Obras

Otro tratado griego de Retórica que merece ser mencionado es el atribuido durante mucho tiempo a Demetrio de Falero, discípulo de Teofrasto, titulado Sobre el estilo (J. García López, 1979: 14‑20), aunque otros estudiosos (López Eire, 2002: 242), piensan que no es obra del de Falero, sino de otro Demetrio. Tampoco existe seguridad sobre la fecha de su aparición (se calcula que debió producirse entre los siglos III al I a. C.). Pero aunque carece de la originalidad de los planteamientos que encontramos en Sobre lo sublime de Pseudo Longino (muchas de sus ideas proceden de Aristóteles y Teofrasto), ofrece abundantes fuentes para el estudio de la crítica literaria en Grecia, y es la única obra antigua que se refiere a cuatro estilos: tres ya conocidos (elevado, elegante, llano) y uno más, el vigoroso, que aporta Demetrio.

El valor del libro de Demetrio reside, sobre todo, en que nos descubre la riqueza de teorías literarias anteriores, en la amplitud de juicios críticos sobre literatura griega clásica, y en la variedad de ilustraciones de escritores antiguos conservados así para la posteridad.

La primera parte de la obra (que consta de cinco capítulos) trata sobre la elocutio: estudia las unidades del lenguaje (palabra, frase y período), y describe las clases de estilo. Además de los tres estilos (elevado, medio y bajo) tratados por los demás retóricos, Demetrio distingue un cuarto tipo, el estilo enérgico. Radermacher juzga que la distinción de este cuarto estilo, no contemplado por autores anteriores, debido a su tratamiento incompleto e inadecuado, «resulta inútil y estéril» (1966: XIII). En ocasiones, confunde las cualidades del estilo y las de los géneros del discurso (A. Sancho Royo, 1991: 11).

El autor se centra, sobre todo, en la prosa (más que en el verso), y en la forma de las palabras más que en su contenido. Estudia el valor de los distintos ritmos que, como en el verso, también se encuentran presentes en la prosa, así como el uso de las partículas, las figuras, el hiato, la dicción, la metáfora, los símiles, el empleo de las palabras compuestas, la definición de las palabras onomatopéyicas; la alegoría, el silencio como figura, la definición de epifonema y las diferencias con el entimema. Termina con un breve estudio del estilo llamado «frígido» cuyas causas residen en el pensamiento, en la dicción y en las estructuras del discurso.