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Un castellano diferente

Albert de la Torre



  • Don Quijote. Fragmentos de un discurso teatral.
  • De la novela de Miguel de Cervantes. Versión de Rafael Azcona y Maurizio Scaparro.
  • Intérpretes: Josep María Flotats, Juan Echanove, Antonio Medina, Carmen Robles.
  • Iluminación: Teo Escamilla.
  • Música: Eugenio Bennato.
  • Vestuario: Emanuelle Luzzati.
  • Escenografía: Roberto Francia.
  • Dirección: Maurizio Scaparro.
  • Festival Olímpic de les Arts, Teatro Tívoli, 8 de julio de 1992.




Ya se ha hablado repetidamente, a raíz de sus numerosos estrenos en diversas plazas, de este Don Quijote. Fragmentos de un discurso teatral. El argumento que nos cuentan abarca la peculiar investidura como caballero andante de Don Quijote, el retablo de Maese Pedro, la arremetida molinera y el fin de las andanzas del hidalgo tras sucumbir a la lanza del Caballero de la Blanca Luna. Es una selección habitual de fragmentos de la novela para adaptaciones teatrales, ya sea con actores o con títeres -hace pocos meses se presentó en el SAT la magnífica versión de títeres y proyecciones de Nessum Dorma-, que aquí se ha visto completada con la llegada a la hospitalaria Barcelona.

El montaje de Scaparro pivota, lógicamente, sobre Don Quijote (Flotats) y su escudero Sancho (Echanove). El resto de los personajes, los actores de la Compañía Teatral de Angulo el Malo, los creadores de los espejos deformantes donde vive Don Quijote, los armadores del discurso teatral de Scaparro, los exculpados por Don Quijote cuando, al final, ve que su mundo de quimeras, sus utopías, eran pasto teatral, están tratados no sólo como secundarios, sino que en algunos casos parece que tengan indicaciones mínimas, algo no habitual en los montajes de Scaparro.

Con un espacio limpio, una buena iluminación y unas figuras muy en la línea de trabajos anteriores del director italiano, este Don Quijote es un ejercicio de estilo con los registros que explica a la perfección su complicidad y fascinación por el idealismo, la locura y Flotats. Flotats, que presumía de ser tratado con mayor justicia por la crítica madrileña, se ha encontrado con este Quijote con un revés, parcialmente injusto. El Flotats de este Don Quijote es el Flotats que siempre hemos visto aquí, en catalán, con unas extraordinarias habilidades en el fraseo clásico, en las pausas, en la transmisión de palabras e ideas, un actor lleno de recursos expresivos y algo más flojo en el movimiento.

A nadie le extraña aquí la cantarella de Flotats, una cantilena que chocó hace años, de la que se han enamorado algunos, que detestan otros, pero que ya a nadie aquí le suena a raro. En catalán, en Madrid, nadie reparaba en la cantarella. En castellano, ha habido quien se ha sobresaltado por el alargamiento de vocales, por las eles extremadamente velares... La verdad sea dicha, a las poquísimas semanas de haber visto el recital de Fernando Fernán-Gómez en el Poliorama, las palabras de Flotats suenan por lo menos diferentes en este espectáculo, que ofrece la lectura de un Quijote más idealista que loco, pero que, sin llegar a transmitir en casi ningún momento las grandezas lingüísticas cervantinas, es tedioso en algunos momentos.





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