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La lozana
andaluza
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Parte I
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Comienza la historia o retrato sacado del jure cevil
natural de la señora Lozana; compuesto en el año mil
quinientos veinticuatro, a treinta días del mes de junio, en
Roma, alma ciudad; y como había de ser partido en
capítulos, va por mamotretos, porque en semejante obra mejor
conviene
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Mamotreto V
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Cómo se supo dar la manera para vivir, que fue
menester que usase audacia pro sapientia
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Mamotreto VI
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Cómo en Pozo Blanco, en casa de una camisera, la
llamaron
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Mamotreto IX
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Una pregunta que hace la Lozana para
informarse
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Mamotreto X
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El modo que tuvo yendo con Aguilarico,
espantándose que le hablaban en catalán, y dice un
barbero, Mosén Sorolla
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Mamotreto XI
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Cómo llamó a la Lozana la Napolitana que
ella buscaba, y dice a su marido que la llame
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Mamotreto XII
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Cómo Rampín le va mostrando la ciudad y
le da ella un ducado que busque donde cenen y duerman, y lo que
pasaron con una lavandera
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Mamotreto
XIII
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Cómo entran en la estufa Rampín y la
Lozana y preguntan
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Mamotreto XIV
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Cómo torna su tía y demanda dónde
ha de dormir Rampín, y lo que pasaron la Lozana y su futuro
criado en la cama
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Mamotreto XV
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Cómo fueron mirando por Roma, hasta que vinieron
a la judería, y cómo ordenó de poner
casa
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Mamotreto XVI
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Cómo entran a la judería y ven las
sinagogas y cómo viene Trigo, judío, a ponerle
casa
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Mamotreto
XVII
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Información que interpone el autor para que se
entienda lo que adelante ha de seguir
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Mamotreto
XVIII
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Prosigue el autor, tornando al decimosexto mamotreto,
que, viniendo de la judaica, dice Rampín
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Mamotreto XIX
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Cómo, después de ido Trigo, vino un
maestresala a estar la siesta con ella, y después un macero,
y el valijero de Su Señoría
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Mamotreto XX
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Las preguntas que hizo la Lozana aquella noche al
valijero, y cómo la informó de lo que
sabía
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Mamotreto XXI
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Otra pregunta que hace la Lozana al valijero cuando se
levanta
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Mamotreto
XXII
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Cómo se despide el valijero, y desciende su
criado, y duermen hasta que vino Trigo
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Mamotreto
XXIII
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Cómo fue la Lozana en casa de esta cortesana, y
halló allí un canónigo, su mayordomo, que la
empreñó
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Parte II
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Mamotreto
XXIV
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Cómo comenzó a conversar con todos, y
cómo el autor la conoció por intercesión de un
su compañero, que era criado de un embajador milanés,
al cual ella sirvió la primera vez con una moza no virgen,
sino apretada
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Mamotreto XXV
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Cómo el autor, dende a pocos días,
encontró en casa de una cortesana favorida a la Lozana y la
habló
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Mamotreto
XXVI
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Cómo la Lozana va a su casa, y encuentra su
criado y responde a cuantos la llaman
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Mamotreto
XXVII
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Cómo va por la calle y la llaman todos, y un
portugués que dice
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Mamotreto
XXVIII
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Cómo va la Lozana en casa de un gran
señor, y pregunta si, por dicha, le querrían recibir
uno de su tierra que es venido y posa en su casa
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Mamotreto
XXIX
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Cómo torna su criado; que venga presto, que la
esperan una hija puta y su madre vieja
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Mamotreto XXX
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Cómo viene su criado, y con él un su
amigo, y ven salir las otras de casa
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Mamotreto
XXXI
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Cómo la Lozana soñó que su criado
caía en el río, y otro día lo llevaron en
prisión
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Mamotreto
XXXII
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Cómo vino el otro su compañero corriendo,
y avisó la Lozana, y va ella radiando, buscando
favor
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Mamotreto
XXXIII
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Cómo la Lozana vio venir a su criado, y fueron a
casa; y cayó él en una privada por más
señas
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Mamotreto
XXXV
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Cómo, yendo a casa de otra cortesana, vino su
criado, y lo hizo vestir entre sus conocidos
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Mamotreto
XXXVI
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Cómo un caballero iba con un embajador
napolitano, travestidos, y vieron de lejos a la Lozana, y se la dio
a conocer el caballero al embajador
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Mamotreto
XXXVII
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Cómo de allí se despidió la
Lozana, y se fue en casa de un hidalgo que la buscaba, y estando
solos se lo hizo porque diese fe a otra que lo sabía
hacer
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Mamotreto
XXXIX
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Cómo la señora Terencia vio pasar a la
Lozana y la manda llamar
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Mamotreto XL
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Cómo, yendo su camino, encuentra con tres
mujeres, y después con dos hombres que la conocen de luengo
tiempo
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Parte III
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Mamotreto XLI
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Aquí comienza la tercera parte del retrato, y
serán más graciosas cosas que lo pasado. Cómo
tornó a casa y afeitó con lo que traía las
sobredichas, y cómo se fueron, y su criado con ellas, y
quedó sola, y contaba todo lo que había menester para
su trato que quería comenzar. Y de aquí adelante le
daremos fin
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Mamotreto
XLII
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Cómo, estando la Lozana sola, diciendo lo que le
convenía hacer para tratar y platicar en esta tierra sin
servir a nadie, entró el autor callando, y disputaron los
dos; y dice el autor
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Mamotreto
XLIII
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Cómo salía el autor de casa de la Lozana,
y encontró una fantesca cargada y un villano con dos asnos
cargados, uno de cebollas y otro de castañas, y
después se fue el autor con un su amigo, contándole
las cosas de la Lozana
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Mamotreto
XLIV
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Cómo fue otro día a visitarla este su
conocido Silvano, y las cosas que allí contaron
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Mamotreto XLV
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Una respuesta que hace este Silvano, su conocido de la
Lozana
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Mamotreto
XLVII
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Cómo se despide el conocido de la señora
Lozana, y le da señas de la patria del autor
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Mamotreto
XLVIII
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Cómo vinieron diez cortesanas a se afeitar, y lo
que pasaron, y después otras dos, casadas, sus amigas,
camiseras
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Mamotreto
XLIX
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Cómo vinieron a llamar a la Lozana que fuese a
ver un gentilhombre nuevamente venido, que estaba malo, y dice ella
entre sí, por las que se partieron
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Mamotreto L
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Cómo la Lozana va a ver a este gentilhombre, y
dice subiendo
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Mamotreto LI
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Cómo se fue la Lozana corrida, y decía
muy enojada
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Mamotreto LII
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Cómo la Lozana encontró, antes que
entrase en su casa, con un vagamundo llamado Sagüeso, el cual
tenía por oficio jugar y cabalgar de balde, y
dice
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Mamotreto
LIII
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Lo que pasa entre todos tres, y dice la Lozana a
Divicia
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Mamotreto LIV
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Cómo platicaron la Lozana y Divicia de muchas
cosas
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Mamotreto LV
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Cómo la Lozana vio venir a un joven desbarbado,
de dieciocho años, llamado Coridón, y le dio este
consejo como supo su enfermedad
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Mamotreto LVI
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Cómo la Lozana estaba a su ventana, y dos
galanes vieron salir dos mujeres, y les demandaron qué era
lo que negociaban
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Mamotreto
LVII
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Cómo salió la Lozana con su canastillo
debajo, con diversas cosas para su oficio, y fue en casa de cuatro
cortesanas favoridas, y sacó de cada una, en partes,
provisión de quien más podía
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Mamotreto
LVIII
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Cómo va la Lozana en casa de la Garza Montesina,
y encuentra con dos rufianes napolitanos, y lo que le
dicen
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Mamotreto LIX
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Cómo la Lozana fue a casa de madona Clarina,
favorida, y encontró con dos médicos, y el uno era
cirúgico, y todos dos dicen
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Mamotreto LX
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Cómo fue la Lozana en casa de la Imperia
aviñonesa, y cómo encontró con dos juristas
letrados que ella conocía, que se habían hecho
cursores o emplazadores
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Mamotreto LXI
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Cómo un médico, familiar de la
señora Imperia, estuvo con la Lozana hasta que salió
de reposar la Imperia
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Mamotreto
LXII
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Cómo la señora Imperia, partido el
médico, ordenó de ir a la estufa ella y la Lozana, y
cómo encontraron a uno que decía «Oliva, oliva
de España», el cual iba en máscara, y dice la
Imperia al médico
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Mamotreto
LXIII
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Cómo la Lozana fue a su casa y envió por
un sastre, y se vistió del paño que le dieron en casa
del coronel, y lo que pasó con una boba. Y dice la
Lozana
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Mamotreto
LXIV
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Cómo vinieron cuatro palafreneros a la Lozana:
si quería tomar en su casa un gentilhombre que venía
a negociar, y traía un asnico sardo llamado Robusto, y
ensalmoles los encordios, y dice uno
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Mamotreto LXV
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Cómo vino el asno de micer Porfirio por corona,
y se graduó de bachiller, y dice entre sí, mirando al
Robusto, su asnico
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Mamotreto
LXVI
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Cómo la Lozana se fue a vivir a la ínsula
de Lípari, y allí acabó muy santamente ella y
su pretérito criado Rampín, y aquí se nota su
fin y un sueño que soñó
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Apología
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Cómo se excusa el autor en la fin del Retrato de
la Lozana, en laude de las mujeres
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Epílogo
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Esta epístola añadió el autor el
año de mil quinientos veintisiete, vista la
destrucción de Roma y la gran pestilencia que
sucedió, dando gracias a Dios que le dejó ver el
castigo que méritamente Dios permitió a un tanto
pueblo
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