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  -fol. 76v-  

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DOÑA BLANCA y ANTONIA.

 
DOÑA BLANCA
Largo día.
ANTONIA
Temerario.
DOÑA BLANCA
Nunca le he visto mayor.
ANTONIA
Es en secretos de amor
la luz el mayor contrario.
DOÑA BLANCA
¡Ay noche, que siempre en ti5
libra amor sus esperanzas!
Corre, que si no le alcanzas
no queda remedio en mí.
Apresura el negro coche
donde las mías están,10
ya que fuiste de San Juan,
que es la más pública noche.
De Europa en el mar te baña
sobre el amoroso toro,
y ven con máscara de oro15
desde las Indias a España.
Si, coronada de rosas,
esperan otros amantes
la Aurora, yo los diamantes
de tus alas perezosas.20
Despierta, noche, que estoy
sin vida por ti. ¿Qué aguardas?
Pero tanto más te tardas
cuanto más voces te doy.
ANTONIA
Haste aliñado tan presto,25
que has hecho mayor el día.
DOÑA BLANCA
Previene amor la osadía,
y él me ha vestido y compuesto,
que ya mi hermano ha sabido
que quiero salir al Prado,30
porque con esto, engañado,
no repare en el vestido.
¿Has avisado al cochero?
ANTONIA
¿A las cuatro de la tarde
le he de avisar?
DOÑA BLANCA
¡Qué cobarde
35
me entretiene el bien que espero!
Todo pienso que ha de ser
estorbo a mi pretensión.
ANTONIA
La misma imaginación
no te deja entretener.40
Suspende solo un momento
al pensamiento el cuidado.
DOÑA BLANCA
Ya pienso, y lo que he pensado
es el mismo pensamiento.
¿Aguardaré desta suerte45
a don Pedro?
ANTONIA
Tal estás
que con ser mujer me das
mil ansias de hablarte y verte.
DOÑA BLANCA
¿Tendrá mi propio cuidado
don Pedro?
ANTONIA
En la calle está.
50
DOÑA BLANCA
¿Podrá verme?
ANTONIA
Bien podrá,
pero no será acertado.
DOÑA BLANCA
¿Si vio hacer las escrituras?
ANTONIA
Todo pienso que lo vio.
DOÑA BLANCA
¿Y quieres que tenga yo55
mis esperanzas seguras?
Yo muero, y la noche duerme,
¡ay de mí!
ANTONIA
Sosiega un poco.
DOÑA BLANCA
Mejor podrá mi amor loco
matarme que entretenerme.60
ANTONIA
Toma un libro que hay aquí
de comedias.
DOÑA BLANCA
¿Para qué?
Pues si es de amores, yo sé
que él puede buscarla en mí.
¿No has visto aquellos afectos65
tan vivos de dos amantes?
-fol. 77r-
Pues di a los representantes
que vengan a hurtarme afectos.
ANTONIA
A lo menos tú pudieras
imitar sus relaciones,70
con que tus locas pasiones,
amorosa, entretuvieras.
DOÑA BLANCA
Bien dices, y tú serás
la crïada de la dama.
ANTONIA
Di, que ya el vulgo te aclama75
si acción a los versos das,
porque en muchas ocasiones
que prevenirle pretende,
celebra lo que no entiende,
no más de por las acciones.80
DOÑA BLANCA
Una mañana de abril,
cuando nueva sangre cobra
cuanto en tierra, en aire, en agua,
o corre, o vuela o se moja,
cuando por los secos ramos85
nuevo humor pimpollos brota,
en cuyas pequeñas cunas
están los frutos sin forma,
cuando Filomenas dulces
cantan, y piensan que lloran,90
haciendo músicos libros
de los álamos las copas,
con achaques del color,
invención de gente moza,
que contra el recogimiento95
tal vez por remedio toma,
bajé a la Casa del Campo,
cuando la celeste concha,
abierto el dorado nácar,
flores bañaba en aljófar.100
Llevaba por compañía
esas dos esclavas solas,
que por el color pudieran
servir para el sol de sombra.
Tuve licencia de entrar,105
y entre los cuadros que a Flora
viste de tomillo el arte,
lazos de sus verdes orlas,
anduve mirando fuentes,
que despeñadas se arrojan110
de la altura en que se crían,
a lo llano en que se postran.
Las nuevas rosas cogía
de las ramas espinosas,
tan doncellas que aún guardaban115
la clausura de las hojas.
Las que mostraban color,
abríalas con la boca,
trocando aliento con ellas
por quedarme con la copia.120
Miraba otra vez atenta
aquella estatua famosa
del nieto de Carlos Quinto
que ya los cielos coronan,
padre de nuestro divino125
monarca y señor, que adoran
dos mundos, por quien España
tantas esperanzas logra,
y aquel valiente caballo,
que renueva la memoria130
del que llevaron los griegos,
fatal engaño de Troya,
tan vivo, que imaginaba
que escuchara temerosa
los relinchos por Atlante135
de tanta grandeza heroica.
Un obelisco de mármol
no lejos, por unas diosas
y sátiros, vierte plata
sobre las inquietas hondas.140
Hay unos olmos enfrente
que de yedras trepadoras
han hecho eternos vestidos,
galas de su verde pompa.
Allí me senté cansada145
cuando por la senda propia
vino don Pedro a matarme,
que yo no pienso otra cosa.
-fol. 77v-
Mira tú si son estrellas
las que las almas provocan,150
pues se me turbó la mía
con unas nuevas congojas.
Aquí puedes tú pensar
qué palabras, qué lisonjas
me diría, cuando a un hombre155
la soledad ocasiona.
Allí entró por las esclavas
esto del sol y la sombra,
y que tras la noche negra
venía la blanca Aurora,160
que era yo la primavera,
y que presidiendo a todas
las flores, las repartía
colores blancas y rojas.
Oíle, y vi ser verdad,165
que no importa que la honra
sea diamante cuando hay cera
por donde ternezas oiga.
Como si le hubiera visto
y concertado las horas170
que había de estar allí,
hace que a los pies me pongan
una toalla, dos cajas,
ésta azar, aquella alcorzas,
y muy hallado conmigo175
suena la música ronca
en un cubo que traía
su poco de cantimplora,
y de plata por lo menos,
y quitándole a una bota180
de aquello que a un hombre afrenta
una torneada gorra,
enjuaga un criado aprisa
una cristalina copa,
y me brinda el tal galán185
como si fuera su novia.
Para este brindis había
una colorada lonja,
por quien Garrobillas hace
que gasten tantas arrobas.190
Yo, atónita del suceso
y del hombre, estaba absorta,
y comiendo por los ojos,
aun no acertaba a la boca.
Acabose aquesta fiesta,195
y comenzamos por otra,
que fue pedirme una mano.
(Tengo por cosa notoria
que compañeros de mesa
luego apelan a las bodas.)200
Allí le dije quién era,
y él, la cara vergonzosa,
retira la mano al pecho
y el pensamiento reporta.
Pidiome perdón humilde,205
y perdonele amorosa,
que quien ofensas desea
a pocos ruegos perdona.
Y en tanto que los criados,
hallados ya con las moras,210
que al ejemplo de los dueños
fácilmente se conforman,
de segunda mesa estaban
atentos a lo que sobra,
presumiendo que tenían215
para su señor señora.
Con notable cortesía
me contó de su persona
y casa, bien cuerdamente,
una bien trazada historia.220
Allí supe de sus pleitos,
que no era jornada ociosa;
supe su nombre y su patria,
que era en Navarra Pamplona.
Con esto se iba encendiendo225
del sol la dorada antorcha,
con que me volví a la villa,
y el de mi casa se informa
donde papeles, deseos
y terceras amorosas230
-fol. 78r-
de mi voluntad le dieron
la merecida vitoria.
Tú sabes ya lo demás;
este fue el principio, Antonia,
deste suceso, a quien ya235
solo para ser su esposa
me falta que aquesta noche
sus estrellas me socorran,
y no más, porque mi hermano
de ver su cuñado torna.240
Amor, si eres Dios, ¿qué esperas?
Así olorosos aromas
te sacrifiquen amantes,
que favorezcas ahora
mi pretensión, pues es justa245
para que yo reconozca
que remuneras las penas
con las merecidas glorias.
 

(Sale DON BERNARDO.)

 
DON BERNARDO
En el hábito en que estás,
y en la corta bizarría,250
echo de ver, Blanca mía,
que esta noche al campo vas.
¿Quieres hacerme un placer,
pues que yo te dejo ir?
DOÑA BLANCA
¿En qué te puedo servir?255
DON BERNARDO
Merced me puedes hacer,
vete en cas de mi Leonor,
pues que ya somos hermanos,
y besarasle las manos.
Paga, que es justo su amor,260
y las dos os podréis ir
juntas esta noche al Prado.
DOÑA BLANCA
Tu verás con el cuidado
que yo la voy a servir.
DON BERNARDO
Yo te daré que la lleves,265
como que es tuya, una joya.
DOÑA BLANCA
Bravo amor.
DON BERNARDO
¡Árdese Troya!
Muestra el amor que me debes.
DOÑA BLANCA
¿Dónde está la joya?
DON BERNARDO
Ven,
y escoge de las que traigo.270
DOÑA BLANCA
¿Tú liberal? Mas ya caigo
Bernardo, en que quieres bien.
Los cielos me dan favor
contra el mayor enemigo.
DON BERNARDO
¿Qué murmuras, Blanca?
DOÑA BLANCA
Digo
275
que es muy hermosa Leonor.
DON BERNARDO
Dila mil cosas de mí,
que quiero que la enamores.
DOÑA BLANCA
Toda esta noche es de amores.
¡Oh, si amaneciese ansí!280
 

(Vanse.)

 
 

(Salen DOÑA LEONOR y INÉS.)

 
DOÑA LEONOR
No trates de consolarme,
que es consolarme ofenderme.
INÉS
¿Adónde vas?
DOÑA LEONOR
A perderme.
INÉS
¿Qué piensas hacer?
DOÑA LEONOR
Matarme,
que no puede remediarme285
sino la muerte en tan fuerte
desdicha.
INÉS
Señora, advierte.
DOÑA LEONOR
No tienes qué me advertir,
que el más penoso morir
es dilatando la muerte.290
¿Ausentarse no bastaba
don Juan, que es luz de mis ojos,
sin añadir los enojos
de una violencia tan brava,
si mi hermano se casaba,295
porque me casaba a mí?
Pero si a don Juan perdí,
saldrá don Luis con matarme,
mas no saldrá con casarme,
puesto que haya dado el sí.300
Cánsese en locos intentos,
más que el mar deshace espumas,
que dagas no son las plumas
que firman los casamientos,
antes son los fundamentos,305
cuando no los junta amor,
para apartarlos mejor,
-fol. 78v-
y esto de daga de hermano
es tempestad de verano,
poco rayo y gran temor.310
INÉS
¿De qué te espantas que huya
de verte casar don Juan,
puesto que tan cerca están
de que todo se concluya?
DOÑA LEONOR
A ser firmeza la suya,315
él viera que no podía
vencer la muerte a la mía,
mas como no la hay en él,
por no matarme crüel,
inconstante se desvía.320
 

(Sale TELLO de camino.)

 
¿Quién viene aquí?
TELLO
¿No lo ves?
INÉS
¿Es Tello?
TELLO
¡Linda razón!
Échame la bendición,
y dame, Leonor, los pies.
DOÑA LEONOR
¿Qué es esto?
TELLO
Partir, señora.
325
DOÑA LEONOR
¿Partir? ¿Con tal brevedad?
No tiene de sí piedad
Tello, quien se aparte agora.
¿Pues víspera de San Juan?
TELLO
Somos de Mantua marqueses330
que por los ríos franceses
la caza buscando van.
Los tiempos son calurosos,
pienso que Sierra Morena
nos ha de dar mala cena,335
aunque hay conejos famosos,
si bien no tienen igual
con el parque de Madrid.
DOÑA LEONOR
Partid, ingratos, partid,
para que dejéis mortal340
una mujer que engañastes.
TELLO
¿Yo, señora?
DOÑA LEONOR
Sí, los dos,
que habéis de dar cuenta a Dios
del daño que me causastes.
TELLO
De Inés, vaya, ¿mas de ti?345
DOÑA LEONOR
Tú, traidor, fuiste el primero,
pintándome caballero
a un3 ladrón.
TELLO
¿Ladrón?
DOÑA LEONOR
Sí.
TELLO
¿Sí?
Antes hasta el nombre tiene
Hurtado.
DOÑA LEONOR
Eso digo yo,
350
que quien hasta el nombre hurtó,
este nombre le conviene.
TELLO
Pues yo tengo imaginado
que fuera Leonor discreta
mejor para ser poeta,355
porque fuera todo hurtado.
Mas sé que si visto hubieras
lo que este pobre ha pasado,
que restituyó lo hurtado,
y aun lo por hurtar dijeras.360
Ha hecho cosas crüeles
consigo, y tanto lloró,
que pienso que jabonó
con lágrimas tus papeles.
No ha comido, ni he podido365
hacer que tome un bizcocho,
que hoy, Leonor, desde las ocho
ayuna al mártir Cupido.
Allá, con razones tibias,
dice que muere en tu fe,370
por más que le prediqué
en un púlpito de Esquivias.
Cuando vio traer las mulas
campanillas de un ausente,
no sé como este accidente375
sin lágrimas disimulas,
la manga desabotona
del jubón, y rompe aprisa
la trenza de la camisa,
no de romana matrona,380
sino de Scevola brazo.
Toma un cuchillo, yo corro
al socorro, y el socorro
se me volvió puntillazo,
con que dando en un baúl385
en esta pierna al contrario
-fol. 79r-
un hábito trinitario
traigo entre rojo y azul.
Luego por hüir topé
con la esquina de un bufete,390
que es bufón que se entremete,
o golpe, o estorbo fue,
y metiome en la barriga
la esquina de tal manera,
que dando pasos afuera,395
anduve de viga en viga,
hasta que di sobre un arca
adonde, sin ser yo mona,
haciéndome de corona
vine a quedar por monarca.400
DOÑA LEONOR
Y el cuchillo, ¿en qué paró?
TELLO
Que sin mandarlo Avicena,
del corazón en la vena
con la punta se picó.
Mojó en la sangre una pluma,405
y apercibiendo papel,
escribió con ella en él
de sus desdichas la suma.
Pelícano, en fin, Leonor,
si no cernícalo ha sido,410
que estoy por mal prevenido
baldado de cazador.
DOÑA LEONOR
Muestra. Aquí dice: «Estas son
hoy de mi fee las postreras
reliquias.» Alma, ¿qué esperas?415
Voy a echarme del balcón.
INÉS
Señora.
TELLO
Señora.
INÉS
Tente.
TELLO
Detente.
INÉS
¿Estás loca?
DOÑA LEONOR
Sí.
Matareme desde aquí
luego que don Juan se ausente,420
por eso dile que venga
a verme, o que muerta soy.
TELLO
Espera, yo iré, ya voy.
DOÑA LEONOR
Pues venga, y no se detenga,
que si en la mula le veo,425
me arrojaré del balcón.
TELLO
Cairás en el pozo airón.
DOÑA LEONOR
¿Qué infierno como un deseo?
TELLO
¡Oh Hero de gran valor!
¡Oh Leandro, que nadando430
vas en una mula, cuando
navegas el mar de amor!

  (Vase.) 

INÉS
Impertinente has estado
en este necio coloquio.
DOÑA LEONOR
Pues escucha un soliloquio435
de mis desdichas traslado.
INÉS
No, por Dios, que son efetos
de menos satisfación,
y quitarás de invención
lo que gastes de concetos.440
Poco más o menos sé
cuanto me puedes decir.
 

(Salen DON JUAN, de camino, y TELLO.)

 
DON JUAN
¿Que no me puedo partir?
TELLO
Ya no es posible.
DON JUAN
¿Por qué?
DOÑA LEONOR
¡Jesús!, ¿don Juan de camino?445
INÉS
Desmayose.
TELLO
Llega presto.
DON JUAN
¡Buenas andan mis desdichas!
¡Buenos van mis pensamientos!
¡Leonor, ah Leonor!
TELLO
Muriose.
DON JUAN
¿Cómo muriose? En los cielos,450
si hay soplo que a tanto baste,
se morirá el sol primero.
Aquí, estrellas, que se eclipsa
la luna deste hemisferio.
Si soy la tierra, ¡ay de mí!,455
¿qué vine a ponerme en medio?
Aquí, celestiales luces,
hermoso planeta Venus,
que no habrá amor en el mundo,
y será su fin más presto.460
Aquí, polos que tenéis
de los cielos el gobierno,
diamantes desenclavados
de aquellos dorados techos.
-fol. 79v-
Primavera, que se mueren465
las rosas, acudid presto;
campos, mirad que os espera
un luto de eterno invierno.
Excelsos montes de nieve,
si ésta falta en vuestros puertos470
¿adónde iréis por blancura,
que encubra vuestros defetos?
Dadme esas manos, mi bien.
¿Es posible, hermoso yelo,
que no te despierta fénix475
el sol de mi ardiente fuego?
¡Ay elementos, haced
llanto! El aire por su aliento
aromático, las aguas
por el cristal de su pecho,480
la tierra por tantas flores,
y por tanta luz el fuego.
Ea, ¿qué aguardáis? Venid
sol, estrellas, luna, Venus,
polos, montes, nieves, campos,485
agua, fuego, tierra y vientos.
Pues esto sufrís, cielos,
ya el mundo se acabó, su sol se ha muerto.
TELLO
Nunca te he visto ensartar,
con relámpagos y truenos,490
tantos desatinos juntos.
DON JUAN
Pues, ¿qué quieres si no veo
señal de cielo en sus ojos,
señal de azar en su aliento?
O nunca pasara el mar,495
o al través diera mi leño
en la canal de Bahama;
fuérase a pique hasta el centro
el navío4 en que venimos,
sepultura el mar mi cuerpo500
TELLO
¿Y qué hicieran a Leonor
los demás que estaban dentro,
viniendo a lograr a España
sus trabajos y sus pesos?
Por Dios que había de pedir505
prestada para aquel tiempo
su ballena al buen Madrid
para meterme en su pecho.
DON JUAN
Quéjate, España, de mí,
que a Colón he sido opuesto,510
que él trujo a España las Indias
y yo sin Indias la dejo.
Aquí la plata y el oro
para siempre se perdieron,
las piedras y los diamantes.515
TELLO
Ea, di que marineros,
y maestros, y pilotos,
aprendan oficios nuevos,
que buenas quedan las Indias
si quedan por tus enredos520
sin cerro de Potosí,
que vale infinitos pesos.
DON JUAN
Tello, yo no quiero vida;
yo no quiero vida, Tello.
TELLO
¿Pues quién te ruega con ella?525
DON JUAN
Ya no me queda remedio.
Pues esto sufrís, cielos,
ya el mundo se acabó, su sol se ha muerto.
 

(DOÑA LEONOR vuelve en sí.)

 
DOÑA LEONOR
¿Qué es esto, Inés? ¿Quién da voces?
INÉS
Albricias, señor, que ha vuelto530
del desmayo.
DON JUAN
¿Leonor mía?
DOÑA LEONOR
¿Quién me llama?
DON JUAN
Ya volvieron
el sol, la aurora y el día,
cielos, a su ser primero.
DOÑA LEONOR
Atenta, crüel don Juan,535
a tus engaños, que han hecho
sirenas del mar de amor
mis desdichas y tu ingenio,
no te quise interrumpir,
por ver si en tantos enredos540
hallaba alguna verdad
de tu sentimiento ejemplo.
Pero si alguna lo ha sido,
-fol. 80r-
¿qué furia, qué movimiento
de tu condición mudable545
te lleva a matarme haciendo
culpa la firmeza en mí
con que te adoro y respeto?
Que quien los respetos culpa,
no quiere estimar los yerros,550
porque temerá que se hagan
quien se ha de obligar con ellos.
No es culpa la que procede
de la fuerza, ni yo tengo
más ley que tu voluntad,555
más fee que tu pensamiento.
Dime tú, pues que de mí
te dio el cielo el mero imperio:
«Leonor, en esta desdicha
este remedio tenemos»,560
que si fuere atropellar
vida, honor, hermanos, deudos,
patria, y aun alma, aquí estoy.
DON JUAN
¿Es eso cierto?
DOÑA LEONOR
Y tan cierto,
que no hay a la ejecución565
un átomo solo en medio.
DON JUAN
Pues dame esa mano, y vamos
donde firme juramento
para siempre nos obligue,
que ya con su manto negro570
nos viene a cubrir la noche,
y sin ser visto podremos
salir, llegar y jurar,
que depositada luego
en voluntades conformes,575
¿qué importan fuerzas ni pleitos?
DOÑA LEONOR
Inés, toma tú mis joyas,
y cuando aquí vuelva Tello,
venid entrambos a donde
él te enseñe y yo te espero.580
¿Es amor esta locura?
¿Es lealtad este deseo?
¿Es verdad esta fineza?
DON JUAN
Tú, como del alma dueño,
te responde. Tello, vamos,585
que esta noche por lo menos,
si se alabare del hurto,
no del prestado silencio,
que entre tanta gente y voces
seguros, señora, iremos,590
que lo que suele estorbar,
sirve agora de remedio.
DOÑA LEONOR
Si dejar por su marido
casa y padre es ley del cielo,
¿a quién ofendo en dejarlo,595
pues hoy al cielo obedezco?
 

(Vanse los dos.)

 
TELLO
Plegue a Dios que no tengamos
mal San Juan.
INÉS
¡Ay Tello!, temo
la condición de su hermano,
que ser don Juan caballero600
de tanto valor no importa,
pues con este casamiento
el de Blanca queda en blanco,
fuera de no ser bien hecho
sacarle su hermana ansí.605
TELLO
No quiso hablar mi escarmiento,
que si por lo del cuchillo
me vi entre sus manos muerto,
¿con esta ocasión qué hiciera?
¡Oh amantes!, ¿qué atrevimiento610
perdona vuestra locura?
Voy a seguirlos, que pienso
que habrá menester las manos.
INÉS
Yo, Tello, entretanto quiero
sacar joyas y vestidos.615
TELLO
Yo vendré por ti y por ellos.

 (Vase TELLO.) 

  -fol. 80v-  
 

(Sale DON LUIS.)

 
DON LUIS
Di, Fernando, a Marcial que saque el coche,
porque es breve la noche,
y la puedan gozar en soto o prado.
INÉS
¿Don Luis es este? Toda me ha turbado.620
DON LUIS
Inés, ¿adónde está Leonor, mi hermana?
Que querría que fuese por mi esposa
para que juntas esta noche hermosa,
pues hace competencia al mejor día,
comenzasen tan dulce compañía625
en músicas, en álamos y en fuentes.
INÉS
No habéis estado en eso diferentes,
que ya, señor, tu pensamiento hurtado
por ella fue para llevarla al Prado.
DON LUIS
¡Oh, qué placer me ha hecho, al fin discreta!630
¿Qué paz puedo esperar que no prometa
anticiparse a visitar a Blanca?
Hoy le pienso añadir con mano franca
dos mil escudos más.
INÉS
Eres gallardo.
DON LUIS
Dile, si aquí viniere don Bernardo,635
que ella y Leonor al Prado juntas fueron,
pues tengo por sin duda que se vieron.
 

(Vanse, y entran DON JUAN y TELLO y LEONOR, ella con capotillo, sombrero y naguas.)

 
DON JUAN
No fue Paris más contento
a embarcarse para Troya
con aquella griega joya,640
que yo contigo me siento,
ni de aquel robo violento
de Briseida y Hesión,
Aquiles y Telamón,
ni Saturno con Filira,645
ni Neso con Deyanira,
ni con Medea Jasón,
que aunque la gloria de verte
en mi poder es tan alta
que solamente le falta,650
bella Leonor, merecerte,
pudiera, a no ser tan fuerte
de tu afición el valor,
que se atreviera al honor;
mas llegar una mujer655
a no tener qué temer,
pasa a cuanto puede amor.
Solo me ha causado pena
la confusión de la gente
atrevida e insolente,660
que por todas partes suena.
La plaza de luces llena,
¿cómo estará sin testigo
-fol. 81r-
donde lo es el más amigo?
No sé qué calle seguir,665
que mal me puedo encubrir
llevando mi sol conmigo.
DOÑA LEONOR
Aunque pretende el temor
vencer la dulce osadía
de mi amor, con más porfía670
vuelve a la batalla amor.
Ya no temo su rigor,
porque llegar a temer
era dejar de querer,
y no quiero yo dejar675
de quererte, por hallar
disculpa de ser mujer.
Toda nuestra cobardía
hasta los peligros es;
teme el ser, pero después680
se convierte en valentía.
En la primer osadía
de una mujer, que hoy lloramos,
culpadas todas estamos,
mas cuantas después nacimos685
aquel daño que os hicimos
con estos yerros pagamos.
El que yo contigo espero
como castigo me alcanza,
que nos queréis por venganza690
de aquel engaño primero,
pero ya, don Juan, te quiero,
con ánimo de perder
la vida, tanto, que el ser
en hombre viene a mudarse,695
porque hasta determinarse
es una mujer, mujer.
TELLO
En vano el tiempo gastáis
donde el peligro os avisa,
que en el espacio a la prisa700
vuestro remedio libráis,
ya que en la estacada estáis,
vencer importa el morir.
DON JUAN
Cuanto me puedes decir,
Leonor, de tus obras creo.705
TELLO
Por esta calle es rodeo,
por esta podemos ir.
DON JUAN
Yo pienso que favorece
la confusión nuestro engaño.
DOÑA LEONOR
Solo el conocerme es daño710
que en tanto bien me entristece.
DON JUAN
Tanto el alboroto crece
que ya parece locura.
TELLO
Por eso mismo procura,
tanta dama, tanto coche,715
hacer que tenga esta noche
por variedad hermosura.
 

(Tres mozos con capas de color, broqueles y espadas: OTAVIO, MENDOZA y CELIO.)

 
OTAVIO
¡Bravo altar!
MENDOZA
Es muy baptista
aquella dama, aunque pasa
no por desierto su casa,720
según cierto coronista.
CELIO
La oración desa manera
no será para casarse.
OTAVIO
¿No es linda?
MENDOZA
Con enmoñarse,
siendo otoño es primavera.725
CELIO
El vestido mucho ayuda.
MENDOZA
¿Nunca se ha de desnudar?
¿Hala de andar a buscar
el galán si se desnuda?
OTAVIO
Notable pontifical730
en esta edad viene a ser
un vestido de mujer.
CELIO
No hay en el mundo caudal
para chapines y randas,
pero todo lo merecen.735
MENDOZA
¡Brava guerra nos ofrecen
con las celadas y bandas!
OTAVIO
Allí va cierto gazmonio
con su servicio.
CELIO
¿De quién?
OTAVIO
Del diablo.
CELIO
Tratalde bien,
740
-fol. 81v-
que puede ser matrimonio.
MENDOZA
¡Ha señor!, ¿el de la ninfa
es de Esgueva o Manzanares?
DON JUAN
Calla, Tello, y no respondas.
TELLO
No tendrá paciencia un ángel.745
CELIO
¿Es alquilada, o es propia?
OTAVIO
¿Dónde la lleva el bergante?
MENDOZA
¿Cómo no lleva tendidos
los cabellos virginales?
Que crecen mucho esta noche,750
según los viejos romances.
OTAVIO
No es de mal monte la leña,
pues entre dos se reparte.
CELIO
¿Cómo calla el socarrón?
MENDOZA
¿Qué os espantáis de que calle,755
si está enseñado a callar?
TELLO
¿Esto quieres tú que pase?
DON JUAN
Calla, Tello.
TELLO
Ya no puedo.
Pícaros, si ya vinagres
salís de alguna despensa,760
cueros vivos, hombres zaques,
oliendo a tabaco el alma,
y las narices a parches,
por vida del rey de espadas
que si saco la de Juanes,765
que ese quedará con vida
que huya, y que no le alcance.
OTAVIO
¡Oh, qué gracioso mandicho
es el que la lleva y trae!
DON JUAN
Tello, ¿estás loco?
TELLO
¿Esto sufres?
770
Afuera.
DON JUAN
Voy a ayudarle.
DOÑA LEONOR
Detente, don Juan, detente.
DON JUAN
Déjame, por Dios. Cobardes,
haced como habláis.
OTAVIO
Justicia
viene.
DON JUAN
¿Ya buscáis achaques?
775
DOÑA LEONOR
¡Triste de mí!, ¿qué he de hacer?
¿Hay desdicha más notable?
Si me conocen, soy muerta.
Quiero en esta casa entrarme.
 

(Alguaciles y gente.)

 
ALGUACIL
Téngase al Rey.
DON JUAN
Los que huyen
780
se tengan, que es gente infame,
que yo soy un caballero,
que estoy a negocios graves
en la Corte, y me quisieron
con palabras arrogantes785
afrentar sin darles causa.
ALGUACIL
¿Y él quién es?
TELLO
Soy platicante
de caballero que ha poco
que navega en estos mares.
¿Sasté manda en qué le sirva?790
ALGUACIL
Vengan los dos a la cárcel.
TELLO
¿Cómo a la cárcel?
DON JUAN
No veo
a Leonor.
TELLO
¿Sasté no sabe
que es aquesta noche libre?
ALGUACIL
Allí va el señor alcalde;795
vengan y hablarán con él.
DON JUAN
Vamos, que yo quiero hablarle,
y sabrán vuesas mercedes
la mucha que a mí me hace.
ALGUACIL
Vengan por aquí.
DON JUAN
¡Ay Leonor!,
800
luego volveré a buscarte,
si no es tanta mi desdicha
que me detenga o me mate.
 

(Cuando los van llevando sale DON PEDRO, y dice a uno dellos:)

 
DON PEDRO
¡Ah caballero!, ¿qué es esto?
ALGUACIL5
Cuchilladas, disparates805
desta noche.
DON PEDRO
¿Era a mi puerta?
ALGUACIL6
¿Mandáis más?
DON PEDRO
Que Dios os guarde.
Cansado de esperarte,
hermosa Blanca, de tu calle vengo,
y no pudiendo hallarte,810
apenas alma, ni esperanza tengo.
¡Ay Dios!, ¿si te ha forzado
tu hermano al casamiento concertado?
En este pensamiento
forzado soy a despedir la vida,815
que si del casamiento
cumpliste la escritura prometida,
-fol. 82r-
y a la mía faltaste,
al umbral de la muerte me dejaste.
Música y grita suena,820
todos se alegran, todos son dichosos;
yo solo en tanta pena
no puedo alzar los ojos envidiosos,
que no hay mayor desdicha
que no tener entre dichosos dicha.825
 

(Salen con guitarras y sonajas, y canten así:)

 

  (Cantan.) 

      Salen de Sanlúcar
      rompiendo el agua,
      a la Torre del Oro,
      barcos de plata.
      Verdes tienes los ojos,830
      niña, los jueves,
      que si fueran azules,
      no fueran verdes.
      Salen de Valencia,
      noche de San Juan,835
      dos pescadas saladas
      al fresco del mar.
 

(Éntrense con grita y regocijo, y diga DON PEDRO:)

 
DON PEDRO
Envidio el contento y gusto
con que estos cantando van.
¿Que en la noche de San Juan840
solo yo tenga disgusto?
Yo solo, amor siempre injusto,
por tus mudanzas indigno
de tener nombre divino,
dudoso entre el bien y el mal,845
del contento general
soy en Madrid peregrino.
Ya no tengo que esperar,
que en esta nueva mudanza
aun no quiere la esperanza850
acompañar mi pesar.
Ya quiere el alba llorar,
¿pues qué quieren mis desvelos?
Ya sus cristalinos yelos
ensartan perlas en flores855
o los fingen mis temores,
que vuelven los cielos celos.
Quiero en mi posada entrar,
aunque sé que no a dormir,
que no haré poco en vivir860
si Blanca se ha de casar.
Aquí siento suspirar,
¿parece en la voz mujer?
¿Si ella vino? Puede ser
que me aguarde con temor;865
la honra te vuelvo, amor,
y conozco tu poder.
¿Eres tú mi bien? Pues calla,
no debe de ser. ¿Quién va?
DOÑA LEONOR
Una mujer.
DON PEDRO
Ella es.
870
¿Ha mucho, mi bien, que estás
esperándome? Perdona,
que con amor pude errar
en ir a buscarte. Dame
los brazos y entra, que ya875
mi casa te espera, dueño.
DOÑA LEONOR
Y yo estaba de esperar
sin vida. Teneos, ¡ay Dios!,
que ni soy lo que esperáis,
ni vós sois lo que yo espero.880
DON PEDRO
Decís muy bien, perdonad.
¿Pero cómo estáis aquí?
Que he venido a recelar
que alguna traición me han hecho.
DOÑA LEONOR
Advertid que os engañáis,885
bien podéis estar seguro,
que una airada tempestad
de desdichas me ha traído.
No puedo deciros más.
DON PEDRO
¿Quién está con vós?
DOÑA LEONOR
Si digo,
890
señor, quién conmigo está,
no es mucho que imaginéis
el peligro que ignoráis,
porque son tantos mis males,
-fol. 82v-
que por ventura podrán895
invisibles basiliscos,
solo mirando, matar.
Huid de verme y de hablarme,
que son veneno mortal
los males que fueron bienes.900
DON PEDRO
Dejad los ojos, y hablad.
DOÑA LEONOR
Quieren divertir mi pena
con hablar y con llorar.
Cual a gusano de seda
en truenos de tempestad905
hacen al alma rüido,
porque no sienta mi mal.
Con un caballero a quien
debo honesta voluntad
iba de la mano. ¡Ay triste,910
cómo es imposible hallar
a contradicción divina
humana seguridad!
¡Qué fiesta habrá sin desdicha!
¡Qué contento sin azar!915
¡Qué gusto sin su enemigo!
¡Qué bien sin dificultad!
Criado y señor parecen
juntos siempre el bien y el mal:
nunca el bien delante viene,920
sin venir el mal detrás.
Acuchilláronle aquí,
pienso que muerto le habrán
unos hombres que tenían
por alma su necedad.925
Es privilegio del vulgo,
en estando junto, hablar
con libertad, e imposible
castigar su libertad.
Aquí me entré de temor,930
y cansada de esperar,
lloré perderle y perderme,
porque todo ha sido igual.
Pues en el talle y el traje
ser caballero mostráis,935
amparad una mujer,
ya por ser este lugar
donde la halláis vuestra casa,
ya porque obligado estáis
a vuestro respeto mismo,940
que no le podéis negar
a título de ser noble
la obligación natural.
DON PEDRO
Estraña desdicha ha sido
la vuestra, mas puédeos dar945
consuelo que no es la mía
a la vuestra desigual.
A nuestros perdidos dueños
podemos los dos llorar:
el mío, porque no viene,950
y el vuestro porque se va.
Yo vi llevar unos hombres
presos; pienso que serán
los que decís. Buenos iban,
bien os podéis sosegar.955
Solo de vós saber quiero
el consejo que tomáis,
para que pueda serviros,
que vuestro término da
traje y discreción, indicios960
de ser mujer principal.
Mirad si os está mejor
que a vuestra casa volváis,
o queréis que venga el día
si tenéis peligro allá.965
Pues no es posible que tarde,
que ya parece que dan
de la risa del Aurora
aquellas nubes señal,
y parece que los montes970
lo verde argentando están
por la espalda de la noche,
líneas de plata oriental.
Aquí tendréis aposento,
crïadas honradas hay;975
mozo soy, no soy casado,
-fol. 83r-
no habrá celos, no temáis.
Aún no he vendido lo libre,
si bien lo quise emplear
en este bien que me falta.980
¡Dios sabe si volverá!
Yo iré a la cárcel mañana
a saber de ese galán
tan dichoso como yo,
si perdió lo que lloráis,985
que por la misma fortuna
bien nos podemos juntar,
pues caminos y desdichas
siempre hicieron amistad.
DOÑA LEONOR
Aquí será bien quedarme990
si vós licencia me dais,
hasta que sepáis mañana
si fue mi temor verdad,
que cuando sepáis quien soy,
mi nombre, y mi calidad,995
que agora es fuerza encubriros,
yo sé que no os pesará
de haberme dado favor.
DON PEDRO
Bastantes indicios dais.
Caballero soy, segura1000
vuestro honor podéis fiar
de mi nobleza y mi celo.
DOÑA LEONOR
Conozco la voluntad
con que ayudáis mi fortuna
y mi temor animáis.1005
DON PEDRO
Estrañas cosas suceden
una noche de San Juan.
DOÑA LEONOR
¡Ay don Juan!
DON PEDRO
¡Ay Blanca! ¡Ay cielos!
¿Cómo es posible esperar
que amanezca con más bien1010
quien anochece tan mal?