![Arriba](/s3/BVMC_OBRAS/ff1/1ab/068/2b1/11d/fac/c70/021/85c/e60/64/mimes/../botup.gif) Acto primero
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La escena se representa en una isleta
de las costas de Coromandel.
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El teatro representa
un valle espacioso con algunos peñascos y maleza al
frente en el foro. Algunos árboles frutales de cocos,
palmas, etc. esparcidos sin orden por uno y otro lado. A
la izquierda una cabaña rústica, cubierta de
ramas verdes, y césped, y junto a ella TIMANTE con
traje de comerciante inglés cortando con un cuchillo
de pedernal algunas ramas secas, que irá de rato en
rato añadiendo en la lumbre que se descubre encendida.
Sucesivamente dará vueltas a un palo en forma de asador,
en que se verá atravesada una pierna de llama, estribando
los dos extremos en dos horquillas de palo mal formadas.
A un lado de la lumbre habrá una cáscara gruesa
imitada a la del coco, llena de agua, con la qual rociará
la carne que está a la lumbre, y humedecerá
el asador en que se ve atravesada, y de una rama de un árbol
se percibirá pendiente el arco y aljaba.
|
TIMANTE |
Aún no viene, y yo no puedo | | sosegar. ¿Dónde habrá ido | | (Registrando
la escena.) | este muchacho por agua, | | que tanto tarda?
Dios mío, | | si alguna nueva desdicha... | 5 | ello
es verdad, que en los cinco | | meses, que ha que naufragamos
| | en esta isla, no hemos visto | | persona alguna, ni menos
| | casa cabaña, o indicio | 10 | de que la habiten,
con todo, | | que sé yo, todo este sitio | | está
poblado de bestias | | feroces, y como el chico | | es tan
temerario, puede... | 15 | sino, estando tan contiguo | |
el manantial, ya hace rato | | que podía haber venido.
| | Vaya, no descansaré, | | mientras no parta yo
mismo, | 20 | a buscarle. Solamente | | (Cogiendo el arco
y aljaba, y poniéndoselo.) | faltaba esto para alivio
| | de mis penas, pero en fin, | | si Dios lo hubiese querido
| | así, no hay sino paciencia. | 25 |
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|
|
(Camina
hacia el foro, y por él sale CLEODON con traje inglés
el arco al hombro, la aljaba a la espalda, y dos cáscaras
grandes de coco, llenas de agua en las manos, pendientes
de unas correas de corteza de árbol.)
|
CLEODON |
¿Qué veo? ¿A donde vais tío? | |
|
|
TIMANTE | Noramala
para el trasto, | | a buscarle. | (Volviendo con enojo
hacia la cabaña, y quítase el arco y aljaba.) |
|
|
CLEODON | Yo
os suplico | | que no os enojéis. Conozco | | muy
bien que os habré tenido | 30 | cuidadoso, pero habiendo
| | descubierto entre estos riscos, | | cinco bestias de
una especie | | que hasta hoy nunca había visto | | en la isla, me empeñé | 35 | en seguirlas,
persuadido | | a que podría cazar | | alguna, pero
las cinco | | divididas, se ampararon | | por diferentes
caminos | 40 | de la espesura del bosque. | |
|
|
TIMANTE | Y por
tus necios caprichos | | tenerme aquí haciendo mil
| | calendarios. Yo te afirmo, | | que no he de ser otra
vez | 45 | tan fatuo, que aunque en un siglo | | no vuelvas,
pase cuidado | | por ti. En verdad que el cumplirlo | | (Aparte) | me costaría trabajo. | | Vaya, pues ya prevenido,
| 50 | está el almuerzo, podemos | | desayunarnos,
sobrino, | | con este trozo de pierna | | de el llama, que
ayer cogimos. | |
|
|
|
|
(TIMANTE
habrá quitado del asador la carne, saca un pañuelo,
le tiende en el suelo, la pone sobre él, y partiéndola
con el cuchillo de pedernal, empiezan a comer.)
|
TIMANTE | Cleodon,
| 55 | ¿no te admiran los prodigios | | que hace la necesidad?
| | qué poco hubieras comido | | tú, en Port-Luis,
aquesta carne | | dura, y sin sal. |
|
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CLEODON | Os
afirmo | 60 | que no era fácil, y mucho | | menos sin
pan. |
|
|
TIMANTE | Pues,
sobrino, | | algo peor creí yo | | que nos hubiéramos
visto, | | en este desierto. Al fin, | 65 | desde que a nado
salimos, | | a esta isleta, el triste día | | en que
naufragó el navío | | nuestro, con toda la
gente, | | debemos mil beneficios | 70 | a la providencia.
Ella | | nos deparó para asilo | | nuestro, un rincón
de la tierra | | Austral, según los indicios, | |
desierto, pues a habitarle | 75 | algún cuerpo de los
indios | | bravos, que hay en estas islas | | vecinas, ya
hubieran sido | | nuestras vidas miserables | | víctimas
de su excesivo | 80 | rigor. Nosotros, ayer | | de entre las
ondas salimos | | sin más que esta pobre ropa, | |
y ya Dios nos ha provisto | | de cuanto necesitamos | 85 | para vivir. En el sitio | | que moramos, hay frutales
| | diversos, hay exquisitos | | manantiales, hay incautas
| | bestias, hay aves. Sobrino, | 90 | de todo hay, pero lo
más | | admirable de esto, ha sido, | | lo que, para
que podamos | | disfrutarlo, nos previno. | | En los duros
pedernales, | 95 | hemos hallado cuchillos | | afilados, en
la gruesa | | cáscara de el coco rico, | | vasijas
en que traer | | y guardar, para un preciso | 100 | accidente,
un poco de agua, | | nuestro ingenio bien distinto | | de
el que era ayer, por la dura | | necesidad y conflicto | | de hoy, nos ha granjeado ya | 105 | arco y flechas, y el
continuo | | ejercicio, nos ha hecho | | tan diestros, que
a nuestros tiros | | no hay ave, que por ligera | | se escape
de ellos. Has visto | 110 | también, a qué poca
costa | | en los lazos prevenidos | | por nuestras astucias,
caen | | cada día, los sencillos | | llamas, cuya
tierna carne | 115 | sazonada con el mismo | | salitre del
mar, contenta | | nuestro dispuesto apetito. | | En fin,
Cleodon, cada día | | hallamos nuevos arbitrios
| 120 | para vivir con alguna | | más comodidad. |
|
|
CLEODON |
¡Ay
tío! | | yo conozco los favores | | que uno y otro
hemos debido | | a Dios, pero al acordarme | 125 | de que
en este triste sitio | | hemos de morir... ¡ah, esto | |
de no ver a mi querido | | padre, ya más en mi vida...
| |
|
|
TIMANTE | ¿Y qué sabemos sobrino? | 130 | ¿Ignoras
tú los extraños | | medios, de que se ha valido
| | Dios, para enviar al hombre | | un consuelo, en el conflicto
| | mayor? Tal vez... |
|
|
|
TIMANTE | ¿Quién
sabe? | 135 | Tú eres mozo, y aunque has visto | |
mil ejemplos, de lo poco | | que dura a el hombre el conflicto,
| | ni el placer, no habrás parado | | la atención
en ello. |
|
|
|
TIMANTE | Pues reflexiona un instante | | sobre
los raros prodigios | | de que está llena mi vida,
| | y hallarás lo que te digo. | | Tu verás
cuan pocos pasos | 145 | tienes que dar desde el sitio | |
del placer, para llegar | | al pesar, y este mismo, | |
para volver al placer. | | Tu padre y yo poseímos
| 150 | cuando mozos muchos bienes, | | los disipo el poco
juicio | | en cuatro días, y cuando | | recordamos,
ya nos vimos | | en un miserable estado. | 155 | A tu padre
se le hizo | | más sensible, por hallarse | | casado
ya, y con tres hijos. | | Yo lastimado de ver | | su situación,
determino | 160 | mejorarla a costa mía, | | ausentándome
al proviso | | de Port-Luis. Pasé en efecto | | con
un caudal reducido, | | a Coromandel, en donde | 165 | me
hallé a poco tiempo, unido | | a una dama inglesa,
hermosa | | y rica. Vime yo rico | | también, y envié
a tu padre | | en el buque de un amigo, | 170 | mucha parte
de mis bienes, | | y he aquí como ya volvimos | |
desde la infelicidad, | | al primer auge. Maquino | | volver
con mi esposa a Francia, | 175 | a pasar allí tranquilo
| | mi corta vida, y en tanto | | que yo, porque era preciso,
| | quedaba en Coromandel, | | a concluir por mí mismo
| 180 | varios asuntos pendientes | | de alguna entidad, envío
| | delante a mi amada esposa, | | con dos criados antiguos
| | de la confianza mía, | 185 | a Port-Luis, en un
navío | | Francés, sin ver que se hallaba,
| | ya embarazada de cinco | | meses. Se encalla la nave
| | en un banco, y sin arbitrio | 190 | perecen todos, excepto
| | dos marineros que han sido | | los que, después
de tres meses, | | me dieron el triste aviso | | de esta
desgracia, en un punto | 195 | perdí con lo más
crecido | | de mis bienes, el consuelo | | mayor, y he aquí
a tu tío | | pasar, por un raro acaso, | | segunda
vez, al conflecto | 200 | desde la prosperidad. | | Abrazo
este golpe impío | | con resignación, y dando
| | cuenta de todo a tu digno | | padre, para consolarme,
| 205 | te envió al punto conmigo, | | a Coromandel.
Volví | | al comercio con ahínco | | y en ocho
años no cabales, | | me vi, si cabe, más rico
| 210 | que antes de perder esposa | | y bienes, y de improviso
| | vuelvo desde el mal al bien. | | A instancias de mi cariño
| | y el tuyo. junto en un buque | 215 | los caudales adquiridos,
| | y los envió a tu padre, | | dándole el
gozoso aviso, | | de que quedábamos ambos | | esperando
otro navío | 220 | para embarcarnos en él,
| | con el alegre designio | | de ir a morir en su amable
| | compañía. Al fin lo hicimos | | así,
y cuando más en calma | 225 | estaba el mar, de improviso
| | se arma una recia tormenta, | | y quebrantado el navío
| | nos vemos todos, en brazos | | de la muerte. Aquí
tu tío | 230 | vuelve desde el bien al mal | | otra
vez. A nuestros mismos | | ojos perecieron todos, | | menos
nosotros, que asidos | | a un fragmento de la nave, | 235 | nos salvamos de un peligro | | tan grave, y en esta isla
| | tomamos tierra impelidos | | de las ondas. Y a aquí
tienes | | el pesar desvanecido | 240 | en un instante, y
reinando | | nuevamente el regocijo. | | Recorremos consolados
| | esta espacioso distrito, | | y al ver que inaccesible
| 245 | la isla, según los indicios | | y por lo mismo,
creíble | | que acaben en este sitio | | nuestros
días, hemos vuelto | | al primer pesar. Vivimos
| 250 | con pesar, ¿quién te dice | | que en aqueste instante
mismo, | | no podríamos pasar | | por un acaso imprevisto
| | de los muchos que escuchaste | 255 | al grado más
excesivo | | de placer, pues vemos, que | | no tienen asiento
fijo | | ni uno, ni otro? |
|
|
CLEODON | Es
cierto, pero | | ¿quién, ni por dónde este
alivio | 260 | pudiera darnos? |
|
|
TIMANTE | ¿Quién?
Dios, | | que desde su trono, ha visto | | la mucha conformidad
| | con que los dos recibimos | | sus decretos. Ea fin, no
| 265 | desconfiemos sobrino. | | y pues hemos almorzado
| | ya, vamos al ejercicio | | diario de nuestra caza | |
como siempre, divididos. | 270 | Yo por aquí a ver
si acaso | | algún tierno llama ha caído | | en el lazo que dejé | | anoche con artificio | |
junto a la fuente, pues ya | 275 | es hora, de que hayan
ido | | a beber, y tú por ese | | trozo de valle sombrío,
| | puedes ver si matas algo | | de provecho. | (Vase
por la izquierda.) |
|
|
CLEODON | Está
bien, tío, | 280 | ¡qué bondad la de Timante
| | y qué amor por su sobrino, | | y hermano! Ah solo
él es causa | | de sus desgracias. El vivo | | deseo
de ir a acabar | 285 | sus días, con su querido | |
Agenor, le hizo perder | | su esposa, y el fruto digno
| | de su casa, y exponerse | | a todos los impropicios
| 290 | sucesos, de una arriesgada | | navegación. Un cariño
| | tan no oído, merecía | | más venturoso
destino | | que el que espera, si, en esta isla | 295 | daremos
nuestros suspiros | | últimos, lejos de aquellos
| | objetos, que nos han sido | | siempre tan caros, mi padre...
| | mis hermanos... mis queridos | 300 | hermanos... ya para
siempre | | a todos los he perdido. | | (Se queda como
suspenso, traspasado de dolor, y sale ARCHIMA con lentos
pasos, con el arco prevenido.) |
|
|
ARCHIMA | De aquesta
llanura es | | de donde salir he visto | | la llama, y el
humo, ¿quien | 305 | habitará en este sitio? | | (CLEODON la ve y queda un instante sorprendido.) |
|
|
CLEODON | ¡Ah que tristes reflexiones, | | Cleodon! Pero
qué miro, | | ¿no es india, la que con lentos | |
pasos, todo este recinto | 310 | viene eliminando? No, | |
no, mejor su peregrino | | rostro dice, ser deidad | | tutelar
de aquestos riscos. | | (Quiere ir hacia ella, ARCHIMA
al verle hace ademán de dispararle la flecha que tiene
en el arco. CLEODON pone inmediatamente la rodilla en tierra,
y baja la punta de su saeta en señal de paz diciendo.) |
|
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|
CLEODON | Detente,
hermosa | 315 | suspensión de mis sentidos, | | y no
en un rendido emplees | | la vanidad de tus tiros. | |
|
|
ARCHIMA |
Un hombre es como los nuestros, | | aunque si yo no deliro,
| 320 | mucho más hermoso. | (Acercandose a él.) |
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|
CLEODON | Alma,
| | a mi viene sin indicio | | de temor. |
|
|
ARCHIMA | ¡Qué
rostro tiene | | tan agradable! ¡que vivos | | (Todo en tono
de admiración.) | los ojos, y sin aquella | 325 |
fiereza, que siempre he visto | | en los de Gomel! Al menos,
| | yo con mayor gusto miro | | a este, que al otro. El color
| | de su cara, es como el mío, | 330 | (Le ase
del brazo, le levanta, y se pone a mirar su vestido y calzado,
con una sorpresa gustosa.) | y habla también
como yo, | | pero todo su vestido | | es diferente. ¡Di hombre
| | quién eres! ¿cómo a este sitio | | veniste?
|
|
|
CLEODON | Un
mísero soy, | 335 | que después de haber perdido
| | su navío en estas costas, | | pudo salvar del
destino | | mismo su vida, saliendo | | a nado hasta aquí.
|
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|
ARCHIMA | Navío.
| 340 | (Como extrañando la voz.) | ¿Era algún
hermano tuyo? | | (Con viveza y pena.) |
|
|
CLEODON | Pues qué,
di, ¿jamás has visto | | (Con sonrisa.) | esas
máquinas, en que | | se anda, aunque no sin peligro,
| | por el mar? |
|
|
ARCHIMA | Sí,
que se llaman | 345 | Piraguas. |
|
|
CLEODON | Casi
lo mismo, | | sólo que a las que son mucho | | más
grandes, llaman navíos. | |
|
|
|
|
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|
ARCHIMA | ¿Pues
cómo hablas su lengua? | |
|
|
CLEODON | Porque algún
tiempo he vivido | | con ellos. |
|
|
ARCHIMA | ¿Y
es esa casa | | (Señalando la choza.) | la tuya?
|
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|
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ARCHIMA | Mejores
son las nuestras. | 355 |
|
|
CLEODON | ¿Mas donde están que
ni indicio | | de que racionales vivan | | aquí, en
tanto tiempo he visto? | |
|
|
ARCHIMA | Mira, a espaldas de ese
monte. | | (ARCHIMA quitándole el arco y la
aljaba, mirándolo y sonriéndole con sencillez.) |
|
|
|
ARCHIMA | Me
río | 360 | de ver lo tosco y mal hecho | | de ese
arco. Toma este mío | | (Dándosele.) | y
toma mi aljaba llena | | de flechas. | (Poniéndosela
a la espalda.) |
|
|
CLEODON | ¡Ah,
qué sencillo | | corazón! |
|
|
ARCHIMA | Pero
me quedo | 365 | con estas, ¿sí? |
|
|
CLEODON | Sí,
prodigio | | hermoso y lo que tu quieras. | | (ARCHIMA
observando el sol.) |
|
|
ARCHIMA | Voyme pues, porque
ya miro | | que es tarde, y si me echan menos | | vendrán
tal vez a este sitio | 370 | y te verán. |
|
|
|
ARCHIMA | No lo quiera el sol. Los indios
| | te darían muerte. |
|
|
|
|
CLEODON | ¿Qué oigo venturas? ¿porqué?
| 375 |
|
|
ARCHIMA | Porque más te quiero vivo, | | mas dime,
¿querrás que venga | | a verte? |
|
|
CLEODON | Ojalá
el destino | | no te apartase jamás | | de mí.
|
|
|
ARCHIMA | Ah,
sí, pues te afirmo | 380 | que yo mejor me quedara
| | para siempre aquí contigo, | | porque yo no sé
qué gusto | | siento ya cuando te miro. | | (Con
rubor.) |
|
|
CLEODON | Pero ¿al fin te vas? | (Con sentimiento.) |
|
|
ARCHIMA | Si
no | 385 | acierto. Mira, yo digo | | que es mejor que tú
te vayas | | antes. |
|
|
|
ARCHIMA | A
otro sitio, | | pues mientras estés tú aquí,
| | yo no me iré, y es preciso. | 390 |
|
|
CLEODON | Bien
quisiera obedecerte, | | ¿mas acertaré a cumplirlo?
| |
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|
ARCHIMA | No, pues yo sí, en paz te queda.
| | (Partiendo.) |
|
|
CLEODON | Espera que no me has dicho | | tu nombre. |
|
|
|
|
|
CLEODON | Que no me des al olvido | | en un
solo instante. |
|
|
|
CLEODON | Y
vuelve | | presto, pues sin ti no vivo. | |
|
|
ARCHIMA | Sí.
| (Parte por la izquierda.) |
|
|
CLEODON | Amor,
¿qué aventura es esta | | que ha llenado a un tiempo
mismo, | 400 | mi corazón de alegría, | | y
de recelo? Estos indios | | que dice... ¿mas como en tanto
| | tiempo, como aquí vivimos, | | no hemos descubierto
algunos | 405 | con haber los dos corrido | | indistintamente
todos | | estos contornos? Dios mío, | | que golpe
para Timante, | | que libre de este conflicto | 410 | se creía.
Ya de entrambos | | es infalible el peligro, | | si atiendo
a las expresiones | | de esta joven. Si, pues dijo | | que
si los indios me vieran, | 415 | me darían vengativos
| | la muerte, y quién sabe, si ella | | misma, les
habrá ya dicho | | mi pobre albergue, y crueles...
| | ¡Ah, qué agravio el temor mío | 420 | hace
a su virtud! Archima | | no es capaz, no, no de un delito
| | tan atroz. Yo he visto en ella | | un carácter
muy sencillo | | y humano, para temer | 425 | tan execrable
artificio. | | ¡Mas que importa, si él acaso | | puede
traer a este sitio | | a alguno de ellos, y dar | | éste
a los demás aviso! | 430 | ¡Ah, que este sólo
discurso, | | acabara el regocijo | | que me pudiera caber
| | de esta aventura, el hechizo | | de aquella india, con
qué | 435 | sorpresa amable el vestido | | miraba!
¡con qué graciosa | | sonrisa, del desaliño
| | de mis armas se burlaba! | | ¡y con qué dulce
atractivo | 440 | clavaba sus ojos bellos | | muchas veces
en los míos! | | Yo fuera el más venturoso
| | de los hombres, si tranquila | | y lejos de estos contornos
| 445 | odiosos, me viera unido | | a su hermosura, mas es
| | tan imposible... | (Por la izquierda TIMANTE
regocijado.) |
|
|
TIMANTE | Sobrino
| | ven, ven y conduciremos | | entre los dos a este sitio,
| 450 | dos pequeños llamas, que | | ahora en la red
han caído | | incautamente. ¡Qué piensas!
| | (CLEODON, mirándole con dolor, y dando un
profundo suspiro.) | vamos apriesa. Este chico
| | quiere acabar, según veo, | 455 | en cuatro días
conmigo. | | Vaya, ¿qué suspiros son | | esos, ahora?
Ha venido | | papá a la memoria. ¿eh? | | Y bien,
¿qué? si el cielo mismo | 460 | ha decretado ya que
ambos | | quedemos en este sitio, | | ¿revocará su
decreto | | por que estemos de continuo | | llorando nuestra
desgracia? | 465 | Lo sientes, pues hijo mío, | | yo
también, que ya soy viejo | | y (si la verdad te digo)
| | deseaba descansar. | | Pero si el que manda, quiso
| 470 | que muramos como bestias | | aquí, quid faciendum,
hijo? | | Fuera de que, ¿qué sabemos? | | Yo todavía
confío | | que el día menos pensado, | 475 |
nos ha de sacar propicio | | de esta isla. |
|
|
CLEODON | Ah,
ya Señor, | | el esperarlo es delirio. | |
|
|
|
CLEODON | Sí,
ya es más cruel | | que pensáis nuestro destino.
| 480 |
|
|
TIMANTE | ¿Cómo? explícate muchacho, | | no me andes con embolismos | | y pataratas. ¿Qué
hay? | |
|
|
|
TIMANTE | Vaya
otro poquito | | de preámbulo, mas ¿dónde
| 485 | (Reparando en el arco.) | hallaste, ese arco, sobrino?
| | ¿qué aljaba es esa? |
|
|
|
|
CLEODON | ¡Ah
amable tío! | | (Penetrado de dolor.) |
|
|
|
CLEODON | Lo que yo quise encubriros
| 490 | y vos deseáis saber, | | para mí sólo
es nocivo | | y doloroso. Sabed, | | que a la espalda de
aquel risco | | viven unos indios bravos, | 495 | hechos,
según los indicios | | a ejercitar su crueldad, | | en los tristes, que impelidos | | de una tormenta, naufragan
| | en estas costas. Yo he visto | 500 | sólo a una
joven, que ha poco | | que se alejó de este sitio,
| | después que me dio la nueva | | infausta que habéis
oído. | | Sí, a una joven, mas, ¡qué
joven | 505 | Señor! Jamás habréis visto
| | criatura más perfecta. | | Habla aquel idioma
mismo | | que hablan en Coromandel | | los indios establecidos
| 510 | en su costa, pero, ah, | | ¡con cuánta más
gracia, tío! | | Ella me ha dado estas armas | | que
tanto os han sorprendido, | | y a ella para siempre, ya
| 515 | Señor, me entregué yo mismo. | |
|
|
TIMANTE |
¿Que dices mocoso? he | | noramala, pues salimos | | con
linda flor a fe mía. | | ¿Quiere Vmd. volverse indio
| 520 | para honrar la estirpe nuestra? | | Por cierto que
era en capricho | | estupendo, piense, piense | | que está
en estado más digno | | de disponerse a morir,
| 525 | que a galantear. |
|
|
CLEODON | ¡Ay
querido | | tío, que vos no sabéis | | cuán
poderoso dominio | | es el de sus ojos! Yo | | lo confieso
y no he podido | 530 | resistir más el encanto | |
de sus gracias. Si vos, tío, | | vierais qué
inocente, bella, | | y... |
|
|
TIMANTE | Sí,
sí, lo que yo he visto | | es, tu fatuidad. Yo doy
| 535 | que sea todo un prodigio | | la india, ven acá
mozuelo | | temerario, ¿quién te ha dicho | | que
la volverás a ver | | jamás? Yo doy que a este
sitio | 540 | vuelva, porque tú te mueras | | por sus
gracias, ¿es preciso | | que ella corresponda? Mas, | | yo
doy que correspondido | | te veas ¿qué hemos de hacer?
| 545 | Lo que dije, ir a ser indios, | | ¿no es verdad?
|
|
|
CLEODON | Yo
reflexiono | | aún más de lo que habéis
dicho, | | pero al acordarme de ella, | | hablo ingenuamente,
tío, | 550 | olvido la situación | | en que
nos vemos, olvido | | mi patria, mi padre, y aún
| | me olvido yo de mí mismo. | | Señor, amor
no respeta, | 555 | según lo que ahora he visto, | | situación, lugar, ni edad. | | Él tiene un
igual dominio | | en el mozo, y en el viejo, | | lo mismo
entra en los pajizos | 560 | techos, que en los opulentos
| | palacios. |
|
|
TIMANTE | Cierto
es, sobrino, | | pero la razón del hombre, | | no
debe darse a partido | | con él cuando ve el estrago
| 565 | que ha de causarle. |
|
|
CLEODON | Sus
tiros | | son irresistibles. |
|
|
TIMANTE | Otra
| | necedad, oro delirio. | | El hombre es a sus pasiones
| | superior siempre, y yo he visto | 570 | que no ha triunfado
el amor | | de mí, cuando no he querido. | | En fin,
vamos a traer | | los dos llamas que te he dicho, | | y en
tanto meditaremos | 575 | algún acertado arbitrio,
| | para salir del aprieto | | en que están, según
has dicho, | | nuestras vidas, y tu amable | | tranquilidad.
|
|
|
CLEODON | No
replico, | 580 | pero por el tierno amor | | que siempre me
habéis tenido, | | os ruego, que no culpéis
| | mi pasión, hasta haber visto | | el objeto que
le engendra. | 585 |
|
|
TIMANTE | Bien, bien, la maña imagino
| | que valdrá más que la fuerza | | en este
asunto, y el chico | | que es dócil... Sí,
vaya, vamos | | Cleodon. | 590 |
|
|
CLEODON | Señor,
ya os sigo, | | en vano mi tío quiere
| | (Aparte.) | que dé este amor al olvido, | | cuando ni para
olvidarla | | me ha dejado ella albedrío. | 595 |
|
|