Acto tercero |
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El telón de enfrente representa
un trozo de monte con varias cavernas que se descubren sin
orden entre su maleza. Arrimada a los bastidores una con
entrada practicable. El teatro enteramente obscuro, y por
la derecha salen GOMEL y ARCHIMA.
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GOMEL |
Pisa quedo, y no malogres | | este sacrificio que hago | | por complacerte. En aquella
| | caverna yace, esperando | | su destino, ese infeliz
| 5 | por quien te has interesado. | | Lleguemos, que yo te
ofrezco | | hacer esta noche cuanto, | | sea dable por ganar
| | la voluntad de los cuatro | 10 | indios que le guardan.
Se | | que nuestras leyes quebranto, | | que mi opinión
aventuro, | | y mis hazañas ultrajo | | con esta acción
sola, pero | 15 | la ceguedad con que te amo, | | me hace
atropellarlo todo. | | Te conozco, y me persuado | | que
es tu piedad solamente | | la que te interesa tanto | 20 |
hacia su vida, pues si otro | | fin llevaras, que en agravio
| | de mi amor fuera, te juro | | por los dioses que idolatro,
| | sí, por este fuego mismo | 25 | en que gozoso me
abraso, | | que antes que de mi recelo | | sintiera el dolor
amargo, | | en su sangre vil me viera | | satisfecho. En
fin yo parto | 30 | a servirte, tu un instante | | me aguarda
aquí, y piensa en tanto | | qué recompensa
merece | | el sacrificio que hago. | | (Entra en la caverna.) |
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ARCHIMA | Sí, yo sé que merecías
| 35 | la dicha que has suspirado | | siempre, pero no soy dueño
| | ya de mí. Tú vas incauto | | a dar la vida,
a quien hoy | | te quita lo que has amado | 40 | más
en el mundo, lo veo, | | y veo que este agasajo | | es a
mi amor, pero no | | puedo menos de pagarlo | | con la ingratitud
más vil | 45 | y abominable. Ah, de cuanto | | rubor,
me servirá siempre | | un proceder tan villano. | | Yo te amaba, el sol lo sabe, | | y hubiera sido mi mano
| 50 | tuya, como el corazón | | lo era ya, pero los
hados | | me hicieron ver a ese joven | | infeliz, que tan
amargo | | dolor me cuesta, y sus gracias | 55 | de modo me
enamoraron, | | que desde aquel mismo instante, | | comenzó
a causarme enfado | | el acordarme de ti, | | el por qué,
yo no le alcanzo. | 60 | Tan sólo sé que no
pude, | | aunque quise, remediarlo, | | y que cada vez me
llegan | | más al alma sus quebrantos, | | desde que
oí que es mi sangre | 65 | la misma que circulando
| | va por sus venas. Sí, antes | | me alejaba de
tus brazos, | | sólo mi amor, pero ya | | a más
de mi amor, me hallo | 70 | con otra razón más
fuerte | | que me obliga a abominarlos. | | El ver que es
otro mi origen, | | según mi padre ha contado, | |
y haberme dicho que el dios | 75 | que los míos adoraron
| | me prohíbe que te quiera... | | ¡Ay! ya en admitir
tu alago | | fuera culpable, y así | | perdóname
si no pago | 80 | tu amor como él se merece, | | pero
vive asegurado, | | que mientras dure mi vida, | | durará
en mi pecho hidalgo | | la memoria de tus dulces | 85 | finezas,
y que tan grato | | me será tu nombre, como | | el
mismo que estoy amando. | | Pero ya tarda Gomel | | (Mirando
a la caverna.) | mucho, y yo no hallo descanso | 90 | hasta
ver a Cleodon | | libre del riesgo. ¿Si acaso | | los indios
se obstinarán | | en guardarle? ya he escuchado | | (Acercándose a la caverna.) | rumor, ¿si será
Gomel | 95 | no más? ¿si vendrá mi amado | |
con él? si, dichas. ¡Oh! quiera
| | (Mirando adentro.) | el sol, que hasta asegurarnos, | | sepa yo disimular
| | (Va aclarando.) | mi placer, o mi quebranto. | 100 |
(Por la puerta de la caverna GOMEL, registrando la escena,
y poco después CLEODON.)
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GOMEL | Solo está,
llega, aquí tienes | | bella Archima, lo que tanto
| | anhelabas. Mis promesas, | | y mi autoridad triunfaron
| | de el celo y temor de aquellos | 105 | indios, a cuyo
cuidado | | estaba aquese infeliz. | | Ya he quitado de sus
manos | | y pies, los pesados hierros | | que le oprimían,
y ufano | 110 | le traigo, donde rendido | | vea a quien debe
el milagro | | que admira, ya queda libre, | | y tu obedecida.
En cambio | | de esta fineza, no quiero | 115 | más
que creas que te amo, | | y que quien por complacerte | |
hoy atropella el sagrado | | de sus leyes, no habrá
hazaña | | que no emprenda temerario. | 120 | Tú,
ya venturoso joven, | | pues el día, disipando | |
viene ya las tristes sombras | | de la noche, de este infausto
| | recinto, huye, y pues yo | 125 | no puedo irte acompañando
| | hasta dejarte en paraje | | seguro, toma este arco | | y esta aljaba, con que puedas | | defenderte en cualquier
caso. | 130 | Recibe este corto obsequio | | del más
temible contrario | | de tu especie y parte, pero | | tu
sabido que la mano | | misma que hoy te da la vida, | 135 | te la quitará alentado | | mañana, si por
desgracia | | te halla su insensible brazo. | |
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CLEODON | Indio
animoso, pues tú | | confiesas que este agasajo
| 140 | se le debo a esta india bella, | | y no a ti, no será
extraño | | que a ella, y no a ti consagre | | mi
gratitud, pues al cabo | | a quien yo nada he debido
| 145 | creo que con nada pago. | | (Aparte.) | A ti joven compasiva,
| | (fingir aquí es necesario | | que no la conozco
) pues | | vida y libertad alcanzo | 150 | por ti, sin saber
lo que | | en mi favor te ha empeñado, | | sólo
te diré que creas | | que si propicios los hados
| | favorecen mis designios, | 155 | te haré ver noble
y bizarro, | | como agradezco la vida | | que hoy recibo
de tu mano. | |
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ARCHIMA | Tu oferta estimo, mas vete | | que
ya el día va llegando, | 160 | y estás en mucho
peligro | | si te ven. |
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CLEODON | El
cielo santo | | premie tu piedad. |
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CLEODON | Ay
amado | | dueño, mis ojos te digan | 165 | lo que en
este instante callo. | | (Aparte.) |
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GOMEL | Por aquesa senda vas
| | más seguro. |
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CLEODON | Cree
que si acaso | 170 | nos vemos... |
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CLEODON | Probarás
| | el esfuerzo de mi brazo. | | (Vase.) |
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ARCHIMA | No sabes,
Gomel, lo que | | en mi pecho te ha granjeado, | | esta fineza.
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GOMEL | Tú
sola | 175 | templarás el inhumano | | rencor, que
a estos extranjeros | | profesé. En fin ¿he logrado
| | que te des por bien servida? | |
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GOMEL | ¿Y
premiarás con tu mano | 180 | mi amor? |
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ARCHIMA | En
la misma hora | | que mi padre quiera. |
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GOMEL | ¡Oh
acaso | | venturoso! ¿Mudarás | | de opinión?
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ARCHIMA | Los
dioses altos | | me sean siempre enemigos, | 185 | si yo a
mi promesa falto. | | Sé que no querrá mi padre,
| | (Aparte.) | con que bien puedo jurarlo. | |
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GOMEL | Con esa seguridad
| | voy a suplicarle... |
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TUCAPEL | . En
vano | 190 | (Dentro.) | pensaste librarte hoy | | de la
muerte. |
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ARCHIMA | ¡Qué
he escuchado! | | (Sobresaltada.) |
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GOMEL | Sin duda alguna
encontró | | en ese valle cercano | | alguna gente,
y fue preso | 195 | otra vez el desgraciado | | extranjero.
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ARCHIMA | ¡Ay
de mí! | (Con sentimiento.) |
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GOMEL | Tú,
| | Archima, ¿te has inmutado | | al oírlo? | (Con
viveza.) |
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GOMEL | ¿Qué tienes que ver tú,
acaso | 200 | con su destino? Esa extraña | | compasión...
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ARCHIMA | Ah,
que no basto | | a encubrir mi pena, y es
| | (Aparte.) | hacer más cruel el daño. | |
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GOMEL | No sé
que me dice Archima, | 205 | solo sé que ha derramado
| | en mi corazón, un fiero | | tosigo, que yo no
alcanzo | | a disimular, y así, | | si antes le libré
juzgando | 210 | que el interés, que tomabas | | por
él, era efecto acaso | | de piedad no más,
ahora | | que en tus sentimientos hallo | | motivo, para
dudar | 215 | mi ofensa, iré despechado | | a lavarla
con su sangre | | (En acto de partir.) | derramada por
mi mano. | |
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ARCHIMA | Tente Gomel. Yo no sé | | como
templar su inhumano | 220 | furor. | (Aparte deteniéndole
noble.) |
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ARCHIMA | Sólo hacerte ver tu engaño.
| | ¿Si debieras tú la vida | | a ese extranjero bizarro,
| | dejarías de arriesgar | 225 | la tuya por ampararlo?
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ARCHIMA | Pues
qué extrañas que yo | | sienta no poder librarlo
| | del peligro en que se ve, | | cuando debo hoy a su brazo
| 230 | la vida que gozo. |
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ARCHIMA | Como esta tarde bajando | | yo de ese monte, acosada
| | de una fiera, me vio acaso | | desde el valle, y acudiendo
| 235 | con espíritu bizarro | | a reparar mi peligro,
| | salió prontamente al paso, | | y tirándola
una flecha | | que prevenida en el arco | 240 | llevaba, la
obligó a ir | | huyendo por otro lado. | |
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ARCHIMA | Sí,
y no tan solo | | me dio la vida arrestado, | | sino que
por venir luego | 245 | hasta ese bosque guardando | | mi
persona, fue la suya | | presa por ti. Mira acaso | | si
quien piensa como yo | | tendrá motivo sobrado,
| 250 | para contristarse al ver | | su peligro. |
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GOMEL | ¡Ah,
cuánto agravio, | | su amor e inocencia! |
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ARCHIMA |
En
fin, | | pues ya a tus celos he dado | | más satisfacción
de aquella | 255 | que debía, ve inhumano, | | y vierte
la misma sangre | | de un héroe, que dio bizarro
| | la vida a tu dama, premia | | su nobleza así, no
importa | 260 | que yo con dolor amargo | | lo vea, porque
tú vivas | | satisfecho y confiado. | |
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GOMEL | Conozco
mi sinrazón | | Archima, y lloro mi engaño.
| 265 | Veo cuanto me hice digno | | de tu rigor, pero en
tanto | | que busque satisfacción | | correspondiente
a el agravio, | | piensa que no te ofendiera | 270 | yo, sino
te amara tanto. | | (Vase.) |
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ARCHIMA | Ah, quiera el sol
que mi ardid, | | surta a favor de mi amado | | Cleodon,
el buen efecto | | que deseo, pero en tanto | 275 | que se
verifica, amor | | por nuestra parte acudamos | | a reparar
la desgracia | | funesta que está esperando.
| | (Vase.) |
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(Se levanta el telón y se descubren al frente
dos montecillos divididos por un río caudaloso que
se ve bajar a un trozo de mar que se descubre al pie del
de la derecha. En el de la izquierda se dejan ver algunas
cavernas, y de una de ellas, sale TIMANTE mirando a todas
partes, y después de un corto instante dice bajando
a la escena.)
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TIMANTE | Señor, piedad, piedad,
pues | 280 | las fuerzas me van faltando, | | y el desconsuelo
es mayor | | cada vez. Los puros rayos | | del sol, por la
espalda de esa | | cumbre elevada, anunciando | 285 | están
su venida ya, | | y mi Cleodon amado | | no ha aparecido,
ni Archima | | viene a dar a mi quebranto | | noticia de
su destino | 290 | como me ofreció. Ah que en vano
| | me lisonjeó hasta aquí | | la esperanza
de estrecharlo | | segunda vez en mi pecho. | | Ya quizá
el pobre muchacho | 295 | a estas horas habrá sido
| | víctima del inhumano | | furor de esos crudos
indios. | | Sí, sí, ya le habrá alcanzado
| | el mismo destino que | 300 | a los demás que en
tus manos | | cayeron hasta aquí. Ah | | que el tardar,
Archima, tanto... | | al amanecer me dijo | | que vendría.
El día ha entrado | 305 | ya, y no parece, que prueba
| | mayor y más clara aguardo | | de su desgracia.
Y no es esta | | sola, la que está llorando | | mi
amor. Quizá sus afectos | 310 | tiernos e inconsiderados
| | habrán dado a conocer | | a los indios, su extremado,
| | cariño por Cleodon, | | y ellos crueles y airados
| 315 | la detendrán encerrada, | | recelosos de que
acaso | | halle algún otro extranjera | | que la pervierta.
Ah, con harto | | motivo, lo temo. Ella es | 320 | inocente,
muy humano | | su corazón, su amor mucho | | y reciente,
y el estado | | de Cleodon, el más digno | | de compasión,
para que ella | 325 | pudiese, en tan duro caso | | disimular
su dolor. | | No hay duda. Yo perdí a entrambos | | para siempre. Pero ¡oh Dios! | | (Suena un tiro como
de leva, y a poco se descubre una lancha en que vienen AGENOR,
ENRIQUE y MARINEROS.) | ¿qué tiro es el
que he escuchado | 330 | hacia la playa? Yo sueño,
| | un buque... ¿si será engaño?
| | (Regocijándose.) | pues una lancha... No hay duda | | aquí se viene
acercando | | a todo remo. Oh que gozo | 335 | para mí
tan extremado, | | si mi sobrino y mi hija | | estuvieran
aquí, acaso | | tendríamos ocasión
| | oportuna, de alejarnos | 340 | de estos funestos contornos.
| | Pues ello, o yo estoy soñando | | o la construcción...
No, ni es | | de piragua, ni de vaso | | indio. El recelo
con que | 345 | por la embocadura entraron | | del río,
muestra que nunca | | a esta isla han abordado. | | Con todo,
pues se conoce | | que vienen determinados | 350 | a tomar
tierra, ocultarme | | quiero hacia esta parte, en tanto
| | que me aseguro, qué gente | | es. Ah Archima, ay
amado | | Cleodon, ya sin vosotros | 355 | ninguna ventura
aguardo. | |
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(Se esconde entre la maleza, la lancha
aborda, y saltan en tierra AGENOR, ENRIQUE y MARINEROS con
escopeta, menos uno que quedará de guardia en la lancha.)
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AGENOR | Amigos, id prevenidos | | por si entre
aquestos peñascos | | se esconden algunos indios,
| | pues aunque la playa hallamos | 360 | enteramente desierta,
| | y nos haya asegurado | | nuestro piloto, que lo es | | toda la isla, sin embargo | | nunca es malo el precaverse.
| 365 |
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ENRIQUE | Cierto es, y mucho, más cuando | | desesperados
de hallar | | ya, lo que tanto anhelamos, | | sólo
hemos tomado tierra | | con el fin de ir visitando | 370 |
esta isleta, y ver si en ella | | por casualidad hallamos
| | alguna fiera, ave o fruta | | particular que llevarnos
| | abordo, como lo hicimos | 375 | en las que hemos visitado
| | por estas costas. |
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AGENOR | Ah
Enrique, | | que yo aún mi dolor engaño | |
con la esperanza que hasta hoy | | nos ha tenido cruzando
| 380 | inútilmente estos mares. | | Ella es, no debo
negarlo, | | la que me hace tomar tierra | | en esta isla,
sin embargo | | de que pretexte otra cosa. | 385 | Me consuelo,
recordando | | cuanto se hallan los prodigios | | mayores
subordinados | | al poder divino. Y quien | | sabe... |
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AGENOR | En fin, vamos recorriendo
| | la isla, sin alejarnos | | de la lancha, por lo que
| | pueda suceder. |
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TIMANTE | Aunque nada pude oír, | 395 | el
traje está asegurando | | que son extranjeros. Sí
| | yo me determino a hablarles. | |
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(AGENOR y los
suyos van a partir por la izquierda, TIMANTE sale y al oírle,
todos vuelven sorprendidos, en ademán de dispararle.
Él se arrodilla, y AGENOR los detiene, pero todo con
la mayor viveza.)
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TIMANTE | Si estas armas os han dado | 400 | algún
recelo, ya están | | a vuestros pies. | (Arroja
el arco y aljaba.) |
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TIMANTE | ¡Oh
Dios! Agenor. | | (Echándose AGENOR precipitadamente
en los brazos de TIMANTE.) |
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TIMANTE | Agenor
amado, | 405 | ¿es posible que te vuelvo | | a ver? ¿Qué
estás entre mis brazos? | | Pues qué objeto
te condujo | | a estos áridos e infaustos | | desiertos.
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AGENOR | El
de buscarte | 410 | solamente, hace tres años | | que
llegó a Port-Luis la nave | | inglesa, con todos cuantos
| | bienes me habías escrito | | que enviabas. Yo
alborozado | 415 | con la nueva venturosa | | de que estabas
arreglando | | tus cosas para venirte | | en otro buque,
aguardando | | te estuve catorce meses, | 420 | pero ya viendo
que al cabo | | de este tiempo, ni llegabas | | mi escribías,
empezamos | | a recelar, y sin más | | reflexionar
sobre el caso, | 425 | me determiné a venir | | en
tu busca, abandonando | | mi casa y familia. Hallé
| | en buque proporcionado, | | compréle, y abastecido
| 430 | de todo lo necesario | | me hice a la vela, con todos
| | los que ves que se brindaron | | acompañarme en
un viaje | | tan peligroso. Llegamos | 435 | a Coromandel
de donde | | supimos, que hacía un año | |
que saliste para Francia. | | Con esta nave empezamos | |
a recelar algún mal | 440 | suceso, mas sin embargo
| | recorrimos infinitos | | puertos e isletas, cruzando
| | estos mares en tu busca. | | En vano, Timante, en vano
| 445 | solicitábamos nuevas | | de ti, lo más
que llegamos | | a saber, de un buque inglés, | |
de los muchos que abordamos, | | por inquirir tu destino
| 450 | fue, que saliste unos cuatro | | antes que él
de un mismo puerto, | | que él había ya llegado
| | a Inglaterra, y volvía | | a la Francia, con cargo
| 455 | nuevo, y que una vez que tú | | ni bien habías
llegado | | a Francia, ni en puerto alguno | | daban noticia
de ti, | | quizá habrías naufragado | 460 |
en alguna de estas islas | | desiertas, desesperado | | con
tal nueva, resolví | | pasar mis días, surcando
| | mares, hasta hallarte, | 465 | o al menos saber tu infausto
| | destino. Mas tres meses | | ha que andamos visitando
| | cuantas islas accesibles | | en estas costas hallamos,
| 470 | sin dejar en todas ellas, | | tronco, gruta ni peñasco
| | que no miráramos siempre, | | llamándote.
En fin, el santo | | cielo, ya compadecido | 475 | de ver
mi dolor amargo, | | me hizo hallarte donde menos | | sin
duda alguna, esperamos. | | Ahora para completar | | el júbilo
que este hallazgo | 480 | me causa, sólo me resta
| | caber donde está mi amado | | Cleodon. ¿Corrió
la misma | | fortuna que tú? ¿o acaso | | pereció
en el mar? ¿qué piensas? | 485 | Dímelo, no
estés dudando. | |
|
|
TIMANTE | ¡Ay Agenor! | (Dejándose
caer en sus brazos traspasado de dolor.) |
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TIMANTE | Al
cabo | | de cinco meses que aquí | | vivíamos
ignorados | 490 | de todo el mundo, sin ver | | indicios de
que habitado | | fuera este sitio, ayer quiso | | el Omnipotente
darnos | | el mayor gozo, y pesar | 495 | casi juntos. |
|
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|
TIMANTE | El
extremado | | gozo, fue el hallar aquí | | por el
rumbo más extraño | | que habrás oído,
a mi hija. |
|
|
|
TIMANTE | La que en las mismas manos | | de unos indios
dio mi esposa | | a luz, después del naufragio | |
que padeció, como luego | | te contaré más
despacio. | 505 | El pesar fue el haber preso | | a Cleodon
los indios bravos | | que viven en las cavernas | | de esta
isla, acostumbrados | | a alimentarse de carne | 510 | humana,
por lo que hallo | | inevitable su muerte. | | Mi hija y
su prima a librarlo | | fue, pero ya desconfío | |
mucho al ver que tarda tanto. | 515 |
|
|
AGENOR | ¡Ay hijo mío!
¡ay querido | | Cleodon! pero qué aguardo | | que
sabiendo su peligro | | no voy luego a remediarlo. | | Amigos,
esta es la hora | 520 | en que más de vuestro amparo
| | necesito. A sorprender | | a esos bárbaros corramos,
| | y arrestados y valientes | | arranquemos de sus manos,
| 525 | ese pedazo querido | | de mis entrañas. |
|
|
TIMANTE |
Hermano,
| | no así tu amor y dolor | | te precipiten. Acaso
| | Cleodon, habrá ya sido | 530 | víctima de
su inhumano, | | furor a estas horas, y | | siendo así
nada ganamos | | en exponernos, demás | | de que para
aventurarnos | 535 | somos pocos, y ellos muchos. | |
|
|
AGENOR |
Ay Timante, que no basto | | a contener el impulso | | de
mi amo. Nada reparo, | | ya la triste situación
| 540 | de mi hijo... Ah, si a sus manos | | ha muerto, teman,
sí, teman | | esos bárbaros, un brazo | | trémulo
ya, pues será | | de su dolor animado | 545 | rayo
que para su ruina | | los mismos cielos forjaron. | |
|
|
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(Al ir a partir por la izquierda salen CLEODON con todo
el cabello suelto y ARCHIMA. AGENOR al verle se arroja precipitadamente
a sus brazos, y TIMANTE a los de ARCHIMA.)
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CLEODON |
Aquí hay gente. | (Dentro.) |
|
|
AGENOR | ¿Qué
oigo? Espera | | Timante. |
|
|
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TIMANTE | Cleodon,
| 550 | no es tiempo ahora de entregarnos | | a nuestro júbilo.
Dime | | con que medio te has librado | | de la muerte.
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CLEODON | Seducido
| | Gomel, por el dulce alago, | 555 | de Archima, de la caverna
| | en donde estaba encerrado | | me sacó al amanecer,
| | pero al huir encontrando | | con Tucapel, fui otra vez
| 560 | presa, y conducido al llano | | donde para presenciar
| | mi muerte, estaba aguardando | | ya el pueblo según
costumbre. | | Atáronme luego a un árbol
| 565 | de la suerte que me veis | | y prevenidos los arcos | | iba ya hacer Tucapel | | la señal funesta, cuando
| | Archima y Gomel, de acuerdo | 570 | a un mismo tiempo
llegaron | | por distintas partes, llenos | | de turbación
y de espanto | | fingiendo que habían visto | | mil
extranjeros armados | 575 | en la playa. Apoderose | | de
todos un fiero pasmo | | que fue mayor al oír | |
después aquel cañonazo | | que escucharíais
también | 580 | vosotros. Amedrentados | | huyeron
luego de allí | | todos, y me abandonaron | | a la
custodia de solos | | dos indios. Gomel, honrado | 585 | entonces,
dando la muerte | | o los dos, cortó los lazos | |
que me oprimían, diciendo, | | segunda vez de mi
mano | | recibes la vida. Vete, | 590 | y ocúltate
en lo intrincado | | del monte, mientras los míos
| | animosos y engañados | | corren a la playa, fuese,
| | y los dos con veloz paso | 595 | por una inculta vereda
| | nos venimos a avisaros, | | el riesgo en que estamos,
pues | | vienen cubriendo ese llano | | todos, dando unos
aullidos | 600 | espantosos. |
|
|
TIMANTE | ¿Qué
aguardamos | | pues? Burlemos su fiereza, | | Agenor. |
|
|
AGENOR |
Sí,
sí, corramos | | a la lancha, amigos, pues | | se
oyen ya, sino me engaño, | 605 | más cerca sus
voces. |
|
|
|
AGENOR | Ven
Cleodon, amado, | | y pues el cielo nos vuelve | | a unir
por medios tan raros | | mientras ellos le acriminan
| 610 | nosotros le bendigamos. | |
|
|
ENRIQUE | Acercad la lancha apriesa
| | pues que llegan ya gritando. | |
|
|
|
(Van entrando
todos en la lancha, y mientras dicen estos versos dentro,
se oculta por la derecha.)
|
TUCAPEL | Tomad la boca
del río | | (Dentro.) | que es el modo de cortarlos
| 615 | la fuga. |
|
|
GOMEL | Al
monte nosotros | | (Dentro.) | por si es que entre sus
peñascos | | se ocultan. |
|
|
|
(Sale TUCAPEL con
algunos INDIOS.)
|
TUCAPEL | Aprisa,
amigos, | | pero ¿qué es lo que reparo? | | Ya en
una ligera lancha | 620 | nuestro furor han burlado. | | (GOMEL y INDIOS por la cumbre del monte.) | Gomel,
Gomel, ya es ocioso | | nuestro valor. |
|
|
GOMEL | ¡Dioses
altos | | qué miro! Esperad traidores, | | que me
lleváis, inhumanos, | 625 | la mitad del alma. Archima,
| | Archima, dueño adorado | | de mi vida... Pero,
oh pese | | a mi piedad, y a la mano | | que te robó,
y pese a mí | 630 | que viéndote en otros brazos
| | no corro en tu amparo. Amigos | | presto, presto, a botar
vamos | | cuantas canoas hubiere | | ea la playa. Si, alcanzarlos
| 635 | podemos aún, corred, | | (Parten los
INDIOS aceleradamente.) | aqueste agasajo | |
mi amor, mi rabia, el honor | | de la patria, y el insano
| | rencor, que con justas causas | 640 | a estos horribles
profesamos. | |
|
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TUCAPEL | Sí, Gomel, vamos, y todos
| | perezcan a nuestras manos. | |
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GOMEL | Vamos, y tu Archima
si eres, | | cómplice de su villano | 645 | delito,
tente el furor | | de un amante despechado, | | pues si hasta
ahora le viste, | | tierno, afable, dulce y blando, | | parque
se creyó querido, | 650 | cuando se vea burlado, | | será para ti cuchillo, | | veneno, dogal y sayo.
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