Epistolario Selecto
Introducción
Prólogo
El alma desnuda y exquisita de Rubén Darío aparece tal como ella fue de viviente, sana, dulce e ingenua
Cartas de Rubén Darío
Chile, mi segunda patria
Estoy declaradamente enfermo
Tengo que estar en Nicaragua
Es terrible el asunto viaje
El viaje se aproxima cada día más
Cada cual puede embellecer una idea creada anteriormente
La ausencia hace que te quiera más
Lo cortés no quita lo cóndor
Los editores son todos unos bandidos
Hay que estar en Managua el 1 de noviembre
El original de «El Canto Errante»
Tengo presente el bien que ud. me ha hecho con el don de su amistad
Voy a definir, de una vez, mi vida y entrar de lleno en la carrera diplomática
El elevado rango de Ministro Residente ante el Gobierno de S.M. el Rey de España
La continuidad de fiestas abrumadoras y, después de todo, la mala salud
Aquí, en los Diplomáticos, no está bien visto que escriban en los periódicos
El primer acto de mi misión
Un convenio de paquetes postales
Todos te esperamos
Me ofrezco a enviar dichos folletines traducidos los mismos días en que se publiquen aquí
Un Santo de la amistad
Acepto en tu recuerdo la botonadura
He trabajado en (el «Canto a la Argentina») con todo el entusiasmo que siento por esa patria
Voy a ver qué hago en favor de mi patria
Mi perenne deseo de serle útil a la culta y fuerte República Dominicana
Siendo un trabajo, en cierto modo autobiográfico, deberá tener su parte «picante»
Suavemente, me aparto, me alejo
La menor cantidad de «literata» posible
Au diable les editeurs!
Se ha visto pasar algo faunesco, tropical, erótico
Todo lo hubiéramos arreglado en dos días
La filosofía de las cosas profundas
En Chile aprendí a macizar mi carácter y a vivir de mi inteligencia
Por conveniencia de la república y tranquilidad de ese Gobierno
Cuentos o narraciones, «ilustrables»
Mi imposibilidad de concurrir al homenaje, tan honroso como simpático
No golpeen en esa forma nuestro hermoso idioma
Consagrar, a la República Argentina, lo que yo pueda en favor de su propaganda y de su influjo
La redacción del álbum sobre la Marina de Guerra (Argentina)
Mis respetos a la musa
Todos somos, alguna vez, felices
Yo no tengo la voluntad de ser yankee
El recuerdo de la sociedad salteña
Ese estilo mitad perlas, mitad mieles y flores
Necesito de cosas morales
Cartas a Rubén Darío
Después del estupendo prólogo de Rodó
Un cuento inspirado en la más bella tradición incásica
Tienes toda la intriga en contra, y toda la estupidez, y toda la maldad de la tierra
Aquí tienes amigos que se interesan por tus cosas
A fuerza de musicalidades y de imágenes y de fantaseos
Yo no era más que un aspirante a filósofo
Amo el arte en sus manifestaciones múltiples
Nos han visitado recientemente los chilenos
Muy justas sus observaciones de tiempo y oportunidad
Usted que me conoce y que conoce las leyes de caballería
Una maravilla de hermosura y gracia
La humanidad, mi amigo, es de una lógica terrible
Ha traído su obra un aliento de vida
Tú y Yo estamos por encima de toda la política
Dos poetas ilustres y ya desaparecidos
No existe ninguna selección de poetas latinoamericanos de nuestra generación
El buen amigo que mi corazón me dicta que tú necesitas
La necesidad de un apoyo para no caer en el vacío o en el ridículo
Es Ud. conocido en toda Venezuela
¡Sálvese para la intelectualidad de nuestra América!
Ud. es joven y tiene aún muchos años a mano
En materia de libros e ideas hay que ser avaro
Una gran artista coreográfica que ha admirado España
Un estudio sobre Ud. como poeta, ya que hoy representa la poesía española y americana
Ud. es el poeta más popular del idioma español
La primer obra que salga a hacer sonar el nombre argentino
Sigo aquí librando mi batalla sin ceder en lirio ni en alma
Espero que Ud. me escriba para saber si en algo le he ofendido personalmente
Yo me siento su amigo
Preparar el camino a sus deseos
Le debo lo que soy
Ud. que da bombos a todo Dios
Dos sueños dignos de referirse
Hago lo posible por no remover inmundicias
No deje tampoco de enviarme versos
Mi obsesión de una muerte repentina no me abandona
Yo agradecería infinitamente que nos enviara algo de lo que haga o tenga hecho: verso o prosa
Vuelvo a rogarle que me haga pronto el atrio, bien en prosa, bien en verso
Tengo que decir mucho sobre usted a estas pobres bestias madrileñas
No conozco ningún «boarding house» en que se estime el recuerdo de Dickens
Lo arriesgado que es en España un negocio de esta índole
Discretamente le he puesto al corriente del mal éxito del negocio
Ud. quedaría como corresponsal en Europa
Aunque la novela no es planta de nuestra América
Aquí tiene usted muchos corazones devotos
La revolución viene a dar y no a quitar
Se me murió mi muchacha, mi Anita
He terminado casi un librejo sobre España
Mi libro, pues, es del mismo corte-de «Los Maestros», que Ud. ha empezado a dar luz
Levanto la bandera de insurrección americana contra el diccionario
Flor tropical, la agostó el invierno glacial de Nueva York
Me halagaba alternar con Castelar
Concédale al tiempo lo razonable para pasar de la anormalidad absoluta a la vida tranquila
Para que usted se forme una idea de cómo se le quiere en México
Entre españoles hermanos, en ideal, el vocablo solidaridad no está desprovisto de sentido
Las dedicatorias puramente literarias nada significan
Mi retirada a tambor batiente de la escuela Sud-Americana de Rubén Darío
En nombre de ese recuerdo, que algo nos une casi sin conocernos
Los versos de Ud. deben ir en el primer pliego
No se olvide de traer el manuscrito de sus versos
Los escritores de tarjetas postales no se agotan nunca
En plena soledad y frente al mar
Ud. ha producido una verdadera revolución artística en este pobre país
Toda mi felicidad, mi vida entera está en sus manos
Retratos del Poeta y facsímiles de sus cartas
Emisarios y destinatarios más relevantes del epistolario
One fine body…