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ArribaAbajoEse estilo mitad perlas, mitad mieles y flores46

Al Dr. Gerónimo Ramírez

Amigo mío:

A Ud. que tanto gusta de las cosas del misterioso Oriente: amigo de todo lo lujoso e imaginativo; a Ud. que tanto se engríe saboreando ese estilo mitad perlas, mitad mieles y flores, de las leyendas del Maestro Zorrilla; a Ud. mi querido Dr., que es tan benevolente con todo lo que sale de mi pobre pluma, dedico este poemita. Ya recordará Ud. cuando me indicó que escribiese algo como lo presente. Ahí va, pues. Siento que no haya resultado como yo quisiera...; pero, desgraciadamente, no he podido encontrar en ninguna parte el haschis de Theophile Gautier. ¡Qué vamos a hacer!

Suyo siempre,

Rubén Darío



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ArribaAbajoNecesito de cosas morales47

Compadre y amigo:

Me dirijo a la comadre y a Ud.

Necesito de cosas morales. Un hermano, -o un compadre. Venga.

Además, tengo muy buena cosa que decirle.

Aún de México.

R. Darío





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ArribaAbajoCartas a Rubén Darío

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imagen

Rubén Darío durante su primera estancia
en Argentina, entre 1892 y 1898

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ArribaAbajoDespués del estupendo prólogo de Rodó48

Palma 12 de octubre de 1907

Querido amigo: recibí su carta con excepcional placer. Pero Ud., amigo y maestro, no debe agradecerme nada, porque la amistad de Ud., y mucho más en las condiciones de verdadera e inmerecida consideración que por mí ha tenido y demostrado, no hay gratitud que la pague.

Amigo mío, después del estupendo prólogo de Rodó, ¡qué difícil resulta hablar de Ud.! A mí me ha maravillado. Por momentos he recordado a Gautier presentando a Baudelaire, aunque en Rodó hay exceso de visión parcial de cada poesía más que apreciación sinfónica o de conjunto.

Estos días, en un artículo mío del Poble Català (es casi seguro que lo verá Ud. también en tomo), contestando al amable mensaje de la juventud castellana a la catalana, he puesto como melodía final o coronación, o si se quiere, santo y seña de una conciencia de arte común a todos nosotros, la iniciación de su maravilloso Coloquio de los centauros. Como las notas de obertura de un coro que entonamos unos y otros, donde se juntan nuestras voces, por encima de las estúpidas diferencias de multitud.

Ansío ver ya La isla de oro. Le prometo recoger, para mi comentario de ella, toda mi capacidad poética, para no ser tan indigno de comentarla. Hablaré de ella en Cataluña.

Como Ud. verá, le envío dos recortes del artículo que Ud. mandó a Sureda y que reprodujo el diario de aquí La última Hora.

Ahora, un ruego confidencial, amigo mío. Si cualquier día, sin la menor extorsión de su parte, pudiese Ud. proporcionarme una colaboración en La Nación o en otro periódico análogo de América, se lo estimaría en el alma. Por el nombre y por el provecho que ello habría de darme.

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La revista Renacimiento, donde he leído magníficos versos de Ud., algunos ya conocidos por mí, ha traducido al castellano mis Notas al margen del Quijote y mi Futurismo. De este último me escribe que va a ocuparse Martínez Sierra en España Nueva.

Alcover corresponde con el mayor afecto a su gentil salutación.

Le ruego que trasmita a Francisca el testimonio de mi buen recuerdo, y mi galante saludo.

No le olvida, desea su retorno y se consuela admirándole en sus versos y viéndole en sus cartas, su Gabriel Alomar.

Una última recomendación: cuide mucho de su salud, antes que de la gloria.



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ArribaAbajoUn cuento inspirado en la [...] más bella tradición incásica49

París, 1º de Abril de 1911

Señor don Rubén Darío.

4, Rue Herstchell,-P.

Mi admirado poeta y estimado amigo:

Ahí le mando, como quedó convenido, un cuento inspirado en la -a mi parecer-, más bella tradición incásica; en esa que cuenta Herrera en su «Historia General» y se refiere al combate del águila con los milanos y de la deducción que de él sacaron los laycas indios. Me ha resultado -verdad- un poco largo, a pesar de haber quitado muchas escenas secundarias del original; pero, con todo, le he dado una forma acabada de manera que encaje en la índole de la revista a la vez que haga conocer al público lo que será mi libro.

Si usted tiene intenciones de darlo a ilustrar, ruégole decirle al artista se ponga en comunicación conmigo, pues desearía darle idea del terreno en que se desarrolla la escena, de las ropas incásicas y de otros detalles que sería preciso consultar para darle al cuento su carácter netamente exótico.

Esperando tener el gusto de verle pronto, quedo de usted como su atto. amigo y S. S.

Alcides Arguedas.

71 av. Wagram.



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ArribaAbajoTienes toda la intriga en contra, y toda la estupidez, y toda la maldad de la tierra50

Santiago Argüello

León, Nicaragua

León, 30 de Setiembre de 190[8]

Sr. Rubén Darío

Madrid

Mi querido Rubén:

A poco de haberte escrito, recibo carta tuya. Me ha alegrado doblemente: porque sé de ti, y porque veo que te acuerdas de mí.

Según me dice Irías, tu asunto ha vuelto a ponerse mal. Parece que han llegado al General nuevos informes contra ti. Tienes toda la intriga en contra, y toda la estupidez, y toda la maldad de la tierra. Como las tengo yo. Pero no flaquees. Saca energías de tus nervios. Tenemos que ponernos frente a la vileza, y no hay que poner cara de espanto. Sé lo sensible que eres. Pues, si sientes, ocúltalo siquiera. Y, sobre todo, venga lo que venga, no desmayes. Ten fe, y espera. Tienes amigos. Pocos, pero tienes. Aquí estoy yo, el primero: por el cariño que te profeso, y porque tenemos enemigos comunes. Unamos nuestras fuerzas, y, al cabo, saldremos vencedores. Aquí, puedo hacer mucho. Tal vez te trague la onda que viene sobre ti; pero resurgirás de nuevo, más alto todavía. No lo dudes. Vela allá por nuestros intereses. Yo velaré aquí.

Te abraza con cariño tu hermano

Santiago Argüello



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ArribaAbajoAquí tienes amigos que se interesan por tus cosas51

León, 31 de Diciembre de 1908

Santiago Argüello

León, Nicaragua, C.A.

Mi querido Rubén:

Ya va a seguir saliendo «La Torre de Marfil», protegida por el Gobierno. Ahí quiero tu ayuda, en el sentido de mandarme colaboración tuya y de algunos buenos muchachos de allá. Pero que sea lo más pronto posible.

No pienses que no he contado todo cuanto puede serte favorable. Todo y más. Al Presidente le he metido unas largas y otras cortas. Pero no valen prendas con la que es ingrata. Ya tú conoces el hervidero de intrigas en torno de los Gobiernos; y en torno al nuestro sobre todo. Hoy por hoy, el asunto ha tomado un cariz más favorable; pero siempre es bueno que no te duermas por completo en el regazo de una confiada ilusión de alma de poeta y de hombre bueno. Hay que dormir con un ojo cerrado y otro abierto, a fin de estar en la brecha con el primer disparo; y para no sufrir el susto brutal de lo inesperado, en un brusco despertar. Tal vez me sigas tachando de pesimista; quizás no caiga bien a tus nervios mi obstinada advertencia. Pero no importa. Lo hago por ti; porque te quiero. Conozco las babas de nuestros reptiles, por una parte; y la fácil impresionabilidad de nuestro Presidente, por otra. Así, todo lo temo.

Con todo, sabes que aquí tienes amigos que se interesan por tus cosas, de seguro con mayor eficacia que tú mismo. Procura, sí, que no se rompa nunca por completo el cordón umbilical con tu Patria. Da siempre señales de vida. Muéstrate siempre en acción. Y hoy a babor, y mañana a estribor, espero que tocaremos puerto.

Siempre, siempre tu hermano de corazón

Santiago Argüello



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ArribaAbajoA fuerza de musicalidades y de imágenes y de fantaseos52

Santiago Argüello H.

León, Nicaragua

Querido Rubén:

Estoy preparando dos obras: un poema en verso, El Poema de la Locura en el que quiero expresar todo lo que a los ojos del cuerdo, del equilibrado, revela la insanía de los poetas. Mi fin es que el loco saque la esencia íntima de las trivialidades, que vea en la natura lo que no todos ven, que sea alma lírica, hablando en la lengua de los ritmos con el alma de todo. El otro es libro en prosa: Viaje al país de la decadencia, odisea ideal a través de muchos imaginados pueblos que son las distintas escuelas del arte verbal de Francia. Trato de hacer un poema -a fuerza de musicalidades y de imágenes y de fantaseos- del cual resulte la visión crítica de esa literatura, hasta no llegar al maremágnum anárquico de los que hubieron por nombre decadentes.

Amén de estas dos obras, he concluido ya una tercera, escrita por encargo del Gobierno para texto de nuestras universidades: Lecciones de Literatura Española, estudio crítico-histórico, para dar a conocer brevemente las figuras directivas del movimiento intelectual en   —79→   la Madre Patria, desde el Poema del Cid hasta el presente siglo. Es un libro didáctico, pero que he querido hacer lo menos didáctico posible.

Mándame, si puedes Los Raros y todo lo demás que escribas. Y, sobre todo y pronto, el retrato.

Tu amigo

Santiago Argüello

P.S.

Me parece bien que escribas algo referente a Nicaragua, y me lo mandes también. Te repito el envío de De tierra Cálida.

Vale



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ArribaAbajoYo no era más que un aspirante a filósofo53

ESTUDIOS DE

CARLOS SILVEYRA

ALEJANDRO RAYCES

Y

CARLOS BAIRES

ABOGADOS

BARTOLOMÉ MITRE 641

Buenos Aires, Enero 8/910

Señor Don Rubén Darío.

Mi querido amigo:

Le escribo verdaderamente conmovido por el afecto con que me ha recordado en la hermosa poesía de año nuevo, que escribió para sus amigos de Buenos Aires.

No le doy las gracias porque la amistad no se agradece sino que se retribuye y bien sabe Ud. cuán grande y sincera es la mía para con Ud. desde hace muchos años.

En aquel tiempo feliz de las reuniones fraternales, Ud. ya era un maestro y por cierto que le debo la iniciación en el conocimiento del arte idealista, con el que simpaticé inmediatamente. Ud. me ayudó a sentirlo y a comprenderlo con su poesía y su prosa traductoras de íntimas delicadezas y estados de alma imposibles de expresar en otro lenguaje. Todo lo tengo muy presente y en mi amistad hacia Ud. hay también una parte de gratitud. Conservo, a la vez, la impresión que me produjo su partida, porque Ud. une al prestigio de su talento el don de conquistar definitivamente con las cualidades amables de su temperamento lleno de noblezas afectivas, como lo demuestra el recuerdo gratísimo y honroso de sus versos de Año Nuevo.

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En aquella época yo no era más que un aspirante a filósofo y parece que me hubiera detenido a descansar a la primera jornada... El Ateneo, el Círculo de la Prensa, la Dirección de Inmigración, un curso en la Fac. de Filosofía, y mil detalles y preocupaciones me distrajeron, pero no me hicieron confundir la aspiración científica con las necesidades más o menos prosaicas de esta vida que tiene exigencias alimenticias. Es decir que no obstante mi absorción no abandoné el propósito de escribir aquella «Teoría del Amor» cuyo germen he ido desarrollando al extremo de que el borrador de la obra estará listo de aquí unos meses. El tema es muy difícil y se le considera como uno de los más oscuros de la psicología de los sentimientos, que es la parte más atrasada de esa ciencia.

Hoy reina el mayor desconcierto acerca del amor. Por de pronto dominan los criterios biológico, moral y sociológico en una cuestión que todavía no ha aclarado la psicología. Nada más confuso que el concepto a aplicar a esta materia que tiene, por lo demás, muchas vinculaciones y proyecciones con la vida social.

Por mi parte, creo que solucionaré el problema, nada menos, y si no lo soluciono siquiera daré un gran paso en tal sentido. Con gran reserva le adelantaré que he conseguido definir y caracterizar cuatro sentimientos sexuales lo que aclara la situación confusa actual de un modo que permite comprender y explicar todo lo que hoy se designa con el término vago y unitario de «amor». Apenas sí se hace ahora, por algunos psicólogos y pensadores una distinción entre el amor apetito, amor material o sensual con el amor que lleva a la constitución de la familia: este es el criterio biológico y moral con su expresión metafísica en Shopenhauer. Otros lo consideran como un conjunto de sentimientos (afectividad, simpatía, admiración, amor a sí mismo, amor de la conquista, etc.) sobre la base del atractivo físico. En la escuela de Spencer y la nomenclatura está indicado a las claras lo confuso y trabajoso de semejante explicación. Por cierto que Spencer no menciona el deseo del hijo ni de formar familia y uno de sus discípulos, al respecto, De Roberto, hasta excluye expresamente la noción del hijo.

En fin otros como Damielle, lo definen de un modo descriptivo a título de entidad emotiva específica, afectivo-mental sistematizada en un sujeto del otro sexo. Pero no establece ni determina cuáles son los caracteres específicos de su entidad «Amor». El tema es difícil de veras, pero me parece que con mi psicología de los sentimientos sexuales se aclarará de un modo indudable. Para ello hay que sacudir un pliegue del que no han conseguido desprenderse ni los psicólogos y que ha quebrado probablemente su análisis.

Se dice: la unión del hombre y la mujer produce al hijo, de tal manera que este fenómeno biológico fatal, provoca fatalmente el fenómeno moral sociológico de la familia de aquí el   —82→   matrimonio a título imperativo. Es un círculo de hierro... Y ¿qué dice la psicología? La psicología se debate dentro del círculo... Y como las cosas no son así, era necesario observar los hechos e interpretarlos, que es lo que yo me propuse, encontrando cuatro sentimientos sexuales. Dentro de algunos meses tendré el placer de enviarle ese estudio.

Por ahora le remito un ejemplar de la revista Archivos de psi [...] en la que Ingenieros ha querido publicar el estudio de psicología mórbida que hice para obtener la anulación del matrimonio de un infeliz con una mujer que no entiende de amores. Creo que no ganaré este pleito a causa de la dificultad de la prueba jurídica, pero he dado forma práctica a un caso de insensibilidad amorosa femenina, lo que tiene otra proyección que si me hubiera limitado a una simple observación científica. La medicina legal nada dice de estas variedades de la insensibilidad y por eso Ingenieros le atribuye un significado original.

Me parece que es tiempo de terminar esta conversación con el querido amigo ausente. La cierro enviándole mi retrato, con la expresión de todo lo grato que me sería recibir el suyo, si lo tiene disponible.

Reciba un cordial abrazo de su amigo affmo. y muchos y sentidos recuerdos.

Carlos Baires



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ArribaAbajoAmo el arte en sus manifestaciones múltiples54

Gualeguay.- «Conchera de Flores». - Octubre 12, de 1893.

Sr. Rubén Darío:

Su carta del 2, ha llegado recién a mis manos. Me apresuro a hacerle saber que he fijado mi residencia aquí, en Entre-Ríos, alejado hace tiempo de Buenos Aires y de la vida intelectual. Por esto, no me es dado estrechar todavía su mano de caballero gentil y sellar una amistad que yo deseo por todo el resto de la vida. Pero apenas baje a esa ciudad, mi primer visita será a Ud., «la figura más radiante de la América latina» como le llamó «La Nación», ¡y el estilista más primoroso en lengua española, como me permito llamarlo de nuevo yo, por más que griten los envidiosos y se horripilen los pedantes!

Mi artículo de «La Quincena», que Ud. bondadosamente califica de «precioso» al agradecérmelo, me valió -según veo por la defensa que Julián Martel, (nuestro común amigo Miró), inserta en «La Nación»-, un vapuleo soberano de «La Nueva Revista», artículo que no he leído todavía, pues no recibo esa publicación. Lo menos que se dice de mí, según deduzco de la réplica de Julián Martel, es que «no sé ni lo que escribo». Quizá tenga razón el petit Clarín, que acaba de surgir en suelo argentino, si bien diarios de nota como «La Nación», «La Prensa» y «El Nacional», incluso las principales revistas literarias bonaerenses; la Perseveranza de Milán y Lettere e Arti, que dirigen en Bologna Enrique Panzacchi, Josué Carducci y Lorenzo Stecchetti, han colocado más de una vez mis modestas producciones literarias, en sitio de honor.

No tengo pretensiones de ningún género, y, francamente, sería difícil hallar algo en que fundarlas; lo que sí tengo, es el hígado y el corazón sanos. La envidia no tiene cabida en mí y menos aún la emulación bastarda de los necios. Me río de los que como en el caso de Ud., tratan de cubrir el sol con un harnero. Siempre que veo una manifestación de talento en la   —84→   prensa, en el libro, en la escena, o en el cuadro, la celebro a mi manera, sin importárseme un bledo de lo que puedan decir otros. Tengo por norma inalterable de mi vida, no escribir una sola palabra sobre lo que reputo en Arte, fundamentalmente malo. Toda tentativa científica, literaria y hasta política, aunque fracase, me merece respeto: me da prueba de arrojo, de vitalidad, de poder, en el que la acomete, y recuerdo en este instante, que alguien, ha dicho «que ¡el porvenir es de los fuertes y los audaces!»

Sin ser artista, amo el Arte en sus manifestaciones múltiples y heterogéneas. Cada día que pasa, a medida que voy nutriendo mi espíritu en las fuentes del saber, la cumbre se me presenta siempre más lejana, escarpada e inaccesible, y sin embargo no desfallezco, continúo bregando porque la inclinación natural me arrastra, ¡y me parece moriré con la pluma en la mano, atormentado horriblemente, por no haber podido traducir en formas duraderas y radiantes, la vieja romanza que cantaba en mi cerebro!

Pero, ya que Dios no me ciñó alas, ni dio vuelo a mi pensamiento, para subir hasta la esfera azul en que Ud. se remonta; me dio suficiente inteligencia, para comprender que debemos correr todos en pos del ideal, aun cuando no lo alcancemos jamás, y en este sentido, todo el que intente elevarse con la pluma, el pincel o el buril, por encima de la bestia humana, tiene de antemano una victoria ganada, sobre las plebes ignorantes y estúpidas.

En este país, faltan creadores y sobran críticos, y a medida que aumentan estos últimos, irán disminuyendo los primeros. Sin estímulos, no hay empresas, ni triunfos; y aplicar el severo criterio europeo a las obras y autores americanos, es cometer una doble injusticia. ¡Sobre los ensayos y bosquejos del presente, -que hoy pasan desapercibidos para la mayoría-, quizá el escrito futuro, levante un sólido pedestal de gloria! Pero es necesario guiar y no fulminar, edificar y no demoler. ¡Esa es la misión de la crítica, especialmente en América, donde si abundan los talentos brillantes, el genio falta!

-Entre los peregrinos argumentos del crítico de «La Nueva Revista», me han llamado la atención dos: el de la edad y el de la producción, victoriosamente rebatidos por Julián Martel. Además de los nombres ya citados, de poetas que se revelaron precozmente, podría agregarse el del cubano José María Heredia, el célebre autor de la «Oda al Niágara», que a la edad de 10 años, publicaba sus ensayos poéticos, mencionados con elogio en la «Revista de Ambos Mundos», por D. Antonio Cánovas del Castillo; y en cuanto a lo de la producción, que dice no poder juzgarla por no haber leído más que dos o tres artículos de Darío, si era un espíritu fino, debían haberle bastado, para conocer que eran de factura superior, pues la abundancia o sea la cantidad, en arte no prueba nada-. Lo difícil, no ha sido ni es, escribir cien carillas de   —85→   lugares comunes; sino, ¡producir un paisaje vívido, un episodio sentido, una estrofa perfecta o una arenga levantada y sonora!

Lo repito: Ud. quedará en la historia literaria de América como una nota personal y única; se ha dado exacta cuenta de la verdad del axioma que dice: «que en arte, es necesario ser de su época o morir»; ¡persevere en la lucha, y no aparte jamás sus ojos del ideal que halagó sus sueños y despertó su alma entusiasta!

-Ha tenido Ud. la desdicha de llegar a Buenos Aires en una época de prosaísmo bestial. Estamos ahogados bajo una atmósfera de materialismo que envilece; «tenemos, -como ha dicho el viejo Guido-, muchos cueros, muchas lanas, muchas tierras, muchas cifras, pero poquísimas ideas y menos libros»; ¡y Ud. habrá podido notar en su corta estadía: revoluciones, evoluciones, claudicaciones, y otras ones, que marcan un descenso profundo en el carácter! Pero, felizmente, queda un núcleo aislado de jóvenes poetas y prosistas, que trabajan en la sombra, retirados del campo ardiente de las controversias políticas, que mantienen todavía en alto la bandera del escuadrón glorioso, -lo único que subsiste inalterable, en medio de esta gran debâcle-. -Disculpe la extensión de esta carta, incoherente y lo de personal que contiene-. El día que me sea dado estrechar su mano en la mía, tendré la satisfacción de mostrarle cartas y testimonios de estimación y aliento de Lombroso, Scherillo, De Amicis, Barrili, Panzacchi, Pérez Galdós, Ricardo Palma, Carlos Guido Spano, David Peña, Carlos Gutiérrez y Leopoldo Díaz, que por lo menos, valdrían tanto como los mandobles del anónimo crítico. Mientras ese día llega, me hago un honor en ofrecerle mi modesto hogar, donde hace muchos años cuenta Ud. con un admirador convencido y de hoy en más, con su amigo sincero.

Luis Berisso



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ArribaAbajoNos han visitado recientemente los chilenos

Buenos Aires, Enero 1º/900

Mi siempre querido y recordado Darío:

Lo saludo en el año que comienza con toda mi simpatía y con el viejo cariño que le profeso, deseando que lleguemos al tercer siglo de existencia, pues dos ya los conocemos. ¿Cuándo sale Ud. de Madrid? ¿Por qué no se va a Italia o a Francia? ¡Creo que ya ha de estar harto de toros, manzanillas y Pelayos!

Después que Ud. salió de La Revista Nueva, que no era excelente, pero discreta, la sigo recibiendo. Aquello es un bodrio. Entre otros atentados al arte y al buen gusto aparecen unos sonetos de un señor Vicente Colorado (que Dios confunda), y que algunas hojas como Vida Nueva, llaman «altísimo poeta». ¿Quiere irse de allí, querido Darío?

Lo que Ud. me dice del Álbum, se lo agradezco. Llegando a fines de marzo o en los primeros días de abril, llegará a tiempo.

De todos modos, con muchos o pocos autógrafos, no deje de mandármelo, pues la muchacha ha visto su carta y lo espera.

Como habrá visto en los diarios, nos han visitado recientemente los chilenos Benjamín Vicuña Mackenna y Emilio Rodríguez Mendoza, (¡su gran amigo!) -Del Solar, dio un té en su palacio invitando una veintena de compañeros de arte, entre los cuales me hallaba. El 1º de los chilenos aludidos, hizo referencias muy honrosas y dignas de Ud.; lo admira y quiere. El 2º nos espetó a mí y a Lugones una andanada contra Ud. ¡Naturalmente, ambos sonreímos,   —87→   acordándonos de Gotas de Absinthio!!, y contestamos esas inepcias diciendo que Ud. era el artista más artista, que había producido América. Este señor creía hallar terreno propicio contra Ud. en Oyuela y se equivocó, pues nuestro Pelayo, hizo un elogio de Ud. que dejó bizco al Sr. A. de Gery.

¿Qué le parece a Ud. el gran Diario El País que acaba de fundar Pelegrini, y del que le envié dos ejemplares?- Groussac escribirá en él un folletín semanal, que le enviaré con regularidad. Creo que este Diario va a hacerle a La Nación y a La Prensa una terrible competencia.

Sin más que decirle, y reiterándole mis votos más ardientes por su felicidad en el siglo XX, me repito su amigo afmo.

Luis Berisso.



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ArribaAbajoMuy justas sus observaciones de tiempo y oportunidad55

Buenos Aires, Febrero 8/900

Mi siempre querido y recordado Darío:

Bajo una temperatura infernal, de 40 grados arriba, que hace centenares de víctimas diarias, le escribo esta mía, en contestación a su muy estimable del 11 de Enero p.p.

Me parece muy bien lo que me dice del álbum y muy justas sus observaciones de tiempo y oportunidad, para que llegue completo. Lo que Ud. haga, será recibido como un don precioso.

¿Me pregunta Ud. en su carta, si conozco a Guillermo Valencia? Hace tiempo que he leído cosas muy buenas de él en varias revistas, y recientemente he leído Ritos, volumen de versos excelentes, de los que me ocuparé en El Mercurio. Me ocuparé también de su ex-amigo Emilio Rodríguez Mendoza, a propósito de su novela Última Esperanza. En casa de Del Solar, donde nos reunimos una noche con Lugones, Freyre, Díaz Romero y otros literatos, le atajamos el pasmo a este periodista, que hablaba de Ud. -literariamente- de un modo que Oyuela se vio obligado a terciar defendiéndolo.

¡Tormentas en un vaso de agua!

¡Está Ud. tan alto, mi querido Darío, que estas reyertas lo harán reír!

Sus cartas a La Nación siempre interesantes, siempre notables. La de Octavio Picón a Ud., honrosa y digna. ¡Quien merece esos homenajes, no debe preocuparse de Centores y Barretos! Su reputación es ya europea. ¡Ríase pues de los juicios de grafómanos americanos!

He visto a Piquet, que oficia de Director de La Nación. Me dijo que en breve lo enviará a Ud. a Francia o a Italia.

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La revista Vida y Arte que dice Ud. haberme enviado, no me ha llegado aún. La espero. De Rodó, hace tiempo no recibo cartas. A Américo, hace también rato que no le veo.

Aquí, quienes lo quieren a Ud. de corazón, son Ricardo Jaimes y Eugenio Díaz.

No deje de escribirme siempre que pueda, y envíeme revistas de allí, aunque sean malas.

¿Recibe las que le mando semanalmente a la legación argentina?

Cierro esta carta bajo una impresión triste; la gente cae muerta en la calle por el gran calor; ¡probablemente Ud. se estará helando! ¡Así son las armonías del Universo!

Le recuerda, admira y quiere, su viejo amigo,

Luis Berisso



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ArribaAbajoUsted que me conoce y que conoce las leyes de caballería56

París, 12/12/902

Sr. Rubén Darío P.

Querido Rubén

Ya lo supongo a Ud. enterado por algunos periódicos de que me batí ayer, a la espada, con Binet-Valmer, y esta mañana, a la pistola, con M. Albert Erlande.

Yo le había enviado a Ud. antes de mis duelos la esquelita de invitación que le adjunto y que me devuelven por mala dirección. Ud. que me conoce y que conoce las leyes de caballería comprenderá la alta, altísima distinción que yo he querido hacerle.

Véngase uno de estos días a charlar un rato conmigo; y créame siempre su amigo.

R. Blanco-Fombona



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ArribaAbajoUna maravilla de hermosura y gracia57

GRAND HOTEL DE LA PAIX MADRID 1904

Madrid 8 de junio

Muy querido Rubén. El prólogo tan hermoso como fraternal que Ud. ha erigido para servir de pórtico al palacio de las Rimas está ya impreso; pero antes de estarlo ha corrido de mano en mano por todo Madrid. Todo el mundo está de acuerdo: es una maravilla de hermosura y de gracia.

Recibí también el «Mercurio de Francia» donde corre inserta la opinión de Díaz Romero sobre «más allá de los horizontes...». Ya lo había visto. Carrillo tuvo la bondad de mandármelo. Enrique publicó también en El Liberal, de Barcelona, un comentario al artículo que hice sobre el neo-español y que por fin publicó Gourmont en La Revue des Idées.

En el primer volumen de la Biblioteca Williams está anunciado para publicarse próximamente el volumen de Ud. sobre las «Tierras Solares». Esté Ud. seguro que se venderá mucho en España. Es necesario que Ud. piense en serio, querido Rubén, en explotar financieramente el terreno español, muy abonado y propicio para Ud. Creo firmemente, después de haber vivido un poco aquí, y haber pulsado la opinión, que si hay hoy un autor de lengua castellana que puede hacer dinero con sus obras ese autor es Ud. La autoridad entre las gentes de pluma, y el prestigio en el gran público, que tiene Ud. en España no lo tiene igual ningún otro, excepción hecha de Rusiñol a quien empiezan a conocer, a traducir y a amar, y que comparte con Ud. el imperio intelectual de España.

Permaneceré aquí hasta el 14 o 15 del corriente, fecha en la cual partiré para Holanda, pasando por París. Procuraré que nos veamos allí. También yo tengo mucho que contarle.

Helios se ha reformado, como Ud. verá por en número que le irá. He entrado a formar parte de la Redacción. El elemento que lo compone es de lo más simpático, abierto y comprendedor de cosas bellas. Una, dos, tres veces lo abrazo.

Su Rufino Blanco-Fombona



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ArribaAbajoLa humanidad, mi amigo, es de una lógica terrible58

París, Marzo -17- 1911.

Querido Rubén:

La criada de usted me trajo ayer su carta y el volumen de recortes, que le devolveré porque de nada me sirven. Gracias por la buena voluntad.

Lo del periódico londinense, a propósito de usted, no me extraña; ni me parece obra de ignorancia sino de lógica. La humanidad, mi amigo, es de una lógica terrible. Usted ha cantado tanto a los indios, con prescindencia de los hombres de nuestra raza; usted ha dado a entender tantas veces que prefiere a los Incas y a las furibundas divinidades aztecas a los héroes cristianos e hispano-americanos, tan llenos de una inmensa e incomprendida poesía, que los extraños lo creen a Ud. justamente un indio. Si hubiera leído sus celebraciones a Don Nuño y Don Vela y Don Lope le tomarían por castellano. La posteridad será también de esa opinión: o indio lo creerá a usted o castellano. En vano le diremos otra cosa. La lógica de los hombres, repito, es tremenda.

Deseo que me solicite y preste (sé que anda en manos de Cestero, que parte mañana) el número centenario de La Nación, aquel cuaderno grueso y mal editado, imitación de los yanquis.

Quiero que me haga un soneto a Bolívar para mi Antología. Uno, lo menos. ¿Será mucho exigirle? ¿No nos deberá usted, ni a Bolívar ni a mí ese gaje de afección? ¡Usted mismo me lo dirá!

Créame siempre su mejor amigo.

Rufino Blanco-Fombona



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ArribaAbajoHa traído su obra un aliento de vida59

Señor D. Rubén Darío

Queridísimo maestro:

En su carta de ayer a Villaespesa he visto que usted nos recuerda algo; pregunta usted qué es de mí, y allá van señales de mi vida.

En todo este tiempo de triste desolación, desde su partida, apenas he escrito nada. He pasado el tiempo muy lánguidamente en una especie de letargo del que no sé cuándo despertarme. Estoy, en absoluto, falto de actividad.

Cediendo a sus consejos de publicar mis poemas en prosa, he añadido algunos, muy pocos, a los ya escritos, y ahí tiene usted mis flamantes Estrofas. El prólogo de nuestro gran Unamuno es admirable.

¡No puede usted calcular cuánto cariño tengo a esos mis primeros ensayos! Hay en ellos, algo muy personal y muy íntimo, algo que vibra dentro de mi alma, como una música sin palabras, llena de dulzuras. Eso he querido expresar: las ansiedades, de mi alma y de mi corazón juveniles. Dicen algunos que ese libro está lleno de vaguedades, de abstracciones, «mais bien de coeurs me comprendront».

En este último tiempo se publicaron por acá muchos libros: los de Jiménez, La copa del Rey de Thule que no todos quieren beber, Medallones de González Anaya; Alma Andaluza de Sánchez Rodríguez; Almas y Paisajes de Bueno, Tres Ensayos de Unamuno, y La casa de Aizgorri, novela en forma dramática de Baroja.

De todos estos libros sólo creo estimables, los dos últimos.

La casa de Aizgorri es una novela verdaderamente hermosa. Recuerda mucho el teatro de Ibsen por lo profundo de las ideas y el medio en que los personajes se mueven y el teatro de Maeterlinck por la forma. Los personajes hablan una lengua sencilla, dulce, apacible; jamás surge de sus labios una frase violenta, ni sus brazos se retuercen en ademanes de pasión; hablan dulcemente; diríase que se oyen sus pensamientos, mejor que sus palabras. Pero sus almas son negros nidos de pasiones, de odios, de rencor. Hablan de todo, de lo más horrible,   —94→   con naturalidad, como seguros de que nadie los oye, de que nadie ve bullir en sus ojos los perversos instintos; hablan y hablan...

Sin embargo, sus ideas están a flor de tierra; sus palabras son sencillas y dulcemente moduladas. A mí esto me hace el efecto de una familia, agobiada bajo el peso de un dolor irremediable, y en la que todos sus individuos, olvidando a los demás, monologasen interiormente, encontrándose los monólogos de todos en aquel dolor que los dominaba.

Es una hermosísima novela.

Baroja es un defensor del Arte por la Idea. En esta novela es el Bien quien triunfa, y sobre el Mal cae el más horrible desprecio.

¡Qué hermosa renovación trae a nuestra literatura la novela de Baroja! ¿La conoce usted?

Estoy verdaderamente ansioso de saber algo de usted.

Dígame qué hace y qué prepara, y mándeme, si ese posible algunos números de La Nación, que tengan correspondencias de París.

Estoy deseando verle y poder renovar nuestras conversaciones de arte, que fueron tan productivas. Usted aquí hace mucha falta. Ha traído su obra un aliento de vida, que ha sido muy mal interpretado, y sus consejos nos son muy precisos a los que de usted procedemos literariamente.

Escríbame y reciba toda mi admiración.

Bernardo G. de Candamo,

Doctor Mata L.



  —95→  

ArribaAbajoTú y Yo [...] estamos por encima de toda la política60

Guatemala, a 1º de Diciembre de 1910.

Mi querido Rubén:

Sé por Fontoura Xavier tu dirección; y te escribo, anheloso de tener noticias tuyas. Entiendo que la situación política de tu país, no te es propicia. Cree que lo siento por ella: no sé cuándo en nuestra América se convencerán de que tú, yo, alguno otro, estamos por encima de toda política... Seguí tu viaje a México: hubiese deseado estar contigo, para infundirte mi energía en tus momentos de desmayo.

Leí, creo haber leído que habías publicado un nuevo volumen de Poemas. No lo conozco ¿Te habrás olvidado de mí? Ya me verás muy pronto, en situación como no te imaginas... Y volveré a España ¡ya lo creo! Mi abuelo materno fue vasco: insistir.

Te incluyo un Cuento, para que me digas tu opinión franca y categórica. Nunca escribí cuentos; y puede ser que haga un libro de ellos. Pero, no sé si tengo dedos para organista. Tú dirás. Ya ves: ni los cuentos de Nervo, ni los de Lugones me gustan. Prefiero callarme a fracasar. Dime, pues, tu opinión fraternal: más que labor de estilo, he querido hacer labor de pensamiento. En caso, desataré una jauría de veinte cuentos de esa laya queme están gruñendo en la cabeza.

Espero, pues, tus letras y con ellas el gusto de saber de ti.

Te admiro y te quiero

José Santos Chocano



  —96→  

ArribaAbajoDos poetas ilustres y ya desaparecidos61

Genéve, Mayo 26 [1902]

Mi querido Rubén

Suponiendo que pueda utilizarles en su artículo sobre la literatura en América Latina, que preparo para «Renaissance Latine», le envío esos fragmentos, traducidos literalmente. De mis poemas La Selva de los Sueños: dedicado al Maestro Mallarmé, y El Ave Mérops, dedicada a George Rodenbach.

Se trata de dos poetas ilustres y ya desaparecidos. Además, como su artículo aparecerá en una Revista Francesa, esos fragmentos de Poemas que aún no han sido publicados en volumen y que fueron recibidos con palabras gentilísimas por Mallarmé y Rodenbach, cuando se los envíe manuscritos, podrán tal vez ser leídos con algún interés.

Le acompaño, también, por su mérito intrínseco, por lo que me honra particularmente, y por ser tal vez de las últimas cartas escritas por el maestro antes de morir, la noble carta que me dirigió Mallarmé cuando le envíe el manuscrito de La Selva de los Sueños.

Como Ud. recuerda, Mallarmé murió el 9 de Setiembre de 1898. Tiene además esa carta, el mérito de no haber sido antes publicada.

Le envié un retrato hace algunos días.

Corrijo las pruebas de mi volumen en prensa, pero, la impresión irá más lenta de lo que yo creía. Dígame si quiere que le mande algunos sonetos del libro, traducido al francés, pues temo que no alcance la salida del volumen antes de la de su artículo.

Con lo mejores votos y un abrazo de su afmo.

Leopoldo Díaz

Le ruego me indique el domicilio de E. Gómez Carrillo en París.



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ArribaAbajoNo existe ninguna selección de poetas latinoamericanos de nuestra generación62

S/c 36 Rue de Candolle. III Génova, Junio 10 de 1903

Mi querido Rubén.

Recibo su amable tarjeta postal -muy feliz me parece su idea de una Antología de Poetas Nuevos de lengua española, con notas bio-bibliográficas, a la manera del volumen sobre los modernos franceses, de [...] y [...]. No existe ninguna selección de poetas latinoamericanos de nuestra generación, y veo que la Baronesa de Wilson [...] ha publicado ya una obra en 2 grandes volúmenes, «El Mundo Literario Americano». ¿Cómo será ello?- El libro de [...] que hubiera podido ser algo bueno, no es conocido fuera de Córdoba. Falta, pues, una Antología de Poetas latino-Americanos y de los nuevos españoles, que son contados -y me parece- muy poco [...]-liguer, con excepción de media docena de nombres. La técnica está aún atrasada del otro lado de los Pirineos, y nosotros somos más sutiles, más refinados en el arte literario ¿No le parece?

Pero, si su Antología aparece precedida de un prefacio o estudio, creo que Ud. se verá obligado mi querido Rubén a modificar un tantico su generosidad de crítico, (la hipérbole es siempre de noble estirpe) como en el estudio de Ud. que apareció en «Le Renaissance Latina» sobre el mundo literario de allende el charco. Esto mismo prueba su noble bondad, como por ejemplo, cómo a mí me llama poeta célebre y a Fernández Espiro le llama el Heredia sudamericano.

Acuérdese Ud. que el verso de Diego, es Castellano puro sus metáforas son de abolengo fijodalgo y que compararlo al cubano ilustre, que es todo rigidez y compostura clásica, es un poco exagerado, aunque muy gentil.

  —98→  

No vaya a pensar por esta observación hecha a vuelo de pluma, con mi vieja sinceridad, que yo me espanto del elogio... ni que crea que somos muy inferiores, a la producción intelectual de muchos Olímpicos del país de Francia. Creo que lo único inferior que tenemos es el Vehículo, el idioma, y que esta inferioridad depende, no del idioma en sí mismo, que es admirable de suavidad aunque no está laminado aún, sino de la ignorancia general, que infunde el castellano, casi tanto como el árabe, el griego.

El día que nuestras obras sean bien traducidas al francés, se verá que no somos inferiores como artistas, como creadores, a los primeros poetas de Francia o de otros pueblos europeos. Esta es mi convicción profunda: tenemos más imaginación, y que es poesía, sino creación imaginativa, poesía en griego. Pero veo que me alejo del principio de mi carta: le aplaudo su idea: realícela y pronto.

Le anuncio mi próximo volumen «Las ánforas de Selena» -que aparecerá traducido al francés- y quizá, al alemán. Después seguirán otros.

Lo saluda su amigo afmo.

L. Díaz



  —99→  

ArribaAbajoEl buen amigo que mi corazón me dicta que tú necesitas63

New York, 1 junio 1908

Mi querido Rubén:

En vano he esperado tus noticias, y esta es la hora en que aún no sé nada de tu travesía, ni mucho menos de tu instalación de Ministro. ¡Quisiérate ver!

Con mi amigo y paisano Américo Lugo te envío un ejemplar de aquel famoso couplé que nos hizo Marceaux. Va en su marco para que no ruede entre tu equipaje y se estropee, sino que llegue a puerto de Salvación en manos cariñosas... ¿Y ella?... ¿Cómo has resuelto el problema? No te extrañe mi pregunta; sé que el caso es uno de los problemas de tu vida y todo lo que es un afán tuyo es un interés para mí.

Yo embarco mañana para Sto. Domingo, y allí permaneceré dos meses en labor política. ¡Quién sabe! Acaso nos veamos muy en breve por Europa, siendo para ti entonces el buen amigo que mi corazón me dicta y que tú necesitas.

Mi libro Cuentos Frágiles saldrá a luz dentro de una semana. He dado orden de que inmediatamente se te envíe un ejemplar. No el tuyo, pues ese será uno de los 25 que he hecho tirar en papel del Japón. Si su lectura no, ojalá que el cariño te inspire algunas líneas sobre mi libro. ¿Qué menos podrás hacer en favor de quien tanto te quiere?

¡Adiós! Te abraza

Fabio Fiallo

Escríbeme con dirección de este Consulado, 31 Broadway. -N. Y.

Envié un ejemplar de nuestra fotografía a Pichard en tu nombre y en el mío, y otro a Dulce María.



  —100→  

ArribaAbajoLa necesidad de un apoyo para no caer en el vacío o en el ridículo64

Buenos Aires octubre 13 de 1906

Querido maestro:

Ante todo, deseo saber cómo está su salud. Sentí en el alma no haberme podido despedir de Ud. cuando su estadía en Buenos-Aires. Yo también me encontraba enfermo y en cama.

Fuera de este objeto, mi carta será la de un importuno peticionante. Mi natural timidez y la certidumbre de que a Ud. le incomodaría, impidiérame en otro momento hacerle el pedido que voy a explicar muy brevemente.

Créame que poderosas razones me fuerzan a recurrir a Ud. De otra manera jamás me hubiera atrevido a molestarlo.

En fin, junto valor, y allá va: deseo que Ud. me ponga un prólogo a mi libro de versos El Enigma Interior y otros poemas.

Razones que alego en mi defensa: la orfandad en que nos encontramos los que aquí escribimos poesías puesto que nadie nos toma en serio; la necesidad de un apoyo para no caer en el vacío o en el ridículo (libros de primer orden como Los crepúsculos del Jardín son despreciados aquí por muchísima gente); el deseo de que en América y en España lean mis libros, lo cual acontecerá si Ud. me prologa; tener, como autor, esa inmensa y única satisfacción, ya que nada puedo esperar del éxito material, ni de los juicios de una crítica en la que no creo y a la que nadie le reconoce autoridad.

  —101→  

Ahora caigo en cuenta de que soy un ingenuo en decirle a Ud. todas esas cosas. Pero escritas están y no las quito. Le adjunto cuatro composiciones como nuestras. Si le agradan y se decide a prologarme, le enviaré enseguida todo el libro,

No solicito una larga introducción. Mi deseo quedaría colmado con una breve sinfonía lírica como las que escribió Ud. para Martínez Sierra y para Blanco-Fombona.

Si Ud. accede me causará una de las mayores satisfacciones de mi vida.

Le abraza afectuosamente su amigo

Manuel Gálvez, hijo

Callao 360



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ArribaAbajoEs Ud. conocido en toda Venezuela65

Caracas: 15 de diciembre de 1894

Dr. Pedro C. Dominici

Ingeniero

Señor

Rubén Darío

Buenos Aires

Distinguido amigo:

Recibí su carta, que me llegó en la revista de América; he experimentado un gran placer y una sorpresa agradabilísima, pues no sabía si Ud. habría recibido mi carta ofreciéndole a Cosmópolis. Le doy las gracias por sus galante frases respecto a mí, y al discurso «El egoísmo es la base de la sociedad», crea que una frase de estímulo, venida de Ud., me enorgullece y me hará trabajar mucho.

Me ha gustado mucho su revista, y espero que me la enviará Ud. siempre, pues deseo coleccionarla y reproducir algunos artículos de Ud. No sé si Ud. habrá vuelto a recibir a Cosmópolis; le envío algunos números; encontrará Ud. en el Nº 3 un artículo mío, y El Simbolismo Decadente, en defensa de la nueva escuela literaria americana, de la que es Ud. jefe; en el Nº 5 encontrará un artículo mío, decadente titulado Las Inconstantes; y en el Nº 6 otro, decadente también, llamado Armonía. Si Ud. cree que alguno de ellos merece el honor de ser publicado en la Revista América le agradecería esa deferencia.

En el Nº 11 de Cosmópolis voy a publicar su retrato; le enviaré algunos ejemplares, y le suplico me mande su retrato, pues el que yo tengo es tomado de una revista de Nueva York, mándeme también sus obras, no me diga exigente, pues estoy haciendo un estudio sobre Ud. y sus obras, y me urge tenerlas.

  —103→  

Próximamente le enviaré la revista de las letras y artes venezolanas, y de los partidiarios de la nueva escuela, de la que Ud. me habla. Aquí está tomando ya auge el decadentismo; al principio Ud. no puede imaginarse el trabajo que me costó obligar a leer a los decadentes; pero hoy es Ud. conocido en toda Venezuela; en los diarios le reproducen constantemente, y tiene Ud. muchos partidiarios.

Ofrézcale en mi nombre a Cosmópolis a Ricardo Jaimes Freyre. Es un nombre casi desconocido en Venezuela, y es necesario hacerlo popular por estos lados; en el próximo número de Cosmópolis voy a reproducir algo de él. Dígale que me escriba quiero ser su amigo.

Espero que me conteste Ud. pronto y me envíe la Revista. Yo le mandaré periódicos de aquí en donde hablen de Ud. y en donde le reproducen constantemente.

Adiós, distinguido poeta, cuente Ud. con el afecto de su amigo y admirador

Pedro César Dominici

Dirección:

-Dr. Pedro César Dominici- Caracas-Venezuela-.



  —104→  

ArribaAbajo¡Sálvese para la intelectualidad de nuestra América!66

Eugenio Garzón

Ancien Sénateur del Uruguay

Chargés des questions Sud-Américaines

LE FIGARO 26, RUE DROUT

Rédacteur au Figaro pour les questions Sud-Americaines

TÉLEGRAPH: FIGARO-PARIS

Paris, le Julie, 26

Téléphone: 102-46, 102-47, 102-49

Mi querido amigo:

Correspondo a su carta de la célebre «Pagoda».

¡Me alegro que siga bien de cuerpo y alma!

Voluntad férrea es necesaria para resiste al racimo que tienta con sus jugos que se cuelan por el cuerpo, sancochan la vida y anublan la mente.

¡Sálvese para la intelectualidad de nuestra América!

El «Fígaro Ilustre» ya cayó en manos de Atahualpa. La América se morirá en ese espejo. El 12 de agosto haré mi estreno. El número de Septiembre contendrá a los delegados Sud-Americanos en el Congreso del Haya y el de octubre el pasaje de San Martín por los Andes, que será dedicado a los Estados Mayores de los Ejércitos de Francia y de Alemania. La Europa conoce tres grandes pasajes de montaña: el de Aníbal, el de Alejandro y el de Napoleón.

  —105→  

Ignora el de San Martín, el más grande de todos. Y del punto de vista moral, el más grandioso. Aquellos iban a robar, casi a divertirse, el otro fue a libertar. Comparen.

Yo también, como se lo imagina, siento la pérdida de su artículo y tanto más cuanto que Belia ha juntado todas las críticas atinadas en «Jean Orth» para hacer un libro. Lamento que su nombre y su palabra no estén en él. Pero si Ud. quiere mandar algo aún está en tiempo. ¿Y su retrato? ¿Y la poesía que me ofreció?

Si quiere prosa, mande prosa, que será poesía también, y bien bella.

Su amigo

Eugenio Garzón

Recuerdo a su amiga y de Crosi



  —106→  

ArribaAbajoUd. es joven y tiene aún muchos años a mano67

Eugenio Garzón

Ancien Sénateur del Uruguay

Chargés des questions Sud-Américaines

LE FIGARO 26, RUE DROUT

Rédacteur au Figaro pour les questions Sud-Américaines

TÉLEGRAPH: FIGARO-PARIS

Téléphone: 102-46, 102-47, 102-49

Mi querido amigo:

Salí de su casa pensando en las dos botellas de Vichy que Ud. se echa diariamente entre pecho y espalda. Suprímalas por algún tiempo. Beba Evián, Maltonis, o alguna otra agua inofensiva.

Báñese todos los días con agua fría y agua caliente.

Coma huevos pasados por agua, carnes blancas y coloradas, camine, tome aire que haya pasado por entre árboles, duerma siete horas, ¡échese recuerdos alegres en la mente y dígame después como le va!

¡Orden en la vida material! Y en todas las vidas Ud. es joven y tiene aún muchos años a mano.

¡Orden, pues!

¡Alegría!

Eugenio Garzón



  —107→  

ArribaAbajoEn materia de libros e ideas hay que ser avaro68

Eugenio Garzón

47, Rue de Courcelles Ancien Sénateur del Uruguay

Correspondant general du «Diario» de Buenos Aires

Rédacteur au Figaro

París Junio, 23... 1906

our les questions Sud-Américaines

ADRESSE TÉLEGRAPHIQUE: Ituzaingo

CODE-5TH EDITION A. B. C.

Mi querido amigo:

Ahí va Jean Orth. No le deje ver de nadie, pero así: de nadie. En materia de libros e ideas hay que ser avaro. El secreto de esas páginas, será su éxito, si le alcanza.

No se fíe de nadie: ¡¡ni de Corea!!

Va sin dedicatoria: después se la pondré cuando me devuelvan el ejemplar adjunto.

Espero que la acción de «Le Figaro» cabrá en la crítica.

Desde el ¡descubrimiento de la América!, ésta no había tenido en Europa una tribuna que defendiera sus intereses. Vendrán otros que lo harán mejor, pero la iniciativa es de «Le Figaro». Será la mejor página de la historia. Le prevengo que salió el primer Sud-Americano-Express. Los dos continentes se van acercando cada día más.

Como le dije, su crítica la pondré en un folleto con su retrato, que me mandará.

Mándemela con una carta para Emilio, que yo elegiré la oportunidad para enviarla a su título.

Suyo afectuoso amigo

Eugenio Garzón



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ArribaAbajoUna gran artista coreográfica que ha admirado España69

Barcelona 20 Febrero 1912

Ateneo Barcelonés

Particular

Mi admirado amigo:

Sin ninguna de Ud. a qué referirme, le escribo para decirle que con esta fecha he certificado un artículo en correos, dirigido a Ud. para Mundial. Es sobre una gran artista coreográfica que ha admirado España, por sus reproducciones de antiguas danzas religiosas de Oriente y que va a presentarse en el próximo verano en las principales capitales de América, empezando por B. Aires. En Madrid y en Barcelona ha dado representaciones, no sólo en el teatro sino en Los Círculos Artísticos -lo mismo que en Londres, donde reside. Las Fotografías para la ilustración del artículo que acompaño, ya hará el favor de integrarlas a Merelo, o a quien corresponda, y decirle que son para que digan de qué tamaño las quieren y si las han de menester en negro, que las remitiré tal cual me indiquen, como hice con Casas, y Zuloaga, con el derecho de reproducción pagada.

Así le agradeceré, vea Ud. de que una vez admitido el artículo (ilustración comprendida) se me abone su importe pues me hará Ud. un gran favor. Vea Ud. si los Guido quieren pagar 100 francos como los anteriores, todo comprendido. Si no, yo me contentaré y daré por bien hecho lo que Ud. haga. La cuestión es no tener que esperar el cobro.

Sobre Gaudí (arquitecto) aún no he podido acabar el trabajo pues este señor está en el campo reponiéndose de su salud y no ha vuelto. En cuanto vuelva, le veré para unos datos que me faltan y para las ilustraciones, que serán curiosísimas, y se lo remitiré junto.

  —109→  

No habiendo recibido orden de Ud. no mandé lo de Maragal, más cuando vi un bonito suelto en Mundial, acompañado del retrato.

A Iglesias hace tiempo que no lo he visto. Si Ud. quiere escribirle vive: San Andrés (Barcelona) calle Covolen 10. La última vez que le vi me dijo que había empezado un trabajo ilustrable.

A Guimera le veo de vez en cuando. Me prometió «La Reyna Joven», pero no sé si la habrá mandado. Vive: Calle de Petritxol- 4.

Ya me dirá cuando se marcha a América, y a quién he de dirigirme como Director Literario de Mundial para todo lo que se me ocurra, en su ausencia de Ud. No se olvide.

Y sin más que ponerme por completo a su órdenes quedo su Afmo. amigo que le admira y quiere

Pompeyo Gener

Por todo lo que se le ocurra sirva mandármelo Ateneo Barcelonés.

Si a este artículo le encuentra que hay que modificar o suprimir algo, hágalo, como con los demás.



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ArribaAbajoUn estudio sobre Ud. como poeta, ya que hoy representa la poesía española y americana70

Barcelona, 14 Abril 1912

Ateneo Barcelonés

Particular

Amigo Rubén:

Ayer expedí a Ud. certificado el trabajo sobre Vargas Vila «Pensador Solitario». Está hecho con todo el cuidado posible para evitar todo mal efecto, a causa de su radicalismo. A los que lo he leído lo han encontrado interesantísimo. Acompaño la ilustración fotográfica, hecha por un verdadero artista el señor Areñas. Como Ud. verá el retrato de Vargas Vila, es precioso.

Encargue Ud. a Merelo, o a quien corresponde, que para hacer el fotograbado lo mojen o lo barnicen para que recobre todo el vigor necesario y aparezcan los detalles que con el bromuro quedan velados.

Al hacer el tercer grabado, que es el del que yo estoy hojeando la obra de Vargas Vila, que recorten el Medallón, pues para ganar tiempo y no perder correo la recortamos si el molde poco más o menos, al apercibirnos que había salido una mancha, en las piernas de la figura.

Si puede Ud. como la otra vez hacerme mandar el dinero a vuelta de correo, se lo agradeceré infinito, pues aún estoy delicado de salud y siguiendo tratamiento.

En cuanto venga Ud. avíseme y tráigame si puede algún tomo de sus poesías, pues pienso que siga al de Vargas Vila, un estudio sobre Ud. como poeta, ya que hoy representa la poesía española y americana. El mismo fotógrafo le hará un buen retrato.

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Hemos hablado en la Casa de América y en el Ateneo de lo que hay que hacerle como homenaje. El Sr. Vehils nos mandó una carta de Ud. en que dice que no puede dar conferencias y sí leer versos.

Así, para hacer la fiesta más solemne con el Sr. Rahola y otros habíamos pensado lo siguiente: En el Ateneo leería Ud. los versos en el gran salón de sesiones. Y en el Restaurante Mundial, que está en un gran edificio encima del mar allí se le daría un gran banquete, asistiendo a ambas solemnidades, el Ateneo y la Casa de América siendo una comisión mixta la que las organice.

No se olvide de escribirnos o hacer escribir, enseguida el día de su llegada. Ya le indiqué que por la tarde o la noche sería mejor que por la mañana, pues aquí todo el mundo está ocupado de día.

Sin más que esperar noticias suyas y hasta la vista, ya sabe Ud. que le quiere y admira su afmo. amigo

Pompeyo Gener



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ArribaAbajoUd. es el poeta más popular del idioma español71

París 15 de Diciembre de 1913

Señor D. Rubén Darío

Muy querido Rubén: Su carta comienza con versos. Si yo supiera hacerlos le contestaría con una oda. Ella tendría al mismo tiempo un carácter elegíaco, para expresar con sentimiento noble y austero, mi desilusión de París, y para decirle una vez más que nosotros, los hombres de los países bárbaros, hemos concretado una actualidad más variada y más profunda en almas y en vida efectiva. Los pueblos se miden por las personalidades que encarnan su espíritu. Y yo pregunto: ¿dónde está actualmente el francés que signifique en poseía lo que significa Ud.? Nuestros compatriotas creen que su obra de Ud. es de un valor enorme. Pero, la circunscriben a España y América. Yo le he dicho a Ud. en Buenos Aires (¡ciudad hermosa y bendita entre todas!) que Francia no tiene ahora un solo poeta cuya obra fundamental valga la menor cosa de su obra.

Conversando la otra noche con Francisco García Calderón hemos llegado a este resultado: Verlaine y Banville habrán podido impresionar su carácter artístico, mas, Banville y Verlaine, a quienes admiro y quiero, son inferiores a Ud. Si Ud. hubiese escrito en lengua francesa sería un poeta más universal. Y no es una frase literaria. Es la verdad. Lo es y lo será de todos modos y cada vez en una forma más intensa y más decidida. Y es un poeta universal y secular por los elementos fundamentales y eternos que constituyen la esencia de su poesía: posee tanto la íntima emoción, la medular substancia lírica como el espontáneo esplendor de la forma. Ud. es simplemente un poeta sagrado y esto lo diré muy pronto, en España, de una manera documentada y pública.

Por otra parte, le estoy molestando con cosas sabidas, ya que es Ud. el poeta más popular del idioma español.

  —113→  

Hablemos de nuestras cosas. Me dice Ud. que el consulado paraguayo resultó honorífico. He ahí algo que nosotros, líricos y todos, no habíamos imaginado. En cuanto al lado argentino, no creo que todo se haya perdido. Si Ud. me autoriza, mi querido Rubén, me animaría a gestionar algo en tal sentido. Por de pronto, se me ocurre una cosa: su Canto a la Argentina podría editarse en un opúsculo y el ministerio de Relaciones Exteriores daría fácilmente unos tres mil pesos. ¿Quiere Ud. que dé los pasos del caso? Para cuando yo vuelva, intentaré conseguirle una subvención que podría llegar a unos 600 francos mensuales, sin ningún compromiso por su parte. ¿Qué le parece a Ud.? Yo quisiera serle útil dentro de mis escasas relaciones y dentro de mis influencias reducidas de periodista militante. Le aseguro de antemano que nada sufrirá con ello su amor propio: lo haré discretamente y siempre como iniciativa personal mía, sin invocar su nombre. La Argentina le debe mucho a Ud., mi querido Darío, ha servido más a la civilización argentina que todas las prensas y todas las universidades. Eso de la subvención es hacedero: dirige Ud. un órgano de publicación y lo natural es que el gobierno ayude a un hombre que contribuye a la propaganda, con los fondos oficiales de propaganda. Creo no apartarme de la conducta más elemental. Contésteme, pues. Iré, por el mes de junio a España. Allí daré conferencias y una será «Rubén Darío, su obra y su influencia»

Escríbame. Su carta me dio una profunda alegría. Veo diariamente a Piquet, es decir, hablamos de Ud. todos los días.

Muy cordialmente suyo, le abraza,

Alberto Gerchunoff

13, rue Guillaume Tell



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ArribaAbajoLa primer obra que salga a hacer sonar el nombre argentino72

Octubre, 6/911

IDEAS Y FIGURAS

SARMIENTO 202

Buenos Aires

Querido Rubén:

Hace pocos días contesté tu última carta. Hoy van más versos para tu espléndido Mundial.

Un abrazo de

Alberto

N. Un gran actor italiano, Ferruccio Garavaglia, ha incorporado Alma Gaucha a su repertorio. Será, pues, ésta la primer obra que salga a hacer sonar el nombre argentino por tierras extranjeras... Creo que como actualidad literaria tu podrías reproducir una escena de dicha obra en Mundial. Por si opinas lo mismo te remito un ejemplar para que la elijas a gusto.

V.



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ArribaAbajoSigo aquí librando mi batalla sin ceder en lirio ni en alma73

Julio 13/911

IDEAS Y FIGURAS

SARMIENTO 202

Buenos Aires

Querido Rubén:

Hace ocho días acusé recibo de una carta de Lux escrita en tu nombre. Le adjuntaba unos versos míos para tu «Magazine», que me parece espléndido y que es de sentir no sea tuyo de verdad... Yo te he escrito antes y te he enviado mis libros a direcciones equivocadas seguramente, ya que tú no hubieras pasado en silencio la aparición de éstos y mucho menos dejado de contestar mis cartas. Por este mismo correo va otro ejemplar de Triunfos Nuevos lamentando que el primero se haya extraviado porque él llevaba para ti una dedicatoria muy íntima. Quiero que lo leas tú que conoces tanto de mi vida porque en él hay mucho que sólo puedes presentir. Sangre Nuestra ha ido también a la calle Herschell. Me lo imagino ya en tu poder. Yo sigo aquí librando mi batalla sin ceder en lirio ni en alma, como si sobre mi vida no galoparan también los años. Ideas y Figuras es, hoy por hoy, el único baluarte del pensamiento argentino, es decir, de nuestro pensamiento argentino, que es también universal, agredido hoy por políticos semi-bárbaros.

La revista ha adquirido, después de dos años de brava y hermosa lucha, una gran difusión. Con vida propia, desde el primer día, tiene hoy el respeto de los intelectuales y del pueblo. ¡Lo difícil se ha logrado! Su horizonte es muy amplio y en él cabe todo lo que signifique arte, idea, luz. Tengo en proyecto un viaje a Europa, donde pienso realizar una empresa editorial en combinación con la revista. Si mis cálculos no fallan antes de un año me tendrás por allá. La empresa tiene base y es de proyecciones. La verás. Te pido que siempre me hagas llegar lo que tú publiques y que me envíes tu dirección cada vez que viajes o te mudes. Yo te escribiré   —116→   a menudo, porque mi afecto hacia ti, que siempre ha sido muy grande, aumenta con el tiempo. Tu carta sobre Falcini se la leí a Malharro el mismo día que llegó. Tuvo un gran placer y se alegró mucho por tu decisión en hacer lo que esté en tu mano por ese muchacho artista en cuyo porvenir él y yo tenemos tanta confianza.

Recibe un abrazo de

Alberto

N. Dime si has leído Alma Gaucha. Dime si tienes buena gente en la Argentina para el «Mundial, Magazine». Yo puedo proporcionarlo. Esto siempre que tú estés en la empresa y tengas verdadero interés en ello. Dispón de todo lo que puedo y valgo aquí.

Un abrazo



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ArribaAbajoEspero que Ud. me escriba para saber si en algo le he ofendido personalmente74

Estimado Rubén:

De Buenos Aires he recibido últimamente algunas cartas en que me hablan de Ud. En una de ellas me dicen: «Darío desea hacer a Ud. daño: a Ingenieros y a Ambrogi les ha rogado en vano para que escriban contra Ud.; dice que escribirá contestando a Berisso y asegurando que Ud. no es más que un desvergonzado mentecato; su amigo García Velloso, a instancias de él, le insultó a Ud. en una conferencia. En fin, le quiere a Ud. mal y como se siente moral y materialmente muerto, su carácter se agria y sus odios son terribles».

Por otra parte todos sus amigos me han escrito dándome datos sobre Ud. y pidiéndome que los publique. Si algún día lo hago, publicaré también los nombres de los que me escriben para castigar sus hipocresías y para hacerles ver que cuando se escriben cartas así, no se publican luego tiernas despedidas.

Le digo a Ud. esto para justificar de antemano todo lo que pueda publicar en El Madrid Cómico en El País en España Artística y en La Vida Galante periódicos en los cuales tengo completa libertad para escribir.

Al declararse Ud. de repente mi enemigo, creo que perdió a su más leal compañero. Aquí tengo todas sus cartas. No veo el daño que pude hacerle nunca y lo único que me explica su cambio, es la frase en que Ud. me pide que escriba sobre los Raros diciéndome que soy el único capaz de hacerlo con talento en español...

  —118→  

En fin, espero que Ud. me escriba para saber si en algo le he ofendido personalmente o si es que en Ud. el amigo se ha ofendido por mis juicios sobre el literato.

Créame siempre su amigo

E. Gómez Carrillo

Faubourg Montmartre, 29 París, 11 de enero 1898



  —119→  

ArribaAbajoYo me siento su amigo75

Señor D. Rubén Darío

Madrid

Rubén

Recibí su carta. Celebro que le hayan gustado Maravillas. Dentro de un mes aparecerán en el folletín del Gil Blas traducidas.

Dice Ud. que el amigo ha sido Ud. y no yo. No lo he notado; pero ya Ud. sabe que le respeto bastante para no contradecirle. Además esa es una cuestión personal: yo me siento su amigo; permítame por lo menos eso. En cuanto a mi conciencia literaria no creo deber violarla por Ud. puesto que ni aún en mi propio favor la violo. De mí digo: «esto me gusta, esto me disgusta». Con Ud. procederé siempre como conmigo mismo.

Si Ud. no hubiera renunciado por completo a aquel espíritu libre que en otro tiempo le permitía verse a sí mismo y escoger entre lo suyo, comprendería que el único que le estima en lo que vale, soy yo. En un largo estudio que sobre Ud. preparo, verá Ud. mejor mi modo de pensar. Ya lo tengo hecho: me falta escribirlo.

No me atrevo a pedirle su opinión sobre Maravillas. Temo que no me conteste Ud. Sin embargo, si quiere Ud. dármelo con toda franqueza, se lo agradeceré y si me lo permite, la publicaré por agria que sea.

¿Vive Ud. en Redacción de la Revista nueva? Salude en mi nombre a Ruiz Contreras, Baroja, etc.

Yo trabajo mucho y para hacer de todo hasta seré el cronista del honestísimo Nuevo Mundo.

  —120→  

Me alegraré mucho de verle en París: y aunque Ud. en Madrid no me presentó a su enamorada pensativa, yo le presentaré a la más bonita de las parisienses, que es mía y cuyos ojos glaucos me tienen loco como lo verá Ud. en un artículo que hoy mando a la Vida Literaria.

No quiero firmar su afectísimo como lo hace Ud., sino su amigo malgré vous

Enrique

¿Y Candamo?

A Soussans le veo casi todos los días a eso de las 3 de la mañana... Le quiere y admira muchísimo.



  —121→  

ArribaAbajoPreparar el camino a sus deseos76

ASOCIACIÓN DE LA PRENSA DE MADRID

DELEGACIÓN EN PARÍS

10, RUE DE CATELLANE

Mi querido Rubén,

Hoy mando a Guatemala un artículo en el que digo que Ud. admira mucho a Estrada Cabrera. Es para preparar el camino a sus deseos. Digo lo que Ud. me ha dicho.

Para lo de Nicaragua lo mejor es que Ud. escriba oficialmente a Navarro Revester una nota diciéndole:

«Tengo noticias de que viene un nuevo ministro. Como V.E. sabe, no he recibido aún mis cartas de retiro, y sigo figurando como Ministro ahí. El gobierno de Nicaragua no me ha comunicado nada, nunca. Me permito rogar a V. E. se sirva hacer notar esta situación anómala a mi sucesor, y pedirle que me haga enviar esa carta de retiro que yo deseo, por respeto hacia S.M. presentarla personalmente para darle al mismo tiempo las gracias por sus augustas atenciones. El Gobierno de Nicaragua me debe también mis sueldos de..., y como yo no tengo con él relaciones, véome obligado a recurrir a V.E. para que lo haga presente al nuevo representante de aquel país».

Yo le escribo hoy a Navarro Revester, mandándole las pruebas de su libro y le diré que Ud. se toma la libertad de ponerle esa nota confiado más que en todo en su cariño por todos los literatos que merecen admiración. Le explicaré lo que es.

Un abrazo de su

Enrique



  —122→  

ArribaAbajoLe debo lo que soy77

Queridísimo Rubén:

Puede ser que yo le deba una carta; en todo caso le debo algo que vale mucho más y que no se paga con cartas: le debo lo que soy.

Me dirá Ud. que lo he olvidado muy a menudo. Es cierto. Acabo de pasar por una crisis terrible y sólo para mí visible, que me ha durado dos años y durante la cual he hecho muchas tonterías. Creo que ya me ha pasado. Me siento ahora menos histérico, menos mujer coqueta. Verdad es que dentro de quince días tendré 27 años, edad en que ya es obligatoria la seriedad.

No le he mandado aún a nadie mi libro. He puesto ya las dedicatorias en los ejemplares (muy pocas) para la prensa y Garnier lo mandará pronto. Ud. lo recibirá ante que nadie.

...Y, casi lo siento, porque entre las crónicas que lo forman, hay dos o tres desagradables. En pruebas agregué una página sincera y sensata en que hablo de Ud. con admiración muy profunda. No lea más que ésa.

¡Qué simpático es Villaespesa! Pudiendo vivir tranquilo con su mujercita que es muy linda y su fortuna que es, creo, respetable, se mete en periódicos y gasta el tiempo, la salud, la paciencia y el dinero. Si ganara fama, menos mal; pero ni aún eso. En España no hay más que un medio de hacerse ilustre: y es escribir en la Ilustración, en El Imparcial, en el Liberal en El Heraldo. Lo nuevo les disgusta. Un idiota en un gran diario, es más admirado que un genio en una revista joven.

Mire Ud. el caso de Ruiz Contreras. Este vale tanto como un Clarín o un Cañete. Pues bien: como es activo, como funda revistas, como trata de agrupar a los jóvenes, no le hacen caso. El único listo es Benavente. Pero Benavente, en eso es más viejo que D. Juan Valera.

Tengo ganas de mandar una crónica al concurso del Liberal para tratar de ganarme los 100 duros: justamente tengo un carnaval que destinaba al Nuevo Mundo. No me atrevo porque   —123→   no sé si los redactores de un periódico tienen derecho a tratar de tomar parte en los concursos de casa. Y luego...

Doña Emilia resulta el primer cuentista español después de don Juan Pérez y Pérez de Huelva...

¿Figúrese Ud. a Emilio Zola mandando un cuento a un concurso?

Si logra Ud. dar un coup d'epaule a Eduardo de Bray para conseguir el puesto de corresponsal del Imparcial que está vacante, se lo agradeceré mucho. Ud. puede hacer algo por él, con Taboada, Ortega Munilla, etc. Yo he escrito recomendándolo.

No he visto el artículo de Bonafoux de que me habla Orts Ramos. Mándemelo. A mí los palos no me hieren.

Suyísimo de corazón,

Enrique



  —124→  

ArribaAbajoUd. que da bombos a todo Dios78

A CYRANO

BRASSERIE RESTAURANT

82, BOLUVARD DE CLICHY, 82

Querido Rubén,

Gracias por su carta. No hay necesidad de rectificación. Después de escribir el artículo Garnier publicará mañana o pasado.

Crea Ud. que no hay nadie que le quiera a Ud. como yo, con la misma franqueza, con la misma ingenuidad que yo.

Suprimir los tres primeros folletines.

De Bohemia Sentimental ha hecho Vincent una traducción preciosa. Creo que se publicará en La Presse y luego en la biblioteca del Mercure.

Cuando su hombre de Oro esté terminado daré tal vez a Ud. una prueba de amistad, encontrándole un traductor.

En el estudio preliminar que Montoya va a hacer para mi libro, hablará de Ud. con la admiración que yo tengo por Rubén Poeta.

  —125→  

¿Quiere Ud. oír una queja? Esta es: Ud. que da bombos a todo Dios, no ha dicho una palabra de mi último libro. Soussans me lee sus artículos. Los veo pues todos. En Revista Nueva o en Vida Nueva donde Ud. escribe tampoco una palabra. A mí personalmente, nada en una carta.Hasta pronto -hasta cuando Ud. vuelva a escribirme.

Le quiere su

Enrique

29 Faubourg Montmartre

hoy 10 de octubre.



  —126→  

ArribaAbajoDos sueños dignos de referirse79

Lausanne 15/6/913

Mi querido Rubén:

Recordándote siempre, he realizado una gira por Italia.

Te mando (para tu bibliografía de los sueños) la Vida e Dante por Bocaccio.

En la pág. 95, a 105, encontrarás el célebre sueño de la madre de Dante y la interpretación alegórica que de él hace Bocaccio.

En la 86, a 89, se cuenta el sueño que permitió encontrar los últimos tres cuentos de la Comedia, perdidos después de su muerte.

Son dos sueños dignos de referirse y es seguro que no los hay más ilustres en la historia literaria.

Sigo con proyecto de ir en breve a París.

Te quiere siempre tu afmo.

Ingenieros a Rubén Darío.



  —127→  

ArribaAbajoHago lo posible por no remover inmundicias80

HELIOS

Queridísimo maestro: recibo su carta; me agrada que le guste la revista y mi artículo sobre «Peregrinaciones». En cuanto a la tristeza de mis versos ¡qué quiere usted! Yo tengo los ojos tristes; por lo demás, no sabría escribir cosas muy alegres. El número 2º de Helios está ya compuesto. Pero le agradeceré con toda mi alma que me mande versos -como me dice- para el número de Junio; y si quiere usted hacer bibliografía o algo -lo que sea- ya sabe que la revista es suya. Nada me dice del ejemplar de «Rosas» que le envié. ¿No lo ha recibido? Sentiría que se hubiese extraviado. Y mándeme cuando aparezca, «La caravana pasa...» Creo haber oído a Navarro Ledesma que es muy amigo de usted. Lo saludaré en su nombre, y a todos. Me extraña eso de González Blanco; yo no he sabido nada. Sólo le diré que hoy al menos, habla muy bien de usted y de sus obras. Es cierto, que ha estado en Cuba; no sé más. Aquí, en no sé qué papeles, habló también muy mal de mí -muy mal- en otro tiempo, hace dos años. Yo lo olvido todo, y hago lo posible por no remover inmundicias, porque me molestan los malos olores. En el fondo no sé cómo será; al parecer, hoy es un buen muchacho; yo no pretendo amistades hondas: tan mal se han portado conmigo los que se llamaron mis amigos, que a Villaespesa, por ejemplo, tengo cerrada la puerta de mi casa para siempre. Últimamente -esto lo sé bien- G. Blanco ha hablado bien de usted en el Ateneo, con motivo de unas discusiones sobre el modernismo. Pero, ya le digo, hace tiempo no me atrevo a ser amigo de esta gente de por aquí. Escríbame. Le abraza

J. R. Jiménez

/c. Sanatorio del Rosario. Príncipe de Vergara 14. Madrid.



  —128→  

ArribaAbajoNo deje tampoco de enviarme versos81

IX 1904

Queridísimo maestro:

He recibido: su carta; una revista americana con el estudio sobre el alejandrino y un número de la «Revue d'Art Dramatique» con su maravilla sobre Ibsen. Gracias por todo. Supongo que usted habrá recibido las colecciones y números de «Helios», pues en la administración me dicen que ya han enviado todo. Y los cuatro ejemplares del Nº de Febrero. Ya he visto a Navarro Ledesma; desea que envíe usted versos y lo que quiera usted para «Blanco y negro»; cuando yo le dije que usted me mandaría original tuvo una alegría. Este Navarro Ledesma quiere cambiar el aspecto de su revista, poco a poco. Mándeme usted pronto versos. También quiere Mz. Sierra que le envíe usted las crónicas para el libro «Tierras Solares»; van a dar tomos, o no sé cuantos- hasta Junio; después lo dejarán para el otoño, pues en verano no se venden aquí libros. Por lo tanto era conveniente que usted enviara al momento el original, para dar «Tierras Solares» antes del verano. Martínez Sierra me dice que ha escrito a usted hace días. No deje tampoco de enviarme versos para su libro. Yo quisiera que en el otoño viniera usted de nuevo con la gala de sus versos. Entonces podría usted dar la conferencia en el Ateneo. Yo pienso que esta conferencia sería un verdadero éxito. Si todo se arreglara, yo iría por usted a París.

Escríbame. Ya sabe cómo le quiere su

Juan. R. Jiménez

/c Conde de Aranda. 1.



  —129→  

ArribaAbajoMi obsesión de una muerte repentina no me abandona82

Querido maestro: gracias por su carta; en esta ciudad grande y fría, donde apenas tengo un cariño, las cartas que usted me escribe son para mí como una brisa llena de frases amigas, como un envío de otros jardines y de otros campos más íntimos. Y no sabe cuánto me alegra que mis pobres cartas le lleven consuelo; por lo demás, ya sabe usted que yo les pongo en la tinta mucho amor. Haré el artículo que le dije -sobre la «Caravana pasa»-, para «La Lectura». Y le enviaré un ejemplar del número en que se publique. Martínez Sierra hace lo suyo en este número de «Helios», según me dice. Y me agradece y me devuelve los recuerdos que usted le manda.

Con verdadera pena le digo que no podré ir a Granada. ¡Y sería tan bello charlar con las fuentes de la Alhambra! Yo no estoy fuerte, y vivo con el doctor Simavro; mi obsesión de una muerte repentina no me abandona. Y no puedo alejarme tanto. Crea usted, mi querido poeta, que yo no estoy bien ni mucho menos, y, lo que es peor, que nunca estaré bien; he jugado mucho con las sombras de la muerte, y con las apariciones. ¿Cuándo me enviará usted su nuevo libro? Escríbame desde Málaga, y no olvide que sus cartas son visitas espirituales para mí -poeta aislado de la vida, por horror o por miedo-. No deje de escribirme.

Y crea que le abrazo con todo mi cariño.

Juan R. Jiménez

/c Conde de Aranda. 1.



  —130→  

ArribaAbajoYo agradecería infinitamente que nos enviara algo de lo que haga o tenga hecho: verso o prosa83

Querido maestro: cinco amigos míos y yo vamos a hacer una revista literaria seria y fina: algo como el «Mercure de France»: un tomo mensual de 190 páginas, muy bien editado. Nosotros mismos costeamos la revista; así, puedo decir a usted que vivirá mucho tiempo. No es empresa a lo Villaespesa; es cosa madura y muy bien calentada. Nada de lucro: vamos a hacer una revista que sea alimento espiritual; revista de ensueño; trabajaremos por el gran placer de trabajar. En fin, basta esta afirmación: es una cosa seria.

Yo agradecería a usted infinitamente que nos enviara algo de lo que haga o tenga hecho: versos, prosa. Y además que nos concediera usted permiso para copiar algunas cartas o fragmentos de las cartas que usted escribe para «La Nación».

¿Recibió usted mis «Rimas»? Si puede usted, no deje de enviarme un ejemplar de su último libro -«Peregrinaciones»- que no he encontrado, y me ocuparé de él -no porque usted me lo mande, sino por mi propio placer- en el primer número de la revista, que saldrá, según ahora pensamos, el día 1º de Abril.

  —131→  

No eche usted en olvido mis peticiones, mi querido maestro, pues ya sabe usted que le agradeceré sus envíos con toda mi alma.

Le abraza su verdadero amigo

Juan R. Jiménez

/c. Sanatorio del Rosario

Príncipe de Vergara. 14

Madrid

Debo decir a usted que la revista sólo publicará versos de tres o cuatro poetas, y prosa de muy contados escritores.



  —132→  

ArribaAbajoVuelvo a rogarle que [...] me haga pronto el atrio, bien en prosa, bien en verso84

Moguer Junio 2 -900

Sr. D. Rubén Darío-

Maestro y amigo muy querido:

Supongo en su poder una carta mía, en la que le daba cuenta de mi regreso de Madrid; aún estoy delicadísimo del pecho y la cabeza.

Por este mismo correo y en paquete certificado, remito a Ud. mi libro «Ninfeas»; las últimas poesías van aún en primeras pruebas; no he querido esperar más, pues se va prolongando mucho la salida de mis libros. Encontrará Ud. algunas poesías nuevas, desconocidas para Ud.

Ahora, me atrevería a rogarle que me hiciese el prólogo lo más brevemente posible; si no tiene tiempo, hágalo corto o en verso o como crea más fácil y pronto, evitándose molestias; pero no deje de hacerlo, que colmará Ud. de ese modo mi ilusión de muchos días. En la imprenta está suspendida la tirada del libro, esperando el prólogo, para tirar las primeras páginas y el índice, arreglándose a la cantidad de cuartillas que Ud. me remita.

Tengo grandes deseos de que salga pronto mi libro, pues tengo ya otros dos en preparación; en el que fío todo es en «Besos de oro», libro que honraré con la dedicatoria a Ud. Tiene dos partes; una llamada «Bruma» en donde irán las poesías de ensueño y de dolor y de nostalgia; y otra, titulada «Luz» que estará formada por las poesías cerebrales, fábulas mitológicas, etc.; una parte de plata y otra de oro.

  —133→  

También trabajo en «El poema de las Canciones», de cuyo libro forman parte «La Canción de la Carne» y la de «los Besos» que van en «Ninfeas».

Ya remitiré a Ud. originales, para que vaya Ud. conociendo los nuevos libros; brevemente enviaré a Ud. «El jardín de los cipreses» y «El Palacio negro», poemas de «Besos de oro». De hoy en adelante, mis libros no llevarán prólogos; quiero que el de Ud. en «Ninfeas» sea solamente mi presentación.

Vuelvo a rogarle que, sin violentarse me haga pronto el atrio, bien en prosa, bien en verso, y como Ud. quiera y crea más conveniente y rápido.

Un abrazo estrechísimo de su apasionado admirador y amigo.

Juan R. Jiménez

/c. Cánovas. -1º Moguer (Huelva)



  —134→  

ArribaAbajoTengo que decir mucho sobre usted a estas pobres bestias madrileñas85

1902

J. R Jiménez

Queridísimo maestro: recibí su carta y al día siguiente dije a mis compañeros todo lo que usted me indicaba en ella. La revista, como es natural, no puede desde ahora mismo pagar una colaboración escogida; ojalá pueda pagarse ella misma, o costarnos poco; desde luego, no queremos ganar dinero. Tenemos colaboración de Benavente, Valle-Inclán, etc., gratuita, y además todos nosotros, los jóvenes, trabajaremos mucho y se traducirá bastante del alemán y del inglés. Los originales franceses no se traducen. Así pues, lo de menos sería pagarle, o pagarle a buen precio; pero, entonces, los demás querrían también que les fuesen abonados sus trabajos, y la revista nacería muerta, pues aunque tenemos una gran voluntad -y hemos quitado los elementos corrosivos, aún de talento- no estamos muy ricos, y menos ahora que hay que abonar muchas cosas -papel, cubiertas, cabeceras, anuncios, etc.- por adelantado. Claro es que usted dirá: Entonces, ¿a qué se ha dirigido usted a mí? ¿voy a trabajar por gusto?- Es verdad, mi querido maestro, y tiene usted razón; perdóneme. Ahora bien: si dentro de tres o cuatro meses la revista puede -como creemos- pagar, acudiremos a usted nuevamente y en primer término. Todo esto se lo digo por encargo de mis cinco compañeros, tres de los cuales son, Agustín Querol, Martínez Sierra y Ramón Pérez de Ayala, este último un poeta joven de bastante talento y muchísima cultura. Ahora, le hablo yo solo: como quiero que usted colabore a todo trance, y en sitio de honor, porque creo que usted es el primer poeta de los que hoy escriben en castellano, y con una gran superioridad sobre todos, y porque, aunque le traté pocos días, le profeso un cariño entrañable, he de trabajar constantemente con mis amigos, a ver si muy pronto conseguimos poder encargarle trabajos pagados y pagados espléndidamente, mi querido poeta. De modo que esperemos a entonces. Y no se enfade usted conmigo. En el primer número me ocuparé extensamente de «Peregrinaciones»; pienso decir   —135→   muchas cosas; ahora le diré que el artículo de Fombona en «El renacimiento» me pareció muy mal; he leído aún pocas páginas, pero ¿está ciego ese señor y del alma, para no ver en cada línea la grande y bella alma del poeta? En «España contemporánea» sucede lo mismo. No creo yo que sea labor de periodista ni aún de periodista-poeta; es labor -e inmensa- de poeta y sólo de poeta, a pesar de su periodismo. No deje usted de enviarme «La caravana pasa...» como me anuncia, para dedicarle otro extenso artículo en la revista. Además, pienso publicar en ella un estudio sobre su personalidad literaria -probablemente abrirá el segundo número-. Quisiera que me dijese usted dónde podría encontrar «Los raros»; aquí, en las librerías, no lo tienen. Yo conozco «Azul», «Prosas Profanas» y «España contemporánea». ¿Tiene usted publicada en revistas la novela «Un hombre de oro»? Si es así, dígame donde está para procurarme los ejemplares. Tengo que decir mucho sobre usted, a estas pobre bestias madrileñas que, a lo que parece cada día se dan menos cuenta de las cosas. A mí me gusta hablar poco; además, yo no voy a cafés, ni casi al centro de Madrid; vivo aquí aislado y sólo viene a verme algún buen amigo; (así, trabajo y, sobre todo, leo y sueño mucho). Y por esto, tengo muchas cosas que decir de usted a estas bestias. Si yo estuviera fuerte, iría a París unos meses; sólo por el gusto de estar algún tiempo con usted. Crea en mi cariño verdadero. ¿No piensa volver ahora por Madrid? Me pregunta usted si se lee aquí «La Nación»; no sé si irá a los centros literarios; nosotros la tenemos. Un día de estos le enviaré mi ejemplar de «Prosas profanas» para que me ponga usted su firma; es por el placer de tener dedicado ese libro tan bello; luego, hará el favor de remitírmelo cuado me remita «La caravana pasa...» y en un mismo paquete.

Escríbame, y dígame que no se ha enfadado conmigo.

Le quiere mucho y le admira profundamente su

J. R. Jiménez

/c Sanatorio del Rosario

Príncipe de Vergara. 14

Madrid.



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ArribaAbajoNo conozco ningún «boarding house» en que se estime el recuerdo de Dickens86

31 Marzo 1913

4, MOSCOW MANSIONS, BAYSWATER, W.

Sr. Don Rubén Darío

París

Mi querido amigo:

Mucho placer en saber de Ud. y de sus andanzas. Quisiera servirle, y no sé si podré hacerlo. Figúrese Ud. Yo he vivido durante ocho años en Londres la vida más solitaria y más absurda que ha inventado la civilización. He vivido en un piso sin criados, como pájaro en jaula a quien se viene a ver de tarde en tarde. A veces me he pasado hasta siete semanas sin otra relación humana que la del camarero del restaurant donde comía. Ello quiere decir que sé muy poco de lo que me pregunta. No conozco ningún «boarding house» en que se estime el recuerdo de Dickens. Un boarding house decente viene a costar unos 50 chelines a la semana. Tiene el inconveniente de que ha de comerse a horas fijas y de que las gentes que en él se encuentran, son desagradables inevitablemente. También hay «boarding houses» más baratos, pero no se los recomiendo.

  —137→  

Amigos, sí que los hay excelentes. Aquí está Pérez Triana, 45 Avenue Road N. W. Pedro García Morales, 6, Bedford Road, Bedford Park. W., poeta, músico y grande admirador de Ud. José García Prieto, Vice-cónsul de España 40, Trinity Square E.C. Puede Ud. dirigirse a cualquiera de ellos, que le presentarán a todos mis amigos; a cualquiera de ellos, sobre todo, a los dos últimos, que le ayudarán en toda clase de gestiones. Excuso decirle el placer que tendría en renovar con Ud. antiguas charlas.

Le abraza cordialmente,

Ramiro de Maeztu



  —138→  

ArribaAbajoLo arriesgado que es en España un negocio de esta índole87

Biblioteca Nacional y Extranjera

Leonardo Williams, Editor

TUDESCOS, 30-32

MADRID

Sr. Don Rubén Darío

Admirado poeta: Ruego a Ud. que me envíe las crónicas ya publicadas de Tierras solares con objeto de irlas componiendo en la imprenta. También desearía que me dijese Ud., aproximadamente al menos, cuándo tendré en mi poder el libro completo.

Respecto a utilidades diré a Ud. el trato que hemos hecho con otros autores para que Ud. vea si puede aceptarle. Una vez cubiertos los gastos de la edición -que, naturalmente, es de nuestra cuenta- daremos al autor el 40% de las utilidades. Este es el único arreglo posible, teniendo en cuenta lo arriesgado que es en España un negocio de esta índole, y más para nosotros que pensamos hacer ediciones elegantes y de buen gusto. Yo remitiré a Ud. un ejemplar del primer tomo -Epistolario íntimo, de Ángel Ganivet- que se publicará muy pronto.

  —139→  

Espero que me enviara Ud. para Hojas Selectas una poesía para las familias, -y Ud. perdone.

También le agradeceré que me envíe la dirección de un honrado librero de Buenos Aires.

Tengo en preparación una antología de poetas modernos españoles e hispano-americanos: escribiré a Ud. extensamente sobre esto porque necesito su consejo y su ayuda.

Muy suyo, sinceramente

G. Martínez Sierra

Madrid 7 Abril 904

/c Prim 15, bajo.



  —140→  

ArribaAbajoDiscretamente le he puesto al corriente del mal éxito del negocio

Paseo de Sta Engracia 37.

Sr. D. Rubén Darío

Mi distinguido amigo:

Uno de estos días hablaré al Sr. Williams del asunto que da motivo a mi carta y quedará Ud. complacido. Por mi cuenta, me permito decirle que no se le ha entregado aún la liquidación de Tierras solares porque no había nada, o apenas nada, que darle a Ud. Como autor de libros y amigo de muchos autores, debe Ud. sobradamente saber lo que se vende. Este negocio ha sido ruinoso para el Sr. Williams, y mi particular afán de que publicase obras de buen gusto, editadas con esmero le ha costado a estas fechas buen puñado de miles pesetas. Y hay de esto una prueba más que indudable: el Sr. Williams no publicará ya más libros. Cuando un negocio se abandona, es de suponer que no será por exceso de utilidades. Ha sido, repito, una equivocación mía la publicación de todas las obras que en la casa se han editado. Como este fracaso lo he presenciado día por día, me duele la insistencia de Ud. en esta cuestión puramente monetaria y me causan asombro esos procedimientos que Ud. se muestra dispuesto a cumplir para hacer valer legalmente su derecho.

Ya en otras ocasiones, siempre que Ud. me ha hablado de tal liquidación, discretamente le he puesto al corriente del mal éxito del negocio.

Y vamos a otro asunto. Estoy terminando la Antología de poetas de que ya he hablado a Ud. y que se publicará muy pronto. Mucho agradeceré a Ud. que me envíe cuanto antes una   —141→   autobiografía y autocrítica hablando de su vida, de su concepto de la poesía, de sus poetas favoritos: quiero que en el libro cada poeta dé una nota viva, que será seguramente lo más interesante para el lector. Y si recuerda Ud. algunas fechas, póngalas también. La Antología será muy escogida: no irán en ellas muchos más de doce poetas, entre españoles y americanos. Deseo también una autorización escrita de Ud. para la publicación de las poesías que han de ir en el libro.

Antes de ponerse a la venta Cantos de vida y esperanza, envié a Ortega Munilla para El Imparcial un artículo sobre Ud. Si Ud. le ve o le escribe, ruégole que lo publique y todos saldremos ganando.

De Ud. affmo. amigo,

G. Martínez Sierra

Haga Ud. el favor de decirme las señas de Leopoldo Lugones



  —142→  

ArribaAbajoUd. quedaría como corresponsal en Europa88

Cesari Palace Hotel

Monte-Carlo

le Marzo 6 1901

Mi querido Darío: Estoy orgulloso con el honor que Ud. me ha hecho, de poner mi nombre en la primera página de un libro escrito por Ud. Se lo agradezco muy de veras. Al mismo tiempo me complace ver retribuido en esa forma el sincero afecto que le tengo y el interés con que lo sigo, aún desde antes de conocerlo.

Hace días que estaba por escribirle para decirle que he arreglado con Caprile que Ud. quedaría como corresponsal en Europa, mientras esto le conviniera. Ud. debe informarnos de todo lo que ocurra por estos mundos, acompañando la información con el correspondiente comentario, ilustrativo y breve. Que cada correo nos lleve una columna reflejando el movimiento de la política, del arte, de los teatros, del sport, de la vida social, en general de la actividad y de la inventiva de las gentes -empezando por las de París, naturalmente. Esta colaboración debe ser, a la vez que comprensiva, corta. Es una exigencia del público, y conveniencia, por tanto, para el diario. Sin perjuicio, excusado es decirlo, de los trabajos de índole más literaria a que tiene Ud. acostumbrados a los lectores de La Nación.

Esto tenía que decirle, y he aprovechado la ocasión que me brinda el acuse de recibo de su libro. Augurará este un buen éxito de librería, y honra y fama para su autor.

Le reitero mi agradecimiento y quedo como siempre su affmo. amigo

Emilio Mitre



  —143→  

ArribaAbajoAunque la novela no es planta de nuestra América89

Cesari Palace Hotel

Monte-Carlo

Marzo 21 1901

Mi querido Darío: Tengo un pequeño proyecto, a cuya realización deseo que contribuya Ud. Pienso editar una «Biblioteca de La Nación», que comprenda las mejores novelas, de todos los tiempos y de todos los países, a razón de un pequeño volumen por semana. Me he fijado, como tipo, en la Collection de A. Méricant (1, rue du Pont-de-Lodi), que Ud. encontrará en todas partes, y que se vende a 0,20 fr. el volumen. La Biblioteca La N., se hará en forma parecida. Las traducciones tendrían, naturalmente, amplia cabida en esta colección. Ahora bien, yo desearía que las traducciones, en París, estuviesen a cargo de Ud. En Bs. As. se harán otras. El trabajo debería marchar con la regularidad suficiente para asegurar la aparición del volumen por semana.

Deseo que sea Ud. quien haga la lista de novelas que ha de comprender la Biblioteca.

Excusado decir que hay que buscar las más populares; pero esto no impide preferencias y exclusiones que, aparte del interés mercantil de la publicación, marquen una intención moral y literaria.

Su compensación la fijaríamos, más o menos, por lo que La N. paga por la traducción de sus folletines. Además, La N. costearía un empleado competente que, bajo las órdenes de Ud., lo aliviase en lo posible de trabajo material.

  —144→  

¿Le conviene? En caso afirmativo, manos a la obra, y empiece por hacer el catálogo, tomándose todo el tiempo que quiera, porque no hay prisa. El catálogo puede comprender, como anteproyecto, unas doscientas obras, cuya enumeración convendrá hacer en el programa de la publicación, sin perjuicio de mejorar después la lista. Aunque la novela no es planta de nuestra América, no habrá que olvidar las pocas que por allá han brotado.

Cuando haya pensado un poco este asunto, no deje de escribirme.

Su affmo. amigo

Emilio Mitre