Acto II
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Sale EURÍDICE.
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EURÍDICE |
Amor
desconfiado, |
|
de ti dicen que nadie ha
tenido, |
|
dichoso o desdichado, |
|
sin celos, porque apenas al
sentido |
|
tocaron tus desvelos, |
5 |
cuando son de tu sol sobra los
celos. |
|
Yo sola, de tus
iras |
|
libre, amando salí libre me
veo; |
|
sospechas ni mentiras |
|
no me han dado temor, ni apenas
creo |
10 |
que hay celos más que el
nombre, |
|
ni que los tiene la mujer del
hombre. |
|
Diga quien celos
tiene: |
|
¿de qué manera son
cuando atormentan? |
|
¿Cuándo su pena
viene? |
15 |
¿De qué nacen y
adónde se sustentan? |
|
Y siendo infierno celos, |
|
¿por qué tienen el
nombre de los cielos? |
|
Adórame mi esposo |
|
con tal pureza de alma y de
sentido, |
20 |
que ni él está
celoso, |
|
ni celos tengo de él, porque
no han sido |
|
tales nuestros amores |
|
que puedan atreverse los
temores. |
|
Cuando la noche
fría |
25 |
el mundo baña en miedo, en
hurto, en sombra, |
|
amada esposa mía, |
|
y otras veces también mujer,
me nombra: |
|
¡Quién tan larga la
hiciera |
|
que dos siglos después
amaneciera! |
30 |
Y cuando el alba
hermosa |
|
las perlas que le hurtó
liberal llueve, |
|
y la encarnada rosa |
|
en copas de coral aljófar
bebe, |
|
dice que en mí las
mira, |
35 |
y porque vió la luz del sol
suspira: |
|
En vida tan
contenta, |
|
¿qué puede haber que
el alma que le adora |
|
más tema, ni más
sienta, |
|
que ser corta la vida, pues
agora |
40 |
por gozarle quisiera |
|
que fuera cuerpo el alma, y siempre
fuera? |
|
|
|
FÍLIDA |
Si los
jüeces fieros |
|
que en el infierno con rigor
castigan |
|
crueles y severos, |
45 |
a quien jamás las
lágrimas obligan, |
|
hicieron fuego eterno, |
|
celos, ¿cómo no
estáis en el infierno? |
|
Quien dijere que
pudo |
|
amar sin celos miente
claramente, |
50 |
o es tan grosero y rudo |
|
que las ofensas del amor no
siente; |
|
que quien sin celos ama, |
|
no tiene honor y el de ser hombre
infama. |
|
El cisne no
permite |
55 |
otro cisne en el agua donde
nada, |
|
ni que le solicite |
|
otro amante su prenda: la
sagrada |
|
paloma, a Venus bella, |
|
que como sabe amar, teme
perdella. |
60 |
Yo muero de
celosa, |
|
mas no puedo estorbar a quien me
quita |
|
mi bien, por más
dichosa, |
|
que no le goce, aunque a morir me
incita; |
|
que el nombre de marido |
65 |
tiembla el furor que abrasa mi
sentido. |
|
¿Qué importa, amado Orfeo, |
|
que me consuma yo por gracias
tantas |
|
cuantas ve mi deseo, |
|
cuando hablas, cuando escribes,
cuando cantas, |
70 |
si Eurídice, tu esposa, |
|
mujer te quiere, como yo
celosa? |
|
|
|
|
FÍLIDA |
Guárdente, ninfa, los
cielos. |
|
|
|
EURÍDICE |
No sé qué te
oí de celos, |
75 |
¿es verdad que hay
celos? |
|
|
|
|
|
|
FÍLIDA |
De perder quien ama
|
|
el bien que tiene. |
|
|
EURÍDICE |
¿Eso llama
|
|
celos la que tiene amor? |
80 |
|
|
|
EURÍDICE |
Y ¿a qué efeto
|
|
teme quien ama perder |
|
el bien? |
|
|
FÍLIDA |
Porque puede ser,
|
|
y así el temor es
discreto. |
|
|
|
|
FÍLIDA |
¿No puede mirar
|
85 |
otra mujer lo que quieres? |
|
¿No hay mil hermosas
mujeres |
|
que le pueden agradar? |
|
|
|
EURÍDICE |
¿Por
qué, queriéndome a mí? |
|
|
|
FÍLIDA |
Porque no todas las cosas |
90 |
de mil mujeres hermosas |
|
estarán juntas en ti. |
|
Si eres blanca,
podrá ser |
|
que le agrade una morena: |
|
si eres compuesta y serena, |
95 |
tan bulliciosa mujer. |
|
Y aunque
tú discreta seas, |
|
otra puede saber más, |
|
y hay gracias que no
tendrás |
|
que se imaginan en feas; |
100 |
sin esto, lo que
se tiene, |
|
suele no estimarse tanto. |
|
|
|
EURÍDICE |
De lo que dices me espanto. |
|
|
|
FÍLIDA |
Pues de esto que digo viene |
|
a estar la propia
mujer |
105 |
celosa de su marido, |
|
porque es un bien adquirido |
|
qüe no se puede perder. |
|
|
|
EURÍDICE |
Con no apartarme jamás |
|
del bien que el cielo me
dió, |
110 |
no seré celosa yo. |
|
|
|
FÍLIDA |
Más pienso que lo
serás; |
|
que si le
oprimes, es cierto |
|
cansarle, y el que se cansa, |
|
en otra parte descansa. |
115 |
|
|
EURÍDICE |
De no dejarle te advierto. |
|
|
|
FÍLIDA |
¿Qué importa para ofenderte |
|
con el pensamiento, y dar |
|
tú en celos de imaginar |
|
que es posible no quererte, |
120 |
y querer a otra
mujer? |
|
|
|
EURÍDICE |
Más claro verlo
quisiera, |
|
aunque celosa me viera. |
|
|
|
FÍLIDA |
Pues no es difícil de
hacer. |
|
Tu esposo ayer,
que salía |
125 |
de tu casa al prado,
vió |
|
que de buenos aires yo |
|
por el arroyo venía; |
|
con las dos manos
alcé |
|
el faldellín tan igual, |
130 |
que, al pasar, aun el cristal |
|
no dió señas de mi
pie; |
|
pero
diéronla sus ojos, |
|
pues me dijo: «Pies tan
bellos, |
|
bien merecen que tras ellos |
135 |
se vaya el alma en despojos; |
|
menos ligeros
quisiera |
|
que en el arena saltaran, |
|
para que estampa dejaran |
|
donde la boca pusiera. |
140 |
Y así con
deseos vanos |
|
rogué al amor que
después |
|
tropezaran vuestros pies |
|
para que os diera las
manos.» |
|
|
|
EURÍDICE |
¿Eso te
dijo mi Orfeo? |
145 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
EURÍDICE |
A la muerte me has puesto.
|
|
|
|
|
|
FÍLIDA |
Pues eso es estar celosa. |
|
|
|
|
FÍLIDA |
No es más que esto.
|
|
(Vase FÍLIDA.)
|
|
|
|
(Salen ORFEO y
FABIO.)
|
|
ORFEO |
Estoy
|
|
tan contento, Fabio amigo, |
|
que es lo menos lo que digo |
155 |
de lo que dichoso soy. |
|
Si me acuesto, no
querría |
|
que el alba se levantase, |
|
para que no me obligase |
|
al ejercicio del día, |
160 |
o pasase, ya que
fue, |
|
con tanta velocidad |
|
que en la misma claridad |
|
pusiese la noche al pie. |
|
|
|
FABIO |
¡Qué
venturoso casado! |
165 |
Alguno conozco yo |
|
que en una noche pensó |
|
que ya era el mundo acabado. |
|
Tan larga le
parecía, |
|
que, cuando el alba
salió, |
170 |
a un espejo se miró |
|
por ver si canas tenía. |
|
|
|
|
FABIO |
Sobre que era fea y
fría, |
|
algo de necia tenía. |
175 |
|
|
ORFEO |
Fabio, no hay cosa que sea |
|
más
extraña para mí, |
|
que a un amigo le
sufráis, |
|
cuando muy necio le
halláis, |
|
un año y muchos
ansí. |
180 |
Que una grande
calentura |
|
o algún terrible dolor, |
|
una noche, que en rigor |
|
parece que un siglo dura. |
|
Y que no tenga
paciencia |
185 |
para sufrir un casado |
|
la mujer que Dios le ha dado: |
|
o falta honor o prudencia. |
|
|
|
FABIO |
¿Qué dolor o calentura, |
|
qué amigo necio se
iguala |
190 |
a una mujer? |
|
|
ORFEO |
La más mala
|
|
servir y agradar procura, |
|
y, en fin, es
propia mujer. |
|
|
|
FABIO |
Eso es lo peor que tiene, |
|
porque todo el daño
viene |
195 |
de no poderla perder. |
|
La calentura se
quita |
|
curándola, y el dolor |
|
con medicinas, señor, |
|
que el médico solicita. |
200 |
Pero la propia
mujer |
|
solamente con la muerte, |
|
porque es la cosa más
fuerte |
|
que un hombre puede tener. |
|
|
|
ORFEO |
Bienaventurado el
hombre |
205 |
que halló mujer a su
gusto, |
|
sin ocasión de disgusto |
|
y sin temor que le asombre. |
|
|
|
|
ORFEO |
De ser
|
|
celoso, un bien de los cielos |
210 |
grande, y que no tenga celos |
|
de su ofensa su mujer. |
|
|
|
FABIO |
No tendrá
celos de ti |
|
Eurídice, pues
desprecias, |
|
sean discretas o necias, |
215 |
cuantas se pierden por ti. |
|
|
|
ORFEO |
¡Ay,
Apolo! ¿Cómo está |
|
triste Eurídice? Mi
bien, |
|
¿no me habéis?
¿Qué es esto? ¿Quién |
|
pena, mis ojos, os da |
220 |
y los vuestros
entristece? |
|
O ¿hacéislo,
señora mía, |
|
para que imagine el día |
|
que vuestra luz le anochece? |
|
¿Qué accidente
padecéis? |
225 |
¡Triste de mí!
¡Yo soy muerto! |
|
|
|
EURÍDICE |
Allá, del pie
descubierto |
|
de Fílida lo
sabréis. |
|
|
|
ORFEO |
¿Qué pie? ¿Qué
Fílida? ¿Cuándo |
|
a Fílida vi ni
hablé? |
230 |
|
|
EURÍDICE |
Cuando le vistes el pie |
|
el arroyuelo saltando. |
|
|
|
ORFEO |
Celos o
engaños han sido |
|
si pensáis que yo la
vi. |
|
|
|
EURÍDICE |
Ella me lo ha dicho
aquí. |
235 |
|
|
ORFEO |
Pues ella lo habrá
fingido |
|
para burlarse,
mis ojos. |
|
|
|
EURÍDICE |
Dijístesle: «Pies tan
bellos, |
|
bien merecen que tras ellos |
|
se vaya el alma en despojos; |
240 |
menos ligeros
quisiera |
|
que en el arena saltaran, |
|
para que estampa dejaran |
|
donde la boca pusiera. |
|
Y así, con
deseos vanos, |
245 |
rogué al amor que
después |
|
tropezaran vuestros pies |
|
para que os diera las
manos.» |
|
|
|
|
FABIO |
¿Ves, señor,
|
|
que no puede haber casado |
250 |
que no viva, si es amado, |
|
sujeto a tanto rigor? |
|
Mal haces,
señora mía, |
|
en creer una envidiosa |
|
que, de tu gusto celosa, |
255 |
poneros en mal quería. |
|
Las galas y el
buen marido |
|
envidia toda mujer; |
|
por esto debe de haber |
|
lo del arroyo fingido. |
260 |
Y
pruébolo. Si le viera |
|
el pie tu marido, Orfeo, |
|
que no la alabara creo, |
|
porque ayer en la ribera |
|
de ese nuestro
humilde río, |
265 |
una chinela dejó |
|
con la fuerza que
saltó, |
|
que tiene pesado el
brío: |
|
halléla,
que aquel distrito |
|
suelo pescar muchas veces, |
270 |
con cuatro libras de peces |
|
como si fuera garlito: |
|
llevéla a
darle matraca, |
|
y en albricias me dió el
pie, |
|
donde aquel cesto calcé |
275 |
en una lengua de vaca. |
|
|
|
ORFEO |
¡Ay,
Eurídice querida, |
|
qué agravio a mi amor has
hecho, |
|
sabiendo tú que en mi
pecho |
|
sirves por alma a la vida! |
280 |
Deja esos vanos
recelos, |
|
envidia vil de los dos; |
|
que no ha hecho gracias Dios |
|
con que puedan darle celos. |
|
Envidiando tu
hermosura, |
285 |
de su cabeza sacó |
|
este embuste quien
pensó |
|
darte el pesar que procura. |
|
Pero dice mi
firmeza |
|
que en vano su engaño
es, |
290 |
pues aunque entra por los
pies, |
|
ni tiene pies ni cabeza. |
|
¡Si los vi,
plega a los cielos |
|
que me aborrezcas, mi bien, |
|
y que mis celos te den |
295 |
causa para darme celos! |
|
Estimo el verte
celosa |
|
si son señales de amor, |
|
y vuelve con su rigor |
|
la más tibia, más
gustosa; |
300 |
pero no el ver
sin razón |
|
que mi inocencia... |
|
|
EURÍDICE |
No quiero
|
|
quererte sin que primero |
|
me des más
satisfacción. |
|
|
|
FABIO |
¿Quieres
que vaya, señor, |
305 |
por la chinela que digo? |
|
|
|
ORFEO |
Mi Eurídice, ven
conmigo: |
|
verás si es firme mi
amor. |
|
|
|
EURÍDICE |
Vamos; que ya mis
desvelos |
|
me muestran, a costa
mía, |
310 |
que sé lo que no
sabía. |
|
|
|
|
|
ORFEO |
Ven, que la
satisfacción, |
|
te hará olvidar su
pesar. |
|
|
|
EURÍDICE |
¿Cómo los
podré olvidar |
315 |
después que sé lo que
son? |
|
|
|
|
(Vanse EURÍDICE y ORFEO.)
|
FABIO |
No es posible
que no sea |
|
con causa quejarse aquí |
|
Eurídice; yo.
mentí, |
|
que sólo su paz deseo: |
320 |
que chinela tan
notable |
|
en mi vida pienso vella; |
|
¡Si apenas cupiera en
ella |
|
el alma de un miserable! |
|
Calcésela
en las orillas |
325 |
del arroyo en que la
hallé, |
|
y con andarle en el pie |
|
sentí en las manos
cosquillas; |
|
no sé
qué pueden tener |
|
los pies para enamorar, |
330 |
pues ni ellos saben hablar, |
|
ni al que habla responder. |
|
Mas no enamoran
por vanos |
|
cuando por la saya asoman; |
|
que como los pies no toman, |
335 |
quiérense más que las
manos. |
|
Orfeo debe de
haber |
|
con aquellos pies topado; |
|
que esto de hablar de casado |
|
melindres deben de ser. |
340 |
Celoso estoy; que
pues yo |
|
la bella Fílida
amé |
|
cual figura por el pie, |
|
lo mismo le sucedió. |
|
No blasone
ningún hombre |
345 |
que amare, con
posesión; |
|
que los hombres hombres son, |
|
y es la libertad su nombre. |
|
Aristeo, viene
aquí; |
|
¿cuánto va que me
persigue, |
350 |
sin que el enojo le obligue |
|
con que ayer le
respondí? |
|
|
|
|
(Sale ARISTEO.)
|
ARISTEO |
En tu busca, Fabio amigo, |
|
ando desde hoy todo el valle. |
|
|
|
FABIO |
Para lo que tú me
quieres, |
355 |
es lo mismo no buscarme. |
|
|
|
ARISTEO |
Ya no quiero que me quiera |
|
aquella nueva Anaxarte, |
|
aquella Daphe laurel, |
|
y más ingrata que
Daphe. |
360 |
Volverme a mi reino quiero, |
|
y sólo quiero rogarte |
|
que, porque en ausencia suya |
|
no venga amor a matarme, |
|
hagas de suerte que lleve |
365 |
aquel retrato en que salve |
|
la vida, como en el templo |
|
de tan soberana imagen. |
|
Daréte por él dos
joyas |
|
que valen cuatro ciudades, |
370 |
aunque para su hermosura |
|
menos que estas flores valen. |
|
Como ella al sol en belleza, |
|
aquí vence al oro el
arte, |
|
lo falso a lo verdadero, |
375 |
el relieve a los diamantes. |
|
Dame, Fabio, este contento; |
|
que quiero luego embarcarme |
|
a Tracia, de donde quiero |
|
otro presente enviarte |
380 |
en que conozcas mi amor. |
|
|
|
FABIO |
Aristeo, no te canses; |
|
ya ves que para ser hurto |
|
es aquel retrato grande, |
|
y que, echándose de
ver, |
385 |
era poco que me maten; |
|
tras esto, como en las bodas |
|
cayó en tierra y pudo
alzarse, |
|
está en más
veneración |
|
que los sagrados Penates; |
390 |
si tú quieres uno
mío |
|
con que puedas consolarte, |
|
yo te le daré; mas es |
|
de mala mano. |
|
|
ARISTEO |
¡Que trates
|
|
mi amor, Fabio, de esta
suerte! |
395 |
|
|
FABIO |
Ahora bien, para obligarte |
|
una cosa quiero hacer, |
|
para tu remedio fácil: |
|
bien sé que me
engañas. |
|
|
|
FABIO |
En decirme que ausentarte |
400 |
puede ser posible amando. |
|
|
|
ARISTEO |
¿No pueden, Fabio,
forzarme |
|
los desdenes? |
|
|
FABIO |
Los desdenes
|
|
detienen un firme amante. |
|
Si Troya se les rindiera |
405 |
en viendo las griegas naves, |
|
no ganara fama Aquiles |
|
ni los demás capitanes: |
|
diez años de
resistencia |
|
dieron los hechos iguales |
410 |
al laurel de la victoria. |
|
|
|
ARISTEO |
La verdad me persuades; |
|
pero dime tu consejo. |
|
|
|
FABIO |
¿Conoces en este valle |
|
a Fílida, una pastora |
415 |
que cuando a la tarde sale, |
|
hay dos albas aquel
día, |
|
con salir siempre a la tarde? |
|
|
|
|
FABIO |
Pues oye:
|
|
si Medea, Circe, Hecale |
420 |
y las demás hechiceras |
|
que historia y fábula
saben, |
|
resucitaran agora, |
|
le rindieran vasallaje; |
|
es mujer que escribe letras |
425 |
en la luna, tempestades |
|
levanta en cielo sereno, |
|
en los más tranquilos
mares: |
|
a la mujer más helada |
|
que quiera, perdida hace, |
430 |
a quien en su vida pudo |
|
obligarla que le amase. |
|
No hay diablo en el hondo
abismo |
|
seguro, como le llame; |
|
luego, a ver lo que les manda, |
435 |
del negro Aqueronte salen: |
|
una vez azotó a uno. |
|
|
|
ARISTEO |
¿Cómo puede ser, si
sabes |
|
que son espíritus? |
|
|
|
|
FABIO |
Que repares
|
440 |
en que es interior la pena. |
|
|
|
ARISTEO |
Ahora bien, ¿qué
podrá darme, |
|
para remedio de amor, |
|
Fílida cuando le hable? |
|
|
|
FABIO |
¿Cómo qué?
Hierbas, palabras, |
445 |
versos, conjuros... |
|
|
ARISTEO |
Pues parte
|
|
y tráeme a Fílida
aquí; |
|
que si puedo remediarme, |
|
diez colmenas te prometo. |
|
|
|
FABIO |
Pues para desengañarte |
450 |
de que ya sabe tu intento, |
|
basta que a buscarte baje |
|
Fílida al valle. |
|
|
|
FABIO |
Pues solo quiero dejarte; |
|
pero advierte, mayoral, |
455 |
que si es verdad, has de darme |
|
las colmenas prometidas. |
|
|
|
|
FABIO |
Estoy bien con las abejas, |
|
porque son muy semejantes |
460 |
a los ingenios que inventan, |
|
pues de varias flores hacen, |
|
con su trabajo y estudio, |
|
aquel licor tan suave. |
|
Y con los zánganos mal, |
465 |
que dicen que entre ellas
nacen |
|
y la dulce miel les comen, |
|
porque estas bastardas aves |
|
parecen a los que hurtan, |
|
por mucho que lo disfracen, |
470 |
lo que los otros trabajan. |
|
|
|
|
|
|
(Vase FABIO y sale
FÍLIDA.)
|
FÍLIDA |
Este es aquel amante de
Eurídice |
|
tan desdichado como yo, que
adoro |
|
a quien la adora. |
|
|
ARISTEO |
Mucho contradice
|
475 |
a la opinión que tiene su
decoro. |
|
Pero si Fabio con piedad me
dice |
|
que sabe el arte de olvidar, que
ignoro, |
|
o el de querer, ¿qué
más me importa? ¡Ay, cielo! |
|
¿Qué temo?
¿Qué pretendo? ¿Qué recelo? |
480 |
Hermosa ninfa, a
quien siempre responda |
|
fértil el trigo que en tus
eras mides, |
|
y Baco tan copioso corresponda |
|
que lleguen al lagar las propias
vides; |
|
y apenas con el tiro de la
honda |
485 |
alcances en el monte que
resides |
|
a la postrera oveja del
ganado, |
|
tan ancho baje desde el monte al
prado: |
|
yo soy un hombre
cuyo nacimiento |
|
lejos de aqueste valle, es
más honroso |
490 |
de lo que te promete el
ornamento |
|
que disfraza mi intento
cauteloso; |
|
en fin, un amoroso
pensamiento, |
|
que basta que le entiendas
amoroso, |
|
me ha detenido por aquestos
sotos, |
495 |
que lleguen al lagar las propias
vides; |
|
Apenas de
Eurídice la hermosura |
|
vieron mis ojos, cuando ya
casada |
|
la goza Orfeo, aquel cuya
ventura |
|
no tiene reinos con su gusto en
nada. |
500 |
Lloré, volvíme loco,
y por la dura |
|
tierra arrojado, me halló el
alba helada |
|
más de una noche, porque al
fin le quiere, |
|
y no quiere que yo remedio
espere. |
|
Hame dicho un
pastor, pastora mía, |
505 |
que tú sola podrás,
si puede alguna, |
|
o quitarme esta loca
fantasía, |
|
o remediar tan áspera
fortuna; |
|
por ti, la condición
más dura y fría, |
|
más áspera, rebelde e
importuna, |
510 |
dicen que tierna y blanda quiere y
ama, |
|
y que quien ama, lo que amó
desama. |
|
¡Ay,
Fílida gallarda! Si a los cielos |
|
mueve un amante, imítalos
agora: |
|
o quítame este amor, o
aquestos celos, |
515 |
o de mi amor a Eurídice
enamora, |
|
o en ella siembra incendios, o en
mí hielos. |
|
Alábase tu ciencia
vencedora |
|
de aquel desdén, y
ofreceré a tus ojos |
|
almas, en vez de inciensos y
despojos. |
520 |
|
|
FÍLIDA |
Saber que te han
engañado, |
|
¡oh generoso Aristeo! |
|
puede templar el deseo |
|
de castigarte culpado. |
|
¿Parécete que hay en mí |
525 |
para tal oficio partes? |
|
si yo sé de amar las
artes, |
|
del cielo las aprendí. |
|
Los hechizos de
allá vienen: |
|
de ellos, Aristeo, me valgo; |
530 |
que puesto que pueden algo, |
|
es corto el poder que tienen. |
|
No hay hechizo en
la mujer |
|
como merecer amor, |
|
porque forzar lo interior |
535 |
no sé cómo puede
ser. |
|
Con mal anda la
hermosura, |
|
y aun la edad, cuando se vale |
|
de hechizos quien ya se sale |
|
del mismo bien que procura. |
540 |
Amor,
¿qué pide? Otro amor; |
|
pues si no es amor forzado, |
|
claro está que no ha
llegado |
|
a conseguir su favor. |
|
No quiero, aunque
bien pudiera, |
545 |
enojarme, y la razón |
|
es tu engaño y mi
afición, |
|
que la tuya considera. |
|
Si a
Eurídice quieres bien, |
|
yo me muero por Orfeo; |
550 |
su esposa te da deseo, |
|
y a mí su esposo
también. |
|
Y aunque has
venido engañado, |
|
no ha de ser en vano ya; |
|
que de tu engaño
saldrá |
555 |
remedio a nuestro cuidado. |
|
¿No es
hechicera quien sabe |
|
hacer invenciones? |
|
|
ARISTEO |
Sí;
|
|
y perdóname si fui |
|
contra persona tan grave, |
560 |
mal informado de
Fabio, |
|
pastor grosero y
burlón; |
|
que es todo ingenio
bufón |
|
dispuesto a cualquier agravio. |
|
Bien sé yo
que quien hechiza |
565 |
no está de sí
satisfecha; |
|
la edad que ya no aprovecha, |
|
busca el fuego en la ceniza. |
|
Pero quien
fía de sí |
|
lo que puede enamorar, |
570 |
basta dejarse mirar |
|
como yo te miro a ti. |
|
Amanecer a la
aurora |
|
una mujer afeitada |
|
de jazmín y de
encarnada |
575 |
rosa, altamente enamora. |
|
La que se acuesta
clavel, |
|
y lirio azul amanece, |
|
busque hechizos, pues merece |
|
que la aborrezcan por
él. |
580 |
Pero pues es
justo dar |
|
nombre de hechicera a quien |
|
hace una invención, ya es
bien |
|
que te lo pueda llamar. |
|
Gustos,
melindres, amores, |
585 |
regalos y
niñerías, |
|
en las noches y en los
días |
|
son los hechizos mayores. |
|
Haz,
Fílida, pues que sabes, |
|
para los dos, pues
pasión |
590 |
propia te obliga,
invención |
|
con que nuestra pena acabes. |
|
|
|
FÍLIDA |
Vete hacia el
templo de Apolo, |
|
digo, de Venus; que
allí |
|
la llevaré. |
|
|
|
FÍLIDA |
A mí
|
595 |
su amor da crédito
sólo; |
|
diréle que
quiere hablarme |
|
su esposo; celosa irá; |
|
saldrás: el lugar
está |
|
lejos. |
|
|
ARISTEO |
No hay más que
informarme;
|
600 |
voy a esperarla. |
|
|
|
ARISTEO |
Ahora duélete de
mí; |
|
y pues por ti me perdí, |
|
tu mano piadosa inclina. |
|
(Vase ARISTEO.)
|
|
|
FÍLIDA |
Ella baja.
¡Qué ventura! |
605 |
|
|
|
(Salen EURÍDICE y DANTEA.)
|
EURÍDICE |
Vuelve, Dantea, al lugar, |
|
porque será no le
hallar |
|
para mí gran
desventura. |
|
|
|
DANTEA |
¿De
dónde se desató |
|
el retrato que perdiste? |
610 |
|
|
EURÍDICE |
De aquestas cintas. ¡Ay,
triste! |
|
|
|
|
|
DANTEA |
Consuélate
con que el vivo |
|
ya no te puede faltar. |
|
|
|
EURÍDICE |
No me puedo consolar |
615 |
del disgusto que recibo. |
|
Cuenta las
hierbas, las flores; |
|
que entre ellas se habrá
escondido. |
|
|
|
|
|
|
(Vase DANTEA.)
|
EURÍDICE |
Desdichas, siempre mayores, |
620 |
pues he topado
contigo. |
|
|
|
|
EURÍDICE |
Por fuerza te he de tener |
|
por el mayor enemigo. |
|
|
|
FÍLIDA |
¿No era yo
tu grande amiga. |
625 |
|
|
EURÍDICE |
Sí, Fílida; pero es
cosa |
|
el enseñarme a celosa |
|
que aborrecerte me obliga. |
|
|
|
FÍLIDA |
¿No ves
que aquello fingí |
|
para enseñarte los
celos? |
630 |
|
|
EURÍDICE |
¡Oh, cuán a mi costo,
¡cielos!, |
|
tus lecciones aprendí! |
|
Mas no puedo
persuadirme |
|
a que no me engañe
Orfeo. |
|
|
|
FÍLIDA |
No me meto en su deseo; |
635 |
yo sé que soy siempre
firme. |
|
|
|
EURÍDICE |
Dime, pues me has
enseñado |
|
esto que nunca supiera, |
|
¿quiérete bien? |
|
|
FÍLIDA |
No quisiera
|
|
darte, Eurídice,
cuidado. |
640 |
Orfeo me quiere
bien; |
|
tú eres mi amiga;
¿qué importa? |
|
|
|
EURÍDICE |
No cuando mi vida acorta, |
|
y mi esperanza también. |
|
Pero yo,
¿por qué te creo? |
645 |
|
|
FÍLIDA |
En llegando a imaginar |
|
que yo te puedo
engañar, |
|
se correrá mi deseo. |
|
|
|
EURÍDICE |
¿Cómo podré yo saber |
|
que te quiere? |
|
|
FÍLIDA |
Ven conmigo
|
650 |
para que seas testigo, |
|
que es lo más que puedo
hacer. |
|
|
|
|
FÍLIDA |
Bien cerca es;
|
|
donde dijo que vendría |
|
a buscarme. |
|
|
EURÍDICE |
¡Y me decía
|
655 |
que nunca te vió los
pies! |
|
¡Ah,
traidor, no hay que fiar! |
|
Llévame contigo. |
|
|
|
EURÍDICE |
Ya estoy celosa;
|
|
que no era posible amar |
660 |
sin celos; miente quien ama |
|
si dice que no los tiene; |
|
que apenas al alma viene |
|
el amor, cuando los llama. |
|
Celos no son
diferencia |
665 |
de amor, que en todo rigor |
|
sustituyen al amor, |
|
si no son su misma esencia. |
|
Pero pues estos
enojos |
|
a él le entraron por los
pies, |
670 |
aunque la muerte me des, |
|
éntrenme a mí por los
ojos. |
|
|
|
FÍLIDA |
Ahora bien,
vamos; que quiero |
|
hacer dos cosas injustas, |
|
pues que tú de entrambas
gustas, |
675 |
previniéndote primero: |
|
Una en serle
desleal, |
|
y otra en pagar mal su amor. |
|
|
|
EURÍDICE |
No es justo por un traidor |
|
decir de los hombres mal; |
680 |
pero si por tales
modos |
|
hombre me pudo ofender, |
|
¡viven los cielos, de
ser |
|
fuego que los queme a todos! |
|
|
|
|
(Vanse, y salen ARISTEO y CAMILO.)
|
|
CAMILO |
A mí me pesa
|
685 |
de ser el portador; más no
cumpliera |
|
con mi lealtad, señor, si no
viniera. |
|
Albante se levanta con tu
reino, |
|
ya es rey de Tracia Albante, y con
violencia |
|
hace que le obedezcan tus
vasallos; |
690 |
entró por la ciudad con mil
caballos |
|
y cuatro mil infantes, bien
seguros |
|
de tal traición los mal
guardados muros, |
|
y apoderóse del
alcázar luego, |
|
jurando de llevar a sangre y
fuego |
695 |
el reino todo: huyeron tus
amigos |
|
para no ser de tal maldad
testigos; |
|
y él, viendo que era ya
señor de todo, |
|
vistió de sus escudos y
pendones, |
|
plazas, ventanas, casamatas,
fuertes, |
700 |
palacios, templos, naves, que
aún almenas |
|
hizo de sus banderas sus
entenas. |
|
|
|
ARISTEO |
¿Hay tal maldad, hay caso
tan extraño? |
|
¡Que Albante tuvo tal
atrevimiento! |
|
¡Que Albante fue traidor a mi
corona! |
705 |
|
|
CAMILO |
Señor, como a la ausencia
llaman muerte, |
|
por muerto te ha tenido en esta
ausencia; |
|
no le faltan amigos: que el
delito |
|
fundado en interés, oro o
gobierno, |
|
siempre halló
compañía, siempre amparo. |
710 |
|
|
ARISTEO |
No puedo responderte, aunque
reparo |
|
en que la dilación
dañarme puede, |
|
por quien mil veces mayor mal
sucede, |
|
y es porque estoy en ocasión
agora |
|
del premio que mi amor alcanzar
trata |
715 |
de la mujer más bella y
más ingrata. |
|
|
|
CAMILO |
¿Ingrata en tanto
tiempo? |
|
|
ARISTEO |
¿Tú imaginas
|
|
mujer humana? |
|
|
|
ARISTEO |
Casóse cuando apenas te
partiste. |
|
|
|
CAMILO |
Pues ¿qué es lo que
casada pretendiste? |
720 |
|
|
ARISTEO |
Lo que agora la industria me
promete. |
|
|
|
CAMILO |
¡Que amor a tantos
daños te sujete! |
|
|
|
ARISTEO |
Por este valle abajo, entre unos
juncos, |
|
pasa un arroyo, cuya limpia
balsa |
|
del agua mansa, en apariencia
falsa, |
725 |
parece con los lirios y
espadañas, |
|
con la igualdad de las menudas
cañas, |
|
de terciopelo verde, fondo en
plata; |
|
pues vete, y en la margen que
remata |
|
aguárdame sentado mientras
vuelvo |
730 |
con la victoria o con mayor
desdicha. |
|
|
|
CAMILO |
Amor te dé, señor, o
seso, o dicha, |
|
aunque suele quitar entrambas
cosas; |
|
que no quiero, aunque es justo,
replicarte |
|
que sé de coro de servir el
arte, |
735 |
y sé la obstinación
de los que aman, |
|
que los consejos de su bien
desaman. |
|
|
|
|
(Vase CAMILO, y
salen EURÍDICE y
FÍLIDA.)
|
|
|
|
FÍLIDA |
Para tanto sospechar, |
740 |
mucha paciencia he tenido. |
|
|
|
EURÍDICE |
¡Ay,
Fílida, no te quejes, |
|
pues me enseñaste a
celosa! |
|
|
|
|
EURÍDICE |
Más lo estoy de que me
dejes. |
745 |
|
|
FÍLIDA |
¿No has
visto que el cazador, |
|
porque dé en la red la
caza, |
|
la de otra parte amenaza |
|
y así la coge mejor? |
|
Pues voy aquella
alameda, |
750 |
porque, si me aguarda
allí, |
|
venga a la red y dé en
ti. |
|
(Vase FÍLIDA.)
|
|
|
ARISTEO |
¡Victoria, si sola
queda! |
|
Pero en vano me
adelanto |
|
con la victoria; que, en fin, |
755 |
dicen que se canta al fin, |
|
y yo al principio la canto. |
|
|
|
EURÍDICE |
En notable
confusión |
|
me ha puesto Fílida,
cielos, |
|
pues desengaños de
celos |
760 |
mayores engaños son. |
|
No siento pasos,
ni veo |
|
cosa en tanta soledad, |
|
indicio de la verdad |
|
que teme y busca el deseo. |
765 |
Verdad que el
sentido ofusca |
|
para que se hiele y queme, |
|
pues la busca quien la teme, |
|
y teme hallar lo que busca. |
|
¿Para
qué averiguo insultos? |
770 |
Celos, si no os quiero hallar, |
|
¿para qué os vengo a
buscar? |
|
Mejor estaréis ocultos. |
|
Una sombra he
visto allí, |
|
si es justo darle este nombre |
775 |
al cuerpo; mas siendo de
hombre, |
|
todo es sombra para mí. |
|
Él se
esconde en la arboleda. |
|
¿Si es mi esposo? Él
es. ¿Qué espero, |
|
si de ver me desespero |
780 |
que a Fílida esperar
pueda? |
|
Llegaré
determinada |
|
aunque me quite la vida; |
|
que una mujer ofendida, |
|
ni teme fuego, ni espada. |
785 |
Traidor esposo,
¿qué importa |
|
que estos álamos y
fresnos |
|
hagas capa, con que dejes |
|
ciego el toro de mis celos, |
|
si ellos en ti, y en los
troncos... |
790 |
¿qué es esto,
cielos? |
|
|
ARISTEO |
Que el cielo
|
|
te trujo a esta soledad |
|
para mi bien y remedio. |
|
Aristeo soy; ¿qué
miras, |
|
pues al Príncipe
Aristeo |
795 |
has convertido en pastor, |
|
y en tosco cayado el cetro? |
|
Por ti mi reino he perdido, |
|
pues ya me ha quitado el reino |
|
un traidor: espera, escucha. |
800 |
|
|
EURÍDICE |
El traidor en ti le veo |
|
para el reino de mi honor, |
|
que más que el tuyo le
precio. |
|
¡Viven los dioses, que ha
sido |
|
de la vil Fílida enredo |
805 |
traerme a la soledad, |
|
donde tu violencia temo! |
|
Pero primero la vida, |
|
y dos mil vidas primero |
|
perderá mi honor
constante, |
810 |
que te alabes... |
|
|
ARISTEO |
Quedo, quedo;
|
|
que ya no puedo sufrir, |
|
Eurídice, tus
desprecios. |
|
¿Qué milagro te
parece |
|
agora en el mundo nuevo, |
815 |
que se rinda una mujer, |
|
o con fuerzas o con ruegos? |
|
¿Quién es Orfeo, tu
esposo? |
|
¿Por dicha es Marte
soberbio? |
|
¿Es Júpiter?
¿Es Apolo? |
820 |
¿No es un hombre? ¿No
es Orfeo? |
|
¿No soy Rey de Tracia
yo, |
|
que, fuera de esto, merezco |
|
por mí mismo y por mi
amor, |
|
más que ese músico
necio? |
825 |
Si él sabe cantar, yo
sé |
|
llorar en el instrumento |
|
del alma; si él versos
hace, |
|
yo sé también hacer
versos; |
|
si él mueve piedras
cantando, |
830 |
por eso le tengo en menos, |
|
pues, sin ser animal ni hombre |
|
las piedras mueve el dinero. |
|
Y para que a ti te mueva, |
|
una nave te prometo |
835 |
con todo el casco de plata, |
|
sin otra madera o hierro |
|
desde la popa al
bauprés, |
|
y en vez de jarcias y lienzos, |
|
chafaldetes, trizas, trozas, |
840 |
brandales y racamentos, |
|
oro y seda, cuyos cabos |
|
tremolen de perlas llenos. |
|
Diana, esa diosa casta, |
|
quiso a Endimión, y
vemos |
845 |
que hoy día en el monte
Lathmo |
|
le baña en profundo
sueño: |
|
y la causa por que hizo |
|
a Anteón forma de
ciervo, |
|
fue para que no contase |
850 |
que vió desnudo su
cuerpo: |
|
mira lo que en estas selvas |
|
lloró por Adonis Venus. |
|
Diosas eran, tú mujer; |
|
deja los vanos trofeos |
855 |
del honor, que es
invención |
|
del mundo, y un vil decreto |
|
de los hombres, que se pierda |
|
el hombre a mujer sujeto, |
|
y no la mujer, si el hombre |
860 |
pone en otra el pensamiento. |
|
Pienso que admites mi amor, |
|
porque dice tu silencio, |
|
que te vence mi razón. |
|
|
|
EURÍDICE |
Mirando tu atrevimiento, |
865 |
perdí para responderte |
|
la lengua; y aunque me veo |
|
lejos de mi amado padre, |
|
de mi dulce esposo lejos, |
|
estoy cerca de quien soy, |
870 |
y de lo que soy me acuerdo: |
|
¡Vete, infame; que si
pongo |
|
una flecha al arco...! |
|
|
ARISTEO |
Pienso
|
|
que quieres darme
ocasión |
|
al más riguroso medio. |
875 |
|
|
EURÍDICE |
Si te apercibes, advierte |
|
que nunca mis pies ligeros |
|
fueron vencidos. ¡Diana, |
|
favor! |
|
|
ARISTEO |
¡Detenedla, cielos!
|
|
Eurídice,
¿dónde vas? |
880 |
Cristalinos arroyuelos, |
|
en mares os convertid, |
|
mis ojos podrán
hacerlos. |
|
Peñascos, poneos
delante, |
|
hechos volcanes de incendios, |
885 |
porque una mujer de nieve |
|
detengan montes de fuego. |
|
|
|
|
(Sígala, y EURÍDICE salga por la otra
parte.)
|
EURÍDICE |
Sagradas ninfas, que fuisteis |
|
desde vuestros años
tiernos |
|
compañeras de Diana, |
890 |
dando vuestros pies ligeros |
|
de puntapiés a los
aires, |
|
(Haga que
corre.)
|
que se vengaba en los velos; |
|
vosotras, que a todas fieras |
|
con los lustrosos aceros |
895 |
del venablo no temistes, |
|
antes el oro sangriento |
|
daba indicios del valor |
|
y del varonil esfuerzo, |
|
(Caiga.)
|
valed... ¡Ay, triste!
¡Ay de mí! |
900 |
¿Qué está en
la hierba, qué es esto? |
|
¡El pie me ha mordido un
áspid! |
|
¡Ya discurre su veneno |
|
al corazón! ¡Muerta
soy! |
|
|
|
ARISTEO |
¡Bien haya el piadoso
suelo |
905 |
que te detuvo,
Eurídice! |
|
Pero, ¿qué esto que
veo? |
|
Las rosas de las mejillas, |
|
cándido jazmín se han
vuelto; |
|
los claveles de los labios, |
910 |
bañó temeroso
hielo: |
|
Eurídice, ¡ay, triste!
¡Un áspid |
|
ya por las hierbas corriendo, |
|
sin duda mordió sus
pies! |
|
|
|
|
(Salen FABIO y
ORFEO.)
|
FABIO |
Por aquí dijo Fileno |
915 |
que le vió bajar al
valle. |
|
|
|
ORFEO |
Aquí suenan tristes
ecos. |
|
|
|
FABIO |
Allí se queja un
pastor: |
|
¿Qué esto, amigo
Aristeo? |
|
|
|
ARISTEO |
Bajando de la montaña, |
920 |
adonde sabéis que tengo |
|
las más guardadas
colmenas, |
|
oigo en una voz: «¡Ay,
muerto!» |
|
Tan tiernamente que el aire |
|
fue piedra imán del
cabello, |
925 |
y el corazón alterado, |
|
llamó a la puerta del
pecho. |
|
Miré a la voz el
origen, |
|
y vi, ¡ay, Dios!, que de ella
el dueño... |
|
Llegad, que para decirlo, |
930 |
ni lengua ni vida tengo. |
|
(Vase.)
|
|
|
|
|
|
|
FABIO |
Veo
|
|
su vestido, y no su rostro. |
|
|
|
ORFEO |
¡Ay, Fabio, aquí
está su cuerpo, |
935 |
aquí mi sol eclipsado, |
|
y su hermosura en el cielo! |
|
¡Eurídice! |
|
|
FABIO |
Con tu voz
|
|
parece que cobra aliento. |
|
|
|
|
ORFEO |
Yo soy.
|
940 |
Pues mi Eurídice,
¿qué es esto? |
|
|
|
EURÍDICE |
Mordióme un áspid el
pie |
|
por esas selvas huyendo... |
|
|
|
|
|
|
FABIO |
Señor, mira que estos
males |
|
quieren aprisa el remedio. |
|
|
|
ORFEO |
¡Ella se me muere,
Fabio! |
|
|
|
FABIO |
Pues haz que tus brazos presto |
|
la lleven al sabio Alcino. |
950 |
|
|
ORFEO |
Vida mía,
¿quién te ha muerto? |
|
|
|
|
|
|
|
|
ORFEO |
Yo voy; pero aunque la llevo |
955 |
muerta, ella me lleva a
mí, |
|
que voy en sus brazos muerto. |
|
|
|
FABIO |
¡Oh, buen áspid, si
nacieran |
|
muchos que mordiesen luego, |
|
no digo las que me escuchan, |
960 |
sino las que mal me han hecho! |
|
|
|