Al diluir Anoche intenté resucitar Apareciste en el atardecer Apenas sostengo esta soledad. Cómo explicar esta tristeza Descendimos por la cuesta, hasta la orilla del tajamar, El llanto, El tiempo sucede En mis entrañas abiertas Es invierno. Es penoso olvidar Esos rostros Está como dormido Estás alejándote del celaje Fantasmas naranjados Grandes dragones blancos Hoy, sólo un instante, La cuestión es La noche va rodando La veo elevarse Las hallé en la tibieza de un mueble Lo vi en el barranco, Me excedo esta madrugada. Me pueblan tus palabras; Mis repasos predilectos: No miren mi dolor Partieron con el pudor alegre ¿Por qué no un dorado cielo Por qué tantas soledades Que se me incendien las alas. Quisiera volar como la lluvia, Rasgan el cielo olas de diamantes Raya el amor en este atardecer de sombras, Si naciera de nuevo Si pudiera devolverte Soy una silenciosa sentencia Tantas cosas Tarde es ya, la noche: Toda la tarde estuve sentada en una piedra de la Transitaba apacible con el viento, Transitan sobre las cumbres Una roja miel Ya no puedo reparar Yo lo miraba
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