Santa
Episodio del Mahabharata
Juan Valera
—211→
El rey de Anga, Lomapad glorioso, | |||
a un brahman ofendió, no dando en premio | |||
de un sacrificio lo que dar debiera. | |||
Irritados entónces los brahmanes, | |||
salieron todos de su reino: el humo | 5 | ||
del holocausto al cielo no subía; | |||
Indra negaba la fecunda lluvia, | |||
y la miseria al pueblo devoraba. | |||
Lomapad, consternado, saber quiso | |||
el parecer de los varones doctos, | 10 | ||
y los llamó á consejo, y preguntóles | |||
qué medio hallaban de aplacar la ira | |||
del Dios que lanza el rayo y amontona | |||
en el cielo del agua los raudales | |||
—212→ | |||
Mil sentencias se dieron; mas al cabo | 15 | ||
el más prudente de los sabios dijo: | |||
-Escucha ¡oh rey!, mientras brahman no haya | |||
que sacrificio en este suelo ofrezca, | |||
Indra no saciará la sed abriendo | |||
el líquido tesoro de las nubes. | 20 | ||
Los brahmanes, movidos del enojo, | |||
al sacrificio no se prestan. Oye | |||
para cumplir el venerando rito | |||
cómo hallar solo sacerdote puedes. | |||
En la fértil orilla del Kausiki, | 25 | ||
en lo esquivo y recóndito del bosque | |||
del trato humano léjos, su vivienda | |||
Vinfandák tiene, el hijo de Kasyapa, | |||
Brahman austero y penitente. Vive | |||
en el yermo con él su único hijo, | 30 | ||
el piadoso mancebo Risyaringa. | |||
No vió á más hombre que á su padre nunca; | |||
sólo frutos silvestres, hierbas sólo | |||
y licor sólo que entre rocas mana, | |||
alimento le dieron y bebida. | 35 | ||
Tan inocente y puro es el mancebo | |||
que de lo qué es mujer no tiene idea. | |||
Manda, pues, rey, que una doncella hermosa, | |||
vaya al bosque, le hable, y con hechizos | |||
de amor, cautivo á la ciudad le traiga. | 40 | ||
No bien sus piés en tus sedientos campos | |||
—213→ | |||
la huella estampen, no lo dudes, Indra | |||
dará propicio el suspirado riego. | |||
Así habló el sabio, y su atinado aviso | |||
agradó mucho al rey. Dinero y honras | 45 | ||
prometió Lomapad á la doncella | |||
que hábil trajese al candoroso jóven: | |||
Pero todas miraban con espanto | |||
de Vifandák la maldición horrible, | |||
y exclamaban: -¡Oh príncipe!, perdona; | 50 | ||
no llega á tal extremo nuestra audacia. | |||
En tanto, iban mostrándose tan fieras | |||
la sequía y el hambre, que perdieron | |||
toda esperanza el rey y sus vasallos, | |||
cuando Santa, del rey única hija, | 55 | ||
vírgen por su beldad maravillosa, | |||
modestamente se acerco á su padre | |||
y así le habló: -Si quieres, padre mío, | |||
yo he de intentar que venga á nuestra tierra | |||
el jóven que no vió seres humanos. | 60 | ||
Con gran contento el rey escuchó á Santa, | |||
y al instante dispuso que una nave | |||
se aprestára, de flores y verdura | |||
cubierta por doquier, como retiro | |||
feraz de bienhadados penitentes. | 65 | ||
Peregrinando en ella con su hija, | |||
fué contra la corriente del Kausiki | |||
hasta llegar al prado y á la selva, | |||
—214→ | |||
mansión de Vifandák el solitario. | |||
Con discretos consejos de su padre | 70 | ||
para tan ardua empresa apercibida, | |||
Santa desembarcó, y entró en la choza | |||
do el mancebo por dicha estaba solo. | |||
-Dime, múni, le dijo, si te place | |||
la penitencia aquí. ¿Vives alegre | 75 | ||
en esta soledad? ¿Tienes en ella | |||
abundancia de frutos y raices? | |||
-Tengo, contestó el jóven; mas ¿quién eres | |||
que como llama refulgente luces? | |||
Bebe del agua mía: te suplico | 80 | ||
que mis flores aceptes y mis frutos. | |||
-Allá en mi soledad, replicó Santa, | |||
al otro lado de los altos montes, | |||
nacen flores más bellas y olorosas, | |||
son los frutos más dulces, y es más clara | 85 | ||
y más salubre el agua de las fuentes. | |||
-¡Oh huésped celestial!, dijo el mancebo; | |||
algún sér superior eres sin duda. | |||
Yo me postro á tus plantas y te adoro | |||
como adorar debemos á los dioses. | 90 | ||
-¡Ah, no! Tú eres mejor, tú eres perfecto, | |||
y adorarme no debes: yo rechazo | |||
la no fundada adoración: permite | |||
que te dé paz como se da en mi patria. | |||
Cediendo en parte entónces al consejo | 95 | ||
—215→ | |||
discreto de su padre, y al impulso | |||
del corazón también, Santa la bella | |||
al cuello del garzón echó los brazos, | |||
y le dió un beso, y llena de sonrojo | |||
huyó á la nave do su padre estaba. | 100 | ||
Volvió del bosque Vifandák en esto, | |||
grave, terrible, penitente, todo | |||
desde los piés a la cabeza hirsuto. | |||
-¡Hijo!, exclamó, ¿por qué has holgado, hijo? | |||
Ni partiste la leña, ni atizaste | 105 | ||
el fuego, ni lavaste la vajilla, | |||
ni la vaca cuidaste ni el becerro. | |||
Mudado me pareces. ¿En qué sueñas? | |||
¿Qué cavilas? ¿Sabré lo que ha pasado? | |||
-Un peregrino, respondió el mancebo, | 110 | ||
estuvo por aquí, de negros ojos | |||
sonrosada y blanca faz; en trenzas | |||
los cabellos caian por su espalda; | |||
en sus labios brillaba la sonrisa; | |||
gentil, gracioso, esbelto era su talle, | 115 | ||
y en suave curva levantado el pecho. | |||
Como canta el kokila en la alborada, | |||
así su voz sonaba en mis oidos, | |||
y á su andar un aroma yo sentia | |||
como el del aura en grata primavera. | 120 | ||
No quiso de mis frutos, y no quiso | |||
agua tampoco de mis fuentes: frutos | |||
—216→ | |||
más sazonados me ofreció y bebida | |||
de más rico sabor, cuya promesa | |||
basto á embriagarme un tanto. Ciñó luégo | 125 | ||
con sus brazos mi cuello el peregrino, | |||
inclinó hacia la suya mi cabeza, | |||
tocó en mi boca con su amable boca, | |||
hizo un susurro pequeñito y blando, | |||
y por todo mi sér discurrió al punto | 130 | ||
un estremecimiento delicioso | |||
por este peregrino en vivas ansias | |||
me consumo; do vive vivir quiero; | |||
de que se ha ido el corazón me duele; | |||
y á hacer la misma penitencia aspiro | 135 | ||
que me enseñó, para endiosar el alma | |||
más eficaz ¡oh padre!, que las tuyas. | |||
Vifandák contesto: -No te confíes, | |||
hijo, en belleza material; á veces | |||
van los gigantes por el bosque errando, | 140 | ||
y toman bellas formas, con intento | |||
de seducir á los varones píos | |||
y perturbar su penitente vida. | |||
Para buscar á Santa salió entónces | |||
Vifandák, ciego de furor; y apénas | 145 | ||
hubo salido, penetró de nuevo | |||
la linda moza con furtivos pasos. | |||
La vió el mancebo, trémulo de gozo; | |||
corrió á ella y le dijo: -No te pares; | |||
—217→ | |||
huyamos sin tardanza do tú vives; | 150 | ||
no nos halle mi padre cuando vuelva. | |||
Así Santa logró que Risyaringa | |||
la siguiese á la nave. Dió á los vientos | |||
la vela entónces Lomapad, y raudo | |||
bajó por la corriente del Kausiki. | 155 | ||
No bien puso la planta el virtuoso | |||
mancebo en tierra, cuando abierto el cielo | |||
vertió torrentes de fecunda lluvia. | |||
El rey, viendo sus votos ya cumplidos, | |||
a Risyaringa, desposó con Santa. | 160 | ||
Volvió, entre tanto, Vifandák del bosque | |||
á la choza, y al hijo fugitivo | |||
buscó en balde doquier. Con saña cruda | |||
de Anga á la capital marchó en seguida | |||
para lanzar su maldición tremenda. | 165 | ||
Con la fatiga á reposar paróse | |||
en medio del camino, y miró en torno, | |||
y vió praderas de abundantes pastos, | |||
y ovejas mil y lucios corderillos | |||
y pastores alegres. -¿Quién os hace | 170 | ||
tan dichosos?, les dijo, y respondieron: | |||
-El piadoso mancebo Risyaringa. | |||
Siguió su marcha Vifandák, y hallaba | |||
paz, opulencia, dicha en todas partes, | |||
y cada vez que de alguien inquiria | 175 | ||
de tanto bien la causa, mil encomios | |||
—218→ | |||
escuchaba de nuevo de su hijo. | |||
Aduló con són grato las orejas | |||
del austero varón tanta alabanza, | |||
y se entibió su cólera fogosa. | 180 | ||
Llegó, por fin, á la ciudad, en donde | |||
le colmó el rey de honores y mercedes; | |||
vió feliz como un Dios al hijo amado; | |||
vió tan gozosa á la gallarda nuera, | |||
que como luz de amor resplandecia; | 185 | ||
y en torno vió rebaños florecientes, | |||
y amenos, verdes sotos, y el hartura | |||
y el deleite por huertos y jardines. | |||
No pudo entónces maldecir: las manos | |||
elevó hácia los cielos y bendijo. | 190 |