41
CIL, II, 6171.
42
Único fonema latino excluido de la inicial, según señalé en «Caracterización funcional de los fonemas del latín clásico», Emerita, 26, 1958, pp. 227-233.
43
Cf. Fonética..., 166; uenio, uiuus, etc.
44
Cf. últimamente la edición del Bell. Hisp. por G. Pasccuci, Florencia, 1965, p. 266, con referencia a las fuentes antiguas de cada forma y admisión de distintas atribuciones toponímicas.
45
Aparte de pensar también en la conocida resistencia de los latinos de la época -el caso ocurre en el bronce de Ascoli, 89 a. C. Cf. N. Criniti, L'epigrafe di Asculum di Gn. Pompea Strabone, Milán, 1970, pp. 47-61- aceparle el signo V precisamente para la secuencia que aquí habría producido el betaciemo, u, cf. Fonética... 146-147: IVENIS, etc.
46
Cf. ibíd., 151-152.
47
Cf., además, Onomástica..., 300-301.
48
Cf. ibíd. para una atribución también a lenguas hispánicas de esta tendencia a la confusión de b y .
49
La fluctuación no sólo está documentada en el paso al latín: śegiśan(os SEGISAM(A, sino incluso en la propia escritura hispánica: uśam(us, aśan(us VXAM(A.
50
Liv. XXI, 7, 2.