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801

CORR., 482: Ruin sea quien por ruin se tiene y lo va a decir a la plaza. (N. del E.)

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802

CORR., 192: Las obras hacen linaje. También aquí se acuerda del Petrarca (Remed., I, 16): «Recebir gloria de lo ageno es una donosa vanagloria. Los merecimientos de los avuelos cardenales son e los nietos que de aquella bondad desvían, e ninguna cosa pública más las manzillas de los modernos que el resplandor e gloria de los antiguos. Muchas vezes amenguó a uno la virtud de otro. El verdadero loor, si de tus propias cosas no le has, de las a genas no le esperes.» (N. del E.)

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803

CORR., 419: Toda comparación es odiosa. (La que alza a uno y baja a otro.) (N. del E.)

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804

Desgraciado, sin gracia. (N. del E.)

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805

Arremango, el regazo de la saya en que las mujerucas, alzándola y arremangándola, recogen y llevan cosas. Como si en él le hubiese de llevar a Melibea, como llevaba la fruta comprada o las cosas pordioseadas o socaliñadas. (N. del E.)

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806

CORR., 316: Buenas son mangas, después de Pascua. En todo tiempo viene bien lo que aprovecha, aunque sea a destiempo y pasada la ocasión. (N. del E.)

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807

CORR., 42: Alegra lo que sin trabajo se gana y sin trabajo se aumenta. (N. del E.)

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808

«Ardor del alma muerta en su cuerpo y viva en el ajeno» llamó PLATÓN al amor. Y lo mismo suspiraba el otro Alcesimarco de PLAUTO (Cistel.), que no estaba donde estaba y que donde no estaba, estaba su alma. Lenguaje que de otra manera sonaba por la boca suavísima de SAN AGUSTÍN (Confes.): «que su peso era su amor y que el amor le llevaba para donde quiera que él tenía lo que amaba.» Y SAN PABLO (Galat., 2): «que ya él vivía, mas no él, sino Cristo en él.» Y es que quien ama está más en el amado, que en sí mismo, pues en él tiene su alma empleada y no se ocupa sino en contemplarle, hasta olvidarse de sí. Y en el punto que comenzare a ser amado de su amado, comienza a recobrar a sí mismo, restituido del que de él había sido amado y le tenía consigo. Y porque quien ama quiere ser amado, ese querer ser amado es querer cobrarse a sí mismo, dado con el que le diere su amor en pago del amor que le tiene. De donde dijo MARSILIO que «nadie se daba amando, sino por sí mismo», que es decir que no amaba sino a quien le amase. De este modo, el que amando se da, cóbrase a sí y al amado y sale ganancioso, quedando consigo y con otro por uno que había dado. (N. del E.)

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809

CORR., 77: El amor todo lo puede; o todo lo vence. Ídem, 378: Para el amor y muerte, no hay cosa ni casa. (N. del E.)

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810

Proverbios de Séneca con la glosa, Sevilla, 1500, f. 7: «Causa de ocioso cuydado es el amor.» (N. del E.)

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