Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
Anterior Indice Siguiente



Cabezas humanas

Apenas hay tipo que no pueda representarse con más o menos perfección, ya con las manos solas, ya con ellas y algunos pedazos de papel, como indican las figuras restantes que ponemos para muestra. Los que consigan proyectarlos con alguna facilidad hallarán con el ejercicio multitud de variaciones muy agradables, y podrán dar a las figuras vida y animación con muy variados movimientos.

Núm. 32. La abuela: Comencemos por los tipos de familia. ¿Quién no reconoce en esta figura a la abuelita, siempre cariñosa? Bien fácil es representarla. En casi todas las cabezas humanas la mano derecha forma la cara de diversas maneras. En ésta el índice forma la nariz, larga o corta, recta o encorvada; el anular y el medio, la boca, y el meñique, la barba. La izquierda forma la cabeza de mil maneras diversas, según que se quiera variar el tocado o la clase de sombrero que lleven las figuras, como puede verse en las que describimos.

Núm. 33. La tía: He aquí una amable tía que viene a visitarnos. No es tan anciana como la abuelita, y por eso los dedos anular y pequeño, algo menos encorvados, modifican un poco el aspecto. La mano izquierda, colocada de otro modo bien sencillo, forma un tocado elegante y distinto del anterior.

sombras

[Página 330]

Núm. 34. El abuelo: Acaba de subir las escaleras y viene muy fatigado. El anular y el meñique, algo, más retrasados y separados   —330→     —331→   del dedo medio, forman tan bonito corte de cara; el índice, más o menos encorvado, hace una nariz a gusto del artista. La izquierda apoya el dedo medio encorvado sobre el índice derecho para formar la cabeza; oculta el pulgar, el anular y el meñique, y con el índice doblado limita el ojo.

Núm. 35. El portero: No le falta más que la escoba para comenzar a barrer con mucho sosiego la portería. El anular derecho, un poco menos doblado que el medio y meñique y algo abierto, forma el labio inferior. La mano izquierda, cerrada y puesta sobre la derecha, proyecta con los nudos de las segundas falanges un magnífico gorro o pañuelo arrollado sobre la cabeza.

Núm. 36. El vecino: Emprende un viaje y viene a ofrecernos sus servicios. La mano derecha se pone como en las figuras anteriores, pero extendiendo el pulgar para hacer con el izquierdo las alas del sombrero, cuya copa forman los demás dedos de la izquierda estirados hacia arriba.

Núm. 37. El amigo: Con simpática amabilidad viene a invitarnos para dar un paseo. La derecha, muy poco modificada, forma la cara. La izquierda, apoyada en ella, proyecta el sombrero de última novedad; el meñique y pulgar, bien estirados, hacen las alas; los nudos de los demás dedos, con el pulgar derecho que sale junto al izquierdo, forman la copa.

Núm. 38. El empleado de puertas: Pasemos ahora a describir tipos de personas públicas. El primero que nos sale al paso es el empleado de puertas exigiendo el impuesto de consumos. La derecha, puesta como en las anteriores, inclina hacia abajo el dedo medio para formar el bigote. Como la noche está fría, trae calada la gorra hasta los ojos. El anular y el meñique, estirados y de perfil, hacen la visera.

Núm. 39. El polizonte: Pasea tranquilo buscando perros sin bozal. La cara se forma, poco más o menos, como las anteriores. El meñique izquierdo hace la visera, y los demás dedos doblados, el casco del kepis.

Núm. 40. El alguacil de la Audiencia va en busca del testigo que debe prestar declaración. Varía el modo de hacerlo, pero no es más difícil: el pulgar de la derecha, doblado en ángulo recto, forma la boca y la barba; el índice perfila la nariz; el dedo medio encorvado hace el labio superior, y el anular y el meñique se doblan enteramente. La mano izquierda se pone sobre la derecha de modo que se proyecte el dorso de la muñeca, y con el pulgar y el índice bien estirados se forman las alas del sombrero.

sombras

[Página 332]

Núm. 41. El oficial: Observa severamente las pesadas evoluciones de los nuevos reclutas. La derecha forma la cara, como en   —332→     —333→   las figuras precedentes, sin más variación que inclinar hacia el suelo el anular y el meñique para hacer la barba. El ros se forma exactamente lo mismo que el del polizonte, igualando más o menos los dedos para variar la forma del casco.

Núm. 42. El cartero: Repica impaciente con el llamador para que salgan aprisa por las cartas. La mano derecha, como de costumbre; la izquierda, como en el núm. 38, o estirando también el dedo medio y encorvando el índice.

Núm. 43. El médico: Examina atentamente la lengua del enfermo. Dóblese el meñique derecho sobre la tercera falange del anular; el índice, puesto sobre el dedo medio, forma el bigote, más o menos grande, y el pulgar proyecta la nariz. La izquierda oculta los dedos detrás de la derecha, y con el dorso hace la cabeza. Puede también formarse un sombrero y darle otra actitud.

Núm. 44. El judío: He aquí para muestra otros tipos diversos. La derecha, con el índice y el medio perfilados, hace la barba, que limita el pulgar puesto horizontalmente por debajo. El dedo medio de la izquierda se monta sobre el meñique para formar la nariz; el resto de la mano forma la cabeza, y la punta del pulgar, asomando por encima, hace la borla del gorro.

Núm. 45. El negro: Los dedos de la izquierda se doblan ocultando el pulgar, y forman la nariz, los labios y la barba. La derecha apoya el índice y el medio sobre el índice izquierdo, algo arqueados, para formar el ojo, que limita el pulgar, o el anular doblado; este último hace mover la vista de un modo curioso.

Núm. 46. El indio: La derecha forma la cara como en muchas de las anteriores. La izquierda, apoyado el dorso sobre el pulgar derecho y con los dedos extendidos proyecta las plumas que lleva en la cabeza.

Núm. 47. El tártaro: La derecha inclina hacia abajo el dedo medio casi como el índice para imitar el bigote caído que usan los tártaros; y el anular algo separado, para formar la boca. La izquierda se pone encima ocultando los dedos, y con el dorso hace la cabeza, y con el pulgar la trenza.

Núm. 48. Mefistófeles: La derecha, algo inclinada hacia abajo, hace con el meñique la perilla, y con los demás la cara. La izquierda se pone encima, y con el meñique y el anular doblados forma la frente, con el pulgar encorvado, la coronilla de la cabeza, y con el índice y el medio estirados, los cuernos.

sombras

[Página 334]

Núm. 49. Polichinela: La mano derecha se inclina algo hacia abajo; el índice y el medio unidos y algo abiertos forman la nariz; el pulgar limita la parte superior de la boca, apoyándose en el   —334→     —335→   índice. Sobre éste también apoya la izquierda el anular y el pequeño algo encorvados para formar la cabeza y el ojo; el dedo medio se dobla enteramente, y el índice, levantado y encorvado, proyecta la borla del gorro.

Figuras especiales

En todas ellas una mano sola hace la cabeza de la figura, supliendo con pedazos de papel lo que la otra mano hacía en las precedentes. De este modo queda libre una de las manos para accionar o proyectar otra figura, dando así mucha más variedad a los tipos y más interés a las escenas. Las cabezas humanas que acabamos de describir pueden reproducirse por este método; indicaremos, sin embargo, algunas otras para más variedad. Para que conserven las proporciones debidas, la mano izquierda, como más próxima a la luz, forma la parte cuya silueta ha de ser mayor.

Núm. 50. El cocinero: En papel fuerte se recorta la figura del gorro, dejando en la parte inferior un pedazo para sujetarlo cómodamente entre los dedos. La izquierda forma la cara como ya hemos dicho. La derecha imita varias acciones, como echar sal en el guiso, mojar un dedo en la salsa y probarlo, etc., etc... Si a estas acciones acompañan los correspondientes movimientos de la cabeza, resulta una verdadera escena.

Núm. 51. El paseante: Córtese un gorro o sombrero cualquiera. La derecha toma una pipa, un cigarro o puro, y lo acerca a la boca. Después de dar unas chupadas, levanta tranquilamente la cabeza y lanza el humo. El efecto es completo si arroja humo de verdad, para lo cual basta lanzarlo por un tubo de goma que vaya a terminar entre los dedos que forman la boca. Téngase cuidado de ocultar el tubo con la manga para que no se proyecte en la pantalla.

Núm. 52. El viajero: La cabeza se forma como las anteriores, variando, si se quiere, la forma del sombrero. La derecha, después de colocar la cachava debajo del brazo, saca el pañuelo para limpiar el sudor, coge la botella y bebe.

Núm. 53. El viejecito: Sale del asilo a tomar el sol. Los dedos de la derecha, además de sostener el sombrero, forman la cara, como indica la figura. El pulgar, que forma el brazo, sostiene la cachava, que es una varita, o recortada de papel fuerte y sujeta al dedo con una goma o un hilo. Los dedos de la izquierda, doblados hacia el suelo, forman de dos en dos las piernas, excepto el pulgar, que hace el faldón de la levita.

Núm. 54. El pescador de caña: Se forma con la derecha, exactamente lo mismo que el anterior, sosteniendo, en vez del bastón, la caña de pescar, con su hilo y anzuelo correspondiente. Una   —336→   tabla o un pañuelo colocado delante de la luz o de la pantalla limita la superficie del mar, sobre la cual aparece el cartón o papel que forma la barca. Otro niño se encarga de enganchar alguna vez en el anzuelo un pececillo, que saldrá vivito y coleando.

Núm. 55. La esgrima: Vuelto un poco el operador hacia la luz, hace con cada una de las manos una silueta semejante a la del pescador. Los pulgares sostienen en vez de la caña los floretes. Si la postura resulta incómoda puede ponerse de frente a la pantalla, cuidando de no proyectar sombra con la cabeza o de ponerse un gorro y proyectar las siluetas sobre él, como en la fig. 62.

Núm. 56. Las carreras: Cortada la gorra, se forma con la derecha el jinete o jockey, poco más o menos como en las anteriores. La izquierda, ocultando la punta del índice y del meñique, forma la cabeza del caballo; el pulgar, la oreja; el brazo desnudo proyecta el cuello, y una hebra de bramante puesta entre el anular y el medio sirve de freno. Entre dos o tres niños pueden imitar muy bien las carreras.

Núm. 57. El payaso: La cara se forma lo mismo que varias de las anteriores: no se necesita más que un gorro de cualquier forma, con el cual se puede formar también la frente y el ojo, si se quiere. La mano derecha se encarga de hacer los gestos correspondientes a las acciones propias de este género de artistas.

Núm. 58. En el circo: Puesto el operador de frente a la pantalla, como dijimos en la fig. 55, proyecta con cada mano un clown o payaso parecido al anterior. Si los proyectan entre dos niños, pueden representar escenas completas con los gestos de las manos libres.

Núm. 59. El burro sabio: Puesto también el operador frente a la pantalla, con la derecha forma el payaso lo mismo que en la anterior, poniendo en el pulgar el látigo. El borrico se forma como el perrillo faldero (fig. 16), montando el dedo medio sobre el índice para formar la cabeza, y en él, con un hilo o una goma, se sujeta el cartoncito que proyecta las orejas. Los dedos restantes forman las patas. Entre dos niños pueden proyectar las figuras más completas y representar acciones más variadas y divertidas.

Núm. 60. El señor maestro: Esta figura apenas difiere de las primeras de esta lámina; no necesita advertencias especiales.

Núm. 61. El señor fiscal: Tampoco difiere de la anterior sino en las acciones que el artista imite, acomodadas a los tipos que representa. El fiscal perora con calor, se limpia con el pañuelo, escucha la defensa del abogado, refuta sus argumentos, etc., etc.

Núm. 62. El diputado: Sale al balcón para hablar a las masas. Puede hacerse como el anterior, variando el sombrero, o también proyectándolo solamente con la mano derecha, y sirviendo de balcón o tribuna el gorro del operador proyectado en la pantalla.

Núm. 63. El predicador: Se forma exactamente como el diputado,   —337→   cambiando el sombrero por el bonete. El antebrazo izquierdo, con un libro o cosa parecida que lleva sujeto, forma el púlpito; y la mano doblada en ángulo recto sirve de tornavoz. El predicador se acerca al púlpito, entra y comienza su sermón, etc.

Núm. 64. El señor cura: Terminado el sermón, se baja del púlpito, y a poco vuelve a la escena con el sombrero de teja. El pulgar izquierdo forma ahora el otro brazo, y los demás dedos, apoyados en el dorso de la derecha, imitan la esclavina.







Anterior Indice Siguiente