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11

«El filósofo Keyserling y sus polarizaciones», en Libros de Hoy, 3 de julio, 1951, pp. 195-197.

 

12

Se trata de la nota necrológica sobre el escritor regionalista escrita por Keyserling en dicho número de su revista Der Weg zur Vollendung.

 

13

El viajero y una de sus sombras, Buenos Aires, Sudamericana, 1951, p. 128.

 

14

Cf. «La hora de la verdad», en Sur, 237, nov-dic. 1955, pp. 3-8.

 

15

El episodio de su encarcelamiento está narrado por Victoria Ocampo también en «El hombre del látigo» que integra Testimonios, Quinta serie, 1950-1957, Buenos Aires, Sur, 1957, pp. 237-249.

 

16

«Esplendor de una personalidad. Informe del ámbito cultural latinoamericano. En homenaje a los 30 años de existencia de la revista Sur», en Neue Zürcher Zeitung, 4-03-1961.

 

17

Carta del 30 de diciembre de 1956, desde Suiza.

 

18

En 1959 aparecieron los Tagebücher de Alfred Bock como publicación de la Deutsche Akademie für Sprache und Dichtung, en cuya selección -que abarca de 1920 hasta 1931- se destacan la asidua concurrencia a la Escuela de Keyserling y la amistad con el filósofo. No están ausentes en las anotaciones de los Diarios otros asistentes a las Jornadas de la Escuela de la Sabiduría como Rabindranath Tagore y C. G. Jung.

 

19

Una primera versión de este ensayo se leyó durante el X Congreso de la Sochel, en la Universidad de Chile (Santiago) el 25 de agosto de 1999, con el título «A 25 años de la Historia personal del ‘boom’ de José Donoso».

 

20

También se ha calificado, entre muchas otras designaciones, de «confesión», «testimonio» [Rama (1985), pp. 274 y 276], o «memorias», un apelativo dado por Alone, a quien se le puede reconocer cierta aptitud en este campo por haber usado la expresión «historia personal» en su Historia personal de la literatura chilena en 1954. Unas reflexiones acabadas e interesantísimas sobre la índole de este texto son las de Joset (1986), Joset (1995), pp. 151-153, y la de Cortínez (1996). Esta última incluso atribuye la escasez de estudios críticos sobre la Historia personal a esa indeterminación genérica, a la «condición poco clasificable del texto», que dificulta su aprensión [Cortínez (1996), p. 16].