![Arriba](/s3/BVMC_OBRAS/ff1/1ab/068/2b1/11d/fac/c70/021/85c/e60/64/mimes/../botup.gif) Acto segundo
|
|
La misma decoración, con que acabé
el primer acto, pero deshecha enteramente la choza. Al descubrir
la escena aparecen CLEODON y TIMANTE sentados, el uno adelgazando
con un cuchillo de pedernal un palo, para hacer alguna flecha,
y el otro abriendo ostras, y echándolas en una de
dos cáscaras de coco, que tendrá a su lado
llenas de agua.
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TIMANTE |
Cleodon, ya tarda mucho | | la india, para que pensemos | | cosa buena de ella, Dios
| | perdone el mal juicio que he hecho, | | pero qué
se yo. |
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CLEODON | No
así | 5 | ofendáis con tan funesto | | temor,
su inocencia, tío. | | Es demasiado sincero | | su
corazón, para que halle | | lugar jamás en
su seno | 10 | la falacia. |
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|
TIMANTE | Poco
sabes | | tú, de cuan sutiles medios | | se valen
los hombres, para | | disfrazar sus pensamientos. | | Sus
semblantes y palabras | 15 | artificiosas, observo | | que
nos dicen lo contrario | | de lo que queda en sus pechos
| | las más veces, y no es | | cordura, hacer un concepto
| 20 | bueno, o malo, de uno, sólo | | porque en su
voz, o su aspeto | | vio la verdad, y el candor | | retratados.
Ya en fin hemos | | demolido nuestra choza | 25 | para no
ser descubiertos | | tan fácilmente. Ahora resta
| | levantar otra de nuevo | | en paraje más oculto.
| |
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CLEODON | En ninguno, tío, pienso | 30 | que estaremos
más seguros | | que en ese bosque. |
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|
TIMANTE | Del
mismo | | dictamen soy, y aunque vea | | tan patente nuestro
riesgo, | | nosotros, para evitarle, | 35 | pongamos todos
los medios | | posibles, que lo demás | | corre a
cuenta de los cielos. | | Solo que esta india... ya | | se
pone el sol, y me temo | 40 | que hemos de dormir los dos
| | por esperarla al sereno. | | No, no lo haré yo
a fe mía, | | seguro está, en concluyendo
| | esta flecha, me voy. |
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|
CLEODON | Tío,
| 45 | cuando mandéis, pero al menos | | dejad que
acabe de abrir | | las ostras que quedan, puesto | | que
he empezado. Ah, Archima, | | (Aparte.) | ¡cuántos
sustos me cuestas! |
|
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TIMANTE | Convengo | 50 | (Con
intención.) | en ello, como no tardes. |
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|
TIMANTE | Piensas que no entiendo | | tus lilailas,
¿eh? pues no, | | no las mamo. |
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|
CLEODON | Ya
allí creo | | (Mirando adentro.) | que viene. Sí,
si venturas | 55 | (Levantándose.) | ella es. |
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TIMANTE | Vaya,
yo me alegro, | | porque ya me olía mal | | su tardanza.
|
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(ARCHIMA por la izquierda del centro.)
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ARCHIMA | Ya
allí veo | | a mi Cleodon, mas ay, | | con él
está un hombre viejo, | 60 | no, yo me vuelvo, no sea
| | que ahora que me tienen lejos | | de todos los míos,
quieran | | matarme. |
|
|
CLEODON | ¿Qué
miro? ella | | se va, porque en este puesto | 65 | me ve con
otro. Detente | | (Camina hacia ella.) | Archima, y pierde
el recelo, | | pues ese que ves conmigo | | viene a ofrecerte
el respeto | | mismo, que yo. |
|
|
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|
ARCHIMA | De ese modo nada temo. | | (Alarga
la mano a CLEODON, y vienen a TIMANTE.) |
|
|
TIMANTE |
No dijo mal mi sobrino, | | que es hermosa con extremo
| | la india, y el aire inocente | | de sus acciones, es cierto
| 75 | que cautivará a cualquiera. | | (Al llegar
ARCHIMA a TIMANTE se arrodilla.) |
|
|
ARCHIMA | Señor...
yo... | (Mirándole con turbación.) |
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|
TIMANTE |
¿Qué
haces? del suelo | | levanta, ven a mis brazos, | | estrecha,
estréchate en ellos. | |
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|
ARCHIMA | ¡Qué afable
es también! ¿Y es este | 80 | tu padre?
| (A CLEODON.) |
|
|
CLEODON | No,
mas es deudo | | cercano mío. |
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|
ARCHIMA | ¿Y
tu casa? | | (Registrando la escena.) |
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|
CLEODON | Ya los dos
la hemos deshecho, | | por temor de que los indios | | nos
descubran. |
|
|
ARCHIMA | Yo
me alegro, | 85 | porque estoy con tal zozobra | | (Con sencillez.) | desde que te vi... son fieros | | y crueles, tanto...
mira, | | yo os llevaré en el momento | | a un sitio,
donde estaréis | 90 | seguros, porque los nuestros
| | desde que una tempestad, | | que envió un maligno
genio | | hizo perecer a cuantos | | vivían allí,
de miedo | 95 | ni aún a sus contornos llegan. | |
Es un valle muy ameno, | | situado entre esos montes, | |
desde donde con estruendo | | baja al mar un caudaloso
| 100 | río, en la falda de ellos | | hay muchas cavernas,
que | | es darán alojamiento | | muy cómodo,
y sobre todo | | seguro. ¿Vendréis? |
|
|
CLEODON | Sí,
pero | 105 | ¿has de ir tú allí a visitarnos?
| |
|
|
ARCHIMA | Pues ¿qué he de hacer, si sin veros | |
no puedo estar? Y también | | os llevaré algún
sustento | | cuando pueda. |
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|
TIMANTE | Yo
os doy gracias | 110 | (Aparte.) | mi Dios, por el gran
consuelo | | que por tan raro camino | | nos envías.
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ARCHIMA |
Un
mancebo | 115 | con quien Tucapel, mi padre, | | quiere unirme.
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CLEODON | ¿Qué
oigo cielos? | | Y tú... | (Sobresaltado.) |
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|
ARCHIMA |
Yo,
antes de verte | | le quería mucho, pero | | si ya
hasta el verle me enfada. | 120 |
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CLEODON | Ah,
tú, luego | | le volverás a querer. | |
|
|
ARCHIMA |
Eso como he de saberlo | | yo, ¿ni tú? lo que yo
sé | | es, que ahora no le quiero, | 125 | y a ti sí.
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|
ARCHIMA | ¿Y eso como he de ofrecerlo | |
yo? Díselo a mi memoria, | | y ella que lo haga.
|
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TIMANTE | No
el tiempo | | perdamos, sobrino, en una | 130 | plática
que dé provecho | | no es ahora, lo que importa | | es salir pronto de el riesgo | | en que estamos. |
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ARCHIMA |
Pues
mirad, | | voy a examinar primero | 135 | si hay por aquestos
contornos | | quien nos pueda ver, y vuelvo. | |
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(Vase.
Al partir ARCHIMA se le cae un pequeño libro de memorias,
y CLEODON corre a cogerle.)
|
TIMANTE | Cleodon,
mira lo que allí | | se la cayó, porque luego
| | se lo vuelvas. |
|
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|
TIMANTE | Conozco
| 140 | que el muchacho con efecto, | | tenía razón.
|
|
|
CLEODON | Un
libro | | de memorias es, compuesto | | de unas cortezas
delgadas | | de árbol. |
|
|
TIMANTE | ¿En
este desierto | 145 | libros de memorias? Trae, | | (Le da CLEODON el libro, y TIMANTE le abre.) |
trae, ¿unos indios groseros, | | y salvajes tal finura?
| | No lo creyera a no verlo. | | Calla, pues todas sus hojas
| 150 | están, a lo que yo entiendo, | | escritas con
una punta | | de alfiler, u otro instrumento | | agudo. ¡Oh!
¡Dios! y en idioma | | inglés, Cleodon, yo sospecho
| 155 | que algún infeliz, que aquí | | naufragó,
y fue de estos fieros | | indios, víctima funesta,
| | le dejaría. |
|
|
CLEODON | Apuremos
| | el misterio, tío, ved | 160 | lo que dice. |
|
|
TIMANTE |
Sí,
sí, leo | | mientras vuelve Archima. Mala | | letra
es, mas veré si acierto | | a leer algo.
| (Lee.) | Aunque sólo hablo ahora con las peñas,
como hay más desgraciados que yo en el mundo, y es
factible, que alguno de ellos arribe a estos desiertos, quiero
fiar a estos cortezas mis desgracias, porque si alguno las
leyese compadezca mi memoria. |
|
|
|
|
TIMANTE |
Veremos
| 165 | si es que lo dice. Yo estoy | | con mucho desasosiego,
| | a la verdad, para leer | | aventuras, estos perros...
| |
|
|
CLEODON | Yo estaré alerta, señor, | 170 |
no temáis. |
|
|
TIMANTE | Es
que no tengo | | ganas, de que con mis carnes | | maten el
hambre, mas leo, | | leo, que también a mí
| | en curiosidad me ha puesto. | 175 | (Lee.) | Mi nombre
es Leonida... | | ¡Ay de mí! |
|
|
CLEODON | ¿Qué
oigo? | | (Lee.) | Y el de mi esposo Timante. | (A un tiempo exclaman como sorprendidos. TIMANTE y CLEODON,
estrechándose mutuamente en sus brazos.) |
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TIMANTE | Cleodon.
| | (Los dos a un tiempo) |
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|
|
TIMANTE | Ay
mi Cleodon, ¿qué es esto? | | ¿Sueño, deliro?...
Buen Dios, | 180 | favor, pues yo desfallezco. | |
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|
CLEODON | Tío,
no os desconsoléis, | | y pues veis que este suceso
| | nos interesa ya tanto, | | de saberle procuremos. | 185 |
|
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TIMANTE |
Dices bien, cruel memoria | | déjame ver, por lo
menos, | | las desgracias a que yo | | expuse a aquel
dulce objeto | | de mi ternura. | (Lee.) | Mi esposo
me hizo embarcar en las costas de Coromandel, para pasar
a Francia, pero nuestro navío quebrantado por una
recia tormenta, hizo al mar depositario de cuanto llevaba,
y sus furiosas olas nos arrojaron a unas playas desconocidas.
Yo no sé lo que sería de mí, por que
rendida a un largo desmayo, sólo sé que al
volver de él me hallé cercada de mujeres de
una figura extraordinaria, y cuya lengua me era absolutamente
desconocida. Condujéronme a una profunda caverna,
donde entraban unas en pos de otras, y en ella descubrí
cercados de muchos indios, dos infelices, que inmediatamente
conocí ser marineros de nuestro perdido navío.
Estaban amarrados a unas columnas que sostenían la
bóveda de aquella caverna. Acerqueme a ellos, y segura
de que ninguno de los bárbaros entendía nuestra
lengua, les pregunté por qué causa les tenían
así, y en donde nos hallábamos. Entonces me
dijeron que por salvar mi vida habían tomado tierra
en aquella playa, que según los indicios era habitada
de bárbaros acostumbrados a alimentarse de carne humana. |
|
|
TIMANTE | ¡Ay
Leonida! | 190 | ¡qué fin tan triste y funesto | | sería
el tuyo! |
|
|
CLEODON | ¿Quién
sabe, | | señor? Quizá el santo cielo | | la libraría, leed, | | leed, veamos el resto | 195 |
de su historia. |
|
|
TIMANTE | El
llanto, apenas | | Cleodon, me deja hacerlo. | | (Lee.) | Este discurso me enterneció sobre manera,
pero los salvajes que lo notaron, se hincaron de rodillas,
y con espantosos aullidos, que yo no entendía me aseguraron
de su respeto. Condujeron inmediatamente aquellos infelices
a una espaciosa pradería, en cuyo centro les ataron
a dos árboles. A su rededor se fueron ordenando los
bárbaros, y en una altura se colocó uno de
ellos a quien parecían obedecer los demás.
Las mujeres estaban en pie detrás de los hombres,
y todos guardaban un profundo silencio, si bien le interrumpieron
pronto con mil horrendos gritos que les hizo dar el gozo
de ver que el principal salvaje, había disparado una
flecha al corazón de uno de aquellos dos infelices.
A esta señal, se levantaron todos, y disparando sus
prevenidos arcos, llenaron de heridas su miserable cuerpo.
Esta ceremonia me horrorizó de modo caí desmayada,
ahorrándome este accidente el dolor de ver igual destino
en su compañero. Las mujeres que me habían
conducido allí, me llevaron inmediatamente a la caverna,
donde apenas volví en mi acuerdo, esperaba que tuviesen
mis desgracias el mismo fin que habían tenido las
suyas, pero me engañó mi recelo, pues sólo
recibí de aquel bárbaro pueblo respetos y sumisiones. |
|
|
CLEODON | Gracias a Dios, que yo estaba, | | con harta razón,
temiendo | | lo mismo. |
|
|
TIMANTE | Y
yo, mas quién sabe | 200 | si convertirían luego
| | su compasión en fiereza. | |
|
|
CLEODON | Proseguid,
y lo veremos, | | tío. | (Lee.) |
|
|
|
TIMANTE
Luego
que llegó el término de mi embarazo, se juntaron
todos en mi caverna, para ser testigos de mi parto, y apenas
di a luz una niña, cuando las mujeres la arrebataron
con muestras de el mayor regocijo. Yo no supe a que atribuirle,
hasta que habiendo naufragado poco después un navío,
y habiendo abordado a la isla su tripulación, y una
mujer que pudieron salvar, esta fue respetada como yo, y
todos los marineros sacrificados cruelmente, de lo cual inferí
que su inhumanidad se extendía a solos los hombres.
Entonces bendije al cielo muchas veces, porque se dignó
darme una hija sobre la cual no ejercerían su barbarie.
Yo hace un año que estoy entre ellos, criándola
bajo sus mismas costumbres, forzada de el dominio que gozan
sobre nosotros. Sus inocentes gracias... |
|
CLEODON | ¿Con
qué al fin, | | sin saber el paradero | 205 | de hija
y madre nos quedamos? | |
|
|
TIMANTE | Así parece que el
cielo, | | (Hojeando el libro.) | lo quiere. Ay hija,
ay esposa | | querida. |
|
|
CLEODON | Si
por lo menos | | supiéramos si existían...
| 210 | yo ofrecía desde luego | | buscarlas, aunque pusiera
| | mi vida, en el mayor riesgo. | |
|
|
TIMANTE | ¡Ay Cleodon!
que ya todas | | mis esperanzas, murieron | 215 | era un instante.
Mas ¡oh | | buen Dios! | (Regocijado.) |
|
|
|
TIMANTE | ¿Qué
veo? | | En la hoja postrera, hay | | más escrito.
|
|
|
CLEODON | Pues
leedlo, | | tío, quizás... |
|
|
TIMANTE | Oye.
| (Lee.) | Después de un año de penas, muero. Oh tú,
Señor del universo, árbitro Soberano de todas
las criaturas, a quien jamás dejé de adorar,
pues la quitas el consuelo que en mí tenía,
dígnate de cuidar de la inocente Archima. | (A un tiempo, entre sorprendidos, y alborozados.) |
|
|
|
TIMANTE | ¿Podrá
ser esto, | | verdad. Cleodon? ¿esa india | | cuyo inocente
gracejo | | y hermosura, cautivaron | | mi corazón
ha un momento, | 225 | es hija mía? |
|
|
CLEODON | ¿Quién
sabe | | los admirables secretos | | de la providencia,
puede | | dudarlo, por raro, nuevo, | | y prodigioso que
sea | 230 | el caso? |
|
|
TIMANTE | Yo
te confieso | | que no sé lo que me pasa | | Cleodon.
Ay hija, el contento | | de hallarte, en dolor se vuelve
| | cada vez que considero | 235 | tu situación, y la
mía. | |
|
|
CLEODON | Querido tío, yo os ruego
| | que no por esto, dejéis | | de proteger nuestro
tierno | | cariño. Dejad que el lazo | 240 | de la sangre,
con que el cielo | | nos ha unido, el de un amor | | puro,
le haga mas estrecho. | | No atendáis a que no es
| | el estado en que nos vemos, | 245 | propio para fomentar
| | esa pasión. |
|
|
TIMANTE | Sí,
yo ofrezco | | uniros, si el que hoy se vale | | de este
inesperado medio | | para hacerme conocer | 250 | una hija que
tanto tiempo | | lloro perdida, nos saca | | a los tres
de este desierto | | abominable, y nos lleva | | a mejor
clima. |
|
|
CLEODON | Yo
acepto | 255 | vuestra palabra, señor, | | y pediré
al justo cielo | | que recompense por mí | | vuestra
benignidad. |
|
|
TIMANTE | Pero
| | mira, que mientras vivamos | 260 | aquí, es fuerza
que ese tierno | | amor, reprimas. Cuidado | | Cleodon,
tú eres mozuelo, | | y amante, Archima sencilla | | y el sitio... Vaya, yo espero | 265 | que respetes su inocencia,
| | y ni aún con el pensamiento | | ultrajes las
dulces leyes | | de la virtud. Yo no creo, | | que serán
muchas las veces, | 270 | que os dejará ya mi celo | |
hablar a solas, con todo, | | no abuses en ningún
tiempo | | de la confianza. que haga | | de tu honradez,
pervirtiendo | 275 | su corazón , por que entonces...
| | Pues a fe que lo que tengo | | de dulce, tengo de
amargo | | también, si a enojarme llego. | |
|
|
CLEODON |
No temáis que yo me olvide | 280 | de quien soy. |
|
|
TIMANTE |
Así
seremos | | amigos, pero si no, | | sobrino, mira que
tengo | | malas vueltas, en llegando | | a unos asuntos como
estos. | 285 | Mas ya tarda demasiado | | Archima, ah, si ella,
el secreto | | supiera... Cleodon, mejor | | será,
que tú en este puesto | | aguardes por si ella vuelve,
| 290 | mientras yo hasta al monte llego | | a ver si la encuentro.
|
|
|
CLEODON | No,
| | yo iré, y volveré más presto.
| |
|
|
TIMANTE | Pues bien, corre, pero cuenta | | con lo dicho.
Yo bien veo | 295 | (Vase CLEODON por la izquierda.) | que el mozo es bien inclinado | | pero al cabo, es
mozo, y vemos | | que el diablo anda listo. No, | | él
será muy bueno, pero | | lo seguro, es lo seguro
| 300 | siempre. Ahora volviendo | | a nuestra aventura, ¿quién
| | no ha de admirar los secretos | | juicios de la Providencia?
| | ¿Por dónde yo, en el momento | 305 | que las olas
me arrojaron | | a estos áridos desiertos, | |
había de persuadirme | | que podría hallar
en ellos, | | no solamente una exacta | 310 | noticia, de los
sucesos | | extraños de mi Leonida, | | sino al
mismo fruto tierno | | de nuestra unión, que con ella
| | le creía yo ya muerto | 315 | antes de salir al mundo?
| | Vaya, cada vez me vuelvo | | más el juicio.
En tantos meses | | no haber aquí descubierto | |
más que a una inocente india, | 320 | y ser ésta
nada menos, | | que mi hija. Ella no sabe, | | si a sus
palabras atiendo | | y a el año en que falleció
| | su madre,) quién es, con que ello, | 325 | si Leonida
no escribiese | | en este libro el suceso, | | y viniese
hoy a mis manos, | | yo tratara mucho tiempo | | a Archima,
sin saber que era | 330 | cosa mía. ¿Y que haya necio
| | que no espere de la sabia | | providencia de los cielos,
| | en el conflicto mayor | | algún socorro? Confieso
| 335 | mi poca fe, y de ello ahora | | con lágrimas me
arrepiento. | | Señor, humilde os tributo | | todas
las gracias que debo, | | por la gran misericordia | 340 | que
hubisteis de mí, y espero | | que coronéis
vuestra obra, | | sacándonos de este seno | | de
la impiedad. Sí, mi Dios, | | llevadnos donde contentos
| 345 | felices y agradecidos | | os vivamos, bendiciendo
| | por tan grande beneficio | | sin cesar el nombre vuestro.
| | (Dentro.) |
|
|
|
TIMANTE | ¡Ay
de mí! La voz | 350 | de Cleodon, o yo sueño,
| | es la que he oído. | (Dentro.) |
|
|
|
TIMANTE | Sí,
sí, ¿justo cielo | | que será? Si los feroces
| | indios... ¿En qué me detengo | 355 | que no voy a
verlo? ¡Ah, | | cuanto este golpe funesto | | temía!
Señor, a ti | | ea esta aflicción apelo. | | (Al partir TIMANTE por el centro, sale ARCHIMA por
la derecha.) |
|
|
|
TIMANTE | ¿Cómo,
| 360 | cuando escucho los lamentos | | de Cleodon? | |
|
|
ARCHIMA |
Ah,
ya en vano | | a librarle aspiras, preso | | se le lleva
ya Gomel | 365 | con una tropa de fieros | | indios, que a reconocer
| | aquesta costa salieron | | esta tarde. Yo venía
| | a avisártelo corriendo, | 370 | cuando desde aquella
altura | | vi a Cleodon, que con ellos | | dio sin pensar,
y porque | | no cayeras tú en el riesgo | | mismo,
me vine en tu busca. | 375 |
|
|
TIMANTE | Archima, tú nos has
muerto | | con tu tardanza. |
|
|
ARCHIMA | Yo
quise | | apartarlos de este puesto | | a donde se dirigían,
| | y lo conseguí en efecto, | 380 | pero el seguir Cleodon
| | otro camino diverso | | del que yo traía... |
|
|
TIMANTE | Ya
| | el infeliz, sin remedio | | será víctima
funesta | 385 | de esos bárbaros. |
|
|
ARCHIMA | Sí,
tengo | | por imposible salvar | | su vida ya, con todo eso
| | ven, y luego que te deje | | seguro de todo riesgo,
| 390 | iré a implorar la piedad | | de mi padre. El llanto
tierno | | de su hija, ablandará | | su corazón,
y... |
|
|
TIMANTE | Ese
medio | | es inútil si tu sangre | 395 | corriese, como
creyendo | | estas, por sus venas, puede | | que hiciera
su oficio, pero... | |
|
|
|
TIMANTE | No
Archima, | | no es tu padre ese indio fiero | 400 | que dices,
no, más piadoso | | anduvo contigo el cielo | | en
esa parte. |
|
|
ARCHIMA | Pues
como... | | tú me sorprendes con eso, | | si tú
no me has conocido | 405 | hasta hoy, ni en todo ese tiempo
| | que estás aquí, viste a alguno | | de los
míos, yo no entiendo | | cómo sabes, que
no es | | Tucapel mi padre. |
|
|
TIMANTE | Luego
| 410 | te lo contaré. Di, ¿hay otra | | Archima que tú
en el pueblo? | |
|
|
|
TIMANTE | Y
di, ¿quién te dio este libro | | que te se ha caído?
|
|
|
ARCHIMA | El
mesmo | | Tucapel, a quien mi madre | 415 | se le regaló
en muriendo. | |
|
|
|
ARCHIMA |
Yo
| | no lo sé, porque en naciendo | | yo, se murió.
|
|
|
TIMANTE | Ya
no hay duda, | | (Aparte.) | hija mía. | (Se deja caer en sus brazos penetrada de dolor y alegría.) |
|
|
ARCHIMA | Señor...
cómo... | 420 | (Sorprendida.) | Tú mi padre...
Yo no acierto | | a hablar. |
|
|
TIMANTE | Sí,
tu desgraciado | | padre es éste que estás
viendo, | | Archima. En aqueste libro | | dejó
tu madre un compendio | 425 | de sus tristes aventuras, | | y
tu feliz nacimiento, | | por su misma mano escrito, | | a él solamente le debo | | el conocerte. Después,
| 430 | después sabrás los sucesos | | raros que
ignoras. |
|
|
ARCHIMA | Estoy
| | absorta, y toda yo tiemblo | | sin saber porqué,
¿si este hombre | | me engañara? Yo me acuerdo | 435 |
haber oído al anciano, | | Den, que vino de muy lejos
| | mi madre aquí y que no hablaba | | en la misma
lengua que ellos. | |
|
|
TIMANTE | No dudes de mi verdad | 440 | hija
mía. |
|
|
ARCHIMA | Demás
de eso, | | yo quiero tanto a este anciano | | desde el instante
primero | | (Aparte.) | que le vi... |
|
|
TIMANTE | Yo
soy el triste | | padre que te ha dado el cielo, | 445 | y ese
infortunado joven, | | a quien su destino adverso | | prepara
un fin tan sensible, | | es tu primo, hijo de un tierno
| | hermano mío. Bien ves | 450 | Archima querida, el
nuevo | | interés que tomar debes | | en su vida.
Ya es tu deudo, | | y tu amante, con que no | | desperdiciemos
momentos | 455 | más preciosos. Vuela, vuela, | | en su
favor ruega, implora | | la piedad de esos perversos,
| | vierte lágrimas, emplea | | las gracias que te
dio el cielo, | 460 | en ablandar sus feroces | | corazones.
No dejemos | | que hoy a sus manos perezca, | | el más
tierno y dulce objeto | | de ambos, si aspiras a dar | 465 |
a tu padre algún consuelo. | |
|
|
ARCHIMA | Sí, sí.
Yo iré, pero no | | por salvarle a él arriesguemos
| | lo mejor. Ven, ven conmigo, | | y te dejaré
primero | 470 | en un paraje del bosque, | | donde sin ningún
recelo | | pases la noche, que yo | | iré a emplear
mis esfuerzos | | después, para libertar | 475 | a Cleodon,
y al momento | | que amanezca te traeré | | cuenta
de todo. |
|
|
TIMANTE | Pues
presto, | | presto Archima, y no acudamos | | cuando no
tenga remedio. | 480 |
|
|
ARCHIMA | Sí, vamos, que yo confío
| | que el sol oirá mis ruegos. | |
|
|
TIMANTE | Y tú,
mi Dios, pues que ves | | la amargura en que mi pecho
| | se anega, o darme valor, | 485 | o enviarme algún
consuelo. | |
|
|
|
(Vanse.)
|