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1

[El original que reproducimos está formado por dos volúmenes con paginación independiente. Reproducimos la paginación de cada uno (volumen I, páginas 3-263, y volumen II, páginas 7-263) sin indicación diacrítica alguna.

Las páginas 239 a 255 del volumen II presentan el glosario de palabras ordenadas alfabéticamente del original. (N. del E.)]

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2

Recuérdese que no es del autor. Suponiéndola de Proaza, editor y corrector, queda aclarada la carta. En ella se ve tambalear el pensamiento entre lo que Proaza sentía de la obra como editor y lo que hacía decir al supuesto autor. Trasparéntase este doble pensamiento: el propio y el fingido que el autor cuelga, y de ahí la vaguedad de toda ella. (N. del E.)

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3

Absentes. Cualquiera diría que Rojas vivió con Proaza en Valencia y que, habiéndose ausentado, quiere servir a los valencianos con el primer auto hallado de La Celestina. Nada hay, sin embargo, de todo esto. El ausente de Valencia, donde solía vivir, es Proaza. El servicio se refiere a toda la Comedia de 16 autos, pues sólo el primero era bien poco cosa, y en él no se ve el provecho que dice cierra la obra para galanes y enamorados, y con todo, en boca del autor había de referirse sólo al primer auto ajeno, por las alabanzas que de la obra hace y por lo demás que dice. Antes se coge al mentiroso que al cojo, y basta leer el primer trozo de esta carta para ver que no es del autor, sino de Proaza. El pensamiento es, además, vulgar, desleída la manera de exponerlo y el estilo flojo, afectado e indigno del autor de los 16 primeros autos. (N. del E.)

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4

Donde, de + onde, de donde. HERR., Agr., 5, 5: Al corcho de la colmena, donde salen. Cid, 353: En el costado dont yxio la sangre. (N. del E.)

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5

Inopia, latinismo. (N. del E.)

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6

Ventres, perros que ventean la caza. (N. del E.)

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7

Ser presa, participio, no sustantivo. (N. del E.)

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8

Hallé esculpidas, en el primer auto, que luego dice ser el hallado, no hay tales armas, sino el comienzo que entabla muy bien la Comedia. (N. del E.)

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9

Milán. Preciosas eran las armas que en aquella ciudad se fabricaban; pero aquí comienza el corrector a acordarse de Juan de Mena, que dice en el Laberinto (c. 150): «O las ferrerías de los Milaneses.» (N. del E.)

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10

De doctos varones. ¿Cuántos concurrieron a hacer un solo auto? Pues de él se trata en esta carta. ¡Sino que se le va el santo al cielo, olvidando Proaza que es Rojas el que se supone escribirla, y en su pensamiento tiene toda la obra! (N. del E.)

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