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Todo esto está fuera de quicio. Como si Areusa no supiera lo de Calisto y Melibea. (N. del E.)

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CORR., 4: A la primera azadonada queréis sacar agua. (N. del E.)

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Alçose, no hubiera dicho tal la Elicia del autor, pues era una misma cosa con Celestina y entraba tan a la parte como ella. Sentimientos son de los mozos asesinos y del corrector, que de ellos los traspasa desmañadamente a Elicia. (N. del E.)

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CORR., 481: Riñen las comadres y dícense las verdades. Aquí Elicia hace un alegato por los asesinos, no siendo ese su papel en la primitiva Comedia, sino todo lo contrario, pues decía ella al fin del auto XII: «¡O crueles enemigos! ¡En mal poder os veays! ¡E para quien tovistes manos! Muerta es mi madre e mi bien todo.» Dígase ahora si el que escribió estas palabras pudo escribir las que siguen en el texto. (N. del E.)

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Floja, muy floja está Areusa en sentir lo de Celestina y Pármeno, tan floja que es cosa de reir, y fuera de llorar si un tan gran ingenio como el del autor de la Comedia, hubiera dado tamaño baque. (N. del E.)

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966

¡Ay que ravio! Después de dar casi la razón a los asesinos, todo este plañir a la asesinada es cómico, y sin pretenderlo el corrector, que es lo bueno. (N. del E.)

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967

¡O bien... ¡Ahora se mete a filosofar esta mocita de la casa llana! Su filosofía y experiencia y desengaños le presta el corrector. El cual era más cristiano rancio que el autor de la Comedia, como lo muestra acordándose del infierno cadaque recuerda la muerte de Celestina y de los mozos, como se habrá notado. No lo tenía tan en el alma Rojas, que sólo les hace pedir confesión en el momento de morir, por ser cosa de ene, aunque acaso él no lo sintiera. (N. del E.)

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968

Cuando una puerta se cierra, otra se abre. Selv., 259; Comed. Eufros., 6. Y nótese que el corrector no suele citar los refranes con la puntualidad que el autor los citaba antes. Por más que le quiera imitar en encajarlos, no la vienen a la cabeza las fórmulas tradicionales. (N. del E.)

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Punición, latinismo. (N. del E.)

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¡Como si no conociera Areusa para lo que vale la gallina del Centurio para encomendarle tales embajadas! Todo esto es preparar lo que al fin y a la postre se reduce a agua de cerrajas: es alargar la obra por alargarla. (N. del E.)

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