabré desafiar.
 
(ZEYN cae de rodillas a los pies de SITA, le toma las manos y se las besa. Un instante después se levanta y la estrecha entre sus brazos fervorosamente. En el momento se obscurece el aire como en la más profunda noche. Relámpagos deslumbradores. La selva parece que arde por todos cuatro costados. Truenos prolongadísimos y horribles.)

 
SITA
Como Damayanti
al príncipe Nal,
Zeyn, yo te amo 130
del Genio a pesar.
Como Damayanti
sabrá desdeñar
a los dioses Sita,
  -217-  
y a ti te amará. 135
Si el Genio con rayos
me viene a matar,
morir en tus brazos
mi gloria será!
ZEYN
No temo del Genio 140
la rabia infernal;
con cielos y abismos
me atrevo a luchar.
SITA
Te amo.
ZEYN
Te adoro.
Valor sin igual 145
me prestas: de todo
me siento capaz.
LOS DOS
Como Damayanti
y el príncipe Nal,
mi alma y la tuya 150
amándose están.
Si el Genio con rayos
me viene a matar,
  -218-  
morir en tus brazos
mi gloria será. 155
 
(Se oye un ruido temeroso de armas. Aparecen de repente extraños y fantásticos bandidos, que se precipitan furiosos sobre ZEYN y su amada. ZEYN desnuda el acero y riñe valerosamente contra todos, defendiendo a Sita que guarda a sus espaldas. Durante el combate sigue la tempestad. Por último, cae herido ZEYN. Los bandidos se apoderan entonces de SITA y se la llevan con rapidez.)

 


Escena II

 
Largo momento de calma y silencio. ZEYN solo y postrado en tierra.

 
ZEYN
¡Genio desapiadado!
Pues me robas mi bien, morir anhelo.
Herido y afrentado
y sin ella, la muerte es mi consuelo.
 
(Dichas estas palabras, cae ZEYN como en un letargo. Se abre la tierra y baja por escotillón.)

 


Escena III

 
La misma decoración de la Sala del Tesoro en el acto segundo, salvo que el nicho grande, que antes estaba descubierto, está cubierto ahora con un velo muy tupido. Entran la Reina BUDÍ, sus dos esclavas favoritas, MOBAREC, BARABAR y MANTARA.

 
 
Hablado.

 
BUDÍ
Os he traído a este sitio 160
porque sé que en breve rato
a Zeyn Zacubulú
  -219-  
Hará llegar a mis brazos.
Según el Genio me dice,
en sus últimos despachos, 165
no salió Zeyn airoso
del empeño que contrajo;
pero el Genio le perdona,
que al fin es de genio blando,
y con la novena estatua 170
se allana a hacerle un regalo.
Ya debe de estar oculta
detrás de ese velo mágico,
que tan sólo de mi hijo
puede descorrer la mano. 175
MANTARA

 (A MOBAREC.) 

Comprendo que en su propósito
Zeyn quedase burlado.
La continua convivencia
y el constante íntimo trato,
que facilita y promueve 180
entre dos un viaje largo,
a las más firmes y austeras...
MOBAREC
¿Te arrepientes?
MANTARA
Nada gano
con arrepentirme ya;
  -220-  
pero pensaré despacio, 185
si mi frustrada ambición
y si mi afecto burlado,
a falta de un rey, consuelo
hallarán en un vasallo.
 
(Se oye un ruido subterráneo. Simultáneamente se estremecen los muros de la estancia, vacilan las estatuas en sus pedestales y parece que todo se va a hundir como en un gran terremoto.)

 
BARABAR
¡Dioses, piedad! Nos hundimos. 190
MANTARA
¡Qué horror!
BUDÍ
¡Qué asombro!
MOBAREC
¡Qué pasmo!
 
(ZEYN aparece filtrándose a través del muro. Todo vuelve a la serenidad y al reposo.)

 


Escena IV

 
Dichos y ZEYN.

 
MANTARA
Aquí está Zeyn.
MOBAREC
¡Señor!
-221-
BUDÍ
¡Hijo! ¿Por dónde has entrado?
 
(ZEYN abraza a su madre y saluda tristemente a los demás.)

 
ZEYN
Aquí los gnomos me traen
por caminos subterráneos, 195
con la rapidez eléctrica
del terremoto y del rayo.
Mis heridas materiales
ellos al punto curaron:
mas la herida de mi alma 200
me matará en breve plazo.
¡Ay, madre! El rey de los Genios
fieramente se ha vengado.
A la mujer de mis sueños
me hizo buscar sin descanso: 205
la hallé, la amé, y el maldito
mi dulce amor ha robado.
BUDÍ
¡Hijo! Tal vez te consuele
lo que el Genio te dé en cambio.
ZEYN
Déme la muerte, y así 210
me dejará consolado.
-222-
BUDÍ
Te da la estatua novena
en cumplimiento del pacto.
ZEYN
¿Me da la estatua? Pues voy
al punto a hacerla pedazos. 215
La muerte luego yo mismo
me daré.
 
(Ármase ZEYN de una clava ponderosa que habrá en un montón de armas. Se lanza hacia el nicho grande. Tira del velo y le descorre con la mano izquierda, mientras va a dar el golpe con la clava que lleva en la derecha. La bella SITA aparecerá en el nicho ya descubierto, con el traje blanco de siempre, pero coronada de azahar, con velo de desposada y muchos diamantes, esmeraldas y rubíes. En la mano tendrá el espejo mágico.)

 
SITA
¡Detente, ingrato!
 
(El nicho bajará lo bastante para que SITA pueda descender sin brinco y con la majestad debida. ZEYN tira al suelo la clava y estrecha a SITA entre sus brazos.)

 
ZEYN
¡Prenda del alma!
SITA
¡Rey mío!
SITA y ZEYN
¡Gracias, gracias, cielos santos!
-223-
BUDÍ
A tu excesiva soberbia, 220
a tu orgullo sobrehumano
Zacubulú por castigo
momentos dio muy amargos:
mas ya el amor de tu alma
quiere premiar, realizando 225
el ideal de hermosura,
constante objeto, fin alto,
adonde el vuelo encumbrabas
lo vulgar menospreciando.
ZEYN
Mi ambición, mi bien, mi gloria, 230
todo en Sita está cifrado.
MOBAREC
¡Qué viva Zacubulú!
MANTARA
¡Vivan los enamorados
esposos!
BUDÍ

 (Abrazando a SITA y a ZEYN.) 

¡Vivan mis hijos
felices y largos años! 235
 
(ZEYN, SITA, MOBAREC y MANTARA se dan las manos y cantan.)

 
  -224-  

 (Música.) 

Si las perlas y el oro
tienen valor,
Lo mejor del Tesoro
es el amor.
 
(Aparecen los gnomos, que son unos enanillos con luengas barbas, mandiles y martillos de herreros. Los gnomos deben estar representados por niños. Acuden las salamandras y las ondinas, espíritus elementales del fuego y del agua, y tejen una danza con los gnomos.)

 
CORO
GENERAL
Si las perlas y el oro 240
tienen valor,
Lo mejor del tesoro
es el amor.





Madrid, 1878.






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