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Aquí hay, un
lugar de desafecto
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Asistirás un
día
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Bajarán
abanicos del cielo
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Catador de
músicas extrañas
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Cigarras cantando:
pulso del verano.
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Clara doncella,
delicia de tu dueño,
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Como suave
lágrima
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Cuando el antiguo
mar
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Demasiado orgulloso
para morir; destrozado y ciego murió
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Desde el dintel de
la aurora
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Dolor fue la
costumbre,
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Dudando entre dos
sueños, dos nostalgias,
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El alba
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El que
existía
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En el principio fue
la oscuridad
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En los
límites del mundo
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En un instante de
candor
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Entre el temor y el
temblor
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Extraña
visita ánima errante
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Fui hombre entre los
hombres: el esplendor de la gloria
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Inundando el
espacio
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La brisa de
primavera despeina mis cabellos.
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La lluvia cae sobre
el río
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La raza de larga
cabellera
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Las manzanas se
pudren en el césped
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Las mariposas llenan
el aire con sus colores
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Lenguas de
fuego
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Llegarán desde
la otra orilla
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Los jacintos
romanos, Señor, florecen en los vasos
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Luciérnagas:
faroles minúsculos del verano
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Mantén en
alto
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Mi sed
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No vayas
dócilmente hacia la bondadosa oscuridad.
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Nombres por primera
vez oídos,
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Nubes negras, cielo
encapotado
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Oye mi voz bajo las
piedras
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Pájaros
azules cantando en la porcelana.
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Plumas bogando en el
estanque.
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Por Cáncer te
veré surgir
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Por los caminos del
sol, en el espacio asombrado,
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Qué mares
qué costas qué grises rocas y qué
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Rayo y basalto sobre
el pecho enjoyado
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Silenciosa en mis
sueños caminas,
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Tal vez no lo
recuerdes: el mar arrulla desde siempre,
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Todos los
demonios
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Triste mi bella dama
de otro tiempo
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Un jarrón
frente al espejo:
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Un lecho
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Una vez luché
con un ángel
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Viento de
otoño, aliento del olvido,
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Y al fin llegaron,
en paz.
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Y luego bajamos a la
nave
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Yérguete en
el piso más alto de la escalera-