Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.

El aforismo poético: un renacimiento literario

Hiram Barrios

La publicación de obras de corte aforístico registra un notable incremento en las últimas décadas. No es exagerado apuntar que se vive un renacimiento de esta escritura, una revivificación que se puede rastrear en varias tradiciones europeas. El caso de España es el mejor ejemplo. La cantidad de libros, de autores y de miradas críticas que ha aparecido en los últimos años orillan a pensar en un boom aforístico. Sin embargo, la literatura breve escrita en español no sólo se revivifica en la península ibérica: se atisba también en países como México, en el que paulatinamente se normaliza la publicación de textos aforísticos. En las siguientes líneas trataré de apuntalar algunas concomitancias de dos tradiciones hermanadas por la lengua en las que se presencia un renacer del aforismo: España y México. El objetivo es revisar una tendencia poética entre los aforistas de las últimas generaciones para ofrecer una aproximación a las inclinaciones que se aprecian similares en ambos lados del Atlántico; un horizonte que permita asir una orientación en conjunto. Acercamientos de este tipo se ven forzados a sacrificar la profundidad en aras de la extensión, pero a cambio permite trazar un panorama. Aquí pretendo uno sobre el aforismo poético, una modalidad literaria que comienza a ser conocida, y mejor aún, reconocida.

El despertar del aforismo

«Expansión sostenida», «nuevo auge», «extraordinaria proliferación», cuando no «moda pasajera», son algunos de las expresiones habituales para referir un fenómeno insoslayable: la revivificación de la escritura aforística en España. Este género, antes minoritario, irrumpe cada vez con más presencia en el mundo editorial. Parece que ha emprendido el camino de la periferia al centro; de la marginalidad a la normalización. Los números así lo evidencian: entre el año 2000 y el 2012, José Ramón González registra «ochenta y ocho colecciones de textos breves de inclinación aforística» (González, 2013: 14) asequibles en librerías españolas; León Molina aumenta la cifra a «más de ciento cuarenta colecciones (la mayoría libros en papel, pero algunas en otros soportes)» (Molina, 2016: 14) que, entre el 2001 y el 2016, arrojan un aproximado de cuarenta mil aforismos.

La atención prestada por parte de las editoriales es una de las muestras más fehacientes de este despertar literario. Lumen, Pre-Textos o Tusquets lo incorporan en sus catálogos y colecciones de Renacimiento («A la Mínima»), Trea, Cuadernos del Vigía, La Isla de Siltolá o Takara («Wasabi») se destinan exprofeso para su divulgación, y no menos importantes son los espacios en internet, como el blog Documenta Mínima o la página El Aforista. Los certámenes aforísticos, impensables hace una década, nacen también a raíz de esta apertura editorial. Cuadernos del Vigía organiza uno de los respetados: el Premio Internacional José Bergamín de Aforismos, que en 2018 celebra su sexta emisión, pero tan sólo entre el 2015 y el 2018 se lanzaron más de diez convocatorias para premiar la aforística escrita en español1.

La confección de antologías es otra consecuencia. En España se han publicado siete en tan sólo cinco años: Pensar por lo breve (2013), Aforistas españoles vivos (2014), Aforismos contantes y sonantes (2016), Verdad y media (2017) -y su versión reducida: Verdad y media: 300 aforismos (2017)-, Bajo el signo de Atenea (2017) y Concisos (2017). Y aún habría que añadir L’aforisma in Spagna (2014) publicado en Italia2. En éstas se congregan más de un centenar de escritores que cuentan en su haber con al menos un título dedicado al género. Una lista prominente de autores se despliega de estos trabajos y, aun así, se está lejos de censar a todos, como lo demuestran las omisiones de Paco Grande, Xergio Córdoba, Javier Pardo Camacho, Ricardo Guadalupe, Miguel Ricard Palau, Tirso Priscilo Vallecinos o Juan Manuel Uría, por mencionar sólo un puñado de autores cuyas propuestas al momento no han sido consideradas por los antólogos.

Este despertar no ha pasado inadvertido a la crítica. Aún no se tiene una sistematización amplia y consensada, pero las aproximaciones recientes refutan la idea de una posible «moda». No son pocas las revistas o suplementos culturales que han organizado números monográficos sobre el tema3 y en el último lustro han aparecido trabajos como Relámpagos de lucidez (2014) de Javier Recas o La levedad y la gracia (2016) de Manuel Neila, centrados en el estudio del aforismo, de sus formas y de su tradición. Más aún, 2017 se presenta como un annus mirabilis para el aforismo hispánico, no sólo por los trabajos dados a conocer en dicho año, sino también por las investigaciones presentadas entonces, pues suponen un arranque en los estudios académicos: Claves de la aforística española. Concepción del género, tradición literaria y eclosión en la posmodernidad, tesis doctoral defendida por Demetrio Fernández Muñoz en la Universidad de Alicante; o bien: La brevedad inconmensurable: el aforismo hispánico en la época de la retuiteabilidad, tesis doctoral al cuidado de Paulo Gatica Cote para la Universidad de Salamanca4.

La cantidad de autores y de libros no se puede disimular, y no es extraño que tal profusión sea producto de suspicacias. El «Cuestionario Chamfort» -un listado de preguntas cerradas ideado por José Luis Trullo para la página El Aforista, destinado a los cultivadores del género en España-, pregunta: «¿Cree que se está produciendo en España cierta burbuja aforística?». Las respuestas son dispares, pero más de uno considera que no hay tal. Acaso porque relacionen el término «burbuja» con «fragilidad», la mayoría de los encuestados hallan un sentido peyorativo en la cuestión. Carmen Camacho, por ejemplo, responde:

No lo creo así, celebro de hecho que se esté impulsando la práctica de estas escrituras, que en muchas ocasiones a los propios escritores se nos antojan residuales en el conjunto de nuestra propia obra, como si no tuvieran importancia, y como digo la realidad profunda suele ser toda la contraria (Camacho, 2015). 

Manuel Neila responde: «En todo caso, es una ‘burbuja’ que cuenta con más de dos siglos. Otra cosa es que algunos reparen ahora en la presencia e idoneidad del género, y otra bien distinta que los medios actuales estén resultando propios para su difusión» (Neila, 2015).

Sin embargo, un vistazo a la aforística europea, o a la hispanoamericana, muestra un panorama un tanto diferente. Si entendemos «burbuja» como una especie de «fenómeno aislado» podemos inferir que en España sí está sucediendo algo que, al menos cuantitativamente, no encuentra parangón con las tradiciones aledañas. En Francia, por ejemplo, pese al enorme legado de los moralistas o la presencia de aforistas de reconocimiento incuestionable -Judrin, Bosquet, Munier-, no se cuenta todavía con un compendio antológico de autores contemporáneos y salvo honrosas excepciones no hay un acercamiento continuado por parte de la crítica5. Alemania lleva la delantera en los estudios y acercamientos críticos, y se conoce, gracias a la reciente antología Deutsche Aphorismen (2012) de Friedemann Spicker, a más de una veintena de autores contemporáneos, pero incluso allí se está lejos de ostentar una abundancia como la descrita en el ámbito español.

El caso de Italia también es ejemplar. Los esfuerzos teóricos de Gino Ruozzi6 y Guglia Cantarutti7 o la difusión emprendida por Fabrizio Carmagna8 y la Associazione Italiana per l’Aforisma, fundada en 2011, han trazado un panorama muy completo de su aforística contemporánea. No solamente han profundizado en su tradición, sino que han abierto las puertas para estudiar variedades muy específicas como sucede en el estudio Origini e sviluppo dell’aforisma poetico nel Novecento italiano (2013), de Stefano Elefanti, en el que busca los inicios del aforismo poético y su desarrollo en el siglo pasado. Antonio Castronuovo, al hacer una revisión del aforismo italiano en el siglo XXI, apunta: «la producción aforística italiana se desliza en el silencio, pero no pasa un año que no aparezca algún título» (Castronuovo, 2017: 463). Año con año se suman nuevos títulos y nuevas voces a la ya copiosa tradición italiana, pero también allí se está lejos de alcanzar la abundancia hispánica, y es posible especular que sucede lo mismo con el aforismo escrito en otras lenguas europeas9.

En Hispanoamérica la situación no es muy distinta. Países como Argentina, Cuba o Venezuela ostentan un legado importante, pero al momento sólo la tradición mexicana cuenta con un sondeo que permite rastrear autores y obras de las últimas promociones: Lapidario. Antología del aforismo mexicano (2015), que compendia un centenar de autores en el lapso de 1869 a 2014. En México se vive también un resurgir del género, pero no de la dimensión que se ha glosado para España. Del año 2000 al 2014, Lapidario consigna cuarenta y tres libros de aforismos, menos de la mitad de los que se desprenden de las antologías españolas, y aun considerando las omisiones naturales de todo compendio la cifra no se engrosaría significativamente. En otro rubro, los estudios al respecto se limitan a algunos acercamientos aparecidos, en su mayoría, a partir del 200010; asimismo, las editoriales aún no apuestan del todo por su publicación y sólo recientemente se normaliza en colecciones como «Ensayo» de Almadía, «Minimalia» de Ediciones Ermitaño, «Aforismos» de Ediciones Cuadrivio; en editoriales del interior del país, como Arlequín o Ediciones y Punto (Guadalajara); o bien, al cuidado de alguna imprenta universitaria como las de Universidad Autónoma de Baja California (Universidad Autónoma de Baja California) o la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACH) que han publicado recientemente algún título de aforismos.

A pesar de la distancia con respecto a la apertura editorial de España, es innegable que un cambio que se está suscitando en México.11 La revivificación de esta escritura es un fenómeno finisecular que se puede rastrear lo mismo en Europa que en Hispanoamérica, con las consecuencias ya mencionadas aunque, como se ve, en diferente grado: aumento de autores que se aventuran en esta escritura, es decir, surgimiento de aforistas; interés editorial, tanto en medios impresos como digitales; confección de antologías, cada vez más amplías o más especializadas; así como la apertura de su estudio a través de ensayos, artículos o trabajos académicos.

La tradición hispánica muestra un aforismo remozado, y aunque es en España donde su afluencia es más notoria, las propuestas que se han gestado en México contribuyen de la misma forma a redimensionar esta práctica literaria. Basta con observar el progreso del auge de la aforística hispánica -que inicia en las últimas décadas del siglo pasado- para ponderar la rapidez del despunte. Las antologías citadas ya lo registran. En Pensar por lo breve, José Ramón González apunta:

Si la actual consolidación del género aforístico hunde sus raíces en los años ochenta, década en la que he podido localizar nueve títulos de aforismos y otras formas breves, firmados por autores españoles de diferentes promociones, será en los noventa cuando el género alcance su normalización, con veintisiete libros publicados, para acabar despegando con fuerza en la primera década del siglo XX (González, 2013: 14).

En Lapidario, concluía que tanto el resurgimiento como la normalización del aforismo en México no difieren mucho de lo apuntalado por González y en una comparación cuantitativa, apunté: «Los números que se desprenden de esta antología son un tanto similares [a los de la antología Pensar por lo breve]. En la década de los ochenta he registrado doce libros publicados; en los noventa, veintiuno» (Barrios, 2015: 52). Durante las primeras décadas de este siglo, la aforística mexicana crece exponencialmente pero no se iguala a su par española. No obstante, poco más de cuarenta títulos entre 2000 y 2014, más los que se han acumulado desde entonces -tan sólo catorce en 2016-, evidencian un proceso de normalización que ya cuenta con un corpus consolidado.

Orientaciones y tendencias del aforismo contemporáneo

Más revelador que los números, son las propuestas que se afianzan en el periodo de entre siglos y que signan el quehacer aforístico contemporáneo. Se concretan ciertas formas de concepción que terminan por trazar las inquietudes, los modos de abordaje y las preferencias retórico-estilísticas de las nuevas generaciones. Manuel Neila, en un intento de agrupación, sugiere que «podemos diferenciar entre aforistas de orientación filosófica o cognitiva, aforistas de inclinación ética o moral, aforistas de inclinación estética o literaria», pero concluye que «En el mejor de los casos, el aforista es un creador que, como puso en práctica el inolvidable Pessoa, da voz a varios heterónimos: el filósofo, el moralista y el esteta» (Neila, 2013: 14).

La escritura no siempre puede circunscribirse a un solo derrotero, pero aun así se pueden observar líneas de trabajo que terminan por distinguirla. Así, es fácil diferenciar el aforismo que prefiere la observación, el símil o la imagen poética de otro de corte ético o moral, que intenta reflexionar sobre ciertas experiencias de vida, ya con un enfoque didáctico, ya con uno ensayístico. E incluso de ese otro despojado de lirismo o de profundidad aparente, que en aras del humor se apropia del chiste o de la gracejada para trascenderlos; que bien utiliza la parodia o la ironía para burlarse de las cosas serias, ese aforismo en el que la agudeza y el ingenio juegan un papel medular. Dichas son las orientaciones que resaltan el panorama hispánico: los aforismos de corte poético-analógico, los de tendencia filosófica-cognitiva (o de corte didáctico-ensayístico) y los del ingenio y el humorismo.

Las categorías no son absolutas. Apenas anuncian una clasificación que se entrecruza o, mejor aún, se atraviesa. El ingenio o la destreza de un aforismo puede estar basado en la ruptura de alguna expectativa con respecto a una «regla» o una conducta -de hecho, un aforismo filosófico, de corte ético o moral, suele recurrir al humor o desenvolverse en los senderos de éste-; o bien, uno de corte poético puede despertar una experiencia cognitiva, o incluso convertirse en una herramienta cognoscitiva, y en tales casos no sólo habría una orientación, sino una reciprocidad entre éstas. El afán de sistematización tiene un objetivo didáctico: resaltar algunas afinidades y diferencias entre los distintos tipos textuales que hogaño se identifican como aforismo; y otro práctico: hacerlo en poco espacio y tratando de ponderar una de estas tendencias -la poética- de entre la multiplicidad de autores y de obras que revitalizan el aforismo. La propuesta que funge de directriz queda abierta al escrutinio.

El aforismo poético

Para José Ramón González, la inclusión del aforismo en la poesía quedaría justificada por «el rigor, la concisión, la rotundidad y la intensidad» (González, 2013: 38), elementos que comparten y que las hacen confluir. Consideraciones similares había arrojado Kurt Spang, quien escribió que «la función connotativa, la metáfora sugestiva, la antítesis, la paradoja, el quiasmo» y un «afán de estilización individualizadora» acreditaban la atribución del aforismo en la «lírica monológica e intimista» (Spang, 1993: 67-68). Una pulsión figurativa promueve la apropiación de la poético y resulta una intromisión que se ha nombrado «aforismo poético». Para Werner Helmich, se trata de una variedad de «textos brevísimos y frecuentemente elípticos que no representan juicios basados en conceptos abstractos, sino observaciones "poéticas" obtenidas de impresiones espontáneas, de analogías, generalmente visuales» (Helmich, 2006: 23). Es decir, un aforismo que privilegia los símiles poéticos o las impresiones perceptivas, visuales o sonoras, en las que su grado de veracidad, certeza o contundencia queda supeditado al placer estético que desea producir.

En la tradición española reciente, destacan obras como Breviario (1992) y Huellas (1998) de Ángel Guinda (1948) o los «aforemas» de Miguel Ángel Arcas (1956); en la mexicana, la de El final de los tiempos (1993) de Manuel Capetillo (1937-2008) o los «morires» de Antonio López Mijares (1951), quienes han incorporado, cada uno a su manera, el lirismo que ha remozado a esta escritura lapidaria. En las nuevas generaciones, en especial los nacidos en los cincuenta y los sesenta, el corte poético se ha instaurado como un ideal creativo sobre todo entre quienes que han trazado con la brevedad, lo fragmentario o lo sentencioso un puente para llegar a una prosa poética estilizada y sumamente condensada. La obra de Lorenzo Oliván (1968) es una de ellas. En Cuatro trazos (1988) y La eterna novedad del mundo (1993) se halla del germen de su apuesta. Allí los fragmentos, de distintas extensiones, despliegan imágenes, comparaciones y metáforas cuya plasticidad y fuerza evocativa signarán un estilo que se concreta en El mundo hecho pedazos (1999), y que anuncia el arribo del aforismo poético: «Avanzar en la vida como un rayo: tajante en la indecisión» (Oliván, 2008b: 25). Enunciados concisos, pregnantes e introspectivos, que se distinguen por su capacidad de sugerencia; observaciones o comparaciones guiadas por el arbitrio personal. En Hilo de nadie (2008), su última entrega aforística, se afianza la intimidad de este lirismo: «Soy como un canto rodado: el dolor que ha pulido un río, un discurrir» (Oliván, 2008b: 44).

La concepción que el autor proporciona ilustra en buena medida el camino que toman estos escritos: «De la misma manera que un relámpago da a la noche dureza de roca y saca a la luz sus precipicios, los mejores aforismos e imágenes podrían verse como relámpagos que iluminan un fondo antes oculto», pero dicha iluminación, dicho esclarecimiento es siempre subjetivo, personal, pues más adelante señala que «un aforismo no persigue formular axiomas de validez universal» (Oliván, 2008: 7). Manuel Rico sostiene que uno de los desafíos en la escritura de Oliván consiste en «enlazar la experiencia de la vida con los espacios del sueño y, más allá, con un inconsciente no siempre accesible o razonable desde la lógica convencional» (Rico, 2008: 7). En esta encrucijada se halla una postura poético-analógica que trashuma del sueño a la vigilia. Quizá por ello el aforismo de Oliván se ha vinculado con las greguerías de Gómez de la Serna, lo mismo que con los proverbios surrealistas de Péret, a quienes podrían contarse como antecedentes de los que ya se distancia el aforismo poético.

La vinculación de la poesía con este nuevo aforismo se debe al protagonismo del lenguaje. La autorreferencialidad no había sido propiamente una cualidad de esta escritura y sólo recientemente se repara en esto; la exploración de las posibilidades estéticas en el discurso sentencioso es acaso la novedad más radical del aforismo en el último siglo. Carlos Marzal (1961) -otro aforista de inclinación poética- reflexiona sobre su proceder y concluye que la elaboración de un aforismo no difiera de la de un poema. El aforismo demanda una plena conciencia del lenguaje, una búsqueda constante de la palabra. Es «Música pensada», pues son «ideas»

que revolotean alrededor de un eje de carácter acústico. Como si una melodía y un vislumbre de naturaleza conceptual tratasen de llevarse a buen puerto en compañía, como si procurasen apoyarse mutuamente para darse a luz, para terminar siendo lo que termina por ser un poema (Marzal, 2010: 146).

Marzal apela por una práctica del libre pensamiento equiparable a lo que Manuel Neila (1950) ha llamado «el pensamiento palpitante». Ambos, por caminos distintos, concluyen que el pensar aforístico es un pensar poético, un intimismo para asir el mundo y las experiencias de vida. Marzal confiesa: «pienso en aforismos, y alguna vez me parafraseo» (Marzal, 2010: 143). Sugiere con esto que el pensamiento es una aprehensión de la realidad sujeta, ante todo, a esas conclusiones personales que la definen, la inquieren o la concretan a través de la palabra. Neila, por su parte, reflexiona: «La forma «natural» del pensamiento es el aforismo: «Todo cambia, nada es», «Pienso, luego existo», etcétera, etcétera, etcétera» (Neila, 2018: 92).

El aforismo es, para ambos, una forma estética e intelectiva que se basa en el liberar el pensamiento, reinventarlo a través de la palabra: «Formular lo consabido bajo una forma nueva es formular lo que no se sabía.» (Marzal, 2013: 43). Y esa es una cualidad que lo hace singular: «A los aforistas no se les ocurre pensar sobre las cosas; bastante tienen los hombres con despensar lo que se piensa sobre las cosas» (Neila, 2015:95). La indeterminación, la duda implícita o el cuestionamiento directo son características inherentes a esta escritura en constante búsqueda. Marzal apunta que «La última palabra de cualquier enunciado debería ser quizá» (Marzal, 2013: 19), un tal vez que no afirma ni sentencia, mientras que Neila recuerda que el aforismo es una indagación que no busca absolutos: «Difícilmente entenderemos los aforismos si no conseguimos leerlos como preguntas, a pesar de su forma apodíctica» (Neila, 2018: 85).

Una buena parte del aforismo escrito en España recurre a los elementos del discurso poético, y un camino similar se vislumbra en el aforismo mexicano. También es visible la inclinación poética entre las propuestas más recientes. Parece ser la veta más compleja y la más socorrida en este renacimiento literario, no sólo en tradición hispana, y en la participan sobre todo las últimas generaciones. Eso que Carlos Marzal llama «Música pensada» puede hallarse en autores mexicanos nacidos en los sesenta como Armando González Torres (1964) o Jorge Fernández Granados (1965), en cuyas obras aforísticas hay un gusto por las impresiones perceptivas, las analogías visuales o las observaciones poéticas. Algunas reflexiones de Marzal, por ejemplo, se asemejan a las que ofrece Armando González Torres en sus aforismos. Hay en ambos un aire de familia.

Armando González Torres es autor de cuatro colecciones: Eso que ilumina el mundo (2006), Sobreperdonar (2011), Salvar al buitre (2014 y 2015) y Es el decir el que decide (2016). Aunque en su propuesta convive el aforismo poético con el moralista e incluso llegar a hacer gala del humorismo y del ingenio, desde su primera entrega se percibe la comparación elíptica y evocativa que caracteriza al poético: «Soy el buitre y la carroña» (González Torres, 2006: 20). En su primer título de aforismos se atisba una reivindicación de la irracionalidad, del instinto, de una esencia perdida o trastocada por la razón o, si se quiere, por el pensar tradicional: «Ser todo poderoso y sabio y sombrío, como un animal» (González Torres, 2006: 71), pero, por otro lado, también una sintaxis elusiva y una eufonía particular cuyo juego de sonidos al interior de la frase que juega con el sentido: «Abulia risueña consolaba su vida agreste» (González Torres, 2006: 33). El sonido, como en un texto poético, condiciona la selección léxica y en González Torres traza el devenir de un pensamiento sin ataduras que se dispone a través de breves intuiciones.

En Salvar al buitre (2014 y 2015), la imagen de ensueño y la metáfora acentúan el intimismo poético: «Somos niños navegando en el río de la noche, perseguidos por un cazador» (González Torres, 2015: 35). Aquí la síntesis y la elipsis hacen una de las propuestas más singulares en la literatura mexicana pues verso y prosa se conjuntan y difuminan sus límites en una introspección que tiene como eje figurativo una conocida y polémica fotografía de Kevin Carter, y de la que desprenden pensamientos melódicos sobre el olvido, la infancia, la adolescencia o los recuerdos que de éstas perduran. Fragmentos de un diario que ofrece imágenes poéticas e introspectivas de una vida.

En Es el decir el que decide (2016), se insinúa que el aforismo emana de una forma de pensar que ya no aspira necesariamente a la verdad, musical sólo en apariencia, pues es «Un pensamiento, disfrazado de silbido, que se acerca a la verdad bamboleando, sin tocarla, sin decir qué lado es cuál» (González Torres, 2016: 63). Una forma sonora del pensar que se ha despojado de lo apodíctico y de la impersonalidad y que deja, más que respuestas, dudas que el lector habrá de resolver.

La hibridación textual es el rasgo central en este cruce entre la poesía y el aforismo, y de la que nace una variedad que, por su propia naturaleza, quiere alejarse del sentido tradicional que aún lastra el término «aforismo» por su cariz dogmático y sentencioso propio de la época antigua. Acaso por ello, Antonio Porchia (1885-1968), uno de los referentes universales del aforismo poético, rechazaba la palabra para bautizar sus textos como Voces (1943). Y buena parte de los aforista contemporáneos acude a un nombre personal, por ejemplo: los «electrones» de Carlos Marzal, los «aforemas» de Miguel Ángel Arcas o las «breverdades» de Manuel Neila. Son comunes en México las etiquetas que se desenvuelven las más de las veces por la vía del ingenio y del humor: «poemínimos», «periquetes», «alburemas», «neuronerías», y un sinfín de gracejadas literarias. Pero de entre estas mixturas, destaca una publicada recientemente: las «breverías» de Jorge Fernández Granados que, a decir del autor, persigue[n] la medida vertebral de la atención que la inteligencia pone en el enigma que, en furtivo, el mundo regala en un reojo. Si he de ser sincero, más que aforismo me gustaría llamar a esto breverías. Una brevería sería un filón de verdad tangencial, elegantemente breve y, en los posible, también ameno». (Fernández, 2017: 19)

La verdad relativa, «disfrazada», bamboleante o «tangencial» es otro de los rasgos que distingue al aforismo poético de otras prácticas aforísticas de la actualidad. En Vertebral (2017) de Jorge Fernández Granados, se emprende una inquisición de vida. Pero, como en la escritura aforística de González Torres, la tendencia al intimismo poético convive con el moralismo rebelde y la búsqueda ingeniosa. Hay en sus reflexiones las miradas del esteta y del filósofo. En sus «filones de verdad» se encuentran comparaciones, analogías o definiciones elípticas que le imprimen un ritmo acústico y semántico, o incluso los hay con una versificación indicada:

Niño: Espíritu que revolotea sobre este mundo.

Adulto: Espíritu que ha anidado sobre este mundo.

Anciano: Espíritu que no halla cómo volar de este mundo .

(Fernández, 2017: 77)



La aforística de Fernández Granados, como la de Porchia, es la de un escucha que recupera lo ancestral para cimentar el porvenir. La palabra, para renovarse, debe dirigir una mirada retrospectiva: «Oír las voces del pasado es fundar la gramática de un idioma futuro» (Fernández, 2017: 152). El aforismo poético es la reinvención de un texto pretérito, practicado históricamente por distintos campos disciplinares y que ha encontrado en la poesía una puerta de renovación. En las «breverías» hay observaciones, imágenes o metáforas que condensan en poco espacio una suerte de cuadro, viñeta -o «fábula», como el autor bautiza a algunas de estas piezas- en las que la proyección del texto depende del lector: «Una mujer mira el cielo mientras su marido estudia un libro. Quién sabe quién leerá más lejos» (Fernández, 2017: 96).

El aforismo poético que se aprecia en estos ejemplos se ha alejado del aforismo clásico y de la máxima moralista, incluso deja vacíos que pueden oscurecer el sentido o entorpecer la interpretación. En no pocas ocasiones, más que la participación demandará una exégesis del lector. De ahí que se le califique de «enigmático» u «oracular». Es una literatura de atajos que transita entre lo dicho y el silencio; entre las evocaciones, imágenes o sugerencias que cada lector asocia o descubre a partir de sus capacidades de inferencia, su bagaje cultural, su horizonte de expectativas y, necesariamente, de las pistas que cada texto condense para permitir inducciones, deducciones o implicaciones.

La enunciación elíptica, la incertidumbre como base epistemológica, la composición analógica, el intento de eliminar fronteras entre verso y prosa o la experimentación con la sonoridad en la frase son algunas de las cualidades que distinguen la libertad de creación del aforismo poético que nace en el siglo XX y que se posiciona en un lugar privilegiado en la escritura breve al iniciar el siglo XXI. A decir de Ulrike Schneider, se trata es un «encuentro de la tradición aforística, por un lado, y de la evolución de la poesía moderna, por el otro» (Schneider, 2000: 117). Elefanti lo cataloga como «un género derivado de la literatura aforística e hibridado con el fragmentismo poético», cuyo desarrollo «inicia en Italia, como en todo el continente [europeo], entre los años cuarenta y cincuenta» (Elefanti: 2013: 7) del siglo pasado. En la tradición hispánica se desarrolla por las mismas fechas. La primera edición de Voces (1943) de Antonio Porchia, libro pionero de esta escritura, marcará un hito en la aforística hispánica. En México hunde sus raíces en Equinoccio (1946) de Francisco Tario (1911-1977), en el ya aparecen los primeros ejemplos de esta tendencia; y en España, se asoma un poco antes de la pluma de Juan Ramón Jiménez (1881-1958).

La escritura aforística devela poco a poco su tradición semioculta y engrosa silenciosamente los catálogos editoriales. Ostenta una prolífica nómina de creadores en ambos lados del continente y suma cada vez más lectores. La tendencia poética, sin ser necesariamente la más marcada, se revitaliza en las obras de aforistas españoles como Fernando Menéndez (1953), José Luis Morante (1956), León Molina (1959), Juan Varo (1969); o en la de mexicanos como Raúl Aceves (1951), Luis Alberto Ayala Blanco (1969), Marco Ángel (1970) o Merlina Acevedo (1970). El panorama no podría estar completo sin la mención de un par de autores hispanoamericanos: el boliviano Carlos Saavedra Weise (1945) y el argentino Alejandro Lanús (1971), en quienes descansa una particular constancia por enlazar el aforismo y la poesía.

Bibliografía

Fuentes

  • Arcas, Miguel Ángel. Más realidad. Valencia: Pre-Textos, 2012.
  • Capetillo, Manuel. El final de los tiempos. México: Conaculta, 1993.
  • Fernández Granados, Jorge. Vertebral. México: Almadía, 2017.
  • González Torres, Armando. Eso que ilumina el mundo. México: Almadía, 2006.
  • ——. Sobreperdonar. México: Libros Magenta, 2011.
  • ——. Salvar al buitre. 2.ª ed. México: Ediciones Cuadrivio, 2015.
  • ——. Es el decir el que decide. México: Ediciones Cuadrivio, 2016.
  • Guinda, Ángel. Breviarios. Zaragoza: Lola Editorial, 1992.
  • ——. Huellas. Madrid: Poesía, por Ejemplo, 1998.
  • López Mijares, Antonio. Tópicos. (Voces y paisajes. Quincallería, morires). Guadalajara: Ediciones Arlequín-Libros de Arrayán, 2003).
  • Marzal, Carlos. Electrones. Granada: Cuadernos del Vigía, 2007.
  • ——. La arquitectura del aire. Barcelona: Tusquets, 2013.
  • Neila, Manuel. Pensamientos desmandados. Sevilla: La Isla de Siltolá, 2015.
  • ——. El juego del hombre. Sevilla: Renacimiento, 2018.
  • Olivan, Lorenzo. Cuatro trazos. Oviedo: Oliver, 1988.
  • ——. La eterna novedad del mundo. Granada: Comares, 1993.
  • ——. El mundo hecho pedazos. Valencia: Pre-Textos, 1999.
  • ——. Hilo de nadie. Barcelona: DVD, 2008a.
  • ——. «Antología». Lorenzo Oliván. Poesía en el Campus. 54, 2008b, pp. 25-44.
  • Porchia, Antonio. Voces reunidas. Valencia: Pre-Textos, 2006.
  • Tario, Francisco. Equinoccio. México: sin pie de imprenta, 1946.

Bibliografía secundaria

  • Aceves, Raúl. (2000). «Recuento de libros de aforismos de autores mexicanos». La Tarea. Revista de Educación y Cultura de la Sección 47 del SNTE. http://www.latarea.com.mx/articu/articu12/aceves12.htm (12-01-18).
  • Amara, Luigi. «La tradición fantasmal del aforismo en México». Cuaderno Salmón. 1:1, 2006, pp. 207-219.
  • Barrios, Hiram. El aforismo literario. Tres ejemplos mexicanos (Tesina de Especialización en Literatura Mexicana del Siglo XX). Universidad Autónoma Metropolitana, 2013.
  • ——. Lapidario. Antología del aforismo mexicano (1869-2014). Toluca: Fondo Editorial del Estado de México, 2015.
  • ——. «El aforismo, descubrimiento y reactivación». Avispero. 4:11, 2016, pp. 105-113.
  • ——. (2017). «Recuento anual de aforística mexicana». La Rabia del Axólotl. http://www.larabiadelaxolotl.com/recuento-anual-aforistica-mexicana/ (28-02-18).
  • Camacho, Carmen. (2015). «Cuestionario Chamfort: Carmen Camacho». El Aforista. http://www.elaforista.es/2015/04/cuestionario-chamfort-carmen-camacho.html (18-02-18).
  • Elefanti, Stefano. Origini e sviluppo dell’aforisma poetico nel Novecento italiano. Novi Ligure: Joker, 2013.
  • Caramagna, Fabrizio (ed.). L’aforisma in Spagna. Tredici scrittori di aforismi contemporanei. Turín, Genesi Editrice:2014.
  • Castronuovo, Antonio. «L’aforisma italiano del XXi secolo». Nuova Informazione Bibliografica. 3, 2017, pp. 463-502.
  • Fernández Muñoz, Demetrio. Claves de la aforística española. Concepción del género, tradición literaria y eclosión en la posmodernidad (Tesis doctoral). Universidad de Alicante, 2017.
  • Gatica Cote, Paulo. «La hibridez como norma. Algunas calas en la aforística española contemporánea». Anales de la Literatura Española Contemporánea. ALEC. 41:1, 2016, pp. 27-44.
  • ——. La brevedad inconmensurable. El aforismo en la época de la retuiteabilidad (Tesis doctoral). Universidad de Salamanca, 2017.
  • González, José Ramón. Pensar por lo breve. Aforística española de entresiglos. Antología (1980-2012). Gijón: Trea, 2013.
  • ——. «Huellas de lo íntimo: del aforismo poético». Poemad. 7. http://poemad.com/?p=3012 (12-01-18).
  • Helmich, Werner. «La aforisma come genere letterario». Mario Andrea Rigoni (comp.). La brevità felice. Contributi alla teoria e alla storia dell’aforisma. Venecia: Marsilo, 2006.
  • Marzal, Carlos. «Lo breve interminable. (El aforismo como escritura poética)». María Ángeles Nava López (ed.). Poesía española posmoderna. Madrid, Visor, 2010.
  • Molina, León (comp.). Verdad y media. Antología de aforismos españoles del siglo XXI (2001-2016). Sevilla: La Isla de Siltolá, 2017.
  • Neila, Manuel. «Retablillo de aforistas». Ánsula. Revista de Letras y Ciencias Humanas. 801, septiembre de 2013, pp. 13-16.
  • ——. (2015). «Cuestionario Chamfort: Manuel Neila». El Aforista. http://www.elaforista.es/2015/02/cuestionario-chamfort-manuel-neila.html (17-02-18).
  • —— (ed.). Aforismos contantes y sonantes. Cáceres: Letras Cascabeleras,2016.
  • ——. La levedad y la gracia. Aforistas hispánicos del siglo XX. Sevilla: Renacimiento, 2016.
  • —— (ed.). Bajo el signo de Atenea. Diez aforistas de hoy. Sevilla: Renacimiento, 2017.
  • Trullo, José Luis. Aforistas españoles vivos. Sevilla: Libros Al Albur, 2014 [e-book].
  • Papapolychroniou, Eleni. El aforismo entre los escritores hispanoamericanos (Tesis de grado). Universidad de Salamanca, 2012.
  • Pérez Antolín, Mario (ed.). Concisos. Aforistas españoles contemporáneos. Madrid: Cuadernos del Laberinto, 2017.
  • Perucho, Javier. «Escrituras privadas, lecturas públicas: el aforismo en México». Ocaso de utopías. Xalapa: Universidad Veracruzana, 2013.
  • Recas, Javier. Relámpagos de lucidez. El arte del aforismo. Madrid: Biblioteca Nueva, 2014.
  • Reyes Jiménez, Carlos. El aforismo de Francisco Tario. Un género excepcional en la literatura mexicana (Tesis de grado). Universidad Nacional Autónoma de México, 2007.
  • Rico, Manuel. «Sendas hacia la oscuridad». Lorenzo Oliván. Poesía en el Campus. 54, 2008, pp. 7-9.
  • Spang, Kurt. Géneros literarios. Madrid: Síntesis, 1993.
  • Schneider, Ulrike. «L’aphorisme poétique au vingtième siècle en France et la relation entre poétique et éthique». Carmella Bioendio, et. al. Configurazioni dell’aforisma. Ricerca sulla scrittura aforistica diretta da Corrado Rosso. Vol. III. Bolonia: Clueb, 2000.

General

  • Ballester, Josep. Literatura instantània. L’aforisme de la literatura universal al llarg del temps. Barcelona: Edicions 62, 1999.
  • Berranger, Marie Paule. Dépaysement d’aphorisme. París, José Corti, 1988.
  • Caramagna, Fabrizio (ed.). Afocalypse. Antologia dell’aforisma serbo contemporaneo. Turín, Genesi Editrice:2012.
  • —— (ed.). Antologia del l’aforisma romeno contemporaneo. Turín, Genesi Editrice:2013.
  • —— (ed.). Poeti e aforisti in Finlandia. Milán, Edizioni del Foglio Clandestino:2013.
  • —— (ed.). The new italian aphorist. Aforisti italiani contemporanei. Nueva York: Associazione Italiana per l’Aforisma-thEbooks, 2013.
  • Moncelet, Christian (ed.). Désir d’aphorismes. Clermont Ferrand: Association des publications de la Faculte des lettres et sciences humaines de Clermont-Ferrand, 1998.
  • Moret, Phillippe. Tradition et modernité de l’aphorisme. Cioran, Reverdy, Scutenaire, Jourdan, Chazal. Genève; Droz, 1997.
  • Spicker, Friedemann. Deutsche Aphorismen. Stuttgart: Reclam,2012.

*Publicado en: Martínez, Erika (ed.). Señales mutuas. Estudios trasatlánticos de literatura española y mexicana hoy. España: Iberoamericana-Vervuert, 2019, pp. 159-176.