- I - | ||||
Al mover tu abanico con gracejo | ||||
quitas el polvo al corazón más viejo. |
- II - | ||||
Como el viento continuo, no es sentida | ||||
la eterna pesadez de nuestra vida. |
- III - | ||||
Si pienso en ti, fatigan mi deseo | ||||
mil pensamientos vanos, | ||||
y, sin saber por qué, cuando te veo | ||||
contengo el corazón con ambas manos. |
- IV - | ||||
Te es infiel ¿y la quieres? No me extraña; | ||||
yo adoro a la esperanza, aunque me engaña. |
- V - | ||||
Aunque eres a mi amor inaccesible, | ||||
no puedo menos de quererte un poco, | ||||
pues soy bastante loco | ||||
para morir creyendo en lo imposible. |
- VI - | ||||
Se van dos a casar de gozo llenos; | ||||
realizan su ideal; ¡un sueño menos! |
- VII - | ||||
De todo lo visible y lo invisible | ||||
crees sólo en el amor, que es lo increíble. |
- VIII - | ||||
En la aurora feliz de tus amores | ||||
sólo querías el dinero en flores | ||||
mas, después que pasó tu ardor primero, | ||||
sólo quieres las flores en dinero. |
- IX - | ||||
Piensa sólo en amar y en ser amada. | ||||
El amor es lo que es; lo otro no es nada. |
- X - | ||||
Te he visto no sé donde, ni sé cuándo. | ||||
¡Ah! sí, ya lo recuerdo; fue soñando. |
- XI - | ||||
Las niñas de las madres que amé tanto | ||||
me besan ya como se besa a un santo. |
- XII - | ||||
Es tal la idolatría | ||||
con que quiero el destino que te quiera, | ||||
que creo que te tengo, Carmen mía, | ||||
la ceguedad de la pasión postrera. |
- XIII - | ||||
A pesar de mis días, | ||||
como yo te amo a ti, no amó Macías. |
- XIV - | ||||
Aunque es tu gran belleza | ||||
para mí inaccesible, | ||||
te quiero, vivo Dios, con la firmeza | ||||
de un mártir de la fe de lo imposible. |
- XV - | ||||
Me dicen que es un diablo, mas recelo | ||||
que este diablo al caer se trajo el cielo. |
- XVI - | ||||
Lo que yo te decía: | ||||
os casasteis, y luego, | ||||
si él te amó hasta la víspera con fuego, | ||||
tú amaste más desde el siguiente día. |
- XVII - | ||||
La mujer más estulta | ||||
¡con qué artificio el artificio oculta! |
- XVIII - | ||||
Siempre es algún consuelo | ||||
que un marido, por serlo, gane el cielo. |
- XIX - | ||||
Fernanda, pienso en ti con tal empeño | ||||
que si duermo, no duermo: ¡engaño al sueño! |
- XX - | ||||
Me han hecho sufrir tanto, que he dudado | ||||
si el amor será un odio disfrazado. |
- XXI - | ||||
La ambición desencanta de tal modo, | ||||
que a mí ya no me extraña | ||||
que en salud, en amor, en paz y en todo | ||||
tenga envidia el palacio a la cabaña. |
- XXII - | ||||
Tanto es lo que te quiero, | ||||
que el cetro puse en ti del mundo entero. |
- XXIII - | ||||
Sin la fe la conciencia es un abismo, | ||||
y el peor compañero es uno mismo. |
- XXIV - | ||||
Bendice, al mismo tiempo que San Pablo, | ||||
los matrimonios por amor, el diablo. |
- XXV - | ||||
Al verse tan gentil, ¡con qué embeleso | ||||
se da a sí misma en el espejo un beso! |
- XXVI - | ||||
Serás feliz, si metes con prudencia | ||||
en un saco el amor y la conciencia. |
- XXVII - | ||||
Con valor sin segundo, | ||||
un abismo salvé tras otro abismo, | ||||
y, aunque de todo me salvé en el mundo, | ||||
nunca pude salvarme de mí mismo. |
- XXVIII - | ||||
Aunque muy poco a poco | ||||
ya llegué al gran saber: ¡Sé que estoy loco! |
- XXIX - | ||||
Todo galán desde que ve ese talle, | ||||
es parte de una esquina de tu calle. |
- XXX - | ||||
Al pasar por delante | ||||
de un espejo en que alegre se miraba, | ||||
dijo al ver junto al mío su semblante; | ||||
¡cómo empieza la vida y cómo acaba! |
- XXXI - | ||||
No es raro en una almohada ver dos frentes | ||||
que maduran dos planes diferentes. |
- XXXII - | ||||
Es tan buena mujer, que he comprendido | ||||
que nunca hará feliz a su marido. |
- XXXIII - | ||||
Después de bien pensado | ||||
fue mi tiempo perdido el más ganado. |
- XXXIV - | ||||
¡Maldito mal el mío! | ||||
Si puedes, huye de él: se llama hastío. |
- XXXV - | ||||
Las niñas rezadoras que yo trato | ||||
nunca piden a Dios el celibato. |
- XXXVI - | ||||
Es tan cierto el candor de tu belleza, | ||||
que ocultas sólo el alma en tu franqueza. |
- XXXVII - | ||||
Tened miedo de aquellas | ||||
que eclipsan, siendo feas, a las bellas. |
- XXXVIII - | ||||
Con su novio formó un itinerario, | ||||
y, casada después, siguió el contrario. |
- XXXIX - | ||||
De su paz envidioso | ||||
al ver a un muerto, digo: «he aquí un dichoso». |
- XL - | ||||
Todo pasa lo mismo que las rosas; | ||||
los hombres, los imperios y las cosas. |
- XLI - | ||||
Hay falsas que, mandando en sus sentidos, | ||||
no se olvidan de sí ni en sus olvidos. |
- XLII - | ||||
Eres con ellas tan audaz, porque eres | ||||
un hombre que conoce a las mujeres. |
- XLIII - | ||||
Para verte, parece que a tu lado | ||||
admiradas las horas se han sentado. |
- XLIV - | ||||
Más bien que un enfermero | ||||
hay quien cree que un marido es un loquero. |
- XLV - | ||||
Ya decía mi abuela | ||||
que el amor es un ser endemoniado | ||||
que lo mismo que a un diablo exorcizado | ||||
la bendición nupcial lo espanta y vuela. |
- XLVI - | ||||
Si como hombre no sé lo que prefiero, | ||||
como niño sé bien lo que no quiero. |
- XLVII - | ||||
-«¡Ámame más!..». -la niña le decía, | ||||
Pero él -«¡si es imposible!..».- respondía. |
- XLVIII - | ||||
Ya ni quiero ni puedo | ||||
volver a unir tu corazón al mío | ||||
porque me causa miedo | ||||
más que un sepulcro lleno, otro vacío. |
- XLIX - | ||||
A pesar de lo mucho que te quiero | ||||
no me mato por ti, pero me muero. |
- L - | ||||
Saben bien los amantes instruídos | ||||
que quieren decir sí tres nos seguidos. |
- LI - | ||||
Cree, piadoso lector, lo que te digo: | ||||
con todo estoy en paz menos conmigo. |
- LII - | ||||
Cual si untasen sus ojos con beleño, | ||||
el oficio de esposo es dado al sueño. |
- LIII - | ||||
Como es tan importante lo que te hablo, | ||||
nos viene a oír desde el infierno el diablo. |
- LIV - | ||||
Renuncio a hablar de ti, porque no creo | ||||
que podría imitar, aunque quisiera, | ||||
a Petrarca y a Herrera, | ||||
que cantan el amor sin el deseo. |
- LV - | ||||
¡Ay del que, amando como yo, no alcanza | ||||
más amor que el amor sin esperanza! |
- LVI - | ||||
Es misterioso el corazón del hombre | ||||
como una losa sepulcral sin nombre. |
- LVII - | ||||
Todo la duda y la razón lo miran; | ||||
la fe y el corazón todo lo admiran. |
- LVIII - | ||||
Son todos mis sentidos | ||||
para verte y oírte, ojos y oídos. |
- LIX - | ||||
Ya sé que fui, por más que ella lo olvida, | ||||
el grande amor ochenta de su vida. |
- LX - | ||||
Como si fuese un leño, | ||||
ya es tenderme a dormir mi único ensueño. |
- LXI - | ||||
Pronto ha de ser este galán tan tierno | ||||
cual todo esposo, un disidente eterno. |
- LXII - | ||||
Soy un hombre tan necio, | ||||
que defiendo mi vida y la desprecio. |
- LXIII - | ||||
Tanto es lo que te quiero | ||||
que aunque amarte es morir, te amo y me muero. |
- LXIV - | ||||
Sólo para quererte | ||||
voy robando unos días a la muerte. |
- LXV - | ||||
Cuenta el amor muy bajo a las mujeres | ||||
que hay un deber contrario a los deberes. |
- LXVI - | ||||
¡Ay de aquel que ya tiene en esta vida, | ||||
excepto para ti, la fe perdida! |
- LXVII - | ||||
En la hoja que escribo este «te quiero», | ||||
siento el perfume de mi amor primero. |
- LXVIII - | ||||
¡Huid, maldito enjambre | ||||
de ideas locas que mi frente esconde, | ||||
pues como dice Franklin no sé dónde, | ||||
«quien vive de esperanzas, muere de hambre!». |
- LXIX - | ||||
Si sufres, ten paciencia; ése es tu sino; | ||||
toda hermosa es un mártir del destino. |
- LXX - | ||||
Sé natural, que es, a más de hermosa, | ||||
la gran naturaleza una gran cosa. |
- LXXI - | ||||
Nació, sufrió, murió. Tal fue su historia. | ||||
Destino de mujer. ¡Virtud sin gloria! |
- LXXII - | ||||
La fuiste a secuestrar, y, ya casado, | ||||
eres tú, más bien que ella, el secuestrado. |
- LXXIII - | ||||
Por ti mi corazón cayó en la cuenta | ||||
de que hay fiebres de amor a los sesenta. |
- LXXIV - | ||||
Donde quiera que voy, hace el destino | ||||
que te halle casualmente en el camino. |
- LXXV - | ||||
Esa mujer que miras de pasada, | ||||
jamás, después de vista, es olvidada. |
- LXXVI - | ||||
Como un gran abogado, esa perversa | ||||
hace lo blanco negro y viceversa. |
- LXXVII - | ||||
¡Qué olvidos tan extraños! | ||||
Al verte no me acuerdo de mis años. |
- LXXVIII - | ||||
Hay rubias, como tú, tan verdaderas, | ||||
que, al esparcir el día sus destellos, | ||||
parece que las mismas hechiceras | ||||
cortan rayos del sol con las tijeras | ||||
y después os los ponen por cabellos. |
- LXXIX - | ||||
Hay quien da vuelta al mundo, y luego exclama: | ||||
«para nuestra alma el mundo es lo que se ama». |
- LXXX - | ||||
El santo matrimonio nos aterra | ||||
después que hemos sabido | ||||
que en las luchas civiles el marido | ||||
es quien paga los gastos de la guerra. |
- LXXXI - | ||||
Sólo a mi amor has dado | ||||
un instante de gloria; | ||||
mas juro que, sujeto a mi memoria, | ||||
jamás caerá ese instante en el pasado. |
- LXXXII - | ||||
Al salir a la calle las ideas | ||||
son del incendio popular las teas. |
- LXXXIII - | ||||
Lleva siempre en la frente lo que se ama, | ||||
como Moisés, un resplandor de llama. |
- LXXXIV - | ||||
¿Dudas de mí? Teniendo tantas hechas, | ||||
no es raro que un ladrón tenga sospechas. |
- LXXXV - | ||||
¡Cuánta mujer que marcha al casamiento | ||||
da en la calle, en el río, en el convento! |
- LXXXVI - | ||||
Te dije el fin de las amantes glorias | ||||
que conseguir anhelas; | ||||
casarte como en todas las novelas, | ||||
y hartarte como en todas las historias. |
- LXXXVII - | ||||
Aprende, niña bella, | ||||
que tan sólo es dichoso el que no olvida, | ||||
que, aunque no hay nada inútil en toda ella, | ||||
no hay cosa más inútil que la vida. |
- LXXXVIII - | ||||
Muchos, cual yo, delante de tus ojos | ||||
no se miran de pie; se ven de hinojos. |
- LXXXIX - | ||||
Con bondad e inocencia, | ||||
hermosura y talento, | ||||
Teresa, Dios hará que en tu existencia | ||||
siga siempre alumbrando tu conciencia | ||||
la ley de tu divino pensamiento. |
- XC - | ||||
Si en hacerla feliz tenéis empeño, | ||||
tomad la realidad y dadla el sueño. |
- XCI - | ||||
Si tan niña eres ya la criatura | ||||
más linda que el amor ha conocido, | ||||
¿qué será cuando el tiempo y la hermosura | ||||
den tu cuerpo a las gracias concluido? |
- XCII - | ||||
Aunque morirme quiero, | ||||
por no olvidarme de tu amor, no muero. |
- XCIII - | ||||
El hombre suele hacer todo lo bueno | ||||
por la mujer que le llevó en su seno. |
- XCIV - | ||||
María, es además de sentimiento, | ||||
tu mirada una luz con pensamiento. |
- XCV - | ||||
Desde que vi, Mercedes, tu hermosura, | ||||
el quererte es mi ramo de locura. |
- XCVI - | ||||
Gertrudis, pido al Dios omnipotente, | ||||
con el más vivo anhelo, | ||||
que pasen las tristezas por tu frente | ||||
como pasan las nubes por el cielo. |
- XCVII - | ||||
Pasando indiferente por mi lado, | ||||
no le importa a la infiel que no la ame; | ||||
aún no ha sentido como yo esa infame | ||||
el tormento de odiar lo que se ha amado. |
- XCVIII - | ||||
Al ver al mundo entero | ||||
vagar sin norte y con la fe perdida, | ||||
siento por él ese dolor sincero | ||||
que siente por su enfermo el enfermero | ||||
en el último instante de su vida. |
- XCIX - | ||||
Al final de la orgía | ||||
siente ella pesadumbre y él bosteza; | ||||
que en amor, ya agotada la alegría, | ||||
se queda cada cual con su tristeza. |
- C - | ||||
Te adoró el primer mes, pero al siguiente | ||||
ya era un frío deber su amor ardiente. | ||||
¡Paciencia! Hoy como ayer y ayer como antes | ||||
nace y muere un amor en dos instantes. |
- CI - | ||||
A fuerza de burlar y ser burlado | ||||
se adquiere este secreto: | ||||
que el hombre es un perfecto condenado | ||||
y la mujer un ángel incompleto. |
- CII - | ||||
O lánzame al horror del fuego eterno, | ||||
O elévame del goce al alto emporio; | ||||
pues tu amor, que no es cielo ni es infierno, | ||||
jamás deja de ser un purgatorio. |
- CIII - | ||||
Van y vienen por sitios alfombrados | ||||
con hojas de los árboles caídas, | ||||
la grey de engañadores engañados, | ||||
unas cuantas esposas aburridas | ||||
y otros tantos maridos fastidiados. |
- CIV - | ||||
Son iguales, Leonor, nuestros destinos; | ||||
morirás, como yo, de mal de amores, | ||||
porque siempre y en todos los caminos | ||||
tu corazón asaltarán traidores | ||||
el tedio y el placer: dos asesinos. |
- CV - | ||||
Si algún César triunfante | ||||
te viera desde el fondo de su gloria, | ||||
podría ese lunar de tu semblante | ||||
hacer variar el curso de la historia. |
- CVI - | ||||
¡Qué bien llevas los años que han pasado! | ||||
Y los míos, Pilar, ¡qué bien los llevo! | ||||
¿Recuerdas cuántos son? Yo lo he olvidado; | ||||
sólo a indicar me atrevo | ||||
que, desde el tiempo viejo en que te he amado | ||||
barrió el polvo de un siglo un aire nuevo. |
- CVII - | ||||
Sólo recuerdas de tu edad pasada | ||||
lo que hubo de infeliz en tus amores. | ||||
¡Qué quieres, prenda amada! | ||||
El dolor nos recuerda otros dolores, | ||||
pero un placer no nos recuerda nada. |
- CVIII - | ||||
¿Qué diabólicas mañas | ||||
tendrá esa pecadora, | ||||
que cuando llama a ellas la traidora | ||||
siempre le abren las puertas mis entrañas? |
- CIX - | ||||
Todavía, perjura, | ||||
mi corazón se goza en la amargura | ||||
de tus falsos amores, | ||||
como una sepultura | ||||
que con restos de un muerto cría flores. |
- CX - | ||||
-¿Por qué dicen -pregunta Rosalía | ||||
que nos mata el amor, siendo tan bueno? | ||||
-Lo dicen los que saben, hija mía, | ||||
que si un vaso de amor es ambrosía | ||||
un vaso de placer es un veneno. |
- C - | ||||
Fue inútil nuestro afán; no hemos logrado | ||||
reavivar tus ardores ni los míos, | ||||
porque el amor y el agua de los ríos | ||||
no vuelven a pasar, si ya han pasado. |
- CXII - | ||||
Al ver hoy tan erguido | ||||
al galán que vio ayer tan humillado, | ||||
el mundo ha conocido | ||||
que llegó para ella el bien perdido | ||||
llegando para él el bien logrado. |
- CXIII - | ||||
Aunque no suele enardecer su pecho | ||||
el calor de la fe, | ||||
pasa la vida en lágrimas deshecho | ||||
envidiando al que cree. |
- CXIV - | ||||
Sin la fe la conciencia es un abismo, | ||||
y el peor compañero es uno mismo. |
- CXV - | ||||
Pasando de la pena a la alegría, | ||||
nuestra alma es el retrato | ||||
de esa móvil campana que en un día | ||||
toca a boda, a agonía, | ||||
a oración, a bautizo y a rebato. |
- CXVI - | ||||
Un rizo de tu rubia cabellera | ||||
es la gloria mayor de mi destino: | ||||
si como hecho es un trapo una bandera; | ||||
como idea es un símbolo divino. |
- CXVII - | ||||
A eterna fe nuestra alma condenada, | ||||
los que no creen en Dios creen en la nada. |
- CXVIII - | ||||
Me dijo «sí», con tan discreto modo, | ||||
que no lo oyó ni Dios, que lo oye todo. |
- CXIX - | ||||
No deja verte bien ni un solo instante | ||||
la inundación de luz de tu semblante. |
- CXX - | ||||
Como van las malditas experiencias | ||||
nuestra alma invalidando, | ||||
en cada año que pasa voy echando | ||||
una pata de palo a mis creencias. |
- CXXI - | ||||
La novedad del día en las ciudades | ||||
es la cola del perro de Alcibiades. |
- CXXII - | ||||
Hay quien tiene ictericia | ||||
de soñar que lo ahorca la justicia. |
- CXXIII - | ||||
Yo, como muchos, creo | ||||
que dura nuestro amor lo que el deseo. |
- CXXIV - | ||||
¡Dichoso el que no olvida | ||||
que no se halla ventura | ||||
si a una conciencia pura, | ||||
no se une la esperanza de otra vida! |
- CXXV - | ||||
En cualquiera mujer, reina o pastora, | ||||
se encuentra alguna cosa encantadora. |
- CXXVI - | ||||
Soy en pensar que me amarás un día | ||||
el ciego que soñaba que veía. |
- CXXVII - | ||||
Si en la senda del mal te ves perdida, | ||||
no sigas adelante; | ||||
para volver al bien en esta vida | ||||
todo momento es el supremo instante. |
- CXXVIII - | ||||
Me dijo, al verme triste, una chilena: | ||||
-Siempre hay una mujer junto a una pena. |
- CXXIX - | ||||
¡Dichosa la mujer que no conoce | ||||
que en los goces tranquilos falta el goce! |
- CXXX - | ||||
Pareces, Delia, de la aurora hermana | ||||
y creo firmemente | ||||
que al nacer tú, dejó sobre tu frente | ||||
sus rayos más hermosos la mañana. |
- CXXXI - | ||||
Fanny, guardando de ta edad primera | ||||
recuerdos halagüeños, | ||||
te he de dejar por mi única heredera | ||||
cuando haga el testamento de mis sueños. |
- CXXXII - | ||||
Me inspiras compasión, pues dicen que eres | ||||
¡oh infeliz! muy feliz con las mujeres. |
- CXXXIII - | ||||
¡Quién pudiera con tierna confianza | ||||
deslizar en tu oído | ||||
ciertos cuentos, Inés, que yo he aprendido | ||||
de mi eterna nodriza la esperanza! |
- CXXXIV - | ||||
Acompañado del tintín del oro | ||||
toda mujer dormida oye un ¡te adoro! |
- CXXXV - | ||||
¡Oh! ¡Qué niña tan bella!... | ||||
En mi tiempo, su madre era como ella. |
- CXXXVI - | ||||
Cuando te cases, Lola, | ||||
te encontrarás con él dos veces sola. |
- CXXXVII - | ||||
Les falta algo de amor a los amores | ||||
que no son un infierno de dolores. |
- CXXXVIII - | ||||
Por flaquezas del cuerpo o las del alma, | ||||
la vida es un pecado que se empalma. |
- CXXXIX - | ||||
Hay sabio de impiedad tan candorosa, | ||||
que no tiene fe en Dios y cree en su esposa. |
- CXL - | ||||
¿Preguntas que es amor? Es un abismo, | ||||
mal y bien, esperanza y desaliento, | ||||
antídoto y veneno a un tiempo mismo, | ||||
odio y pasión, deleite y sufrimiento. |
- CXLI - | ||||
Viejos y nuevos, grandes y pequeños, | ||||
los ídolos pasando | ||||
desde el cielo a la tierra, van echando | ||||
pasadizos de fe, puentes de sueños. |
- CXLII - | ||||
¿Qué es preciso tener en la existencia? | ||||
Fuerza en el alma y paz en la conciencia. |
- CXLIII - | ||||
Adoré tanto a Estrella, | ||||
que, a pesar de su edad y de la mía, | ||||
siempre que me habla con los ojos ella, | ||||
yo la oigo con los míos todavía. |
- CXLIV - | ||||
Cuando dudaba de ella, vacilaba, | ||||
pero ya no vacilo: | ||||
su amor, mientras dudé, me atormentaba; | ||||
hoy sé que me es infiel y estoy tranquilo. |
- CXLV - | ||||
Eres el tipo raro | ||||
de esas que hacen un velo del descaro. |
- CXLVI - | ||||
Tu mano de marfil, que antes ardía, | ||||
ya me suele quemar de puro fría. |
- CXLVII - | ||||
Tratad con indulgencia | ||||
a aquel que hace lo innoble con decencia. |
- CXLVIII - | ||||
No olvides un instante | ||||
que es quedarse detrás no ir adelante. |
- CXLIX - | ||||
¿Por qué saben las gentes que has pecado? | ||||
Lo saben porque rezas demasiado. |
- CL - | ||||
Alegra el ver a las mujeres bellas, | ||||
como idealiza el alma el ver estrellas. |
- CLI - | ||||
¿Qué saqué al fin de los amores míos? | ||||
La cabeza caliente y los pies fríos. |
- CLII - | ||||
Eres después de vieja | ||||
sirena inversa que, si llama, aleja. |
- CLIII - | ||||
Es cosa entre ellos y ellas convenida, | ||||
dar ellas la virtud y ellos la vida. |
- CLIV - | ||||
Todos lo han conocido; | ||||
¿va con uno y bosteza? Es su marido. |
- CLV - | ||||
Se hace también, merced a la conciencia, | ||||
en los lechos de pluma penitencia. |
- CLVI - | ||||
Al pedirme la luna muchas bellas, | ||||
yo les di el sol, la luna y las estrellas. |
- CLVII - | ||||
Ya tanto tu virtud exteriorizas | ||||
que a fuerza de pudor escandalizas. |
- CLVIII - | ||||
¡Cuánto desventurado | ||||
hay, que creo conquistar y es conquistado! |
- CLIX - | ||||
¡Cuán feliz es el que oye eternamente | ||||
el mismo ruido de la misma fuente! |
- CLX - | ||||
¡Feliz tú que tan sólo has disfrutado | ||||
la embriaguez de lo real en lo soñado! |
- CLXI - | ||||
Hay mujer que se juzga tan despierta | ||||
que siempre piensa el mal y nunca acierta. |
- CLXII - | ||||
Dice esa infame que por mí ha sabido | ||||
que el hombre es un demonio pervertido. |
- CLXIII - | ||||
Yo una vez tuve amores | ||||
con una mujer fiel... ¡horror de horrores! |
- CLXIV - | ||||
Te vendí y me vendiste; está bien hecho: | ||||
la venganza en España es un derecho. |
- CLXV - | ||||
Amantes y no amantes | ||||
me dicen que, como eres tan hermosa, | ||||
parecen tus pendientes de brillantes | ||||
dos gusanos de luz junto a una rosa. |
- CLXVI - | ||||
Sin los puntales de la fe, algún día | ||||
la bóveda del cielo se caería. |
- CLXVII - | ||||
Aunque un ángel lo llene de agua pura, | ||||
todo vaso es un cáliz de amargura. |
- CLXVIII - | ||||
A un tiempo nos deleita y nos maltrata | ||||
la preciosa Angelita, | ||||
pues es mujer que, si nos mira, mata, | ||||
y, si vuelve a mirar, nos resucita. |
- CLXIX - | ||||
Diría la verdad, si te jurara | ||||
por los dioses mayores y menores, | ||||
que son los hoyos de tu hermosa cara | ||||
el nido de mis últimos amores. |
- CLXX - | ||||
Hay Cresos que con ansia desmedida, | ||||
gastan la vida en apilar dinero, | ||||
sin calcular primero | ||||
que el oro vale menos que la vida. |
- CLXXI - | ||||
Busqué la ciencia, y me enseñó el vacío; | ||||
logré el amor, y conquisté el hastío. |
- CLXXII - | ||||
En la muerte de Zorrilla | ||||
Por bueno y por glorioso, el cielo quiso, | ||||
que subiese al Edén que merecía | ||||
el último cantor que descendía | ||||
del primer ruiseñor del Paraíso. |
- CLXXIII - | ||||
Ha muerto, y desde ahora sus despojos | ||||
ya se verán, más que de pie, de hinojos. |
- CLXXIV - | ||||
De él, de su amor, y de tu fe, y de todo, | ||||
hará el deshielo de la nieve, lodo. |
- CLXXV - | ||||
Teme más el que es bueno | ||||
a su propio desprecio que al ajeno. |
- CLXXVI - | ||||
Te vi ayer, y perdona si al momento | ||||
contigo me casé de pensamiento. |
- CLXXVII - | ||||
Por falta de virtud o de memoria, | ||||
mientes más tú que el que inventó la historia. |
- CLXXVIII - | ||||
¿Niegas que fuiste mi mejor amiga? | ||||
Bien, bien; lo callaré: nobleza obliga. |
- CLXXIX - | ||||
Si miro de tus ojos al espejo, | ||||
conozco que no sirvo para viejo. |
- CLXXX - | ||||
Soy en creer las cosas tan reacio, | ||||
que solamente leo | ||||
la historia, como un viaje de recreo | ||||
por los campos del tiempo y del espacio. |
- CLXXXI - | ||||
Es grande en extensión el océano, | ||||
pero es más hondo el corazón humano. |
- CLXXXII - | ||||
Tan sólo con mirar o dar la mano, | ||||
vas causando más fiebres que un pantano. |
- CLXXXIII - | ||||
La muerte por nosotros tan temida, | ||||
es un cambio de frente de la vida. |
- CLXXXIV - | ||||
Suele el hombre morir en los momentos | ||||
en que empieza a ordenar sus pensamientos. |
- CLXXXV - | ||||
No hay una luz más bella que la nube | ||||
del humo del hogar que al cielo sube. |
- CLXXXVI - | ||||
Da al diablo el hombre la existencia entera, | ||||
y lo dedica á Dios la hora postrera. |
- CLXXXVII - | ||||
¿Te casaste? Pues bien, ya has conquistado | ||||
frío hogar, mesa muda y lecho helado. |
- CLXXXVIII - | ||||
Cuando ames, Esperanza, ten presente | ||||
que lo hermoso del hombre está en la frente. |
- CLXXXIX - | ||||
Hombre, no temas al infierno tanto, | ||||
que el pecador cuando se casa es santo. |
- CXC - | ||||
Pues te robó a mi amor, que sufra en calma | ||||
que tú y yo nos besemos con el alma. |
- CXCI - | ||||
Si al morir va al infierno mi marido, | ||||
es que vuelve al país en que ha nacido. |
- CXCII - | ||||
Al fin te consagraste a los altares | ||||
más bien que por tu fe, por tus pesares. |
- CXCIII - | ||||
Empleando las frases vagamente | ||||
no dice la verdad, y nunca miente. |
- CXCIV - | ||||
Sé por mí que no hay nada más helado | ||||
que el cráter de un volcán si está apagado. |
- CXCV - | ||||
¿Y su amor? Ya está muerto y enterrado, | ||||
pues hay quien ha advertido | ||||
que se limpia al descuido con cuidado | ||||
el sitio en que la besa su marido. |
- CXCVI - | ||||
Debí un favor a una mujer muy bella, | ||||
y, aunque fue aprecio vil, después de aquello | ||||
toda mi vida al acordarme de ella | ||||
la siento hasta en la punta del cabello. |
- CXCVII - | ||||
No tengáis duda alguna: | ||||
felicidad suprema no hay ninguna. |
- CXCVIII - | ||||
Nadie puede librarse en su camino | ||||
de los celos con trampa del destino. |
- CXCIX - | ||||
Cree que ya en otra vida ha sido un reo | ||||
a quien ahorcó el verdugo, y yo lo creo. |
- CC - | ||||
Aprende a ver sin pena | ||||
que tendrá su ambición su Santa Elena. |
- CCI - | ||||
¿Qué son la gloria, ni el poder, si en suma | ||||
la gloria aburre y el poder abruma? |
- CCII - | ||||
Cazadores y amantes | ||||
cautivan fascinando con reflejos; | ||||
unos cazan mujeres con diamantes | ||||
y otros cogen alondras con espejos. |
- CCIII - | ||||
Teniendo a dos para llenar las horas, | ||||
ríes con uno y con el otro lloras. |
- CCIV - | ||||
Teresa España, adiós; aunque no quiera | ||||
te he de olvidar, lo sé... cuando me muera. |
- CCV - | ||||
A fuerza de estudiado, es un marido | ||||
más necio que Homero traducido. |
- CCVI - | ||||
Cosas que nunca ha comprendido mi alma; | ||||
bailar con frenesí y amar con calma. |
- CCVII - | ||||
Ya la vida desdeño | ||||
al ver que, más que un sueño, es un mal sueño. |
- CCVIII - | ||||
Además del perdón que me has pedido, | ||||
te concedo el desprecio y el olvido. |
- CCIX - | ||||
Dadme sangre española | ||||
que, sin fuego y sin luz, se inflame sola. |
- CCX- | ||||
Es tal mi somnolencia, | ||||
que aunque estoy en Madrid, vivo en Valencia. |
- CCXI - | ||||
Es propio del amor, si es verdadero, | ||||
compendiar en un ser el mundo entero. |
- CCXII - | ||||
Este nombre de Inés, que tanto admiro, | ||||
lo he de envolver en mi último suspiro. |
- CCXIII - | ||||
La juventud ardiente y atrevida | ||||
se entrega a la pasión, porque no advierte | ||||
que, siendo hijo querido de la vida, | ||||
el amor es el padre de la muerte. |
- CCXIV - | ||||
Fue una mujer amante | ||||
de un corazón tan noble como tierno, | ||||
quien lo hizo conocer que olvidó el Dante | ||||
más de veinte suplicios en su Infierno. |
- CCXV - | ||||
Pensaba sólo en él; mas ya es su esposa, | ||||
y habla con él pensando en otra cosa. |
- CCXVI - | ||||
¡Ay! La virtud de un corazón sencillo | ||||
siempre se halla entro el yunque y el martillo. |
- CCXVII - | ||||
No es raro que retoñe en las abuelas | ||||
ese amor que precede a las viruelas. |
- CCXVIII - | ||||
Parece que tu espléndida belleza | ||||
no ha sido concebida en impureza. |
- CCXIX - | ||||
Es muy niña, y ya tiene calculadas | ||||
la fuerza y la extensión de sus miradas. |
- CCXX - | ||||
Aquella hada traidora, | ||||
cuando logra perderme, me enamora. |
- CCXXI - | ||||
Suele ser el placer un convidado | ||||
que no asiste al festín a que es llamado. |
- CCXXII - | ||||
La dicha más cumplida | ||||
será perder del mundo la memoria. | ||||
¿Quién podrá ser dichoso ni en la gloria | ||||
si hay en ella el recuerdo de esta vida? |
- CCXXIII - | ||||
En tus modos de amar tan conocidos | ||||
no te olvidas de ti ni en tus olvidos. |
- CCXXIV - | ||||
La niña encantadora | ||||
es ya coqueta. ¿Y para qué? Lo ignora. |
- CCXXV - | ||||
Es un Catón, desde que se ha servido | ||||
prohibirle la edad lo prohibido. |
- CCXXVI - | ||||
Su esposo la perdona, aunque le infama | ||||
¿Ama y perdona? Es imposible; no ama. |
- CCXXVII - | ||||
Es ángel y es mujer, pero imagino | ||||
que lo humano es mayor que lo divino. |
- CCXXVIII - | ||||
Oyó la historia de Eva, y la inocente | ||||
entró en ganas de ver una serpiente. |
- CCXXIX - | ||||
Lo que al hombre le aterra | ||||
es que mira, y mirando no ve nada, | ||||
porque todos los lados de la tierra | ||||
son puntos de partida sin llegada. |
- CCXXX - | ||||
Con rosas en el pecho y en la frente, | ||||
tienes en tus amores | ||||
la gentil condición de la serpiente | ||||
que le gusta esconderse entre las llores. |
- CCXXXI - | ||||
Viniendo del no ser, no estoy seguro | ||||
si voy a parte alguna. | ||||
¡Misterios del sepulcro y de la cuna, | ||||
fantasmas del pasado y del futuro! |
- CCXXXII - | ||||
Es muy buena mujer, mas sus manías | ||||
volvieron blanco a un rubio en cuatro días. |
- CCXXXIII - | ||||
Esa joven declara | ||||
que aun puedo yo agradar; pero es lo cierto | ||||
que hoy, al verme pasar, puso la cara | ||||
que se suele poner al ver a un muerto. |
- CCXXXIV - | ||||
La ambición más legítima y más pura | ||||
para subir se arrastra hacia la altura. |
- CCXXXV - | ||||
Aunque parece necia, | ||||
nos conoce tan bien que nos desprecia. |
- CCXXXVI - | ||||
Después que aquí encantó con su belleza, | ||||
irá al cielo a admirar con su pureza. |
- CCXXXVII - | ||||
El grande Enrique, de pudores harto, | ||||
dijo a una joven con descaro un día: | ||||
- ¿Cuál es, niña, el camino de tu cuarto? | ||||
La joven contestó: -«La vicaría». |