Acto tercero |
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Salen DON JUAN, y TELLO, con las espadas en las manos.
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TELLO | Gran fuerza tiene el oro. | |
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TELLO | Y hijo de buen padre, | | pues que le engendra el sol, que humilde madre | | nunca fue de importancia. | 5 |
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DON JUAN | Toda aquella arrogancia | | templaron veinte escudos. | |
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TELLO | Buenos amigos son, negocian mudos. | |
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DON JUAN | ¡Qué mal San Juan tuviera estando preso, | | y de Leonor temiendo un mal suceso! | 10 |
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TELLO | Aún no sabes lo que es en una estufa | | pulgas de por San Juan; no hay catalufa, | | como ponen un cuerpo desdichado | | todo de tomadillos perfilado; | | |
-fol. 83v-
| pues chinches, gente sorda, | 15 | que a nubarrones la pespunta y borda. | |
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TELLO | No hay puerta abierta, | | que aún el alba bosteza y no despierta. | |
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TELLO | Cuatro mil escopetas y alabardas | 20 | son menester para un portal de noche; | | deja que pase este cantante coche. | |
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TELLO | Las tres parecen gatos en tejado. | |
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DON JUAN | Conozco aquel romance, y quién le hizo. | 25 |
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TELLO | El tiplazo es lechón con romadizo. | |
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DON JUAN | Serenos de Madrid causan catarro. | |
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TELLO | El bajo ha sido jarro, | | y agora tiene muermo; | | la tercera cruel canta de enfermo. | 30 |
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DON JUAN | Vuelve a mirar, que ya pasaron; mira | | si habla, si suspira, | | que estoy perdiendo el seso. | |
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TELLO | Si Leonor presumió que estabas preso, | | sola se volvería. |
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DON JUAN | ¡Ay dulce prenda mía!, | 35 | ¿qué le habrá sucedido? | | Si a su casa volvió, yo soy perdido. | |
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TELLO | En todo esto no veo | | sino sombras, señor, de tu deseo. | |
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DON JUAN | ¡Ay infeliz de mí, que el bien tenía, | 40 | y como quien dormía | | y soñaba tesoro, | | que las manos bañó de plata y oro, | | siendo fingidas sombras los diamantes | | que al Aurora volaron inconstantes, | 45 | y despertó al ruido, | | o el propio nombre le tocó el oído, | | así me siento, y solo y triste veo | | la burla de mi amor, y mi deseo! | | Que dicha en desdichado | 50 | es sueño que nació de bien pasado, | | que lo que vio de día | | de noche le pintó la fantasía. | |
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-fol. 84r-
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TELLO | Eso es muy bueno para dicho; hacello | 55 | es muy dificultoso. | |
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TELLO | Estruendo bullicioso | | de gente que no ayuna | | del gran profeta a la bendita cuna, | | pues como hablaba, mudo, Zacarías, | 60 | todos quieren hablar en tales días. | |
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(Salgan por una puerta FABIO, LEANDRO y FENISA, de noche de
San Juan, y por otra LEONARDO y RODRIGO, guarnecidos los sombreros y
ferreruelos de fajas de papel, y LUCRECIA, dama.)
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LUCRECIA | Las vayas han de ser sin pesadumbre. | |
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FENISA | Este día, señores, es costumbre | | alegrarse no más, y no enojarse. | |
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LEANDRO | Para reñir mejor es acostarse. | 65 |
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DOÑA LEONOR | No te enojes, que es uso de la Corte, | | si no te han dicho cosa que te importe. | |
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LUCRECIA | ¿Qué había de decirme aquella dama, | | si sabe que sé yo cómo se llama? | |
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FABIO | Buena invención la de la plata. |
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LEANDRO | Buena, | 70 | con el papel, que más que plata suena, | | que ya vale el papel como la plata, | | tanto gastan procesos y poetas, | | que libranzas, por Dios que andan secretas. | |
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FABIO | Uno conocí yo, y era tan franco, | 75 | que trocaba lo escrito por lo blanco; | | pero no pudo hallar quien lo trocase. | |
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FENISA | ¡Que noche de San Juan se empapelase | | y viniese atrevido, | | de ciruela de Génova vestido, | 80 | un hombre con sus barbas y bigotes! | |
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TELLO | Al Prado van los dichos matalotes. | |
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RODRIGO | Oyen, señores míos, poco a poco, | | que me voy enojando, y pico en loco. | |
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FABIO | ¿Pues conmigo te metes, | 85 | |
-fol. 84v-
| figura guarnecida de cohetes? | |
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RODRIGO | Pues, lacayo que jura de cochero | | y consultado está de despensero, | | dos cosas más corrientes estos días | | que testimonios y mentiras frías, | 90 | ¿caballero te finges disfrazado? | |
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LEANDRO | ¡Oh, qué lindo borrego trasquilado! | |
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DON JUAN | Llega, Tello. ¿Qué aguardas? |
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TELLO | Caballeros, | | ¿han visto cierta dama, cuyas señas | | son capotillo y plumas, y buen aire, | 95 | que dejaron aquí sus escuderos | | por ver una pendencia? |
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RODRIGO | ¡Qué donaire! | | ¿Fueran más frías dos cansadas dueñas | | con sus antojos, tocas y rosario? | | Pues ¿hombre que pregona letüario, | 100 | más súbito que copla de repente, | | tú vienes a dar como a tanta gente? | |
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TELLO | De veras hablo, y con disgusto vengo, | | que no soy hombre que ese oficio tengo. | |
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LUCRECIA | Quedo, que ya está el como declarado; | 105 | su matrimonio trascartón le ha dado, | | señor mío, si habló con cerbatana. | | En la parroquia la hallará mañana | | colgada de la pila como llave, | | si el médico de Cádiz no lo sabe, | 110 | que con sus almanaques | | dice que habrá pescado en los alfaques, | | y los vende firmados, | | que dice que hay pronósticos hurtados. | |
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TELLO | Hidalgos, bueno está; quedo, con tiento. | |
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RODRIGO | ¿Valiente? ¡Oh, qué gracioso disparate! | |
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DON LUIS | No se trate | | desta materia más. Vamos al Prado. | |
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(Dándole grita se entren.)
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TELLO | ¿No has escuchado la grita? | |
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DON JUAN | Estoy por desesperarme; | | todo es perderme y matarme | | cuanto mi amor solicita. | | Tello, tú fuiste la culpa | 125 | de aquella injusta prisión, | | que ayudarte en la cuestión | | fue de mi culpa disculpa. | | |
-fol. 85r-
| ¿Qué importa, noche como esta, | | sufrir disparates locos? | 130 |
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TELLO | Fueron muchos, que a ser pocos | | yo los pasara por fiesta. | | Aquí no hay más que esperar | | si a casa volvió Leonor. | |
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DON JUAN | ¡Que aun el día, oh gran rigor, | 135 | no me ha venido a ayudar! | | Algún amante que tiene | | en brazos el bien que adora | | detiene, Tello, al aurora | | con hechizos, pues no viene, | 140 | que habiendo, a mi parecer, | | o a mi amor se lo parece, | | dos mil años que amanece, | | no acaba de amanecer. | |
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TELLO | Estar aquí, no es partido. | 145 | Que no es aguja Leonor | | para buscarla, señor, | | donde la habemos perdido. | | Vamos a casa, que creo | | que allí la habemos de hallar. | 150 |
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DON JUAN | ¿Quién podrá, Tello, esperar | | los años de su deseo? | |
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TELLO | Un hombre sale, señor, | | de aquella casa de enfrente. | |
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DON JUAN | No habrá cosa que no intente | 155 | por templar mi loco amor. | |
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(Sale DON PEDRO.)
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DON PEDRO | Sueño, que fuiste como dulce empeño | | de los cuidados que tu sombra asiste, | | ¿cómo para cuidados sueño fuiste, | | si nunca diste a los cuidados sueño? | 160 | Tú que de cuanto vive, fácil dueño, | | las mayores tristezas suspendiste, | | ¿por qué me dejas desvelar de triste, | | sin ver mis ojos tu sabroso ceño? | | ¡Oh muerte mentirosa en perezosos | 165 | y muerte verdadera en desvelados!, | | bien podemos llamarte los quejosos | | amigo falso, que huye en los cuidados, | | pues te vas a dormir con los dichosos, | | y dejas desvelar los desdichados. | 170 |
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DON JUAN | Déjame que le hable yo, | | que tú poca dicha tienes, | | que puede ser que haya visto | | a Leonor. |
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DON PEDRO | Dos hombres he visto allí, | 175 | gente segura parece. | | Si requiebran en la calle, | | saber por ventura pueden | | si Blanca ha llegado aquí. | | ¡Ah caballeros, no tienten | 180 | vuesas mercedes la espada! | | De paz soy, seguros lleguen. | |
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DON JUAN | Antes hablaros quería | | por vecino cortésmente | | desta calle. |
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DON PEDRO | Y yo, señor, | 185 | por si acaso os entretiene | | alguna destas ventanas, | | cuyos dueños lo merecen. | | Aguardo desde las diez | | cierta dama, y como duerme | 190 | |
-fol. 85v-
| tan mal amor me he vestido, | | como si el aire pudiese | | templar imaginaciones, | | aunque se templase en nieve. | | Suplícoos que me digáis | 195 | si la habéis visto, que suelen | | volverse cuando hay testigos, | | porque la busque, y no espere, | | y por despejar la calle | | si os hago estorbo. |
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DON JUAN | (Aparte.7 | ¡Que encuentre | 200 | un mismo amor dos cuidados! | | Fábula, por Dios, parece.) | | A preguntaros lo mismo | | una desgracia me atreve, | | que acuchillando unos hombres, | 205 | perdí una dama, en que pierden | | tanto mi vida y mi honor | | que uno acaba y otro muere. | | No he visto lo que esperáis, | | de que es justo que me pese. | 210 | Si lo que espero habéis visto, | | oíd las señas que tiene. | |
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DON PEDRO | No hay para qué las digáis. | | (Aparte. | Hermano o marido es este, | | la mujer peligro corre; | 215 | discreción será que niegue.) | | Caballero, yo quisiera | | que en esta ocasión presente | | fuéramos los dos dichosos, | | y que con palabras breves | 220 | diéramos el uno al otro | | de lo que buscando viene | | las nuevas y las albricias. | |
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DON JUAN | Dios os guarde y os consuele. | |
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DON PEDRO | Dios os consuele y os guarde. | 225 |
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DON JUAN | Vamos, Tello, que mi muerte | | es imposible escusarse. | |
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TELLO | Cuando solícito quieres | | saber, señor, de tu dama, | | bella Leonor, ángel, fénix, | 230 | este socarrón amante, | | muy necio e impertinente, | | te pregunta por la suya. | | ¡Mala noche de mujeres! | | Menester es pregonallas. | 235 |
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DON JUAN | Pues diga amor quien supiere | | de Leonor, de la hermosura, | | del sol, del ave celeste, | | de la discreción más rara, | | del gusto más excelente, | 240 | del mejor despejo y brío | | que hoy en la Corte se prende, | | con cuyo pie de tres puntos | | cuantas han nacido mienten. | | Vuélvala luego a su dueño, | 245 | que si a su dueño la vuelve, | | le darán de albricias almas. | |
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TELLO | Buenas nuevas si las creen, | | pero solo te suplico, | | porque las señas no yerren, | 250 | que a los tres puntos del pie | | añadas siquiera siete. | |
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DON JUAN | Cielos, tenedme, | | que en hallarla o no la hallar | 255 | están mi vida o mi muerte. | |
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DON PEDRO | Qué yerro pudiera ser | | si este, como he sospechado, | | es marido que hacia el Prado | | topó su propia mujer, | 260 | que llevaba algún galán | | y entonces le acuchilló, | | dársela, muy necio yo. | | Mejor sin ella se van | | hasta que mañana el día | 265 | me diga lo que he de hacer. | |
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(Salen BLANCA y ANTONIA con rebozos y sombreros.)
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-fol. 86r-
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DOÑA BLANCA | Grande ha sido mi osadía. | | ¿No había de estar aquí | | agora don Pedro? |
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DON PEDRO | Dos mujeres, | | ¡ay cielos!, vienen allí. | | Ellas son. ¿Blanca? |
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DON PEDRO | Cómo me has tenido en calma, | | que en ir y venir el alma | 275 | está sin pulsos amor. | | Mas como cierra la rosa, | | a la noche el tornasol, | | y después, saliendo el sol, | | vuelve a salir más hermosa, | 280 | así yo de tu presencia, | | Blanca, al aurora salí | | con la vida que perdí | | en la noche de tu ausencia. | | ¿Dónde has estado? ¿Qué has hecho? | 285 |
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DOÑA BLANCA | Al instante que salía | | dándome amor osadía, | | alma de mi tierno pecho, | | dos amigas en su coche | | me hicieron por fuerza entrar, | 290 | donde más que pasear | | fue llorar toda la noche. | | Volví tarde, donde hallé | | que mi hermano, alborotado, | | con don Luis me había buscado. | 295 | Tu cuidado imaginé, | | y con ánimo de quien | | no tiene más bien que a ti, | | segunda vez lo emprendí, | | y al fin me ha salido bien. | 300 |
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DON PEDRO | No es hora, señora mía, | | de pleitos ni de escrituras. | | Entrad a esperar seguras | | este perezoso día, | | que tiene dentro de sí | 305 | más años que el mundo tiene. | |
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DOÑA BLANCA | Mi honor a tus manos viene. | |
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ANTONIA | Mira lo que haces, señora. | |
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DOÑA BLANCA | Antonia, si una mujer | 310 | no se dejase vencer, | | ¿quién puede? |
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ANTONIA | Tú saldrás desa fatiga, | | las manos en la barriga, | 315 | como otros en la cabeza. | |
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(Vanse.)
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(DONA LEONOR se pone en lo alto.)
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DOÑA LEONOR | Salid por este balcón, | | pues que no salís del pecho, | | llamas de amor, que habéis hecho | | incendio mi corazón. | 320 | Respire como infición | | este aposento, y no impida | | que viva el alma encendida. | | Dad lugar a las que quedan, | | para que las otras puedan | 325 | ir conservando la vida. | | ¿Qué pajarillo el olvido | | de la noche así culpó, | | cuando el aurora esperó | | sobre las pajas del nido? | 330 | ¿Qué caminante perdido? | | ¿Qué marinero turbado? | | ¿Qué desabrido casado | | más tarde la vino a ver | | durmiendo de su mujer | 335 | en la galera forzado? | | ¡Qué poca dicha, don Juan, | | tuvo contigo mi amor, | | si bien a mi ciego error | | culpa mis desdichas dan! | 340 | Preso estás, a verte van | | mis suspiros mientras sigo | | tu prisión; permite, amigo, | | que allá se queden en ti, | | porque no haya cosa en mí | 345 | que no esté presa contigo. | |
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-fol. 86v-
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(Tres caballeros, de noche. DON ALONSO, DON FÉLIX y DON
TORIBIO.)
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DON ALONSO | ¡Qué necio ha estado el Prado! | |
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DON FÉLIX | Tan pícaro sin olmos ha quedado, | | que nadie acierta a hablar por descub[ie]rto. | |
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DON TORIBIO | De los bailes, don Félix, vengo muerto. | 350 |
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DON ALONSO | Tristes danzas de España, ya murieron. | |
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DON FÉLIX | Dios las perdone, gente honrada fueron. | |
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DON TORIBIO | ¿Qué se hicieron gallardas y pavanas, | | pomposas como el nombre y cortesanas? | |
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DON FÉLIX | Cosa estraña | 355 | que ya todas las danzas en España | | se han reducido a zapiro y a8 zepiro, | | a zipiro y a9 ñapiro. | |
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DON ALONSO | ¡Por Dios, que es gran donaire! | | ¿No tenéis qué decir? |
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DON FÉLIX | Sí, pero el aire, | 360 | la gala y bizarría | | con que el mayor señor danzar podía, | | y los pies de gibaos, | | y alemanas, y brandos en saraos, | | ¿por qué se han de dejar de todo punto? | 365 |
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DON ALONSO | Hermano, porque todo el mundo junto | | se vuelve ya como el vestido viejo, | | lo de atrás adelante. |
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DON ALONSO | La novedad, don Félix, siempre agrada, | | sea en razón o en sinrazón fundada. | 370 | Mirad que aun la poesía | | no habla ya la lengua que solía. | | ¿No habéis visto la máquina estrellada, | | cuando la noche, muda y enlutada, | | natural de Chinchón y de pulgares, | 375 | teñidos con hollín los aladares, | | saca medio dormida el negro coche? | | ¿No habéis visto en las manos de la noche | | el nuevo infante día | | nacer dando alegría | 380 | a las aguas y flores? | | ¿No habéis visto después cantar amores | | los dulces pajarillos, | | |
-fol. 87r-
| al esconderse los armados grillos | | entre los alcaceres? | 385 | ¿No habéis visto con naguas las mujeres | | sin anchos verdugados y abaninos, | | y los chapines de bordados finos, | | que fueron en sus madres de badana? | | ¿No habéis visto espumosa la mar cana | 390 | sorberse naves como huevos frescos? | | ¿No habéis visto en jubones y griguescos | | tanto algodón que aun el andar reporta? | | Pues si no lo habéis visto, poco importa. | |
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DON FÉLIX | ¿No veis que allí suspira cierta mora? | |
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DON TORIBIO | Sin duda es Melisendra, caballeros, | | que aguarda a don Gaiferos. | |
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DON ALONSO | ¡Oh tú, doncellidama!, | | si sales a saber cómo se llama | 400 | el que ha de ser tu esposo, | | y la oración has hecho al glorioso | | Baptista, santo de profeta palma, | | sábete que ha de ser Juan de buen alma, | | y que, por lo agarrado, | 405 | primero que Mendoza será Hurtado. | | (Échele una cadena.) |
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DOÑA LEONOR | Pues tome por la nueva esa cadena. | |
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DON ALONSO | ¡Hola, don Félix! ¡Vive Dios que es buena, | | que pesa y huele al oro, y no azófar! | |
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DON FÉLIX | Mostrad. ¡Buena, por Dios! Dícelo el peso. | |
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DON ALONSO10 | Métase el alba, y llore allá su aljófar, | | que se deshace en flores y azucenas. | |
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DON FÉLIX | ¡Oh Aurora, lloradora de cadenas!, | | ¿si acaso no eres duende, | 415 | y es mañana carbón cuando la vende? | |
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DOÑA LEONOR | No hará, que me ha tocado | | en lo vivo del alma aquello Hurtado. | |
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DOÑA LEONOR | No sé, váyanse ahora, | | que hay peligro en la calle. |
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DON TORIBIO | El médico de Cádiz no dijera | | |
-fol. 87v-
| con su firme pronóstico que fuera | | más verdadero que este. | |
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DON ALONSO | Vuesa merced se acueste | | en sabanas de holanda, | 425 | que yo me voy a hacer la zarabanda, | | y tantos eslabones como tiene | | esta cadena el buen Hurtado pene | | años en que la sirva y la requiebre. | |
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DON TORIBIO | Mas ¿que nos ha de dar gato por liebre? | 430 |
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DON ALONSO | Así se le volvieran, y tan buenas, | | a la cárcel de corte las cadenas. | |
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(Vanse.)
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(Salgan BLANCA, DON PEDRO y ANTONIA.)
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DOÑA BLANCA | ¿Que me detenga? Ya es tarde. | | ¿Para tales sinrazones, | 435 | vil caballero, me traes | | con tanto engaño a tu casa? | |
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DON PEDRO | Plega al cielo que me mate | | un rayo, si tengo culpa. | |
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DOÑA LEONOR | Aquel caballero sale | 440 | con una dama riñendo. | | Atenta quiero escucharle, | | por dicha tengo la culpa. | |
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DOÑA BLANCA | Persuadirme, ingrato, es darme | | más pena de la que tengo. | 445 | ¿Era yo mujer infame | | que, teniendo en casa amiga, | | con engaños semejantes, | | con lágrimas, con papeles, | | con finezas, con jurarme | 450 | que era de tu pecho el alma, | | y de tus venas la sangre, | | me obligas a que tan loca | | hermano tan noble trate | | con término tan indigno | 455 | de mujeres principales? | | No importa, que al fin, ingrato, | | no tienes de qué alabarte, | | que el honor que no ha caído | | es fácil de levantarse. | 460 | Sola una mano me debes | | sobre juramentos graves, | | y yo tengo quien me vengue, | | si no tuve quien me guarde. | | ¿Tú caballero, tú noble? | 465 |
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DON PEDRO | Señora, mientras no amaines | | las lágrimas, y las voces, | | ¿cómo puedo asegurarte | | de que no he faltado un punto | | a obligaciones tan grandes? | 470 | Oye, por Dios, advirtiendo | | que no pudiera un alarbe | | hacer la maldad que dices. | |
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DOÑA BLANCA | Pues ¿yo no sentí quejarse | | y llorar una mujer | 475 | otro aposento adelante | | de donde la cama tienes? | | ¿Pueden ser quejas iguales | | sino de tales traiciones? | | Que no es justo que se llamen | 480 | celos tan viles desprecios, | | que celos, aunque mortales, | | son de lo que se imagina, | | que no de lo que se sabe. | | Demás de que ya me ha visto, | 485 | pero porque no la mates, | | |
-fol. 88r-
| por los suspiros me escribe | | su desdicha y tus maldades, | | y plegue a Dios que no sea | | mujer propia que te canse, | 490 | si puede haber en el mundo | | tiranos que así las traten. | |
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DON PEDRO | Señora, negar no puedo | | que, como yo te esperase, | | siglos haciendo las horas, | 495 | años los breves instantes, | | esta mujer escondida | | hallé saliendo a buscarte | | en lo escuro desta puerta. | | Pidiome que la amparase; | 500 | es mujer, soy hombre, pudo | | lastimarme y obligarme. | | Yo no sé si es la ocasión | | marido, galán, o padre; | | ella nos dirá el suceso | 505 | y podrá desengañarte, | | que mal pudiera ser yo | | villano e inexorable | | a lágrimas de mujer, | | y más si de causa nacen | 510 | como la que miro en ti, | | fuera de ser como un ángel, | | que si llorando una fea | | no hay lástima que no cause, | | ¿qué hará una mujer hermosa, | 515 | que parece que se caen | | de dos estrellas del cielo | | sobre claveles cristales? | |
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DOÑA BLANCA | ¡Oh, qué estremada pintura! | | ¿No pudiera retratarse | 520 | esta mujer sin claveles? | | Parece que versos haces. | | ¿Un ángel a tales horas | | quieres, don Pedro, que hable? | | Para tales jerarquías | 525 | es muy humilde mi traje. | | Ireme a mi casa agora | | y mañana por la tarde | | vendré a hacerle una visita. | |
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DON PEDRO | Debes de querer matarme. | 530 |
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DOÑA BLANCA | Tú entretanto será justo | | que consueles y regales | | ángel de tales claveles. | |
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DON PEDRO | Mátame bien, no te canses. | |
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DOÑA BLANCA | Muy santo debes de ser. | 535 | Reliquias pueden cortarte, | | pues ángeles te visitan. | |
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DON PEDRO | Ahora bien, entra, y no aguardes | | a que siendo ya de día | | alguna persona pase | 540 | que te conozca. |
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DOÑA BLANCA | ¿Estás loco? | | ¿Yo entrar, yo verte, yo hablarte? | |
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DON PEDRO | Mira que yerras en esto, | | pues primero que te cases | | me pides injustos celos, | 545 | con que puedo imaginarte | | de condición insufrible. | |
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DOÑA BLANCA | No hayas miedo que te enfade. | | Queda con Dios. |
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DOÑA BLANCA | Voy a que alguno me ampare, | 550 | aunque sin ser ángel llore | | sobre claveles cristales. | |
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DOÑA LEONOR | ¡Ah dama, señora! ¡Ah reina! | |
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DOÑA LEONOR | Quien no es bien que cause | | injustamente estos celos | 555 | entre tan firmes amantes. | | Hacedme merced de entrar, | | porque no por ampararme | | es bien que ese caballero | | os pierda. Entrad y escuchadme. | 560 |
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DOÑA BLANCA | Desde ese balcón podréis | | decir quién sois, y qué os trae | | a tal hora, y en tal noche. | |
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DOÑA LEONOR | Obligareisme a que baje, | | porque no son mis desdichas | 565 | para echadas en la calle. | | Entrad, y sabréis quién soy. | |
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DOÑA BLANCA | Vuestro término es bastante | | |
-fol. 88v-
| a vencerme; voy a oíros. | |
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DON PEDRO | Quieran los cielos que baste, | 570 | porque en dando una mujer | | en celosos disparates, | | hará verdades mentiras | | y hará mentiras verdades. | |
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(Salen DON LUIS, DON BERNARDO y criados.)
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DON LUIS | No hay sitio, no hay señal, prado, ni río | 575 | que dellas tenga ni señal, ni nueva. | |
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DON BERNARDO | Buscarlas me parece desvarío. | |
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DON LUIS | ¡Que a darme tal pesar Leonor se atreva! | | Corrido voy del pensamiento mío, | | que de uno en otro a tal rigor me lleva, | 580 | que os dije la sospecha que tenía. | |
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DON BERNARDO | No estoy muy lejos de decir la mía. | |
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DON LUIS | Como yo vi que de camino andaba, | | el indiano don Juan diome cuidado, | | creyendo que Leonor se le inclinaba, | 585 | engaño de mis celos fabricado, | | que como vistes, en su casa estaba | | de mi ofendido honor tan descuidado, | | que apenas le llamé, cuando me abrieron. | |
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DON BERNARDO | Sospechas de don Juan injustas fueron; | 590 | yo soy su amigo, y si a Leonor quisiera, | | cuando le dije yo que la quería, | | lo mismo en confianza me dijera, | | y desistiera yo de mi porfía | | como la vuestra mi sospecha fuera, | 595 | pero presumo que es verdad la mía. | |
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DON LUIS | Pues vós, ¿qué sospecháis? |
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DON BERNARDO | Un pensamiento | | que a Blanca pudo dar atrevimiento. | | Hay en este lugar un caballero | | que ha venido a negocios de Navarra, | 600 | entendido galán y lisonjero, | | persona, en fin, para querer bizarra. | | No ya libre navío del mar fiero | | de Sanlúcar pasó la estrecha barra | | con más banderas, que le sirven de alas, | 605 | que él por mi calle con diversas galas. | | Hallele hablando con mi hermana un día | | y díjome, turbado, que informado | | de que presto a Sevilla me volvía, | | |
-fol. 89r-
| estaba de mi casa aficionado. | 610 | Pienso, don Luis, que la verdad decía, | | pero dándome celos su cuidado, | | me informé de su casa, por si acaso | | tantos paseos no mudaban paso. | | Esta que veis, don Luis, es su posada. | 615 |
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DON LUIS | Sí, pero ¿de qué sirve haber creído | | esa imaginación solo fundada | | en verle en vuestra calle divertido? | |
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DON BERNARDO | ¿Vós no buscastes a don Juan, la espada | | celosa del agravio, y prevenido | 620 | el ánimo a matarle? Pues yo quiero | | buscar este navarro caballero. | | Que como imaginastes que podía | | a Sevilla llevarse vuestra hermana, | | a Pamplona podrá llevar la mía, | 625 | si no me sale la esperanza vana. | |
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DON LUIS | Pues ¿qué? ¿Pensaisle hablar? |
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DON BERNARDO | Con que se va mañana, | | y que estoy desta casa aficionado. | |
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(Pónense a hablar los dos, y entran DON JUAN y TELLO.)
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DON JUAN | Desde que don Luis me habló | | con don Bernardo en mi casa, | | Tello, los vengo siguiendo, | | y que viniesen me espanta | | a donde perdí a Leonor. | 635 |
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TELLO | ¿Cómo ya saben que falta, | | pues a su casa no ha vuelto, | | ni menos salió con Blanca? | | Alguien que lo vio lo ha dicho. | |
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DON JUAN | ¡Vive Dios que más estraña | 640 | confusión no ha sucedido | | a hombre, y que se me acaba | | la paciencia imaginando | | que puedan desdichas tantas | | caber en sola una noche! | 645 |
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TELLO | Si estuvieran acabadas, | | menos mal hubiera sido. | |
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DON JUAN | No cuenta cosas tan varias | | de Clariquea Heliodoro. | | Las de Teágenes pasan | 650 | en años, pero las mías | | en una noche. |
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TELLO | No hagas | | exclamaciones, que pueden | | oírte. |
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DON LUIS | ¡Oh leyes humanas | | o inhumanas!, que a los hombres | 655 | nos toque, por muchas causas, | | el servir a las mujeres, | | el acudir a las galas, | | que es lo que ellas más estiman, | | el sustentarlas, el darlas | 660 | hasta la sangre y la vida, | | y algunas veces el alma, | | está bien, dellas nacimos, | | que ya con esto se paga, | | pero ¡que el mundo haya puesto | 665 | |
-fol. 89v-
| nuestra honra, nuestra fama | | y autoridad en sus manos! | |
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DON BERNARDO | Como por las calles anda | | tanta gente, en ciertos hombres | | que nos siguen no reparas. | 670 |
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DON LUIS | Bien dices. ¡Ah caballeros!, | | ¿quiérennos algo? ¿No hablan? | |
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DON JUAN | Desde que me habló en mi casa | | don Luis, sospeché que andáis | 675 | de pesadumbre, y la espada | | es en los hombres de bien | | para defender la causa, | | después de la fee y del Rey, | | del amigo y de la patria. | 680 | No quiero saber lo que es, | | sino que a serviros salga, | | que no sufre la que es noble | | estar ociosa en la vaina. | |
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DON BERNARDO | Soy bien nacido, en efeto; | 685 | merecéis que el Rey os haga | | la merced que le pedís, | | y si fuere de importancia | | nos la haréis, como habéis dicho. | | Yo llamo en aquesta casa, | 690 | donde pienso que ha de estar | | cierta prenda que me falta. | |
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DON JUAN | Tello, don Bernardo busca | | a Leonor. Gran mal me aguarda, | | mala noche de San Juan. | 695 |
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(Sale DON PEDRO.)
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DON PEDRO | No he visto venir el día | | con tantas voces. ¿Quién llama? | | ¿Justicia es esta? ¿Quién es? | | El amparar esta dama | 700 | me ha de costar pesadumbre | | si ha de resultar en Blanca. | |
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DON LUIS | Dejádmele hablar a mí. | | Caballero, dos palabras. | |
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DON PEDRO | ¿Qué me mandáis en que os sirva? | 705 |
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DON LUIS | Esta noche de una casa | | principal falta a su dueño, | | no digo su honor, su hermana, | | y se sabe que está aquí. | | Toda esa gente embozada | 710 | es justicia; vós podéis | | seguro manifestarla | | de que no os harán agravio, | | donde no... |
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DON PEDRO | Señores, basta. | | Así es verdad que la tengo, | 715 | que aquí llegó lastimada | | como mujer a quien suelen | | suceder tales desgracias. | | Dila el favor que era justo, | | yo voy por ella. | (Vase.) |
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DON LUIS | Obligada | 720 | dejaréis su casa y deudos | | por defensor de su fama. | | Aquí está Blanca, Bernardo. | |
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DON JUAN | Luego, ¿buscaban a Blanca? | |
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TELLO | ¿No lo ves? Menos desdicha, | 725 | pues que no podrán casarla | | con don Bernardo a Leonor. | |
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DON BERNARDO | Pensando estoy con qué traza | | salga yo de aquí con honra. | |
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DON LUIS | No lo penséis sin hablarla, | 730 | porque su lengua ha de ser | | o el remedio o la venganza. | |
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(Salen DON PEDRO y LEONOR.)
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DON PEDRO | Señora, salir es fuerza, | | que si pudiera escusarla, | | yo os sirviera, mas no puedo. | 735 |
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DOÑA LEONOR | Si no es quien pienso, me aguarda | | la muerte, pero qué importa | | si mis desdichas se acaban. | |
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DON PEDRO | La dama es esta, señores. | |
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DON LUIS | Pues ¿cómo estabas | | en esta casa? |
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DOÑA LEONOR | Salimos | | yo y Blanca con otras damas | | al Prado, y como estas noches | 745 | tantos desatinos pasan | | unos hombres descorteses | | con poco honestas palabras | | nos daban grita, a quien otros | | hicieron con las espadas | 750 | callar bien a costa suya. | | Yo y Blanca, entonces turbadas, | | a este hidalgo le pedimos | | nos escondiese en su casa, | | porque a las demás del coche | 755 | presas pienso que llevaba | | la justicia. |
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DON BERNARDO | Desa suerte | | aquí también está Blanca. | |
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DON LUIS | Notable dicha. | | Señor, decilda que salga, | 760 | porque esa dama es mi esposa. | |
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DON PEDRO | Si ella lo dice, eso basta, | | que ya sale, y yo a su gusto | | no replicaré palabra. | |
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(BLANCA y ANTONIA salen.)
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DOÑA BLANCA | Pues ya Leonor os ha dicho, | 765 | señores, nuestra jornada, | | yo no tengo qué añadir, | | sino solo que deis gracias | | a este noble caballero. | |
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DON JUAN | Tello, de la lengua al alma | 770 | anda mi amor dando voces, | | aunque parece que calla. | |
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TELLO | Como la gloria en el fin | | siempre dicen que se canta, | | aquí se llora el peligro. | 775 |
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DON LUIS | Solo falta que casadas | | queden las dos. Ya que el cielo | | favoreció nuestra causa, | | no aguardemos otra noche | | de San Juan, que la pasada | 780 | nos podrá servir de ejemplo. | |
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DON BERNARDO | Dad vós la mano a mi hermana, | | que yo la daré a la vuestra. | |
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DOÑA LEONOR | Las mujeres no se casan | | dos veces, vivos sus dueños, | 785 | aunque suelen tener causa, | | si no es aquellas que quieren | | ser dos veces desdichadas. | |
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TELLO | Don Juan, | | ¿qué estás mirando?, ¿qué aguardas? | 790 | Mira que dan a Leonor. | | Di que es tuya. Llega y habla. | | ¿Quieres tú que te la metan | | con una cuchar de plata | | dentro de la boca? |
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DON JUAN | Amor, | 795 | señores, cuya tirana | | fuerza... |
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DON JUAN | Tiembla el mundo, y llora Españ[a] | | comunicando diez meses | | con doña Leonor gallarda | 800 | por las ventanas los ojos, | | por los papeles las almas. | | Me dio de su voluntad | | (cuando más rendido estaba) | | victoria, con que os [he] dicho | 805 | que está conmigo casada. | | Ya sabéis los dos quién soy. | |
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DON BERNARDO | Don Juan, mi amistad se agravia, | | no de querer a Leonor, | | mas de no decir que estaban | 810 | en estado vuestros pechos | | que la pretensión dejara, | | desistiendo de la empresa, | | aunque con menos ventaja, | | pues hoy doy la posesión, | 815 | y allí os diera la esperanza. | | Dalde la mano, y así | | con don Luis se casa Blanca, | | que aunque se rompa el concierto | | |
-fol. 90v-
| mejor estará empleada | 820 | en vós que en mí. |
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DON LUIS | Yo agradezco, | | don Bernardo, por tres causas | | esas razones: por mí, | | por don Juan y por mi hermana, | | pero pues vós no os casáis | 825 | y en esto el concierto falta, | | ni yo es justo que me case | | sino que halle en esta casa | | Blanca en don Pedro marido, | | que la relación pasada | 830 | que me hicistes de los celos | | y el hallarla aquí me mandan, | | que se la dé con mi gusto. | |
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DON PEDRO | Con la misma confïanza | | estuve siempre. |
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DON PEDRO | De Antonia. | | Aquí la comedia acaba | | de La noche de San Juan, | | que si el arte se dilata | 840 | a darle por sus preceptos | | al poeta de distancia, | | por favor, veinte y cuatro horas, | | esta en menos de diez pasa. | |
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