1
J. Mukarovsky, La Phonologie et la poétique, «Trav. Cercl. Ling. Prag.» 4, pp. 380 y ss.
2
S. Mariner Bigorra, Enfoques recientes del problema de Comodiano: discusión, «Act. II Congr. Esp. de Congr. Est. Clás.», Madrid, 1964, pp. 121-128.
3
Verg. Aen., II, 16.
4
Hor., Epod., XIII, 2.
5
Natural, porque el caso no puede ni siquiera plantearse en la rima consonante, dada la identidad de consonantes que por el propio nombre comporte, las cuales, a su vez, determinan el timbre también idéntico de las voces con que están en contacto.
6
R. Jakobson, Linguistique et Poétique, trad. N. Ruwet=Essais de Linguistique générale, París, 1963, pp. 210-248, espec. p. 224.
7
Michelena, Románico y circunrománico: sobre la suerte del latín «ae». «Archivum», 14 (1964), pp. 40-60.
8
Sobre todo si se advierte que no se produjeron los cambios terminológicos que análogamente podrían haberse producido en aquellos sistemas rítmicos en que ya desde la métrica griega los pies contiguos eran equiparables en cuanto a capacidad de admitir o de no admitir sustituciones: ritmo dáctilo, jónico, etc.
9
Son los «acentos antirrítmicos» de R. de Baldín, Sistema de rítmica castellana, Madrid, 1962, p. 126.
10
Lo mismo si se trata del que sustituye sin «condensación» a los dáctilos o anapestos en versos de estos ritmos, que del de los pies condensados en ritmos yámbicos o trocaicos. No hay que decir que, como todas las neutralizaciones en general, también estas métricas suscitan ambigüedades: en este caso, la ejecución y percepción del ritmo se hacen más difíciles cuanto mayor es el número de pies sustituidos o condensados, respectivamente. Obsérvese, por otro lado, la licitud del concepto de neutralización aplicado a estos fenómenos, frente a los que son de uso indiferente del término no caracterizado, en nuestro caso, las breves; tales usos indiferentes son, en realidad, los alargamientos de breves finales en arsis o ante cesura, la «tonicidad» del proclítico los ante paladines en el verso citado arriba, etc.