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Las Batuecas

Comedia de magia en siete cuadros, en verso y prosa

Juan Eugenio Hartzenbusch



portada



PERSONAJES
 

 
MATEO PICO.
LUCÍA.
PAULINO.
ALFONSO.
EL MAGO VIRTELIO.
EL MAGO SOFRONIO.
EL MAGO FORTUNIO.
DON TURULEQUE.
MARI-CASTAÑA.
DOÑA CLORI.
MELISENDRA.
DULCINEA.
MARCOLFA.
EL CAPITÁN BADANA.
EL DÓMINE GOLONDRO.
EL BACHILLER COMINO.
EL LICENCIADO RASPÓN.
EL REY DE LOS GNOMOS.
LA REINA DE LAS SALAMANDRAS.
LEÓN.
EL JUEZ.
BUÑOLERO.
FRUTERA.
MELERO.
REPOSTERO.
Jueces.
Alguaciles.
Dueñas.
Pajes.
Estudiantes.
Músicos.
Gnomos.
Salamandras.
Vendedores.
Pasiegas.
Damas.
Cortesanos.
Soldados.
Mozos.
Chulos.
Pueblo.
 

La escena es en las Batuecas, y la acción se supone por los años de 1488.

 




ArribaAbajoCuadro I

 

Bosque espeso y fragoso. Peñas altas en el fondo, por entre las cuales, a orillas de un barranco, se baja hasta la llanura, que sólo principia cerca ya del proscenio. A la derecha del espectador una fuente rústica, sobre la cual se alza un peñasco cubierto en parte con las ramas cruzadas de varios arbustos que brotan a los dos lados de la fuente.

 

Escena I

 

MATEO, LUCÍA.

 
MATEO

 (Dentro, en el fondo, por la izquierda del espectador.) 

¡So, so! ¡Maldito animal!
¡Pues no ha cogido mal trote!
¡So!
LUCÍA

 (Dentro.) 

Va a despeñarse aquí.
Apéame, no me arroje.
¡Ay, Jesús!
MATEO

 (Dentro.) 

Se me escapó.
5
¡Por vida de los demontres!
 

(Por el fondo y por una senda alta salen MATEO y LUCÍA tras un burro que va corriendo por entre las peñas hasta pararse a orillas del barranco. MATEO trae al brazo unas alforjas.)

 
Ceja aquí, pollino. ¡Mira,
mira el condenado dónde
se fue a meter!
LUCÍA
¡Ay, Mateo!
No le sigas, que te expones10
a caer en un barranco.
Déjale. Como es el bosque
tan espeso, no podrá
irse lejos.
 

(El burro va a saltar el barranco y se cae en él.)

 
MATEO
¡Buenas noches!
LUCÍA
Se precipitó en el hoyo.15
MATEO
Malos lobos le devoren.
LUCÍA
Nos hemos quedado a pie.
MATEO
Y gracias que echó de un bote
las alforjas a rodar,
porque si no, fuera doble20
la pérdida: no le sacan
de ese pozo a dos tirones.
 

(Van bajando a lo llano.)

 
LUCÍA
¿Y qué hemos de hacer ahora,
Mateo?
MATEO
No te acongojes.
No faltarán alquerías25
o cabañas de pastores
donde hospedarnos; en todo
caso bien cerca nos coge
la Peña de Francia. Iremos
allá.
LUCÍA
¿Y si alguien nos conoce?
30
¿Cuántas leguas te parece
distamos de Alba de Tormes?
MATEO
Si al extraviarnos hoy
no retrocedimos, doce.
LUCÍA
Doce leguas... ¿Estaremos35
libres de persecuciones
ya?
MATEO
Sí tal. El duque de Alba
rabiará cuando le informen
de nuestra fuga, y hará
que por los alrededores40
de la villa se nos busque.
Dirá que es delito enorme
que un paje y una doncella
de su casa se enamoren
contra su mandato y huyan45
sin decir oste ni moste;
mas luego se aplacará,
pues siendo tú y yo dos pobres
diablos, ajeno parece
de tan distinguido prócer50
que, ni aun para hacernos daño,
por nosotros se incomode.
LUCÍA
Tú me inspiras confianza.
Ven y miremos si corre
por aquí algún manantial.55
Tengo sed.
MATEO
Fuerza es que brote
de entre estos peñascos agua
que mantenga los verdores
de estos juncos, de esta yerba,
de esos recios alcornoques.60
Aquí hay una fuente.
LUCÍA

 (Registrando las alforjas.) 

Saco
el vaso.

 (Llégase a llenar el vaso a la fuente, y ésta cesa de correr.) 

¡Calla!
MATEO
De golpe
ha cesado de manar.
LUCÍA
Pues... Y el sobrante se esconde
por las grietas de las peñas,65
sin quedar con que me moje
los labios.
MATEO
¿Será esta fuente
de las que allá en Alba el dómine
del duquesito llamaba
intermitentes?
LUCÍA
Y el nombre
70
ése, ¿a qué fuentes lo aplican?
MATEO
Segun las explicaciones
que oí, son unas que manan
un rato, y paran y rompen
luego a correr otra vez75
por el mismo tiempo y orden.
Esto afirman que consiste...
LUCÍA
No entres en más pormenores,
que no tengo yo a las ciencias
la afición que tú.
MATEO
Aficiones
80
desgraciadas puede haber,
mas apuesto que en el orbe
no hay persona a quien las suyas
menos que a mí se le logren.
Siempre mi ambición ha sido85
ser un sabio, pero diome
una mollera el señor
tan roma, tan dura y torpe,
que con andar a la escuela
de seis años a catorce90
y sacar de allí atestada
la cabeza de chichones,
de palmetazos las manos
y el trasponiente de azotes,
ni siquiera sé leer.95
Vamos, ¡mayor mazacote...!
Mateo Pico me llaman.
Pensé adquirir el renombre
de pico de oro, sí, sí.
¡Buen pico de empedradores100
es el mío!
LUCÍA
¿Y qué te importa?
MATEO
Si a lo menos fuera un joven
gallardo, aunque fuese tonto,
vaya; pero ser un drope,
y ser feo y desgarbado,105
chiquituelo y morenote,
¿no es para estar cada hora
echando cien maldiciones
a la suerte?
LUCÍA
Pues alguno
te tiene envidia.
MATEO
Don Lope,
110
mi rival, a quien el duque
pretendió hacer tu consorte.
Pero ¿qué me envidia? Sólo
tu amor.
LUCÍA

 (Está bien resentida.) 

Y eso ¿no supone
algo?
MATEO
¿No ha de suponer?
115
¡Vaya! Por Dios, no te enojes.
Queriéndome tú, ¿quién hay
más feliz entre los hombres?
Ni el mismo rey don Fernando,
cuando en Granada enarbole120
la bandera de la cruz
y le arranque los bigotes
al rey Chico, sentirá
el gozo que antes de noche
tuve al subirte en el burro125
debajo de tus balcones.
Si yo sólo pienso en ti,
si estoy hecho un picatoste
siempre que te miro, si eres
el único fin, el norte130
solo de mis pensamientos,
la causa de mis dolores
y mis contentos, mi vida,
mi gloria, sol de los soles.
LUCÍA
Y tú, Mateo querido,135
por esa franqueza noble
con que tus faltas acusas
y humilde las reconoces,
más mi cariño acrecientas,
más obligación me impones140
de ser tu amante leal,
tu cónyuge fina y dócil.
Por eso yo, sin temer
excitar murmuraciones,
despreciando a tu rival,145
despreciando el rico dote
que me ofreció el duque de Alba
para inclinarme a don Lope,
de ti me fíe, y contigo
sola me hallo en este monte,150
segura de tu respeto
a nuestros puros amores.
MATEO
Sí, Lucía de mis ojos.
¡Ojalá los corazones
pudieran verse!
LUCÍA
¡Ojalá!
155
MATEO
Yo te aseguro que entonces...
LUCÍA
Verías tú que en mi amor
no ha obrado nunca otro móvil
menos digno.
MATEO
Tú verías
que no son ponderaciones,160
sino verdad lo que digo.
LUCÍA
El cielo a su cargo tome
castigarme si te engaño.
MATEO
Otro tu mano me robe
si disimulo.
LUCÍA
¡Mateo!
165
MATEO
¡Lucía! ¿Quién este goce
tan tierno puede turbar?
 

(Se abrazan.)

 
LUCÍA
Nadie.
MATEO
Nadie, mi bien.
 

(Vuelve a correr la fuente.)

 
LUCÍA
¿Oyes?
La fuente mana, bebamos.
MATEO
Deja que estas ramas corte,170
que nos incomodan.

 (Saca la espada y derriba con ella algunas ramas de las que cubrían el peñasco que se alza sobre la fuente, y entonces se ve grabado en la piedra un letrero en caracteres góticos que dice: FUENTE DE LA VERDAD.) 

LUCÍA
¿Ésas
son letras?
MATEO
Forman renglones,
letras serán; pero yo
sólo conozco las oes,
siendo bien redondas. Bebe.175
LUCÍA
Muy fresca está. ¿Quieres?
MATEO
Coge,
sí.
LUCÍA
Toma. ¿No te parece
que es un poquito salobre?
MATEO
Y aun amarga.
LUCÍA
Con efecto,
aunque al pronto no se note,180
sabe mal.
MATEO
Sabe a demonios.
LUCÍA
Quema el paladar.
MATEO
Corroe
las entrañas. No la vuelvo
a probar yo.
LUCÍA
Ni yo.
MATEO
Conque
ahora, ¿qué resolvemos?185
LUCÍA

 (Con viveza involuntaria.) 

Escapar de aquí a galope,
que yo de ti no me fío,
y hay que evitar ocasiones.
MATEO
Pues poco hace no decías
eso.
LUCÍA
Ven acá, simplote.
190
¿No ves que era por tenerte
contento?
MATEO
¡Por San Onofre
bendito!
LUCÍA
Con esas cuatro
discretas adulaciones
intereso tu amor propio195
para que todo lo arrostres
por mí, porque como yo
no tengo más protectores
ni deudos, ni más apoyo
que tú, no me corresponde200
obrar de otro modo.
MATEO
¿Luego
tú no me quieres?
LUCÍA
¡Pobre hombre!
Sí te quiero, pero advierte
que no eres ningún Adonis
para que una muchachita205
de mi cara y de mi porte
delire por ti. Tú no haces
nada de más aunque adores
en mí, pues quien vale menos,
razón es que se apasione210
más.
MATEO
¡Oh! No creas que yo
te amo tan a troche y moche
como antes.
LUCÍA
¡Cómo! ¡Qué escucho!
MATEO
Por más que te diga flores,
yo desde que has consentido215
que del palacio te robe
te estimo menos.
LUCÍA
¡Qué insulto!
Pues sabe, y no te sofoques,
que he tenido en esta fuga
mis ocultas intenciones.220
MATEO
¿No es por casarte conmigo?
LUCÍA
Es y no es.
MATEO
Pues, ¿qué hay? Responde.
LUCÍA
Yo tuve un hermano
llamado León,
al cual una bruja225
de casa robó,
siendo niño y ciego
el ángel de Dios.
La noche del martes,
al dar el reloj230
de casa del duque
en punto las dos,
no sé de qué modo
la imaginación
a mi cieguecito235
me representó.
«¡Oh! (dije) Si vive,
¿no es fuerte rigor
que ni él de mí sepa,
ni de él sepa yo?».240
Apenas mi labio
soltó la expresión,
un hombre en mi estancia
se me apareció
con toda la traza245
de un encantador.
Varilla, que de oro
se me figuró,
brillaba en la mano
del docto varón.250
Vestía ropaje
de raro color
y encima venía
de un fiero dragón,
que me hizo por poco255
morir de pavor.
Y el mago me dijo:
«sal de esta mansión,
cabalga en cualquiera
bagaje menor260
y allí donde pare,
allí decretó
la suerte que encuentres
un fiel protector,
que te abra el asilo265
que guarda hasta hoy
al mísero hermano
que nunca te vio».
No bien hube oído
la última voz,270
dragón, mago y todo
se desvaneció.
MATEO
Yo siempre... (y a todos
notorio les es)
yo siempre he tenido275
afán de saber.
La noche del martes,
en punto a las tres,
trayéndome inquieto
desvelo cruel,280
con estas palabras
mi pena expresé:
«¿por qué a mi cerebro
negada ha de ser
la luz de la ciencia,285
que tanto anhelé?».
Apenas lo dije,
cuando cate usted
que frente a mi cama
descubro de pie290
sobre un aguilucho
más grande que diez
a un mágico anciano,
ceñida la sien
con varias coronas295
de verde laurel.
Y dijo: «mañana
al amanecer,
sal de Alba y camina
de un asno a merced,300
y allí donde pare,
allí te daré
el don de la ciencia
que quieres tener».
Hablar esto el mago305
y hallarme sin él,
un mismo momento,
una cosa fue.
LUCÍA
¿Conque según lo que veo,
si me acompañó hasta aquí310
vuesarced, señor Mateo,
quizá fue por el deseo
de saber más que por mí?
MATEO
Bien quisiera en realidad
negártelo; pero, amiga,315
no obstante mi voluntad,
hay un poder que me obliga
a decirte que es verdad.
LUCÍA
¿Soy tan fea y sin talento
para que no se me aprecie?320
MATEO
Hija, tienes mucho viento.
Y, en fin, no hay amor exento
de interés de alguna especie.
LUCÍA
¡Esto oigo! Imposible que halle
mi angustia alivio.

 (Solloza y vuelve la espalda a MATEO.) 

MATEO
Me baldas
325
con tu gemir.
LUCÍA

 (Volviéndose a MATEO con rabia.) 

Oiga y calle.
MATEO
¿Por qué te has vuelto de espaldas?
LUCÍA
Porque me mires el talle.
MATEO
Pues... Y yo soy tan bonazo,
que aunque eso merecería330
un valiente latigazo,
sufro la bellaquería,
y estoy por darte un abrazo.
LUCÍA
Y yo que en fingiendo mosca
sé ponerte como un guante,335
cuando te acerques galante
voy a decirte muy fosca:
quítateme de delante.
MATEO
Y yo al ver desestimar
mi amoroso testimonio,340
voy a enfadarme y gritar:
Lucía, ¡voto al demonio,
que no te puedo aguantar!
LUCÍA
Y yo entonces jiparé
exclamando: ¡en estos lances345
la que quiere bien se ve!
¡Pobre de mí! Y trataré
de huir, para que me alcances.
MATEO
Yo diré: ya se acabó.
LUCÍA
Y yo: a Dios, sin más rodeos.350
MATEO
Y yo: por tus devaneos.
LUCÍA
Yo: por ti.
MATEO
Yo: por mí no.
LUCÍA
Sí.
MATEO
No.
LUCÍA
Sí.
MATEO
No.
DOS VOCES

 (Dentro.) 

Deteneos.
LUCÍA Y
MATEO
¿Quién nos detiene?
UNA VOZ

 (Dentro.) 

Yo.
OTRA VOZ

 (Dentro.) 

Yo.
 

(Ábrese a cada lado una peña y sale EL MAGO VIRTELIO por una y EL MAGO SOFRONIO por otra, los dos con traje y varita de magos.)

 


Escena II

 

Dichos, EL MAGO VIRTELIO y EL MAGO SOFRONIO.

 
LUCÍA
¡Cielos! Éste es el mago que en mi estancia355
penetró la otra noche.
EL MAGO VIRTELIO
Ciertamente.
MATEO

 (A EL MAGO SOFRONIO.) 

Vos el mágico sois a cuya instancia
del palacio salí furtivamente.
EL MAGO SOFRONIO
Yo soy, y ya anduviste la distancia
para acabar tu viaje conveniente.360
EL MAGO VIRTELIO
Aquí vais a elegir vuestro destino.
Para volver atrás ya no hay camino.
EL MAGO SOFRONIO
Esta selva espesísima encantada,
donde salir nos veis de peñas huecas,
guarda en su seno la escondida entrada365
del dichoso país de las Batuecas.
Vega profunda en torno coronada
de riscos altos, cuyas cimas secas
forma de muro inaccesible tienen,
ignorada en Castilla la mantienen.370
Un pueblo culto y numeroso habita
dentro del amenísimo recinto,
que los usos de España en parte imita
y otros tiene de género distinto.
De tiempo en tiempo aquí se precipita,375
o cual vosotros, o por propio instinto,
algún viajero a quien asilo damos
tres mágicos que el valle custodiamos.
Todos beben primero de esa fuente,
que es la de la verdad, y ella los hace380
su intención descubrir ingenuamente
sin cálculo sagaz que la disfrace.
Tres puertas se abren al viajero enfrente,
y entra por la que más le satisface;
mas ved que elige, al penetrar por una,385
la virtud, el saber, o la fortuna.
Sofronio soy, la ciencia represento,
la ciencia que al mortal con Dios iguala.
Yo los celestes orbes mido y cuento,
las honduras del mar mi vista cala,390
yo para saltear el firmamento
cruzo el aire en carroza que lo escala.
Yo soy, en fin, señor de cuanto encierra
la doble inmensidad de cielo y tierra.
EL MAGO VIRTELIO
Yo me llamo Virtelio, y simbolizo395
la sencilla virtud modesta y pura,
la que así bajo techo de carrizo
como en salón de regia arquitectura,
y en la cumbre del bien resbaladizo
como en dolor continuo y amargura,400
quieta vive y su horóscopo contrasta,
pues para ser feliz, ella le basta.
EL MAGO SOFRONIO
Con el saber se adquiere el poderío.
EL MAGO VIRTELIO
Con la virtud la paz.
EL MAGO SOFRONIO
Pasmo del mundo
es el mortal a quien mi luz envío.405
EL MAGO VIRTELIO
Yo contento dulcísimo y profundo
vierto en el alma del alumno mío.
EL MAGO SOFRONIO
Yo afino las costumbres.
EL MAGO VIRTELIO
Yo las fundo.
EL MAGO SOFRONIO
La dicha es el saber; seguid mi huella.
EL MAGO VIRTELIO
La dicha es la virtud; buscadla en ella.410


Escena III

 

Dichos y EL MAGO FORTUNIO, saliendo también de otro peñasco.

 
EL MAGO FORTUNIO
¿Quién es el insensato que se atreve
a negarme la gran prerrogativa
de que en el mundo a mi capricho lleve
del bien y el mal la varia alternativa?
¡Prometéis dicha con poder tan leve415
que un soplo de Fortunio lo derriba!
¿Cómo desconocisteis de ese modo
que, siendo la fortuna, reino en todo?
Sin fortuna el saber yace ignorado,
la virtud sin fortuna a nadie enseña.420
Saber en las tinieblas encerrado,
virtud que la luz pública desdeña,
sólo es un egoísmo disfrazado
y un tesoro en poder de alma pequeña.
De modo que sin mí sois en justicia425
tú pura nulidad, y tú avaricia.
Poned a la virtud en la indigencia,
y ella tal vez la arrastrará al delito;
fáltele suerte próspera a la ciencia,
y veréis como nunca da en el hito.430
Yo al hombre a quien otorgo la opulencia
nobleza infundo y crímenes evito;
y mil inventos útiles de nota,
fueron casual hallazgo de un idiota.
Creedme, extraviados caminantes,435
en mí todos los bienes atesoro.
Yo a zafios de un breñal torno elegantes
y hago de un ente ruin un pino de oro;
yo todos los defectos repugnantes
con el barniz de la riqueza doro,440
y fijo por axioma verdadero
que hasta el cielo se gana con dinero.
EL MAGO VIRTELIO
¡Temerario!
EL MAGO SOFRONIO
¡Impostor!
EL MAGO FORTUNIO
Lo justifico,
pues tendiendo su mano bienhechora
puede salvar la humanidad un rico445
mientras el sabio lenguaraz perora,
mientras grande en querer y en obras chico
estérilmente el virtuoso llora,
cuando el mendigo hambriento que le asalta
le pide el pan que para sí le falta.450
EL MAGO VIRTELIO
Virtud, para hacer bien, se necesita.
EL MAGO SOFRONIO
Para hacer bien, precisa es la prudencia.
EL MAGO VIRTELIO
Quien da por vanidad, al vicio incita.
EL MAGO SOFRONIO
Dar a ciegas protege la indolencia.
EL MAGO FORTUNIO
Una razón no más desacredita455
toda vuestra sofística elocuencia:
pues que de dar habláis, yo considero
que tener para dar es lo primero.

 (A MATEO y LUCÍA.) 

Ea, fijad vosotros vuestra suerte.
EL MAGO SOFRONIO
Resolved.
EL MAGO VIRTELIO
Elegidme por amigo,
460
maestro y protector.
EL MAGO SOFRONIO
No han de escogerte,
que si atienden a sí, vendrán conmigo.
EL MAGO FORTUNIO
Mirad que mi poder es el más fuerte,
y soy muy de temer para enemigo.
Quien tuviere fortuna declarada465
tendrá ciencia y virtud; sin ella nada.
MATEO
Vuesarcedes, señores, han parlado
los tres con agudeza peregrina,
pero según en todos he notado,
cada cual llega el ascua a su sardina.470
Haya de ser feliz o desgraciado
en la senda que el hado me destina,
prefiero la que siempre fue mi antojo.
Sofronio, vuestro soy; la ciencia escojo.
EL MAGO SOFRONIO
Bien.
EL MAGO VIRTELIO
Mal.
EL MAGO FORTUNIO
Te ha de pesar. Y tú, ¿qué eliges?
475

 (A LUCÍA.) 

EL MAGO VIRTELIO
Medita bien primero la respuesta.
MATEO
Sé doctora, y si yerro, me corriges.
LUCÍA
Templada en mis deseos y modesta,
poco amiga de galas y de dijes,
siempre al silencio y al trabajo presta,480
ni ansío grandezas, ni al saber me aplico:
a la virtud mi corazón dedico.
EL MAGO VIRTELIO
¡Bien, hija!
EL MAGO SOFRONIO
Mal.
EL MAGO FORTUNIO
¡Oh, rabia!
MATEO
El seor Fortunio
parece que esta vez se queda feo.
EL MAGO FORTUNIO
Me pagaréis con hórrido infortunio485
este primer desaire en que me veo.
EL MAGO SOFRONIO

 (A MATEO y LUCÍA.) 

Ahora os separáis, mas para junio
ya os unirán los lazos de himeneo.

 (Tomando de la mano a MATEO.) 

Ven.
MATEO
¡Llegue pronto el venturoso día!
EL MAGO VIRTELIO

 (Cogiendo de la mano a LUCÍA.) 

Sígueme.
LUCÍA
Adiós, Mateo.
MATEO
Adiós, Lucía.
490
 

(Ábrense las peñas del fondo y descúbrese en el medio una puerta (o hueco grande), por la cual entra EL MAGO VIRTELIO con LUCÍA, y otra a la izquierda del espectador, y entran por allí EL MAGO SOFRONIO y MATEO.)

 


Escena IV

 

EL MAGO FORTUNIO.

 
EL MAGO FORTUNIO
Id, imprudentes amantes,
id y ciegos confiad
en el escaso poder
de los que a regiros van,
que yo entre tanto os preparo495
una lección ejemplar
que os haga ver cuánto yerra
el atrevido mortal
que desprecia cual vosotros
los dones de mi bondad.500
Siempre son tres los viajeros
que suelen aquí llegar
y uno al menos de los tres
se declara mi secuaz.
Esta vez han sido dos,505
y no ha querido aceptar
ninguno de mi dominio
la protección eficaz.
¡Oh si viniese el tercero
pronto, para derramar510
a manos llenas en él
de mi favor el caudal,
para que muertos de envidia
viesen su prosperidad
esa necia mojigata515
y ese estúpido rapaz!
Mas ¿qué digo? Tres vinieron.
Mi objeto he logrado ya.
El asno que los condujo
voy de la zanja a sacar,520
y convirtiéndole en hombre,
mi favorito será.
Ya que como irracionales
quisieron los dos obrar,
a ver si entiende mejor525
su interés un animal.

 (Alzando la voz.) 

Dócil y sufrida bestia,
destinada a figurar
la ignorancia inofensiva,
la paciente necedad,530
obedece mi conjuro,
sube de esa poza, sal.
 

(Aparece el burro a la orilla del hoyo donde se hundió.)

 
Salió. Voz y raciocinio
humano le quiero dar,
conservándole el recuerdo535
de su ser original.
Su nuevo nombre muy poco
del otro debe distar:
Paulino le llamaremos,
que es lo que más cerca está540
de pollino. ¡Hola, Paulino!
Levántate y echa a andar.

 (Tiende la varita hacia el burro, y éste desaparece, viéndose en su lugar un hombre vestido, pero quedándole la albarda, la cabezada y el bozal.) 



Escena V

 

PAULINO y EL MAGO FORTUNIO.

 
PAULINO
¿Quién me saca de ese abismo
donde hay tanta cucaracha?
Pero ¿qué miro? ¡Qué facha!545
¿Soy otro yo, o soy el mismo?
¡Una doméstica res
con tan raros aparatos!
¡Yo bragas, chupa y zapatos!
¡Yo teniéndome en dos pies!550
No sé cómo me rebulla.
EL MAGO FORTUNIO
Muévete y aprenderás.
PAULINO
Quedaré en un pie no más,
y en mi vida he sido grulla.
EL MAGO FORTUNIO
Anda, y sin temor dirige555
el paso. Ven.
PAULINO
¡Qué molestia!
Eso es querer que una bestia
se mate.

 (Va a caminar y cae.) 

¡Pues! ¿No lo dije?
Al primer lance he venido
al suelo. ¿Sois por ventura560
quien me ha dado esta figura?
EL MAGO FORTUNIO
Yo soy.
PAULINO
¡Os habéis lucido!
EL MAGO FORTUNIO
¿Todavía te me quejas?
PAULINO
¿Pues no queréis que eche menos
mis lomos gordos y llenos,565
mis magníficas orejas?
De verme tal me espeluzno,
y ha sido lo más atroz
cambiarme en tan mala voz
mi dulcísimo rebuzno.570
¿Y mi cola rozagante?
¡Cortada al rape del hueso!
Así falta el contrapeso,
y me caigo hacia delante.
EL MAGO FORTUNIO
No te caerás ya.
PAULINO
Sí tal.
575
EL MAGO FORTUNIO
No repliques.
PAULINO
Sí replico.
EL MAGO FORTUNIO
Eres terco.
PAULINO
Soy borrico,
yo sigo mi natural.
EL MAGO FORTUNIO
Ya eres hombre.
PAULINO
Poco a poco.
Eso...
EL MAGO FORTUNIO
En dudarlo me agravias.
580
PAULINO
A ver. De hombre son las pavias,

 (Tentándose las narices, la cara, etcétera.) 

de hombre es la cara que toco,
la cabeza, el cuerpo... ¡Ay Dios!
Ya cual persona discurro.
Sí, me apearon de burro585
y soy otro como vos.
EL MAGO FORTUNIO
Tira el aparejo a un lado,
no te hace falta.
PAULINO
Lo haré,
aunque de algún hombre sé
a quien viniera pintado.590
¿Queréis decirme el objeto
de ésta mi metamorfosis?
EL MAGO FORTUNIO
He tomado cierta dosis
de rabia contra un sujeto
que despreció mi poder,595
y quiero vengarme así,
haciéndote bien a ti
y haciéndole a él padecer.
PAULINO
¿Quién os dio tal sofocón?
EL MAGO FORTUNIO
Tu amo.
PAULINO

 (Recio.) 

¿Mi amo?
EL MAGO FORTUNIO
Cosa clara.
600
PAULINO
Pido la palabra para
una rectificación.
EL MAGO FORTUNIO
¿Por qué así te has alterado?
PAULINO
Yo jamás amo he tenido.
EL MAGO FORTUNIO
Pues el paje que has traído605
aquí, ¿quién es?
PAULINO
Mi criado.
EL MAGO FORTUNIO
¿Tu criado? ¡Qué aprensión!
PAULINO
¡Toma! Él con afán inmenso
me proporcionaba el pienso,
él me llevaba al pilón,610
él mi habitación tenía
que arreglar, y que vestirme.
Si es que esto no era servirme
yo no sé lo que sería.
EL MAGO FORTUNIO
Raciocinas con talento,615
no se te puede negar.
PAULINO
¡Pues qué! ¿Oír, ver y callar
no ha de instruir a un jumento?
EL MAGO FORTUNIO
Tú has de ser mi favorito
y siempre, con mi asistencia,620
has de estar en competencia
con Mateo.
PAULINO
Si compito
a cargar, poco trabaja
mi lomo para ganarle.
Sin peligro puedo darle625
tres arrobas de ventaja.
EL MAGO FORTUNIO
Cuando el paje a pechos tome
adquirir un puesto o grado,
tú has de alzarte de contado
con él.
PAULINO
¿El grado se come?
630
EL MAGO FORTUNIO
Dan para vivir sus gajes
y dotación.
PAULINO
Pues, señor,
me echaré a competidor
con una recua de pajes.
EL MAGO FORTUNIO
Verás cómo se despeña635
de ira.
PAULINO
¿Y si porque le birlo
la plaza, en vez de sufrirlo,
cojo y me carga de leña?
EL MAGO FORTUNIO
¡Miedo bien importuno!
¿No sabrás tú manejar640
un palo?
PAULINO
Os puedo jurar
que nunca he dado ninguno.
EL MAGO FORTUNIO
Ten brío.
PAULINO
Es que me da grima
pensar, si a palos peleo,645
que está hecho a darlos Mateo,
y yo a llevarlos encima.
EL MAGO FORTUNIO
En fuerza de la costumbre,
no te harán ya sensación.
PAULINO
Me convence esa razón.650
¡Afuera la pesadumbre!
Yo desplegaré energía
en trances buenos y malos,
que para un asno los palos
son el pan de cada día.655
EL MAGO FORTUNIO
Ven y entra con pie derecho
en un país en que des
envidia mientras estés
con tu fortunón deshecho.
En un palacio hospedaje660
te daré: tendrás ganados,
haciendas...
PAULINO
Buenos sembrados.
EL MAGO FORTUNIO
Sedas, joyas...
PAULINO
Buen forraje.
EL MAGO FORTUNIO
Mil sirvientes que afanosos
te vistan con gentileza...665
Ricos vinos...
PAULINO
No, cerveza.
EL MAGO FORTUNIO
Coche y caballos briosos.
PAULINO
¿Coche y caballos? Corriente.
Vengan, si se me permite
dar con ellos un desquite670
a la cuadrúpeda gente.
EL MAGO FORTUNIO
¿Cuál?
PAULINO
Dentro del coche quiero
los caballos embocar,
y del coche han de tirar
los lacayos y el cochero.675
EL MAGO FORTUNIO
Eso no.
PAULINO
¿Os volvéis atrás?
Hacedme en una posada
mozo de paja y cebada,
y renuncio lo demás.
 

(EL MAGO FORTUNIO se dirige hacia el fondo y PAULINO le sigue. Hácense en esto entre las últimas peñas y árboles tres rompimientos, por donde se ven las mansiones de los tres magos. En la del medio aparece LUCÍA vestida de blanco y puesta de rodillas haciendo oración; detrás de ella, sobre unas nubes, un grupo de Niñas con los atributos de las virtudes teologales, y alrededor varios Angelitos con palmas y coronas. En el hueco a la izquierda del espectador se descubre a MATEO, con ropa talar y gorro, sentado a una mesa y estudiando. Le acompañan algunas de las Musas, o los Genios de las ciencias y artes. Por el rompimiento de la derecha, que representa un salón magnífico, donde gira la rueda de la fortuna, salen una porción de Pajes, Doncellas y Escuderos, que presentan a PAULINO en ricos azafates prendas de vestidos, joyas diversas y exquisitos vinos y viandas. Él lo examina todo y lo agradece con cortesías ridículas, pero nada acepta. Mientras tanto se hace oír alternativamente por cada abertura una música distinta: la una expresa el recogimiento y piedad de la oración, la otra el entusiasmo del genio y la otra la desordenada alegría de los placeres sensuales. Cae el telón.)

 


 
 
FIN DEL CUADRO PRIMERO
 
 


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